Los Nobel arropan a los refugiados - foto,.
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El Cuarteto tunecino reclama más diálogo en Siria y Libia. El presidente de la fundación sueca clama en la entrega de los premios contra «el nacionalismo y la xenofobia» que aún perviven en Europa,.
Los premios Nobel se entregan en la península escandinava. Oslo, primero, y Estocolmo después, se engalanan para recibir a los ilustres invitados y homenajear a las personas o instituciones que dedican su vida a intentar que este planeta sea mejor. Pero este año, los galardones más importantes del planeta 'olían' a humus, falafel y salitre; a pólvora y destrucción; a esperanza y jazmín. A esos olores que dominan el Mediterráneo, convertido en un mar de dudas, guerras y donde una pequeña luz brilla. Ese Túnez que recibió en Oslo su reconocimiento por el diálogo que ha convertido el país en una esperanza para todo el mundo árabe. Una frágil democracia, sí, pero democracia al fin y al cabo que el Cuarteto del Diálogo Nacional Tunecino -formado por el sindicato UGTT, la patronal Utica, la Liga Tunecina de los Derechos Humanos (LTDH) y la Orden Nacional de Abogados- quiere que se intente en Libia y Siria, dos países en destrucción y de los que están salen miles de personas que intentan llegar al norte del Mediterráneo huyendo de la guerra y de un futuro mejor. Pero Europa no cumple con las expectativas de ayuda. Solo 184 refugiados de los 160.000 previstos han sido reubicados. Los últimos 24, en Finlandia. Ante esta rigidez, el presidente de la Fundación Nobel, Carl-Henrik Heldin, hizo un llamamiento a que Europa actúe. En su discurso en la capital sueca, se mostró convencido de que su compatriota estaría enojado al comprobar que «el nacionalismo y la xenofobia» que cohabitaban en la sociedad europea de finales del siglo XIX todavía prevalecen en la Europa del siglo XXI. «Y con profundas consecuencias, como por ejemplo la incapacidad de las sociedades para ocuparse de la actual tragedia de los refugiados», exhortó Heldin ante los reyes Carlos Gustavo y Silvia, que presidieron la ceremonia. El máximo responsable de la institución recordó que Nobel era un defensor de los valores humanos fundamentales y que hubiera actuado «contra el radicalismo» de forma activa. Heldin no estuvo solo en la petición de una sociedad más sensible. Per Wätsberg, encargado de presentar a la ganadora del Nobel de Literatura, aprovechó la obra descarnada de Svetlana Alexiévich sobre la sociedad soviética para pegarla a la realidad. «Sus historias sobre la tenacidad y el valor de los desamparados son más apropiados que nunca», indicó Wätsberg antes de que a la autora de 'La guerra no tiene rostro de mujer' recogiera de manos del monarca nórdico el certificado económico del premio (ocho millones de coronas suecas, unos 860.000 euros), el diploma y la medalla conmemorativa. En el caso del Cuarteto tunecino, esa medalla se expondrá en el Museo Nacional del Bardo, donde un ataque del Estado Islámico dejó 25 muertos y más de 50 heridos el 18 de marzo de este año. Una lacra, la del terrorismo, que azota en cualquier lugar del mundo y que necesita la colaboración de todos los países. «Hoy estamos ante la necesidad imperiosa de hacer de la lucha contra el terrorismo una prioridad absoluta, que significa perseverancia sobre la coordinación y cooperación entre todos los países para agotar sus recursos», declaró Houcine Abassi, secretario general del sindicato UGTT. También denunció los «actos terroristas bárbaros y llenos de odio» perpetrados en los últimos meses en Túnez y en todo el mundo, de París a Beirut y de Sharm el Sheij (Egipto) a Bamako (Malí). La presidenta del comité Nobel, Kaci Kullman Five, quien aludió también a estos ataques, consideró que necesitan una respuesta unida de la comunidad internacional. «Porque la amenaza es esencialmente la misma para todos, debemos unirnos para combatirla», dijo delante de las personalidades reunidas en el Ayuntamiento de Oslo, entre quienes se encontraba el rey Harald de Noruega. El Cuarteto recibió este prestigioso premio por haber contribuido a salvar la frágil democratización de Túnez en 2013, organizando un largo y difícil «diálogo nacional» entres islamistas del partido Ennahda y sus opositores. Abassi también apostó por la eliminación de las zonas de conflicto en el mundo, entre las que se encuentra la enquistada situación en Tierra santa. «Necesitamos acelerar la eliminación de los puntos calientes en todo el mundo, particularmente la resolución del tema palestino y permitir al pueblo palestino el derecho a la autodeterminación en su tierra y construir su Estado independiente», comentó el líder sindical tunecino.
