BLOC CULTURAL,

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domingo, 16 de abril de 2017

EN PRIMER PLANO - A FONDO -¡ Buenos días, Javi y Mar !, CADENA 100 -Josep Baselga: "Las cifras del cáncer son bestiales y no van a bajar",./ REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA -Nadie ayuda a las niñas futbolistas que rompieron el techo de cristal,.

TITULO: EN PRIMER PLANO - A FONDO -¡ Buenos días, Javi y Mar !, CADENA 100 - Josep Baselga: "Las cifras del cáncer son bestiales y no van a bajar",.
 ¡Buenos días, Javi y Mar!, CADENA 100

Lo mejor del programa ¡Buenos días, Javi y Mar! que se emite cada mañana en CADENA 100 de 06:00 a 11:00 y que presentan Javi Nieves y Mar Amate.

  EN PRIMER PLANO - A FONDO -Josep Baselga: "Las cifras del cáncer son bestiales y no van a bajar",.


 Josep Baselga: "Las cifras del cáncer son bestiales y no van a bajar", fotos.

Es uno de los mayores expertos del mundo en cáncer. Y no está contento. La mala noticia es que no cree que podamos hacer que desaparezca. La buena, que en cinco años cualquiera podrá detectarlo a tiempo de forma indolora gracias a la biopsia líquida. Una revolución.

Josep Baselga llegó a la entrevista de selección para ser residente en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York con 26 años y un «inglés roto con un acento tremendo». Aunque tiene un currículum excelente -fue premio extraordinario de la carrera con una media de 9,8v, asegura que lo seleccionaron por su pasión. Estaba destinado a ser médico, su rotunda vocación. Su padre y su abuelo fueron médicos y su madre, enfermera.
Josep Baselga, medicina, ciencia, cancer, colonoscopia, mamografia, xlsemanal
Fue al primer residente que llamaron ese año y gracias al médico que lo entrevistó -John Mendelsohn- es hoy oncólogo especializado en cáncer de mama. Juntos descubrieron un anticuerpo que es “la bomba” porque mata las células del cáncer de mama.
Más de treinta años después, Baselga es, desde 2013, el director del mejor centro oncológico del mundo. Desde allí influye en la agenda científica mundial y es lo que verdaderamente le motiva. El presupuesto que maneja es de 4,5 billones de euros al año; 700 millones solo en investigación, y dirige un equipo de 1200 médicos. «Podemos avanzar» es su mantra.
Lo pillamos en Barcelona. Llegó la noche anterior, y esta mañana a las ocho ya estaba en las oficinas de la Fundación La Caixa para reunirse con el consejo asesor de expertos en investigación, del que es vicepresidente. Valentín Fuster o Joan Massagué han sido algunos de los presentes. Recibe a XLSemanal en las mismas oficinas donde tuvo lugar la reunión, justo antes de coger el avión de vuelta a Nueva York. Su agenda está organizada al milímetro porque no le gusta perder el tiempo: «El día da mucho de sí si vas focalizado».
XLSemanal. Hace 15 años era optimista en ganar la batalla al cáncer. ¿Sigue siéndolo? ¿En qué momento estamos?
Josep Baselga. Está bajando la mortalidad casi un 3 por ciento por año, hemos mejorado en casi todos los campos. Sigo siendo optimista, pero… no visualizo una curación del cáncer en los próximos 20 años. Posiblemente deje de ser la causa principal de muerte en el mundo occidental, pero no lo podremos prevenir.
XL. ¿En eso es negativo, en la prevención?
J.B. Sí, porque, aunque modifiquemos todos los factores de riesgo -tabaco, obesidad, alcohol, inflamación, genes hereditarios-, el cáncer sigue siendo un fenómeno natural por el hecho de estar vivos. No creo que sea posible prevenir más de un 40 por ciento de los tumores.
XL. ¿Qué podemos hacer entonces?
J.B. Interceptarlo lo antes posible. Hay que focalizarse en detectar mejor los factores de riesgo individuales en el genoma de cada persona y en detectar el cáncer en fases mucho más iniciales, cuando está empezando a desarrollarse y se puede curar.
XL. El factor suerte, entonces, es terrible. Puedes hacer una vida sana y contraer un cáncer. Te toca y te toca.
J.B. Es un problema puramente matemático. Cada vez que ocurre una división celular hay un riesgo de que se produzca un error no detectado y que se vayan acumulando los errores genéticos. Esta certeza de que la incidencia de cáncer no va a bajar es superpreocupante. Las cifras son brutales.

