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jueves, 5 de diciembre de 2024

Cuadernos de paso - La sonrisa del pelícano - Esta noche cruzamos el Mississippi - Crónicas marcianas - ¿Quién quiere ser político hoy? ,. / DESAYUNO CENA - SABADO - ENREDATE - ¡ QUE HAY DE NUEVO ! - ¡ ATENCION Y OBRAS! CINE - Vivan los novios - Telecinco - Fernando Sánchez Dragó en el centro del laberinto ,. / REVISTA MUJER HOY DE CERCA PORTADA - VIAJANDO CON CHESTER - Marta Peirano - Se acabó la tregua ,. / Viaje al centro de la tele -Tesoro de la tele - Especial Nino Bravo ,. / Me voy a comer el mundo - Cuando el gazpacho viene de espesar un guiso con pan ,. / Cine de barrio - La tía de Carlos ,./ Versión europea - Cine - Última noche en Milán , Sabado -14 - Diciembre ,.

  TITULO: Cuadernos de paso - La sonrisa del pelícano - Esta noche cruzamos el Mississippi - Crónicas marcianas -  ¿Quién quiere ser político hoy?  ,.


  La sonrisa del pelícano ,.
 
 La sonrisa del pelícano fue un programa español de televisión emitido por Antena 3, Presentado y dirigido por Pepe Navarro,.

 Esta noche cruzamos el Mississippi,.
 
 Esta noche cruzamos el Mississippi fue un programa de televisión producido y presentado por el periodista Pepe Navarro y emitido por la cadena española Telecinco entre el 18 de septiembre de 1995 y el 10 de julio de 1997. Se emitía de lunes a jueves en la franja del late night., etc.

  Crónicas marcianas ,.

Crónicas marcianas fue un late show de televisión, producido por Gestmusic Endemol y emitido por la cadena española Telecinco entre 1997 y 2005. Estaba dirigido y presentado por Javier Sardá y contaba con Miquel José y Jordi Roca, con quienes Sardá había creado La Ventana en la Cadena SER, como subdirectores y guionistas.
Es el programa de late night más longevo y más visto de la historia de la televisión en España.1​ A pesar de ser considerado por muchos como uno de los máximos exponentes de la llamada telebasura en España, obtuvo multitud de premios, como un Ondas, dos de la Academia de la Televisión y seis TP de Oro., etc,.

 ¿Quién quiere ser político hoy?,.

 Quiero ser político: qué estudio - educaweb.com

foto / Una broma circulaba entre los novatos de UPyD que ocupábamos un cargo de representación: “Si España fuera un país normal, no estaríamos en política”, solíamos decir. Corría el año 2012 y muchos de los países que entonces parecían normales han dejado de serlo, como Estados Unidos. Al menos queda en pie la vida pública en Suiza, donde la gente ignora el nombre de su presidente y suena cada hora el reloj de cuco del aburrimiento.

Entretanto, nosotros nos hemos anormalizado algo más. Los incidentes durante la visita de las autoridades a Paiporta demuestran la crecida de la antipolítica. La pregunta inquietante es: ¿quién quiere ser político hoy? La respuesta que demos es relevante porque la calidad de la participación ciudadana define la calidad de la política.

Hace 12 años, muchos sentíamos que los políticos no se daban cuenta del daño que había provocado la gran crisis financiera, ni entendían las preocupaciones de la gente. Decidimos involucrarnos en la vida pública confiando en que hacer oír nuestra voz en las instituciones y abrirlas a la ciudadanía derivaría en medidas más benévolas para los ciudadanos. Sentíamos que el sistema estaba fallando pero, en lugar de quejarnos de la cantidad creciente de corruptos, nuestro deber cívico era sustituirlos por personas honestas como nosotros. Así la gente volvería a confiar. Lo escribo ahora, 13 años después, y a mí misma me parece una ingenuidad. Pero lo pensábamos.

Ya entonces no resultaba fácil participar. Unos partidos endogámicos que ni estimulaban la participación ciudadana, ni se preocupaban de atraer talento a sus filas, dificultaban la decisión. Había que pensar no solo en entrar, sino en cómo salir. En aquel momento —sospecho que las cifras no han variado mucho— el 80% de los políticos eran funcionarios. Para profesionales del sector privado, reengancharse a su profesión no parecía sencillo, pero tampoco imposible. El incipiente desprestigio que acompañaba la política no suponía un problema: la haríamos mejor y eso aumentaría su prestigio. A la vista está que nos equivocamos.

