BLOC CULTURAL,

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domingo, 11 de abril de 2021

DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El movimiento 25 de marzo tendrá rotonda ,. / EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - Una educadora social para ayudar a padres. / Donde comen dos - Cocinar las raíces,.

 

TITULO:  DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El movimiento 25 de marzo tendrá rotonda,.

 DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES -  El movimiento 25 de marzo tendrá rotonda   ,. , fotos. 

 

El movimiento 25 de marzo tendrá rotonda,.

 La rotonda entre Luis Ramallo y Adolfo Suárez, en las traseras del Hospital, se llamará 25 de marzo. La decisión se tomó en el último Pleno a propuesta de Unidas por Mérida y con el apoyo de PSOE, la abstención de Ciudadanos y la negativa de PP y Vox. El callejero recordará al 25 de marzo de 1936, día de una ocupación campesina,.

 Así es la 'Rotonda Mágica' que evita atascos y accidentes | Neomotor:  coches, motos y todo motor

Martes 18: tromba de agua a primera hora de la mañana sobre la ciudad y su área metropolitana y un accidente en el by-pass. El cóctel perfecto para que se produjera el colapso total en los accesos a Valencia; dicho de otra forma, más de 40 kilómetros de retenciones entre unas carreteras y otras. A saber: CV-30, CV-35, A-3, V-30, V-21 y V-31, a las que se sumaron la A-7 (en el tramo del by-pass que rodea la corona metropolitana) y la N-220, cuya circulación afecta a los puntos de entrada al cap i casal.

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A diario son 659.109 vehículos los que acceden a la ciudad, según los últimos datos del Ayuntamiento de Valencia, en concreto las cifras que maneja el servicio de Gestión de Tráfico que depende de la Concejalía de Movilidad. La cifra corresponde con los movimientos registrados el pasado septiembre (los últimos hechos públicos) y representa un 11% más que en 2015, cuando se rozaba una intensidad media diaria cercana a los 592.000 vehículos. Y los números han seguido subiendo, pues en el mes de abril se anotaban cerca de 600.000 movimientos al día.

 

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El caos circulatorio del pasado martes afectó también al interior de la ciudad, donde calles como la avenida del Cid, Tres Cruces, Ausiàs March, Pío Baroja, Manuel de Falla o la avenida de las Cortes Valencianas vieron como el asfalto desaparecía bajo una concentración de coches con conductores armados de una buena dosis de paciencia.

¿Por qué se producen estos problemas de tráfico? Como explicaba recientemente a LAS PROVINCIAS el presidente de la Asociación Europea de Automovilistas (AEA), Mario Arnaldo, existen dos tipos de atascos: los coyunturales, atribuidos a un accidente, y los estructurales, vinculados con los aumentos de vehículos en circulación y, por tanto, con la necesidad de adecuar las infraestructuras viarias o de mejorar los sistemas de transporte público. Un aspecto que tanto el Consistorio como la Conselleria de Obras Públicas intentan impulsar y en el que se circunscribe la creación de la Autoridad Única de Transporte para el área metropolitana.

Mientras se da forma a este último punto, voces como la de la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana recuerdan que son varios los proyectos de mejoras en varias carreteras que aguardan un impulso por parte del Ministerio de Fomento, «más allá de un trámite administrativo más en el Boletín Oficial del Estado», apunta su director-gerente, Manuel Miñés.

Entrada conflictiva

Es el caso de la V-21, en concreto, el proyecto de ampliación a un tercer carril entre el barranco de Carraixet (Alboraya) y Valencia, que quedó pendiente tras finalizar las obras entre Puçol y Alboraya en verano de 2014. El último paso conocido de este proyecto, que tiene un coste de unos 20 millones, se sitúa en abril de este año, cuando Fomento aprobó el expediente de información pública y el proyecto de trazado para una de las entradas más conflictivas a Valencia, especialmente los fines de semana.

