BLOC CULTURAL,

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lunes, 6 de junio de 2022

LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN - Revista Grada - Precariedad laboral: Camarera ,. / Rutas bizarras - El hombre de las gorras y un bar embotellado,. / Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - Aumenta el descontento y las disensiones en la cúpula del Kremlin por el autoritarismo de Putin,. / HOY LE TOCA - Un sábado de transistores para el Mideba,.

       TITULO : LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN - Revista Grada  -  Precariedad laboral: Camarera  ,.

 LA HORMA DE  MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN -   Revista Grada - Precariedad laboral: Camarera ,.  , fotos. 

Precariedad laboral: Camarera,.

Cuánta hipocresía con la clase trabajadora. Cuánta condescendencia con la derecha de siempre,.

Sonido directo. Restaurante de Badalona con ambiente USA: “¿Otro café, cielo?” “Claro, Mery Jane, en casa nunca tomo una segunda taza” “¿Sabes?, pese a lo que ponga en la plaquita de la blusa, me llamo Guara”. “Oh, vaya, lo lamento, Mery Jane”. 600 euros mensuales. Taberna cordobesa: “Tres


flamenquines, dos rabos de toro, trigueros, marchaaaaaaaando” “¡Oído cocina, William José!”. 1200 euros al mes en temporada alta, horario flexible. Café de Madrid: “Café con leche, corto de café, en taza; café americano en vaso y con hielo; cortadito con leche de soja; descafeinado de máquina con chispazo de coñac… ¡A joder, café pa todos!” Viva la Pepa, y un recuerdo —siempre hay que hacer memoria y raer el prestigio de la turboactualidad— para aquel ministro Cañete, sus callos y sus

declaraciones: “La mano de obra inmigrante no es cualificada. Ya no hay camareros como los de antes”. También culpaba a la inmigración del colapso de las urgencias (EL PAÍS, 8 de febrero de 2008). Cuando hoy se señala el prurito del PP para pactar con Vox, olvidamos de dónde salió Vox y no reparamos en que, ante posibles cordones sanitarios, el socialcomunismo siempre será más peligroso. El pacto entre PP y Vox es natural. Lo dice el 60% de los votantes del PP: comparten sistema digestivo e incluso ese corazón necesario para bajar los impuestos significativamente al poder económico e irrisoriamente a la clase trabajadora. Por ejemplo, a camareros y camareras a quienes se echa en falta en un país de servicios con térmicas y astilleros más muertos que el de la novela de Onetti —en esta columna también citamos a grandes maestros de la literatura—.

Nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena y de la camarería ante la llegada de festividades en las que hay que chuparse jornadas de más de 12 horas, cobrar salarios raquíticos y demostrar cualificación. Además, en el sector se dan conductas xenófobas que añoran a ese camarero blanquito con pajarita que sabía que querías un doble nada más ver cómo apoyabas el muslo en el taburete. Hoy los salarios para personas sin experiencia están entre los 800 y 900 euros; en una famosa cadena de hamburgueserías el sueldo promedio es de 600 euros dentro de una horquilla entre 433 y 900. En el oficio hay clases —gente que gana bien— en función de la experiencia, la formación, a veces no tanto del glamur del local. Pero prevalecen: cobros en negro, propinillas sustitutorias, jornadas estiradas como chicle, horarios incompatibles con la conciliación, el despotismo de una parroquia que mezcla servicio con servilismo, enfermedades laborales de las que se habla poco, temporalidad e inestabilidad. “Se necesita camarero/a”. Un guapo —es importantísima la belleza en estos curros—, un guapo chico inmigrante atiende solo una terraza de veinte mesas en una céntrica plaza de Madrid. Atiende por cuadrículas y orden de llegada. Tarda. La clientela se impacienta y recuerda a aquellos vertiginosos camareros que al recoger la propina cantaban: “¡Booooote!”. Cuánta hipocresía con la clase trabajadora. Cuánta condescendencia con la derecha de siempre. Cuánta maldad al confundir una discutible falta de diligencia con el origen geográfico de las personas obviando las pésimas condiciones laborales. Los comentarios de Cañete están vivos: se actualizan y radicalizan en el ideario de Vox.


TITULO: Rutas bizarras -  El hombre de las gorras y un bar embotellado,.

 

 Martes -7- Junio , a las 22:00 horas en La 2 / foto,.


El hombre de las gorras y un bar embotellado,.

Esta semana en ‘Rutas bizarras’Marta y Touri ya han llegado a Galicia y Touri está encantado. No para de decirle a Marta que su tierra es un lugar mágico, lleno de mitos y leyendas. Y no le falta razón, allá donde van, la magia les persigue.


Marta y Touri visitan el Castillo de Pambre, donde descubren la leyenda de la dama blanca de la mano de un guía no menos misterioso. Después, tienen la oportunidad de aprender a tallar la piedra guiados por un cantero y siguen caminando hasta llegar al balneario abandonado de Frádegas, donde volverán a encontrar historias mágicas.

