Investigar en España tiene mérito,.
Sin reconocimiento. La falta de financiación estable, el desprecio por la innovación y los sueldos ridículos acosan a las mentes que nos están sacando de la crisis, fotos,.
Guillermo, enrolado en el Instituto de Neurociencia de Castilla y León, denuncia que tampoco exista en la práctica una carrera científica organizada como tal. «Te dan una ayuda, te contratan, y desde ese momento ya tienes que volcarte en la búsqueda del siguiente proyecto. Y como nunca coincide con el fin de obra, siempre te acabas comiendo entre seis meses y un añito de paro. Es una economía de bolos, que funciona para la música -Guillermo organizaba conciertos para pagarse los gastos durante la carrera-, pero no para la ciencia. Imagínate un hospital donde los médicos se fueran al cabo de un año y hubiera que buscar otros nuevos. Además, como todas las becas son de concurrencia competitiva, lo que sucede en la práctica es que hay mucha gente trabajando gratis porque necesita acreditar méritos para pasar así al siguiente nivel».
Bien considerados... fuera
No es el único en hacer ese diagnóstico. Eva Ortega-Paino, 17 años trabajando en Suecia en el campo de la oncología y la inmunología, y retornada a España «en el mejor momento», asegura que los científicos españoles obtienen mayor reconocimiento en el extranjero que en su propia casa. «Bien considerados, trabajadores, con una formación excelente... así nos ven». Entonces, ¿qué nos diferencia de Alemania, de Reino Unido, de Norteamérica? «La diferencia es clara, invertir en ciencia no es una prioridad aquí. ¿Un error? Sin duda, porque sin ciencia no hay desarrollo, y sin desarrollo no hay futuro. Lo mismo da que sea científico, tecnológico o innovador. Y nosotros, aun teniendo buenísimos profesionales, no hemos interiorizado eso. Bastante bien se nos da para lo que se invierte», desliza Ortega-Paino, directora Científica del Banco de Muestras del centro Nacional de Investigaciones Oncológicas y enfrascada ahora en ese esfuerzo general por frenar la pandemia, buscando vacunas, tratamientos y vías de diagnóstico.
«La mayor parte de la financiación que reciben los investigadores llega de Europa. Espero que no peligren esas ayudas»
Eva Ortega-Paino | Directora científica del Biobanco
«El Covid ha demostrado que nuestras vidas están en manos de gente con
sueldos ridículos. El reconocimiento empieza por la remuneración»
Guillermo Varela Carbajal | Inst. Neurociencia Castilla- León
«Alemania combatió la crisis de 2008 invirtiendo más en ciencia.
Euskadi, Cataluña y Galicia siguieron esa consigna y son a las que mejor
les va»
José María Mato | Dir. CIC bio/biomaGUNE
«España debería fijar un porcentaje del presupuesto y no partidas que varíen según los intereses del gobierno de turno»
Gabriel Reina | Microbiólogo Univ. de Navarra
Hasta que volvió a Madrid, Eva formaba parte de ese contingente de 20.000 españoles dedicados a la investigación repartidos por el mundo,
donde se encuadran desde microbiólogos a lingüistas, algunos
perfectamente integrados en su país de adopción -Eva habla y escribe
sueco- y otros que se casan, tienen hijos, y no pueden volver si no
disponen de planes de retorno sólidos que les aporten estabilidad. «Un
sistema que realmente apuesta por la ciencia -advierte- no permite que
la investigación se sostenga sobre sueldos de 1.000 euros. Y eso aquí
está pasando».«El Gobierno nos ve como un gasto, no como una inversión -remacha Guillermo-, y eso es lo que lo cambia todo». En Alemania, ahora en boca de todos, tienen claro que es una inversión, porque su modo de vida es innovar. Y eso vale lo mismo para desarrollar medicamentos que motores. «De acuerdo, esto exige un gasto, pero también va a generar muchísimo dinero. Si tú coges un libro de Química Orgánica verás que el nombre de todas las reacciones son alemanas. ¿Por qué? Porque en el siglo XIX esa gente se dedicó a picar piedra y cien años después son los dueños de las empresas farmacéuticas y petroquímicas más importantes del mundo».