“No poder frenar el cáncer no es un fracaso. Es la propia vida. No estamos diseñados para vivir 90 años”

XL. ¿Cuáles son?
J.B. Uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrán cáncer. Es bestial.
XL. ¿Por qué crecen las cifras?
J.B. Porque la gente vive más; porque se diagnostican más cánceres que antes y porque se mueren menos por el sida, por el corazón y otras enfermedades infecciosas. Quedan el cáncer, que en el fondo es una enfermedad degenerativa, y las afecciones neurológicas. Estamos ante dos grandes amenazas. el alzhéimer y todo lo degenerativo, y el cáncer. Bueno, y luego las dolencias propias del esqueleto, que no aguanta.
XL. ¿Puede la alimentación prevenir un tumor?
J.B. No hay datos claros de que la alimentación influya en el cáncer salvo la obesidad, que tiene un efecto clarísimo. Ahora hay que mantenerse en forma porque, si todo va bien, vamos a vivir muchos años. Y tenemos que cuidar también el cerebro estando intelectualmente activos.
XL. Entonces, ¿para cuándo ese diagnóstico precoz a través de una biopsia líquida que detecta el ADN de los tumores en la sangre?
J.B. En el Memorial se la hemos hecho ya a dos mil pacientes. Y diagnosticamos un 60 por ciento de los tumores en fases muy iniciales. Es mejor que la mamografía, que la colonoscopia y que el TAC de pulmón.
XL. ¿Pero sigue siendo poco un 60 por ciento?
J.B. Sigue siendo poco, pero en el año 2022 tendremos un test de diagnóstico precoz en el mercado. Hay cuatro o cinco compañías que lo están desarrollando, y esto para mí será el gran avance.
XL. ¿Es un fracaso no poder frenar la enfermedad?
J.B. No, no es un fracaso. Es la propia vida, y la vida no es un fracaso. Es una enfermedad que se produce como consecuencia de estar vivos. No estamos diseñados para vivir 90 años. La incidencia de cáncer a partir de los 65 o 70 años sube en picado. Es brutal. A partir de los 70, el 20 por ciento de la población normal tiene mutaciones en la sangre, que son idénticas a las del cáncer, las cuales se van acumulando.
XL. ¿Qué papel jugará el big data en la futura detección precoz?
J.B. Será muy importante porque hay mucho tumor que no te va a matar. Si tú puedes diagnosticar el comportamiento del tumor, habrá muchos de ellos que no habrá que tratar. Simplemente habrá que vigilarlos.
XL. ¿Por ejemplo?
J.B. El cáncer de próstata. Tenemos muchos cánceres hoy en día que no operamos ni hacemos quimioterapia porque podemos calcular con precisión que no va a matar al paciente. El big data va a permitir saber cuál es el tratamiento que hay que ofrecer en cada caso; mucho más individualizado. Podrás buscar entre los datos el paciente que más se asemeje a ti.
Josep Baselga, medicina, ciencia, cancer, colonoscopia, mamografia, xlsemanal
El Memorial Sloan Kettering Cancer Center, que dirige Baselga, está considerado uno de los mejores institutos del mundo en el tratamiento e investigación del cáncer. Más de 14.000 personas trabajan en sus instalaciones de Nueva York
XL. ¿Cómo se trabaja en el Memorial para obtener ese big data?
J.B. Hemos tomado la decisión de poner todos nuestros datos en la red, de acceso libre. Cualquier médico o investigador podrá entrar. Tendremos millones y millones de datos que podremos consultar para cada caso y con ellos los programas de inteligencia artificial te podrán dar una recomendación. Porque el gran problema que tenemos es que los médicos no podremos asimilar toda la información que hay.
XL. ¿Exactamente cómo están trabajando en cuestión de inteligencia artificial?
J.B. Estamos trabajando con IBM. Tengo a 60 médicos que están enseñando a pensar a Watson -sistema informático de inteligencia artificial de IBM-.
XL. Póngame un ejemplo de cómo se aplica esa inteligencia artificial para ayudar al paciente.
J.B. Tengo el historial de una paciente. Unos 15 años de información, de la enfermedad de la que ha muerto su madre, el tratamiento que hemos aplicado a su tumor, de cómo ha respondido… Todo esto yo no lo puedo asimilar. Si tienes un sistema de extracción de esa información y un sistema de procesamiento del lenguaje natural, entonces el ordenador analiza todos los datos y, en función de la información del genoma, de todo lo publicado en Internet, lo integra todo y te dirá qué hacer con el paciente. El ser humano es muy bueno tomando decisiones y muy malo integrando datos. El big data facilitará incorporar todos los datos para que podamos tomar decisiones.

