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viernes, 10 de octubre de 2025

España Directo -Economía - La coartada perfecta para no hacer nada ,. / Mi casa es la vuestra - María Dueñas ,. Viernes - 17 , 24 - Octubre ,. / Detrás del muro - PÁGINA DOS - Aroa Moreno Durán ,. Martes - 21 , 28 - Octubre ,. / Cartas de amor - Comprometidos amor ,.

   TITULO: España Directo - Economía - La coartada perfecta para no hacer nada ,.

La coartada perfecta para no hacer nada,.

Los precios de la vivienda suben, la oferta es escasa y las soluciones que se proponen parecen más parches que remedios de fondo,.

foto - Edificio con viviendas en alquiler Jaime García,.

No hay que ser un experto para darse cuenta de que tenemos un problema serio con la vivienda. Los precios suben, la oferta es escasa y las soluciones que se proponen parecen más parches que remedios de fondo. El último ejemplo: declarar ilegales 53.000 pisos turísticos con la idea de que pasen a ser viviendas de alquiler habitual. Suena bien sobre el papel, pero ¿de verdad alguien cree que con esto se arreglará el mercado del alquiler? Hablamos de solo un 1,5% del total de viviendas. La medida puede complicar el alquiler turístico, pero no lo elimina. Y, lo que es peor, no ataca el problema real. Por tres motivos claros. Primero: choca con el principio de propiedad privada.


TITULO: Mi casa es la vuestra -  María Dueñas ,. Viernes -  17 , 24 - Octubre ,.

Viernes - 17 , 24 - Octubre   a las 22.00, en Telecinco, fotos,.

 

 María Dueñas,.

 

 María Dueñas ante el Mediterráneo alicantino, por donde salieron y regresaron de Argelia los 'pieds-noirs' españoles.

María Dueñas rescata la memoria sepultada de los 'pieds-noirs' españoles,.

Regresa a sus orígenes iluminando con su sexta ficción otro episodio oscuro de la España peregrina, la dura vida de los emigrados y exiliados en la Argelia colonial,.


De adolescente violada a mujer empoderada. De miserable desvalida a solvente empresaria. De sometida a liberada. Así es Cecilia, la protagonista de 'Por sí un día volvemos' (Planeta), la sexta novela de María Dueñas (Puertollano, 1964). Para regocijo de sus legiones de fieles lectores, la escritora regresa a sus orígenes con la peripecia de un personaje parejo al de Sira de 'El tiempo entre costuras'. Es el lanzamiento del año de sus editores, con 500.000 ejemplares en 18 países a ambos lados del Atlántico.

Vuelve al norte de África para rescatar la memoria enterrada de los olvidados 'pieds-noirs' españoles, emigrantes y exiliados que, asimilados por Francia, formaron parte de un mundo colonial que se diluyó como un azucarillo. Un colectivo de unas 130.000 personas que vivieron y prosperaron en Argelia desde el primer tercio del siglo XX y regresaron con el alma rota y las manos vacías.

Con ellos ilumina Dueñas otro episodio oscuro de la España peregrina. Arranca en 1927, cuando Cecilia Belmonte –nombre robado– huye por Cartagena de una vida mísera y sin futuro y el miedo como único patrimonio tras cometer una atrocidad para salvarse. Termina en 1962 cuando abandona una Argelia recién independizada de Francia en la que impera el terror y en la que Cecilia había prosperado como fabricante de jabón.

 
María Dueñas,.

En ese arco de apenas treinta años Dueñas narra la epopeya de un personaje dickensiano al que vemos caer y levantarse en el trágico auge colonial y caída de la Argelia francesa. A su través desentraña el «alma española» de Orán, con presencia hispana desde el siglo XV, donde hubo tres plazas de toros y se hablaba 'oranico', mezcla de valenciano, español, francés y árabe.

