Cena con mamá - Francisco Leiro: “Cuando atormentas a la escultura, tiene su interés”,. , Viernes -1- Noviembre ,./ Imprescindibles' estrena en La 2 - Adiós a Margarita Seisdedos, la gran matriarca ‘trash’ que cambió nuestra forma de entender la fama,. . Domingo -3-Noviembre ,./ De seda y hierro - Cómo un joven visionario animó a una poderosa relojera para recuperar su pieza más mítica ,. Domingo -3- Noviembre,./ Noche Sexo - Monica y el sexo - Las relaciones,.
TITULO:
Cena con mamá - Francisco Leiro: “Cuando atormentas a la escultura, tiene su interés” ,. . Viernes -1- Noviembre ,. Viernes - 1- Noviembre a las 22:00 en La 1, fotos.
Francisco Leiro: “Cuando atormentas a la escultura, tiene su interés”,.
El escultor expone en Tabacalera hasta el 10 de noviembre 80 piezas que llegan a superar los 3.000 kilogramos de peso,.
El escultor Francisco Leiro, en la exposición 'Roteiro', en Tabacalera.
“Recuerdas esa pregunta tonta que nos hacíamos de pequeños: ¿Qué pesa más? ¿Un kilo de hierro o un kilo de paja…?”. Francisco Leiro
(Cambados, 62 años) no quiere ni por asomo que ese dilema infantil
pondere su propia escultura. Pero puede que lleve tratando de
responderse aquel enigma toda la vida. “De hierro, de hierro”, solían
contestar algunos. Caían en la trampa. Leiro no se ha zafado de aquellas
redes. Dentro de ese juego indeterminado y paradójico de despistes
entre la masa y el volumen, el artista gallego da vida a sus criaturas. El pasado viernes se lo planteaba mientras explicaba su obra Rollito de primavera.
“Da un poco de grima, ¿no?”, comenta mientras observa a la anciana que
se lleva un cuerpo que se resiste a ser raptado, envuelto en una especie
de alfombra. Está instalada en una de las esquinas de la Tabacalera, en Madrid. Ahí expone hasta el 10 de noviembre Roteiro,
80 piezas que llenan un espacio con suelos de resistencia a prueba de
algunos de sus trabajos: sobre todo cuando estos superan los 3.000
kilos. Entre la madera y el granito, entre el botín cautivo del bosque y
la artillería de la piedra oscura, Leiro busca y rebusca miles de
ánimas ambulantes. Pero se niega a explicar sus significados. "Pierde la
gracia”, comenta. Como no sabe, o no le da la gana modular la voz —“por
eso dejé de confesarme, porque no podía bajar el tono”, dice—, al
tiempo que ofrece alguna pista, se van uniendo a la visita un buen
puñado de curiosos. El propio artista los guía entre su obra sin quitarse la gabardina. Empieza por Leviatán:
una inmensa ballena que recibe en el vestíbulo, varada en su rocoso
esqueleto silueteado a favor de la ley de la gravedad. Sigue con sus Lázaros en fila,
todo un símbolo en su trayectoria: no dejan de salir de la tumba a base
esas piruetas que libran su propia batalla entre la vida, la
resurrección y la muerte. “Así resultan cómicos, si los hiciera más
grandes serían terroríficos. A veces, cuando atormentas a la escultura
tiene su interés”. Aparte del Evangelio, Leiro rastrea milagros entre la mitología clásica. Lo hace con Vulcano,
un guerrero carbonizado en movimiento. “Aquí, entre estas tuberías,
gana fuerza, aunque nos pueda parecer un fracaso este dios del fuego que
ha sido quemado por las llamas”. Al lado de aquella violencia tenebrosa
que mueve la figura queda el velo poético de Rosalía de Castro con Maio Longo,
una escultura que evoca el poema de la autora gallega: “Maio longo...
maio longo, /todo cuberto de rosas, /para algúns telas de morte; /para
outros telas de vodas”.
Dibujos de la serie 'Semilleros', de Francisco Leiro.