En este punto por el que circulan a diario cerca de 85.000 vehículos ha quedado también aparcado -o esa es la previsión que maneja el Consistorio- el proyecto de acceso norte al Puerto de Valencia, que consiste en la proyección de un túnel desde las inmediaciones del bulevar de Serrería hasta los muelles de la instalación portuaria para desviar el tráfico de camiones.

Acabar con uno de los puntos de mayor congestión de tráfico es también de las obras que se ejecutan (a ralentí) en el falso paso que conectará la V-30 con la A-3, que arrancó en marzo y debe prolongarse durante un año. La aparición de la topera y unos 40 metros de la antigua vía del ferrocarril de Llíria, que no fueron desmanteladas en su día, interfieren en la excavación y tablestacado necesarios para desviar y entubar las acequias del Oro y de Favara. La adjudicataria ha presentado un modificado con un coste de unos 50.000 euros para su retirada y está pendiente del visto bueno.

Precisamente la remodelación de la V-30 es el último proyecto viario que ha saltado a los papeles del BOE hace ahora un mes tras numerosas reivindicaciones debido a las retenciones y los accidentes. Prevista para 2011, ya en 2007 la Dirección General de Carreteras admitía «problemas de capacidad en esta carretera», sobre todo en el tramo comprendido entre la A-7 y el puerto pues algunos puntos soportan 100.000 vehículos diarios. Esos 17 kilómetros son ahora objeto de información pública en una reforma con un coste de 145 millones que añadirá cuatro carriles y cambiará todos los accesos a Valencia.

Así, por ejemplo, en la avenida del Cid y su incorporación al puente de Xirivella está prevista la construcción de una gran rotonda con seis carriles y dos pasos subterráneos. En este caso, la propuesta planteada por Fomento tiene que recibir las alegaciones de las entidades afectadas, como la Generalitat o el Ayuntamiento de Valencia, que plantea dedicar un carril de la avenida del Cid a la circulación de bicicletas.

Cuatro carriles en la V-31

Otra de las entradas problemáticas es la V-31, especialmente la rotonda de los Anzuelos, donde las retenciones son constantes. El proyecto de trazado y construcción de mejoras de seguridad vial y capacidad a lo largo de diez kilómetros está redactado. Contemplaba una ampliación de tres a cuatro carriles en ambos sentidos o la construcción de un nuevo viaducto sobre el cauce del Turia, que iría en paralelo al actual. No ha habido avances desde 2012.

Hay otras dos obras con repercusión en las entradas a Valencia. Por un lado, el acceso norte al aeropuerto de Valencia por la N-220, cuyas obras están listas para ser licitadas desde que en marzo del año pasado se diera luz verde a la declaración ambiental. Con un presupuesto de 70,68 millones, la anualidad prevista para este año (2,36 millones) tendrá que trasladarse al próximo.

Por otro, el proyecto de ampliación del by-pass entre la A-3 y la CV-32 que se retomó en marzo de 2014 (aunque se anunció en 2002) y que ya tiene la declaración de impacto ambiental aunque está pendiente un informe del Ministerio de Medio Ambiente. El proyecto constructivo está redactado, según indicaron fuentes de la Delegación del Gobierno. Esta obra también permitiría mejorar la conexión de la V-30 en dirección al puerto.

Aunque la duplicación del by-pass a lo largo de 22,5 kilómetros tiene un coste elevado (288 millones), el ministerio presentó una ejecución por fases para facilitar su construcción, prevista en su día para que arrancara en 2015 y se prolongará por un periodo de dos o tres años. Esta carretera soporta una circulación media diaria de entre 80.000 y 100.000 vehículos, de los que el 25% son transportistas.


 TITULO:   EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - Una educadora social para ayudar a padres ,.

 EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. -   Una educadora social para ayudar a padres  . , fotos,.

 

Una educadora social para ayudar a padres,.

. La Junta ha aprobado una subvención de 27.000 euros para contratar a una educadora social que se encargará del programa de prevención de familias y menores. La educadora trabajará con padres que necesiten asesoramiento para desempeñar su rol parental.