Dicho de otra forma, la cuestión no es tanto si el sistema es sostenible, sino si te vas a resignar a ser siempre deudor de lo que otros desarrollen. Serán ellos los que te pasen las vacunas, los smartphones... los respiradores, y a ti a quien le toque pagarlos. José María Mato, ex director del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y desde hace 15 años responsable del CIC bioGUNE y CIC biomaGUNE, centros de investigación privados sin ánimo de lucro que funcionan bajo el paraguas del Gobierno vasco, considera que el problema de la ciencia en España es la falta de estrategias a largo plazo. «En cuanto hay una crisis se reducen los presupuestos al contrario de lo que hace, por ejemplo, Alemania. La empresa aquí tampoco es muy innovadora, emplea a pocos científicos y gasta menos aún en investigar. Mientras unos han escogido la innovación, nosotros nos hemos quedado anclados en los servicios y, en consecuencia, resistimos mal ciertos envites, como ha ocurrido ahora con el coronavirus, que nos ha puesto en nuestro sitio».
Mato, sin embargo, no lamenta que muchos de nuestros científicos acaben fuera. «Lo terrible es que quien quiera volver no pueda hacerlo y que tampoco vengan extranjeros que llenen su hueco, como hacemos nosotros en otros países. No sé si perdemos las mentes más brillantes, aquí también hay mucha gente válida, pero sí oportunidades de capitalizar mucho trabajo, de atraer inversiones extranjeras, que es lo que pasa cuando no se es competitivo». El científico culpa de esto último al sector público, «un sistema formado por funcionarios que lo son para siempre. No puede ser que uno consiga un empleo y no tenga que demostrar más cosas el resto de su vida. Tiene que haber, en definitiva, objetivos que cumplir, científicos y económicos, como ocurre con cualquier empresa. Es como el cuento de 'Alicia en el país de las maravillas': hay que correr muy deprisa para estar en el mismo sitio, y el doble de rápido si queremos avanzar».
Mato apela a la necesidad de impulsar sectores estratégicos de las empresas, como puede ser la biotecnología, «y una manera de hacerlo es con compra pública. Nos quejamos de que no hay respiradores o test diagnósticos, pero ¿qué esperamos, si no se ha fomentado que los hicieran en España y se traen del extranjero?».
«Sin sobresaltos»
Para Gabriel Reina, microbiólogo y experto en enfermedades infecciosas de la Clínica Universitaria de Navarra, la solución pasa por una financiación estable y una base sólida que permita consolidar equipos científicos. Pensar no ya en proyectos a corto plazo, sino en líneas de investigación duraderas. «También en establecer un porcentaje fijo sobre los Presupuestos Generales del Estado y no una dotación que varíe de año en año en función de los intereses del gobierno de turno». A su juicio, «salir con solvencia de esta crisis va ser proporcional al avance científico que hayamos experimentado. Y para que esos avances se produzcan se deben apoyar en la financiación de proyectos de investigación y en lograr que la gente que se dedica a ello pueda trabajar sin sobresaltos».Reina cree que «la ciencia va a salir reforzada de esta emergencia sanitaria» y que la crudeza de lo vivido «empujará a movilizar recursos que nos permitan reaccionar con antelación ante futuras oleadas». Eva Ortega-Paino, sin embargo, es escéptica cuando se le pregunta si la crisis actual va a abrir los ojos de nuestros gobernantes. «La ciencia no genera un debate como las pensiones, el transporte o la administración de justicia. No es una cuestión de derecha o izquierdas. Todo el mundo está de acuerdo es que hay que potenciarla y, paradójicamente, eso actúa en su contra. Como no divide, va quedando relegada y el resultado es que nadie invierte». Tal vez, la primera lección que podamos sacar de todo esto sea la que ya apuntaba el escritor y bioquímico Isaac Asimov, cuando decía que «la ciencia reúne el conocimiento más rápido de lo que la sociedad alcanza la sabiduría».
En su contexto
- 20.000
- españoles desarrollan su labor investigadora en otros países, según datos de RAICEX, la Red de Asociaciones de Investigadores y Científicos Españoles en el Exterior.
