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Juego de Niños - El GM peruano José Martínez Alcántara sigue imbatible y se alza con la victoria del II Torneo MyInvestor para Jóvenes Talentos Mundiales .
Sábado -17- Julio
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Juegos de niños,.
Sabado -17- Julio a las 22:00 por La 1, foto,.
Juego - El GM peruano José Martínez Alcántara sigue imbatible y se alza con la victoria del II Torneo MyInvestor para Jóvenes Talentos Mundiales ,.
El GM peruano José Martínez Alcántara sigue imbatible y se alza con la victoria del II Torneo MyInvestor para Jóvenes Talentos Mundiales,.
El Jóvenes Talentos pone el broche de oro a tres semanas en las que el ajedrez ha acaparado la atención de la afición internacional congregada en torno al Magistral de León,.
El GM peruano José Martínez Alcántara se ha alzado Campeón del II Torneo MyInvestor para Jóvenes Talentos Mundiales del Magistral de León. El joven GM ha estado muy inspirado, ha desplegado un juego muy creativo y muy preciso, lo que le ha dado la victoria frente al Gran Maestro argentino Alan Pichot.
Martínez Alcántara pone así el broche de oro a su intervención en el Magistral de León, donde ha protagonizado una semana brillante en la que ha resultado imbatible. No en vano, el pasado miércoles se convertía también en campeón del VI Open Internacional de Ajedrez del Magistral, un encuentro en el que se dan cita reputados Grandes Maestros y Maestros Internacionales.
Con la final del Jóvenes Talentos, el Torneo Magistral Ciudad de León pone fin a 3 intensas semanas en las que el ajedrez no sólo ha acaparado la atención de la afición internacional en sus distintos torneos online, sino que además ha tomado las plazas de la ciudad anfitriona con torneos escolares, exhibiciones públicas y un llamativo despliegue de tableros de ajedrez XXL por las calles de la ciudad.
La XXXIV edición del Magistral de Ajedrez se despide con muchas imágenes en la retina de los aficionados: la victoria del gran Boris Gelfand en el Torneo oficial, la cita Pequeños Gigantes para los escolares, el Torneo Jóvenes Talentos Mundiales que acaba de ganar el GM peruano Martínez Alcántara y el VI Open Internacional que también ha hecho suyo este talentoso jugador de Perú.
A continuación, el detalle de las cuatro partidas de su enfrentamiento esta tarde con el GM argentino Alan Pichot en el II Torneo MyInvestor para Jóvenes Talentos Mundiales:
Cuarta partida
La última partida no tenía influencia alguna en el marcador y ambos maestros han firmado un rápido empate tras 17 jugadas en las que se han cambiado bastantes piezas y se ha alcanzado una posición completamente igualada.
La final ha sido una gran exhibición del GM peruano José Martínez Alcántara, que ha demostrado ser uno de los jugadores más fuertes de Hispanoamérica y tener un gran futuro por delante. Sin duda dará que hablar en los próximos años.
Muy interesante ha resultado este Torneo de Jóvenes Talentos que nos ha mostrado el juego de cuatro de los más prometedores ajedrecistas de la actualidad que están sin duda llamados a ser las estrellas de un inmediato fututo.
Tercera partida
El GM peruano José Martínez Alcántara ha desplegado un juego muy creativo en esta tercera partida y con una original maniobra en el flanco de dama ha logrado ganar una calidad infiltrándose con un caballo entre las líneas enemigas hasta capturar una torre en a8 y lograr luego salir indemne de entre las piezas de Pichot. Se ha jugado otra indobenoni con los colores cambiados en la que el argentino ha intentado en vano mejorar lo jugado en la primera partida del encuentro, pero Martínez muy inspirado y con juego muy preciso ha obtenido gran ventaja. Pero la partida no ha acabado ahí. El apuro de tiempo nos reservaba aún muchas emociones y ahí cuando parecía que Pichot revivía, los reflejos tácticos del peruano han sido superiores y se ha anotado finalmente su tercera victoria en el encuentro.
Segunda partida
El GM Alan Pichot ha elegido uno de los sistemas más agresivos contra la defensa siciliana Najdorf planteada por el GM José Martínez. Sin embargo, el peruano, que está demostrando una excelente preparación, ha neutralizado el asalto blanco e incluso ha conseguido cierta ventaja tras la apertura gracias a su fuerte alfil de casillas negras.
