TITULO: Domingo - 18 - Abril - LIARLA PARDO - Darío Villanueva ,.
El domingo -18- Abril a las 18:00 por La Sexta, foto,.
Darío Villanueva,.
Darío Villanueva: «La estupidez es hoy más visible que nunca»,.
En 'Morderse la lengua' el exdirector de la RAE denuncia la ola de neopuritanismo que alimenta la autocensura /«A veces preferimos que nos mientan para anteponer nuestros prejuicios a la realidad» sostiene el catedrático, filólogo y académico,.
La corrección política y la posverdad preocupan tanto a Darío Villanueva (Villalba, Lugo 70 años) que el exdirector de la RAE les dedica su último ensayo: 'Morderse la lengua' (Espasa). Muestra su erudición humanista y hace gala de humor y retranca para denunciar que vivimos tiempos peligrosos en los que priman la estupidez, la patraña y un adanismo feroz.
-¿Dónde nace su interés por la corrección política y la posverdad?
-Ambas lacras se originaron en los campus universitarios norteamericanos que conozco bien y donde arraigan los espacios seguros ('safe spaces'). Su primera víctima ha sido la libertad de cátedra. Los profesores no pueden abordar ningún tema que desequilibre emocionalmente a sus alumnos, tratados como infantes desprotegidos. Es la negación del Siglo de las Luces, el gran momento de eclosión de la libertad y del avance de la humanidad, de la racionalidad y del 'sapere aude' (atrévete a saber) de Kant. Ahora, en vez de saber hay que ignorar. Si sabes puedes ser infeliz en función de unos parámetros ridículos.
-¿La corrección amenaza la creación artística y literaria?
-Sin duda. En el libro menciono el caso de Les Luthiers, ganadores del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y con 50 años de éxito. Bajo el prisma de la corrección política ninguno de sus espectáculos saldría indemne. Sus chistes de judíos, sobre el Vaticano o las relaciones hombre-mujer serían inaceptables por la ola de neopuritarismo que padecemos.
-¿Nos mordemos la lengua hasta caer en la autocensura?
-Sí. Existe la autocensura voluntaria que practicamos por cortesía o prudencia, y es normal. Otra cosa es lo que ocurre ahora, que la corrección política provoca la autocensura, que es una forma perversa de censura. Nos mordemos la lengua por miedo.
-¿A qué tememos?
-A lo que el famoso manifiesto de Harper's llama la cancelación y que puede acarrear la muerte civil. Hay entidades gaseosas que no son Gobiernos, sino grupos, que se proyectan sobre alguien porque no se ha expresado de modo políticamente correcto de acuerdo a las leyes que ellos establecen, que no están ni escritas ni avaladas por un poder legal. El resultado de la cancelación es la muerte civil de personas de trayectoria ejemplar, simplemente porque un día dicen algo que estos grupos consideran machista, sexista o inconveniente. Caen en las tinieblas y son machacados.
-La cacareada posverdad, ¿no es otra cosa que la mentira?
-La posverdad es, en efecto, la mentira secular, interesada, manipuladora y casi siempre ligada a motivos políticos. Platón hablaba ya de la mentira benéfica del político que quiere favorecer al pueblo con ella. Maquiavelo nos enseñó que la mentira es un instrumento fundamental y que los príncipes podían mentir sin preocuparse por ello, ya que siempre tendrán razones para justificar su falacia. Napoleón dice, tras leer a Maquiavelo, que los príncipes deben saber que hay muchos súbditos que quieren que se les mienta, que están dispuestos a ser engañados.
-¿Queremos que nos mientan para afianzar nuestra opinión?
-Sí. Los psicólogos sociales lo han estudiado a través de lo que llaman sesgo de confirmación. Tenemos un mecanismo psicológico por el que anteponemos nuestros prejuicios a la realidad. Cuando la realidad choca con nuestras pulsiones prejuiciosas, la rechazamos y nos quedamos con ellas. Es así.
-¿Malos tiempos, pues, para la verdad?