“En España recomendaría a un paciente ir a un sitio de alta calidad dentro del sistema público. Vall d’Hebron, La Paz, Doce de Octubre o Ramón y Cajal”

XL. ¿En pocos años podremos aplicar las ventajas del big data?
J.B. En cinco o seis años. Esto mejorará mucho la toma de decisiones. En el Memorial, a pesar de contar con gente buena, tengo resultados muy distintos en función de cada médico. En el futuro, la decisión que se tomará sobre un paciente será mucho más uniforme.
XL. Hablaba de que la supervivencia en su hospital es un 30 por ciento superior a la media americana. ¿Cómo hay tanta diferencia entre un hospital y otro?
J.B. Es un montón. Porque tenemos 14.000 trabajadores y todos se dedican al cáncer, desde el patólogo, el cirujano, el que pone la quimio… El gran reto es cómo exportar este modelo de hospital, democratizarlo. El big data va a marcar la diferencia. Todos los hospitales trabajaran en red y se podrán beneficiar de toda esa información.
XL. ¿Cómo traslada ese reto a España?
J.B. En España ocurre lo mismo. En los centros donde tienen un volumen mínimo y tienen investigación, seguro que se curan más. No es lo mismo un centro de referencia que ve al año 15.000 pacientes que los que ven 500. Hay que trabajar en red para que no haya discriminación en función del hospital donde te cuiden.
XL. ¿Dónde recomendaría ir a tratarse a un paciente de cáncer en España?
J.B. En España hay un sistema de sanidad público muy bueno. Ese es el primer punto. Mi recomendación sería ir a sitios de alta calidad dentro del sistema público. Intentaría ir a un centro de excelencia que también haga investigación. Porque la investigación salva vidas. Estamos hablando de Vall d’Hebron en Barcelona, La Paz, Doce de Octubre o Ramón y Cajal en Madrid. Es importante ir a estos centros de referencia y que el Ministerio entienda que no puedes tener un centro de cáncer en cada pueblo. No todo el mundo puede atender un cáncer. Hay que centralizar… y más cuando estamos en un país pequeño. Por ejemplo, los pacientes de Lérida todos tienen acceso a Vall d’Hebron.

“¡Yo a los médicos que comunican mal no los quiero! La parte humana es clave. El poder de un médico es tremendo, puede hacer que una persona se cure o no”