 

Norma Gosálvez lucha por que haya más igualdad. /J. Monzó
 
Norma Gosálvez lucha por que haya más igualdad.

Lleva chaqueta morada y labios a juego. Y no es casualidad el color, porque Norma Gosálvez es de esas personas que se creen a pies juntillas que el mundo se puede cambiar, que la igualdad es posible, y trabaja cada día por lograrlo desde la Fundación Alana, que ayuda a mujeres víctimas de maltrato. Gesticula, habla rápido y parece que pudiera hacer mil cosas a la vez, mientras su móvil no para de emitir sonidos, tan activo como ella.

 Resultat d'imatges de EL PAPEL HIGIENICO ROJO

 

-¿Qué es un educador social?

-Cuando elegí la carrera tenía claro que quería trabajar ayudando a cambiar las cosas, a que la gente pudiera mejorar sus condiciones de vida siempre desde la parte educativa. Me encanta mi profesión porque me siento muy a gusto trabajando en contacto con las personas. Lo prefiero a la gestión; ahora que soy coordinadora de un programa tengo mucha carga burocrática.

 Resultat d'imatges de EL D.N.I.

 

-Además, has tenido un compromiso con tu profesión, involucrándote en el colegio.

-Cuando acabamos la carrera éramos un grupete de amigas que íbamos a cualquier charla o actividad que se hiciera, pero al mismo tiempo me planteé por qué estaba pagando la colegiación, porque pienso que la mejor forma de colaborar en cualquier cosa es ofreciendo tu tiempo. Empecé dando una charla sobre lo que yo hacía en aquel momento en un centro sociolaboral de la Malvarrosa, y cada vez me fui involucrando más hasta llegar a la junta.

Norma reconoce que cuando acabó la carrera tenía claro que quería dedicarse a «cambiar cosas».
 
Norma reconoce que cuando acabó la carrera tenía claro que quería dedicarse a «cambiar cosas».

-Ahora trabajas con mujeres maltratadas. ¿Cómo gestionas sus propias emociones cuando está en contacto con problemas tan graves?

-Ha sido un aprendizaje, es cierto que he tenido que aprender a cuidarme como profesional, pero no puedo dejar de ponerle emoción y pasión a todo lo que hago. Esa vinculación me permite que el trabajo sea fructífero. Cuando viene la gente la recibimos con un abrazo, una sonrisa, con contacto físico. Si vamos a hablar de algo tan íntimo y al mismo tiempo tan doloroso como es que hayas vivido una situación de violencia de género, tienes que notar que tu situación importa.

-¿Pones una barrera en la que digas: «Aquí empieza mi vida privada»?

-Nuestra implicación es grande. Quizás me he metido en el cine y no voy a contestar porque estoy viendo una película, pero si alguna de las mujeres ha tenido una urgencia y me mandan un whatsapp alguien la tiene que ayudar. Con unas palabras de sosiego, dándoles pautas de ayuda. Hay casos muy delicados y es importante estar ahí echándoles un cable. Le pongo un ejemplo. El jueves salía de prisión después de tres años un maltratador y el niño está con su padre este fin de semana. La mujer no puede quedar desangelada, tenemos que hacerle un par de llamadas, que sepa que estamos ahí.

-¿Qué has aprendido de ellas?

-De ellas he aprendido un montón: la fortaleza que puede llegar a tener una persona, que nos podemos reinventar de cero a cien, mujeres que luchan contra viento y marea y ahora están en el sitio que querían estar. Me han enseñado que tenemos mucho dentro para dar a los demás, o cómo valoran las cosas de la vida a las que los demás no les damos importancia. Me emociono, porque este año perdimos a una de ellas.

Una espina clavada

Conocer otras culturas

Norma tiene claro qué dos espinas le han quedado clavadas: «Una, no haber podido irme con una beca Erasmus, que comencé a trabajar en segundo de carrera. La otra, hacer algo de cooperación internacional». Cree sin embargo que la segunda se la puede quitar en cualquier momento. «Aprender de otras culturas te aporta mucho, y me apetece tener esa experiencia vital. Cualquier verano me voy».-

-¿Llegas a pensar que tenía otra oportunidad? ¿Que algo más se podría haber hecho?

