TITULO: Viajeros Cuatro - Camino Primitivo, autenticidad y sosiego en tierras gallegas,.
El Miércoles - 17 - Enero a las 22:45 por La
cuatro,fotos,.
Camino Primitivo, autenticidad y sosiego en tierras gallegas,.
Sus senderos transportan al pasado y propician un Camino con una experiencia más espiritual e interior,.
No hay duda de que si se busca hacer uno de los Caminos más especiales de todos los que llevan a Santiago en tierra gallega uno de ellos es el Camino Primitivo. Como ya explicamos en el anterior artículo en el que detallábamos su historia, las etapas de este Camino presentan mayor dificultad que otros por sus desniveles, pero discurren entre bosques primigenios de soberbia belleza jalonados por aldeas y pueblos que conservan la esencia de esta antiquísima peregrinación. Es decir, el Camino Primitivo regala una experiencia única, excepcional y muy auténtica.
Describiremos en este artículo las tres etapas habituales que van desde O Cádavo hasta Melide, 76,50 km, aquí el Camino Francés confluye con él, y es en este punto donde se vuelve más concurrido. Juntos, peregrinos de uno y otro camino llegan a Arzúa, donde se unen con los del Camino del Norte, que se cruza aquí, para continuar todos a la par hasta Santiago.
De O Cádavo a Lugo
Según hemos dicho, nos echamos al Camino en O Cádavo, en una etapa que finalizará en Lugo, 30 km inolvidables. Después de unos pocos kilómetros de recorrido suave y ameno por montes de Cornedo, Fonteseca y Vilabade, se llega a la conocida capilla del Carmen, en la que su fuente de agua fresca y el merendero son una tentación para detener la marcha —llevamos ya 5,3 km— y disfrutar del entorno y del momento. Aquí hacemos un inciso para compartir e intentar explicar que una parte muy especial de hacer el Camino de Santiago, sea cual sea el elegido, es una especie de euforia que envuelve cuando nos detenemos allí donde se nos antoja: se siente una libertad absoluta indescriptible.
Muy cerca nos encontramos una bifurcación de este Camino: el oficial, que va por Vilalle, y el antiguo, que va por Vilabade. Tanto si se elige una opción como otra, los dos proporcionan una experiencia maravillosa. A pocos kilómetros, estos senderos se unen, en Castroverde. Como dato, si se escoge Vilabade ya sea por ser el más antiguo u otro motivo, este nos permite visitar la Iglesia de Santa María de Vilabade, una imponente iglesia que sorprende por su tamaño para lo pequeño que es el pueblecito. A la llegada a Castroverde es importante reponer energías, ya que es uno de los pocos lugares de esta etapa que cuenta con servicios para el peregrino.
Se sigue transitando por corredoiras, bosques, campos —es una zona muy agrícola y ganadera— y localidades donde la pizarra sigue siendo protagonista, como pueden ser Souto de Torres, Vilar de Cas, Gondar… hasta alcanzar nuestro objetivo de esta etapa: Lugo. Numerosos restos romanos nos recuerdan la importancia de esta localidad —fundada en el siglo 25 a. C.— en la Antigüedad, y el que más sobresale no es otra que su imponente muralla, declarada Patrimonio de la Humanidad y que rodea todo su casco histórico en un estado de conservación excelente. Esta ciudad bien merece una parada no solo para descansar, sino para descubrir su historia y monumentos, así como su deliciosa gastronomía.
Desde Lugo hasta Ferreira de Palas de Rei,.
Continuaremos nuestro camino con la siguiente etapa hasta Ferreira. Sa sale del casco antiguo por la Puerta Miña. Al cruzarla, se alza una iglesia y un monumento de piedra que recuerda que aquí nació el patrón de la ciudad, Froilán. Es indudable el valor histórico que tiene este tramo en Lugo. Al dejar atrás la ciudad, nos encontramos con el río Miño, el cual se atraviesa por el peatonal Ponte Vella, que, con sus siete enormes arcos, impacta por su grandeza. Aquí comienza un tramo de unos 12 km que son menos agradecidos visualmente, ya que es carretera sin aceras, pero después de esto volveremos a los bosques y corredoiras que caracterizan el Camino Primitivo.
