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lunes, 3 de agosto de 2020

LAS HUCHAS DE LAS MONEDAS - La vivienda de costa afronta bajadas de precios por la caída del comprador foráneo ,. / LOS 50€ BILLETES - BILLETE 1.000 PESETAS - LOS ARBOLES PERDIDOS - La pandemia deja ahora más oficinas bancarias que nunca en el aire,. / LOS LIMONES - EL BOMBON DE HELADO - PAPELES QUEMADOS - Chimenea - Me acuerdo,.

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LAS HUCHAS DE LAS MONEDAS - La vivienda de costa afronta bajadas de precios por la caída del comprador foráneo ,.      , fotos,.

 

La vivienda de costa afronta bajadas de precios por la caída del comprador foráneo,.

Viviendas a pie de playa /Maika Salguero
Viviendas a pie de playa,.

La cuarentena impuesta por el Reino Unido y las recomendaciones de otros países prolongarán el parón de las ventas de casas en la playa,.

El mercado inmobiliario estuvo «congelado» en su conjunto con el confinamiento. Al vacacional le puede costar más reponerse. En primer lugar, porque, con cifras de Fotocasa, si en 2017 el 12% de los potenciales compradores de vivienda buscaba una segunda residencia, en 2020, apenas representan un 9%. A ello se suma la depresión de la demanda extranjera, a la que se ha dado una vuelta de tuerca en la última semana, con la decisión del Reino Unido de aplicar cuarentenas a los viajeros que regresen al país procedentes de España, o a las recomendaciones vertidas por Francia o Alemania a sus ciudadanos de que no viajen a determinadas regiones españolas.
Sólo esas tres nacionalidades suponen casi el 50% de los compradores de viviendas vacacionales en España, según los números de Tinsa. El cierre total de fronteras paralizó el mercado de costa. Las nuevas medidas, que no son tan drásticas, alargarán la sequía de operaciones.
En el primer trimestre de 2020, cuando aún no había estallado la pandemia en Europa con todos sus rigores y el confinamiento apenas tuvo impacto unos días, las compraventas por parte de extranjeros ya habían caído un 6,4% interanual, hasta las 14.850 operaciones. En 2019, los extranjeros compraron 63.000 viviendas en España, lo que representa un 12,5% del total de operaciones, de acuerdo con el Colegio de Registradores, la inmensa mayoría, el 90%, en grandes ciudades y en zonas turísticas, según cálculos de Servihábitat.
Una buena porción de las compraventas, por tanto, se encuentra en serio peligro. Y ello se puede traducir en caídas de precios: es de prever que gran parte de la oferta que absorbería el cliente extranjero pueda quedar pendiente de venta.

Costas más expuestas

Aunque no todas las zonas son igualmente vulnerables. Andrea de la Hoz, consultora senior de Tinsa, explica que la presencia del comprador extranjero británico y del resto de nacionalidades europeas destaca en el litoral mediterráneo y en las islas. En particular, enumera las costas catalanas, las de Valencia, además de la malagueña y las de Canarias –donde los alemanes dominan en Gran Canaria y los británicos, en Lanzarote y Fuerteventura– o las de Baleares, mucho más dependientes de los compradores alemanes.
Arturo Díaz, director ejecutivo de residencial en Savills Aguirre Newman, acota un poco más las zonas potencialmente más afectadas a la Costa Blanca alicantina, algunas zonas de Baleares y Canarias y la Costa del Sol. De todas maneras, considera que si bien cualquier medida restrictiva afecta al mercado, limita los potenciales daños: «Teniendo en cuenta la circunstancialidad y temporalidad de estas medidas no prevemos que la afectación sea profunda». Y, de hecho, declara que hay promociones con «un alto nivel de interés en estos momentos».
Desde Servihabitat atisban la posible oportunidad que el comprador local puede obtener de la reducción de la presencia de los extranjeros. Además, recuerdan que en la crisis pasada las compras de segundas residencias por parte de españoles cayeron menos que las compraventas totales, algo que consideran que ocurrirá ahora también. Y De la Hoz si bien reconoce que hay demandantes nacionales que retoman la confianza en la medida en que se han levantado las restricciones al movimiento y a la actividad, también hay quien prefiere esperar por la incertidumbre sobre el empleo o ante la posibilidad de que haya recortes de precios –algo que, por el momento, ante las escasas operaciones que se están produciendo, no se está reflejando–.

