La sonrisa del pelícano ,.
La sonrisa del pelícano fue un programa español de televisión emitido por Antena 3, Presentado y dirigido por Pepe Navarro,.
Esta noche cruzamos el Mississippi,.
Esta noche cruzamos el Mississippi fue un programa de televisión producido y presentado por el periodista Pepe Navarro y emitido por la cadena española Telecinco entre el 18 de septiembre de 1995 y el 10 de julio de 1997. Se emitía de lunes a jueves en la franja del late night., etc.
Crónicas marcianas ,.
Crónicas marcianas fue un late show de televisión, producido por Gestmusic Endemol y emitido por la cadena española Telecinco entre 1997 y 2005. Estaba dirigido y presentado por Javier Sardá y contaba con Miquel José y Jordi Roca, con quienes Sardá había creado La Ventana en la Cadena SER, como subdirectores y guionistas.
Es el programa de late night más longevo y más visto de la historia de la televisión en España.1 A pesar de ser considerado por muchos como uno de los máximos exponentes de la llamada telebasura en España, obtuvo multitud de premios, como un Ondas, dos de la Academia de la Televisión y seis TP de Oro., etc.
El Centro de Acogida Temporal de Cáritas cumple 25 años,.
Según informa Cáritas, este centro se inauguró el 27 de marzo de 1995 con el fin de atender a las personas sin hogar de cualquier procedencia y, en la actualidad, son 24 las que están realizando en sus instalaciones el confinamiento, con motivo de la situación de crisis sanitaria.
La organización también se ocupa de la distribución de alimentos al comedor social, todos los días, para 15 personas, y en estos momentos, además, de la distribución de desayunos, comidas y cenas para las 10 personas acogidas en el pabellón del recinto ferial del Berrocal, convertido en albergue estos días.
TITULO: DESAYUNO - CENA - SABADO - ENREDATE - ¡ QUE HAY DE NUEVO ! - ¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE - Vivan los novios - Telecinco - La Veneno vuelve a la tele ,.
¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE ,.
¡Atención y obras! es un programa semanal que,
en
La 2, aborda la cultura en su sentido más amplio, con especial
atención a las artes escénicas, la música, los viernes a las 20:00 presentado por Cayetana Guillén Cuervo, etc, foto,.
Vivan los novios - Telecinco ,.
Vivan los novios fue un concurso del género Dating show, emitido las tardes de los sábados por la cadena española Telecinco entre 1991 y 1994., Presentador
Andoni Ferreño, Arancha del Sol, Natalia Estrada y Gabriel Andres Corrado Andreacchio, etc,.
DESAYUNO - CENA - SABADO - ENREDATE - ¡ QUE HAY DE NUEVO ! - La Veneno vuelve a la tele ,.
DESAYUNO
- CENA - SABADO - ENREDATE - ¡ QUE HAY DE NUEVO ! - La Veneno vuelve a la tele ,. , fotos .
La Veneno vuelve a la tele,.
Eran los noventa y aquella mujer soez y orgullosa era puro descaro.
Ahora, Los Javis recuerdan ahora la vida de Cristina Ortiz, el primer
rostro trans para millones de espectadores
“En memoria de Cristina Ortiz, La Veneno,
valiente mujer transexual visible en los noventa (1964-2016)”. Ahí
estaba el lugar en la posteridad de la difunta trans más famosa de
España. Una placa conmemorativa que el Ayuntamiento de Madrid instaló el
9 de abril de 2019 en la fuente de Juan de Villanueva, en el parque del
Oeste, donde ella trabajó durante años. La primera a la memoria de una
persona transexual. A la semana siguiente había desaparecido. El
Ayuntamiento la ha tenido que reponer ya varias veces.
El 29 de marzo habrá más que una placa. Atresmedia estrenará Veneno, una serie creada por Javier Ambrossi y Javier Calvo
en la que se cuenta esa vida, la de la trágica, ordinaria y heroica
Veneno en todo su malhablado esplendor. Es todo un ejercicio en
ambición. Sus creadores pasan del plató lleno de amigos de Paquita Salas
(Netflix), su anterior serie, a una gran producción con 132 actores,
200 figurantes por capítulo y 150 técnicos. Para Atresmedia es la
apuesta del año, el primer gran proyecto de su nueva plataforma de pago
Atresplayer Premium. En ocho caros capítulos se verán los orígenes del
personaje en las calles de Andalucía y Madrid; su forja en el salvaje prime time
de los noventa, junto a Pepe Navarro, y su caída en desgracia en la
cárcel antes de morir de forma prematura hace tres años. Una actriz
trans la interpreta en cada fase: Jedet,
la cantante y escritora; Daniela Santiago, descubierta en un casting
abierto por Eva Leira y Yolanda Serrano (las legendarias directoras de
casting que hallaron a Dani Rovira o Bárbara Lennie), e Isabel Torres,
presentadora canaria. Es un despliegue de oportunidades sin precedentes
para actrices trans; también están en muchos puestos del proyecto. La
puerta grande está abierta. La Veneno vuelve a la televisión.