-Malos. Se ha quebrado la racionalidad y se han mitigado esas luces del siglo XVIII de donde vienen las revoluciones francesa y americana, y la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. El predominio de la razón y de la ciencia se pone en duda. Se dice que la razón es imperialista o eurocéntrica. Se prima la inteligencia emocional y aparece la modernidad líquida de Bauman, en la que no hay certezas y sí una ignorancia total de lo que ha ocurrido. Un adanismo feroz.
-¿Dejamos la luz para virar hacia la estulticia?
-Sin duda. Y nos lo dijo Erasmo de Róterdam cuyo libro se tradujo como 'Elogio de la locura' cuando sería elogio de la estupidez o de la estulticia. Hoy predomina la estupidez. Es más visible que nunca y campa en los nuevos medios proliferantes y virales que son las redes sociales y en la televisión. La estupidez es un campo abonado para que ocurran cosas como que el hombre más poderoso del mundo haya sido Donald Trump.
-La RAE recibe peticiones disparatadas a cuenta de la corrección política.
-De manera continua y con grandes presiones desde el incongruente supuesto de que las palabras crean las realidades, cuando es al revés. De ser verdad lo primero, arreglaríamos el mundo de un plumazo. Suprimiendo la palabra covid desaparecería la pandemia. Se repite como un mantra que las palabras son las causantes de esas realidades desagradables olvidando que ya Aristóteles decía que en la política las palabras sirven para lo justo y lo injusto, para lo conveniente y lo inconveniente. El democrático lenguaje nos da instrumentos para ser razonables, sensatos caballerosos y dignos, pero también para ser canallas, sinvergüenzas, mafiosos y crueles.
TITULO: ESPAÑOLES POR EL MUNDO - PHotoEspaña crece mirando a América ,.
PHotoEspaña crece mirando a América,.
Más de 100 exposiciones de casi 400 creadores hacen posible, una edición más, el "milagro" del certamen internacional de las artes visuales,.
PHotoEspaña alcanza la mayoría de edad y mira hacia la América hispana. El festival internacional de la fotografía y artes visuales celebra su XVIII edición entre el 3 de junio y el 30 de agosto. Madrid será de nuevo epicentro de la gran cita internacional de la imagen y el vídeo, con más de un centenar de exposiciones de cerca de cuatrocientos creadores. Los grandes maestros volverán a convivir con los valores emergentes en un certamen que vadea la crisis, se hace tentacular y tendrá extensiones y sedes en varias capitales europeas y al otro lado del Atlántico.
María García Yelo es la directora de esta edición de PhotoEspaña, que se hace adulta superando dificultades a veces casi insalvables y que ha logrado superar lo peor de la crisis. Así lo decía su creador, Alberto Anaut, feliz por afrontar "un año más esta gran reto colectivo que es PHotoEspaña". "Desde su nacimiento ha sido un carrera de osbtáculos y estamos aún tratando de salvarlos y de ensanchar la base que lo haga más fuerte", dijo.
García Yelo, que sustituye a Claude Bussac, que ha estado al frente del PHE durante ocho ediciones, habló de las "confluencias, bifurcaciones y contraposiciones del medio fotográfico en América" como objeto del festival. Las artes visuales latinoamericanas son así protagonistas destacadas de una programación concebida "para mostrar una extensa panorámica de su riqueza, efervescencia y solidez". De los 395 artistas participantes, hasta el 52% son latinoamericanos.
Habrá muestras de las grandes figuras de la fotografía del siglo XX de las dos orillas del Atlántico, como Lola Álvarez Bravo, Tina Modotti, Mario Cravo Neto -su primera muestra en Europa-, Julio Zadik, Manuel Carrillo o Korda. Tambien de Luis González Palma, Ana Casas Broda, Mariela Sancari, Paz Errázuriz, Graciela Iturbide, Pedro Meyer, Regina José Galindo, Martín Chambi y Miguel Río Branco.
En su afán de expandirse por toda la geografía ibérica, habrá muestras, debates y visionados en localidades como Huete (Cuenca), Alcalá de Henares Alcobendas, Getafe y Móstoles -las cuatro de Madrid-, además de Cuenca, Lanzarote y Zaragoza. Contará además con exposiciones y sedes invitadas en Cascais, Lisboa, Bogotá, Londres, Panamá, París y São Paulo.