Pasaremos por diferente pueblitos incluso por una réplica de un miliario romano. Algunas de las localidades son San Romao Da Retorta, de la que destaca su bonita ermita y también su iglesia, ambas de origen románico del siglo XII; Pacio, Mosteiro… hasta llegar a Ferreira, donde nos encontraremos con un precioso puente romano de un solo arco que permite cruzar el río Ferreira en medio de un entorno idílico. De esta pequeña aldea hay que destacar sus agradables albergues y su bonita iglesia de San Martiño, que al igual que la de San Romao Da Retorta es de origen románico.
Hacia Melide
Comenzamos ya el último tramo del Camino Primitivo «exclusivo», ya que en Melide, como ya hemos dicho, se une al Camino Francés. Con alegría y tristeza entremezclada, damos nuestros primeros pasos, pues sabemos que este será la última etapa «auténtica» y que se acaba este camino tan espiritual, interior y alejado de la muchedumbre al llegar a Melide.
Pasaremos por As Seixas, donde la Xunta de Galicia abrió en 2010 un precioso y acogedor altemplo bergue, seguimos por Casacamiño, donde superamos un modesto alto a través de una pista pedregosa con bonitas vistas. Más adelante se encuentra la aldea O Hospital das Seixas, donde a la salida hay una bonita zona de descanso con una fuente. Ascendemos hasta el collado de la Sierra del Careón, a 710 metros de altitud, divisoria de las provincias de Lugo y A Coruña y desde donde se puede ver nuestro destino, Melide, a lo lejos —solo en el Camino se puede sentir la emoción que envuelve a cualquier peregrino al ver su meta diaria en la distancia, es una alegría y paz indescriptible—.
Continuaremos en descenso hasta llegar a Vilamor, y a dos kilómetros cruzaremos el río Furelos; poco después llegamos al cruce de acceso a Melide y lo seguimos hasta el centro de la población, donde nuestro Camino Primitivo se une al multitudinario Camino Francés.
Melide cuenta con un enorme y magnífico albergue de la Xunta rehabilitado en el año 2010 y, otros alicientes importantes para descansar aquí, son su pequeño pero agradable casco histórico, sus iglesias monumentales, y podría decirse que su “carácter” particular, no en vano esta localidad lleva más de 1.000 años viendo pasar a gente de todo el mundo en su peregrinación a Santiago.
Bien, ya estamos en Melide, conscientes que de aquí a Santiago el Camino será muy diferente, no solo porque habrá más afluencia de peregrinos, sino porque la naturaleza ya no mostrará su lado más indómito y salvaje, ese que toca el alma, que es, en definitiva, la esencia de lo que se busca al hacer el Camino se sea o no creyente. ¡Buen Camino, peregrino!,.
TITULO: Ven a cenar conmigo - EL HOROSCOPO - India Martínez,.
India Martínez,.
foto / India Martínez: "Me hicieron suavizar mi acento andaluz, pero me he plantado",.
India Martínez. Córdoba, 1985. Ya tiene cuatro discos de platino, varias candidaturas a los Grammy y un Goya, pero le parece poco. La semana que viene se estrena como escritora (e ilustradora) con Verdades a medias y saca nuevo single, No me basta, junto a Dvicio. Suma y sigue.
- Sacas a la vez libro y single. El toque de queda deja mucho tiempo libre.
- El single sigue mi continuidad dentro de la música, no es producto de la pandemia, pero el libro sí que ha surgido en este año tan raro de reflexión y de estar en casa mucho tiempo. Tanto pensar, tanto pensar... Es algo totalmente nuevo para mí, pero me ha encantado la experiencia. Llevo escribiendo desde muy niña, pero por primera vez lo puedo plasmar en un libro y la verdad es que estoy muy contenta con el resultado. A ver si gusta...