“Es una historia sobre la importancia de los
otros para construirnos a nosotros”, anuncia Javier Ambrossi en una
pausa del rodaje, rodeado de figurantes con medias de rejilla y escotes
liberales. Están recreando el parque del Oeste, el lugar donde está la
placa. Ese matiz importa: en Veneno se mira a la protagonista, pero
también a los que la miraban a ella. “La base es la relación de La
Veneno con Valeria Vegas, la periodista con la que escribió su biografía
[¡Digo! Ni puta ni santa, publicada en 2016]”. Valeria ve a
Cristina como un referente. Para millones de espectadores, aquella mujer
basta, soez y orgullosa de sí misma que se colaba en sus televisiones
fue el primer rostro trans de sus vidas. Ahora volverá a las pantallas,
convertida en mito ya desde la infancia. “No solo hay que hacer
homenajes a la gente que es perfecta”, alerta Ambrossi. “Todos tenemos
sombras”.
A los 13 años, Joselito dejó el colegio y durante
una temporada recogió habichuelas para tener dinero. A los 15 se fue al
pueblo de al lado, San Pedro de Alcántara. “No entiendo cómo quieren
que le tenga cariño a mi pueblo”, escribe en su libro. Conforme avanzaba
la adolescencia, se iba haciendo más evidente que lo de maricón era
solo una parte de lo que le hacía diferente. Había más. “Por las noches
le pedía a Dios que quería convertirme en una masa de harina y luego
amanecer con un cuerpo de mujer con coño”, escribe. En España, en un
pueblo, en los setenta, sin información a mano, no era fácil entender
una pulsión transexual. Joselito la descubrió por partes. A los 16, en
una discoteca gay de Torremolinos, tuvo una revelación: “Me quedé
asombrada de ver unas mujeres espectaculares con los pechos al aire. Mi
amigo Alfonso me dijo que eran travestis y me di cuenta de que quería
ser como ellas”. A los 18, cuando estudiaba peluquería en Granada, le
invitaron a actuar: se hizo un vestido con dos mantones de Manila
brillantes, se puso una peluca y un cinturón, y cantó Juntos, de Paloma San Basilio.
En 1991, cuando con 27 años se acababa de mudar a
Madrid y trabajaba en la cocina del hospital 12 de Octubre, tuvo otra
revelación. Vio a una mujer rubia por la calle. Le preguntó qué era.
Respuesta: una mujer. “Me dijo todas las hormonas que me tenía que poner
(…). A mí me faltó tiempo para ir a la farmacia y ponerme las hormonas a
carro, sin parar. Eso era alegría para el cuerpo”. Ya no respondería
por Joselito.
Jedet interpreta a La Veneno más joven. Ella
tiene 27 años: buena parte de la vida de su personaje la conoce solo de
oídas. “Para mí La Veneno siempre ha estado ahí. Como Marilyn Monroe”,
aclara. Ella ve a La Veneno de la forma en la que nos la presenta la
serie: como un referente histórico. Alguien en quien fijarse para
entender la experiencia trans. “Cuando era pequeña recuerdo que me
acostaba rezando: ‘Ojalá, ojalá, mañana me levante y sea niña’. No sabía
si era posible”, cuenta Jedet.
A esta gerundense, famosa gracias a YouTube, Instagram y Twitter y por varios hits
de música underground, la posibilidad de interpretar a Cristina le
llegó al poco de iniciar su transición. Tuvo que ajustar el proceso al
papel. “Paré las cirugías. Me cortaron el pelo, que parece una tontería,
pero en esos momentos el pelo te da mucha seguridad. Lo tenía por
aquí”, señala la mandíbula por debajo de la oreja, “y me veía muy
femenina. Me tuvieron que hacer ras y hala, vuelta al corto. Perdí 15
kilos para parecerme más al personaje. Me quitaron los labios, que es
algo muy doloroso físicamente. Te inyectan una cosa que te los quema. Me
lo hicieron tres veces”. Jedet ha venido a la entrevista con su madre.
La señala. “Hoy me decía: ‘A veces me preocupo pensando que esto te está
afectando para mal’. Verte en las circunstancias difíciles del
personaje. Le dije: ‘No, ella me está ayudando. Tuvo una vida muy dura,
pero nadie la paró. Nunca fue una víctima’. Ella me da mucha fuerza”.
Cristina López Ortiz entró en la prostitución
“con una cinta enroscada en la cabeza, una faldita de flores y una
camiseta a juego de mangas de murciégalo, con unos zuecos rojos”. Era
una tarde de finales de mayo de 1993. Su primer cliente le dio 2.000
pesetas. Las hormonas —que seguía tomando como el primer día: sin
consultar con un médico— la iban transformando poco a poco. Luego
llegaría la operación de pechos: “Me acuerdo perfectamente que entré en
el quirófano muerta de contenta, cantando El porompompero”. La
transformación estaba avanzada. Cristina se sentía reluciente. Pero
había pasado del primer acto de la discriminación transexual, la social y
familiar, de cabeza al segundo: la laboral. Ahí estaba, sin el trabajo
del 12 de Octubre, entre los árboles del parque del Oeste, con decenas
de otras prostitutas, peleando por ganarse el pan.
