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sábado, 30 de mayo de 2020

Domingo -31- Mayo - LIARLA PARDO - Fernando Romay.. / ESPAÑOLES POR EL MUNDO - Costa Rica, costa Pacífico,. / Escala humana - Libro Los señores del tiempo, ,.Miercoles -27- Mayo,. / LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Libro El Castillo,.

TITULO: Domingo -31- Mayo- - LIARLA PARDO   -  Fernando Romay,.




El domingo -31- Mayo - a las 18:00 por La Sexta, foto,.

Liarla Pardo - Temporada 3 (24-05-20) Iñaki López, Fernando Romay ... Fernando Romay,.

Fernando Romay: “No sé cómo es la vida en el anonimato”,.

 

Medir más de dos metros y querer pasar desapercibido es un auténtico oxímoron. Una evidente contradicción. Y eso es precisamente lo que le ocurre, y él mismo corrobora, a Fernando Romay (La Coruña, 1959), que lleva una vida entera atrayendo las miradas de propios y extraños. Allá por donde va. Siempre sintiéndose observado. Siempre en el foco, ya sea por su innegable condición física (mide 2,13 cm) o por ser una leyenda del baloncesto español. Un veterano de mucho pedigrí en el Real Madrid. Ahí es nada. Es por ello que la palabra incógnito prácticamente no ha sido conjugada para él. Y tampoco quiso combatirlo de ningún modo. Era inevitable. Es más, asumió su posición y logró transformarlo todo en ventajas.
De hecho, el término diferencia sí que sobrevolará mucho a lo largo de la conversación con el ex pívot gallego. Son más de 20 años dedicados al baloncesto profesional, 17 de ellos en las filas del cuadro blanco, donde ha convivido siempre con la máxima exigencia deportiva. Y el resultado ha sido un amplio palmarés de éxitos, tanto a nivel de clubes como con la selección española. Toca hablar de siete ligas, cinco Copas del Rey, dos Copas de Europa, dos Intercontinentales, tres Recopas de Europa, una Copa Korac y una Copa Mundial de Clubes, además de un bronce en el Eurobasket de 1983 y una plata en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984. Sabe perfectamente lo que es ganar y ha disfrutado mucho de ello. Pero también de los valores que implica el deporte, en este caso el de la canasta. Y ahí reside su lucha actual.
Un evento de la Federación Española de Baloncesto, con la que trabaja a día de hoy, es el causante de la visita de Romay a Córdoba -ciudad a la que acude con cierta frecuencia-. Y entre presentaciones y diversos actos, el ex jugador logra sacar tiempo para hablar con CORDÓPOLIS. Una conversación que sabe a baloncesto, a reinvención, a oportunidades y a educación. Después de una vida en la élite, su cometido ahora radica en trabajar con los más jóvenes, puntualizando en el lado más saludable y positivo de dicha disciplina. Y todo bajo su sentido del humor, una herramienta que él mismo se impuso para derribar ciertos tabúes. No rehuye la broma, ni defender, como quedó dicho, el valor de la diferencia. Palabras de altura.
PREGUNTA. Creo que la palabra diferencia ha estado siempre muy presente en su vida. De hecho, si nos vamos a lo más evidente, la altura, ésta característica física, como les pasa a todas las personas altas, ha provocado que automáticamente sea el foco de atención allá por donde va. Imagino que lo tendrá más que asumido, pero, sobre todo de más joven, ¿cómo se puede convivir con el sentirte siempre observado?
RESPUESTA. Y no solo por la altura, también por la belleza, coño, que yo tengo su cosa (risas).
P. (Risas) Totalmente, ¿cómo se llevaba eso?
R. Pues es que no sé cómo se lleva el no ser observado. Yo siempre fui señalado por la calle cuando era pequeño. Desde que era pequeño, quería decir, porque, quieras o no, los altos somos altos toda la vida. Entonces, desde siempre era el alto, el grande, el que destacaba… Unas veces por exótico, que no por feo, y otras veces, ya una vez que me dediqué al baloncesto, por ser jugador del Real Madrid y tal. Entonces, la vida en el anonimato no sé cómo es. Además, hay una cosa que está clara: un alto no se puede esconder. Un actor se puede poner una peluca, unas gafas de sol, una gorra y una gabardina y puede pasar desapercibido. De un jugador de baloncesto dirán: coño, mira ese tan alto intentando pasar desapercibido. Mira, Romay disfrazado, o quién sea. Entonces…
P. Se tiene el prejuicio muchas veces de que el alto es el abusón, el que tiene ventaja sobre los demás.
R. No, no.
