Lemming, el pequeño gigante del norte,.
foto / En los Alpes escandinavos nos encontramos con el lemming, un
pequeño roedor que sólo habita aquí y que en invierno sólo se alimenta
de musgo. El 75% de ellos son hembras y al partir del mes ya son
fértiles llegando a las 12 crías por camada, lo que provoca una
superpoblación cada cuatro años.
Sus
cifras de inversión marean, los puestos de empleo que se anuncian son
elevados, y lo mejor de todo es que cada proyecto supera en número al
anunciado anteriormente. Los hay exóticos, como el complejo budista de
Cáceres o el de ocio de la Siberia, y otros de sectores más arraigados
en la región, como el gran matadero de ibérico (que ya comienza a ser
una realidad). Los hay controvertidos, como las minas que tienen el
rechazo de los grupos conservacionistas, y también de energías
renovables, sobre todo con plantas fotovoltaicas, que han recibido
críticas igualmente por su acumulación y por los pocos puestos de
trabajo que supuestamente generan. Sin embargo, estos proyectos, que en
un cálculo muy prudente suman una inversión de 6.000 millones de euros,
también traerían consigo una importante creación de empleo, 500 en la
fábrica de litio que se prevé en Badajoz, 200 en la mina de Cáceres y
otros tanto en la azucarera proyectada para Mérida. Mención aparte
merece el proyecto Elysium City por la magnitud de los números que
anuncia. Pese a que el proyecto ha sido recibido por la opinión pública
con gran escepticismo, en julio salía a exposición pública. Entre los
inversores, los hay extremeños, como los que impulsan el matadero de
Zafra, y otros venidos del mismo Nepal, países árabes o Estados Unidos,
todos ellos atraídos por las condiciones que ofrece la región, tanto
naturales como de estabilidad social, y el empeño del gobierno regional
por abrirse a cualquier oportunidad. No hay duda de que de salir todos
para adelante, incluso de forma parcial, cambiarían la realidad
económica de la región, que además se conectaría a sectores de futuro
como las renovables o minerales como el litio que se antojan
fundamentales para los próximos años. Pero falta lo principal, que se
hagan.
Se ha empezado a construir en unos terrenos de la dehesa boyal zafrense. Los primeros movimientos de tierra comenzaron a mediados de julio y se confía que la instalación cárnica esté concluida a finales del próximo año. Es posible que no llegue a tiempo para la montanera 2021-2022 pero el sector da por bueno que al fin vaya a desarrollarse una industria de ese tipo que nace con unos números sobresalientes.
Son unos 20 millones de inversión para una previsión inicial de empleo de 60 trabajadores, que rondará el centenar cuando alcance el máximo potencial de actividad. El matadero permitirá el sacrificio de hasta 3.000 animales al día (2.168 guarros como cifra más baja).
La previsión inicial es sacrificar 142.500 cochinos al año en Zafra, tanto para atender a las necesidades de los ganaderos e industriales extremeños como a los de Andalucía e incluso Portugal. Se podrán sacrificar 240 cochinos a la hora, a lo que hay que sumar 120 cerdos despiezados en ese mismo tiempo.
A partir del primer año de funcionamiento se irán matando más animales. Serían 213.750 cerdos en una segunda fase; 256.500 en la tercera y se alcanzaría la cifra tope de 468.000 sacrificios anuales, con previsión de posible ampliación en los terrenos comprados en la dehesa boyal de Zafra.
Contempla una inversión de 425 millones de euros y 200 puestos de trabajo directos. Se pretende ubicar en el parque industrial Expacio Mérida, ocupará 974.133 metros cuadrados. La capacidad anual de procesado es de 5.400.000 toneladas de remolacha azucarera y 900.000 de azúcar moreno.
Fuentes de la Administración autonómicas trasladaron el año pasado que el proyecto seguía adelante aunque la prioridad era finalizar la planta que la compañía construye en Egipto.
De otro lado, el Tribunal Supremo está pendiente de dictaminar sobre la legalidad de las bonificaciones aprobadas en 2017 por el Ayuntamiento de Mérida a grandes proyectos empresariales. El Consistorio aprobó la modificación de las ordenanzas relativas al impuesto sobre bienes inmuebles, el de actividades económicas y el de construcciones.