- TÍTULO: CAMPO Y CAZA - YO VENDO CASI TODO, PERO CUESTA CON LOS CARACOLES,.
Yo vendo casi todo, pero cuesta con los caracoles,.
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-foto--Fernando Baquero regenta una granja de cría de caracoles,.
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Atraído por el auge de la cría de caracoles, decidió poner una granja hace tres años y ahora estudia cómo sacarlos al mercado ya cocinados,.
Pintor de profesión, ante el temor a que la crisis se siguiera recrudeciendo en el sector de la construcción, Fernando Baquero decidió embarcarse en algún otro negocio que le permitiera una economía de apoyo al sustento familiar.
Pensó en la instalación de placas fotovoltaicas, pero desistió y «bendita la hora», recuerda ahora. Así fue cómo se interesó por la cría de caracoles, atraído por las voces que apuntaban a que se trataba de un negocio en auge, dada la gran demanda a nivel mundial.
Sin embargo, con casi tres años cumplidos del negocio, reconoce que no es oro todo lo que reluce.¿Por qué, Fernando, no va el negocio bien?Sí, el negocio no va mal, pero desde luego con una granja de caracoles pequeña, como la mía, de unos 1.500 metros cuadrados, no te da para vivir, es un apoyo, pero nada más.¿Y la inversión ha sido elevada?Pues la verdad es que sí, de unos 60.000 euros, y eso que el terreno es de mi familia. Y todo sin ayuda económica de ninguna administración, no he pedido ninguna subvención.¿Cómo llegó a tomar esta decisión?Pues escuché lo de los caracoles y me empezó a interesar. Leí que en Ciudad Rodrígo había una granja donde impartían unos cursos para la cría y me apunté. Estuve allí tres o cuatro días aprendiendo y allí mismo te vendían todo el material para montar una granja.¿Y se vende bien el caracol?Se vende, pero cuesta mucho trabajo. Yo vendo en muchos pueblos, pero cuesta venderlos. En Almendralejo sí tengo una clientela grande, de bares y restaurantes.¿Y qué mercado tiene el caracol?Ahora sólo lo puedo vender el caracol vivo, entonces la única salida es en pescaderías o a bares y restaurantes. Y claro, no duran muchas semanas vivos, así que el producto se estropea pronto. Por eso estamos preparando para poder venderlos cocinados, así lograríamos que el producto procesado dure más o menos un año. Así podría venderlos en tarros a supermercados y sería más rentable.¿Y qué trámites lleva?Uff, no me hables. Llevamos más de ocho meses en trámites. Lo que pasa es que como es un producto nuevo, pues lo está llevando el Instituto Intaex de Badajoz. Ellos son los que están haciendo los estudios sobre las muestras, los productos que lleva el cocinado, la caducidad, que ha de medirse en tiempo real. Porque no queremos aplicarles aditivos, queremos que sea un producto natural, así que ellos están probando a ver si se pueden pasteurizar, para que dure más el cocinado.¿Pero eso requerirá más inversión?Sí, yo ya tengo montada la cocina industrial. Ya tiene el visto bueno de los veterinarios de la Junta de Extremadura, del Ayuntamiento, ya tengo todos los permisos. Pero vamos a ver si así incrementamos los beneficios, porque se podrían vender mejor.¿Y a cómo se vende el kilo de caracoles?Pues a unos 7 u 8 euros el kilo, pero en primavera, que es cuando más producción hay, baja a unos 5 o 6 euros el kilo; y si lo podemos vender cocinado, pues ya subiría a algo más.Y una granja de caracoles, ¿necesita mucho tiempo?Pues la verdad es que sí, estás siempre liado, porque hay que desinfectar todos los meses; hay que cuidar el trébol, que es lo que comen y quitar la mala hierba que no lo deja crecer; hay que regar mucho, hay que echarle pienso todos los días, darles abono.¿El caviar del caracol es un mito?Le llaman caviar a las huevas de caracol, pero ese mercado es aún más selecto y requiere de otro tipo de granjas, porque se crían en mesas, no en la tierra.
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