Esa pelea podía ser literal. Las compañeras se
daban codazos, y más, entre ellas; los chulos llevaban cadenas, y de vez
en cuando llegaban los cabezas rapadas a repartir palizas. Aquí el
carácter que había afilado con los abusones de Adra se volvió más
significativo que las tetas nuevas, el pelo rubio y el cuerpazo que
estaba echando. Ese mal genio le valió su mote: La Veneno. Pero La
Veneno no era solo una lengua viperina. “Como puta he sido muy lista,
esa es la rabia que me tenían las demás”. Ella podía escoger a sus
clientes y sacarles hasta 100.000 pesetas (600 euros). Aquellas grescas
eran lo que buscaban las cámaras de Esta noche cruzamos el Mississippi, un programa late night
que presentaba Pepe Navarro en Telecinco. Se encontraron algo distinto.
A una mujer de piel de rayos UVA, peluca caoba y vestida de rojo que se
movía por el parque como si fuera su finca. “Eres una mujer de verdad”,
le dijo la reportera. “Yo soy un semáforo y tengo un tiburón”, contestó La Veneno.
Navarro vio aquella grabación poco antes de que
se emitiese. “Paré la imagen de repente”, recuerda hoy el presentador.
“Le dije a mi equipo: ‘La quiero. Buscádmela”. La Veneno acababa de
entrar en la televisión y en la historia.
“Conocí a Cristina por esa época, en el ambiente
de Chueca, cuando vine a Madrid desde Málaga a trabajar en la noche, a
los 17 años, para bailar o de camarera. A mí me abrió puertas. Nos las
abrió a muchas, solo por estar en televisión. Sacó la valentía que
reprimíamos”. Daniela Santiago, de 38 años, interpreta a La Veneno
“empoderada”, como la llama. Es su primer trabajo como actriz, tras años
bailando en discotecas y haciendo de modelo. Lo normal hasta hace poco
es que no hubiera otra opción para gente como ella. Calvo y Ambrossi
hicieron un casting abierto para encontrar caras desconocidas para el
proyecto: la primera gran convocatoria televisiva para el talento trans
español. Santiago se lanzó. “Visualizo lo que ella era, lo que ella me
transmitía desde la televisión, e intento hacerlo igual. Sin imitarla,
no soy imitadora profesional. Es que yo también soy así”.
La discoteca madrileña Joy Eslava se cerró al
público una noche de 1996. Se celebraba la abarrotada presentación en
sociedad de La Veneno, el nuevo fenómeno de la televisión. Su presencia
en Esta noche cruzamos el Mississippi ya era algo habitual y
cada vez que aparecía daba una campanada de audiencias. La Veneno y su
carácter encajaban perfectamente en la selva en la que se había
convertido la televisión española con la llegada de las cadenas
privadas, un purgatorio de marginados, teorías de la conspiración y
gritos. “Pepe Navarro instauró el todo vale, el rebuscar en el
estercolero personajes, freaks y vergüenzas”, dice la
periodista y analista de televisión Mariola Cubells. “Puso fin al
lenguaje amable y guiones comedidos de la televisión pública. Empezaba
la era del colaborador malhablado, la voz más alta, la palabra más
gruesa, los tacos y los insultos. La calle en la tele. El público se lo
comía sin pensar y sin entender lo que estaba viendo”.
Y se comía sobre todo a Cristina, que creó un mundo propio, con sus berrinches y su tiburón.
“Era puro magnetismo”, dice Pepe Navarro. “La televisión exige algo que
muy pocos tienen: la comunicación innata, que tu mera presencia, sin
decir nada, llene la pantalla. Eso no se puede entrenar. Puedes depurar
una técnica, pero Messi no se construyó: nació. Con Cristina era lo
mismo”. La nueva famosa de España dejó la calle a petición del
presentador: cobraba millones por aparecer en televisión y discotecas.
Grabó un single, Veneno pa tu piel. Hizo un tour por
Almería. En Adra no pudo bajarse del coche porque la gente se agolpaba a
su alrededor. En Motril la recibió el alcalde y la hizo saludar desde
el balcón. “Solo se me pasó una cosa por la mente: ‘¡Ay, Dios mío, si
Franco levantara la cabeza!”, recordaría ella después.
En septiembre de 1997, Pepe Navarro se pasó a Antena 3 con La sonrisa del pelícano, más de lo mismo. Llamó a Cristina, que ya estaba trabajando para la cadena, en la serie En plena forma, donde hacía de profesora de aeróbic y posterior amante de Alfredo Landa. El pelícano apenas aguantó dos meses en pantalla. Antena 3 declaró que violaba su código deontológico.
Las llamadas a Cristina se hicieron más infrecuentes. Descubrió que sus
mánagers llevaban años estafándola, aprovechándose de su costumbre de
firmar papeles sin leerlos. Del primero, Javier Somavilla, contó: “Me
dijo que mi caché era de 1,8 millones de pesetas, pero realmente él
pedía un millón más”. Tras la televisión, le ofrecieron unos millones
por rodar un par de películas porno. Aceptó.
A Cristina los hombres le gustaban problemáticos.
Andrea Petruzzelli lo era. A este italiano sin oficio ni beneficio lo
conoció en Madrid una noche de los noventa; al día siguiente se había
instalado en su casa; al año ya tenían una rutina de ataques de celos y
reconciliaciones, siempre según la biografía. La fama lo agravó todo.