Las 101 muestras que presenta el festival están comisariadas por especialistas como María Wills, Alexis Fabry, el colectivo Hydra, Alona Pardo y Elias Redstone, James Oles, Alejandro Castellote, Oliva María Rubio, María Millán, Stuart A. Ashman, Julio César Abad Vidal, Lucía Chiriboga, Eliett Cabezas, Andrés Asturias y La Silueta.
TITULO: Donde viajan dos -Manoli y Francisco lo abandonaron todo para irse a vivir a Abrucena ,.
Manoli y Francisco lo abandonaron todo para irse a vivir a Abrucena
foto / Manoli y Francisco vivían en Almería y desarrollaban allí sus profesiones. Él era Jefe de Ventas en un concesionario de coches y ella Peluquera.
Sin embargo no acababan de ser felices; no tenían tiempo para verse, para estar en familia o para el ocio. Decidieron cambiarlo todo y mudarse a Abrucena, pueblo de la familia de Francisco.
Y allí, con mucho esfuerzo y trabajo, han conseguido sacar adelante plantaciones de fresas, frambuesas, almendros… vivir de la tierra y de sus manos. Y sobre todo han conseguido ser felices con su familia en un medio rural.
TITULO : Escala
humana - Seis de cada diez universitarios no se sienten preparados para trabajar , Miercoles -14- Abril,.
El Miercoles -14-Abril a las 21:00 por La 2, foto,.
Seis de cada diez universitarios no se sienten preparados para trabajar,.
Reclaman prácticas obligadas en empresas en todos los grados y agilidad para adaptar los planes de estudio a lo que demanda el mercado,.
La empleabilidad es la gran asignatura pendiente de la universidad. No lo dicen ni los rectores ni el ministro. Lo denuncian los propios estudiantes. Seis de cada diez universitarios españoles no se sienten preparados para desempeñar su oficio cuando dejan las aulas con su título en la mano. El 90% tiene claro que precisa de formación adicional-un máster u otra especialización- para adecuarse a lo que demandan las empresas. Es la principal conclusión del estudio realizado por la Fundación Universidad Empresa, que entrevistó a estudiantes de todas las áreas de conocimiento y a recién licenciados para comprobar cómo ven el sistema de estudios superiores.
Los universitarios consultados, de 21 a 27 años en su mayoría, un 38% ya licenciados, creen que los dos grandes problemas que cortocircuitan lo que debería ser una fluida relación entre facultades y empresas o administraciones son la desconexión entre muchos planes de estudio y el mercado laboral y las escasas o nulas horas de aprendizaje práctico durante los cuatro años de formación que duran, como mínimo, estos estudios superiores.
Siete de cada diez no tiene dudas en que a las universidades les falta agilidad y flexibilidad para adaptar los planes de estudio a las necesidades de un mundo laboral que cambia a ritmo vertiginoso. El 64% considera muy urgente actualizar estas hojas de ruta académicas para alinearlas con los perfiles profesionales que garantizarán un empleo. La directora de Operaciones de la fundación, Carmen Palomino, indica que los centros no logran la rápida actualización de sus estudios por «cuestiones burocráticas» que habría desterrar.
LA CLAVE PERFIL LABORAL Hasta el 30% estaría dispuesto a cambiar su título por uno de FP si ahora pudiese elegir
En lo que coinciden estudiantes y licenciados es en que es absolutamente necesario que haya prácticas en empresas o entidades para todos los alumnos antes de concluir los estudios. El 74%, además, defiende que, para ganar en empleabilidad, todas las carreras deberían asegurar un alto número de horas de formación obligada en entornos laborales. Que las universidades tienen mucho que mejorar en este aspecto lo demuestra que el 82% de los alumnos lograr hacer prácticas a través de portales de empleo o especializados, una proporción muy superior los puestos que facilita la propia facultad. «Las prácticas son una de las principales fuentes de formación para el talento joven. Mejoran sus capacidades y conocimiento, además de facilitar su inserción en el mundo laboral, algo que, precisamente en las circunstancias que vivimos desde hace unos meses, hay que reforzar más que nunca», coincide Palomino.