En Melide, comen en la pulpería más famosa del Camino y en Boente, conocen a un hombre con una colección impresionante. A continuación, firman una cerveza en la Casa de la Tía Dolores y se desvían hasta el embalse de Portodemouros, que cruzan con la barcaza para llegar al museo más dulce que han visto en toda su vida. Pero nada tan dulce como llegar, por fin, a Santiago de Compostela.

  • TITULO: Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - Aumenta el descontento y las disensiones en la cúpula del Kremlin por el autoritarismo de Putin,. 


    Peter Falk, el teniente Colombo y el perro -   Aumenta el descontento y las disensiones en la cúpula del Kremlin por el autoritarismo de Putin, fotos. 

  • Aumenta el descontento y las disensiones en la cúpula del Kremlin por el autoritarismo de Putin,.

    Obcecado en seguir con la guerra, da órdenes directas a los generales, no rinde cuentas y desoye cualquier consejo,.

    El descontento general en la sociedad rusa por la «devastadora, sangrienta e injustificada guerra» que el presidente Vladímir Putin ha desencadenado contra el país vecino, contra Ucrania, cuyos pobladores, al igual que los rusos, son eslavos orientales y siempre se les consideró «hermanos», es más que palpable. Cada vez son más los empresarios, artistas, antiguos altos funcionarios, economistas y científicos que huyen de Rusia. Dimiten de sus cargos, liquidan sus negocios, abandonan sus cátedras, dejan sus teatros o cancelan espectáculos.




    Hasta entre los más próximos a Putin se adivinan disensiones. El ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, el jefe del Estado mayor del Ejército, Valeri Guerásimov, el director de del FSB (antiguo KGB), Alexánder Dvórnikov, o el comandante en jefe de la Flota del Mar Negro, el almirante, Ígor Ósipov, parecen no pintar ya nada. Nominalmente mantienen sus cargos, pero Putin ya no confía en ellos por calcular mal la ofensiva, por el alto número de bajas y por la lentitud con la que discurre el avance de las tropas.


    El politólogo Stanislav Belkovski sostiene que «Putin ha comenzado a dirigir personalmente la operación militar en Ucrania» con órdenes directas a los oficiales sobre el terreno. Según sus palabras, «la Operación Z permanece bajo el control total de Putin. No existe una sola figura que pueda imponerle una solución que a él no le interese». El presidente ruso, a juicio de Belkovski, «admite que el comienzo de la ofensiva no tuvo éxito y lo que debía haber sido una guerra relámpago fracasó. Por eso decidió tomar el mando, como hizo el zar Nicolás II durante la Primera Guerra Mundial».


    LAS CLAVES:

    • Stanislav Belkovski. «No existe una sola figura que pueda imponerle una solución que a él no le interese»

    • Huída. Cada vez son más los empresarios, artistas, antiguos funcionarios, y científicos que dejan Rusia

    El alto número de víctimas entre los civiles ucranianos, las atrocidades cometidas en Bucha, las abultadas bajas en los dos bandos, la destrucción de ciudades enteras, como ha sucedido con Mariúpol, y la ausencia de argumentos sólidos que justifiquen la guerra no han disuadido a Putin de la necesidad de dar marcha atrás. Su poder prácticamente absoluto le permite desoír cualquier consejo sensato ante la ausencia de contrapesos y de una dirección más colegiada.

    Y es que casi nadie en Rusia en más de cien años ha concentrado tanto poder como para permitirse el lujo de actuar en solitario. Hasta se permite abroncar en público a sus más estrechos colaboradores como sucedió el pasado 21 de febrero, tres días del comienzo de la guerra contra Ucrania, cuando durante una reunión del Consejo de Seguridad, retransmitida por los principales canales de televisión, humilló al director del Servicio de Inteligencia Exterior (SVR), Serguéi Narishkin.

    En la época zarista, la corona rusa era un ejemplo más de absolutismo en la Europa de entonces, aunque el poder de aquellos monarcas estaba en ocasiones repartido en manos de allegados y validos. Uno de los personajes que más influyó en las decisiones Nicolás II fue el monje Grigori Rasputin, a quien su esposa Alejandra consideraba un «iluminado».

    Tras la Revolución de Octubre (1917), el poder de su cabecilla, Vladímir Lenin, pese a ser determinante, estuvo sometido en cierta manera al control de los Sóviets y del Politburó, órgano máximo de dirección y con carácter permanente. Más adelante, con Iósif Stalin ya en el Kremlin, las conjuras se tejían a nivel del Comité Central del Partido Comunista y del Politburó, algunos de cuyos miembros terminaron siendo purgados, enviados al Gulag o fusilados. Stalin logró instalar una sangrienta dictadura, pero en ocasiones bajo la supervisión del Politburó o de algunos de sus miembros, como fue el caso de Lavrenti Beria.

