TITULO: Juego de Niños - LA BOMBILLA ,. Sábado -15- Julio,.
Juegos de niños,.
Sabado -15- Julio a las 22:00 por La 1, foto,.
Juego de Niños - LA BOMBILLA,.
LA BOMBILLA,.
QUIÉN JUEGA: NIÑOS-AS.
EFECTOS FÍSICOS: AGILIDAD.
DESARR. ANATÓMICO.
EDAD: 8-10 AÑOS.
ORGANIZACIÓN: 6-10 JUGADORES.
MATERIAL: TIZA.
TERRENO DE JUEGO: PATIO-GIMNASIO....
DESARROLLO DEL JUEGO: Se dibuja en el suelo una figura
geometrica con tiza, "la bombilla"; un jugador se coloca en el centrode
ella en posición de pídola y pide nombres de.....(animales, paises,
colores....).
El resto, en un orden establedido, van saltando en pídola y dicen un
nombre de animal, pais...., dando tres pasos tras el salto y
permaneciendo quietos en el sitio. Cuando uno repite nombre o no sabe
ninguno, se pone el de pídola.
Una vez que todos han saltado y están dentro de la bombilla, el
jugador que la liga grita "bombilla" y todos corren intentando salir de
la bombilla antes de ser atrapados por el jugador que la liga, que
pasaría a ligarla.
TITULO: LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE - Otro Bécquer al que amar ,.
LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE - Otro Bécquer al que amar , fotos,.
Otro Bécquer al que amar ,.
Qué mejor para el verano que un bolsilibro clásico. Damos fe de que la editorial Binomio toma el concepto de su colección de bolsilibros al pie de la letra: este volumen cabe en la palma de la mano y, sin ningún esfuerzo, en cualquier bolsillo. Se trata de una recopilación de cinco textos cortos de Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) que datan de la segunda mitad del siglo XIX y llegan catalogados como cuentos, aunque convendría matizarse alguno como artículo, tal vez no tanto algún otro como leyenda: «Memorias de un pavo», «¡Es raro!», «Un tesoro», «La pereza» y «El aderezo de esmeraldas».
Gustavo Adolfo Bécquer
Binomio
2023
96
7,95 €
Da título al libro el primero de todos, «Memorias de un pavo», fechado en 1865, que es también el año del nacimiento del segundo hijo del escritor sevillano. Narra la trágica vida de un pavo decimonónico, redicho y bastante existencialista, que acaba trinchado en una mesa de Pascua. Su voz de ultratumba conmueve al mismo auditorio, que no duda en comérselo apenas se ha enjugado la lágrima con el pico de la servilleta, y el autor justifica sarcásticamente tamaña falta de compasión con «la fuerza de la necesidad y la costumbre».
El siguiente relato, «Un tesoro», está protagonizado por dos hombres muy ilusos, don Restituto y su compañero, «un verdadero apóstol de la arqueología», que se afanan mano a mano en una excavación que, desde el principio, pinta muy utópica, al lado del único mesón
de un pueblecito. El mesonero, prosaico y con los pies en la tierra, da al traste con todas sus vanas esperanzas de hallazgos y les esclarece, por ejemplo, que es un botón de la casaca de un realista lo que ellos toman por la medalla de oro del rey Asex que le falta a la gran colección numismática de un museo de Londres. También les desengaña en relación al descubrimiento que hacen a golpe de azada de un vaso que resulta ser menos etrusco de lo que parecía. Tal vez los héroes protagonistas sean un trasunto del propio Gustavo Adolfo y su hermano Valeriano durante sus andanzas compartidas por los alrededores del monasterio de Veruela.
«¡Es raro!» constituye la más larga de todas las narraciones. Cuenta la historia de Andrés, acaso el propio sosias del escritor. Es un joven hipersensible y desengañado con el amor, que sufre lo indecible con los padecimientos de los tópicos de un romanticismo que ya toca a su fin entre los coetáneos. Pone de manifiesto la incomodidad de Bécquer con el corsé romántico y su casi modernismo.
Sigue el relato más corto, «La pereza», donde el autor hace escarnio del pecado capital glosándolo como virtud a través de una hilarante oda que es pura ironía. Destacan la frescura y el refinado humor que gasta, a los que pone colofón en «El aderezo de esmeraldas», de 1862, que es también el año de una de sus más aclamadas leyendas, «El rayo de luna», y del nacimiento de su primer hijo. Es una metaficción deliciosa, evocadora del amor cortés, que recrea el ensueño de un joven en torno a una bella dama y a la preciada joya con la que quiere agasajarla. Ella es una musa inalcanzable a la que respeta con veneración y por la que es capaz de batirse en duelo a muerte.
Son todos estos una serie de escritos muy poco conocidos de Bécquer, ante todo, el poeta del amor, al que hemos alzado como nuestro gran posromántico idealizado. El natural encumbramiento lírico a través de su obra mayor le ha dejado ligado a nuestros ojos, prácticamente en exclusiva, a sus famosas Rimas y leyendas, de las que mantiene el tono intimista. Sin embargo, este librito, que no alcanza las 100 páginas, le descubre cierta anticipación simbolista y surrealista y, sobre todo, revela la fuerza de su pluma satírica, que forjó como periodista implicado en la sociedad de su tiempo.
TITULO: EL CLUB COMEDIA - Larry David. ¡No os vengáis arriba! ,.
Larry David. ¡No os vengáis arriba! ,.
foto / Larry David,.
Como cada primer jueves de mes les traigo una serie de hora de comer, de rato libre o de noche de sábado sin plan. Un lugar liviano, divertido, de capítulo corto, pero con mucho fondo bajo apariencia intrascendente: Curb your enthusiasm, que tienen disponible en HBO Max con el nombre de su protagonista, Larry David.
Las historias de Curb your enthusiasm transcurren en su mayoría en Los Ángeles y nos cuentan la vida de ese ser, Larry David, creador de la exitosa serie Seinfeld, en sus intentos por sobrevivir a la vida de guionista y productor medio retirado, marido, amigo y ser humano, si me apuran. La forma de grabación —cámara en mano— y la actuación de David —improvisada— hacen que la frontera entre realidad y ficción se difumine. Un día a día de ese ser quijotesco que es Larry David, quien zarrapastroso, neurótico, un tanto cretino y miserable, se gana, capítulo a capítulo y a golpe de cascarrabismo, un huequecito en nuestros corazones. Un poco como nos pasa con los gruñones, que en el fondo tienen algo de adorables.
David, sujeto no apto para señoras, madres ni suegras, es ese tipo incapaz de tolerar la más mínima imposición social; que no soporta —no puede— las pequeñas concesiones culturales de nuestro tiempo como, por ejemplo, cantar el cumpleaños feliz, y que es capaz de perder una amistad, de ir a la cárcel y enfrentarse al mundo por defender su punto de vista. Pero Larry David termina siendo ese nosotros pequeñito que, de vez en cuando, aparece imaginariamente sobre nuestros hombros y grita: «¡pero es que el mundo se ha vuelto loco!», llevándose las manos a la cabeza. Porque Larry David, admitámoslo, dice todo eso que nosotros nos callamos por educación, cortesía o, sencillamente, cansancio.
Ese Curb your enthusiasm que tan irónicamente titula la serie bien podría traducirse al castellano como: «oye, no te entusiasmes tanto» o, más coloquial, «¡tío, no te vengas arriba!».
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