BLOC CULTURAL,

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viernes, 14 de abril de 2017

EN LA TUYA O EN LA MIA - MIERCOLES -19- ABRIL - FRANK CUESTA RESPONDE A FRAN RIVERA,./ DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES -18- ABRIL -La procesión de mi barrio,.

TITULO: EN LA TUYA O EN LA MIA - MIERCOLES -19- ABRIL -  FRANK CUESTA RESPONDE A FRAN RIVERA,.

EN LA TUYA O EN LA MIA - MIERCOLES -19- ABRIL ,.

 En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos., el miercoles -19- abril por La 1 a las 22:30, etc.


  FRANK CUESTA RESPONDE A FRAN RIVERA,.

Frank Cuesta responde a Fran Rivera, foto.

Frank Cuesta responde a Fran Rivera
  • Después de las palabras del torero Fran Rivera en 'Espejo Público' (Antena 3) en las que se preguntaba si para ser antitaurino «hay que dejar de ducharse»,.

     Al herpetólogo y presentador Frank Cuesta le tiembla poco el pulso a la hora de entrar de lleno en una polémica, sobre todo si se trata de la defensa de los animales. Después de las palabras del torero Fran Rivera en 'Espejo Público' (Antena 3) en las que se preguntaba si para ser antitaurino «hay que dejar de ducharse», Cuesta contrataca. Al final de un largo comentario en vídeo que colgó en internet, insiste en que «esto no es un ataque personal, es una defensa de los que nos duchamos poco, pero al menos no estamos impregnados de la sangre de animales torturados».

      TITULO: DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES -18- ABRIL -La procesión de mi barrio,.
     
     DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES -18- ABRIL ,.

     El programa está conducido por la periodista catalana Susanna Griso. Cada semana visitará la casa de un personaje famoso relevante y mediante el hilo conductor de la entrevista, irá desgranando la vida de los famosos. Como novedad la periodista se instalará en las casas de los invitados durante dos días pasando una noche allí., el martes -18- abril a las 22:40 por antena 3, etc,.

     La procesión de mi barrio,.

    La procesión de mi barrio,.

  • La autenticidad y la tradición se unen en el desfile cacereño del Espiri, foto.

    Procesión de la cofradía del Espíritu Santo, en Cáceres. :: hoyMe gusta la procesión de mi barrio. En realidad, es la única que me gusta. Quizás se deba a que no es turística, quizás se deba a que me parece muy auténtica, quizás sea porque no hay multitudes curioseando a su paso ni señalando a este nazareno tan estirado o a aquel jefe de paso tan serio. Quizás mi preferencia se resuma, simplemente, en que es la procesión de mi barrio. Al obispo también debe de gustarle porque no suele perdérsela.
    En la procesión de mi barrio hay poco postureo y los concejales no ponen cara de trance ni de importancia como en las procesiones magníficas y televisadas del centro de la ciudad. Es una procesión sencilla en la que nadie saca pecho ni presume de artificios impostados ni de originalidad, una procesión antigua en la que nadie se pelea por un siglo más o menos, una procesión que nunca grabarán las teles porque no busca espectacularidad ni se han inventado timbales, hachones ni campanas medievales.
    En la procesión de mi barrio, no hay leyendas ni milagros. Puedes mirar a los ojos de las imágenes sin miedo, que no te mueres, pierde cuidado. Si pides algo al paso del Cristo o de María y te lo conceden, no andas pregonándolo, te lo guardas porque esas cosas son de cada uno y solo cada uno sabe en qué tratos anda con su fe y con sus devociones.
    No busquen en mi barrio bandas sinfónicas llegadas desde las ciudades de Castilla ni desde remotos pueblos de Andalucía. Los músicos son del barrio, una banda de cornetas y tambores muy aparentes y muy sacrificados. Es verdad que durante el año, a veces, pueden llegar a desesperarte cuando toca ensayo vespertino, el aire viene de donde afinan y te dan la tarde. Pero todo lo entiendes por bien empleado cuando el Jueves Santo, a las 10 en punto de la noche, la procesión sale del templo y recorre las calles de mi barrio con esa banda de la que tan orgullosos nos sentimos. Porque mi desfile favorito, el único que veo en toda la Semana Santa, procesiona el jueves un par de horas antes de la medianoche.
    Ese día, hay cuatro procesiones en Cáceres, una quinta parte mientras la 'mía' acaba de recorrer las calles y una sexta se dispone a salir al poco de recogerse los tres pasos de la de mi barrio. Pero en esa vorágine de seis desfiles en pocas horas, mi procesión mantiene el tipo y siempre es arropada por cientos de vecinos y por muchos cacereños, que bien entienden como un servidor que aquí está lo auténtico, bien se marcharon del barrio y cada Jueves Santo regresan al anochecer en busca de la vieja emoción que sacudió sus infancias.
    No crean que la procesión de mi barrio es una cosa de chichinabo, un desfile con algún paso cincelado a lo barato y sin mucho valor. De eso nada. Llevamos un Cristo del siglo XIV que tiene más intensidad y más fuerza que todos los demás Cristos juntos de las otras 15 cofradías. Ese Cristo se llama del Humilladero. Luego hay otro amarrado a la columna, que lo hizo José de Arce nada más y nada menos que en 1655 y solo la Virgen, que responde a la advocación de María Corredentora, es moderna, de 1960, pero es preciosa.
    Pero lo trascendente no es la antigüedad, ni la banda ni tan siquiera la túnica y el capirote, resplandecientes de color granate, contrastando con la blancura de la capa, el cíngulo y los guantes. Lo que de verdad me ha hecho fan de esta procesión es que me la creo. Es de verdad, una manifestación popular y sencilla, sin aditamentos ni complicaciones. Sale de su iglesia, la del Espiri, recorre calles con nombres 'machupichus' (Colombia, Bolivia, Chile, Cuba) y se recoge.
    A su paso, los vecinos de toda la vida, los que acabamos de llegar y los inmigrantes nos emocionamos mucho y al recogerse, nos vamos a casa tan contentos de que un año más se haya obrado el milagro de lo doméstico, lo consabido y lo tradicional. Y nos sentimos muy afortunados por ser extremeños, por ser de Cáceres y por ser de barrio.
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