«Fueron muchos los españoles que buscaron una nueva vida en Argelia cuando se tardaba menos en ir de Alicante o Cartagena a Orán que a Madrid», explica la escritora oteando el Mediterráneo por el que salieron y regresaron . Presentó la novela en Alicante, rodeada de cuatro de sus «cómplices», venerables ancianos hoy que pasaron su infancia en Orán y guardianes de una memoria enterrada.

Cecilia fue una andrajosa criatura en una España «agria y asalvajada» y una mujer hecha a sí misma. Reconoce Dueñas que tiene «poco y mucho» que ver con Sira, la protagonista de 'El tiempo entre costuras', la novela que la catapultó hace tres lustros. «Ambas son mujeres jóvenes a quienes la adversidad enfrenta a un futuro incierto. Nos reflejan frente a los quiebros, golpes y caídas de la vida», señala. El lector, que no sabrá nunca el verdadero nombre de Cecilia, conocerá a sus amantes, sus dos maridos, y sus vicisitudes durante la Guerra Civil, la II Guerra Mundial, la guerra de Argelia y su independencia.

Como desentrañó la historia de la colonia española en el norte de Marruecos, arma Dueñas su nueva novela. «Siempre pensé que en Orán había una novela por escribir», dice una autora para quien «el escenario suele ser anterior al personaje». «Había más españoles que franceses en Orán, pero su memoria quedó sepultada», lamenta Dueñas. «Cuando te cortan tus raíces las afianzas», dice de aquellos españoles transterrados. Para rescatar su memoria ha contado con herederos de las familias españolas «que vivieron y trabajaron allí: tabaqueros como los Bastos, los licoreros del anís Galiana, heladeros o turroneros».

Más sabia

La experiencia no es un grado para Dueñas, a quien «no pesa la presión del éxito». «Me siento como ante mi primera novela. No doy nada por ganado y me dejo la piel con cada línea», dice la escritora que ha vendido más de diez millones de ejemplares de sus novelas, traducidas a 35 idiomas y que han dado pie a series televisivas. «Pero no soy la misma antes y después de este libro. Soy seis novelas más vieja, dieciséis años mayor y más sabia», ironiza.

 La plaza del Ayuntamiento del Oran colonial.

La plaza del Ayuntamiento del Oran colonial. 

Le choca que «siendo España un país de inmigrantes tengamos tan poca literatura sobre el tema». «No sé si esa desmemoria es por el afán de olvidar un pasado de pobreza y miseria», plantea feliz por «recuperar capítulos perdidos de nuestra historia reciente».

Sus entregados lectores agradecerán que Cecilia recoja el testigo de la carismática Sira Quiroga de 'El tiempo entre costuras' y 'Sira'. También los productores audiovisuales que pujarán fuerte por los derechos de una historia que engancha y clama por traducirse a imágenes desde sus trepidantes primeros compases.

La novela concluye con Cecilia regresando de Argelia, como otros 30.000 españoles. Unos 3.000 huyeron a bordo de dos barcos enviados por Franco contraviniendo las directrices del gobierno francés: el Virgen de África y el Victoria, buques gemelos de la compañía Trasmediterránea. «Regresan a la España del desarrollismo al que se suman, abriendo lavanderías, supermercados, inmobiliarias o discotecas, lo que era un absoluta novedad en la época» precisa Dueñas.

Quiso presentar la novela mirando a Orán desde Alicante, el último escenario de una ficción con final abierto y segunda parte a la vista. Lo hizo ante las quinientas personas que abarrotaron la Casa del Mediterráneo, conversando con cuatro 'pieds-noirs' el historiador Juan Ramón Roca; Carlos García Ramos, nieto de empresarios oraneses; Eliane Ortega Bernabeu, guardiana de la memoria del exilio republicano, y Josep Torroja, antiguo activista de la OAS que, a sus 95 años, rememoró emocionado el esplendor perdido del Orán español. Una sociedad desmoronada con la independencia argelina que expulsó a más de un millón de europeos en un mes y entró en un infierno con más de 5.500 asesinatos al año.