Harto de depender de los ingresos de Cristina, Andrea ideó un plan:
asegurar la casa por varias compañías y prenderle fuego. Lo primero lo
hizo Cristina, que insiste que firmaba papeles sin leer. Lo otro lo hizo
él. En abril de 2003 Cristina ingresó en la cárcel de Aranjuez
condenada por estafa.
Era una cárcel de hombres. Ella era una mujer,
pero no tenía la reasignación de género registrada de forma oficial. Fue
violada, golpeada y enterrada con ansiolíticos. Otra vez el ambiente
cerrado y los abusones; otra vez los gritos de maricón, maricón,
maricón… “Algunos funcionarios de la prisión me abrían a las dos de la
madrugada las puertas de la celda. Me hacían cosas que no puedo contar
aquí. Cuatro jefes de servicio me ataron con esposas a una cama y me
pegaron una paliza. Me dejaron el cuerpo lleno de cardenales”, contaría
luego a la revista de cotilleos QMD. “He llorado lágrimas de sangre”.
Salió de allí tres años después, deprimida,
insomne y desfigurada. Había entrado con 68 kilos y salió con casi 150.
Fue a cuanto plató la invitara y contaba que uno de los poderosos
hombres con los que había estado había mandado que la aislaran en la
cárcel. “No puedo nombrar a este señor en la vida. Es un señor con mucho
poder y mucho mando en España. Cada vez que se acostaba conmigo me daba
un millón de pesetas”, decía. Escribió sus memorias con Valeria Vegas
en 2007: nadie se las quiso publicar. Su siguiente novio se fue con los
60.000 euros que tenía ahorrados. Ella se quedó con una pensión no
contributiva de 300.
Pasó los siguientes 10 años en discotecas, de vedette
—como en Málaga, antes de la fama y de la caída—. Una nueva generación
LGTBI, más libre y desacomplejada que la anterior, una que se había
criado con ella, se la encontraba en las pistas de baile. Le aplaudían.
“Fue de las pocas que se sentó delante de una cámara y dijo: ‘Yo soy
transexual, salgo en la tele, tengo un tiburón y me comporto como me da
la gana”, recuerda la canaria Isabel Torres, de 49 años, quien encarna a
La Veneno en estos últimos días. Esta serie, cree, tendrá un efecto
parecido. “Cualquier familia puede tener un caso de transexualidad.
Quizá esta serie les aporte algo”.
El 9 de noviembre de 2016, el novio de Cristina
se la encontró muerta en casa, con el cuerpo lleno de alcohol y
ansiolíticos. Tenía 56 años. El Instituto Anatómico Forense dictaminó
que había muerto por una caída en el baño. La mitad de sus cenizas
volvió a Adra. La otra está en el parque del Oeste.
TITULO: REVISTA MUJER HOY DE CERCA PORTADA - VIAJANDO CON CHESTER - MERITXELL BATET, PRESIDENTA DEL CONGRESO ,.
VIAJANDO CON CHESTER
Viajando con Chester es un programa de televisión español, de género periodístico, presentado por Pepa Bueno, en la cuatro los domingos las 21:30, foto, etc.
REVISTA MUJER HOY DE CERCA PORTADA - MERITXELL BATET, PRESIDENTA DEL CONGRESO,.
MERITXELL BATET, PRESIDENTA DEL CONGRESO,.
Tengo aversión al conflicto”,.
La presidenta del Congreso de los Diputados conoce bien el terreno en
el que arbitra. Ha estado en la bancada socialista durante 16 años.
Echa de menos la política real para evitar traumas como el que ella
vivió de adolescente tras un desahucio. Confía en la palabra como
herramienta, pero también en la firmeza y la sensibilidad como factores a
combinar para fortalecer desde su cargo la democracia. Experta en
constitucionalismo, la catalana tendrá esta legislatura un gran
protagonismo.
Cierto aspecto menudo no debe llevar a engaño al observar a Meritxell Batet (Barcelona, 1973). Es una mujer fuerte. Muy fuerte. Tiene por delante el papel de poner orden y que no se le desmande un Congreso de los Diputados
donde esta semana presidió el pleno en que se aprobó el estado de
alarma. Le toca en una legislatura ajustada, donde a cada paso van a
escenificarse peleas y debates apasionados. Ya ha dado muestras de
firmeza, pero también de una medida flexibilidad en sus intervenciones.
Ambos aspectos los aplica con un determinante sentido práctico: el que
le ha enseñado la vida y su madre, desde que una vez llegara a su casa
con 16 años y se encontrara un candado en la puerta por un desahucio. En
vez de perderse en el lamento, ambas buscaron soluciones. Alternó
trabajos de madrugada en bares que compatibilizó a costa de escaso sueño
además de horas de clase y estudio en la Pompeu i Fabra
con beca. Allí llegó a profesora de Derecho Constitucional. La política
fue algo natural en su vida desde que la eligieron delegada de clase en
sexto de EGB. La conciencia de ser de izquierdas la condujo al PSC y de
ahí entró como diputada en 2004 en el Congreso que hoy preside. Pedro Sánchez
la hizo ministra de Política Territorial y Función Pública tras la
moción de censura de 2018 y luego le propuso encabezar las Cortes. Da lo
mejor de sí misma cada día para que sus hijas mellizas, Adriana y
Valeria, a quienes tuvo con José María Lassalle —que militó en el PP y de quien se divorció en 2016—, no vivan en una España de involuciones democráticas y retrocesos.