La documentación presentada ante la Junta mantiene unas cifras extraordinarias, superiores a las que se ofrecieron en la presentación pública del proyecto en diciembre de 2018.
Se registró hace un año pero se le ha requerido a sus promotores información añadida y aclaraciones. Una vez admitida la solicitud, en la tercera semana de julio se constituyó la comisión que deberá evaluar la propuesta en un mes.
La promotora de Elysium City es Cora Alpha, empresa de John Cora, exdirectivo de Disney, y Francisco de Borbón. El sevillano Francisco Nuchera se mantiene como socio clave. Hace veinte años promovió la construcción de un campo de golf en el municipio. No salió adelante pero fue el germen de una actuación que hoy tiene a disposición 800 hectáreas de las más de 1.000 requeridas.
La inversión tendría un impacto sobresaliente en materia de empleo. La documentación recoge 30.000 puestos de trabajo en la construcción (solapados entre las dos fases) y unos 26.000 en la explotación y posterior mantenimiento.
Este proyecto se ha topado con un gran rechazo tanto social como del Ayuntamiento de Cáceres, que ya ha denegado el cambio de uso del suelo que pidió la empresa para poder ejercer la actividad extractiva. Aun así, Infinity espera por un lado poder conseguir los permisos necesarios por parte de la Junta y por otro convencer a las autoridades municipales, para lo cual lleva meses embarcada en una intensa campaña tanto a nivel local como ante las instituciones europeas, que consideran la fabricación de baterías para automoción una industria estratégica para la UE.
El otro proyecto de extracción de litio, que a día de hoy parece tener más opciones de salir adelante que el de Cáceres, es el que la compañía Lithium Iberia (antes Jesampa) tiene en el yacimiento de Las Navas, en el municipio cacereño de Cañaveral. Espera poder obtener en los próximos meses el permiso de explotación para extraer y refinar el mineral durante 19 años. Su previsión es crear unos 400 puestos de trabajo directos entre la mina y la planta de transformación, si bien la empresa no ha detallado por el momento cuál es inversión prevista para poner en marcha este proyecto. Lleva gastados unos tres millones en los trabajos previos.
En este verano han comenzado, por ejemplo, los trabajos para levantar dos grandes fotovoltaicas. Una en la provincia de Cáceres (Ceclavín) y otra en la de Badajoz (Valdecaballeros). Entre ambas, 420 millones de inversión, con lo que esa cantidad implica para las arcas de sus ayuntamientos, y la contratación de 1.500 trabajadores
Este centro, que los promotores quieren convertir en un foco de atracción para el denominado turismo espiritual, tendrá además de la estatua un templo con residencia para 20 monjes, miles de metros cuadrados de jardines y otras instalaciones como biblioteca, centros de artesanía o salas de meditación. Además, cada uno de los 12 países que participan en el proyecto dispondrá de terrenos para construir su propio pabellón.
Falta por conocerse en qué suelo se ubicará el complejo, un terreno que en principio será cedido bien por el Ayuntamiento o bien por alguna de las fundaciones cacereñas que se han prestado a colaborar.
Los planes de Phi4tech pasan por un desarrollo modular de la planta, de manera que comenzaría con una inversión inicial de 80 millones y una producción de 2 MW para unos 200 empleos directos, y en función de la demanda iría creciendo hasta alcanzar en una fase final los 10 GW y los 400 millones. Sus clientes potenciales serían tanto la industrial de la automoción como las plataformas de generación de energías renovables.
Phi4tech realizaría la inversión inicial con fondos propios y el apoyo de entidades financieras interesadas en el proyecto (ha sonado el Santander). La empresa calcula que podría iniciar la producción 20 meses después de recibir los permisos.
A
una madre no la para nadie: tras la decepción sufrida por no haberme
podido encontrar con el emérito en Sanxenxo, me planto en Madrid
dispuesta a hablar con Letizia y solucionar lo de nuestros hijos. Lo del
casorio, digo. Pues no la he pillado. Se ha ido a Marivent con Felipe y
las niñas, y no vuelve hasta el 18 de agosto. Y eso sí que no, reina,
que yo a Palma no voy, que me queda poca ropa interior limpia. En fin,
asumámoslo: no habrá boda real entre Leonor y mi heredero, que lo que no
puede ser, no puede ser, y además es imposible. Y que si mi chiquillo
se tiene que casar con quien él quiera, pues qué se le va a hacer.
