TITULO: DESAYUNO CENA FIN SABADO - La matemática del espejo - Mariano Avilés ,.
DESAYUNO CENA FIN SABADO - La matemática del espejo - Mariano Avilés , fotos,.
Mariano Avilés ,.
Mariano Avilés es reelegido como presidente de Asedef,.
( Desayuno )
La asamblea general de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico (Asedef) decidió que Mariano Avilés vuelva a presidir la misma durante los próximos cuatro años, con lo que será la cuarta vez que repite en el cargo de esta asociación constituida en 1998, que se ha constituido como un observatorio para tratar de tener una buena legislación sanitaria y en concreto en lo que se relaciona directa o indirectamente con el mundo del medicamento.
(Cena )
Tras su reelección, Avilés anunció que para el 2014 se presentará una nueva edición del ‘Curso Básico de Derecho Farmacéutico, 100 cuestiones esenciales’; se celebrará el III Foro de Debate Farmacéutico; se pondrá en marcha una nueva edición del ‘Curso Básico de Derecho Farmacéutico Online’; y se dará comienzo a la colaboración junto al Instituto de Legislación Farmacéutica en tareas de formación y análisis jurídico.
Al tiempo que se produjo la reelección de Avilés, la asamblea general de Asedef también eligió a su nueva junta directiva que regirá la institución jurídica. En este sentido, desde Asedef se precisó que “con la renovación del comité científico comenzará una nueva etapa de desarrollo de Asedef, que ya el pasado año se constituyó en centro de mediación para los conflictos de sanidad”.
TITULO: CARTAS AL CIELO - Despedida de Carlos Osoro Cardenal Carlos Osoro Sierra: «Siempre he hecho lo que entendía que me pedía la Iglesia»,.
Despedida de Carlos Osoro Cardenal Carlos Osoro Sierra: «Siempre he hecho lo que entendía que me pedía la Iglesia»,.
Repasamos con el arzobispo emérito de Madrid algunos de los hitos de su ministerio
episcopal,.
Hace tres semanas que el Papa aceptó su renuncia como arzobispo de Madrid. ¿Ha hablado con sus hermanos?
Sí,
hablamos todas las noches. Es una costumbre de familia. Cada día uno de
nosotros se encarga de llamar a los demás. Así nos enseñaron mis
padres.
¿Qué le dijeron?
Ellos tienen ganas de que
descanse, esté más con ellos y tenga tiempo. Siempre han estado
preocupados del trabajo que he tenido y de mis tareas recorriendo media
España. Comparten alegría porque esté más tiempo con ellos. Apenas he
pasado tiempo con ellos. Ni siquiera en verano les he visto mucho.
Pasaba una semana con ellos y me volvía a Madrid. Aquí hay mucha gente
que no tiene vacaciones y yo creía conveniente quedarme con la gente que
se quedaba aquí.
Usted nace en Castañeda, Cantabria. Ahora mismo tiene algo más de 2.000 habitantes. ¿Cómo era cuando usted era niño?
Paso
por allí cada año, por la colegiata. Para saludar a Nuestro Señor y
para dar un beso a la pila bautismal donde me entregaron lo mejor de mi
vida, que ha sido la vida de Jesucristo Nuestro Señor.
No recuerdo mucho cómo era. En cuanto tuvimos una edad para ir a estudiar, mis padres, que tenían un piso en Santander, nos mandaron allí a vivir. Aunque volvíamos en ocasiones a ver a la familia. Tenía una fábrica de mantequillas y quesos; una tienda, que en la época hacía de supermercado…
Usted entra en el seminario de vocaciones tardías…
Después
de acabar la carrera, había comenzado a dar clases en la Universidad de
Cantabria. Me dirigía espiritualmente con un jesuita de la comunidad de
Santander. Estaba ya dándole vueltas a ser sacerdote. Había hecho
ejercicios en Pedreñas, que para mí tiene una singular consideración en
mi vida. Fue allí, haciendo unos ejercicios, cuando lo decidí. Tendría
22 o 23 años.
Eso hoy no sería tan tardío.
¡Es verdad! En ese
seminario había personas de 70 y 80 años. Había uno que había sido
general y que después quería ser sacerdote. Había gente mayor.
¿Siempre tuvo inquietud por la vida religiosa?
En
mi casa siempre hubo un clima religioso. Era normal rezar el rosario
juntos, si estábamos por allí. Un clima cristiano. Recuerdo una canción,
de cuando yo era pequeño: «una familia que se quiere como se querían en
Nazaret». Mi experiencia es esa: nos hemos querido. Ahora mismo los
hermanos seguimos unidos y nos llamamos a diario.