Pichot ha sido capaz no obstante de embarullar el juego y gracias a alguna imprecisión de las negras la posición se ha complicado alcanzando una fase en indeterminada en la que Alan Pichot ha sido el primero en perder el hilo dando al peruano la oportunidad de obtener de nuevo ventaja. Éste ha sido esta vez implacable y en un final de Damas y torres con un fuerte peón pasado central, José Martínez Alcántara se ha impuesto obteniendo así su segunda victoria en esta final: El GM Pichot está obligado ahora a ganar las dos partidas que quedan si quiere ir al desempate. Unas tablas darían el Campeonato al GM peruano.
Primera partida
La inglesa empleada por el GM peruano Martínez Alcántara ha acabado convirtiéndose en una Indobenoni con los colores cambiados en la que el peruano ha demostrado conocer mucho mejor los detalles de la posición. Muy pronto ha obtenido una presión fortísima combinando la incursión de un caballo en la casilla d6 con el bombardeo al que sometía esa zona del tablero el fuerte alfil de g2. Las negras no han sido capaces de sacudirse la presión y el GM peruano con hábil juego estratégico y táctico ha forzado un final técnicamente ganado en el que sólo el apuro de tiempo ha puesto un poco de emoción al resultado.
TITULO: LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE - Xoel López: «Disfruto más ahora que hace quince años» .
LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE - Xoel López: «Disfruto más ahora que hace quince años» . , fotos,.
Xoel López: «Disfruto más ahora que hace quince años»,.
Acaba de publicar 'Si mi rayo te alcanzara', su decimoquinto disco, un álbum lleno de primeras veces y «uno de los más libres» de su carrera,.
«Me crucé con un amor que yo creí haber olvidado / Su reflejo me hizo ver con claridad / Los aciertos son errores del pasado / Y los errores un camino que abrazar», canta Xoel López (La Coruña, 1977) en 'Tigre de bengala', uno de los temas más «positivos y cachondos» de 'Si mi rayo te alcanzara', su último larga duración. Un álbum lleno de primeras veces y «posiblemente, uno de los más libres» de toda su carrera.
-Quince discos en su haber, ¿es usted mucho de mirar atrás?
-Creo que la nostalgia es inevitable, en cierta medida, pero también considero que no es del todo sana y que es peligrosa porque no deja de ser una idealización del pasado. A mí me gusta revisar el pasado, pero no idealizarlo, porque creo que no es mejor mi pasado que mi me presente, necesariamente. Obviamente puedes echar de menos cosas pero procuro no regocijarme en la nostalgia. Además cuando miro atrás, me pasa todo lo contrario: creo que disfruto más de mi carrera ahora que hace quince o veinte años y tiene que ver precisamente con ese camino recorrido, con saber un poco más a dónde voy y saber que si me aventuro, siempre acaba trayendo cosas buenas tarde o temprano, que el riesgo tiene una recompensa. La experiencia te da cosas positivas: sabes mejor lo que haces y por qué lo haces, tienes más claro quién eres.
-Y supongo que liberadora...
-No lo sé, porque depende de cada uno. Date cuenta de que hay gente que cada vez es más acomplejada y que incluso hace de un nudo una bola y al final se acaba ahogando en su propia limitación. Yo creo que depende de lo que tú hagas con esa experiencia. En mi caso, sí trato de ir desnudando cosas a nivel personal a nivel musical, trato de liberarme cada vez más y de tener menos complejos. Al final considero la música como un canto de libertad, como un vehículo para ser un poco más libre en un mundo que ya bastantes limitaciones tiene.
-¿Por dónde va el título del álbum, 'Si mi rayo te alcanzara'?
