TITULO: A Crush, la pasta te aplasta - Gente Maravillosa - Eva Pedraza y Andy y Lucas,.
El viernes -24- Junio a las 22:00 por La 1, foto,.
Gente Maravillosa - Eva Pedraza y Andy y Lucas,.
La actriz Eva Pedraza se sienta como en casa en el sofá de "Gente Maravillosa" y cuente, con la naturalidad que le caracteriza, cómo vivió la pedida de matrimonio que su marido, el actor Miguel de Miguel, le organizó en Colombia y cómo es su día a día, en el que la cordobesa da rienda suelta a una de sus facetas más desconocidas, la de cocinera.
Será una noche de sorpresas para la modelo que recibirá en el plató la visita de su marido. También, se emocionará con la entrevista que sus hermanas conceden a las cámaras del programa, en la que confiesan cómo se vivió en una barriada humilde de Córdoba el éxito de Eva Pedraza en 1988, cuando pasó de ser una joven desconocida que vestía todo el día en chándal a convertirse en la mujer más bella de España.
Eva Pedraza protagoniza una cámara oculta que abarca una de las grandes lacras de la sociedad actual, el abuso a jóvenes con nuevas drogas que anulan su voluntad. Como es habitual en todas las grabaciones del programa, está basada en la historia real de Lola Cuberos, una joven jerezana que con 18 años sufrió los efectos devastadores de la burundanga cuando un desconocido se la suministró en su bebida. Esta cámara cuenta con la supervisión de la asociación AMUVI.
Andy y Lucas también estarán en "Gente Maravillosa" para celebrar sus 20 años en la música y recordar los momentos más divertidos de su ascenso a la fama como cuando las primeras fans de los cantantes hacían pintadas con corazones en la puerta de la casa de los padres del popular dúo. Junto a ellos, compartiremos una cámara oculta en la que una mujer se topa con el rechazo de una jefa en una entrevista de trabajo a causa de su edad. Una situación que cuenta con el respaldo de la Fundación Adecco.
Otra de las protagonistas de la noche será Carmen Posadas, una anónima maravillosa que defiende firmemente a una mujer sorda a la que una médico no quería atender alegando falta de tiempo. Una respuesta ejemplar que en plató tuvo una recompensa muy especial de la mano del artista jienense Javier Valero.
TITULO: La Roca - Fran Sevilla, corresponsal ,.
La Roca en La Sexta a las 15:30 Domingo -26- Junio ,foto.
Fran Sevilla, corresponsal,.
Fran Sevilla, corresponsal «Cada vez que escucho un ruido fuerte e inesperado, mi cuerpo se pone en tensión»,.
Cubrió para RTVE la guerra de Ucrania y sufrió un ataque de proyectiles rusos cerca del vehículo que le transportaba,.
Con cuatro décadas como profesional de la información en RTVE, el periodista y corresponsal de RNE en Washington, Fran Sevilla (Madrid, 62 años), cubrió para la corporación pública la invasión rusa de Ucrania porque quiere «vivir los acontecimientos en directo». Dejó Ucrania con sensación de «tristeza y derrota» tras ver a ancianos dejándose morir por cansancio.
–¿Qué pensó cuando le destinaron a Ucrania?
–Estoy de corresponsal de RNE en Washington, había empezado la invasión y era complicado encontrar a alguien con experiencia en conflictos bélicos. El año que viene cumplo 40 años de coberturas bélicas. Dije que sí inmediatamente. Como periodista quería estar allí. Me gusta vivir los acontecimientos en directo. Contar las cosas, no que me las cuenten. Era obvio que la invasión de Ucrania tendría una dimensión global.
–¿Todos los conflictos que ha cubierto tienen algo en común?
–Todas las guerras son iguales y distintas. Tienen en común que sufren sus consecuencias los mismos: la población civil. En la I Guerra Mundial morían básicamente militares. A partir de ahí, el mayor porcentaje de víctimas han sido civiles. Cada guerra tiene sus características y sus intereses, una geografía interna en la que se desarrolla el conflicto.
–¿Cómo era su día a día en Ucrania?
–Trabajar sin previsión y sin horario. Levantarse muy temprano y empezar a preparar los informativos en RNE, además de hacer vídeos para las redes sociales y TVE. No sabíamos cuando nos íbamos acostar y qué iba a ocurrir. Llegué a una Kiev asediada, pero el asalto ruso no se produjo. Se replegaron y los ucranianos recuperaron territorio. Cada día consiste en levantarte, planificar y siempre bajo la constante de los bombardeos, que nunca sabes dónde serán. Es muy difícil prever. En una guerra todo está abierto.
–Ha hecho crónicas en TikTok.
–Ha sido absolutamente novedoso para mí. Soy un periodista mayor. Muchos se sorprendían al verme con el pelo y la barba blanca cubriendo una guerra. Las redes sociales han eclosionado en los últimos años y pueden ser muy útiles si se utilizan bien. Yo hacía coberturas básicamente para radio, con alguna colaboración para TVE, y poco en redes. Pero esta nueva dimensión ha sido enriquecedora. En la guerra las redes sirven para contar qué está ocurriendo y para manipular. Me acusaban de inventarme lo que estaba viendo. En Bucha, por ejemplo, a los muertos.
–Sufrió ataques de proyectiles rusos. ¿Cómo lo vivió?