La falta de actualidad de los planes de estudio y la insuficiente formación práctica hacen que seis de cada diez estudiantes crean que la universidad no está entre las principales vías para asegurar un puesto de trabajo y que hasta el 30% de ellos confiese que, si estuviese en sus manos, cambiaría su licenciatura por un módulo superior de FP.
La sinceridad sobre la disposición al canje es total. Se debe a la misma razón por la que los matriculados en FP han crecido un 60% en el último decenio. Sus estudios cada vez están más adaptados a la demanda de técnicos de las empresas, como lo demuestra que los contraten un 50% más que a los universitarios y que tengan solo un 10% de paro, unos ocho puntos menos que los licenciados. «La FP permite adquirir en solo dos años unas competencias 100% adaptadas a las necesidades de la empresa y con una formación muy práctica. Es algo que se está poniendo en valor y los jóvenes son conscientes de ello», explica Palomino.
Las demandas de los estudiantes coinciden con los cambios en la organización de los estudios universitarios que prepara el Gobierno. Esta reforma, aún en borrador, prevé la creación de carreras con formación dual -que compaginan aula y empresa-, la posibilidad de aumentar al 25% las horas de prácticas obligadas, la opción de personalizar hasta el 50% del plan de estudios, y la agilización y desburocratización de la reforma de planes de estudio y de la creación de nuevos títulos para adaptarse con más facilidad a las prioridades de las empresas. El plan de Universidades es que sea posible hacer estas adaptaciones curriculares en un máximo de seis meses, cuando ahora se puede tardar años.
TÍTULO:
LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea -Una huerta en el skyline ,.
LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea - Una huerta en el skyline ,. , fotos,.
El Miercoles -14- Abril a las 22:00 por antena 3,.
Una huerta en el skyline,.
Mientras los líderes mundiales debaten en Copenhague el futuro de la Tierra, lo ecológico marca tendencia en Nueva York. Lo más 'cool' es ser sostenible con lechugas en los tejados, vestidos de soja y mucha bicicleta,.
Verde, que te quiero verde. Hubo un tiempo en que lo que se llevaba era ser el chico malo, un rebelde sin causa a lo James Dean, peleado con el mundo, independiente y con pinta de duro. Hoy lo que se lleva es pelear por el medio ambiente, capturar un rayo de sol, darle aire de diseño a esos brotes de protesta social que resquebrajan el asfalto. No es que vuelvan los sesenta, de hecho los ochenta siguen triunfando en los escaparates, pero las nuevas tendencias sociales apuntan hacia la ecología, el reciclaje, el anticonsumismo, la revalorización de lo local y el sentido de comunidad, la conciencia social y la vida sana. Y lo verde, vende, así que la expansión está asegurada. Para sacarle brillo a la bola de cristal nos hemos dado un buen chapuzón por Nueva York, porque si bien ya no es el laboratorio donde se cuecen todas las tendencias, sigue siendo el gran altavoz que las aglutina y las lanza al mundo. ¿Cuántos juraron hace seis años que lo de prohibir el tabaco en bares y restaurantes era impensable en España? ¿No nos parecía el iPhone un lujo para snobistas? Y hasta la crisis de las hipotecas basura sonaba a problemas de otro mundo.
Después de acabar con el humo en todos los locales públicos, obligar a las cadenas de comida rápida a exhibir las calorías en el menú y doblar los kilómetros de carril bici, la última batalla del alcalde Michael Bloomberg son los edificios, que generan el 77% de las emisiones de la Gran Manzana. Su cruzada pasa por bajar un grado la temperatura de la ciudad a fuerza de pintar de blanco los tejados con un ejército de voluntarios. Otros pretenden hacerlos más frondosos. La firma de arquitectos sostenibles Cook+Fox, la primera en plantar un jardín en su tejado, ha rentabilizado la inversión de 35.000 dólares convenciendo a los clientes de un vistazo. Paradójicamente la crisis del ladrillo va a ayudar a la creación de edificios ecológicos, porque según la arquitecta Yolanda Campos, especialista en 'branding' de diseños sostenibles, «ahora que el mercado se ha parado tienen que dar un valor añadido».
