Claves para organizar una fiesta perfecta -- foto,.
- Deja las celebraciones inesperadas convocadas por Whatsapp y organiza la fiesta del siglo. ¿Quieres triunfar? Usa la imaginación, las matemáticas, la botánica, la física...
¿Quieres saber cómo conseguirlo? Basta con recordar lo que nos han enseñado en las ciencias de toda la vida, pero aplicado a un ecosistema festivo. Con las reglas que te describimos a continuación aunque estés abierta al azar y a lo que surja, tu fiesta será legendaria. Porque ya sabemos que muchas veces prenavidad es mucho mejor que la Navidad...
Topografía
La ubicación condiciona todo lo demás. Busca un impacto agradable, pero sin pretensiones: mejor un espacio que puedas controlar a uno del que no puedas responder.
- Elige local perfecto: en invierno, si haces una fiesta, tiene que ser de interior, pero trata de contar al menos con un mínimo espacio en exterior. Evitarás peleas entre fumadores y no fumadores, y podrás disponer desde elegantes fuegos en bacinas metálicas a bellas mantas estampadas para contemplar la Luna: un detalle de lo más chic. Ten en cuenta que en los sitios cerrados el espacio se aprecia siempre más reducido si hay gente. Retira cuanto mueble consideres innecesario y crea zonas amplias por si surge un bailoteo.
- Restringe tu lista a tu espacio: es importante saber con qué espacio contarán tus invitados, y relacionarlo. Hay una regla que no falla: si vas a ofrecer, por ejemplo, un buffet libre y prefieres que se concentre solo en el salón, divide el número de metros cuadrados de los que dispongas entre cinco, y obtendrás el número ideal. Para 120 m2, 24 invitados.
Piensa en actuar como si fueras un jefe de Estado: mezclando la probabilidad con el sentido común. Conviene llevarlo todo estimado, pero no atado, porque el azar juega su papel y habrá imponderables a los que tendrás que hacer frente.
- Obtén la probabilidad de que tu fiesta sea (o no) un rollo: los invitados son el meollo y la clave del éxito. Tener una cuarta parte de invitados famosos (o populares) mantiene el nivel. Además, reserva una octava parte para aquellos que ni son vips ni tienen trabajo conocido, pero animan todos los saraos. Los amigos preferentes en los que confías no pueden superar el número de compromisos sociales que te interesen por cualquier motivo. Los solteros deseables tienen que superar en tres al número de amigas sin pareja. Con estas proporciones, tu fiesta será un completo éxito.
- Calcula cuántos fallarán (y los que se autoinvitarán): para esto, solo tienes que echar un vistazo a la lista de invitados: los casados con hijos muy pequeños, los muermos habituales, los que tienen problemas de timidez o los que no son socialités vocacionales pueden causar baja. En otro lado, los que tienen más caradura o los que no van solos ni al baño, posiblemente se traigan refuerzos de su propia cosecha. Trata de hacerte un esquema mental porque, tanto si tu fiesta resulta un desierto como si supera el aforo completo, los invitados te echarán la culpa a ti (aunque sea por la espalda). Algunos expertos en organizar eventos afirman que las entre el 10 y el 20% de los invitados no aparecen por el evento.
Existen varias reglas de cálculo que pueden ayudarte muchísimo en la organización efectiva de tu fiesta. Ya sea boda, merienda, noche loca o reunión con amigas, recuerda: los números son tus amigos, así que procura tenerlos bien presentes.
- Regla del número impar: jamás invites a un número par de personas, porque corres el riesgo de que alguien se quede solo (incluida tú, aunque tengas pareja) o que la dinámica de la fiesta no salga de las parejas. Las ventajas del número impar se multiplican en caso de que seas soltera: cuanto más hombre y menos posibilidades de que encuentren su media naranja haya, más varones te quedarán en la reserva si el primero que te interesa te falla. Poder elegir es un don. Que la fiesta tenga menos parejas establecidas multiplicará las posibilidades de diversión.
- Regla de la progresión de tres a 11: no olvides que, en caso de celebrar una cena sentados en vez de un cóctel, hay un número mínimo y un número máximo de comensales: que va del tres si solo sois dos, mejor ir a un restaurante al 11 (o 12 si es una cena toda de parejas y nadie busca ligar). Las cenas de tres son un error, mejor descartarlas o alcanzar los cinco, y a ser posible que al menos dos de las personas no se conozcan. Más de 12 es un lío: las conversaciones cruzadas suelen dejar a todo el mundo frustrado o indiferente. Recuerda que el objetivo de una fiesta es poner a gente en contacto.