- 20%
- es la pérdida de poder adquisitivo que han sufrido los científicos postdoctorales desde 2008, según un estudio de la Federación de Jóvenes Investigadores.
- TITULO: EL MAGO DEL TIEMPO - La fase 1 arranca en la región con tiempo lluvioso y tormentas ,.
La fase 1 arranca en la región con tiempo lluvioso y tormentas,.
Los termómetros rondarán los 20 grados en las horas centrales del día,.
fotos / Extremadura registra este lunes, 11 de mayo, cielo nuboso o cubierto con lluvias y chubascos, que pueden ir con tormenta y ser localmente fuertes, y que podrán ser persistentes en el norte de Cáceres y en Villuercas.
Temperaturas mínimas en ascenso ligero y máximas con cambios ligeros, con termómetros que oscilarán entre los 13 y los 21 grados en Badajoz, así como entre los 11 y los 19 en Cáceres.
Los vientos, por su parte, soplarán de componente sur, según la predicción que anuncia la Agencia Estatal de Meteorología.
TITULO: Volando voy - Jesús Calleja - Christian Drosten .
Este domingo 10 Mayo , a las 21.30, Cuatro emite una nueva entrega de 'Volando voy',foto . Christian Drosten . Christian Drosten, el ariete alemán contra la pandemia,.
Perfil,.
El asesor de Merkel, al que la revista 'Science' considera «el mayor experto mundial en coronavirus», censura la imprudencia de los políticos durante esta crisis
Pero su fama viene de antes. Con solo 30 años, Christian Drosten descifró en 2003 el virus del SARS y ya en enero pasado fue el primero en desarrollar un test para diagnosticar el nuevo coronavirus procedente de la ciudad china de Wuhan. Un test que puso gratuitamente a disposición de todo el mundo. En diciembre, cuando la pandemia comenzaba a extenderse por China, al virólogo alemán se le habían disparado ya todas las alarmas y había puesto a su departamento en Berlín, en un histórico hospital que recientemente cumplió su tercer centenario, a trabajar frenéticamente para ver la manera de frenar la expansión de la enfermedad. El especialista sigue además de manera radical una estrategia que ya convirtió en su credo con la epidemia de SARS hace más de tres lustros: hay que hacer llegar a la opinión pública todas las informaciones, de manera rápida, comprensible y transparente.
Entonces Drosten trabajaba en el Instituto Bernhard Nocht de Medicina Tropical en Hamburgo, donde desarrollaba test de diagnóstico para enfermedades infecciosas y con su colega Stephan Günther logró en breve tiempo presentar una prueba para determinar los contagios con SARS. Con solo 35 años fue nombrado director del Instituto de Virología de la Clínica Universitaria de Bonn y diez años más tarde asumió el mismo cargo en Berlín, en el más prestigioso de los institutos germanos especializados en la lucha contra enfermedades infecciosas. Sus colegas subrayan que Drosten es uno de los pocos virólogos que comprende una epidemia en toda su amplitud, no solo desde sus aspectos biológicomoleculares, sino también sus consecuencias clínicas y, no menos decisivo, la importancia de la divulgación de consejos entre la población para lograr su colaboración en la lucha para evitar que la enfermedad se extienda de manera descontrolada.
Mensajes drásticos
El experto reconoce que esto último es algo que aprendió ya con la epidemia de SARS hace 17 años. «El simple conocimiento por la población de los detalles de la enfermedad en Hongkong hizo que los pacientes acudieran antes al médico», señala Drosten, quien defiende que «todo mensaje drástico tiene su sentido», ya que solo entonces la gente cambia su comportamiento, evita las aglomeraciones y guarda la necesaria distancia social. Desde entonces difundir sus conocimientos ocupa una buena parte de las jornadas del virólogo alemán, aunque no oculta sus contradicciones. «No estoy seguro de que sea bueno para mí como científico. Hay que tener cuidado de no convertirse en un profesor televisivo», confiesa preocupado.