Pregunta.
En su discurso de apertura de las Cortes hizo usted hincapié en la
importancia del lenguaje. ¿Ser presidenta del Congreso tiene su punto
gramático también? Ahí, las palabras las carga el diablo.
Respuesta.
Siempre he pensado que el lenguaje tiene muchísima importancia. No está
de más explicitarlo para no perder esa conciencia. El principal
instrumento de sus señorías es la palabra y se convierte en algo muy
poderoso. Aunque pueda parecer insignificante frente a otras acciones,
incluso frente al grito, resulta fundamental. Los políticos debemos
tomar conciencia de muchas cosas. Primero, de ser ejemplo. En una
sociedad con valores de tolerancia, respeto y saber escuchar, debemos
convertirnos en modelo. Segundo, de que es mala la concepción de la
política como un campo de amigos y enemigos.
P. ¿Estamos ahí? ¿En esa parte del ciclo?
R.
Creo que hay que romper eso. Y precisamente el lenguaje es útil para
romperlo. Siempre debemos dejar puertas abiertas. Nunca acorralar al
otro en ninguna intervención. Nadie se encuentra en posesión de la
verdad.
P.
En eso estamos alcanzando cotas curiosas. Por ejemplo, en la dicotomía
en torno al constitucionalismo. Usted que es profesora de la materia,
¿qué es un constitucionalista?
R. Para mí era un profesor de Derecho Constitucional hasta hace cuatro días.
P. Ahora algunos lo quieren cerrar como un club selecto y exclusivo. Si no estás dentro, te lo arrojan como un arma.
Cuando sufrimos nuestro desahucio sentí sobre todo tristeza pero también sentido práctico"
R.
Esa es una de las cosas que dije: que muchas veces utilizamos las
palabras como arma y no como argumento. Que esgrimimos el adjetivo para
excluir. Constitucionalista es cualquiera que respeta la Constitución:
una norma inclusiva. Todo el día estamos predicando acerca del espíritu
de la Transición. Pues ahí entrábamos todos. Esa era su virtud. Más que predicar con ello, hay que saber ejercerlo bien.
P.
¿Qué hemos hecho mal para que dé la sensación de que su generación o
las de los nacidos a partir de los sesenta nos veamos más enrocados en
posiciones inamovibles? ¿Qué ha fallado?
R.
Son preguntas que me hago muchas veces y no tengo respuestas. Quizá se
deba, más que a haber hecho cosas mal, a que influyan los ciclos
globales, algo que nos trasciende como país y desarrolla bases para que
retrocedamos. El momento de la Transición fue especial por la
generosidad, pero también por cierta conciencia de última oportunidad.
Por las ganas de todos de que aquello saliera bien. Esa actitud no
existe hoy.
P. ¿Ahora andamos en la dinámica destructiva, no constructiva?
R.
También influye que las generaciones más jóvenes piensan que lo que
hemos logrado es un derecho innato. A los alumnos de Derecho
Constitucional les animaba a debatir eso. Casi despreciaban la norma, de
manera inconsciente. No existe conciencia de que podemos perder lo que
tenemos y debemos cuidarlo. Por eso, mi obsesión ahora es preservar la
piedra angular que sostiene la democracia: las instituciones. Eso no lo
tenemos muy asentado ni interiorizado, por eso se observan actitudes
radicalizadas o ligeras.
P. Por ejemplo, ¿aplaudir o no al Rey en ciertos actos?
R. Pues sí, o dar determinados gritos…
P.
En eso va a tener que emplearse a fondo. No recordamos una presidenta
del Congreso que tenga encima tanto foco. ¿Está preparada?
R.
Lo mejor es que al árbitro no se le vea, que no notes que existe. A mí,
que el Parlamento esté vivo me encanta. Pero el protagonismo se lo deben
llevar los debates. Quizá falte política. Hablar de problemas reales.
P.
De problemas reales, su familia sabe. Sufrieron un desahucio. ¿Piensa
mucho ahora que es la tercera autoridad del Estado de dónde viene?
R.
Lo he pensado muchísimo, pero no solo ahora. España ha vivido un salto
generacional. No hace mucho, tener una carrera universitaria implicaba
un triunfo y la seguridad de que te protegías frente a experiencias como
aquella que tuve que vivir con mi madre. Esa dinámica de esperanza, de
progreso es lo que rompe la crisis. Los caminos ya no se trazan en línea
ascendente. Eso hace que la sociedad cambie en todas partes. Provoca
también que surjan nacionalismos, populismos…
P.
Cierto, pero déjeme que insista en su sensación más íntima: ¿cómo es la
experiencia de volver un día a su casa y encontrarse un candado en la
puerta?
En los sectores independentistas hace falta una cierta enmienda y arrepentimiento, reconocer el error, para poder construir un camino nuevo"
R. Yo lo viví con mucha tristeza, claro. Lloré.
P. ¿Era tristeza solo o una mezcla de impotencia, rabia, frustración?
R. Sobre todo, tristeza. Y sensación de injusticia. Pero también de asunción de responsabilidad: sentido práctico.
P. Y se puso a trabajar con 16 años. ¿Nos puede dar su currículo de superviviente? No el de jurista, académica y política.