También es verdad que este país ha perdido mucho al no tenerme de suegra
madre. Pero ya está. Se acabó. Chimpún.
Como tantos otros, Letizia se ha ido de Madrid. No queda nadie aquí. O casi nadie: ha salido mucha gente, pero ha entrado poca. «Nada, que no hay turistas», se queja un vendedor de souvenirs de Gran Vía. Y es cierto, apenas hay. Está raro Madrid. Como si, agotado tras unos días infinitos, se hubiera desmaquillado y desecho de los tacones, del vestido ajustado, de la faja. En bragas, frente al espejo, quedan sus cicatrices a la vista: calles vacías, hoteles y teatros cerrados, comercios, bares y locales que se alquilan o se traspasan. Me esperaba, o quería esperarme, un Madrid verbenero, el de 'La Virgen de agosto', la película de Jonás Trueba en la que Itsaso Arana pasea por la ciudad pasando calor (mucho calor, un calor insoportable, pesado, denso), buscándose y encontrándose entre limonadas, farolillos y chulapos. Pero ese Madrid no existe. Al menos, este año.
Por
la mañana, vamos temprano a la Plaza Mayor. Sentados en una cafetería,
los coleccionistas de sellos abren sus carros de la compra, sacan sus
álbumes, se los enseñan unos a otros, comparan, discuten. Nos ven
llegar. «Por lo menos, hoy ya hay turistas», dice uno de ellos. También
es turista la única cliente del chico del 'free tour'. Jóvenes los dos,
el chaval le describe la Plaza Mayor con detalle. Sus manos se mueven
señalando la estatua ecuestre de Felipe III, pero sus ojos no se apartan
de los de ella. Al final del día, cuando se despidan en la Puerta de
Alcalá, acabarán dándose cuenta de que se han enamorado. Porque
enamorarse en Madrid es fácil. Y enamorarse de Madrid, también. Yo me
enamoré de la ciudad antes de conocerla, a distancia, porque la viví a
través de las revistas y de las películas, porque todo lo que sucedía
allí quería que me sucediera a mí, porque Madrid era todo lo que yo
quería ser. Soñé con ella muchos años, hasta que me di cuenta de que era
mucha tela, de que servidora había nacido señora de provincias en vez
de chica de capital. Ahora, cuando le pregunto al heredero qué va a
estudiar, él me responde: «Lo que sea, pero en Madrid». En mi casa, la
tontuna y los amores pasan de madres a hijos.
Tampoco decepciona el Prado. Ni la guía del museo: parece que se haya intoxicado esnifando amarillo de cadmio. Qué subidón. Qué frenesí. Qué lujuria pictórica. Le pone más Tintoretto que a mí Michael Fassbender. Cuando llegamos a Velázquez, ya es el desparrame. Y, frente a Goya, el éxtasis final. Menos mal que la mascarilla le aplaca los gemidos. No es para menos: todas las obras maestras del museo están reunidas en la Galería Central. A la guía le ha dado el mismo stendhalazo que si me metes a mí en una marisquería y me das manga ancha y un cascador, que cada una tiene sus filias.
– ¿Qué hacéis?, pregunto a una chiquilla a la que le cuelgan unos aros de las orejas en los que se podría columpiar una familia de cacatúas.
– Esperar para subir a la terraza del hotel, que hay una vista de Madrid súper guay en la última planta.
Y subimos, claro, que no voy a ser yo menos que la de los aros cacatúos. Y sí, hay una vista súper guay, pero mejor es la que tenemos a nuestro alrededor: ellos, pantalón corto y camiseta reventona; ellas, vestido de boda por lo civil o mono morcillero y cortísimo sobre andamios. Son el quiero y no puedo de las noches madrileñas. Como la pareja sentada en la mesa de detrás: el tipo, repeinado y rumboso, pide una botella de vino blanco. La camarera le entrega la cuenta. «¡Uy, es carísimo!», dice su acompañanta. «No importa. El dinero viene y va, pero el amor verdadero es para siempre», contesta el donjuán. El tipo se creería Porfirio Rubirosa si supiera quién es Porfirio Rubirosa.