- Pese a tener una carrera ya larga, ¿te siguen poniendo nerviosa los lanzamientos?
- Sí, siempre me los tomo como algo nuevo, cada lanzamiento es como volver a parir un niño. Lo sueltas con mucha ilusión y me encanta, pero siempre me pongo un poquitito nerviosa de ver qué reacción tiene la gente.
- ¿El éxito no te quita la inseguridad?
- No, yo no me confío nunca. Los tiempos cambian y la creatividad también. Pienso: "A ver si se me va a acabar, si me deja de salir bien". La inseguridad va de la mano del éxito y de la experiencia, porque cada vez tienes más claro lo difícil que es esta profesión y aumenta el respeto que te da. No levanto los pies del suelo. Además el éxito es muy relativo.
- ¿En qué sentido?
- Hay veces que dices este año quiero tocar en el WiZink Center y petarlo, quiero llegar a los Latin Grammy y mil cosas más. Pero después, cuando lo logras, te das cuenta de que tampoco cambia tanto, que trabajas en lo que te gusta y lo vives de forma bonita e intensa, que la clave es lograr un equilibrio entre lo personal y lo profesional... Eso es lo más difícil del mundo para mí y lo que considero un éxito real.
- El libro se llama 'Verdades a medias', ¿qué ocultas?
- Soy una persona que se va dando muy poquito a poco. Me he inspirado en algunas canciones a medias que no he enseñado a nadie, tienen forma de poesía y hablan sobre cosas personales y temáticas que para mí significan muchísimo: hay odas a la mujer, pensamientos íntimos, relatos, fantasías... La verdad es que me lo he pasado como nunca e incluso me he redescubierto, porque el hecho de escribir en prosa y dejarme llevar sin que nada interfiera, sin despistarme con métricas o estribillos, me ha dado muchísima libertad.
- Escribes e ilustras.
- Desde muy pequeñita me ha encantado el dibujo y lo he retomado ahora, porque con la música no me suele dar tiempo a perfeccionar mis técnicas. Pero cuando tengo paréntesis en el trabajo, en esta carrera tan intermitente, me pongo a dibujar. No es de manera profesional, porque no pude acabar mi carrera de Bellas Artes, pero es una forma de contar que me gusta muchísimo.
- ¿Qué es lo que más te ha costado dejar salir en el libro?
- Yo hablando soy mucho más tímida que en este libro. Me ha costado hablar del llanto. ¿Qué es el llanto? ¿Por qué lloro? ¿Es bueno o malo? Y es una liberación hablar de las personas tóxicas que tienes alrededor. No sé, ha sido un proceso de autoconocimiento muy bonito.
- Es un detalle muy vintage que debutases con Teresa Rabal
- Sí, tenía 12 años cuando me presenté a su concurso y llegué a la final. Soy una niña de Teresa Rabal. Lo recuerdo con mucho cariño porque la primera vez que canté en público fue con ella y me arropó mucho. Creyó muchísimo en mí y, de hecho, en el casting canté flamenco, tango, bulerías, alguna canción de Niña Pastori... Pero al final elegí una de Antonio Molina, La hija de Juan Simón, que era complicadísima para una niña pequeña, porque Teresa acabó llorando porque decía que le recordaba a su padre.
- ¿Cuándo empezaste a cantar?
- Si pienso en mí pasado, siempre me recuerdo cantando. Incluso cuando tenía dos o tres años. Vivía en un barrio humilde y recuerdo los momentos con mi madre escuchando la radio y cantando juntas... No tenía casi ni uso de razón. Ahí era sólo un juego para mí, pero con 11 y 12 años ya era muy insistente con la música, me encerraba en la habitación a escuchar flamenco, iba a las peñas flamencas con mis padres y lo tenía clarísimo. De hecho, nunca he hecho otra cosa que no sea cantar o estudiar música, solfeo, guitarra... Nunca he tenido otro trabajo, por suerte. Todo gracias a que mi familia me apoyó muchísimo haciendo infinidad de sacrificios.
- ¿Cuáles?