La política ha cambiado a peor y creo que hoy es casi imposible reclutar a profesionales independientes, algo en lo que los partidos tampoco se muestran muy interesados. Quien quiera hoy pasar por ese noviciado debe considerar al adversario como un enemigo y juzgarle equivocado en todo. Entretanto, ha de juzgar que los suyos no yerran en nada, pues una consecuencia a menudo inadvertida de la polarización es que también exige un peaje de lealtad y ausencia de crítica en las filas propias.

En aquel momento ya había que andar con pies de plomo para que no te hicieran una foto fuera de contexto. Las redes empezaban a convertirse en el lugar virtual de la conversación pública, pero Twitter (ahora X) molaba. Hoy cualquiera que aspire a hacer política, sabe que la máquina de insultos y odio se activará de inmediato. En estos días un aluvión de gente —entre la que me encuentro— está abandonando esa red social tóxica para establecerse en Bluesky y otros lugares menos poblados. Tal vez esta evolución nos dé pronto buenas noticias.

La extrema derecha ha inundado de violencia verbal los parlamentos. Y quien quiera participar en política debe asumir que le pueden fabricar un escándalo a sus familiares, lo que más duele. Poco importa el error o imprudencia cometida, se publicará y se denunciará como un presunto delito. Da igual que el acusado sea inocente y así lo reconozca en el futuro una sentencia: lo importante es el proceso judicial, que arruina la reputación más sólida. Para quienes viven de su trabajo, esto es dramático: ejercer tu profesión después de una etapa en política se complica cuando tu nombre ha sido arrastrado por el fango. Los futuros líderes progresistas con ganas de luchar por sus convicciones tendrán que asumir los sacrificios de la política no solo para ellos, sino también para sus cónyuges. Para empeorar la situación, el rifirrafe político se ha convertido en un contenido más del menú de entretenimiento: un imán para narcisistas. Sí, siempre ha habido narcisistas en política (también en el periodismo), el problema es que, en la economía de la atención, solo ellos parecen capaces de ganar dividendo mediático.

Por si esto fuera poco, en un mundo que cambia muy rápido, las cosas resultan aún más complicadas. Un profesional que quiera volver al sector privado tras una etapa en política, puede verse desactualizado. La administración no se caracteriza por su carácter innovador. La transición digital es en los mejores casos el mero traslado de la maraña burocrática al mundo virtual.

Ha aumentado el riesgo personal de ser político, así como la posibilidad de tener problemas legales o recibir insultos y amenazas. Se ha estrechado el espacio a los debates racionales. La consecuencia de todo ello es que se atrae a energúmenos narcisistas irresponsables a los que no les importa nada, salvo el poder. Gente como Donald Trump... Claro que, viéndole en la Casa Blanca, sospecho que este clima no es la consecuencia, sino el objetivo de quienes están convirtiendo la política en un lodazal inhabitable.

 

TITULO:  DESAYUNO - CENA - SABADO - ENREDATE - ¡ QUE HAY DE NUEVO ! - ¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE - Vivan los novios -   Telecinco -  Fernando Sánchez Dragó en el centro del laberinto  ,.

 

 Resultat d'imatges de ¡ atencion y obras cine ! ¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE ,.
 
   ¡Atención y obras! es un programa semanal que, en 
La 2, aborda la cultura en su sentido más amplio, con especial atención a las artes escénicas, la música, los viernes a las 20:00 presentado por Cayetana Guillén Cuervo, etc, foto,.

 

Vivan los novios - Telecinco ,.

 


Vivan los novios fue un concurso del género Dating show, emitido las tardes de los sábados por la cadena española Telecinco entre 1991 y 1994., Presentador Andoni Ferreño, Arancha del Sol, Natalia Estrada y Gabriel Andres Corrado Andreacchio, etc,.

 

DESAYUNO - CENA - SABADO - ENREDATE -  ¡ QUE HAY DE NUEVO ! -  Fernando Sánchez Dragó en el centro del laberinto ,.

  


DESAYUNO - CENA - SABADO - ENREDATE -  ¡ QUE HAY DE NUEVO !  -  Fernando Sánchez Dragó en el centro del laberinto  , fotos,.