 María Dueñas e la presentación junto a sus 'cómplices' 'pieds-nioirs' .

María Dueñas e la presentación junto a sus 'cómplices' 'pieds-nioirs' . 

Francia concedió a muchos la nacionalidad y se convirtieron en 'pieds-noirs', literalmente pies negros, denominación de connotación despectiva o positiva dependiendo de quién y cómo la utilice. «Algunos lo dicen en referencia a la pobreza, aunque hay teorías que vinculan el término a las botas negras que gastaban los primeros colonos militares franceses», señala Dueñas.

Doctora en filología inglesa, tras dos décadas dedicada a la docencia Dueñas entró como un tornado en el mundo literario en 2009 con 'El tiempo entre costuras'. Inesperado fenómeno editorial que con una tirada inicial de 3.500 ejemplares explotó por el boca oreja. Ha superado el centenar de ediciones y su adaptación televisiva fue otro bombazo.

 El crazón de Orán e el tiemp que retrata la novela.

El corazón de Orán en el tiempo que retrata la novela. 

Crisol étnico y cultural

«Los franceses de Argelia son una raza bastarda, hecha de mezclas imprevisibles. Españoles y alsacianos, italianos, malteses, judíos y griegos se encontraron en esas tierras». Lo dejó escrito en 1953 Albert Camus, francés argelino y descendiente de menorquines por línea materna. Dueñas recrea ese crisol étnico, social y cultural poniendo caras, alma y peripecias a muchos de aquellos seres.

La primera ocupación española tuvo lugar entre 1509 y 1708 cuando España se conocía a Orán como 'La Corte Chica'. La segunda se produjo entre 1732 y 1791. Argelia se hizo francesa en 1830 pero la cercanía con España propició la llegada de decenas de miles de inmigrantes que huían de la pobreza. Tras la guerra civil llegaron otras oleadas en barcos repletos de republicanos exiliados.

«Orán siempre ha sido una ciudad con marcada alma española» explica la narradora que reflejan su novela los imponentes edificaciones militares, los barrios y negocios de carácter español y tradiciones como la música, los toros, las hogueras de San Juan o la gastronomía.

Muchos de aquellos españoles adoptaron la nacionalidad francesa, su lengua y sus rutinas e incluso sus nombres de pila. Orán se llenó de Jean Pierre Martínez, Pauline García, Agnès Moreno o Maurice Rubio. Se incorporaron a la élite con un francés perfecto. Hubo industriales españoles cuyos negocios aparecen la novela como el gran tabaquero Bastos, los fabricantes del afamado anís Galiana, o el dueño del gran hotel de Martínez. Pero a pesar de ser oficialmente franceses, los españoles no tenían los mismos derechos que los galos originarios de la metrópoli y eran a menudo tratados de forma despectiva. 

 

TITULO: Detrás del muro - PÁGINA DOS  - Aroa Moreno Durán , Martes - 21 , 28  - Octubre    ,.


PÁGINA DOS - Aroa Moreno Durán ,.

 

Martes - 21 , 28  - Octubre  a las 22:00, en La2, foto,.

 

 Los últimos ejecutados del franquismo, con Aroa Moreno Durán,.

 

 Página Dos - Los últimos ejecutados del franquismo, con Aroa Moreno Durán

 

 Poco antes de la muerte de Franco, en la madrugada del 27 de septiembre de 1975, tres jóvenes fueron ejecutados en la sierra de Madrid. Mañana matarán a Daniel (Random House) es la nueva novela de Aroa Moreno Durán. En ella, la escritora recupera un capítulo silenciado de la historia española, en el que tres chicos fueron detenidos, torturados, acusados haber matado a dos personas y condenados sin juicio legal. 

 

TITULO:  Cartas de amor - Comprometidos amor ,.

Comprometidos amor,.

La escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, que rompe un silencio narrativo de doce años.

fotos - La escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, que rompe un silencio narrativo de doce años.

«La amistad entre mujeres es revolucionaria», asegura Chimamanda Ngozi Adichie,.

«Es inhumano criminalizar a quienes emigran soñando con una vida mejor», dice la nigeriana, que regresa a la novela con 'Unos cuantos sueños',.

Doce años ha tardado Chimamanda Ngozi Adichie (Enugu, Nigeria, 1977) en regresar a la novela. La autora de la aclamada 'Americanah' lo hace con 'Unos cuantos sueños' (Random House), un historia de quinientas páginas sobre los anhelos y vicisitudes de cuatro mujeres negras. La crítica anglosajona la saludó como «una 'Guerra y paz' feminista». Agradece Adichie la comparación con Tolstoi, «pero me gusta más si quitamos la palabra feminista y se queda en 'Guerra y paz'», ironiza esta contradictoria narradora, dramaturga, ensayista y faro del feminismo. Cree que mujeres y hombres deben redefinir juntos la masculinidad y lamenta que se criminalice los inmigrantes.

En su esperada nueva novela entrecruza las vidas de cuatro mujeres africanas en plena pandemia: Chiamaka, Zikora, Omelogor y Kadiatou, todas emigradas a Estados Unidos en busca de una vida mejor y con suertes y vidas dispares.

«Es difícil no hablar de inmigrantes en una novela como esta. Quien deja su casa lo hace porque sueña con una vida distinta. Me parece horrible e inhumano criminalizar a quienes sueñan con algo mejor», lamenta la autora nigeriana, que como sus personajes emigró a Estados Unidos.

Admite que su novela es «una celebración de la hermandad femenina», de la sororidad. «La amistad profunda entre mujeres es algo revolucionario. Para mí ha sido esencial: una fuente de sabiduría, de apoyo y de fuerza. Pero hay que saber que la sororidad no es universal, que hay mujeres a las que no les gustan otras mujeres», acota.

 Imagen - Portada del Libro.

Cambios necesarios

«Buena parte de la literatura ha sido escrita por hombres que no representan a las mujeres en su complejidad, y es hora de cambiar eso», propone la escritora. «Para mí es importante hablar del cuerpo y la salud de las mujeres de manera directa», agrega. Pero cree, con todo, que las mujeres «no pueden solventar solas su marginación y las injusticias del mundo», de modo que los hombres «deben ser parte de la solución».

«Si más hombres leyeran libros sobre las vidas y los cuerpos de las mujeres quizá mejoraría la comunicación entre nosotros», plantea. «Las mujeres leen libros de hombres y de mujeres, pero los hombres leen libros de hombres. Y ahí hay una carencia de conocimiento», asegura la escritora que ha colocado a las mujeres en el centro de su obra.

Cree que se «se necesitan más mujeres en lo que consideramos literatura seria: la que aborda la humanidad confusa y compleja de las mujeres. Hay temas que damos por sentado que nos parecen que son gran literatura, pero no representan a las mujeres en su complejidad», insiste.

«No me gusta la expresión 'masculinidad tóxica', dice la escritora nigeriana, para quien es necesario «redefinir la masculinidad» porque «hoy limita su significado». «Los chicos crecen con una idea irreal la masculinidad. La violencia contra niñas y mujeres no decrece en el mundo y para combatirla es importante no centrarnos solo en las víctimas y b hacerlo también en los agresores», reclama. «¿Qué está pasando con los chicos y su educación? ¿Qué estamos haciendo mal?», se pregunta.

«Es importante redefinir la masculinidad, insisto, y con eso no abogo por una masculinidad femenina. Tenemos que ir hacia atrás y revisar algunas ideas que a veces se consideran anticuadas, pero que significan valentía, fuerza en positivo y justicia», propone.