R.
Aparte de dar clases, pues hacer de canguro, dedicarme a entretener
niños con actividades en verano y trabajar por la noche en bares. Como
era un poco tiquismiquis, no quería dejar de faltar a clase. Estudié en
la Pompeu i Fabra. Lo mejor era trabajar en horario no lectivo.
Estudiaba entre medias. Entré en un bar al lado de la universidad. Abría
a las once de la noche y cerraba a las seis de la mañana. Nos íbamos
después de limpiar y reponer neveras.
P. ¿Qué aprendió allí?
R.
Era un lugar maravilloso. Lástima no haber estudiado Sociología. Hubiera
hecho una tesis. Dormí muy poco y lo viví con optimismo e intentando
divertirme. El trato a los camareros te enseña mucho de cómo es la
gente.
P. ¿Cómo trata la gente a los camareros?
R.
En general, correctamente. Pero se aprende de las excepciones. Pasé del
Nick Habana al Bikini, dos bares míticos. Me aprendía muchísimas bebidas
e identificaba a la gente por lo que consumía: mira, ahí viene J&B
con Coca-cola. Intenté aprender del oficio: coctelería, por ejemplo.
P. Para abundar en su perfeccionismo…
R. Sí. Los posavasos debían estar alineados y con el logo de cara al cliente.
P.
Me han contado que ganaba usted más en el bar que después como
profesora universitaria. ¿No le hace pensar eso en qué país vivimos?
R.
Otra paradoja sobre la que habría que reflexionar. Curioso que alguien
que forma universitarios esté peor pagado que el que sirve copas.
P. ¿Cómo llegó la política a su vida?
R.
Me acompañó siempre. Fui delegada de clase ya en sexto de EGB. Eso lo
tendremos que traducir para algunos lectores. Luego, en séptimo y octavo
formé parte del consejo escolar. Luego todo el BUP, creo. Siempre
elegida, eh.
P. ¿Y la conciencia de ser socialista?
R.
La conciencia era más de ser de izquierdas. Cuando ves una injusticia y
te hierve la sangre. Para mí, las injusticias derivan sobre todo de las
desigualdades. La falta de oportunidades que viene de eso te marca.
P. Y a su madre, ¿de qué forma le marcó?
R. Mi madre es una persona que no transmite rabia. Es genuinamente buena. Y pragmática también.
P. El desahucio las uniría más. Usted es hija única.
R. Sí, nos atribuyen a veces injustamente ciertos defectos. Erróneamente. Depende de cómo te eduquen.
P. Y ahora es madre de gemelas, que en cierto sentido es como tener dos hijas únicas al tiempo.
R. Bueno… El aprendizaje natural en ellas de compartir, esperar, adaptarse. Se distinguen mucho entre sí. Son muy diferentes.
P. ¿Qué aprende de ellas?
R.
Muchas cosas. Las observo: llama la atención cómo con la capacidad de
razonar, ya de pequeñas, con una lógica aplastante, te desmontan.
P.
En cuestión de resolución de conflictos, nadie como usted, que siendo
del PSC ha estado casada con alguien que militó en el PP: José María
Lassalle. Coincidían además en el Congreso.
R.
No manteníamos muchas discusiones políticas en casa. Escapábamos de la
anécdota del día, que es la que divide más. En el análisis global que
hacíamos de las cosas, el entendimiento es más que posible.
P. De aquella experiencia personal, ¿saca algo práctico para su labor de ahora?
R.
Creo que esa forma de ver las cosas la he aplicado siempre. Aprendes de
las vivencias, pero llegas a los lugares con una predisposición. En mi
vida personal no cuento con enemigos. No sé si a eso me ha enseñado la
política o lo que prima es mi forma de ser en ese aspecto. Puede que se
trate de una cuestión de carácter.
P. Tampoco a usted se le puede incluir ya dentro del PSOE en ningún bando. Apoyó a Eduardo Madina frente a Pedro Sánchez. Entendió después el “no es no” a Rajoy. No parece hincha de nadie.
R.
Los dogmas y posiciones inflexibles no son buenos. Sin que eso quiera
decir no tener convicciones profundas e interiorizados valores que debes
perseguir. Todos vivimos con nuestras contradicciones, pero debemos ser
honestos intelectualmente con nosotros mismos.
P.
Bien, pero lo que llama la atención en usted es que nadie se lo tuviera
en cuenta. Parecería que en su partido todos quisieron aprovechar de
Meritxell Batet algo beneficioso para la causa de cada uno. Porque
hablamos de bandos muy enfrentados aún. ¿Cómo se las arregla usted en
medio?
R.
No he sentido represalias, cierto. Defender una posición no conlleva
destruir al otro. Más en cuestiones de partido. Yo me he mantenido en
determinados postulados sin ofender a nadie. Además, he intentado
siempre mostrarme clara y honesta. Eso habla de la grandeza de los
líderes.
P. Grandeza es una expresión un poco fuerte para los que andan activos. La historia juzgará.
R.
Bueno, sí… Quiero decir saber contar con las personas en función de lo
que valen, no por las posiciones que toman en determinado momento a
pesar de que vayan contra sus intereses.
P.