-Por supuesto.

-¿En qué momentos consigue desconectarse de su realidad diaria?

-Me gusta el jardín, cocinar, y al menos una vez al mes necesito regresar a mi pueblo, Teresa de Cofrentes, y conectar con la tierra. Llegar, estar con mi gente, charlar, me hace desconectar, poner la mente a cero. No podría hacer meditación o yoga, mi cabeza estaría pensando, organizando. Creo que mi hiperactividad se ha ido agudizando con los años (ríe). Y cada x tiempo necesito irme al Camino de Santiago.

-¿Crees que vale la pena para resetear?

-Es muy recomendable para todo el mundo. Me acuerdo del día que me estaba duchando y en ese momento pensé: «si el camino a mí me aporta tanto, ¿por qué no ir con ellas?». Así que lo puse en marcha, y es un proyecto muy chulo de empoderamiento y participación, donde son ellas quienes deciden qué recorrido van a hacer, qué personas participarán, recaudan fondos para ir. Y el impacto es muy elevado.

-¿Por qué Norma?

(Ríe) Mis padres fueron bastante innovadores, y yo me alegro de que tuvieran la valentía de ponerme un nombre poco común,.

  TITULO:  Donde comen dos  -Cocinar las raíces,.

 

Cocinar las raíces,.

Con 52 años de 'collidor', los cítricos corren por el torrente sanguíneo de Paco Sevilla. Ese conocimiento ha caído en las manos de su hija Vicky, que desde Arrels doma sus platos para lograr una armonía perfecta,.

Vicky Sevilla prepara un plato en su restaurante Arrels. /Jesús Signes/ Iván Arlandis
 
Vicky Sevilla prepara un plato en su restaurante Arrels. / fotos,.

La naranja ha impregnado el ADN de la familia. De una forma u otra siempre ha estado presente en sus vidas. Paco Sevilla, 'collidor' de Quart de les Valls, conoce bien lo que es partirse el lomo cada mañana durante 52 años. Su hija Vicky, cocinera y propietaria del restaurante Arrels, ha sabido absorber ese legado y se ha abierto un hueco en el mundo de la cocina, en la que siempre están presentes los cítricos.

Paco Sevilla cumple el ritual de cada día: el esmorzar. Hablar con él por la calle es casi una misión imposible. Todo el mundo le conoce y le saluda. Toca hablar de naranja, pero sobre su cabeza ronda, a su juicio, una de las grandes injusticias que sufren los cítricos. «Este campo de mandarina nulera se ha quedado sin vender. La fruta tiene araña y a la vista ya no sirve para comercializarla, pero si la comes es algo maravilloso. Da pena ver la naranja en el suelo sólo por una imperfección. La gente no sabe lo que es bueno, sólo busca que sea grande, redonda y brillante», explica contrariado. La voz se ha corrido en el pueblo y los vecinos se acercan bolsa en mano para llenarla de mandarinas. «Tienen el permiso del dueño; él las está tirando al suelo para que el árbol vuelve a dar fruto. Una lástima».

'El Mona', como así le conocen en el pueblo, guarda en su coche un ejemplar del calendario Zaragozano. Dice que sus métodos de observación del clima son muy acertados, pero él lo tiene muy claro: «En cuestiones del tiempo sólo me fío de mis huesos», afirma con su sempiterna sonrisa y una agilidad que entra directamente en contradicción con sus prótesis de rodilla.

Su vida ha estado íntimamente vinculada al campo. Día tras día madrugaba para llenar decenas de cajones de naranja. «Hubo un año que hice 25.000 kilómetros con mi Citröen. Me recorrí casi toda la Comunitat trabajando de 'collidor'». Pero sus escasas horas de sueño dan para mucho más. También se enfundó los guantes de pilotari para jugar en algunas de las calles más importantes. «Llegué a ganarle a Paco Cabanes en una partida», se apresura a decir mientras muestra una foto escaneada en el móvil que inmortaliza el momento.

