TITULO: Un país en la mochila - Comprometedora agenda, .
Comprometedora agenda,.
Sánchez tiene el deber de velar por la entereza de las instituciones, sin que estas corran riesgos a cambio de resultados políticos inciertos,.
TITULO: AQUI HAY TRABAJO - La agonía del campo,.
La agonía del campo,.
Lo único cierto a día de hoy es que 8.500 trabajadores del sector agrícola no cobrarán ya el salario mínimo porque han perdido su trabajo,.
Por eso, con estos precios de origen y más costes de producción, hacer frente en 2019 a un Salario Mínimo Interprofesional (SMI) un 22 por ciento más alto que el año anterior, pasando de 735,90 euros a 900 euros, y en este a 950 euros, casi 400 euros más que en 2007, es misión imposible para muchos agricultores y ganaderos de Extremadura.
Nadie puede rechazar un incremento del SMI que haga posible que el trabajo se pague de manera algo más digna, claro que no. Pero resulta que ni mucho menos todos los agricultores y ganaderos de esta tierra son grandes terratenientes, como pudiera parecer cuando se escucha a algunos representantes sindicales que, quizás, nunca han pisado una explotación extremeña.
Los datos del paro que hemos conocido esta semana dejan claro que el drama del campo es el de Extremadura. Hay 18.700 personas desempleadas más, 116.900 ahora. El paro ha subido en todos los sectores, pero su incremento ha sido especialmente notable en la agricultura. Con 8.500 más, prácticamente ha doblado el número de desempleados del sector, que llegaban a 9.000 al término del tercer trimestre del año.
Precios mínimos y dignos
El presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, ha vinculado el fuerte ascenso del paro agrario en la región a la subida del salario mínimo y ha propuesto, respaldando el SMI, que se compense a las comunidades que, como la nuestra, tienen más dificultades para subir los salarios, en general, y en el campo, en particular. Y le han llovido las críticas.No solo de otros grupos políticos, cosa tristemente normal, sino de sindicatos e incluso de su compañera de siglas, la ministra de Trabajo. Dicen unos y otra que el SMI no tiene nada que ver con la evolución del empleo del último trimestre en Extremadura, porque no hay ningún informe que lo avale y porque la subida se produjo el 1 enero de 2019 y los datos de empleo son malos solo en el último trimestre.
Pero la explicación del presidente, al que criticamos cuando no eleva la voz contra su partido en Madrid en defensa de los intereses de la región, con o sin informe que la avale, tiene mucho sentido común. Porque tal como ha explicado, si se conjuga la caída de la renta agraria por la bajada de los precios del sector con el incremento de los costes laborales, no debe extrañar que caigan los contratos en el campo.
Y esta es la realidad, 8.500 personas más que no cobrarán ya el salario mínimo interprofesional porque se han quedado sin trabajo. Y este es el drama.
Es por eso que, más allá de que el SMI sea la causa o no de la agonía del campo extremeño, haya informe que lo avale o lo deje de avalar, urgen soluciones para evitar que se muera. Urgen precios «mínimos y dignos», como reclaman los agricultores para sus productos, que hagan posible que la justa dignidad que se persigue con el SMI no deje en el camino más explotaciones vacías, más economía sumergida, más paro, pobreza, desigualdad y despoblación en Extremadura.
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