 

  Fernando Sánchez Dragó en el centro del laberinto ,.

 

 Fernando Sánchez Dragó en el centro del laberinto

 

 Fernando Sánchez Dragó,.


Ahora siento más que nunca lo afortunado que fui por tratar a Fernando Sánchez Dragó, por considerarme, pese a la edad, su amigo, por aprender de sus palabras, de su actitud ante la vida, como hombre y como escritor, y por disfrutar de sus libros. Sigo disfrutando de ellos. De su persona me han quedado estas obras, y debo reconocer que no es poco, como si fuesen su alma: quizá él me diría que son su alma. El “Alma-libro” del que escribía mi querido Unamuno: “Aquí te dejo mi alma-libro, / hombre-mundo verdadero. / Cuando vibres todo entero, / soy yo, lector, que en ti vibro”.

 

 El desayuno de cafetería: poco saludable | ÁLVARO VARGAS

 

Desayuno )

Ha transcurrido algo más de un año desde que muriera. Ha pasado muy rápido, aunque entre tanto me ha dado tiempo a escribir dos artículos sobre él, un artículo inmediatamente después de su muerte y una carta. Ahora empiezo este texto.

 

 Plato combinado: muslo de pollo con patatas y huevos fritos: fotografía de  Restaurante Avenida, Tordesillas - Tripadvisor

 

 

 ( Cena )

He dudado si titularlo “En el centro del laberinto” o “Fuera del laberinto”. Se puede considerar que Fernando ha alcanzado el centro del laberinto, el que dijo que ya alcanzara con su hija Aixa al final de La prueba del laberinto, en la catedral de Chartres. Pero también se puede considerar que ya está “fuera del laberinto”, si la vida lo es, y yo muchas veces pienso y siento que lo es.

El título de ese libro, La prueba del laberinto, no es casual, tampoco su historia, que creo que se bifurca en muchas. Es una búsqueda de Jesús, pero al final el protagonista es el propio Fernando, bajo el antifaz de su alter ego Dioniso. Recomiendo buscar en un diccionario de mitología este personaje; yo lo hice en el de Carlos García Gual. El gran clasicista empieza su entrada de Dioniso en su Diccionario de mitos (Turner, 2017, pp. 130-131) de la siguiente manera:

Grande es Dioniso, el hijo de Zeus, en su divina y singular personalidad, que contrasta mucho con los otros dioses griegos. Tremendo es en sus manifestaciones, en el gozo de sus fiestas orgiásticas y en la cruel venganza contra quienes le niegan o intentan apresarle. Es Baco, el Liberador, el Bramador, el dios de la máscara, del frenesí, de la danza enloquecida, del entusiasmo y la embriaguez, el guía que arrastra a las ménades bacantes a sus alocadas correrías nocturnas por los bosques, el salvaje devorador de carne cruda, el inventor del vino que disipa las penas, el patrón de la fiesta teatral, un dios extraño y fascinante.

Al final La prueba del laberinto es una búsqueda del propio Fernando a sí mismo, y me atrevo a decir que a través de sí mismo, a través de toda una cultura, la suya, pero también la del lector. Una cultura entendida como algo muy amplio, muy hondo, que nos habla y nos explica. También, todo ello, es un viaje, el que recorre el personaje de ese libro, y con él el lector.

Al final este lector, tal vez también el que esto lee, y el que lee La prueba del laberinto, se identifica con Dioniso, con Fernando, con Fernando Sánchez Dragó. El propio escritor se introduce con los dos nombres; es evidente que juega, y que lo hace consigo mismo, con su ser auténtico y con su máscara, que quizá intuye que son la misma cosa. No en vano, pienso ahora, máscara significaba en griego persona.

El escritor es con sus personajes un pequeño dios, y lo es consigo mismo en cuanto a que sus personajes lo representan. Ahora recuerdo el maravilloso poema de Borges, aquellos versos que Pérez-Reverte puso al frente de La tabla de Flandes: “Dios mueve al jugador y éste la pieza. ¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza?”.