    Todos los secretarios generales del PCUS tuvieron un peso más que significativo a la hora de tomar decisiones, pero sin que la cúpula del partido los perdiera de vista. Hasta el punto de que, como le sucedió a Nikita Jrushiov, podían ser destituidos. Todos los demás en adelante (Leonid Brézhnev, Yuri Andrópov, Konstantín Chernenko y Mijaíl Gorbachov) estaban obligados a mantenerse dentro de las directrices generales emanadas de los Congresos del partido, del Comité Central y del Politburó.

    Tras la desintegración de la URSS, el predecesor de Putin, Borís Yeltsin, puso en marcha una nueva Constitución de talante marcadamente presidencialista. Lo hizo tras un choque armado con el Parlamento, al que cañoneó sin piedad. Pero Yeltsin, no obstante, estuvo sometido a poderes fácticos como el empresarial, el mediático y controlado en cierta medida por el Parlamento. Respetó además el poder judicial. Las elecciones, pese a numerosos defectos, eran calificadas de «democráticas» por la Comunidad Internacional. El primer presidente de la Rusia postsoviética tuvo además que bregar con los militares, sobre todo después de embarcarse en una catastrófica guerra en Chechenia.

    El actual presidente ruso, sin embargo, ya desde el primer momento, empezó a desmontar la imperfecta democracia construida por su mentor. Primero reforzó sus ya abultados poderes hasta lograr una centralización comparable solamente a la existente en la época de Stalin, aunque con apariencia de democracia. Seguidamente hizo que la propiedad cambiara de manos, especialmente en el sector energético, a favor de empresarios afines. Llevó a cabo así una nacionalización encubierta de los principales sectores económicos.

    Después la emprendió con la prensa independiente. Canales de televisión, emisoras de radio y los principales diarios fueron adquiridos por empresas estatales, como el monopolio energético Gazprom, o por corporaciones dirigidas por oligarcas fieles al presidente.

    El siguiente paso fue apuntalar la llamada «vertical del poder», que condujo a la abolición de las elecciones de gobernadores regionales, a una draconiana y arbitraria ley de partidos, a una criba sin precedentes de las organizaciones no gubernamentales y a la aprobación de una ley contra el extremismo que criminaliza a todo aquel que no comparta el punto de vista oficial.

    Las dos Cámaras del Parlamento, copadas por el partido del Kremlin «Rusia Unida», son verdaderos apéndices de la Presidencia y la Justicia es una correa de transmisión de sus intereses políticos como se ha demostrado en procesos claramente amañados, entre ellos el que mantiene en prisión al principal líder opositor, Alexéi Navalni.

    Como ha venido denunciando Navalni, en Rusia la división de poderes no existe ni tampoco elecciones auténticamente democráticas, ya que, según sus indagaciones, la manipulación de los resultados de las votaciones es algo habitual. Putin hizo encima que se enmendara en 2020 la Constitución a fin de poder presentarse a dos mandatos más, lo que supondría mantenerse al frente del país hasta 2036.

    Para desmontar la precaria democracia que construyó su predecesor, Putin se ha valido siempre de los servicios de inteligencia. La necesidad de un «estado fuerte» fue siempre una obsesión para él. En ese camino fueron muchos los que acabaron en prisión. Otros cayeron tiroteados o envenenados sin que, en la mayoría de las ocasiones, se haya podido esclarecer quién encargó los crímenes. El número de exiliados políticos ha ido en aumento y ahora, tras la invasión de Ucrania, se ha acrecentado hasta el extremo de que el mandatario ruso ha logrado vaciar el país de opositores.

    El resultado de esta feroz política es que Putin ha eliminado cualquier contrapeso. Tiene un poder equiparable al que tuvo Stalin e incluso más, ya que no tiene que rendir cuentas ante ningún «comité central». Él mismo afirma que sólo el «pueblo» puede cuestionar sus decisiones, ponerle al mando o quitarle. Y eso se mide mediante unas elecciones que sus adversarios han considerado siempre trucadas. De manera que el presidente es en solitario el único centro de decisión en Rusia, el único que da las órdenes en relación con la intervención armada en Ucrania.

  • TITULO : HOY LE TOCA - Un sábado de transistores para el Mideba,.

  • Un sábado de transistores para el Mideba,.
  • El equipo pacense será campeón de liga si gana su partido en Vigo y el líder Albacete pincha en Málaga,.

    foto / Dos partidos separan al Mideba Extremadura del sueño de coronarse campeón de la División de Honor y ponerle el broche de oro a una temporada de fantasía para los extremeños. La última oportunidad para los midebistas se presenta este sábado con una doble cita en la última jornada de la temporada. Será en tierras viguesas, .


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