De alguna manera, siempre había pasado por mi vida la idea de ser sacerdote. Lo que pasa es que lo vas dejando. Fue cuando comencé a dar clases frente a los alumnos que lo hablé con mi director, jesuita, de quien tengo un recuerdo entrañable. Una vez que terminaron las clases marché a verle, porque yo había sentido algo especial. Me parecía bien lo que enseñaba, era válido para los chicos. Pero me parecía que podía entregarles algo mejor. Recuerdo que le dije que tenía una necesidad especial de ser sacerdote y de entregar mi vida para regalar no solo conocimientos —que son necesarios—, sino el conocimiento de Jesucristo con la predicación y el testimonio de mi vida.
¿Cómo lo recibió su familia?
Recuerdo que era
verano y estábamos en el pueblo. Se lo conté a mi madre y me dijo que
fuese a contárselo a mi padre. Él estaba en el garaje, limpiando el
coche. Dejó la manguera y me dijo: «Lo que vas a hacer es muy serio. No
andes jugando. Si tomas la decisión, tómala con todas las consecuencias.
Y, si no, vale más que no entres». Estas son sus palabras exactas. Y me
dijo que hiciera en conciencia lo que tuviera que hacer.
El próximo 8 de junio, el cardenal Carlos Osoro comenzará su nueva vida como arzobispo emérito de Madrid.
26 años como obispo y casi nueve años de ministerio pastoral en la capital son toda una vida dedicada en cuerpo y alma a la Iglesia, «sin condición de tiempo». Nos recibe en la que aún es su casa. «Estaba rezando», dice. Su agenda se ha reducido estos días y tiene más tiempo para orar y descansar mientras termina de preparar la maleta para su próximo destino.
Después de 50 años, es la decisión correcta.
Y
muy agradecido a Dios, que me ha dado muchas cosas que ni imaginaba que
podría vivir cuando fui sacerdote. A mí me ordenan en Santander y, al
año de ser cura en Torrelavega, donde trabajé con jóvenes
fundamentalmente, el obispo me nombra vicario general de la diócesis
para hacer trabajo pastoral y de gobierno. Allí estuve hasta que me
nombran obispo de Orense y después arzobispo de Oviedo.
Oviedo la conocía porque era la archidiócesis a la que pertenecía estando en Santander. Allí me tocó de administrador apostólico de Santander mientras llegaba don Vicente Jiménez. Y luego me enviaron a Valencia y a Madrid. He recorrido del norte al sur de España.
Nadie entra a sacerdote pensando en ser obispo…
Yo
lo que quería era ser sacerdote. Era lo que el Señor me pedía. Pero es
verdad que desde siempre he estado en cargos de gobierno. Pero ha sido
también una gracia de Dios, porque me ha dado a conocer la Iglesia desde
dentro, por dentro y me han enriquecido muchísimo los lugares donde he
estado. Una experiencia que nunca podré agradecerle lo suficiente a
Dios. Pero, al mismo tiempo, tengo que pedirle perdón por todas las
meteduras de pata que seguramente he tenido en todo mi itinerario.
¿La vocación de sacerdote es la misma que la de obispo?
Creo
que sí. En otras dimensiones y compartiendo la de sacerdote con tu
obispo. Y, después, siendo obispo, te toca marcar la entrega y la
dirección. Pero fundamentalmente, creo que es la entrega total de tu
vida. Que no guardes nada para ti, que lo entregas todo. Y eso es muy
bonito. Al final de todo un itinerario de vida, uno examina si de verdad
la ha entregado. Santander, Orense, Oviedo, Valencia, Madrid… y la he
dado con gusto. Siempre he entendido que hacía lo que el Señor, a través
de la Iglesia, me iba pidiendo. Una Iglesia que es mi madre. Lo mejor
de mi vida me lo ha dado ella: mi vida de fe, la vida de Jesucristo, el
ministerio sacerdotal, el ministerio de obispo… todo me lo ha dado ella.
¿Usted esperaba ser nombrado obispo?
¡En mi vida! ¡Nunca se me hubiera pasado por la imaginación! Yo lo que había deseado siempre era ser sacerdote.
¿Cómo fue esa conversación con el nuncio?