Sí, yo he sentido muchas veces la vida como un laberinto. Cuántas veces me he dicho que la vida era como una carrera de obstáculos, por una parte, y un laberinto, además, por otra. Puede que cuando muramos salgamos del laberinto que es la vida. Puede que entonces alcancemos el centro del laberinto, como lo logró el escritor de La prueba del laberinto y su hija Aixa en la catedral de Chartres, con mucho simbolismo, como todo lo que hace ese personaje en el libro. Ésa es una de las grandes lecciones, en mi opinión, que tiene esa obra, aparte de su espíritu literario y vital, espiritual, que es el de Fernando Sánchez Dragó.

Recomiendo a mi lector que busque en Internet o en algún libro este laberinto de la catedral de Chartres, como hice yo. Es precioso, como lo es la catedral, por supuesto. Es muy bonito leer la novela de Sánchez Dragó con las referencias visuales a las que remite el escritor bien presentes, por ejemplo ésta del laberinto, o la de la cruz de los cátaros, por ejemplo.

Recuerdo que cuando compré y leí este libro yo estaba en 3º de BUP y tenía 16 años. Recuerdo que entonces estaba leyendo La Regenta, de Leopoldo Alas “Clarín”, uno de mis libros favoritos de siempre, y que me sorprendía la frescura de La prueba del laberinto, su contemporaneidad, el ver un Mercedes por ejemplo entre sus páginas. Me sentía cómodo leyendo este libro porque era de mi época, y su autor también. Ahora me doy cuenta de que no sólo era de mi tiempo, sino de todos los tiempos, del Tiempo quizá me diría Sánchez Dragó.

Con esta novela ganó el premio Planeta en 1992. Parecía que él no la apreciaba mucho, tal vez porque era la opinión dominante que veía en los lectores, pero a mí sí que me gusta y sé que a él le gustó que se lo dijera en una ocasión. “¿Te gusta La prueba del laberinto?”, me preguntó un día, como mostrando sorpresa. Yo le dije que sí, sin dudarlo. Me gusta cada vez más.

Un día, hace muchos años, en una Feria del Libro de Madrid, me dijo que la había escrito para ganar el premio Planeta, y que su mejor novela era El camino del corazón, que fue el libro que me recomendó aquel día y el libro que compré, o mejor dicho que me compró mi padre.

Hace poco el escritor Javier Sierra puso un tuit en el que decía que ahora Fernando conocía todos los misterios. Ese tuit y la foto que adjuntaba, en Grecia, cuando recorrieron Eleusis hace poco, son entrañables. En ella aparecen los dos autores sentados en unas ruinas. De hecho ahora leo a Javier Sierra y me recuerda mucho a Fernando Sánchez Dragó; no sé si estaré equivocado con esta asociación literaria, asociación que probablemente va más allá de la literatura.

Veo que es un escritor, una persona, a la que no se le olvida, no lo olvidamos. Ahora compruebo, estoy comprobando que tras la muerte, cuando va pasando un poco el tiempo, es como más se valora y disfruta a los escritores con los que has convivido, y eso me está ocurriendo por ejemplo con Antonio Prieto, mi querido profesor, y con Fernando Sánchez Dragó.

Ahora pienso que es muy posible que Fernando quede en la Historia de los hombres, y lo haga en toda su dimensión, no sólo como escritor, sino como orador, comunicador, como periodista, como hombre, como persona.

Yo lo recuerdo siempre, muy a menudo, sonriente. También lo recuerdo mucho con un libro en la mano. O con un bolígrafo Pilot entre los dedos, rotulador de punta fina, parecido a éste con el que escribo yo ahora. Estos rotuladores le gustaban mucho, los utilizó mucho, y yo le veía con ellos en los programas de Negro sobre blanco.

Él dijo mucho que no era periodista, pero en sus últimos años a mí me dijo que  ya había dejado de decirlo. “Si no eres periodista tú —le replicaba—, ¿quién lo es?”.

Vuelvo a sus libros, los paladeo. Por ejemplo, Gárgoris y Habidis y Muertes paralelas. Todos tienen su sustancia y en todos está él. Me centro, me concentro en lo mejor que tienen; y de lo que me parece menos bueno también aprendo, también lo disfruto, porque en todo ello lo veo a él.

Para mí, como para muchos, supongo, es una especie de mito, de leyenda viva, todavía hoy, quizá hoy más viva incluso que cuando vivía. Por sus libros, por sus artículos, por sus programas de televisión. Pero a poco de tratarlo te dabas cuenta de que ahí había una persona entrañable.