XL. Todos dicen que usted es una máquina recaudando dinero.
J.B. En España es difícil porque no hay tradición de filantropía, al contrario que en Estados Unidos. El ser humano es muy generoso, pero hay que darle oportunidades. Si tú tienes medios y visualizas el bien que puedes hacer, ayudas. Ahí están los casos de Vall d’Hebron y la Fundación Fero -presidida por él y dedicada a la investigación oncológica-. El edificio Cellex -donde se encuentra el Instituto de Oncología de Vall d’Hebron- está ahí gracias a un señor que lo financió. No solamente es una responsabilidad del Gobierno, es también de la sociedad civil. Del mismo modo que yo, cuando puedo, ayudo al colegio de mis hijos porque creo que está marcando su futuro y el de otros.
Josep Baselga, medicina, ciencia, cancer, colonoscopia, mamografia, xlsemanal
XL. A pesar de toda su responsabilidad como director del centro, sigue visitando a sus pacientes todos los martes.
J.B. Es lo que más me gusta. Si algún día me dicen que tengo que elegir entre dejar la dirección del Memorial, el laboratorio o ver pacientes, lo dejaría todo y vería pacientes. Me gusta ayudar. El poder del médico es un poder tremendo. Puede hacer que la persona se cure o no. Y luego la relación humana con una persona que tiene un problema grave, que se encuentra perdida y decirle que estás con ella, que navegamos juntos. Aprendes mucho de la condición humana y te maravilla.
XL. Por eso es tan importante que los médicos sean buenos comunicadores, ¿no?
J.B. Yo, a los malos comunicadores no los quiero. ¡No los quiero! [Repite]. La parte humana es clave. Si tú eres muy bueno pero incapaz de comunicarte con los pacientes o entenderlos, ¿qué poder de curación tienes? Es más, he creado un programa en Memorial de comunicación para médicos y los que no veo buenos los envío ahí. Es un laboratorio de comunicación con psicólogos que enseñan a nuestros médicos cómo comunicarse con los pacientes.
XL. ¿Qué le recomendaría a un joven oncólogo?
J.B. Salir fuera y a más de un sitio. Hay que enriquecerse y conocer diferentes formas de pensar. Y esto no es ‘fuga de cerebros’. En Memorial hay unos 30 españoles de altísimo nivel. La ciencia no tiene fronteras. Unos vuelven y otros se quedan. Esto no me preocupa.

“Si tuviera que elegir entre la dirección del Memorial o ver pacientes, lo dejaría todo y vería pacientes. Me gusta ayudar”

XL. Con Obama tuvo una buena relación gracias a la iniciativa del expresidente del proyecto Moonshot (1,8 billones del presupuesto dedicados a erradicar la enfermedad). ¿Cree que se mantendrá este esfuerzo con Trump?
J.B. Yo me pasaba el día en la Casa Blanca. Iba mucho a ver al vicepresidente Joe Biden; era su asesor. El proyecto está aprobado por el Congreso y el Senado y lo firmó Obama antes de irse. Los mensajes actuales de la Casa Blanca es que seguirán con el Moonshot.
XL. ¡Menudo legado, el de Obama!
J.B. Un superlegado. Obama es una persona que tenía mucha sensibilidad por la ciencia. La agenda del cáncer la vamos a seguir avanzando con cualquier Administración. Está blindado porque el cáncer afecta a todo el mundo.
XL. Decía que lo que más le motiva de trabajar en Memorial es que puede influir en el mundo entero desde ahí. Más de lo que podría hacer desde España. ¿De qué se siente especialmente orgulloso de lo que está consiguiendo en este campo?
J.B. Tengo dos iniciativas que para mí son muy importantes. Los niños con cáncer no se han beneficiado de los últimos tratamientos. Esto lo estoy cambiando. He ido a las compañías farmacéuticas y las he convencido de que a partir de ahora tenemos que hacer estudios con las mejores drogas en niños [lo dice hablando rápido y se le nota emocionado]. Y ya estamos empezando a ver resultados espectaculares. Ahora empiezo este año un programa para interceptar los tumores pronto a través de la biopsia líquida con un nuevo equipo de expertos bajo la dirección de un chico muy bueno, Luis Díaz, que acabamos de reclutar de Johns Hopkins. Estoy encantado. Es mi pasión y lo paso bien.
XL. ¿Cómo desconecta un médico cuando cruza la frontera del dolor a la vida normal?
J.B. Me gusta leer libros de historia. Estoy leyendo la biografía de Alexander Hamilton, de Chernow. Hago gimnasia tres veces a la semana y cuatro horas de tenis. ¡Ah! y tengo una moto de montaña que me gusta mucho.
XL. ¿Cree que el cáncer sigue teniendo mala imagen?
J.B. Sí. Hay que hablar más del cáncer. Lo que estamos haciendo nosotros ahora.