-Para mí, es un rayo liberador, algo que surge de forma espontánea, como para mí hacer canciones, algo que ni siquiera tengo que decidir muchas veces. A veces me preguntan: «¿Qué quisiste hacer con este disco? ¿Cuáles eran tus intenciones?». ¿Cuál es la intención de un rayo cuando cae de una nube? La misma que la mía. No lo sé, voy donde me lleve la energía. Lo mío es una forma de vivir. Escribir canciones es mi oficio y cuando reuno varias digo: «Pues ya tengo para un álbum». Luego puedes poner un poco de cabeza en algunos momentos del proceso, pero yo compongo porque vivo, así que tampoco puedo controlar esa energía. Puedes tratar de poner un pararrayos, pero no puedes dirigir un rayo. Y luego el título lo puse en condicional porque es una invitación, un «si tu quisieras compartir esto conmigo, si quisieras comunicarte y tenderme la mano». Es la idea de la comunicación y de la comunión en los conciertos.
-¿Cómo y cuándo empezó a fraguarse el disco?
-Fue en 2019, no sé si el 100%, pero básicamente es un disco de 2019. Es un disco prepandemia, por suerte.
-¿Por qué por suerte?
-Por qué prefiero pensar que se libró de este contexto y que ahora es un golpe de aire fresco, por lo menos para mí. Yo ahora pienso en este disco y digo: «Jo, ¡qué guay me lo pasé en 2019! Y, ojo, también lo pasé mal, que la vida antes no era color de rosa, pero me gustaba más. Me gusta más el 2019 que el 2020 y tengo canciones de 2020 que estarán en otro disco y que tendré que defender igual, pero prefiero centrarme en las alegrías que me está dando un disco que está exento de confinamientos.
«Me encanta pensar que este disco está exento de confinamientos y ahora es un golpe de aire fresco»
-Un disco escrito durante la pandemia, ¿hubiera sido un disco más oscuro?
-Mira yo fui a ver a Joe Crepúsculo la semana pasada porque aquí en Madrid todavía nos dejan hacer algunas cosas y cantó algunas canciones covid. Pensé que tenía su parte tierna, porque al final tampoco es que hablase de lo más oscuro, hablaba de echar de menos a alguien… Al final es un momento que hay que reflejar, sobre todo si lo hemos vivido. Inevitablemente saldrán referencias, lo que pasa es que yo evito el ser explícito y también creo que no me apetecerá mucho recordar esto de una forma tan explícita, pero sí a nivel emocional porque nos está afectando a todos y es importante ponerle palabras. Hay mucha gente, yo tengo amigos, queriendo luchar contra esa idea de caer o de estar mal y al final se ha dado la hostia, porque todos caemos o tenemos un día, una semana o unos meses malos. En este sentido, sí que abracé el bajón cuando tuve que abrazarlo.
-No lo escribió durante la pandemia, pero sí trastocó su grabación.
-Afectó directamente. Yo creo que llevábamos ya un 40% del disco, la idea era terminarlo en abril para sacarlo en mayo o junio, cuando ¡pum!, de repente la cosa se corta y nos vamos cada uno a nuestra casa. Fue un poco coitus interruptus, la verdad. La única parte buena es que cuando volvimos lo cogimos con unas ganas y una ilusión tremendas, fue como ver una novia que no viste en todo el verano. Me preguntan si no sería mejor sacarlo cuando podamos salir a dar conciertos, pero creo que artísticamente no podía pasar de este año. Creo, además, que para la gente tener un disco en estos momentos es incluso más importante que nunca, tener algo que algo escuchar, algo a lo que agarrarte ya que no puedes ir a un concierto…
-¿Éramos felices y no lo sabíamos?
-No lo veo en términos absolutos. Yo creo que antes teníamos más posibilidades de ser felices y que ahora la felicidad está un poco capada. Es como si tuviéramos un limitador. De hecho yo lo siento así. Ahora me da la sensación de que puedes estudiar mucho, que no vas a pasar del 6,5 y antes estudiabas mucho y tenías notable o un sobresaliente. De todas maneras, la felicidad sigue dependiendo de muchos otros factores que van más allá de la salud o de la pandemia y creo que es interesante no focalizarlo todo en la covid.
«Antes de la pandemia teníamos más posibilidades de ser feliz, ahora la felicidad está capada, como si tuviera un limitador»
-Es un disco lleno muy de contrastes, con alguna canción descarnada como 'Joana', pero que también anima mucho a bailar con temas como 'Tigre de bengala' o 'Dancehall', ¿es una decisión consciente?