Era un
día que llovía muchísimo en Madrid. El nuncio me pedía que viniese a
verle. Lo que no sabía yo es que era para ser obispo. Yo había hecho
unos cursos de verano en el seminario de Santander. Yo pensaba que me
iban a decir alguna cosa de algo que se hubiera hecho y que yo no me
había enterado. Recopilé todos los programas… iba totalmente preparado
por si me decían alguna cosa.
¿Pensaba que le iban a regañar?
Por si habían
hecho alguna cosa de la que yo no estaba enterado. Cuando llego a
nunciatura, aparece el nuncio todo sonriente… «El Santo Padre le nombra
obispo de Orense». ¡Y yo apenas conocía Orense! ¡Pero fui feliz! Fueron
unos años de una felicidad plena. Una gente a la que recordaré toda mi
vida. Todas las veces que diga que son buenas gentes es poco. Para mí ha
marcado mi vida como obispo siempre. Siempre digo, y lo digo de verdad:
me enseñaron a ser obispo. Y se lo agradezco profundamente.
¿Qué aprendió allí?
La capacidad de amar que
tienen los orensanos. Allí sentí cariño. Sentí que les era importante, y
necesario. No tanto por las cosas que decía, sino por la fe que tenían.
Me lo he llevado siempre y les quiero con toda mi alma.
En todos lugares donde he sido obispo he sido feliz. La entrega de tu vida para anunciar el evangelio como sacerdote supone entregarla con todas las consecuencias, sin poner condiciones ni de lugar, ni de tiempo, ni de nada. Y a mí eso me ha servido. He sido muy feliz en todos los lugares en que he estado.
No puedo decir en qué lugar he sido más feliz. En Orense me sentí querido, acogido, valorado… nunca podré agradecer todo lo que me dieron. Pero lo mismo fui en Oviedo. Yo sucedí allí a don Gabino Díaz Merchán, que había sido un gran arzobispo y no era fácil aquella sucesión. Y los ovetenses me la facilitaron. Me sentí muy reconocido por la Santina de Covadonga. En los años que estuve en Oviedo, todas las semanas sin tener un día fijo subía a Covadonga. Daba igual la hora, más de una vez a medianoche, cuando todo el mundo estaba durmiendo, yo estaba abajo, en el pozo, rezando el Rosario. Covadonga fue para mí un lugar de descanso, de esperanza y de aliento para protagonizar mi ministerio episcopal en Asturias.
¿Y de Valencia?
Me llevo el corazón de los
valencianos. Desde el principio sentí un singular cariño de los
valencianos hacia mi persona y hacia mi misión. Fueron años de respirar
el amor de los valencianos.
¿Qué le ha llenado más de ser obispo? ¿Qué le ha costado más?
Lo
que más me ha llenado es saber que lo que tenía que entregar en los
lugares diversos en que he estado, que son distintos, es que yo estaba
en la misión del amor de Jesucristo a los hombres. Y eso he tratado de
dar a entender. Y de hacerlo de maneras diferentes en los distintos
lugares en los que he estado. Distintos por la historia de la Iglesia
particular de cada lugar, por las circunstancias concretas… yo no puedo
elegir entre mamá y papá. ¡No! ¡Yo he querido a la Iglesia! Con sus
rostros. Y todos los lugares me han capacitado para no guardarme nada
para mí.
Puedo decir que nunca miré por mí mismo. Nunca me miré a mí. Miré las necesidades de la Iglesia concreta en que yo estaba sirviendo: con su historia, su dinamismo, sus realidades concretas de fe, sus oscuridades… eso es lo que un obispo tiene que acoger. La Iglesia no es un ente abstracto.
He estado bien sirviendo a la Iglesia. En unos sitios fue más fácil, porque te daban más aplausos y en otros ha sido más difícil. En el fondo, está mal, pero a todos nos gustan los aplausos. Y cuando tienes que entregar la vida sin aplausos siempre cuesta más, pero es más valioso y para mí ha sido lo más entrañable.
Nueve años de pontificado en Madrid, ¿cómo valora esta última etapa?
Quizá
lo tendrían que valorar los cristianos. Mi vida ha sido una entrega
incondicional. No me he reservado absolutamente nada para mí. Ni mi
tiempo. En verano me iba una semana y volvía. Y paseaba por los barrios,
que me daba un conocimiento mayor de Madrid, porque podía ir solo, ver
las realidades, a la gente… A veces he vivido situaciones que me han
ayudado a descubrir las necesidades más profundas del ser humano.