- Regla de los conjuntos distribuidos: segmenta tu espacio en zonas diferenciadas que permitan un movimiento orquestado. Esto se consigue utilizando todas las partes viables de tu casa, desde la terraza a alguno de los espacios más íntimos, como dormitorios y baños (que puedes convertir en lugares de acción disponiendo, por ejemplo, diversas velas y arreglos de olor, a modo de experiencia olfativa). Es útil, por ejemplo, dividir la comida y bebida por zonas: una para los vinos y cervezas, otra para los cócteles y copas; en un sitio los entrantes y más allá los postres. Así obtendrás fluidos conjuntos humanos por afinidades de elección.
Los cuerpos son materia, y se relacionan entre ellos y con la energía. Así que usa sencillas normas para que tanto unos como otros, fluyan.
- Regla del embotellamiento nulo: evita las concentraciones, porque solo generan incomodidades. La primera norma es que el guardarropa no debe estar en el mismo sitio donde recibas, sino un poco alejado. A ser posible, trata de tener dos. Tanto al entrar como al salir, conviene ofrecer algo que distraiga la atención de tus invitados hacia otras zonas para que no haya aglomeraciones. Esto se consigue ofreciendo un cóctel de bienvenida y un pequeño obsequio a la salida. Por supuesto, los regalos deben estar dispuestos al alcance de la mano. Si hay que esperar para recogerlos, el colapso está asegurado.
- Ley de los decibelios justos: el umbral de percepción humano está en torno a los 20 hertzios. Muévete solo un poco por encima. Mientras se coma, mejor que no haya música. En los cócteles, la música debe ser un murmullo tan bajo como para que nadie pueda ni tararearla. Pero si lo que quieres es un fiestón de baile; acude directamente a la legislación de ruidos vigente tu ciudad. Que los vecinos no encuentren manera de denunciarte.
Se trata de que tus invitados disfruten del sabor de lo que les sirvas y de que tengan una mañana siguiente plácida.
- Ley de la combinación sustanciosa: Al menos un tercio de tus canapés (o uno de los tres platos que sirvas) tienen que sorprender a los invitados. No olvides que lo básico siempre funciona y que, al lado de lo más novedoso, un buen jamón o un buen queso es lo primero que desaparece.
- Ley de la inversión de elementos: lo sólido puede ser líquido. Y lo líquido, sólido. Reducciones de cualquier cosa solo quedan bien si las mezclas con su contrario. Vamos: que si haces una tortilla líquida, tendrás que acompañarla con un consomé sólido. Y todo, sea sólido o líquido, comida o bebida, ha de ser fácil de ingerir. Sobre todo si sirves lo que se llama un finger-buffet (pequeños bocados para comer con los dedos): que no manche, que no esté duro, que se pueda coger fácilmente, que no nade en salsa y que no se desmonte antes de llegar a la boca.
Una fiesta que te arruina financieramente será una fiesta para los demás, no para ti. Echa mano más de tu imaginación que del dinero del que no dispongas.
- Regla del contenido áureo: en una fiesta, el tiempo no es oro. Lo que es oro son los contenidos que la animen: desde la comida a los detalles, pasando por las pequeñas experiencias sensoriales que puedas ofrecer. Utiliza las pantallas de tu casa para proyectar imágenes en loop (en la red puedes encontrar desde fuegos artificiales a verdaderas piezas de videoarte). Que no tengan sonido y que se puedan ver rápidamente: no quieres que nadie se apalanque delante de un televisor. Propón juegos no muy largos o monta algún pequeño show propio, con tus hijos o tus amigas. La cuestión es actuar como el maestro de ceremonias de un music hall portátil. Si alguien tiene una habilidad desde hacer malabares a tocar la guitarra invítalo a mostrarla.