-No. Creo que cuando intelectualizas las cosas, más bien las limitas y este disco es un disco totalmente libre y me salió como me salió porque suelo hacer las cosas así. Alguna vez he hecho el ejercicio de intentar controlar esa energía de la que te hablaba, pero suele salir regular. Al final es mejor mostrarse tal y como uno es y me salió un disco ecléctico porque yo realmente tengo una mente abierta y mi cabeza capta de todo. Luego a nivel emocional he tenido días como 'Joana', de melancolía, duelo, tristeza… Pero también he tenido días como 'Tigre de bengala', de descojonarme de todo eso. Creo que es la canción con mayor desparpajo de mi carrera, con más ironía y cachondeo. Ahí se ve una parte de mí que a lo mejor muchos no habían visto, la parte más cachonda. Y es que al final soy un gallego loco y luego está el gallego melancólico, el de «ay, mi Madrid»… Todo eso convive.
-Y uno, cuando prepara un disco nuevo, ¿se abre y empieza a escuchar más música o se cierra en banda?
-En mi caso me abro. Yo me siento como un tipo que va a pescar y está mucho más atento a las aguas de lo normal. Estoy mucho más abierto, con la con las orejas puestas, ávido… Y todo lo que escucho durante ese tiempo me puede influir. Es como si estuviera con las antenas puestas. Puedo estar conduciendo al estudio y escuchando M80 y llegar y decir: «Quiero meter aquí un teclado con chorus porque quiero que suene a lo Peter Gabriel». Soy muy permeable a las circunstancias cuando estoy en el proceso creativo.
-¿Mantiene intacta su capacidad de sorpresa en torno a los nuevos hallazgos musicales o le pasa como al grueso de la población, que a partir de los cuarenta resulta más difícil emocionarse y disfrutar con nuevas referencias?
-Yo te diría que creo que la mantengo o como decían los Smiths, que es una luz que nunca se apagará. No puedo evitar esa avidez por la música. Pero haría una distinción: una cosa es escuchar cosas nuevas porque quieres estar conectado con lo que está pasando ahora mismo, escuchar lo que escucha la gente más joven, que a mí me interesa, pero que obviamente no puedes sentir exactamente igual que como lo siente alguien en el contexto en el que le corresponde. Pero sí me gusta tener una oreja puesta. Hay cosas que me interesan y mucho y otras que no me interesan, pero se trata de curiosidad, de cultura del conocimiento. Pero luego están las canciones. Más allá de los estilos, a mí me siguen ilusionando las canciones, ya sea música de los años cuarenta, folk, pop, Rosalía o Silvio Rodríguez. Si descubro una canción nueva que me gusta, me importa un huevo el contexto o la estética, y en ese sentido soy una persona muy abierta.
-¿Cómo lleva que el álbum haya perdido relevancia como unidad en la industria?
-Nosotros tenemos una mentalidad construida alrededor de lo que es un álbum, del respeto al disco, pero date cuenta que desde los sesenta para atrás fue de otra manera. Los discos no dejaban de ser una recopilación de singles, que es lo que vuelven a ser. No es ni mejor ni peor. Son tiempos de libertad artística y a nadie le van a castigar ahora porque haga un LP. También te digo que en esto soy afortunado porque la gente que viene a escucharme escucha todo el disco. Yo flipo porque en los directos veo que la gente no viene a verme por una canción, viene a escuchar el repertorio y creo que eso es algo que también se construye. Nunca tuve una canción en Los 40 principales que de repente sonara tanto que hiciera sombra al resto del repertorio. Es un repertorio muy equilibrado, sin grandes alegrías, pero también sin grandes penas y eso me favorece al final.
«Soy muy afortunado porque la gente que viene a escucharme a los conciertos es de las que escucha el disco entero. Y eso también se construye. Mi repertorio es muy equilibrado, sin grandes alegrías pero también sin grandes penas»
-Por primera vez, coescribe los temas con otra persona, David Quinzán. ¿Cómo fue un proceso que normalmente es tan personal?