Vicky Sevilla también ha llevado el esfuerzo como estandarte. Tomó la decisión de dejar los estudios pese a sus aptitudes, pero un viaje a Formentera le cambió la vida. La isla la cautivó y supo que quería trabajar allí. Podía haber sido camarera o dependienta, pero acabó en una cocina con un bagaje mínimo. «Me fascinó y supe enseguida que aquello era lo mío», explica esta cocinera de cuerpo menudo y cabello revuelto que cuenta con unos insultantes 28 años. Eso sí, cargados de una experiencia que asusta.

Allí pasó dos temporadas con una intensidad de trabajo hercúlea. Jornadas interminables, estrés al límite y más gritos de los que le gustaría. «Hubo momentos duros, pero estaba decidida a aguantar. Mi madre siempre me repetía que hiciera lo posible para que no me tiraran. Había sido una ni-ni y era una oportunidad de oro», relata. Compaginó los estudios de hostelería en Castellón y el trabajo en un almacén de naranja. La vuelta a sus orígenes, los cítricos, los mismo que dan frescor a sus platos.

Susi Díaz, Begoña Rodrigo o Vicente Patiño son sólo una muestra de las cocinas en las que bebió con fruición. Hasta que decidió parar y buscar su camino. Fue su mujer la que le empujó a abrir su propio restaurante. Y, como un regalo, aparecieron las antiguas caballerizas del palacio del duque de Gaeta en Sagunto. Ahí nace Arrels. Ahí se fragua un sueño. Ahí surge una cocina de raíz a la que Vicky imprime su carácter vivo. «No me interesan productos que lleven días viajando si lo tengo todo a mi alrededor. En el caso de las naranjas, me las trae mi padre directamente del árbol», afirma con rotundidad.

La estrella Michelin ronda su puerta, está en muchas quinielas. Lo sabe. Más pronto que tarde llegará, pero no le quita el sueño, no trabaja para ello. Lo único que le desvela es su hijo de cuatro meses, por el que araña todo el tiempo posible para compartirlo con él.

Paco 'El Mona' lleva muchas horas sobre sus espaldas. Siempre ha querido inculcarles a sus hijas el valor del esfuerzo, por eso se emociona con el resultado. «Una hija maestra y la otra cocinera; estoy muy orgulloso de ellas», explica mientras sus ojos se llenan de lágrimas.

DEL CAMPO | Por Paco Sevilla Recién cogida del arbol

A lo largo de su vida las ha probado de todas las variedades y tamaños, pero siempre de la misma forma. «A mí como más me gusta es comérmela directamente del árbol en su justo punto de madurez, no hay nada igual», afirma. Pese a ello, asegura que para gustos colores: «Hay gente que le gusta la naranja un poco ácida a la que le pone algo de sal y aceite», asegura Paco Sevilla.

Paco Sevilla lleva 52 años trabajando para llenar decenas de cajones de naranja.
 
Paco Sevilla lleva 52 años trabajando para llenar decenas de cajones de naranja. / Jesús Signes/ Iván Arlandis
AL PLATO | Por Vicky Sevilla Gusto por la estética

Vicky Sevilla se decanta por el dulzor de la 'navel late' para este receta. Tras sacar los gajos, distribuye trozos de boquerón en vinagre por todo el plato. A continuación, coloca puntos de crema de zanahoria y naranja y otros tantos de la misma preparación con un punto picante de chile. Completa el emplatado con salsa mery con boquerones, crostones de pan y brotes de zanahoria y amaranto. Una armonía de sabor y estética en toda regla.

Plato de Vicky Sevilla de su restaurante Arrels.
 
Plato de Vicky Sevilla de su restaurante Arrels. / Jesús Signes/ Iván Arlandis

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