Puede que a los rascacielos de oficinas les baste con tener un jardín sobre sus ventanas, pero la granjera alternativa Annie Novak produce ya en su tejado lechugas, tomates, escarola, albahaca... La suya, en Greenpoint, es la mayor huerta que se pueda encontrar en un tejado neoyorquino, con treinta cultivos diferentes en 560 metros cuadrados. Pero no la única. La corriente de las granjas urbanas se ha propagado como ha podido por la ciudad. Un parking de Red Hook, lotes de tierra okupados en el Alphabet City, camiones desvencijados en Brooklyn, balsas en el río Hudson, contenedores de agua en las casas. Todo vale cuando hay ganas de criar algo.
De la azotea a la pasarela
«Desde luego, serán los tomates más caros que te comas en tu vida», admite Lee Mandell, que pregona las bondades del cultivo hidropónico (en agua). «Con unas cuantas matas nunca podrás competir con los grandes invernaderos, pero es que el costo de los tomates que compras en el supermercado no incluye el de la contaminación que dejan por el camino. Y si consigues que alguien cultive en casa, lo estás conectando directamente con lo que come, y a partir de ahí será consciente de muchas más cosas».
El ecologismo también ha saltado a las grandes pasarelas y se extiende como una marea verde por toda la sociedad. Las 'fashionistas' están pasadas de moda, ahora lo que se lleva es ser 'ecofashionista', vestir con tejidos naturales o reciclados y presumir de Vintage, como el vestido de Penélope Cruz en los Oscar, diseñado por Pierre Balmain en 1950. «Las cosas vintage tienen más valor sentimental y la nostalgia de estas piezas nos ayuda a sentirnos más felices», explica Sara Kiene, la directora creativa de Invisible Visible, que después de hacer de cazatendencias en la Gran Manzana se ha especializado en 'branding', diseño y comunicación. «Miramos al pasado para conocernos mejor. Encontramos tesoros en todo lo que es de segunda mano y fantaseamos sobre otros momentos más sencillos y más auténticos de la historia. Es también un rechazo al hiperconsumismo».
Una de las ecodiseñadoras que desfilaron el mes pasado en la Semana de la Moda neoyorquina es Bahar Shahpar, especializada en «diseños sostenibles». Sus mayas de poliester reciclado, los jerseys con hilos de seda sobrantes de las fábricas de India o los vestidos cien por cien de soja no tienen nada que envidiar a los de cualquier otra diseñadora de culto, pero además proporcionan un valor añadido a quien los viste: el sentido de compromiso social, de responsabilidad hacia el planeta, la sensación de estar haciendo «algo positivo» de lo que presumir. «Nada crea identidad de forma más inmediata y visible que la ropa que nos ponemos». Cuando empezó hace seis años no encontraba ni los materiales, y este año los diseñadores con conciencia son tantos que en diciembre tendrán una cumbre paralela a la de Copenhague, que relevará al Tratado de Kioto. Shahpar formará parte de esta cumbre de la moda, porque la labor educativa es parte esencial de la envoltura ecológica, revestida de responsabilidad social. «Esto es una reacción directa a los excesos de los últimos veinte años», explica la diseñadora, que asume un 60-70% más de coste al producir en Nueva York para ahorrarle al medio ambiente la huella de carbono que dejaría el transporte y controlar la justicia de los salarios. «En el hemisferio occidental hemos despilfarrado recursos a dos manos sin la menor conciencia, por eso ahora la gente necesita saber que está haciendo algo bueno con cosas tan simples como sus decisiones de consumo».
Para otros, el detonante es que la gente se ha empezado a dar cuenta de que el cambio climático es un problema que afectará al planeta dentro de quince años, no dentro de trescientos. O sea, a lo largo de sus vidas. De hecho, ya es visible sin necesidad de visitar los glaciares. La moda no es sólo llevar camisetas de algodón biológico o productos de comercio justo. «Esto no son los 60», protesta la ecodiseñadora Elizabet Houlsen, que después de trabajar para Calvin Klein y Tommy Hilfiger ha fundado OlsenHaus. «Ahora está a la última saber lo que está pasando y esforzarte para poner tu granito de arena, pero sin sacrificar el estilo».