Sería para mí una negación de lo que soy yo si no diese gracias a Dios por todas las posibilidades que me ha dado y por este último tiempo que me ha dado aquí en Madrid. Donde he conocido realidades hondas del ser humano, de lo que sufre, de lo que le hace feliz… sobre todo de los sufrimientos.
Estos años le ha tocado vivir también la crisis de los abusos, que ha marcado la vida de la Iglesia. Usted monta Repara como respuestas, ¿cómo vivió estos años este asunto a nivel personal?
Repara
fue una decisión muy personal mía. Inmediata. Naturalmente me apoyó el
equipo de gobierno, pero fue una decisión mía. He estado muy atento a
las situaciones que se han vivido. Siempre es desagradable ver los lados
oscuros de la Iglesia, de quienes formamos parte de ella. A veces
entramos a la Iglesia personas que la estropeamos, la oscurecemos… y a
veces cuesta dar brillo a la Iglesia que Nuestro Señor ha hecho.
Hay quien pone el celibato como causa de los abusos…
Me
parece que es absurdo eso. El celibato te ayuda a olvidarte de ti. Los
demás son lo más importante. Especialmente los que más sufren, los que
más necesidades tienen. El celibato, si lo vives mal, te puede convertir
en un ser humano inaguantable, porque lo vives para ti mismo. O te
puede hacer un hombre con una capacidad especial para tener los brazos
abiertos para acoger a todas las personas: los que creen, los que no,
los que disparan contra la Iglesia, los que dan mal ejemplo desde
dentro… pero qué bonito es tener esa apertura de vida, donde todos
tienen significado para ti. Y por los que das la vida.
La experiencia te hace ver que el olvido de uno mismo y dar la vida por todos los hombres te da una magnitud, una hondura y un horizonte de vida que solo te lo da Jesucristo a través de la experiencia del celibato.
Hace tres años salía a la luz el caso Fundaciones. Hace pocas
semanas, se exoneraba al arzobispado de responsabilidad en ello. Eso
fue un momento duro de su pontificado.
La verdad, aunque
tarde, siempre sale a la luz. Yo doy gracias a Dios de que esa verdad
haya salido. Yo no tengo nada que ver en ningún aspecto negativo. Te
hace sufrir, porque, a veces, sin comerlo ni beberlo, te ves envuelto en
estas cosas. Pero creo que Nuestro Señor siempre ayuda a que triunfe lo
que es verdadero. La mentira no llega muy lejos. Puede triunfar un
tiempo, pero no llega muy lejos. A mí me ha servido, porque me ha
purificado y me ha hecho más humano. Hay mucha gente que sufre en las
mentiras y en las medias verdades, que a veces es peor. Doy gracias a
Dios porque ha puesto las cosas en su sitio, que estaban bien hechas
desde el principio y hay quien intenta estropearlas. Les perdono,
también.
Otro rasgo de su episcopado ha sido su preocupación por los más vulnerables.
Yo
siempre he tenido las puertas abiertas de mi casa y de mi corazón para
recibir a todos los hombres y, especialmente, a quienes más lo
necesitaban. ¿He llegado a todos? Posiblemente no, porque es imposible. Y
menos en Madrid, que es tan grande. Pero ciertamente yo he recibido a
cantidad de personas en todas las situaciones de todo tipo: de pobreza
absoluta, quizá de riqueza grande, pero de pobreza personal terrible… yo
doy gracias a Dios. Seguro que no he llegado a todos, porque no puedes
llegar, pero no tengo conciencia de haber cerrado la puerta a nadie.
Estamos en medio de un periodo electoral largo… con la tensión social con que se vive ahora.
Es
bueno que tengamos preocupaciones sociales: la emigración, los pobres,
los vulnerables… Le diría a todo el mundo que se detenga en el núcleo de
la vida humana. El corazón de la vida humana es que vivamos para el
otro, que construyamos al otro. Y no se puede construir al otro buscando
solo los egoísmos personales o las propias posiciones ideológicas. Hay
que regalar una manera de ser y de vivir que no solamente cree futuro,
sino también presente y nos dé capacidad de dar la mano a todas las
personas. Y es verdad que hay muchas maneras. Pero ser cristiano da una
manera especial de ser.
La diócesis queda en manos de don José Cobo, que ha sido auxiliar suyo. ¿Han podido hablar?
Él
sabe lo que yo pienso, lo que yo he querido. Creo que tiene capacidad
suficiente para relanzar la vida de la Iglesia que camina en Madrid de
la forma que crea más conveniente. Nunca me meteré en lo que debe hacer.