De los olimpos paganos a la literatura, de los maestros antiguos
holandeses, Van Gogh junto a su caballete transformado en ametralladora y
Goya con sus mamelucos a las vanguardias, las travesías de Leiro tratan
de explicar el mundo de hoy con herramientas elegidas sin renunciar
tampoco al azar: “A veces estoy trabajando sobre alguna figura sin saber
adónde me lleva y entra alguien en mi estudio que las elige por mí:
¡Coño, se parece a Colón! Y sigo por esa pista”. Lo dice ante una efigie del descubridor junto a otra de Marylin, a la
que reconocemos por su falda al viento tallada en madera de
pino.Empieza por un dibujo. “Como si fuera la caligrafía de lo que luego
sale”, asegura. La intención queda dentro de él: “No me gusta contarlo,
el espectador debe ver más allá de lo que yo proponga”. Llega a un toro
que persigue unos viandantes. El movimiento del animal, más etéreo,
recuerda a la escultura que luce a la entrada de Wall Street. “Se llama Moody's…
No tengo más que explicar, ¿verdad?”. Queda claro. Los años que Leiro
ha pasado en Nueva York catapultaron la carrera de este gallego que
decidió asaltar el mundo del arte con su ironía contundente y
voluminosa, sin renunciar a las raíces. Pero también le llenaron los ojos de atropellos no lejos del barrio
de Tribeca, donde vivió: “En ninguna parte he visto mendigos como
aquellos, nunca”, asegura. Hoy se refugia entre su estudio madrileño, un
taller de coches remodelado cercano a Las Ventas donde aparca el
movimiento locuaz y fantasmagórico de sus criaturas, y sus naves en
Cambados. Allí trata a menudo de desentrañar el nudo gordiano de su
identidad. “Voy y vengo”, comenta. Pero siempre queda algo suyo dentro
de ese peso relativizado por los volúmenes de sus alegorías.
TITULO:
Imprescindibles' estrena en La 2 - Adiós a Margarita Seisdedos, la gran matriarca ‘trash’ que cambió nuestra forma de entender la fama,. . Domingo -3-Noviembre ,.Domingo - -3-Noviembre a las 21:30 horas en La 2, fotos,.
Adiós a Margarita Seisdedos, la gran matriarca ‘trash’ que cambió nuestra forma de entender la fama,.
La
madre de la cantante Yurena (antes Tamara) ha fallecido a los 91 años y
con ella desaparece una de esas figuras de la televisión de los
primeros 2000 que cambiaron el panorama del corazón y calaron más hondo
de lo que parece,.
Tamara y su madre Margarita Seisdedos en la presentación de un disco de Los Caños en mayo de 2001.Foto:
Margarita Seisdedos ha muerto
a los 91 años. Reflejo alterado de la figura matriarcal que acompañaba a
su hija folclórica y le arrastraba los baúles, la diferencia entre
aquella escena flamenca y la de Margarita y su hija, María del Mar Cuena
(primero Tamara y actualmente Yurena) es que no se recorrieron tablaos,
teatros ni salas de conciertos, sino los platós de televisión de una
España que, en pleno año 2.000, estaba sentando las bases de como nos
relacionaríamos con la fama en el siglo XXI. Y esas bases las sentaron
ellas dos.
La
historia de Tamara en televisión es larga y digna de un guion que
resultaría difícil rodar, porque ningún productor lo daría por
verosímil. Ilusionada desde joven por triunfar en el mundo de la
canción, llegó a Madrid a finales de los noventa con sus maquetas bajo
el brazo y dio con una pandilla de aspirantes a famosos que entraron
como un torrente en la parrilla televisiva de las televisiones privadas
en el año 2000. Leonardo Dantés, Tony Gentil, Loly Álvarez, Arlequín… y
en medio Tamara, una mujer que solo quería cantar.
Hoy nadie cuestiona ese tipo de fama de Tamara y
su madre: desde las Kardashian en Estados Unidos a los Matamoros en
España, la fama por la fama cotiza, se valora y tiene su propia entrada
en Wikipedia sin que nadie frunza el ceño
Si Tamara perduró mientras todos aquellos otros personajes cayeron en
el olvido es porque había algo en ella que desarmaba: se lo creía de
verdad. Mientras todos los demás se presentaban como hienas en busca de
horas en televisión, Tamara se prestaba inocente y cándida a lo que
fuese esperando que, a cambio, le dejasen cantar alguno de sus éxitos
(ningún lector de más de treinta años podrá negar que se sabe los
estribillos de No cambié o A por ti de memoria).
Su forma de hablar, de moverse y de vocalizar y un aspecto a medio camino entre un bautizo en Santurce y una impersonator de Leigh Bowery
espantó al público biempensante que compraba discos de Alejandro Sanz.
