La esperanza parece haber llegado a Trujillo, nada menos que en forma de diamante, tras la firma de un acuerdo entre Industria y la Junta de Extremadura con la empresa estadounidense Diamond Foundry, dedicada a su cultivo desde hace una década.

Y es que, el objetivo del convenio radica en desarrollar una fábrica de 30.000 metros cuadrados para la producción sintética de diamantes de grado semiconductor, que tendrá como fin abastecer la vertiente industrial y que estará alimentada por una planta de energía solar fotovoltaica, inicialmente, en el polígono industrial trujillano.

El proyecto tiene la pretensión de emplear de manera directa alrededor de 300 extremeños, a los que se sumarán otros mil puestos de trabajo indirectos, relacionados, por ejemplo, con la construcción de la instalación, para lo que ya se están tramitando los permisos pertinentes, que podrían demorarse hasta un año y medio.

Una vez recabadas las autorizaciones necesarias, empresas e instituciones se han marcado un plazo de dos años para levantar la fábrica y la planta fotovoltaica, para lo que se estima un presupuesto combinado entre fondos propios, subvenciones y préstamos públicos de 670 millones de euros.

La tarea principal de esta fábrica sería entonces, la obtención de diamantes artificiales a través de la innovadora tecnología de reactor de plasma, patentada por la empresa encabezada por Martin Roscheisen, CEO de Diamond Foundry y para lo que se necesita una planta de autoconsumo solar con una potencia total de 120 MW, hibridada con un sistema de baterías de hasta 60 MW. Esta cuestión correrá a cargo de Powen, especialista en la construcción de plantas fotovoltaicas para autoconsumo.

Todo esto convierte el proyecto en 100% sostenible, ya que la fábrica se alimentará de dicha planta energética, dando lugar a una producción de diamantes con una cadena de valor neutral en carbono y respetuosa con el entorno.

Raül Blanco, secretario general de Industria y Pyme, presente en la firma del acuerdo, resaltó que «se trata de un proyecto pionero a nivel mundial en términos de tecnología, que además, muestra la capacidad industrial de futuro de Extremadura, en un momento en que Europa está padeciendo la falta de semiconductores».

Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura, por su parte, aseguró que «la región extremeña es el mejor lugar del mundo para poder llevar a cabo este proyecto» y aprovechó para poner en valor sus recursos naturales, fundamentales para poner en marcha esta novedosa iniciativa. Asimismo, avanzó que en los próximos meses se va a emplear mucho presupuesto en «formar a los extremeños que han visto nubladas sus vidas por las diferentes crisis económicas».

Del mismo modo, el mandatario regional concluyó que el objetivo principal es que la región sea autosuficiente y advirtió que «en el mundo se están repartiendo de nuevo las cartas y a Extremadura le están tocando ahora mejores que hace 50 años».