Yo le entrego lo que he hecho. Puedo decir que he entregado la vida. No
tuve tiempo más que para Madrid. Eso entrego. Mis capacidades.
He escrito mucho y he intentado que no fuese la mera palabra, sino lo que yo experimentaba en mi vida, con todos los fallos, por los que pido perdón cuando he fallado. Pero he intentado entregar mi vida y gastarla en Madrid y sus gentes con todas las consecuencias: los que creen y los que no. El Señor me los regaló y los puso en Madrid, y a todos he querido llegar. Dios sabe lo que he hecho.
¿Echará de menos vivir en comunidad con los obispos auxiliares?
¡Seguro!
Yo estoy acostumbrado a vivir en común. En Orense y Oviedo viví en la
casa sacerdotal, en Valencia vivía siempre con gente en el arzobispado.
Supongo que ahora me acostumbraré a estar más solo. ¡Pero solo no voy a
estar! Intentaré estar con la gente, ir a rezar con la gente en el Niño
del Remedio. Allí estaré rezando por Madrid y por la gente que vive y
camina en Madrid, por los cristianos para que anunciemos al Señor y por
los que no conocen al Señor para que se les haga presente en su vida.
¿Ya sabe de qué irán sus próximos libros?
Me gustaría escribir dos uno sobre la formación de los sacerdotes. También sobre espiritualidad. Uno de mis primeros libros fue A la Iglesia que amo
(editorial Narcea). La Iglesia es mi madre, son mis entrañas, es la que
me ha dado todo, en la que he caminado y vivido. Quiero escribir sobre
ella.
TITULO: 3 RAZONES CON - Cocina - Bar David - Hamburguesa de cordero,.
3 RAZONES CON - Cocina - Bar David - Hamburguesa de cordero, fotos,.
Hamburguesa de cordero,.
Una opción sabrosísima con una carne de calidad excepcional
Las hamburguesas son una forma de comer carne de cordero que te ofrece infinidad de posibilidades para probar con distintas especias, salsas y acompañamientos. Con verduras, queso, patatas, beicon o con lo que te desees. ¡La ventaja de prepararlas en casa es que las puedes hacer a tu gusto! La carne de cordero es una de las carnes más jugosas y sabrosas ya que es rica en ácidos grasos saturados. Atrévete a comer una hamburguesa diferente y repetirás.
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Tiempo de preparación
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Tiempo de cocción
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Tiempo total
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Comensales
4
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Calorías
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Categorías
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Ingredientes
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1 tomate
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canónigos
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panes para hamburguesa
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4 hamburguesas de cordero
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PARA LA SALSA DE MOSTAZA
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1 chalota
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15 g de mantequilla
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225 g de nata
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1 c/s de brandy
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25 g de mostaza en grano
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sal
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pimienta negra
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PARA LA CEBOLLA CARAMELIZADA
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1 cebolla
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aceite de oliva
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50 g de azúcar
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1 c/s de vinagre
Preparación
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Preparamos la salsa de mostaza. Picamos la chalota y la sofreímos con la mantequilla. Cuando esté dorada, añadimos el brandy y dejamos hervir unos segundos antes de incorporar la nata. Reducimos hasta que se espese ligeramente e incorporamos la mostaza en polvo. Mezclamos bien y añadimos la mostaza en grano. Salpimentamos y dejamos hervir hasta que tenga el espesor deseado.
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Preparamos la cebolla caramelizada. Cortamos la cebolla en juliana fina y pochamos con una cucharada de aceite de oliva. Cuando esté bien blanda, incorporamos el azúcar y dejamos que se caramelice. Finalmente añadimos el vinagre y lo dejamos hervir durante un par de minutos más.
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Cocinaremos las cuatro hamburguesas en una sartén con parrilla. Mientras tanto, cortamos el tomate en rodajas, tostamos los panes y lavamos los canónigos.
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Colocamos el tomate y los canónigos sobre el pan, encima la hamburguesa y añadimos la cebolla caramelizada sobre la carne. Ponemos salsa de mostaza al gusto.
TITULO: POLICÍAS EN ACCIÓN - Los disturbios en Francia desbordan a Macron,.
Los disturbios en Francia desbordan a Macron,.