¿Caídas de precios?

De la Hoz no descarta que los precios terminen bajando: su previsión pasa porque se produzca «un ajuste retardado y de intensidad moderada». Aunque los descuentos serán muy diferentes por zonas, según las necesidades de liquidez de los propietarios y la afectación de la crisis al perfil de demanda al que esté dirigido el inmueble.
La demanda nacional, la encargada de aguantar el alquiler vacacional
El alquiler en la costa ya venía pisando el freno. Según datos de pisos.com, a cierre del primer semestre, el alquiler medio en la playa costaba 730 euros a la semana, un 2,29% más que un año antes. En 2019 el ascenso había sido del doble:un 4,64%. Ferrán Font, su director de estudios, considera que la demanda doméstica, más tendente este año a veranear en España y a apostar por alquilar un apartamento en lugar de ir a un hotel, ayudará a que los precios aguanten, ante la «prudencia» de la que se prevé que haga gala el turismo extranjero. Si por el lado de la demanda desde Fotocasa afirman que es mayor en alquiler que en compra, según la tasadora Tinsa, ello convive con que más del 40% de la oferta de alquiler de la costa se mantendrá estable. Aunque Tinsa ha detectado que en Barcelona, Valencia, Cádiz y Canarias hay un trasvase de oferta desde el alquiler vacacional al arrendamiento tradicional, debido a la reducción de la demanda para el alquiler de temporada.
De acuerdo con Rentalia, la ocupación de viviendas turísticas a menos de quince kilómetros de una playa es a cierre del mes de julio en el 77,4%, lo que supone una caída de 11,1 puntos respecto al verano pasado, cuando llegó al 88,5%. Se trata del peor dato de ocupación en la costa española registrado desde que esta fuente realiza este informe (2008). Nunca se había registrado un nivel de ocupación por debajo del 83%.
Asturias, Cantabria, A Coruña y Lanzarote son los lugares con mayores niveles de ocupación; Huelva, Tenerife, Castellón y Gran Canaria son los sitios en los que hay una mayor disponibilidad.


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La pandemia deja ahora más oficinas bancarias que nunca en el aire,.

Los clientes hacen cola a las puertas de una sucursal bancaria /R. C.
Los clientes hacen cola a las puertas de una sucursal bancaria ,.

Una parte de los cierres por el confinamiento serán definitivos mientras se acelera el goteo de clausuras previstas.


Cuando el Gobierno decretó el estado de alarma a mediados de marzo y toda actividad económica quedó relegada a su más mínima expresión, los bancos tenían abiertas 23.910 sucursales. El confinamiento obligó a desplegar todo tipo de ideas para seguir atendiendo a los clientes, sobre todo a los mayores con menos posibilidades de acceso a internet, con fórmulas como la cita previa, la operativa telefónica, el traslado a otras oficinas... Quienes por entonces más sufrían la pandemia sanitaria –los mayores– también temían el 'corralito' económico si veían cómo un banco cerraba las puertas. Cuatro meses después, lo peor de la crisis sanitaria parece haber pasado –a pesar de los rebrotes– aunque una buena parte de aquellas oficinas que cerraron por decreto seguirán sin abrir por la vía de los hechos.
Resultat d'imatges de BILLETE 1.000 PESETASEl cartel del 'Cerrado por vacaciones' que habitualmente cuelgan los bancos en una parte de sus oficinas durante estas semanas –ante la menor presencia de usuarios en determinados territorios– va a convertirse en el mejor test para que las entidades prueben las necesidades de los usuarios de esas sucursales. Según se comporte la demanda, pueden aprovechar la coyuntura para echar el cierre definitivo a la vuelta del verano. Así ocurre todos los años, y más aún en esta ocasión tras el parón provocado por el confinamiento.
El coronavirus está acelerando el progresivo cierre de sucursales que la anterior crisis, la de hace ya más de una década, impulsó a las entidades a ir clausurando su actividad a pie de calle. Allí donde antes había un banco, hoy hay un comercio, un bar u otro negocio alternativo. Tras la desescalada, el final del estado de alarma y la nueva normalidad en marcha, la mayor parte de las oficinas han vuelto a su actividad. Pero no todas. Ni en la misma proporción en todos los bancos. Cada corporación vive una realidad diferente, aunque todos tienen un denominador: habrá menos sucursales a final de año, en algunos casos aprovechando la crisis sanitaria;en otros abrigándose en ella indirectamente.
Hay varios grupos de entidades, según la situación por la que atraviesan sus oficinas en estos momentos. Por ejemplo, en Banco Santander se mantienen sin actividad unas 700 de las 3.300 sucursales con las que cuenta la entidad en toda España. Eso sí, más de la mitad –«unas 400 o 500», según el consejero delegado del grupo José Antonio Álvarez– no funcionan por el verano, «como ocurre otros años».
«La oficina física como canal está perdiendo importancia», destacaba el ejecutivo del banco esta misma semana en la presentación de resultados. «Incluso antes del confinamiento cuando las transacciones físicas caían a un ritmo del 8% y aumentaba la operativa digital», según Álvarez. «El número y tipo de oficinas la adaptaremos al objetivo de los clientes, según su comportamiento».