–Fue un momento muy complicado y difícil. Íbamos en el coche, en lo que se llama zonas grises o cero, en las que la movilidad del frente es rápida e impredecible. Los rusos avanzaban y, de repente, cayó un proyectil a metros del coche. Los cristales reventaron. Salimos y nos tiramos al suelo. Pensé que todo se había acabado. Mientras hacía un vídeo para mostrar los daños del coche llegó otro proyectil. Y luego más. Es imposible saber si nos atacaban a nosotros o a los ucranianos. El recuerdo permanece. Cada vez que escucho un ruido fuerte e inesperado, mi cuerpo se pone en tensión.
–¿Qué sensación le quedó tras 75 días en la guerra?
–De tristeza y derrota ante lo que todas las guerras suponen para la gente. Cuando empecé a cubrir conflictos, en los ochenta, en Centroamérica y Nicaragua, me decían que las guerras las deciden hombres mayores que se odian, pero que mueren hombres jóvenes que no se conocen y no se odian. Las guerras son así, con el añadido del factor de la población civil. He visto cómo gente de avanzada edad renunciaba a sobrevivir y a intentar salvar su vida yéndose de allí por el cansancio. Es una sensación muy sobrecogedora.
–Otras cadenas reducen la información internacional.
–Un medio público debe apostar por una información internacional de calidad. Es fundamental. No entiendo que se renuncie a ella en la globalización, cuando todo lo que ocurre nos afecta cada día más. No estamos a salvo de nada. Lo vimos con la pandemia y la presidencia de Trump y con Ucrania. Un medio público no puede renunciar a esa información.
Con cuatro décadas como profesional de la información en RTVE, el periodista y corresponsal de RNE en Washington, Fran Sevilla (Madrid, 62 años), cubrió para la corporación pública la invasión rusa de Ucrania porque quiere «vivir los acontecimientos en directo». Dejó Ucrania con sensación de «tristeza y derrota» tras ver a ancianos dejándose morir por cansancio.
–¿Qué pensó cuando le destinaron a Ucrania?
–Estoy de corresponsal de RNE en Washington, había empezado la invasión y era complicado encontrar a alguien con experiencia en conflictos bélicos. El año que viene cumplo 40 años de coberturas bélicas. Dije que sí inmediatamente. Como periodista quería estar allí. Me gusta vivir los acontecimientos en directo. Contar las cosas, no que me las cuenten. Era obvio que la invasión de Ucrania tendría una dimensión global.
–¿Todos los conflictos que ha cubierto tienen algo en común?
–Todas las guerras son iguales y distintas. Tienen en común que sufren sus consecuencias los mismos: la población civil. En la I Guerra Mundial morían básicamente militares. A partir de ahí, el mayor porcentaje de víctimas han sido civiles. Cada guerra tiene sus características y sus intereses, una geografía interna en la que se desarrolla el conflicto.
–¿Cómo era su día a día en Ucrania?
–Trabajar sin previsión y sin horario. Levantarse muy temprano y empezar a preparar los informativos en RNE, además de hacer vídeos para las redes sociales y TVE. No sabíamos cuando nos íbamos acostar y qué iba a ocurrir. Llegué a una Kiev asediada, pero el asalto ruso no se produjo. Se replegaron y los ucranianos recuperaron territorio. Cada día consiste en levantarte, planificar y siempre bajo la constante de los bombardeos, que nunca sabes dónde serán. Es muy difícil prever. En una guerra todo está abierto.
–Ha hecho crónicas en TikTok.
–Ha sido absolutamente novedoso para mí. Soy un periodista mayor. Muchos se sorprendían al verme con el pelo y la barba blanca cubriendo una guerra. Las redes sociales han eclosionado en los últimos años y pueden ser muy útiles si se utilizan bien. Yo hacía coberturas básicamente para radio, con alguna colaboración para TVE, y poco en redes. Pero esta nueva dimensión ha sido enriquecedora. En la guerra las redes sirven para contar qué está ocurriendo y para manipular. Me acusaban de inventarme lo que estaba viendo. En Bucha, por ejemplo, a los muertos.
–Sufrió ataques de proyectiles rusos. ¿Cómo lo vivió?
–Fue un momento muy complicado y difícil. Íbamos en el coche, en lo que se llama zonas grises o cero, en las que la movilidad del frente es rápida e impredecible. Los rusos avanzaban y, de repente, cayó un proyectil a metros del coche. Los cristales reventaron. Salimos y nos tiramos al suelo. Pensé que todo se había acabado. Mientras hacía un vídeo para mostrar los daños del coche llegó otro proyectil. Y luego más. Es imposible saber si nos atacaban a nosotros o a los ucranianos. El recuerdo permanece. Cada vez que escucho un ruido fuerte e inesperado, mi cuerpo se pone en tensión.
–¿Qué sensación le quedó tras 75 días en la guerra?
–De tristeza y derrota ante lo que todas las guerras suponen para la gente. Cuando empecé a cubrir conflictos, en los ochenta, en Centroamérica y Nicaragua, me decían que las guerras las deciden hombres mayores que se odian, pero que mueren hombres jóvenes que no se conocen y no se odian. Las guerras son así, con el añadido del factor de la población civil. He visto cómo gente de avanzada edad renunciaba a sobrevivir y a intentar salvar su vida yéndose de allí por el cansancio. Es una sensación muy sobrecogedora.
–Otras cadenas reducen la información internacional.
–Un medio público debe apostar por una información internacional de calidad. Es fundamental. No entiendo que se renuncie a ella en la globalización, cuando todo lo que ocurre nos afecta cada día más. No estamos a salvo de nada. Lo vimos con la pandemia y la presidencia de Trump y con Ucrania. Un medio público no puede renunciar a esa información.
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