Vamos a Cataluña. Usted que ha vivido en Madrid ya varios años, ¿cómo
siente el conflicto y la tensión de este periodo? ¿Se ve lejana o
inmersa en él?
R.
Bueno, yo soy barcelonesa. Y eso implica asociar tu educación
sentimental y recuerdos a un lugar. Pasear por allí y que multitud de
vivencias te asalten.
P. ¿También ser barcelonesa implica cierta actitud cosmopolita que quizás echemos ahora en falta?
R.
Totalmente. Yo no soy nada, nada, nada nacionalista. Desde nunca.
Aprecio de donde soy y donde vivo. Pero mis identificaciones o
reconocimiento en otros provienen de compartir una música, un libro más
que un lugar.
P. ¿De qué viene esa deriva cerril?
R.
Tiene que ver el contexto. Nos explica un escenario en el que lo que ha
pasado era fácil que prendiera. Y determinados líderes que marcan un
cambio de rumbo y deciden empujarla mientras otros se ven arrastrados
por ella.
P. Líderes, dice usted. Pero el liderazgo, ¿no implica dar soluciones en lugar de crear conflictos?
R.
Es otro aspecto que también quise resaltar en el discurso de apertura:
que no estamos aquí para crear problemas, pero tampoco para ignorar o
negar que existen. Pero sí, nuestra principal obligación es buscar
soluciones.
P. Y en Cataluña, ¿qué solución le ponemos?
R.
Yo viví la sesión del Parlament catalán los días 6 y 7 de septiembre de
2017 con muchísimo dolor, como un drama. Ver cómo se rompía el orden
constitucional y estatutario fue muy triste. Sufrí muchísimo. Nunca
hubiese pensado que se podía llegar tan lejos. Me pareció inaudito y que
tendría consecuencias, claro. Aunque no sé si en ese momento hice un
análisis racional para entender que fueran las que estamos viviendo.
P. ¿Fue más doloroso aquello para usted que el 1 de octubre, día del referéndum ilegal?
R. Distinto, pero quizá sí más doloroso.
P.
¿Ahí entraba su conciencia como jurista de la gravedad real más que la
emocional acarreada por la escenificación de una consulta en las calles?
R. Fue el punto de inflexión. Ahí caímos por el precipicio al que nos han llevado.
P. ¿Y cómo salimos? Insisto.
R. Es difícil, pero la única manera que entiendo es mediante la palabra. Y volvemos al principio de la conversación.
P. ¿Qué le gustaría oír?
R. Hace falta una cierta enmienda y arrepentimiento, reconocer el error, para poder construir un camino nuevo.
P. Por ejemplo, ¿las declaraciones de Carme Forcadell,
que ofició como presidenta del Parlament aquella sesión y hoy está en
la cárcel, le servirían? Cuando dijo que los secesionistas no habían
sido generosos con esa parte de Cataluña que no se siente
independentista.
R. Falta en ellas la segunda parte… Aceptar las reglas del juego y renunciar a conducirnos al abismo.
P. Ahí no parece que lleguen cuando muchos de ellos insisten: volveremos a hacerlo.
R. No me parece un buen camino.
P. ¿Lo considera una amenaza o una obcecación?
R. Cada uno lo vivirá a su manera: yo lo considero una amenaza, claro.
P.
Cuando Pedro Sánchez le propone la presidencia del Congreso, ¿qué cree
que pesó más? ¿Ser experta en constitucionalismo o ser catalana?
R. No lo sé… Esa es una espléndida pregunta para él.
P. ¿Se la formuló?
R. No, no. Él me habló de las aptitudes que veía en mí y de lo que pensaba que podía hacer.
P. ¿Y le contó usted a él sus defectos?
R. Sí, pero incluso creo que los conoce mejor que yo.
P. ¿Cuáles serían?
R. Uno, que en política cuenta, es aversión al conflicto.
P. ¿Por qué va a ser eso un defecto?
R. Sí, lo es. En política debes ser capaz —y al final lo logras— de buscar la confrontación. Yo no lo hago.
P. Hombre, para lo que tiene delante, es una virtud.
R. Para esta etapa sí, es cierto. Pero, bueno, yo sigo viendo ahí un defecto.
P. Pues va a aprender mucho. Lo que no sé es si le gustará tanto el panorama como para imitarlo.
R. Ya, bueno, como parlamentaria aprendí un montón observando.
P.
Otro de los absurdos del debate de investidura fue tratar de
patrimonializar la figura del Rey. Y va el jefe del Estado y a la única
persona que ensalza en su discurso es a usted. ¿Se llevan bien?
R.
Bueno, hombre, hablaba después que yo. Fue una forma de piropear a todas
las Cortes. Pero sí, tenemos buena relación. Es una persona que cree
profundamente en el papel que la Constitución le otorga. Cierto que es
Rey por herencia, pero esa lealtad y ese aspecto lo lleva interiorizado.
Y también a la hora de garantizar la unión de todos los españoles con
un sentido de integración.
TITULO: Viaje al centro de la tele - Elton John recauda 7 'kilos' con su concierto casero,.
Elton John recauda 7 'kilos' con su concierto casero,.
Al cantante, de 73 años, le ha pillado la cuarentena en la única de sus propiedades sin piano, así que recurrió al teclado de sus hijos para interpretar sus éxitos en la gala benéfica,.