Pero fascinó al resto: nunca habíamos visto a nadie así en televisión.
Figuras como Alaska, Carlos Berlanga, Boris Izaguirre o Agatha Ruiz de
la Prada la auparon a los cielos de la modernidad, en el underground madrileño se le dedicó una exposición y La Lunade El Mundo o la revista Zero le dieron sus portadas. Había nacido el tamarismo, una corriente de pensamiento que decía que no tenías que tener un talento especial para ser famoso, únicamente carisma.
Texto de Yurena/Tamara publicado en Facebook informando de la muerte de su madre.Foto: Facebook
Parte imprescindible de que todo aquello superase la condición de puro trash
y tomase visos de fenómeno de culto fue la aparición de su madre,
Margarita Seisdedos (su padre, que aparecía mucho menos en sus
aventuras, respondía al encantador nombre de Floreal). Margarita comenzó
como un sidecar que la acompañaba en los platós a ser parte central de
sus avatares.
Tamara/Yurena (se cambió el nombre en 2006 por problemas legales con Tamara Valcárcel,
la cantante de boleros) no solo profetizó la fama del siglo XXI por ser
famosa únicamente por su personalidad extraña, tierna y cautivadora,
sino porque su madre ayudó a romper la cuarta pared. Hoy damos ese
mérito a Sálvame,
cuyas cámaras entran y salen del estudio como si fuesen animales con
síndrome de déficit de atención, pero si el espectador medio español
supo cómo era un plato por detrás fue gracias a Margarita Seisdedos, una
persona tan magnética que las cámaras se giraban y se salían del
decorado para grabar sus reacciones cada vez que su hija se enfrentaba a
una entrevista.
Seisdedos no era una mujer precisamente discreta. Salmantina recia y
protectora, era habitual que los programas de corazón que invitaban a
Tamara/Yurena se viesen interrumpidos cuando ella entraba en plano como
un elefante en una cacharrería para poner orden si los periodistas se
propasaban con su hija. En un carácter muy de madre, que conectaba de
forma espectacular con las madres que estaban en casa, ella no solo daba
estopa para los colaboradores: a su propia hija también. “¡Tú no has
venido aquí a esto!”, le gritó una vez mientras tiraba del brazo
izquierdo de Yurena.
Era la televisión del año 2000: la barrera entre
fama y anonimato caía definitivamente. Nadie sabía por qué Tamara y su
madre eran famosas: no eran hijas, hermanas ni mujeres de nadie conocido
Mientras, de su brazo derecho tiraba un colaborador para que no se
fuese. El espectador, claro, vibraba. Era la televisión del año 2000: la
barrera entre fama y anonimato caía definitivamente. Nadie sabía por
qué Tamara y su madre eran famosas: no eran hijas, hermanas ni mujeres
de nadie conocido. Hoy nadie cuestiona ese tipo de fama: desde las
Kardashian en Estados Unidos a los Matamoros en España, la fama por la
fama cotiza, se valora y tiene su propia entrada en Wikipedia sin que nadie frunza el ceño.
Tamara/Yurena fascinaba porque se creía ese sueño de verdad, ¿pero
por qué despertaba tanto interés su madre? Un poco por lo mismo: porque
su cabreo siempre era auténtico. Margarita, como ha contado infinidad de
veces su hija, dejó su vida tranquila en Santurce (y se alejó también
de su marido) para acompañar a su hija y ayudarla a cumplir su sueño de
triunfar como cantante en la capital. Actuando como guardiana de los
anhelos de su hija (como decía W. W. Jacobs: "Ten cuidado con lo que
deseas...") azotaba con su bolso a los enemigos de Yurena –según la
leyenda, nunca confirmada por la madre ni por la hija, con un ladrillo
dentro–, les chillaba, les cerraba el portal en las narices. Y todo ese
episodio contemporáneo de slapstick era real. Si aquella
extraña pareja interesaba tanto era porque debajo de los gritos y los
bolsazos había un amor maternofilial firme como unos cimientos. Y porque
nada funciona en televisión como un sentimiento genuino.
En un carácter muy de madre, que conectaba de
forma espectacular con las madres que estaban en casa, ella no solo daba
estopa para los colaboradores: a su propia hija también: “¡Tú no has
venido aquí a esto!”