¡Si no podemos evitarlo, parémoslo a tiempo! (sin dolor, al instante y sin efectos secundarios)

¿Qué es la biopsia líquida?
Es un análisis de sangre que detecta mutaciones en las células. Piense en el cáncer como un ejército invasor. Un ejército compuesto por células que han cambiado de bando y se han unido al enemigo. El cáncer no se conforma con atacar un solo territorio -un pulmón, por ejemplo-, sino que envía otros destacamentos a conquistar nuevas tierras: quizá un hueso o el cerebro… Cualquier lugar que pueda utilizar como una cabeza de puente para seguir con su invasión. Es lo que llamamos ‘metástasis’. La forma más efectiva de moverse para estas células soldado es a través de la sangre. Pero antes de desplegar un batallón motorizado, con sus tanques y cañones, el cáncer envía una avanzadilla. Patrullas de reconocimiento. Un puñado de células muy bien camufladas, pero que han mutado y en su ADN esconden órdenes secretas. Una de ellas es convencer a la población local -las células sanas- y ganarla para la causa del invasor. Lo que hace la biopsia líquida es interceptar esas órdenes, desvelando la identidad y los planes de las células mutantes. Y lo consigue gracias a algo tan sencillo como una extracción de sangre.
¿Qué nos ahorramos con ella?
Molestias, dolores y riesgos. La biopsia tradicional consiste en extraer un trozo del tumor mediante punción o cirugía. Luego analiza ese tejido. Es un procedimiento doloroso. Y no está exento de riesgos, lo mismo que sucede con las mamografías y las colonoscopias. No son pruebas que se puedan repetir cada pocos días. Algo que sí permite la biopsia líquida. Y esto facilita que veamos cómo evoluciona un cáncer casi en tiempo real. Además, los resultados se pueden conocer en menos de 24 horas.
¿Para qué se utiliza?
Permite comprobar si hay recaídas antes de que sean visibles por el diagnóstico de imagen. El gran objetivo es lograr la detección temprana del cáncer, cuando las esperanzas de curación son más altas. Y que se generalice, además, a la inmensa mayoría de los tipos de tumor. De momento, la biopsia líquida se está aplicando ya en los de pulmón, de mama, al colorrectal, a algunos melanomas…
¿Por qué se considera medicina ‘a la carta’?
Porque cada cáncer es diferente. Y evoluciona de manera distinta en cada paciente. Hay tumores que presentan cientos de mutaciones y pueden ir cambiando casi de una semana para otra. En un mismo paciente, por ejemplo, las mutaciones pueden ser diferentes en el cáncer primario y en las metástasis. Los métodos actuales solo nos permiten ver esos cambios cuando ya se han generalizado y afectan a cientos de miles o millones de células. Pero la biopsia líquida los detecta al vuelo en cuanto un puñado de células ha cambiado. Es como si cada cáncer tuviera un código de barras y lo pasáramos por el escáner de la caja del supermercado. Esto permite a los médicos no perder un tiempo precioso a la hora de tomar decisiones.

CÓMO FUNCIONA LA BIOPSIA LÍQUIDA

Josep Baselga, medicina, ciencia, cancer, colonoscopia, mamografia, xlsemanalTomar una biopsia directamente de un tumor da información solo sobre el ADN de esa parte extraída del tumor. La biopsia líquida, en la sangre, incrementa la información y la detalla.
Células tumorales

Josep Baselga, medicina, ciencia, cancer, colonoscopia, mamografia, xlsemanalLa biopsia líquida analiza la sangre en busca de restos de ADN, bien de células tumorales que han muerto o de células vivas de un cáncer primario que pueden provocar nuevos tumores (metástasis). Las células tumorales arrojan ADN en el torrente sanguíneo.
Extracción de sangre
Josep Baselga, medicina, ciencia, cancer, colonoscopia, mamografia, xlsemanalUna vez que se toma una muestra de sangre del paciente, se aísla el ADN eliminando los glóbulos rojos, las plaquetas y el plasma. Los expertos toman el ADN del núcleo de los glóbulos blancos.
Tumor en el ADN

ADN normal
Se lee entonces el ADN para buscar marcadores cancerígenos, es decir, áreas con un componente genético específico; las células cancerígenas difieren claramente de las normales.