Es lo que tiene Madrid, que a todos nos da el derecho de creernos quienes no somos: a los seductores de medio pelo, a las chiquillas de aros gigantes en las orejas, a las columnistas periféricas que nos atrevemos a hablar de una ciudad que hemos soñado más que vivido. Porque hoy, mirando Madrid desde la planta 27, he pensado que sí, que iban a hacerme emperatriz de Lavapiés, y a alfombrarme con claveles la Gran Vía, y a bañarme con vinillo de Jerez. Ya ven, qué tontería. Por cierto, ¿eso que hay allí abajo es una lavandería? Pues mira, voy a aprovechar para poner una lavadora de ropa blanca. Porque me da a mí que no llego a Marbella en condiciones.
TITULO: AQUI HAY TRABAJO - Los megaproyectos, 6.000 millones en el aire,.
Los megaproyectos, 6.000 millones en el aire,.
fotos / Inversión. Al menos seis grandes iniciativas empresariales se han fijado en Extremadura, además de la expansión de las fotovoltaicas, pero aún deben concretarse,.
El gran matadero de ibérico se empieza a construir en Zafra
Uno
de los eternos y nunca cumplidos sueños del campo extremeño empieza a
hacerse realidad en Zafra. Desde hace décadas se viene reclamando que la
mayor parte de los cerdos ibéricos se sacrifiquen en la región para que
dejen un mayor valor añadido. Siete empresas privadas (Señorío de
Montanera, Grupo Montesano, Cárnicas Villar, Ibercom, Estirpe Negra,
Grupo Campofrío y Grupo Alejandro Miguel) se han unido para poner en
marcha el macromatadero de ibérico, del que HOY avanzó la noticia en
abril de 2018. Se ha empezado a construir en unos terrenos de la dehesa boyal zafrense. Los primeros movimientos de tierra comenzaron a mediados de julio y se confía que la instalación cárnica esté concluida a finales del próximo año. Es posible que no llegue a tiempo para la montanera 2021-2022 pero el sector da por bueno que al fin vaya a desarrollarse una industria de ese tipo que nace con unos números sobresalientes.
Son unos 20 millones de inversión para una previsión inicial de empleo de 60 trabajadores, que rondará el centenar cuando alcance el máximo potencial de actividad. El matadero permitirá el sacrificio de hasta 3.000 animales al día (2.168 guarros como cifra más baja).
La previsión inicial es sacrificar 142.500 cochinos al año en Zafra, tanto para atender a las necesidades de los ganaderos e industriales extremeños como a los de Andalucía e incluso Portugal. Se podrán sacrificar 240 cochinos a la hora, a lo que hay que sumar 120 cerdos despiezados en ese mismo tiempo.
A partir del primer año de funcionamiento se irán matando más animales. Serían 213.750 cerdos en una segunda fase; 256.500 en la tercera y se alcanzaría la cifra tope de 468.000 sacrificios anuales, con previsión de posible ampliación en los terrenos comprados en la dehesa boyal de Zafra.
Sin noticias de la azucarera de Mérida desde hace un año
Sin noticias desde hace casi un año del proyecto de una planta
transformadora de azúcar en Mérida. En diciembre de 2018, la Junta y el
grupo Al Khaleej Sugar, a través de su empresa Ibérica Sugar, firmaron
un acuerdo para el desarrollo administrativo del proyecto en la capital
autonómica. Las últimas noticias públicas de la iniciativa son de
septiembre del año pasado, cuando el alcalde emeritense, Antonio
Rodríguez Osuna, indicó que se iniciaba la redacción del proyecto. Contempla una inversión de 425 millones de euros y 200 puestos de trabajo directos. Se pretende ubicar en el parque industrial Expacio Mérida, ocupará 974.133 metros cuadrados. La capacidad anual de procesado es de 5.400.000 toneladas de remolacha azucarera y 900.000 de azúcar moreno.