Christian Drosten procede de la región de Emsland, una despoblada esquina al noroeste de Alemania junto a la frontera holandesa donde se cosecha turba y maíz y se destila Doppelkorn, un aguardiente de grano que recuerda al vodka. Hijo de campesinos, se crió en una granja de Gross Hesepe a 25 minutos en autobús de Meppen, donde acabó el bachillerato. Estudió primero química y biológicas en Dortmund y Münster y luego medicina en Fráncfort. El mismo año en el que descifró el SARS se doctoró «suma cum laude». Vive con su compañera sentimental en el barrio berlinés de Prenzlauer Berg, tiene un hijo de tres años y cuando disfruta de un rato libre le gusta tocar la guitarra.
La revista 'Science' le considera «el mayor experto mundial en coronavirus». Su obsesión por una difusión libre de los resultados de las investigaciones hace que solo publique sus estudios en revistas especializadas como 'Eurosurveillance', donde los artículos son accesibles gratuitamente a través de internet.
Presión a los expertos
En su último 'podcast' Christian Drosten carga contra los políticos por su impaciencia y la presión que ejercen sobre virólogos y expertos, pero también por su imprudencia, por su precipitación a la hora de aliviar las restricciones dictadas para combatir el Covid-19. Denuncia que, sometidos también a presión a la hora de tomar decisiones para la sociedad, muchos políticos no quieren a veces asumir esa responsabilidad y exigen de los científicos estudios que confirmen su opción preferida para poder decir que figura negro sobre blanco. Es entonces cuando se entra en la zona de peligro, afirma Drosten, quien señala que bajo esa presión se hacen públicos análisis incompletos o los departamentos de prensa de los políticos elaboran comunicados en los que se escapa algún error.
Por eso advierte que «esto marcha actualmente en la dirección equivocada. La ciencia se ve demasiado polarizada en los medios. No solo yo como persona. Hay políticos que citan mi nombre en las tertulias de televisión, lo que encuentro una desfachatez y un engaño total a la opinión pública y también un fraude a la formación de la opinión política». -
TITULO: Tierra de Talento - Canal Sur TV,.
El sabado-9- Mayo a las 22:00 por Canal Sur TV, foto,.
Alejandro Sanz abre las puertas de su hogar a "Tierra de talento en casa",.
En esta nueva entrega, el concurso que conduce Manu Sánchez presenta también una iniciativa solidaria en colaboración con la Orquesta Sinfónica Metropolitana de Sevilla que tiene como objetivo recaudar fondos destinados a la adquisición de test rápidos para la detección del COVID19. Para ello, el jurado de "Tierra de talento en casa", compuesto por Carlos Álvarez, India Martínez, José Mercé y Jesús Reina, interpretarán junto a la mencionada orquesta una versión muy especial del "Himno de Andalucía" a la que también pondrán voz la cantante María Villalón y el propio Manu Sánchez.
Ocho nuevo aspirantes intentarán este sábado conseguir una plaza para la fase de desafíos y para ello transformarán sus hogares en un escenario desde el que tendrán que convencer a los miembros del jurado y obtener la unanimidad. Desde la provincia de Sevilla llegan la cantante Julia López (San José de la Rinconada), el pianista Víctor Gómez (Dos Hermanas) y Francisco Javier Carbonero, más conocido como "El Charro de Triana". Representando a Cádiz estarán la cantante Esperanza Bonelo, el guitarrista Didier Macho (Paterna de Rivera) y la rapera Mariola Caronte (El Puerto de Santa María). Completan la lista de aspirantes las voces de Juanmi Cortés, de Motril (Granada) y Enrique Parra, de Vera (Almería).
Como cada semana, María Villalón propondrá un viaje a la primera temporada de "Tierra de talento" para recordar algunas de las actuaciones más memorables. En esta ocasión, será el turno para el "Oh Happy Day" con el que Gospel It se metió al público y al jurado en el bolsillo además de sorprender y emocionar a la mismísima Diana Navarro. Esta entrega rescata también la actuación de Mar Hernández en la fase desafíos, interpretando el tema "Y sin embargo te quiero" junto a su padre, el guitarrista Francis Hernández, y la espectacular puesta en escena de los Butchqueens con su número "Vogue".
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