BLOC CULTURAL,

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lunes, 3 de febrero de 2020

Un país en la mochila - Comprometedora agenda, . / AQUI HAY TRABAJO - La agonía del campo,.

 TITULO: Un país en la mochila - Comprometedora agenda, .

Comprometedora agenda,.

Sánchez tiene el deber de velar por la entereza de las instituciones, sin que estas corran riesgos a cambio de resultados políticos inciertos,.


Resultat d'imatges de comprometedora agendafotos / La reunión prevista entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Quim Torra, para el próximo jueves 6 en Barcelona adquiere todas las connotaciones de un encuentro imprevisible en sus consecuencias, debido a la personalidad política del segundo, a su precaria situación institucional, y al pulso que su partido, JxCat, mantiene con ERC ante el anunciado proceso electoral. Aunque el presidente Sánchez había expuesto su propósito de encontrarse con los responsables autonómicos, su cita con Torra atiende a la exigencia de éste, que solicitó que se celebrase antes de que se constituyera la mesa negociadora entre ambos gobiernos. Hace unas semanas cabía pensar que Torra trataba así de hacerse su hueco –brindándoselo a su partido– en el diálogo abierto entre el PSOE y ERC en tanto que concernía a la Generalitat en su conjunto. Hoy es imposible predecir cuáles serán las intenciones con las que Torra recibirá a Sánchez en el Palau. Si será simplemente una cita infructuosa dentro de una forzada cordialidad, o si su desarrollo y conclusión pondrán más en entredicho la apuesta del presidente por distender las relaciones entre el Gobierno central y el autonómico independentista. Porque lo que parece descartable es que Torra dé su plácet al inicio de una negociación sujeta al marco estatutario y constitucional vigente, tras reivindicar la amnistía y el referéndum de autodeterminación. Anteayer Sánchez acabó confirmando su agenda para Cataluña, después de que su entorno pusiera en duda tanto la reunión con Torra como, sobre todo, la posterior constitución de la mesa bilateral. Un encuentro con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, en Moncloa llevó al presidente a mantener su plan inicial. El problema es que la normalidad institucional por la que aboga el Gobierno requeriría actitudes inequívocamente propicias a tal objetivo por parte de sus interlocutores. En respuesta a las críticas que el resto del independentismo había dirigido contra él por la suspensión de Torra como parlamentario, Roger Torrent afirmó ayer que «la desobediencia no es buena o mala por sí misma». Declaración impropia para quien preside una cámara legislativa, y que revela hasta qué punto la competencia electoral entre JxCat y ERC propende a expresiones –«Volveremos a hacerlo»– muy alejadas de la normalidad institucional. El presidente Sánchez tiene el deber de velar por la entereza y estabilidad de las instituciones, sin que éstas corran riesgos a cambio de resultados políticos inciertos.


TITULO:   AQUI HAY TRABAJO - La agonía del campo,.

 

La agonía del campo,.

Lo único cierto a día de hoy es que 8.500 trabajadores del sector agrícola no cobrarán ya el salario mínimo porque han perdido su trabajo,.

Protesta que agricultores y ganaderos protagonizaron el miércoles en Don Benito. /Estrella Domeque
foto / Protesta que agricultores y ganaderos protagonizaron el miércoles en Don Benito.

Mientras los agricultores reciben 0,18 euros por un kilo de repollo, los consumidores pagamos por lo mismo 1,24 euros, lo que supone que su precio se ha multiplicado por siete en su viaje del campo al supermercado. Un incremento notable que no solo se da con el repollo y que no es el más bajo ni el más alto de los que aparecen en el último índice de precios en origen y destino de los alimentos, del pasado diciembre. Pero sí sirve para que nos hagamos una idea solo del mayor problema que hoy tiene el campo extremeño. Que no es nuevo, sino que viene de lejos, y que sigue sin resolverse.
Por eso, con estos precios de origen y más costes de producción, hacer frente en 2019 a un Salario Mínimo Interprofesional (SMI) un 22 por ciento más alto que el año anterior, pasando de 735,90 euros a 900 euros, y en este a 950 euros, casi 400 euros más que en 2007, es misión imposible para muchos agricultores y ganaderos de Extremadura.
Nadie puede rechazar un incremento del SMI que haga posible que el trabajo se pague de manera algo más digna, claro que no. Pero resulta que ni mucho menos todos los agricultores y ganaderos de esta tierra son grandes terratenientes, como pudiera parecer cuando se escucha a algunos representantes sindicales que, quizás, nunca han pisado una explotación extremeña.
Los datos del paro que hemos conocido esta semana dejan claro que el drama del campo es el de Extremadura. Hay 18.700 personas desempleadas más, 116.900 ahora. El paro ha subido en todos los sectores, pero su incremento ha sido especialmente notable en la agricultura. Con 8.500 más, prácticamente ha doblado el número de desempleados del sector, que llegaban a 9.000 al término del tercer trimestre del año.

Precios mínimos y dignos

El presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, ha vinculado el fuerte ascenso del paro agrario en la región a la subida del salario mínimo y ha propuesto, respaldando el SMI, que se compense a las comunidades que, como la nuestra, tienen más dificultades para subir los salarios, en general, y en el campo, en particular. Y le han llovido las críticas.
No solo de otros grupos políticos, cosa tristemente normal, sino de sindicatos e incluso de su compañera de siglas, la ministra de Trabajo. Dicen unos y otra que el SMI no tiene nada que ver con la evolución del empleo del último trimestre en Extremadura, porque no hay ningún informe que lo avale y porque la subida se produjo el 1 enero de 2019 y los datos de empleo son malos solo en el último trimestre.
Pero la explicación del presidente, al que criticamos cuando no eleva la voz contra su partido en Madrid en defensa de los intereses de la región, con o sin informe que la avale, tiene mucho sentido común. Porque tal como ha explicado, si se conjuga la caída de la renta agraria por la bajada de los precios del sector con el incremento de los costes laborales, no debe extrañar que caigan los contratos en el campo.
Y esta es la realidad, 8.500 personas más que no cobrarán ya el salario mínimo interprofesional porque se han quedado sin trabajo. Y este es el drama.
Es por eso que, más allá de que el SMI sea la causa o no de la agonía del campo extremeño, haya informe que lo avale o lo deje de avalar, urgen soluciones para evitar que se muera. Urgen precios «mínimos y dignos», como reclaman los agricultores para sus productos, que hagan posible que la justa dignidad que se persigue con el SMI no deje en el camino más explotaciones vacías, más economía sumergida, más paro, pobreza, desigualdad y despoblación en Extremadura.

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