BLOC CULTURAL,

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miércoles, 4 de octubre de 2017

EL OBJETIVO LA SEXTA - EL FESTIVAL DE SAN SEBASTIAN SE RINDE A LA MEJOR TELEVISIÓN,./ TIERRA DE TOROS - VERSION BELICA DE PACO UREÑA,.

TITULO: EL OBJETIVO LA SEXTA - EL FESTIVAL DE SAN SEBASTIAN SE RINDE A LA MEJOR TELEVISIÓN,.

EL OBJETIVO LA SEXTA :
 

 El objetivo es un programa de televisión de entrevistas y actualidad informativa, producido por Globomedia para Atresmedia Televisión y presentado por Ana Pastor García. Es el primer formato español de televisión basado en el género de la verificación de hechos o periodismo de datos. Se emite en laSexta cada domingo a partir de las 21:30, etc.

 EL FESTIVAL DE SAN SEBASTIAN SE RINDE A LA MEJOR TELEVISIÓN,.

El Festival de cine de San Sebastián se rinde a la mejor televisión,.


El guionista de 'La peste', Rafael Cobos, y el director de la serie, Alberto Rodríguez. :: J. Etxezarreta / Efe
El guionista de 'La peste', Rafael Cobos, y el director de la serie, Alberto Rodríguez.  / foto.

'La peste', de Alberto Rodríguez, es la primera serie en la sección oficial, un fresco veraz y complejo de la Sevilla del siglo XVI,.

san sebastián. Alberto Rodríguez es sevillano. Y desconocía que en el siglo XVI el 10% de la población fuera negra. O que se vendieran esclavos en las escalinatas de la catedral. O que si alguien quería desaparecer por unos días pagaba por entrar en la cárcel, donde prestaban sus servicios prostitutas. La capital andaluza era la puerta de América, una nueva Roma donde hacer fortuna o escaparse al Nuevo Mundo. En 'La peste', el director de 'La isla mínima' y 'El hombre de las mil caras' sumerge al espectador en una Sevilla caótica, mugrienta y despiadada. Y lo hace en una serie de televisión, la primera que se incluye en la sección oficial del Festival de San Sebastián, fuera de concurso.
'La peste' es el mayor esfuerzo de producción de la televisión española en toda su historia. Movistar se ha gastado 10 millones de euros en seis episodios que sus abonados disfrutarán en enero de 2018. El Zinemaldia mostró ayer los dos primeros seguidos, de cincuenta minutos cada uno. Como si fuera una película, con su alfombra roja, sus críticas y su rueda de prensa. «Lo de que el cine es bueno y la televisión es mala se ha desdibujado», apuntó Paco León, uno de sus protagonistas. Tiene razón. 'La peste' deslumbra por su acabado formal y la complejidad de su narración.
Ninguna película española costará tanto este año como este «paseo veraz» por la Sevilla del XVI, tal como la define Rodríguez. «Queríamos fijarnos en las pequeñas historias que no aparecen en ninguna parte. Sentir la vida de la ciudad, como si estuviéramos allí». La paleta de colores de Caravaggio inspira la fotografía de una obra que respeta la luz de la época. Hay escenas iluminadas con un par de velas, nada que ver con las series españolas al uso.
Paco León, borrando su acento andaluz con gracejo, es uno de los protagonistas de este drama coral, donde ricos, buscavidas y niños de la calle se mezclan en un fresco que Rodríguez ha rodado, jura, con absoluta libertad. La huella de su estilo permanece en una narración que no da todo mascado al espectador. El propio realizador todavía no la ha visto en pantalla grande. «Yo espero que el cine no desaparezca nunca, porque en una sala es donde más disfruto», reconoció, a sabiendas de que habrá quien vea su peliculón de 300 minutos en un móvil. «Me parece muy raro, pero la gente lo hace. Es como beber un buen vino en un vaso de plástico».
'La peste' no solo alude en su título a la enfermedad que asola los barrios pobres de Sevilla y de la que los ricos y poderosos, como ocurre en todas las épocas, sacarán tajada. «En Sevilla se movía mucho dinero, económicamente era la ciudad más importante de Occidente. Llegaba la plata y el oro y fluctuaba el precio en Asia». De aquella época de gloria de la ciudad perviven los templos y un cierto espíritu que Rodríguez detecta en sus vecinos. «Ese carácter que tiene el sevillano de que esto es lo mejor del mundo quizá se deba a que una vez lo fue».