Queda bien, incluso, ir de ecológico por la vida con vestidos de 400 dólares, porque el exclusivismo no se ha perdido. Al contrario, la llegada de la ropa con conciencia a la esquina más sofisticada de la moda la pone directamente en la portada de las revistas y hasta en las alfombras rojas, que en algunos casos también se han hecho verde. Como ésa por la que desfilaron Koffi Annan, Mary Robinson y el cantante de los Radiohead Tom Yorke el mes pasado para el estreno global de 'La era de la estupidez'.
Su directora, Franny Armstrong, vestía un modelito de Shahpar, y la instalación ecoartística de botellas de plástico que adornaba la carpa de Battery Park era de la firma de diseño y 'branding' MSLK, que está convenciendo a sus clientes de que en época de crisis tienen que añadirle un «valor emocional» a los productos. «Satisfacer las necesidades emocionales clave supera en importancia al precio y ayuda a blindar las marcas de la creciente competencia y las espirales económicas», les dice la diseñadora ecológica Sheri Koetting.
Piel brillante y natural
De todas las historias verdes que se cuentan, la que está llegando más a los consumidores es la de la cosmética natural «porque es la más fácil de contar», admite Koetting. «Si entiendes que somos lo que comemos y te preocupas de alimentarte sano, también entenderás que lo que te pongas en la piel va a ir directamente a tu organismo. La piel es el mayor órgano del cuerpo». La industria farmacéutica está facilitando ese discurso mediante la comercialización de numerosos parches medicados para el corazón, anticonceptivos o analgésicos que, dicen, resultan incluso más eficaces que los que asimilamos a través del estómago.
Sarma Melngailis, la seductora pionera de la comida crudista, alma del restaurante Pure Food & Wine que pusieran de moda las chicas de 'Sexo en Nueva York', vende en su página web la línea de cosméticos naturales como «la mejor comida para la piel que te hará brillar». Desde cremas hidratantes a barras de labio o sombra de ojos, pasando por los esmaltes de uñas y los desmaquilladores no tóxicos, como los de la pionera australiana Nvey Eco, que lleva tres años en el mercado. Nada de talco, petróleo, paraben, sulfatos, toulene o cualquier otro producto cancerígeno, para empezar. La lista de ingredientes en estas cosas tiene que sonar como un perfume floral. La filosofía de Nvey Eco, «natural y glamurosa».
La sofisticada Sarma llevó el lema de 'Somos lo que comemos' aún más lejos cuando reclamó en su blog el imperio de los zapatos veganos: «También somos lo que vestimos», sentenció. Se trata de sustituir las pieles por microfibras naturales que no utilicen tóxicos para su fabricación y salven alguno de los cien millones de animales que devora la industria de la piel para que presumamos de zapatos. «De principio a fin, la cantidad de energía que se requiere para crear el cuero es veinte veces mayor que la de un material sintético», dice Elizabeth Olsen. Y Sarma precisa que sus zapatos de tacón son los más cómodos que se ha calzado en la vida.
Eso no significa que haya que lanzarse al plástico, que además de estar pasado de moda se le ha declarado la guerra. «Es increíble que lo más desechable de todo esté hecho con el material que más dura», se escandaliza Sheri Koetting. Su firma de diseño sostenible y 'branding' ecológico paseó por Nueva York este verano una instalación itinerante hecha con 1.500 botellas de plástico -las que consume cada segundo EE UU- y otra con 2.663 bolsas de basura, que también responde al consumo por segundo. Cada una de esas bolsas puede pasarse hasta mil años en un vertedero antes de desaparecer. Por eso han vuelto las de tela.
Lo que le horrorizaba a la diseñadora Pamela Zonsius eran las «decenas de paraguas negros de nylon y de metal que quedan tirados por la calle después de cada tormenta». Así que ha creado el primer paraguas totalmente biodegradable, el Brelli, que si acaba en un vertedero bien oxigenado desaparecerá en «dos o cinco años», en lugar de los trescientos o mil que dura un paraguas normal. Su propuesta ha llegado antes a los museos que a la calle. A 48 dólares, sus propietarios ya se encargan de no perderlo. El nuevo modelo para el sol incluso filtra el 99% de los rayos, que es otro enemigo de moda.
¿Será todo esto una moda más? «No hay vuelta atrás», ataja Bahar Shahpar. «Una vez que abres los ojos, no los puedes volver a cerrar».
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