BLOC CULTURAL,

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lunes, 21 de diciembre de 2015

EL HORMIGUERO VIERNES 25 DICIEMBRE - PABLO ALBORAN CANTANTE,./ REVISTA CAMPO - QUESO DE OVEJA,.

TÍTULO: EL HORMIGUERO VIERNES 25 DICIEMBRE -  PABLO ALBORAN CANTANTE,.

-foto--Pablo Alborán anuncia un parón de dos años para ,recuperar una vida normal,.

Resultado de imagen de pablo alboran anuncia un paron de dos años, recuperar una vida normalEl cantante malagueño dice necesitar más tiempo para los suyos y para sí mismo lejos de los escenarios, los focos y la burbuja de la industria,.

Ser un estrella de la música y llevar una vida normal no parece muy compatible. Tan difícil es que Pablo Alborán (Málaga, 1989) renuncia a lo primero para tratar de conseguir lo segundo. Anuncia un parón de dos años alejado de giras, estudios, escenarios y actos promocionales para llevar una vida corriente. Así lo dijo, para disgusto de sus legiones de fans, el pasado sábado en el programa '¡Qué tiempo tan feliz!', que María Teresa Campos conduce en Tele 5. El cantante le dio la exclusiva a su paisana y confirmó que pretende dejar 'la carretera' durante 48 meses «para poder ser una persona normal».
Y eso supone dedicar más tiempo a su familia, a sus amigos y a sí mismo. Algo que ahora le impide la vorágine de un éxito creciente y que le ha tenido en ruta y en tensión permanente en los últimos años. «Hace un año que no quedo con mis amigos para cenar. Es muy difícil volver a ser yo», dijo. «Lo peor de la fama son los prejuicios y la ideas preconcebidas, y soy alguien muy normal que quiere recuperar su normalidad», le confesó a la presentadora malagueña un Pablo Alborán que también quiere tiempo «para estudiar». «En España pararé dos años», precisó, confirmando que atenderá algunos compromisos internacionales, como un recital en el Olympia de París o su cita con el Festival de Viña del Mar, en Chile.
«Llega el momento de parar, de buscar tiempo para mí, para mi familia, para el amor y para los amigos, que no he abandonado, pero casi. Y me duele por dentro. No tengo tiempo para ellos y lo voy a encontrar», dijo confirmando que su corazón está tranquilo. «Estoy bien como estoy, porque no hay nada mejor que la soledad elegida», precisó.
«Es el momento de parar, de recoger velas, de volver a encontrarme y regresar a la normalidad», insistía. «Lo he dado todo en cinco años y lo seguiré dando, pero necesito recuperar algo que ni si quiera he creado, una vida fuera de las cámaras, los escenarios y de este trabajo que me vuelve loco». «Hace falta descansar y que la gente también descanse», resumía.
«Dos años no son tanto. Necesito volver a estudiar guitarra, piano, leer, sentarme ante un ordenador y producir. La rutina es muy mala y la industria es muy rara. Te absorbe y te mete en un burbuja de la que es difícil salir. Soy muy inconformista y muy pesado conmigo mismo, y necesito romper con esa rutina, volver a enriquecerme para dar lo mejor de mí en próximos trabajos», dijo.
El cantante y compositor lamenta que el éxito y su exigencia le hurtaran esa normalidad perdida desde que se convirtió en un personaje de éxito global. En apenas cinco años de carrera, ha publicado tres álbumes de estudio y uno en directo y ha tenido que realizar agotadoras giras por España, América Latina y Estados Unidos.
'Solamente Tú' fue la canción que le catapultó a la fama en 2010, escalando al número uno de las listas de ventas en su primera semana en el mercado. Desde entonces, ha cosechado más de 30 discos de platino en Europa, 23 de ellos conseguidos en apenas dos años, dos de oro en América y uno en Portugal.


TÍTULO:  REVISTA CAMPO - QUESO DE OVEJA,.

 Vino y gastronomía
CÓMO HACER UN GRAN QUESO DE OVEJA (I) Buena leche, tratada con mimo...
JOSÉ VICENTE ALTAMIRANO-- foto
No vivo comiendo en restaurantes ni he estado jamás en el Noma (aunque sí en el MOMA de Nueva York pero esto no viene al caso porque aquí de lo que se trata es de queso) pero uno, dentro de lo suyo, algo ha hecho. Lo cierto es que durante mucho tiempo no he sabido resistirme a la tentación de pedir queso de postre, muy especialmente en esos restaurantes donde lo ofrecen muy orgullosos por ser de la tierra, artesanos y, aquí está mi debilidad, de leche cruda. Como hoy me he levantado de buen humor, mi Atleti sigue allá arriba, aunque el Estu está volviendo al más de lo mismo de los últimos años, he decidido hacer como requería, eso sí, vanamente, el señor Van Gaal y ser siempre "positifo" y nunca más (o menos) "negatifo".

Voy a entrar, virtualmente hablando, en una quesería de leche de oveja (por aquello de leche de cabra, manteca de vaca y queso de oveja) y dar mis ideas de cómo se debería fabricar un queso 'haut de gamme' que se pueda consumir en el chigre de la esquina de mi casa tanto como en el mismísimo Noma (es que después de haber leído el artículo de mi compañero y amigo Luis Gutiérrez, he quedado, como diría mi admirado Marcos Mundstock, "oc-sesionado" con ese restaurante).