-No me valía cualquier persona. Fue David porque es un amigo mío íntimo y lo conozco perfectamente en lo musical. También era una idea que yo siempre tuve porque David es un tío que tiene varios discos en el mercado, aunque no se dedicó al 100%, pero siempre me ha parecido que el mundo se estaba perdiendo un talento y en ese afán de que la gente pudiese conocer su obra le propuse formar parte de la mía. Es verdad que la propuesta era estar complementándome a mí, no quería un disco que no fuese yo, quería un disco mío con la ayuda de David y así fue como empezamos. Empezamos con canciones de prueba y al final le dije: «Vamos a hacer el disco entero así porque me encanta este proceso creativo». El venía a mi casa, temprano, nos poníamos con el cafecito y yo le contaba ideas que a lo mejor había tenido la semana anterior... Hubo casi un punto terapéutico porque le contaba mis sentimientos y trataba de enfocarlos poéticamente para tratar de hacer canciones que reflejasen cada momento. Por eso el disco es un poco un diario, un disco totalmente fiel a su momento. No hablo, como en otros discos, de hace veinte años o de mi niñez o de viajes, no. Es un disco de mis aventuras en Madrid en 2019.
-Hay otra primera vez. Deja la totalidad de la producción en otra persona, Carles Campi Campón. ¿Por qué tomó esa decisión? ¿Fue complicado dejarse llevar?
-Ahí sí que hay algo premeditado y que viene determinado porque yo tengo una necesidad de cambio y lo enfoco así desde el principio. Mi sentimiento es no quiero hacer un disco yo solo, lo quiero componer yo solo en mi casa, pero no quiero producir. Y ahí aparece David y y aparece camping el productor. Le mandé una canción, me la mandó producida y ya me convenció totalmente. Fue una propuesta de mi manager de Kin, Joaquín Martínez, es mi manager desde 2001 y este disco es más suyo que cualquier otro. Incluso la portada del disco, que es de Rebeca Losada y que ya había hecho otras. Esta vez le dije: «Haz una portada, no quiero saber nada». Solo elegí los colores. Todo esto me permitió hacer un disco más como director, en el que pude tener más perspectiva para entenderlo todo.
-Es un disco que habla de amor, desamor, del paso del tiempo… Pero sobre todo de la importancia que en la vida tiene aprender. ¿Qué es lo más importante que ha aprendido a lo largo de su carrera?
-Que la vida se va construyendo un poco sobre la marcha, con aciertos y con errores, y que realmente no puedes ser caprichoso, que tienes que intentar entender que las cosas suceden a veces a pesar de ti. Mira lo que ha pasado este año. Yo tengo la suerte de hacer canciones y la verdad que es que eso es muy terapéutico. Me ayuda a entender la vida de una manera y cuando me siento mal hago una canción y me siento mejor y cuando me siento bien hago una canción y la disfruto. A mí me ayuda mucho, me permite ser más feliz, dentro de que la felicidad es un concepto muy amplio, y con sus subidas y bajadas, y tocando contextos sociales. 'Alma de oro', por ejemplo, es una canción que propone precisamente ser más auténtico, no con todo este rollo de las redes sociales, del postureo, propone un alma de oro, con todos tus defectos y tu belleza complea porque yo los defectos los considero también parte de la belleza de cualquier individuo. Y 'Si mi rayo te alcanzara' es una propuesta hacia algo mejor pero habla también de la falsedad, de cómo esa persona que supuestamente es una cosa y luego es otra, de que hay juego de tronos aquí y de que también aparecen complejidades.
-Acostumbrado a girar y a dar conciertos ante miles de personas, ¿cómo ha vivido el confinamiento y la desescalada?
-Yo me dedico a la comunicación, como quien dice, a hacer canciones y mostrarlas. Lo mío tiene ver con el público, con la gente, con el otro, y cuando falta el otro me siento como sin brazos es una sensación muy extraña y desagradable. No me gusta y no me está gustando, pero al mismo tiempo vamos intentando zafar con lo que hay… Se trata de bailar a pesar de todo. No es lo que querríamos pero que tampoco sea lo contrario.
«Me dedico a la comunicación, a hacer canciones y a mostrarlas. Lo mío tiene que ver con el público y cuando me falta me siento como sin brazos»
-Durante la pandemia, los músicos habéis sido súper solidarios y os habéis entregado en cuerpo y alma, ¿es para estar orgulloso no?