A falta de cifras oficiales, recaudó alrededor de 7 millones de euros que irán destinados a dos organizaciones benéficas de EE UU que ayudan a las víctimas y que han sido las primeras en responder durante la pandemia: Feeding America y First Responders Children's Foundation. En pleno show el artista confesó que pasaba la cuarentena en la única casa que ha estado que no ha tenido piano. Eso no impidió que cerrará el concierto usando el teclado de sus hijos, Zachary, de nueve años, y Elijah, de siete, para interpretar un fragmento de su éxito 'Don't Let the Sun Go Down On Me' (No dejes que el sol se oculte sobre mí), que dedicó a los héroes que luchan en primera línea contra el virus.
En una velada tan especial quisieron sumar sus voces desde sus casas artistas como Demi Lovato, que tocó el piano e interpretó una versión conmovedora de 'Skyscraper' desde Nueva York, mientras que Sam Smith, en su habitación en Londres, cantó una versión a capela de '¿Cómo duermes?'. Camila Cabello, en cuarentena en Miami con su novio Shawn Mendes, le dejó tocar la guitarra («simplemente la está matando», bromeó) mientras entonaba 'My Oh My'. O Mariah Carey, que aprovechó la actuación para celebrar su 50 cumpleaños interpretando 'Always Be My Baby', que dedicó a sus dos hijos «por quedarse conmigo en casa y no quejarse demasiado».
«Encontrar la alegría»
Ellen DeGeneres presentó a una de las participantes y admitió que «llevaba tres días seguidos con los mismos pantalones deportivos en casa». A su vez, Lady Gaga animó a los espectadores a «encontrar la alegría como sea posible» en esta crisis. Y la niña prodigio Billie Eilish se sentó en el sofá de su sala de estar en Los Ángeles, junto a su hermano y sus cinco Grammys, para ofrecer una versión en acústico de su single 'Bad Guy'.En España, una iniciativa similar de LaLiga Santander reunió a medio centenar de artistas y futbolistas que el pasado fin de semana lograron recaudar 625.000 euros, destinados a la compra de material sanitario para combatir el coronavirus.
TITULO: Me voy a comer el mundo - #HOYmequedoencasa | Tomás Carbonero abre la cocina de su casa para enseñar recetas tradicionales y técnicas,.
#HOYmequedoencasa | Tomás Carbonero abre la cocina de su casa para enseñar recetas tradicionales y técnicas,.
#HOYmequedoencasa,.
Siempre partiendo de la cocina extremeña tradicional, sus recetas son fáciles de preparar y muy importante, se elaboran con productos que suelen estar en todas las casas. Una torrija extremeña, una crema de tomate hecha a partir de una sopa de tomate, un risotto ibérico elaborado con cabezada ibérica y vino tinto de Ribera del Guadiana…. son algunos de los platos que ha elaborado y difundido a través de las redes sociales mediante vídeos en los que muestra, con cercanía, cómo incorporar sabor y buen hacer culinario a este tiempo de cuarentena.
¿Y tú cómo lo haces?
En HOY queremos saber cómo te enfrentas a esta situación. Compartir nuestras experiencias puede ayudar a los demás. Lo haremos bajo el lema #HOYmequedoencasa. Envía fotos, vídeos y tus reflexiones a HOYmequedoencasa@hoy.es o al Whatssap del 636658043.
TITULO: Cine de barrio - Cine - El amor perjudica seriamente la salud ,.
Concha Velasco presenta ,.El amor perjudica seriamente la salud - Película dirigida por Manuel Gómez Pereira, protagonizada por Ana Belén, Juanjo Puigcorbé, Gabino Diego, Penélope, etc,.
El sabado-4- Abril a las 19:00 por La 1, foto.
- Reparto
- Ana Belén, Juanjo Puigcorbé, Gabino Diego, Penélope Cruz, Carles Sans, Lola Herrera, Laura Conejero, Luis Fernando Alvés, Miguel Palenzuela, Santi Millán, José Corbacho,.
- En una cena de gala ofrecida en París por los Reyes de España, coinciden Santi (Juanjo Puigcorbé), miembro de la escolta real, y Diana (Ana Belén), una habitual de las revistas del corazón. Diana sufre una conmoción al reconocer a Santi, a quien no veía desde hacía muchos años. Su primer encuentro había tenido lugar en el hotel donde se alojaron The Beatles cuando dieron un concierto en Madrid en 1965. El flechazo fue mutuo, pero, con el paso de los años, los efectos secundarios se revelan muy perjudiciales para la salud.
TITULO: Versión europea -Cine - Con los brazos abiertos , Sabado -4- Abril,.
El Sabado -4- Abril a las 22:00 por La 2, foto,.
- Reparto
- Christian Clavier, Ary Abittan, Elsa Zylberstein, Cyril Lecomte, Nanou Garcia, Oscar Berthe, Mirela Nicolau, Sofiia Manousha, Ioana Visalon,.
- Jean-Etienne Fougerole es un intelectual humanista casado con una rica heredera desconectado de la realidad. Mientras promociona su libro "À bras ouverts" en un debate de televisión invita a los telespectadores a acoger en su casa a personas necesitadas. El presentador le reta a que aplique lo que preconiza en su libro.
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