'Fe de etarras', a por los Goya

'Fe de etarras' competirá por los Goya, como desvelaron ayer sus productores. Y eso que solo se ha visto una vez en un cine: el Velódromo de Anoeta, que llenó sus casi tres mil localidades para enlazar una carcajada tras otra. «Esta es una película que cuenta qué pasa cuando te tomas demasiado en serio una bandera», explicaron Borja Cobeaga y su guionista Diego San José, que llevaban intentado sacar adelante el proyecto desde 2004. Ha tenido que ser Netflix quien produzca y distribuya la cinta, que estará a disposición de sus 104 millones de suscriptores en más de 190 países desde el 12 de octubre.
«Nunca nos hemos sentido censurados, no nos vemos como víctimas del sistema», reconocieron los autores de 'Ocho apellidos vascos'. «Lo que ocurre es que ibas a una productora con el guion de una comedia romántica y otra sobre un piso franco de ETA y, claro, elegían la primera». 'Fe de etarras' es, según ellos, «una crítica al fanatismo de los nacionalismos vasco y español». Llega en un momento en el que España está dominada, apunta Cobeaga, «por el sectarismo y la solemnidad». «En 2003, cuando aparece 'Vaya semanita', ETA seguía matando y la sociedad estaba muy hastiada. Ahora hay un atrincheramiento espoleado por las redes sociales, que hacen que cada día nos rasguemos las vestiduras. La gran derrota sería perder la comedia».

  TITULO:TIERRA DE TOROS - VERSION BELICA DE PACO UREÑA,.
 
TIERRA DE TOROS ,.

Tierra de Toros | Canal Extremadura,.

Programa presentado por Juan Bazaga dedicado al mundo del toro en nuestra región. Estamos atentos cada semana a la actualidad taurina, etc .

 VERSION BELICA DE PACO UREÑA,. 

 

VERSION BELICA DE PACO UREÑA,. 

Paco Ureña cortó la única oreja de la tarde. foto.

Paco Ureña cortó la única oreja de la tarde. :: afpUna faena a sangre y fuego con un áspero toro de Cuvillo importa más que otra más sencilla y ligera con otro cuvillo de carril. Discreta confirmación de Luis David Adame. Espeso Castella


La tercera corrida que Cuvillo lidiaba en Madrid este año fue distinta de las dos primeras y, en prueba de ganadería larga, surtida y diversa, en tipo pero abierta en distintas líneas. Un toro de carril, tercero de la tarde, con las hechuras distintivas del juampedro artista, ligeramente acarnerado, papadita y pechuga. El toro de Sevilla. Irresistible docilidad.
Un sexto de generosa culata, cornidelantero, muy bien rematado, de excelente son. Con más chispa que el tercero. Más encendido, pero de pareja nobleza. Un primero descarado, corto de manos, enmorrillado, pulido en dos puyazos que cobró echando la cara arriba pero peleando y de buen aire en la muleta. El único aplaudido en el arrastre. No el tercero, para el que sonaron incluso algunos pitos. Tampoco el sexto.