P. Y a esto me refiero a su infancia, mucho antes del baloncesto. Es que esa cualidad física también puede generar inseguridad, te marca como el diferente.
R. Sí, la sociedad es muy injusta en ese sentido. De hecho, yo tengo una charla que es el valor de la diferencia y eso lo recalco. En el momento en que eres distinto, te intentan encasillar. No puedes ser distinto por ser, no sé… Si te gusta llevar barba, pues eres hipster o tal; si llevas melena, eres heavy o hippy. Cantidad de situaciones que tienes. Y cuando no saben dónde encasillarte, entonces ya hay una entelequia genérica que es el frikismo. “¡Bah, ese es un friki! ¡A saber lo que será!”. Y no, lo único que eres es distinto. Tienes una forma de pensar y no tienes que estar encasillado ni nada.
Y entonces, a ver, si penalizan tanto ser diferente y, además, exigen ser genial, ¿cómo puedes ser genial sin ser diferente? Con lo cual, yo soy de los que abogan por fomentar las diferencias, en el buen sentido de la palabra. Pero no las diferencias para que sean excluyentes, sino que te permitan aportar a un equipo eso que necesita en cada momento.
Abogo por fomentar las diferencias, ¿cómo puedes ser genial sin ser diferente?
Fernando Romay | MADERO CUBERO
P. Sería muy aburrido si todos fuéramos iguales.
R. Aparte de aburrido, es que te maravillas de ver los mosaicos que han hecho desde tiempos inmemoriales los romanos y tal. Un montón de piedras distintas que forman una figura armoniosa. Un equipo no deja de ser esto. Un montón de características distintas que forman un núcleo sólido, armonioso y exitoso. Pues ya está, vamos a fomentar esa diferencia, amén de que, si tú intentas parecerte a los demás, vas a tener que usar un 80% de esfuerzo para conseguir un 20% de beneficio. Si tú intentas favorecer tu diferencia para ser útil a los demás, vas a tener un 20% de esfuerzo para conseguir un 80% de beneficio. Con lo cual, vamos a ser distintos.
P. Imagino que antes estaría más acentuado incluso, sería más complicado convivir con esa diferencia física.
R. No, no, qué va.
P. Me refiero a un hecho tan cotidiano como comprarse unos zapatos de su talla.
R. Claro, a ver, convivir no, vivir. Pero convivir no. Yo he tenido la suerte de estar siempre rodeado, en primer lugar, en tiempos prebaloncesto, de una familia que te daba muchísimo cariño y muchísimo amor, con lo cual me hacían ser un niño feliz. Y después, en tiempos de baloncesto, esas dificultades se transformaron en ventajas, ya que yo tenía más posibilidades que el resto de mis compañeros y así me lo hicieron ver desde un principio. Para poder conseguir las metas que a ellos les iba a resultar casi imposible hacer. Entonces, tampoco fue tan difícil.
Lo que sí, las cosas de convivencia, lo que tiene estar en un mundo que es una tallita más pequeño. Pero nada, son fácilmente solventables con comunicación. Ahora estamos en la era de la comunicación y no solo para el postureo, también tiene que valer para algo más, y ese algo más es el poder enterarte, aportar y hacerle la vida más fácil a los demás, que están en una situación parecida.
P. No sé si estará de acuerdo conmigo, pero, en mi opinión, la educación es bastante horizontal, que no quiere decir que sea justa. Al final, un chico de 1,50 cm no tiene las mismas capacidades que el de 1,80 cm, aunque tengan la misma edad. No se les puede pedir lo mismo.
R. Claro, claro. No, no, no. Es que, además, lo de la educación es algo que se tiene que empezar a ver. Mira que ha cambiado el mundo, y seguimos dando y recibiendo clase de la misma manera que se hacía en el siglo XVI o XVII. Entonces, esto tiene que cambiar de alguna manera. La educación tiene que ser distinta y yo creo que tiene que fomentar más las cualidades que te hacen distinto para poder aportarlas a la sociedad y que la sociedad se pueda beneficiar mucho más de ello, lejos de hacer el mundo perfecto en el que todos tenemos que ser iguales, vestir igual, tener la misma altura, el mismo color de pelo y tal. Viva la diferencia.
P. Volviendo a lo que comentábamos de la inseguridad. Desconozco si fue así siempre, pero es cierto que en su vida pública sobresale el humor como una herramienta importante.
R. Sí, sí. Lo has definido bien, una herramienta, indudablemente. Yo tenía que quitar la imagen de que los altos son sosos, de que los altos son tontos y que son parados. Entonces, un alto puede contar un chiste, puede ser gracioso, puede tener su chispa… Ya lo de listo no lo he conseguido tanto. Pero bueno (chasquea los dedos), estoy en ello a ver si… (risas).