Vuelvo a La prueba del laberinto, el primer libro suyo que compré y leí, y lo busco a él en su historia, en su trama, en su profundidad y pensamiento. Y lo encuentro a él.

Me recuerda mucho a El código Da Vinci, y aunque sé que esto no le gustaría que se lo dijera lo cierto es que lo pienso mucho cuando lo leo y pienso sobre La prueba del laberinto, publicado, no hay que olvidarlo, en 1992, es decir, 11 años antes que la novela de Dan Brown.

Busco en sus libros a la persona que conocí, con la que tuve la suerte de coincidir muchas veces, con la que pude hablar muchas veces, en persona y por teléfono. Lo busco y debo repetir, sí, que lo encuentro. A veces incluso si hago un pequeño esfuerzo, al leerlo, me parece oír la voz de Fernando transmitiéndome directamente las palabras de sus libros. Es una sensación muy agradable: oírle en las páginas que escribió. Y su voz era muy característica, muy llena, de muchas cosas, pero también de sí mismo.

Era un hombre afable, y lo he dicho otras veces. Amable, cercano. Era el personaje de sí mismo, pero en tanto en cuanto escritor auténtico, que lo era, enormemente vocacional, era también escritor auténtico de sí mismo, y personaje de sí mismo. Yo creo que él quería descubrirse, ser más plenamente, y en esa investigación literaria conseguía ser más escritor, su mayor objetivo, no diferente al primero, porque eran el mismo. “Literatura egográfica”, decía él que era la que practicaba.

En sus libros está la clave, pero también en sus programas de televisión, por ejemplo. Hace poco con Juan Antonio Tirado, escritor y periodista de Informe semanal, comentaba lo maravillosos que eran los programas de Negro sobre blanco, cuánto los hemos disfrutado. Por allí pasaron todos los escritores de la época y yo procuraba no perderme ninguno. Creo recordar que los ponían los domingos a las 12 de la noche en La 2, que debía de ser la hora de menor audiencia de la televisión. O acercarse a ella. Pero los que teníamos mucho interés sí que lo veíamos, al menos quien esto escribe, en otra época, cuando soñaba sin saberlo, sin formulármelo a mí mismo quizá, con convertirme en uno de esos escritores a los que entrevistaba Fernando Sánchez Dragó, o incluso él mismo haciendo su propio programa de televisión.

Al final, en 2008, cuando publiqué Pedro J: Tinta en las venas, fui entrevistado por Fernando en Las noches blancas, en Telemadrid, y ya no olvidaré todo lo que hablamos allí, antes, durante y después del programa. Quizá entonces yo llegué, de algún modo, al centro del laberinto, a uno de los múltiples centros de laberinto que tiene la vida, pues ésta me ha demostrado muchas veces que lo es, como ya he insistido suficientemente en este texto, un laberinto, el más complejo y difícil de todos, el que quizá los incluye a todos, el que conduce a todos también. Asimismo el mejor de todos, el más rico y trascendente.

Por eso Fernando hablaba en su novela de la prueba del laberinto y citaba a Mircea Eliade al principio del libro, como lema, un texto en el que Eliade decía que “la prueba” se repetía muchas veces. Él, Fernando, así lo comprendió; creo que sus lectores también lo comprendemos, con él. Es un aprendizaje, una ganancia, si se me permite la expresión. Y la tenemos para siempre. Ella nos servirá de guía para futuros laberintos, futuras pruebas.

TITULO:   REVISTA MUJER HOY DE CERCA PORTADA - VIAJANDO CON CHESTER -  Marta Peirano - Se acabó la tregua ,.


 

VIAJANDO CON CHESTER


Viajando con Chester es un programa de televisión español, de género periodístico, presentado por Pepa Bueno, en la cuatro los domingos las 21:30, foto, etc.

 

 

 REVISTA MUJER HOY DE CERCA PORTADA   -  Marta Peirano - Se acabó la tregua,.

 

  Marta Peirano - Se acabó la tregua,.

 

 Marta Peirano

 foto / Marta Peirano ,.

Ante unas redes comprometidas con la derecha orwelliana de Trump y en guerra con el periodismo de investigación, los medios solo pueden asumir un papel: la resistencia,.

