BLOC CULTURAL,

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domingo, 24 de mayo de 2015

DESAYUNO - DOMINGO - CENA - Alejandro Sanz: CANTANTE,./ 7 DIAS CITAS - NOCHE LARGA - El rábano por las hojas,.

TÍTULO : DESAYUNO - DOMINGO - CENA - Alejandro Sanz: CANTANTE,.

-fotos-Alejandro Sanz: "Hacienda dice que soy un contribuyente ejemplar. He enmarcado la carta"

Tengo 46 años, 20 premios Grammy, y he vendido 23 millones de discos en casi 25 años de carrera. 'Sirope' es mi último álbum. En julio empiezo el Tour 2015, mi gira por España. 

XLSemanal. ¿Sirope es un título muy empalagoso para un disco en el que no para de pedir que lo quieran? 
Alejandro Sanz. [Ríe]. Es que, si no pides, no te dan.
XL. ¿Tiene problemas con las mujeres?
A.S. ¡Nooo! [Ríe]. Es un título un poco irónico, en la portada se ve que estoy harto de tanto dulzor, de tanto jarabe.
XL. Si no le pregunto si tiene el corazón partío, ¿empiezo bien?
A.S. Muy bien, pero estoy orgulloso de esa canción. Prefiero haber escrito 'Corazón partío' y no 'La vaca lechera', aunque 'La vaca...' seguro que ha dado mucho más dinero.
XL. Tres mujeres y cuatro niños, ¿va a seguir la colección?
A.S. Los hijos no se coleccionan: son una bendición... y tendría más. En la medida de lo posible, trato de arreglar el problema de natalidad en España.
XL. Estas 13 canciones han sido seleccionadas entre más de 40, ¿quién lo ayuda a escoger las mejores?
A.S. Nadie, serían demasiadas opiniones. La música es como el fútbol: todo el mundo sabe.
XL. Forofo del Madrid, vecino de Cristiano y fan de Casillas, ¿sufre...?
A.S. ¡No!, ¿qué pasa, eres del Barça? Ahí vamos, son unos fenómenos.
XL. A los ocho años lo trajeron a vivir a Moratalaz, ¿y no hay quien le quite este acento andaluz?
A.S. ¡Como la denominación de origen! Soy madrileño de Cádiz, el acento es parte de mi esencia y viaja conmigo.
XL. Vive a caballo entre Miami, Madrid y su casa de campo en Jarandilla de la Vera, ¿dónde paga impuestos?
A.S. Siempre he tenido mi residencia en España, estoy empadronado en Madrid y pago aquí todo: no hay dinero que compre el dormir tranquilo. Me han revisado hasta la saciedad y tengo incluso una carta de Hacienda que dice que soy un contribuyente ejemplar. La he enmarcado [ríe]. Me siento español, me gusta serlo y aquí me siento muy querido.
XL. ¿Se ha arrepentido de tanto tatuaje como se ha hecho?
A.S. No, se arrepienten los del anclita. Estos tatuajes están muy pensados y forman parte de mi vida. La mayor parte de ellos son dibujos de Picasso.
XL. Es de la quinta del Rey, que suele ir a sus conciertos, ¿le ha mandado ya el disco?
A.S. ¡Uy! De hoy no pasa que se lo envíe. Felipe VI nos representa fuera de España mucho mejor que la mayoría de los presidentes que hemos tenido.
No es lo mismo...
Desayuno,.
 «Por la mañana, según me despierto, solamente tomo zumo de naranja y café. Nada más. Cuando me levanto, no me entra nada sólido». 

 Cena - Carne + verduras, pan, beber agua, postre platano,. 

 TÍTULO:  7 DIAS CITAS - NOCHE LARGA - El rábano por las hojas,.

Chema Madoz: Emociones instantáneasfoto,.


Decía Ortega y Gasset que una de las cosas que más congoja le causaba era ver cómo los españoles (y por extensión el resto de personas, añado yo) tienen «la inveterada costumbre de tomar el rábano por las hojas». Según él, «apenas hay cosa, circunstancia o hecho que sea justamente valorado: la gente tiende a dar una grotesca importancia a lo insignificante y, en cambio, los hechos verdaderamente representativos y esenciales apenas son notados». Eso escribió hacia 1922, y da la impresión de que ahora, en un mundo tan trepidante y lleno de acontecimientos como el nuestro, se ha vuelto ya la única forma de percibir la realidad. No porque nos hayamos vuelto más frívolos, bobos o poco reflexivos que también, sino porque, literalmente, no da tiempo a más. De cualquier hecho que pueda tener lugar, ya sea escandaloso, trágico o luctuoso, cada cual saca una única precipitada lectura. Lo curioso es que este fenómeno de rabanismo sirve a personas de una u otra inclinación política para arrimar el ascua a su particular sardina y explicar lo ocurrido a conveniencia. Pongamos un ejemplo de hace un par de semanas. El de Toya Graham, ¿la recuerdan? Es esa madre de Baltimore que consiguió convertirse en trending topic mundial porque sacó a su hijo adolescente, literalmente a cachetadas, de una manifestación contra la violencia policial. De inmediato, los que denuncian la injustificable escalada de muertes de detenidos a manos de la Policía vieron en la señora Graham a una madre que intenta proteger a un hijo porque no se siente amparada por el sistema. Otros, en cambio, prefieren verla como una nueva Rosa Parks, es decir, la mujer que, negándose a ceder su asiento en el autobús a un hombre blanco, marcó el principio de la lucha contra la segregación racial. Existen además otras lecturas menos políticas, más sociológicas, digamos, como la de los que aplauden sus expeditivos métodos educativos diciendo que un soplamocos a tiempo evita a los padres y también a los hijos muchos disgustos en el futuro. En el extremo opuesto están, por supuesto, los que se horrorizan y consideran que el chico debería denunciar a su madre inmediatamente por maltrato. Y por fin, sabiendo que Toya Graham se confiesa madre soltera de cinco hijos, están los que piensan que su situación familiar anómala es producto de las paternalistas y, según ellos, nefastas políticas del estado de bienestar creadas por los demócratas para subsidiar a personas como ella.
¿Quién tiene razón? Cada uno está convencido de que su punto de vista es el único posible.
Por eso, me ha parecido interesante oír en la radio hace unos días que, en un instituto de Madrid, los profesores han propuesto a los alumnos hacer debates en los que se los invita a defender un punto de vista concreto sobre cualquier tema de actualidad, y empezaron por elegir este. Lo más significativo de la propuesta, sin embargo, no es que se invitara a los jóvenes a debatir quién tenía razón y quién no, sino que la propuesta consistía en repartirse los roles de modo que cada alumno tuviera que defender, no la propuesta con la que se sentía más identificado, sino la contraria. En el caso del bofetón de Baltimore, por tanto, les tocaría adoptar la postura de los que están a favor de que los padres apliquen un correctivo corporal de vez en cuando. O la de los intransigentes que sostienen que hay demasiadas madres solteras viviendo de los subsidios. Siento no haberme quedado con el nombre del instituto que propone este ejercicio, pero le doy mi enhorabuena. Tener que defender una tesis que no es la propia, sino la contraria, una que les parece reprobable, o incluso impresentable, no solo sirve para ampliar las aptitudes dialécticas, expositivas y polemistas de los alumnos, sino que los ayuda a comprender que hay varios modos de ver una realidad, incluso de ver una tragedia o una injusticia. Y, por extensión, les hace comprender también que por muchas hojas que tenga el rábano lo sustancial casi nunca está a la vista, sino al alcance solo de aquellos que eligen no quedarse en la superficie.

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