-No lo sé, me da casi vergüenza contestar. Es que es lo que sabemos hacer y lo que nos gusta y qué vamos a hacer. Es casi una cosa que no puedes ni pensar, que sale natural. De todo esto me quedo un poco con la importancia de la música, que nos sirva esto para entender lo importante que son las artes, la música, el cine… Porque al final lo técnico, lo estratégico, es también necesario pero no puede convivir sin lo poético y sin lo emocional y nosotros nos ocupamos de esa parte de la que a veces, como es abstracta, no se pueden tener resultados, no se puede medir, pero es fundamental y es un poco lo que nos enseña este año de mierda.
-¿Cree que la respuesta del Gobierno ha estado a la altura?
-Me cuesta responder con términos absolutos porque creo que han fallado algunas cosas, pero también se han hecho bien otras, han seguido pagando, han tratado de mantener a flote algunas cosas. Y luego cada autonomía es un mundo. Por hacer una crítica, se obvió demasiado la parte emocional y a través de los medios creo que se fue un poco morboso de más, se destacó mucho lo malo, nunca se destacó una buena noticia y se han dado titulares buscando clicks y ahí alguien debería ser un poquito crítico.
-Con los conciertos paralizados durante meses, ¿qué cree que va a pasar con la industria?
-Todavía tenemos un poquito de margen. A ver qué pasa estos meses. Para empezar yo creo que ha sido una hostia demasiado fuerte, que va a cambiar la industria. Vamos a perder a mucha gente. Es una pena, porque la industria ya estaba empezando a crecer, estaba mejorando, con este golpe perdemos un poco esa buena deriva que llevábamos no lo sé me preocupa mucho la gente que ya directamente se tiene que salir de esto y empezar otra vida otra carrera profesional.
TITULO: EL CLUB COMEDIA - Lita Cabellut: «El duende no tiene raza» ,.
Lita Cabellut: «El duende no tiene raza»,.
Niña de la calle, esta gitana «española hasta la médula» es nuestra pintora más cotizada y cree que «el arte es el músculo de la inteligencia» /«Adoro la vida», dice desde su estudio en La Haya, donde factura los fabulosos retratos que se disputan coleccionistas de todo el mundo,.
fotos / Nuestra pintora más cotizada, Lita Cabellut (Sariñena, Huesca, 1961), tiene pocos cuadros en museos españoles. Gitana, abandonada niña de la calle, su adopción la rescató del lumpen barcelonés. El destino le regaló calor familiar, confort burgués, educación y un futuro que una visita al Prado encaminó hacia la pintura. Estos días aciagos expone en la galería Art of The World de Houston la serie 'The colors that remain'. De Nueva York a Hong Kong, 'celebrities' y grandes coleccionistas se disputan sus formidables retratos. Vive y pinta en La Haya pero se dice «española hasta el tuétano» . Quiere pintar como cantaba Camarón.
–¿Transforma en belleza cuanto ve porque conoció muy pronto lo peor del género humano?
–No creo que la necesidad vital de mi alma de esteta sea consecuencia de experiencias anteriores. El ojo estético está incorporado a nuestro ADN y algunos lo tenemos muy a flor de piel.
–La vida, que se le torció de niña, ¿le ha dado más de lo que soñó?
–Me ha sobrecargado de bendiciones y golpes de buena suerte. Nunca pensé que me colmaría de posibilidades. Ahora pienso que lo malo que me tocó es poquísimo comparado con lo que me ha regalado. Prefiero no esperar nada. Opto por vivirla día a día. Su generosidad es inmensa, aunque a veces nos cueste ver todo lo que está a nuestro alcance para, simplemente, hacerlo nuestro.
–¿Tiene hoy mejor concepto del género humano?
–Sí. Mi admiración no deja de crecer. Somos un género valiente. El mundo tiene muchas cuevas y corredores oscuros, y aún así coloreamos la superficie.
–¿Es posible transformar en arte el dolor que genera la pandemia?
–Sí. El arte, omnipresente, es la lengua de nuestra ética y el músculo de nuestra inteligencia. Forma parte de nosotros, pero debemos activarla, practicarla y convertirla en algo cotidiano. Esforzarnos en ejercitarla; bailar, leer, recitarnos poemas, cantar, escuchar o tocar música. Espantaría de forma colectiva el miedo al futuro y nos acercaría a lo esencial, a lo fácil que es sentirte útil colectivamente.