P. Con 14 años, su destino, como ha dicho alguna vez, estaba en seguir los pasos de su padre y trabajar en el puerto de La Coruña.
R. Sí, bueno, eso era lo obvio, sí.
La educación tiene que fomentar más las cualidades que te hacen distinto
P. Pero entonces surgió la oportunidad de ir a Madrid.
R. De jugar a baloncesto, sí. Me llega primero la oportunidad de jugar a baloncesto en La Coruña y luego de descubrir un mundo nuevo, en el cual todos los problemas que tenía fuera, que la mayor parte eran problemas de intendencia podríamos decir, pues se trastocaban en ventajas. Tanto es así que, incluso sin llegar a jugar ningún partido en La Coruña, simplemente estando en la a minúscula del baloncesto, de todo el abecedario baloncestístico, pues ya me llama el Real Madrid, me coge y me hace ser jugador del Real Madrid. Me abrió un mundo completamente distinto.
P. ¿Cómo fueron esos primeros meses de un chico coruñés de dos metros en la capital?
R. Viviendo todo. Impregnándome de todo. Además con un problema añadido. Yo no tenía zapatillas en ese momento. Mi número era tan absolutamente extraordinario que no lo tenía ni el Real Madrid, con todo esto. Entonces, imagínate, tenía que entrenar y, lejos de ser una desventaja, supuso una ventaja porque toda esa merma que tenía, tanto física como baloncestística, pues me permitió meter muchos entrenamientos de baloncesto primario, digamos, no para ponerme a la altura de mis compañeros, que siempre iba mucho más adelante, pero sí ponerme a la altura para poder asimilar lo que me venía después. Era un poco tener esa base lo suficientemente sólida para tomar el impulso de llegar lo más arriba posible.
Y esto me valió por todos esos meses que estuve sin zapatillas. Coger una base física, una base técnica, para poder aguantar lo que venía después. Y, sobre todo, el hacer caso a los que más sabían. Yo soy de los que piensan que soy lo que soy gracias a la gente que me ha rodeado. A ese entorno que tenía, empezando por esos jugadores que estábamos en la pensión, que fueron los primeros que me hicieron ver las posibilidades que tenía de verdad. Y lo hicieron ver de una forma fehaciente. Hay un vasco maravilloso, Choya se llama, y que me lo hizo ver muy a lo vasco. Me dice: “O triunfas, o te doy dos hostias”, directamente. Entonces, me enseñaba la mano un tío de 1,90 y algo, con una mano que era como una pala de panadero, pues dije casi voy a hacer, pues, como me dé, voy a hacer noche en el aire. Y efectivamente, le hice caso (risas). Surgió efecto. Ya sabes, los métodos audiovisuales de “oye, ¿ves esto?”, pues surgió efecto.
P. ¿Es cierto lo que he leído de que confundió a Pedro Ferrándiz con el encargado del material?
R. Bueno, eso son historias. La verdad es que sabía muy poco de baloncesto y en algún momento pudo haber pasado, sí (risas).
El Real Madrid me abrió un mundo completamente distinto
P. Ha comentado en alguna ocasión que gracias al baloncesto encontró su sitio.
R. El baloncesto me colocó en el lugar que tenía que estar e hizo posible que sea lo que soy ahora. No sé hasta qué punto podía ser mejor, indudablemente. ¿Podía ser peor? Con toda seguridad. Pero gracias al baloncesto estoy donde estoy y estoy muy orgulloso.
P. Porque el baloncesto ha significado, creo yo, una importante salida a personas de 2,05 cm en adelante. En este caso se sitúa como una figura imprescindible, pero en cualquier otro deporte es muy raro.
R. Bueno, hoy en día, tal y como están las cosas, en otros sitios también. Tú ves jugadores de balonmano y hay de dos metros y pico; ves de voleibol y también.
P. De 2,13…
R. De 2,13, indudablemente, tiran al baloncesto porque es la salida más cotidiana, pero digamos que la gente alta, cada vez más, gracias a los métodos de entrenamiento y a que están mejor formados y tienen más cualidades para poder hacer, ya no son exclusivas solo del baloncesto, sino que la envergadura y la altura ya es aprovechada en otros muchísimos deportes.
P. Usted es lo que se conoce como un siete pies (2,13 cm).
R. Efectivamente.
P. Y de los primeros en el baloncesto profesional.
R. El primero. Antes de mí había uno con 2,10, que era Azpiazu. Era vasco y jugó poco, en San Sebastián y poco más.