 La red social, como Taylor Swift, tiene eras. En la primera, la gran era del descubrimiento, ocurrió cuando aquellos que habían crecido desterrados de la vida social del instituto, la discoteca y el césped de la universidad fundaron su paraíso en las habitaciones minimalistas, descentralizadas y protegidas del chat IRC. Su cumbre fue la guerra del Golfo, cuando activistas, periodistas y ciudadanos empezaron a usarlas para compartir información y verificar noticias en tiempo real, retando tan a menudo el relato de gobiernos y medios generalistas, que se instaló,.

 

TITULO: Viaje al centro de la tele -  Tesoro de la tele -  Especial Nino Bravo ,.

 

jueves - 12 - Diciembre a las 22:00 horas en La 2,  foto,.

 Especial Nino Bravo,.

 Especial Nino Bravo

‘Viaje al centro de la tele’ homenajea a Nino Bravo, en el 80º aniversario de nacimiento del que fuera una de las voces más importantes y queridas de nuestro país.

Un programa temático que cierra la temporada y en el que se escucharán sus mejores canciones, indispensables en cualquier karaoke; descubre su personalidad; afronta la faceta más humana del cantante y, además, fiel a la filosofía del programa, brinda varios momentos inéditos y exclusivos, algunos de ellos en color.

TITULO: Me voy a comer el mundo - Cuando el gazpacho viene de espesar un guiso con pan,.

 Cuando el gazpacho viene de espesar un guiso con pan,.

 

Una profesora de la Universidad de Castilla-La Mancha desentraña el misterio que desde hace siglos rodeaba su etimología,.

Barras de pan en un caldero, ingrediente esencial para hacer un gazpacho.

foto /  Barras de pan en un caldero, ingrediente esencial para hacer un gazpacho.

Logro desbloqueado. María Teresa Santamaría Hernández, catedrática de Filología Latina en la Universidad de Castilla-La Mancha, ha resuelto uno de los grandes enigmas de nuestra gastronomía y del idioma castellano: el origen del término gazpacho. Parece mentira que siendo tan buena abanderada de la cocina española aún no supiéramos de dónde venía esta palabra, pero ahí donde la ven ustedes, tan castiza y común, lleva dando quebraderos de cabeza a los filólogos desde el siglo XVI.

Yo les comenté aquí hace años, hablando sobre cuándo se produjo la inclusión del tomate en el gazpacho, que la etimología que defiende el diccionario de la RAE estaba muy traída por los pelos. Curándose en salud con un condicional «quizá» la Academia ofrece una rocambolesca teoría según la cual gazpacho procede del árabe hispano «'gazpáčo', y este del griego 'gazophylákion' o 'cepillo de la iglesia', por alusión a la diversidad de su contenido, ya que en él se depositaban como limosna monedas, mendrugos y otros objetos».

Sonaba a inventado, a explicación inverosímil que uno discurre para aprobar un examen por los pelos. Esta hipótesis salió en 1996 (en el 'Boletín de la Real Academia Española', vol. 76) del magín del granadino Federico Corriente, arabista y académico con asiento en el sillón K, uno de los muchos filólogos que desde hace siglos intentaron descifrar el misterio gazpachero.

En 1593 ya estuvo empeñado en el asunto el lexicógrafo Diego de Guadix, quien en su 'Recopilación de algunos nombres arábigos' definió el gazpacho o gaspacho como «ciertas migas que usan comer los labradores a el tiempo de segar y coger los panes, que como son hechas en agua envinagrada o saboreada y azedada de vinagre vale para refrescarles los estómagos contra el grandíssimo calor que en aquel tiempo y en aquel exercicio padeçen».

Según Guadix el término era la suma de tres palabras árabes (haç, ba y choâ) y significaba literalmente «lechugas con hambre», ya que quien con buena hambre moja «las lechugas en el vinagre y come, también moja en el vinagre algunas sopas o pan, y aun también da algún sorvillo en el vinagre». Otros defendieron que gazpacho venía de pasto, de empacho, de caspa (entendida como residuo o fragmento, por echársele trozos de pan) y hasta de gazapo, por usarse a veces conejo en los gazpachos galianos.