Lo primero; la leche. Bueno, en realidad lo primero son las ovejas, pero eso lo damos por sentado. Ganado sano (nunca insistiré lo suficiente) y controlado sanitariamente.
Y limpieza, mucha limpieza, no solo como resultado de medios adecuados como de una mentalidad desarrollada y sensible a algo tan importante como es la garantía sanitaria de un alimento. Y de la propia condición de uno mismo, por si no se ha entendido.

La fábrica? Normal, con inoxidable en todo lo que esté en contacto directo con la leche y con la posibilidad de madera o plástico en las cámaras de maduración. Pero eso será más adelante.

Y que, una vez separada la leche (como cuajada) del suero, ambos sigan caminos totalmente opuestos y, más aún, muy diferentes. Y diferenciados.

Dos ordeños, como corresponde, y en lo posible (y recomendable) mezclar la leche de la tarde con la de la mañana siguiente.

Que por qué? Porque si ordeñamos correctamente (¡y con máquina!) y pasamos la leche por un filtro (¿que hay una centrífuga para higienizar? pues qué bien, pero decididamente no tan necesaria) y enfriamos a 8/10º C y la dejamos durante la noche, ésta experimentará una cierta "maduración" que la hace más apta para ser transformada en queso, ya que las bacterias propias de la leche cruda de buena calidad son ligeramente proteolíticas y preparan el campo para el desarrollo de las bacterias lácticas de los fermentos propiamente dichos.

A la mañana siguiente se mezcla la leche "madurada" con la leche fresca y ya podemos ponernos manos a la obra.

Cómo medimos si la leche está bien? Con un pehachímetro, elemento de gestión de calidad fundamental y que no debe faltar en ninguna quesería y que nos dirá, si el valor ha bajado alguna décima, que todo va según convenido. Sugerencia: olvidar la medida de acidez Dornic porque, como algunos políticos, dice una cosa mientras la realidad es otra. En todo caso, pH y acidez Dornic a la vez, hasta que cada uno se convenza por si mismo de lo arriba mencionado.

Calentar suavemente...

Bueno, pues nada, a llenar la cuba. ¿Calentamiento en la misma cuba o con un calentador a placas? Cualquiera de las dos opciones vale si se hacen bien. Nada de calentar rápidamente si es con la camisa de la cuba porque se quemará la leche en las paredes y se tardará más en llegar al valor correcto. Ni poner una bomba centrífuga sobredimensionada.que machaque el glóbulo graso de la leche, tan frágil a esa temperatura y cuya rotura ocasionará pérdidas de rendimiento y (como me he cansado de ver y probar) rancidez en el producto madurado.

¿Agregamos cloruro cálcico? Para nada, la leche de oveja está suficientemente mineralizada por sí misma y lo único que lograríamos es desestabilizarla químicamente sin que eso nos traiga ninguna ventaja.

¿Y fermento? Mi recomendación es que sí. Y mi sugerencia es que sea un fermento "homemade" hecho a base de suero o mejor, mucho mejor, de leche. Y cómo? Ahí va lo que durante años hice en la lejana tierra mía. Se cogen unos pocos litros de leche (no más de medio litro por cada 100) y se los pasteuriza muy suavemente hasta 62ºC durante 10 minutos, se los enfría a 35ºC aproximadamente y se los deja durante la noche bien resguardados y a esa temperatura. A la mañana siguiente habrán acidificado hasta un pH menor de 5,00 y tendrán un aroma muy limpio, láctico y como a yogur. Allí habrá flora láctica acidificante (estreptococos) y de maduración (lactobacilos)"•de la casa", que es lo más natural que pueda haber.

Con buen criterio y "savoir faire" se podrá preparar cada día lo que infinidad de empresas, universidades y centro tecnológicos intentan fabricar desde hace tiempo: fermentos puros a partir de cepas autóctonas. Cuando, y no soy de verdades absolutas, el secreto está en el equilibrio natural de la diversidad. En fin….

Bien, ya casi está todo preparado. Hemos calentado la leche a la temperatura de coagulación, en mi opiníon de 32/33ºC ligeramente hacia arriba y no hacia abajo, para tener mejor estructura del grano y corresponde medir el pH de la leche justo antes de añadir el cuajo, porque éste y no otro es el momento cero de la fabricación.

El cuajo que se utiliza o utilice es un interesante punto de discusión.

Obviamente, siguiendo la senda de la naturalidad, lo lógico sería un cuajo de cordero, pero hay que tener en cuenta que estos cuajos son de animales mayores y por lo tanto hay presencia de pepsina y lipasas que darían unos sabores anómalos la primera y muy picantes la segunda.

Personalmente soy partidario (y prescriptor) de un cuajo puro de quimosina, para que la ardua, lenta y noble tarea de madurar el queso quede bajo la "responsabilidad" de los equipos enzimáticos de las bacterias (tanto las del fermento como las propias de la leche cruda) y, en menor medida, de las enzimas propias de la misma leche.

Agregamos pues el cuajo, debidamente diluido, agitamos rápida y eficazmente para que se mezcle íntimamente, transcurrido lo cual detenemos la agitación hasta que la leche quede en completo reposo y a esperar…etc,.

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