Fuentes de la Administración autonómicas trasladaron el año pasado que el proyecto seguía adelante aunque la prioridad era finalizar la planta que la compañía construye en Egipto.
De otro lado, el Tribunal Supremo está pendiente de dictaminar sobre la legalidad de las bonificaciones aprobadas en 2017 por el Ayuntamiento de Mérida a grandes proyectos empresariales. El Consistorio aprobó la modificación de las ordenanzas relativas al impuesto sobre bienes inmuebles, el de actividades económicas y el de construcciones.
El complejo de ocio de Castilblanco, un mínimo de 4.400 millones de inversión
El
proyecto Elysium City ha salido a información pública y de esta forma
avanza en un relevante trámite administrativo. La gran instalación de
ocio en más de mil hectáreas de Castilblanco (940 vecinos), en la
comarca de La Siberia, contempla una inversión de 10.500 millones hasta
2026. La primera fase, de 4.400 millones, permitiría la apertura del
complejo en 2024.La documentación presentada ante la Junta mantiene unas cifras extraordinarias, superiores a las que se ofrecieron en la presentación pública del proyecto en diciembre de 2018.
Se registró hace un año pero se le ha requerido a sus promotores información añadida y aclaraciones. Una vez admitida la solicitud, en la tercera semana de julio se constituyó la comisión que deberá evaluar la propuesta en un mes.
La promotora de Elysium City es Cora Alpha, empresa de John Cora, exdirectivo de Disney, y Francisco de Borbón. El sevillano Francisco Nuchera se mantiene como socio clave. Hace veinte años promovió la construcción de un campo de golf en el municipio. No salió adelante pero fue el germen de una actuación que hoy tiene a disposición 800 hectáreas de las más de 1.000 requeridas.
La inversión tendría un impacto sobresaliente en materia de empleo. La documentación recoge 30.000 puestos de trabajo en la construcción (solapados entre las dos fases) y unos 26.000 en la explotación y posterior mantenimiento.
Valdeflores y Cañaveral, dos proyectos para extraer litio en la provincia de Cáceres
La provincia de Cáceres cuenta con dos proyectos de extracción de litio
que actualmente se están tramitando en la Junta de Extremadura. Uno es
el denominado San José Valdeflores, en la cacereña Sierra de la Mosca,
donde la compañía australiana Infinity Lithium quiere extraer el mineral
y también transformarlo en hidróxido de litio en una planta anexa.
Anuncia una inversión inicial de 280 millones de euros, con la creación
de unos 190 puestos de trabajo directos y un volumen de negocio
cuantificado en unos 5.500 millones de euros durante los 30 años que
duraría la actividad.Este proyecto se ha topado con un gran rechazo tanto social como del Ayuntamiento de Cáceres, que ya ha denegado el cambio de uso del suelo que pidió la empresa para poder ejercer la actividad extractiva. Aun así, Infinity espera por un lado poder conseguir los permisos necesarios por parte de la Junta y por otro convencer a las autoridades municipales, para lo cual lleva meses embarcada en una intensa campaña tanto a nivel local como ante las instituciones europeas, que consideran la fabricación de baterías para automoción una industria estratégica para la UE.
El otro proyecto de extracción de litio, que a día de hoy parece tener más opciones de salir adelante que el de Cáceres, es el que la compañía Lithium Iberia (antes Jesampa) tiene en el yacimiento de Las Navas, en el municipio cacereño de Cañaveral. Espera poder obtener en los próximos meses el permiso de explotación para extraer y refinar el mineral durante 19 años. Su previsión es crear unos 400 puestos de trabajo directos entre la mina y la planta de transformación, si bien la empresa no ha detallado por el momento cuál es inversión prevista para poner en marcha este proyecto. Lleva gastados unos tres millones en los trabajos previos.