TITULO:  ESPAÑOLES POR EL MUNDO - Costa Rica, costa Pacífico,.

Españoles en el mundo - Costa Rica, costa Pacífico - ver ahora 

Españoles en el mundo - Costa Rica, costa Pacífico,.


foto / Españoles en el mundo viaja hasta uno de los países más felices del mundo, Costa Rica. Su vegetación y playas salvajes, su espectacular biodiversidad, y un ritmo de vida muy especial hacen de Costa Rica un referente mundial de turismo sostenible. Rafael, Adriana y Daniel, Alberto y María, Jesús y Rubén nos muestran la capital San José; la península de Osa en la costa del Océano Pacífico, el lugar del mundo con mayor número de especies; el cultivo de uno de los granos de café más exquisitos del mundo en Orosí; los secretos de las Esferas de piedra precolombinas, y practicaremos canopy y parapente en Orotina. ¡Costa Rica, Pura Vida!,.



TITULO: Escala humana -    Libro  Los señores del tiempo ,.  , -27- Mayo , Miercoles ,.
 
El miercoles -27- Mayo  a las 21:00 por La 2, foto,.
 
 Libro  Los señores del tiempo,.

los señores del tiempo (trilogía de la ciudad blanca 3)-eva garcia saenz de urturi-9788408193296  Los señores del tiempo, una épica novela histórica ambientada en el medievo, se publica con gran éxito bajo un misterioso pseudónimo: Diego Veilaz.

Unai López de Ayala, Kraken, se enfrenta a unas desconcertantes muertes que siguen un modus operandi medieval. Son idénticas a los asesinatos descritos en la novela Los señores del tiempo: un envenenamiento con la «mosca española» ?la «viagra» medieval?, unas víctimas emparedadas como se hacía antaño en el «voto de tinieblas» y un «encubamiento», que consistía en lanzar al río a un preso encerrado en un tonel junto con un gallo, un perro, un gato y una víbora.

Las investigaciones llevarán a Kraken hasta el señor de la torre de Nograro, una casa-torre fortificada habitada ininterrumpidamente desde hace mil años por el primogénito varón. Pero el reverso de tanta nobleza es la tendencia de los señores de la torre a padecer el trastorno de identidad múltiple, un detalle que arrastrará a Estíbaliz a vivir una arriesgada historia de amor.

Unai López de Ayala acabará descubriendo que Los señores del tiempo tiene mucho que ver con su propio pasado. Y ese hallazgo cambiará su vida y la de su familia.

 

TÍTULO: LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Libro El Castillo  .

EL CASTILLO (TRILOGIA MEDIEVAL 1) | LUIS MANUEL ZUECO JIMENEZ ... LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Libro  Libro El Castillo , fotos,.

 Esta novela narra el sueño de aquellos que desafiaron su destino hace mil años, lograron construir una de las fortalezas medievales más grandes del mundo: el castillo de Loarre.

Una novela sobre la construcción del grandioso e imponente castillo de Loarre. El sueño de unos hombres y mujeres que desafiaron su destino hace mil años.
Resultat d'imatges de la maquina escribirEntre la Tierra Llana y el Pirineo aragonés se encuentra el monumento militar románico más importante de Europa: el castillo-abadía de Loarre, una fortaleza impresionante, construida cuando esa zona era una peligrosa tierra de frontera. ¿Cómo se edificó? ¿Quién logró tal hazaña?
Todo comenzó cuando un aguerrido monarca, el rey Sancho III el Mayor, decidió levantar una fortificación en una recóndita sierra, poco poblada y desde la que se podía avistar al enemigo musulmán a diez kilómetros de distancia. Y con la promesa de un futuro mejor, atrajo a un grupo de hombres y mujeres para quienes la supervivencia era una heroicidad cotidiana.
Entre ellos, un maestro de obras lombardo; Juan el carpintero y su hijo Fortún; Ava la arquera; Javierre, un muchacho cuya ambición creció a la par que el castillo; y un sacerdote fiel al viejo rito hispánico, acompañado de la inteligente y misteriosa Eneca.

 

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