ADN tumoral,.
TITULO: REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - ¡ ATENCIÓN Y OBRAS ! CINE - Nadie ayuda a las niñas futbolistas que rompieron el techo de cristal,.
Resultat d'imatges de ¡ ATENCIÓN Y OBRAS !
¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE -

 

 ¡Atención y obras! es un programa semanal que, en La 2, aborda la cultura en su sentido más amplio, con especial atención a las artes escénicas, la música, los viernes a las 20:00 presentado por Cayetana Guillén Cuervo, etc, foto,.



REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA -Nadie ayuda a las niñas futbolistas que rompieron el techo de cristal,.
 

Nadie ayuda a las niñas que atravesaron el techo del fútbol,.

El AEM Lleida, equipo femenino campeón en una liga de niños, está dando la vuelta al mundo, pero no han conseguido sumar apoyos para seguir adelante, fotos.

 
El AEM Lleida es una fiesta. Este humilde club de fútbol catalán lleva días instalado en una nube. Se auparon el sábado 1 de abril, cuando su equipo infantil se proclamó campeón de liga. No es la primera vez que un equipo de los 33 que componen este club termina en cabeza. En esta ocasión, sin embargo, hay una particularidad: el equipo victorioso está compuesto íntegramente por niñas, mientras que el resto de sus rivales -derrotados- cuentan sus efectivos como niños.
Las jugadoras del AEM tienen 12 y 13 años. Su categoría, infantil, es la última en la que se permiten equipos mixtos. “Aunque no hay demasiadas niñas”, explica Sergio González, presidente del AEM Lleida. “A esta edad las diferencias de fuerza y velocidad empiezan a ser evidentes, así que las niñas optan por buscar campeonatos infantiles exclusivamente femeninos. Y apenas hay”. En Lleida, por ejemplo, las niñas de 12 y 13 años que quieran competir en torneos femeninos deben integrarse en equipos de campeonatos autonómicos. Es decir: tiempo, dinero y kilómetros. Así que la mayoría abandona. Las pocas que se deciden a seguir en el campeonato local se unen a los equipos de la ciudad y figuran, casi siempre, con la etiqueta de la única niña del equipo.
Hay una tercera vía, que fue la que los responsables del AEM Lleida decidieron encarar. “En lugar de que las niñas se perdiesen entre equipos autonómicos o el abandono, las unimos a todas en un equipo y las inscribimos en el campeonato local. Cuando tomamos aquella decisión los padres de las niñas nos preguntaron que si estábamos locos. Un equipo de niñas compitiendo contra niños. Y mira tú, no estábamos locos”. Sergio sonríe.
Las guerreras del AEM, contra pronóstico, acaban de ganar la liga que no les correspondía. Y el revuelo está siendo estupendo. En una cafetería de barrio, a las afueras de Lleida, Sergio revisa el móvil y enumera: “Desde que el sábado nos proclamamos campeones, nos han llamado de televisiones, radios, periódicos… De Colombia, Argentina, México… La próxima semana viene el New York Times a hacernos un reportaje”, dice asombrado. “Nos felicitan jugadores profesionales a través de las redes sociales y el Barça nos ha pedido los datos para enviarnos un regalo. Es una locura”.