Comida de segadores

Sebastián de Covarrubias fue uno de los más imaginativos. En su 'Tesoro de la lengua castellana o española' de 1611 incluyó los gazpachos en plural como «cierto genero de migas que se haze con pan tostado, y azeyte, y vinagre, y algunas otras cosas que les mezclan, con que los polvorizan». Aquella comida «de segadores y de gente grosera» tenía en su opinión dos posibles raíces etimológicas: el toscano guazo, «potage o guisado liquido con algunos pedaços de vianda cortados y guisados con el, y de guazo, guazpachos», o si no el verbo hebreo gazaz (cortar) «por los pedaços en que parten y desmenuçan el pan porque se remoge mejor». A Covarrubias le sobraban las respuestas, pero no acertó ni una.

A propósito del amor que Sancho Panza profesó por los gazpachos, el gran Azorín escribió en 'Con permiso de los cervantistas' (1948) que «sería curioso el escribir la historia de las aventuras de los gazpachos en los diccionarios». En singular ha pasado a significar una cosa (sopa fría) y en plural otra muy distinta (guiso caliente y caldoso hecho con torta cenceña), dos platos diferentes que habitualmente distinguimos añadiendo las etiquetas de andaluz o manchego, aunque se extiendan más allá de esas fronteras geográficas. Ahora, gracias a María Teresa Santamaría sabemos que ambos tienen un origen común que se remonta a la antigua Roma.

Lo desveló en el último número de Myrtia, revista de filología clásica de la Universidad de Murcia, con un artículo titulado 'Etimología de gazpacho (caccabaceus): significado originario y evolución fonética'. Les invito a leerlo entero, pero por si acaso se lo resumo: gazpacho viene del latín 'caccabaceus', que significa «propio de o relacionado con el caldero».

El 'caccabus' romano era un caldero o marmita que servía para guisar salsas y recetas caldosas y que en castellano nos ha legado términos como cacho, cacharro, cascabel y probablemente también cazo. Con el sufijo '-aceus', que indica pertenencia, semejanza o relación con lo que le precede, el término 'caccabaceus' (también escrito 'cacabacius') figura en tres manuscritos de entre los siglos II y VI vinculado al pan, un pan especial destinado a espesar y enriquecer los guisos del caldero y que se consideraba basto, poco delicado o, como diría Covarrubias, «de gente grosera».

La evolución posterior de la lengua romance provocó varios cambios fonéticos que convirtieron al 'caccabaceus' en nuestro gazpacho, que mucho antes de dividirse en dos vertientes casi irreconciliables (la andaluza fría y la manchega con carne de caza) fue un contundente, caliente y a la par caldoso batiburrillo de pan con diversos ingredientes que, con menos fama que sus primos, sigue subsistiendo en muchos puntos de nuestra geografía bajo los nombres de gazpacho caliente, gazpacho de invierno o saltavallaos. Siempre con pan, siempre salido de un caldero.

 

TITULO:  Cine de barrio - Cine - La tía de Carlos ,.

 La tía de Carlos

El sábado - 14 - Diciembre  , a las 19:00 por La 1, foto,.

 

 Inés Ballester - presenta - 'Cine de barrio' La tía de Carlos", dirigida por Luis María Delgado en 1981. Se trata de la última película de Paco Martínez Soria,.

Reparto,. Paco Martinez Soria , Rafael Alonso , Luis Barbero , Maria Luisa Bernal , Maria Kosty , Maria Luisa Ponte , Ricardo Merino , Luis Varela , Mari Paz Pondal,.
 
 Fermin Recuero, primer actor y director de una compañia de cómicos, recibe, gracias a su maestría en el disfraz, la insólita propuesta de hacerse pasar por la multimillonaria brasileña doña Lucia Castelo, tia de Carlos, un joven amigo de Fermin. Doña Lucia tiene anunciada su inmediata llegada a España y de ello depende la boda de Carlos con la hija de don Servando Becerra, pero como la brasileña está tardando en aparecer, el paréntesis es cubierto por el actor Recuero, en una de las mejores interpretaciones de su vida.
 
 

TITULO: Versión europea - Cine -  Última noche en Milán , Sabado -14 - Diciembre,. 

 Última noche en Milán

 El sábado -14 - Diciembre , a las 22:00 por La 2, foto,.

 Reparto,. Pierfrancesco Favino, Linda Caridi, Antonio Gerardi, Francesco Di Leva, Mauro Negri,.
 
 La noche antes de jubilarse, el teniente de policía Franco Amore es llamado para investigar la escena del crimen donde mataron a su mejor amigo y compañero de toda la vida, Dino.

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