700 millones invertidos para 11 fotovoltaicas en obras
El desarrollo de proyectos de energía renovable tiene en Extremadura
uno de sus enclaves preferidos. La región es la tercera comunidad
autónoma en cuanto a energía solar fotovoltaica instalada. Ahora se
encuentran once plantas en construcción en la región que suman 881
megavatios, con una inversión total que supera los 700 millones. Además
hay 113 proyectos en tramitación, con una potencia de 5.800 megavatios.En este verano han comenzado, por ejemplo, los trabajos para levantar dos grandes fotovoltaicas. Una en la provincia de Cáceres (Ceclavín) y otra en la de Badajoz (Valdecaballeros). Entre ambas, 420 millones de inversión, con lo que esa cantidad implica para las arcas de sus ayuntamientos, y la contratación de 1.500 trabajadores
Un complejo budista en el corazón de Extremadura
No es uno de los proyectos más caros de cuantos están pendientes en
Extremadura, pero sí uno de los más impactantes. La iniciativa de la
Fundación Lumbini Garden, apoyada por la Junta de Extremadura y el
Ayuntamiento de Cáceres, de crear en las afueras de la capital cacereña
un gran complejo budista sigue adelante. La fundación promotora lleva
los últimos meses manteniendo contactos con los inversores asiáticos,
tanto públicos como privados, que aportarían los cerca de 26 millones de
euros que costaría levantar el complejo, donde la estructura más
llamativa es una estatua gigante de Buda de 40 metros, que será el buda
sentado más grande del mundo. De momento, está de camino a Cáceres una
escultura de dos metros.Este centro, que los promotores quieren convertir en un foco de atracción para el denominado turismo espiritual, tendrá además de la estatua un templo con residencia para 20 monjes, miles de metros cuadrados de jardines y otras instalaciones como biblioteca, centros de artesanía o salas de meditación. Además, cada uno de los 12 países que participan en el proyecto dispondrá de terrenos para construir su propio pabellón.
Falta por conocerse en qué suelo se ubicará el complejo, un terreno que en principio será cedido bien por el Ayuntamiento o bien por alguna de las fundaciones cacereñas que se han prestado a colaborar.
Una fábrica de baterías para coches en la Plataforma Logística
400
millones de inversión y 500 empleos son las cifras que Phi4tech ha
avanzado en el caso de que logre desarrollar por completo el proyecto
que ha presentado para crear una fábrica de baterías de litio en la
Plataforma Logística de Badajoz. La planta está directamente vinculada a
la mina de litio de Cañaveral.Los planes de Phi4tech pasan por un desarrollo modular de la planta, de manera que comenzaría con una inversión inicial de 80 millones y una producción de 2 MW para unos 200 empleos directos, y en función de la demanda iría creciendo hasta alcanzar en una fase final los 10 GW y los 400 millones. Sus clientes potenciales serían tanto la industrial de la automoción como las plataformas de generación de energías renovables.
Phi4tech realizaría la inversión inicial con fondos propios y el apoyo de entidades financieras interesadas en el proyecto (ha sonado el Santander). La empresa calcula que podría iniciar la producción 20 meses después de recibir los permisos.
TITULO: 80 cm' -Madrid, de ciudades soñadas y no vividas,.
Madrid, de ciudades soñadas y no vividas
La capital muestra al viajero sus cicatrices y éxtasis artísticos
Como tantos otros, Letizia se ha ido de Madrid. No queda nadie aquí. O casi nadie: ha salido mucha gente, pero ha entrado poca. «Nada, que no hay turistas», se queja un vendedor de souvenirs de Gran Vía. Y es cierto, apenas hay. Está raro Madrid. Como si, agotado tras unos días infinitos, se hubiera desmaquillado y desecho de los tacones, del vestido ajustado, de la faja. En bragas, frente al espejo, quedan sus cicatrices a la vista: calles vacías, hoteles y teatros cerrados, comercios, bares y locales que se alquilan o se traspasan. Me esperaba, o quería esperarme, un Madrid verbenero, el de 'La Virgen de agosto', la película de Jonás Trueba en la que Itsaso Arana pasea por la ciudad pasando calor (mucho calor, un calor insoportable, pesado, denso), buscándose y encontrándose entre limonadas, farolillos y chulapos. Pero ese Madrid no existe. Al menos, este año.