La cuarta noche de violencia tras la muerte de un adolescente por un disparo de la policía acaba con 1.311 detenidos, aunque disminuye la intensidad de la protesta,.
foto / El primer ministro indio Narendra Modi ha sido el gran protagonista de este 14 de Julio en Francia. Un invitado de honor para un Día de la Bastilla que ha marcado el 25º aniversario de la asociación estratégica Francia-India, según ha indicado el Elíseo en un comunicado oficial. Pero la visita de Modi no se ha ceñido a la pompa y la alfombra roja este viernes en París, las armas, los contratos multimillonarios y las críticas también han tenido un papel relevante en esta estratégica invitación del 14-J. Oficialmente, la invitación de honor a India es en homenaje al más de un millón de soldados indios que participaron en la Primera Guerra Mundial, 74.000 de los cuales murieron durante el conflicto. Pero a nadie se le escapa que hay otros intereses detrás.
Macron ha condecorado a Modi con la Gran Cruz de la Legión de Honor justo al mismo tiempo en que se revelaba que India ha dado su principio de acuerdo para la compra de 26 aviones caza Rafale y tres submarinos Scorpène. La visita de Modi con todos los honores demuestra que Macron quiere obtener una posición privilegiada con un invitado cada vez más cortejado por los países occidentales tanto por su potencial económico como su eventual rol de contrapeso a China. Fuentes de la presidencia francesa habían destacado antes del tradicional desfile en los Campos Elíseos “el carácter ineludible de India en los grandes asuntos mundiales” recordando que se trata del país más poblado del mundo y la quinta potencia económica global. Para India, Francia es el segundo país en su lista de vendedores de armas, solo por debajo de Moscú. Una relación comercial que beneficia tanto a Nueva Delhi, en su objetivo de robustecer sus reservas militares y consagrar su posición como una potencia en ascenso, como a París, en su cometido por reactivar su industria manufacturera en infraestructura militar.
Músculo militar
La novedad de este año en el desfile ha sido su apertura con una animación de 80 músicos de distintos países, España entre ellos, con los que Francia tiene alianzas. En la demostración aérea han participado 68 aviones, también de los ejércitos indio, británico y belga. El terrestre lo han abierto 240 soldados indios. El recuerdo a Ucrania también ha estado presente en este 14J con el paso de cañones Cesar y carros de combate de los que Francia ha enviado a Kiev como apoyo ante la invasión rusa. A la llegada de Macron al palco presidencial se han escuchado algunos abucheos. Tras el tradicional desfile, Macron y Modi han mantenido un encuentro en el Elíseo. Al cierre de esta edición, ambos líderes se preparaban para asistir a una cena en un marco incomparable para sellar su renovada amistad: el museo del Louvre con la presencia de decenas de personalidades que se encargan de engrasar las relaciones entre Nueva Delhi y París en diversos ámbitos.
Críticas de los derechos humanos
Pero la visita de Modi como invitado de honor también ha generado críticas, particularmente por el historial de abusos de derechos humanos de su administración nacionalista hindú. En un artículo de opinión en el diario francés Libération dirigentes ecologistas y de la coalición de izquierdas han criticado la decisión de Macron. Si bien reconocen la importancia de los lazos geoestratégicos y las relaciones bilaterales, los firmantes de la columna señalan que se necesitaría a alguien "totalmente ignorante del contexto político interno actual del subcontinente, o completamente cínico para convertir al Sr. Modi en el invitado de honor de la República Francesa en su día más simbólico". Describiendo la invitación de Macron como "cínica", la columna señala que "el país de Mahatma Gandhi y nuestra 'patria de los derechos humanos' merecen algo mucho mejor". A esta crítica se le une la de numerosas ONGs como Human Right Watch.
La visita de Modi se ha desarrollado hasta el momento con calma en el plano de la seguridad. El Ejecutivo galo temía la reactivación de los disturbios durante la noche de este jueves y la del viernes. Un dispositivo de 130.000 gendarmes vigila todo el territorio nacional y muchas localidades, por miedo a altercados, han suspendido los festejos del tradicional 14 de Julio. El comercio y transporte de pirotecnia ha sido prohibido durante este fin de semana y sólo se permite al personal encargado de los ayuntamientos. Aún con todo la noche del jueves dejó 97 personas detenidas y 200 vehículos quemados, cifras que el ministerio del Interior relativiza.
India ya había sido país invitado de honor por este motivo en 2009 y vuelve a serlo este año en conmemoración también de los 25 años de asociación estratégica franco-india. Cooperación que se asienta en numerosos pilares, que de hecho se inició en 1953 y se firmó oficialmente en 1988, centrada en cuestiones de defensa.
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