FICHA DEL FESTEJO

uToros
Seis toros de Núñez del Cuvillo.
uToreros
Sebastián Castella, silencio tras aviso en los dos. Paco Ureña, que sustituyó a Antonio Ferrera, oreja tras aviso y saludos tras aviso. Luis David Adame, que confirmó la alternativa, silencio y ovación.
uPlaza
Madrid. 5ª de la feria de Otoño. Veraniego. 17.000 almas. Dos horas y cinco minutos de función.
Un segundo burraco y escapulado menos toro que los demás. Menos cara, menos gana, menos plaza. Conducta irrelevante. Un cuarto de línea Osborne -el tronco cilíndrico- que flojeó de partida, se despabiló en banderillas y se movió luego. Más que manejable. Y un quinto harina de otro costal. Rabón, zancudo, blando en varas -dos puyazos soberbios de Pedro Iturralde, a caballo levantado el primero de los dos-, de genio áspero, dolido en banderillas, descompuesto de partida en la muleta, bélico y protestón en la corta distancia.
Estaba anunciado Antonio Ferrera como protagonista de esta corrida y de la feria. No pudo ser. Ferrera convalece todavía de la cornada de hace dos semanas en Albacete. Se eligió para la sustitución a Paco Ureña. Para él fueron los dos toros más dispares del sexteto. El de carril y el de pelea. Con el de carril se empeñó en una faena larga, de retórica expresión y, grave el gesto, teatral por tanto, sembrada de muletazos despatarradisimos de perfil o de frente en tandas de incuestionable firmeza. Una estocada desprendida, resistencia numantina a descabellar, un aviso, dobló el toro, una oreja.
Ureña pareció salir en su segunda baza con el solo propósito de cortar una segunda oreja. Meta, la puerta grande. Tal vez cegado por la idea, se peleó en una faena de combate, más agónica que dramática, sin apenas treguas, donde fuera y como fuera. Ni las embestidas descompuestas del toro en un arranque sin horma previa ni los cabezazos con que el toro respondió a los muletazos enganchados a media altura hicieron a Ureña pararse en barras. Puesto muy encima, Ureña pareció no dueño del toro pero menos vulnerable. Una tanda con la zurda no completa pero bien hilvanada. Cambios de terreno y mano, cara a cara. Sueltos, de nuevo, muletazos despatarrados en trazo de perfil.
No tomaba vuelo la cosa. Hasta que una cogida en terreno minado, una paliza monumental en el suelo de donde salió por su pie Ureña muleta en mano, vino a volcar a la inmensa mayoría. La vuelta a la cara del toro fue como el regreso del guerrero sediento de sangre. No solo la que llevaba en la taleguilla de seda canela. Una estocada a capón soltando el engaño y demasiado baja, un aviso, un descabello. Dejó de sufrir todo el mundo.
De modo que, después de ese suceso, la clara boyantía del sexto toro pareció un remanso de río y Luis David Adame, que había confirmado alternativa con el toro cornalón que por cara desigualaba la corrida y había sido castigado por el abuso de torearlo tan por y tan para fuera, se encontró de golpe con un clima de bonanza. Animoso, quitó por gaoneras, firmes y ajustadas las cinco del quite, y, sintiendo el cielo abierto, abrió faena de rodillas en la segunda raya. No consintió el toro entonces. Una tanda embraguetada con la zurda de inmediato. Otra rehilada en redondo luego. Y, en fin, muy encima del toro, sin distancia alguna, la opción temeraria de los cambiados por la espalda intercalados, aparatoso el gesto. Se dividieron las opiniones ligeramente. No entró la espada. La ocasión fue única.
Dejado de las musas, espesas las ideas, desgana apenas disimulada, Castella no dio pie con bola con el toro burraco, que pegó taponazos, escarbó y no paró de enganchar la muleta. Una faena maratoniana al cuarto, abierta brillantemente con la antigua fórmula personal -gavilla de diez muletazos con dos primeros cambiados por la espalda y el toro dejado llegar de lejos- y apagada casi de golpe, sin brújula, reiterativa, terca y plana. La espada que tantos triunfos ha negado a Sebastián en las Ventas entró las dos veces por el hoyo de las agujas.

 
 

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