El equipo disfruta en el epicentro de una tormenta tan inesperada como grata. Dice Andrea Gómez, la capitana del equipo, que “hoy en el cole nos han hecho la ola. Y los profes nos felicitan. También por la calle. Es como ser famosa”. El equipo ha visitado el Ayuntamiento y la Diputación. Y entre acto y acto, revisan portadas y telediarios donde se reparten entrevistas y declaraciones. El AEM es una fiesta.
Parte del equipo de la AEM Lleida, con Sergio González, el presidente y Dani Rodrigo, entrenador.
Parte del equipo de la AEM Lleida, con Sergio González, el presidente y Dani Rodrigo, entrenador.
“La ola bajará. Esto es importante tenerlo en cuenta”, dice Sergio, el presi. Tiene claro que esta burbuja de felicidad cuenta con fecha para explotar. “Es un sueño bonito y me alegro de que las niñas lo estén disfrutando. Pero como sueño, va a terminar”. Sabe de lo que habla Sergio, un hombre que, desde hace años, apuesta por el fútbol femenino. Y apostar por el fútbol femenino en España es como tirar el dinero por la ventana.
“La realidad es que aquí nadie cree en el fútbol femenino. Nadie pone un duro. Sobre todo si hablamos de categorías inferiores”. Lo explica Sergio de pie en la pequeña oficina que el club tiene en sus instalaciones. Tras él hay un panel en el que figuran los cuatro patrocinadores del AEM Lleida. Sergio señala: “Este se fue a pique, este hace dos años que no pone dinero, este nos da chándales para los entrenadores, pero no equipaciones para las jugadoras y este soy yo, es mi propia empresa”.
“Aquí en Lleida hay empresas grandes que podrían poner 10.000 o 20.000 euros en fútbol femenino, para que las niñas puedas jugar y para ellos no supondría nada. Pero no quieren. Ni te puedes imaginar a la cantidad de puertas que he llamado yo, pero cuando les explico que es un equipo femenino, ni un duro”.
El equipo que acaba de lograr el campeonato fue avalado para su inscripción por Sergio. También el césped artificial sobre el que juegan proviene de un préstamo que él firmó personalmente. “Aquí sale algo mal y a ver cómo pago yo todo esto. Acabo en la cárcel”, dice riendo.
“Yo pensaba que este revuelo despertaría el interés de algún patrocinador o alguna marca, pero nada. Cuando les explico que es un equipo femenino, ni un duro".
Lo cuenta todo en las instalaciones del club, a las afueras de Lleida. Dos campos de hierba artificial, una mínima grada, vestuarios y una oficina. Hay hasta un pequeño palco con butacas recuperadas de un cine y un equipo de sonido para la megafonía. Antes de los partidos, suena el himno del AEM. Todo levantado con el bolsillo y el empeño de Sergio. “Yo pensaba que este revuelo despertaría el interés de algún patrocinador o alguna marca”. “¿Y nada?”. “Nada”.
La cabeza de Sergio gira estos días alrededor de cómo sacar partido a la repentina visibilidad. Y nadie responde a sus reclamos. “¿De verdad a ninguna marca le atrae la historia de un equipo de niñas que le gana a todos los equipos de niños?”, se pregunta mirando al campo vacío. El sol empieza a bajar y los primeros gritos y risas de niños llegan a las instalaciones para entrenar.