Madre e hija desaparecieron temporalmente del ojo público a mediados
de la década pasada. Yurena, ya con su nuevo nombre y aparcando
temporalmente su carrera musical, abrió un bar en el centro de Madrid.
Los que fuesen a Glam Street, situado en la calle Manuela Malasaña y hoy
ya cerrado, recordarán que su gran atracción no era solo ver a Yurena,
amable anfitriona que charlaba con todos los clientes, sino a su madre,
que esperaba mano sobre mano en el almacén hasta altas horas a que el
bar cerrase y acompañar a su hija a casa. Su última aparición en
televisión tuvo lugar en 2012. Desde entonces Yurena, que ha participado
en Supervivientes y Gran Hermano Dúo y lleva una carrera bastante sólida en el género dance
que nadie hubiese predicho hace quince años, la ha recordado siempre en
televisión y ha hablado sin tapujos del Alzheimer que sufría.
Esta mañana Yurena anunció la muerte de Margarita en sus redes sociales con un tristísimo mensaje. "Hoy mi vida ha estallado por los aires en millones de pedazos imposibles de recomponer",
escribió rota de dolor. Apenas horas después, lleva más de 2.400
mensajes de apoyo y la noticia ha sido recogida por los principales
medios de comunicación. El adiós a Margarita es inaudito para una mujer
que llevaba siete años sin aparecer en televisión y que, cuando lo
hacía, solo provocaba hilaridad. Hoy ya nadie se ríe.
TITULO:
De seda y hierro - Cómo un joven visionario animó a una poderosa relojera para recuperar su pieza más mítica ,. Domingo -3-Noviembre,.
El Domingo -3-Noviembre a las 20:20 por La 2, fotos,.
Cómo un joven visionario animó a una poderosa relojera para recuperar su pieza más mítica,.
El
Alpine Eagle de Chopard regresa por todo lo grande y demuestra que la
familia que hace relojes unida (y caso a sus nietos) permanece unida,.
Genealogía familiar de Chopard: de izquierda a derecha, Karl, Karl-Friedrich y Karl-Fritz Scheufele (abuelo, padre e hijo).
Los ocho tornillos del bisel redondo permiten reconocer el Alpine Eagle a primera vista.
Para entender el origen del Alpine Eagle, el nuevo reloj de Chopard,
hay que recurrir a la genealogía familiar. En la imagen superior hay
tres hombres: abuelo, padre e hijo. De izquierda a derecha, Karl,
Karl-Friedrich y Karl-Fritz Scheufele. El primero adquirió la relojera
suiza Chopard en 1963.
El
segundo se incorporó más tarde al negocio familiar y, en 1980, diseñó
el exitoso St. Moritz, debut de la empresa en la relojería deportiva
(hoy, descatalogado). Y el tercero, que aún está en la universidad,
entró hace poco en el despacho de su padre –hoy copresidente de Chopard–
y, animado por su abuelo, le sugirió que recuperara aquel diseño,
vigente a pesar de los años transcurridos.
El resultado de este conciliábulo familiar es el reloj Alpine Eagle.
Su nombre alude al águila alpina porque los Scheufele son amantes de la
montaña. Su aspecto recupera algunos elementos del extinto St. Moritz. Y
su mecánica es una demostración de la excelencia artesanal que ha
alcanzado Chopard bajo la batuta de los Scheufele. Nada como mirar al
pasado para encarar el futuro,.
TITULO: Noche Sexo - Monica y el sexo -Las relaciones,.
El viernes -1- Noviembre 0.40 / Cuatro, foto,.
Nueva entrega de ‘Mónica y el sexo’.-
¿Qué papel desempeña el físico en el mundo del sexo y las relaciones?
Esta es una de las preguntas que guiará la búsqueda de Mónica Naranjo
en esta nueva entrega de Mónica y el sexo, que comenzará con
una visita de la sexóloga Eva Moreno a casa de la cantante para
proponerle un ejercicio en el que tendrá que enfrentarse a su propia
imagen para deshacerse de las mochilas del pasado que le están
impidiendo avanzar. Además, Mónica visitará a un célebre cirujano
plástico para que le comente las motivaciones de los pacientes que se
someten a intervenciones estéticas. Su periplo continuará a miles de
kilómetros de distancia: acompañada por Ana y Miguel, Mónica viajará a
Brasil, donde conocerá a un editor de moda y visitará el estudio del
prestigioso fotógrafo Marcos Alberti, autor de la obra ‘The O Project’.
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