- Regla del máximo beneficio al mínimo coste: lo primero: no tienes que hacer caso a absolutamente todas estas normas, ni descapitalizarte para montar una fiesta de unas pocas horas. Traduce todo en una cuestión de imaginación. El dinero que gastes solo te quitará tiempo en la preparación; si lo planificas bien, puedes lograr lo mismo pero, eso sí, con un poco más de trabajo y dedicación. Recuerda que algo sencillo y efectivo es generalmente más apreciado que lo fastuoso, que puede llegar a ser hortera. Y si el esfuerzo de tu trabajo se nota, la gente te admirará más que si lo que se nota es que has tirado excesivamente de la tarjeta de crédito.
Nunca desperdicies lo que un frondoso punto verde puede hacer por tus invitados: da sensación de exuberancia y, con flores, el resultado es impresionante.
- Regla de la biodiversidad: salpica tu espacio de plantas aromáticas, para que la gente las roce o les llegue su sutil perfume por oleadas. La planta más exótica no es siempre la más mirada; trata de mantenerte en consonancia con la naturaleza y busca siempre especies que estén de temporada. Para que tu jardín o terraza luzca mejor, riégalo la mañana de tu fiesta, limpia las hojas de polvo y retira las que estén en el suelo.
- Regla del punto natural móvil: como anfitriona, debes brillar pero no acaparar la atención. Una de las últimas tendencias es que te compongas ese mismo día un pequeño tocado o corona de pequeñas flores: siempre sencillas. Sorprenderás y las flores te darán ese contrapunto que una joya no puede. Habla con algunas amigas de confianza no muchas y poneos de acuerdo para que también lleven un tocado. Crearéis un efecto fantástico.
-foto--Melania Knauss-Trump, ¿Una primera dama modelo?,.
La posible sustituta a Michelle Obama, la esposa de
Donald Trump (que ahora llega a la política) no convence a los
americanos de buena imagen para la Casa Blanca.
Lo infinito de sus piernas, lo generoso de su escote y la imagen que
la llevaron a ser chica sexy de portada no parecen ser el mejor
pasaporte para conquistar el cielo político de Estados Unidos. Paradójicamente, no da buena imagen.
De nada ha servido que Melania Knauss sea licenciada en Diseño y
Arquitectura por la Universidad de Liubliana, ni que hable inglés,
francés, alemán y esloveno. Sus coqueteos con el mundo del espectáculo le han pasado tanta factura que se ha visto obligada a quedarse en un segundo plano, después de pasarse media vida en el primero. Lo estuvo cuando se casó con Donald Trump vestida con un Dior que llevó 1.000 horas de trabajo ostenta el título de ser el traje nupcial más caro de la historia en Palm Beach (Florida) y ambos sellaron su felicidad con una tarta cubierta por 3.000 rosas.
Sin embargo, sus allegados insisten en que es muy hogareña y que prefiere quedarse en casa con su hijo Barron, de 10 años. De hecho, cuando el matrimonio inició la carrera a la Presidencia de Estados Unidos, la modelo declaró que ella iba a seguir los pasos de Betty Ford o Jackie Kennedy. Miss Trump quiere ser una primera dama tradicional.
Sería la segunda extranjera, tras la inglesa Louise, esposa de John Quincy Adams, y aquello fue en 1825; la primera "tercera mujer" de presidente, y la primera que ha posado desnuda en las revistas. Su mundo es el de las limusinas, los diamantes y el caviar, pero también el de las instituciones benéficas. Si se quiere ver en ella a una "buscadora de oro", aparece la esposa fiel y la madre entregada.
Melania Knauss-Trump promete glamour, el mismo que derrocha en su apartamento de la Quinta Avenida, con spa y vistas a Central Park. Hasta su altura (1,80 m) tiene la medida de los rascacielos. La pregunta es si sabrá poner los pies en la tierra de la mayoría de los americanos. Habrá que verla desfilar en esta pasarela.
Por sus palabras la conoceréis
"Si tú le das un consejo, él [Donald Trump] te escucha, pero luego hace lo que quiere. No se puede cambiar a una persona". (ABC News, noviembre de 2015)
¿Quién es?
- Nació en Sevnica, en la antigua Yugoslavia, hoy Eslovenia, en 1970.
- Es hija del encargado de un concesionario de coches y de una diseñadora de moda.
- Comenzó su carrera de modelo a los 16 años. En 1996 se mudó a EE.UU.
- Conoció al magnate norteamericano Donald Trump en 1998 y se casaron en 2005.
- Tiene nacionalidad estadounidense desde 2006.
- Ha lanzado una colección de joyas y otra de cosmética con caviar.
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