Contra los «bozales»
Pero Madrid, aun sin maquillaje ni tacones, nunca decepciona: en la plaza de Callao hay gente manifestándose sin mascarillas. Un guiri loco se sube a un banco: «Como biólogo que soy, estoy en contra de los bozales que nos quieren imponer». Vale. Y yo, como celulítica que soy, estoy en contra de que todo lo que como se me vaya a los muslos. Otro tipo me da un panfleto. «¡Menos mascarillas y más revolución!», me dice el menda. Le echo un ojo a la cuartilla: hablan de requerimiento represivo-arbitrario, censura y terrorismo sanitario. ¡Ay, alma de cántaro! Para terrorismo sanitario el que practicaban conmigo, que cada vez que pillaba unas anginas me pinchaban antibióticos y me dejaban coja una semana; estoy convencida de que mis problemas con el piramidal vienen de entonces. Pero estos nuevos rebeldes sin causa, que acaban su manifiesto con «Rechazamos esta subnormalidad y mascarillas a todas horas ¡¡jolines no!!», dan color a la ciudad. Y mucha risa. Y un poco de aprensión.Tampoco decepciona el Prado. Ni la guía del museo: parece que se haya intoxicado esnifando amarillo de cadmio. Qué subidón. Qué frenesí. Qué lujuria pictórica. Le pone más Tintoretto que a mí Michael Fassbender. Cuando llegamos a Velázquez, ya es el desparrame. Y, frente a Goya, el éxtasis final. Menos mal que la mascarilla le aplaca los gemidos. No es para menos: todas las obras maestras del museo están reunidas en la Galería Central. A la guía le ha dado el mismo stendhalazo que si me metes a mí en una marisquería y me das manga ancha y un cascador, que cada una tiene sus filias.
Está raro Madrid. Calles vacías, hoteles y teatros cerrados, lonjas que se traspasan...
Supongo que la muchacha se habrá recuperado
de semejante orgía artística tras la siesta, como el resto de la ciudad.
A las ocho de la tarde, Madrid huele a recién duchado, y las terrazas
empiezan a llenarse de gente, y las calles se animan. Una cola tremenda
da la vuelta al Edificio España. – ¿Qué hacéis?, pregunto a una chiquilla a la que le cuelgan unos aros de las orejas en los que se podría columpiar una familia de cacatúas.
– Esperar para subir a la terraza del hotel, que hay una vista de Madrid súper guay en la última planta.
Y subimos, claro, que no voy a ser yo menos que la de los aros cacatúos. Y sí, hay una vista súper guay, pero mejor es la que tenemos a nuestro alrededor: ellos, pantalón corto y camiseta reventona; ellas, vestido de boda por lo civil o mono morcillero y cortísimo sobre andamios. Son el quiero y no puedo de las noches madrileñas. Como la pareja sentada en la mesa de detrás: el tipo, repeinado y rumboso, pide una botella de vino blanco. La camarera le entrega la cuenta. «¡Uy, es carísimo!», dice su acompañanta. «No importa. El dinero viene y va, pero el amor verdadero es para siempre», contesta el donjuán. El tipo se creería Porfirio Rubirosa si supiera quién es Porfirio Rubirosa.
Es lo que tiene Madrid, que a todos nos da el derecho de creernos quienes no somos: a los seductores de medio pelo, a las chiquillas de aros gigantes en las orejas, a las columnistas periféricas que nos atrevemos a hablar de una ciudad que hemos soñado más que vivido. Porque hoy, mirando Madrid desde la planta 27, he pensado que sí, que iban a hacerme emperatriz de Lavapiés, y a alfombrarme con claveles la Gran Vía, y a bañarme con vinillo de Jerez. Ya ven, qué tontería. Por cierto, ¿eso que hay allí abajo es una lavandería? Pues mira, voy a aprovechar para poner una lavadora de ropa blanca. Porque me da a mí que no llego a Marbella en condiciones.
TITULO: Hacer de comer - Arroz con bacalao y suflé de fresa,.
lunes -10- a viernes -14- Agosto a las 13:25h, en La 1 , foto.
Hacer de comer - Arroz con bacalao y suflé de fresa,.
Dani García preparará un menú con
corazón. Primero cocinará un sencillo arroz con bacalao, uno de los
pescados más consumidos de Europa y de los más conocidos del mundo. Para
el segundo plato, el cantante Sergio Dalma se pondrá el delantal para
ayudar a Dani a hacer un riquísimo suflé de fresa.
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