El techo por ser mujer

El fútbol femenino pelea desde hace años por mejorar su situación. Hace meses, el recién creado Comité de Fútbol Femenino de la AFE, logró que todas las jugadoras de Primera División tuvieran contrato. Esto no significa que puedan vivir del fútbol. Apenas un puñado de ellas tiene un salario que le permita decir que el fútbol es su profesión.
Fe Robles es la presidenta del Comité. Explica que están trabajando en un convenio colectivo y un salario mínimo para las jugadoras. Unas mínimas garantías para que las niñas vean un futuro, una salida, y no solo un techo contra el que inevitablemente se dirigen.
“Las cosas han mejorado, pero queda muchísimo. La inversión por sí misma no es suficiente. Tiene que repercutir en las condiciones de trabajo de las jugadoras”, explica Fe.
Instalaciones de la AEM Lleida, con niños y niñas de categoría infantil entrenando.
Instalaciones de la AEM Lleida, con niños y niñas de categoría infantil entrenando.
En la actualidad, y según datos de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), existen unas 11.000 licencias federativas de mujeres. Pero sólo un porcentaje mínimo son profesionales. Y, de ellas, un puñado pueden vivir del fútbol.
Por eso, Andrea Gómez, la capitana y máxima goleadora del AEM, sueña ya, con 13 años, con irse a Estados Unidos, el paraíso del fútbol femenino. “Quiero una beca e irme allí a estudiar, para poder ser profesional”, dice. Y su mejor amiga, Sofía Milla, que juega de central, lo repite: “mi sueño es irme a Estados Unidos, con Andrea. Es que aquí es imposible…”.
Andrea, Sofía y las demás niñas ganaron la liga de calle. Solo perdieron un partido y empataron otro. El resto, victorias. Alguna aplastante, como un 8-0. A falta de cuatro jornadas para el final del campeonato, le sacan 16 puntos al segundo. “A los niños les da mucha rabia que les ganemos. Muchos acabaron llorando. Porque se creen que esto es solo para ellos”, dice Andrea. Sofía coincide. “Cuando llegamos a un campo y ven que somos niñas, se creen que lo tienen ganado. Después, cuando ven que no tocan la pelota, pues ya cambia”. Sofía ríe. Con 13 años mide más 1,70. Lo mismo que Andrea. Son altas, rápidas, pero, sobre todo, muy técnicas y disciplinadas.
"Las niñas no son conscientes de lo que han conseguido. Han roto barreras, tabúes. Han derribado un tópico. Y, sobre todo, se han demostrado a ellas mismas que, si pelean, consiguen las cosas".
Dani Rodrigo es su entrenador. Sentado en el banquillo donde ha disfrutado de muchas victorias este año, explica que “las niñas, a esta edad, ya tienen menos fuerza que los niños, así que decidimos que nuestro camino tenía que ser la técnica y la táctica. Son muy disciplinadas y tienen mucha calidad. Mucha más que la mayoría de niños de la competición”.
En algún partido, las campeonas del AEM recibieron insultos. Andrea recuerda que, en un encuentro que iban empatando, un niño -de 13 años- les dijo que se fueran a casa a fregar. “Fue justo antes de que yo tirara una falta. Su madre, desde la grada, nos gritó guarras. Pero nosotras no decimos nada, no entra por un oído y nos sale por otro. Así que tiré, marqué gol y ganamos. Así les respondemos nosotras”. Y Andrea vuelve a reír, burlona.
“Cuando llevábamos seis o siete partidos -explica Dani, el entrenador- nos dimos cuenta de que teníamos opciones de ganar la liga. Ellas se los creyeron, hicieron piña y no encontraron rival”. Y toca Dani una de las claves de esta historia. “Para ellas, que el equipo sea solo de niñas, es un plus. Se sienten más cómodas, pueden hablar libremente en el vestuario, no tienen que esperar solas para ducharse las últimas…”.
Las campeonas se conjuraron y barrieron a todos sus rivales hasta la victoria definitiva. Fue la semana pasada. A falta de pocos minutos iban empatando y Alba Caño, la mediocentro, tiró una falta que coló en forma de liga. “Es una de las mayores satisfacciones que he tenido como presidente de este club”, dice Sergio rememorando el partido. “Se lo merecen. Tienen que disfrutarlo ahora”.
Su victoria trasciende lo deportivo. Es un grito desde el fútbol para la sociedad. Una reclamación basada en un éxito sin dobleces. “Cuando acabó el partido en el que ganamos la liga, les dije que todavía no eran conscientes de lo que habían conseguido. Han roto barreras, tabúes. Han derribado un tópico. Y, sobre todo, se han demostrado a ellas mismas que, si pelean, consiguen las cosas”. De fondo, mientras Dani concluye la conversación, Andrea, Sofía y las demás niñas comienzan el entrenamiento. Se han acercado periodistas a verlas. A ver a las campeonas.

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