- Mis padres tenían trabajos humildes y cuatro niños, les costaba llegar a fin de mes. Y, claro, yo era una fuente de gastos continua. La niña tiene que actuar en la peña flamenca y no tiene ropa, hay que comprarle unos zapatos y un vestido. Y lo poco que tenían lo gastaban en eso. Por supuesto, mis primeros sueldos eran para la casa. Recuerdo cuando me dieron mi primeras 10.000 pesetas por una actuación y era menos de lo que se habían gastado ya en la ropa, el viaje, la gasolina... Mi madre se quedaba sola con tres niños pequeños y mi padre me acompañaba a Sevilla a cantar en la Feria Mundial de Flamenco, por ejemplo. Era muy complicado, muy difícil, la verdad. Pero siempre se las apañaban: llegaban unos Reyes, yo necesitaba una guitarra y, pese a las dificultades económicas, había una guitarra para mí. Hicieron todo por mí.
- ¿Has tenido que sacrificar el flamenco para tener éxito comercial?
- Me da pena, pero sí, sobre todo he tenido que sacrificar la parte del flamenco clásico para tener más éxito y sonar en las radios. Como desde muy niña también he escuchado otros estilos, aún así he sido fiel a lo que me gusta, que es sentirme libre dentro de la música y no amarrarme a un estilo en concreto, pero es verdad que en algún momento me ha apetecido hacer un disco flamenco y no lo he hecho. Estar dentro de una multinacional, pendiente de sonar en las radios y de llegar a un público mucho más extenso, me ha limitado en este sentido. Me ha pasado factura porque cuando he querido hacer algo más aflamencado no ha salido porque en las radios no lo ponen.
- ¿No te da rabia?
- Sí, y ha habido épocas en las que me he sentido un pelín cohibida a la hora de ser yo misma. Incluso me hicieron suavizar y añadir algunas eses a mi acento andaluz. Hubo un disco un poco más popero en el que tuve que trabajar eso, pero en el siguiente me planté: "Ya está, esa no soy yo. No me sale y no quiero". Además, luego, cuando canto en directo, no pronuncio ni una ese. Esta soy yo, defiendo mi acento y mi cultura y si decido cantar más aflamencado, lo hago. Si una radio no me pone por ello, pues que no me ponga. Me da igual. Aunque me da mucha pena que no se le dé el escaparate que necesita y merece, que no apuesten por nuestra música, por nuestro patrimonio, por el regalo a la humanidad que es el flamenco.
- ¿Notas prejuicios hacia lo andaluz?
- Claro. Es algo que viene de muy atrás. Yo personalmente no he tenido casi problemas cuando he salido por ahí, al revés, piensan que mi acento es exótico y les hace gracia, pero sé que muchos compañeros andaluces sí han tenido malas experiencias. Todavía nos queda camino por recorrer, aunque yo me siento arropada donde viajo. Al principio me costaba tener conciertos por Bilbao, Donosti, Zaragoza, pero ahora cuando subo veo que hay mucha afición por la música aflamencada y nuestro deje es muy querido también. Supongo que es encontrar tu público en cualquier sitio.
- Tus hermanas son instagramers y, cuando has posado con ellas, has recibido unos comentarios terribles.
- Ufff, sí, tremendos. Y cuesta mucho asumirlos porque yo quiero sentirme libre, libre de prejuicios, y subo una foto de una reunión de hermanas en la playa y me harto a recibir mensajes despectivos y machistas, pero incluso de las mismas mujeres. Me sorprende que muchas veces las mujeres son las primeras que te critican por ser una mujer libre. Eso me duele porque tenemos que luchar juntas y no contra los hombres, no prejuzgarnos entre nosotras, pero lees comentarios y te desesperas: "¿Todavía estamos con esto?". Así que si subo una foto en bikini, como cualquier mujer en la playa, me dicen que soy cantante y que me dedique a cantar. Ya cada vez tengo menos miedo a esos ataques y no me importa lo que digan si un día subo una foto con más maquillaje o sin maquillaje, con mis pequitas, mi cuerpo recién entrenado o con mis kilos de más. Es mi cuerpo, es mi vida, respetémonos los unos a los otros y si no te gusta, no mires. No tenemos que echarle cuentas a esas tonterías.