–¿Un cuadro es un libro de una sola página?
–Es una pequeña historia. A veces es un poema, otras prosa. Algunos retratos son un libro difícil de terminar.
–¿Ser gitana facilita su deseo de pintar con las entrañas, como cantaba Camarón?
–El duende no tiene raza. Está presente donde hay entrega de cuerpo y alma a la belleza en todos sus aspectos.
–¿Para pintar importa más el cerebro, el ojo, la mano o el corazón?
–Todo. Es imposible trabajar solamente con sentimiento. El cerebro, al final, se convierte en el altavoz del corazón.
–¿El talento es un regalo o se cultiva con mimo y esfuerzo?
–Naces con un talento, pero debe crecer contigo. Sin disciplina y perseverancia, se atrofia y su afortunado dueño será un adulto alejado de él.
–¿Pintó mucho en el confinamiento?
–Por fortuna, en Holanda ha sido más leve. No cambió mi ritmo de trabajo. El silencio ha aportado mucha paz. Me animaba oír el canto de los pájaros que han podido respirar más libertad.
–Se siente española hasta el tuétano. ¿Más por estar fuera de España?
–No. Me siento española porque es lo que soy.
–¿Es optimista por encima de todo o más bien pesimista?
–Muy optimista. En lo feo me gusta descubrir lo bello. En el problema me encanta ser parte de la solución. Me gusta el color, la luz. Adoro la vida.
–¿El buen retratista muestra lo que el modelo quiere ocultar?
–Totalmente. Quizá ni el modelo es consciente de lo que los otros ven. Somos también lo que los otros ven en tí, no solo lo que vemos en nosotros mismos.
–¿Goya o Velázquez?
–Goya.
–Decidió ser pintora en el Prado. ¿Sueña con exponer allí?
–Sí señor. Hasta el ultimo respiro soñaré en exponer mi alma en el lugar donde todo empezó.
–Apenas hay diez pintoras del Prado y la primera exposición de una mujer en el museo tardó dos siglos ¿Lamentable machismo?
–Sí. ¡Hay tantas buenas pintoras! Ojalá despertemos y reconozcamos la urgencia y la necesidad de hacer visible a la mujer como artista sin condiciones de género.
–¿Por haber pintado qué cuadro daría un riñón?
–Por 'Dos viejos comiendo sopa', de Goya.
–¿El azar es un gran aliado del artista?
–Sí. El arte está plagado de posibilidades. El azar hace que tus ojos se fijan en ellas.
–No hay demasiados cuadros suyos en museos españoles ¿Difícil ser profeta en su tierra?
–No podemos culpar a algo que no estaba presente ni se dejaba ver. Ahora estoy feliz y muy orgullosa de ser considerada como artista española entre mi gente. En varios museos españoles hay obra mía.
–¿El éxito cambió su manera de ser y de vivir?
–El éxito es cómodo, pero no te hace buen artista ni buena persona. Se tiene que valorar siempre desde ese punto de vista, y teniendo muy presente que es un golpe de suerte.
–¿Le debe algo al fracaso?
–Nada. El fracaso es una invención que usamos como excusa para castigar la mente. Es una de las herramientas del sentimentalismo más peligroso. Si le damos protagonismo, ignoramos la gran capacidad del ser humano para renovarse y transformarse.
–¿Cuáles son hoy sus desafíos plásticos y personales?
–En lo plástico salir de las casillas. Romper moldes y transformar realidades. En lo personal acercarme a la verdad, hacer ejercicios de libertad.
–¿Es buena coleccionista de arte?
–No lo sé. Cuando algo me estremece lo quiero tener cerca. Colecciono con la emoción, con mi piel de gallina.
–¿Qué aconseja en estos duros tiempos?
–Hacer ejercicios de autocorrección. Acercarse a la belleza por medio de pequeñas cosas como un poema, escuchar música…Intentar hacerla visible mediante esa sonrisa que siempre está ahí con nosotros.
–¿Es más difícil ser buena madre o buena artista?
–Ambas cosas tremendamente complicadas para mí. Ser justa, auténtica, responsable e implicada es difícil. Pero es un reto maravilloso que nunca hubiera renunciado a afrontar.
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