Acusada de transfobia

El reconocimiento de su enorme talento narrativo no ha librado a Chimamanda Ngozi Adichie de acusaciones de transfobia por afirmar que las mujeres trans mantienen algunos privilegios por ser socializadas como hombres. También se puso en duda su compromiso feminista tras revelar que tuvo gemelos mediante gestación subrogada, lo que le permitió avanzar en sus proyectos narrativos. Los vientres de alquiler son legales en el Estado de Maryland, donde la escritora reside buena parte del año, pero su maternidad se considera una aberrante contradicción en una figura aclamada por el ensayo 'Todos deberíamos ser feministas' (2014).

Ella no se ha considerado nunca una activista y repite que no llegó a la literatura por militancia, sino por pasión. «Esta es mi novela adulta, como madre y como una persona que ya no tiene padres», dice de 'Unos cuantos sueños', uno de los títulos más esperados de le 'rentrée' editorial.

Incertidumbre creadora

«He necesitado doce años para acabarla y la ha escrito una persona muy distinta a la que escribió mis otras novelas», explica su autora en un videoencuentro con periodistas hispanos. «He sido una persona bastante segura sobre mí y sobre el mundo, pero la reciente pérdida de mis padres y el duelo me han enseñado a abrazar la incertidumbre como motor creativo», explica. Una incertidumbre que «me dio libertad». «En los cursos de literatura te enseñan que se escribe de veras cuando quitas, cuando podas los textos, pero mis frases son ahora más largas; me dejo llevar más de mi amor por el lenguaje», se felicita.

«La escribí bajo la sensación de duelo, pero no es una novela triste. Espero que el lector encuentre el humor, que es muy importante. Es crucial reír en la vida», sostiene.

 
Chimamanda Ngozi Adichie. 

«Escribiría aunque nadie me leyera. No me puede la presión exterior, pero sí la interior; soy mi mayor crítica», asegura la narradora. «El éxito no te protege de las dudas personales», afirma la autora de títulos como 'La flor púrpura' (2003), 'Medio sol amarillo' (2006), 'Algo alrededor de tu cuello' (2009) y 'Americanah' (2013), el libro que la consagró como una de las voces más aceradas y comprometidas de su generación.

«Espero que dentro de cien años alguien me lea y tenga una idea de cómo vivimos hoy. La literatura es fundamental para los seres humanos. Me emociona que mis novelas sean útiles y hagan pensar sobre una cuestión social y política. Pero no escribo para participar de un debate político y social», concluye.

 Nafissatou Diallo, la camarera de hotel en en 2011 denunció por acoso sexual Dominique Strauss-Kahn, entonces presidente del FMI que inspira a una de las protaginistas.

Nafissatou Diallo, la camarera de hotel en en 2011 denunció por acoso sexual Dominique Strauss-Kahn, entonces presidente del FMI que inspira a una de las protaginistas. 

«Solo en el delito de acoso sexual se pone el foco en la víctima»

El personaje de Kadiatou, una de las cuatro mujeres que protagonizan la novela de Adichie, se inspira en Nafissatou Diallo, la camarera de hotel guineana que acusó de una grave agresión sexual en 2011 al francés Dominique Strauss-Kahn, entonces todopoderoso director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Le impactó su «terrible» cobertura mediática, que a su juicio «hizo que la gente empatizara más con Strauss-Kahn que con ella». Sintió, con todo, «cierta esperanza en el sistema de Estados Unidos». «Cuando arrestaron a Strauss-Kahn me sentí orgullosa del país y conecté emocionalmente con Diallo», confiesa la escritora.

«El acoso sexual es el único delito, el único crimen, en el que en lugar de poner el foco en el autor, en el perpetrador, se pone el foco en la víctima», lamenta. «Si vas a denunciar algo debes asegurarte de que eres como un ángel perfecto. Si no es así, tienes las de perder. Eso es como lanzar a las mujeres un terrible mensaje: no denunciéis acoso sexual porque tenéis las de perder. Y eso a mí me impactó», asegura.

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