- ¿Cómo lidias con el mono de los conciertos que tanto escasean?
- Cuesta mucho. Parece que estamos saliendo y, de repente, viene otra ola y volvemos a retroceder. Pero creo que ya estamos más cerca. Empiezo a ver un poquito el final del túnel, porque se están reanudando conciertos que teníamos previstos: hay 30 y tantos conciertos, entre reservas y confirmados, que vamos a sacar adelante sí o sí, aunque todavía con el inconveniente de ir a aforos reducidos, pero, seguiremos avanzando. La cultura, como otros muchos sectores, se ha visto muy golpeada, y necesitamos reactivarla. Hice unos cuantos conciertos en verano que me dieron la vida y he decidido vivir cada uno como si fuera el último, valorar más lo que tenemos.
- ¿En qué te ha cambiado la pandemia?
- Todos hemos pisado el suelo y hemos puesto en la balanza lo que queremos y no queremos en nuestra vida. Yo por lo menos lo he vivido así, aunque ha habido momentos muy difíciles como la muerte de mi abuela, justo al comienzo de la pandemia, que nos dio un palo tremendo porque fue muy repentino. Pero al menos pudimos despedirnos y lo viví como un privilegio y un lujo al lado de tantas familias que han perdido a sus seres queridos sin poder siquiera despedirse. Ha sido muy duro. Las mascarillas, los rodajes con PCR, el toque de queda, no poder salir... Es muy fuerte, aunque nos acostumbremos y aprendamos de ello, pero necesito ver caras y no mascarillas.
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TITULO: ¿Te lo vas a comer ? - Gambones al microondas . ,Alberto Chicote,.
El Miércoles - 17 - Enero a las 22:45 por La sexta ,fotos,.
Gambones al microondas,.
Acompaña este plato con un cava extremeño y disfruta,.
Se hacen en cinco minutos y apenas aportan calorías,.
Los gambones son una exquisitez de la que podemos disfrutar durante todo el año, pero sobre todo en las fechas navideñas. Se pueden encontrar frescos o congelados y se pueden preparar a la plancha, al horno y de muchas otras formas.
En esta ocasión, vamos a preparar una receta rapidísima por si necesitas un plato para uno de estos días y no tienes tiempo para hacer una preparación más elaborada. Se trata de una receta de gambones al microondas que tendrás lista en 5 minutos. Aunque parezca que no quedarán muy buenos, verás que estarán deliciosos y no tendrás que preocuparte de los olores que dejan los mariscos en la casa.
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Tiempo de preparación
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Tiempo de cocción
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Tiempo total
10'
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Comensales
Dos
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Calorías
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Categorías
Entrantes
Ingredientes
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6 gambones XL
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2 pellizcos de sal gruesa en escamas
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2 cucharadas de postre de perejil picado seco
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1 cucharada postre de ajo en polvo
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1 chorro de aceite de oliva virgen extra
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limón (opcional)
Preparación
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Coloca los gambones sin amontonarlos en un plato apto para microondas. Vierte un hilo fino de aceite por encima de cada uno de ellas, añade también ajo y perejil. Lleva al microondas 5 minutos a 800 w. Si tu microondas tiene una opción grill, puedes usarla.
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Después de los 5 minutos, saca los gambones y verifica que ya están listos. Si aún les falta, déjalos un poco más. Debes aumentar el tiempo según la potencia. Por ejemplo, si tu microondas es de 600 W, añade 2 minutos más a la cocción. Asimismo, si los gambones son más pequeños, necesitarán menos tiempo para estar listos, así que deberás reducir el tiempo un par de minutos. Acompáñalos con un chorrito de limón si gustas y una copa de vino blanco bien frío o cava. El resultado final se verá muy apetitoso y nadie sabrá que los has hecho fácilmente en el microondas.
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