Proceso acelerado

Caso distinto es el de Banco Sabadell, cuyas oficinas cerradas durante la pandemia han reabierto en las últimas semanas. Hasta ahí, sin novedad con la nueva normalidad. Sin embargo, la entidad va a acelerar el proceso de clausuras que tenía previsto materializar durante todo el ejercicio, y cuyas estimaciones ya venían de antes de la pandemia. Para todo 2020, la entidad había calculado que cerrarían unas 140 sucursales. «Hemos ampliado esa cifra a unas 230 oficinas», indicó el consejero delegado de la firma, Jaime Guardiola.
Otra entidad que seguirá realizando clausuras será BBVA, aunque no lo hará de forma más rápida de lo que había previsto inicialmente. Esos cálculos apuntaban a una clausura de 160 oficinas en España en 2020 y ya se han liquidado 109. Al finalizar el segundo trimestre, BBVA contaba con 2.590 establecimientos bancarios a pie de calle.
En el caso de Bankia, este proceso será «paulatino», tal y como señalaba el consejero delegado de la entidad, José Sevilla, esta semana en la presentación de resultados. La entidad ha clausurado 140 oficinas, un 7% de la red. Lo ha hecho aprovechando el periodo de confinamiento y el parón en la actividad. Sobre las que siguen abiertas «todavía es pronto para saber cuál es el tamaño óptimo de la red», indicó el ejecutivo.
Durante este primer semestre del año también CaixaBank ha reducido el tamaño de su red. La entidad cuenta con 3.797 oficinas, 121 menos que cuando comenzaba el ejercicio. El grupo sigue contando con la infraestructura más grande entre las entidades financieras. En su último plan estratégico había previsto clausurar unas 800 oficinas, aunque mantenía su presencia en los municipios más pequeños.
Sucursales más grandes frente a la atomización territorial

Sucursales más grandes frente a la atomización territorial,.

 

 

Varias sucursales bancarias en una calle de Vitoria,.

La estrategia de la banca se encamina a oficinas con más asesores para trasladar la operativa tradicional a cajeros e internet,.


Aunque en términos generales la red de oficinas bancarias tiende a minimizarse con el paso del tiempo, las entidades también realizan aperturas, o al menos adaptaciones, de oficinas bancarias. El modelo de relación comercial físico impulsa a las firmas a establecer grandes sucursales, con más personal y más asesores, frente a los pequeños locales atomizados por toda España, que imperaron en el sector hasta la anterior crisis económica y financiera.
Las sucursales que sobrevivan servirán para otros fines distintos a los que estaban pensadas las tradicionales oficinas. A medida que las transacciones rutinarias se realicen plenamente en Internet, se convertirán en centros de funciones de asesoramiento de mayor valor, como la venta de productos complejos y más rentables o la concesión de préstamos a pequeñas empresas. Por eso también se limita el tamaño de cualquier ahorro.
El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, indicaba esta misma semana que la banca necesita «menos operativa transaccional aburrida y más operativa de valor añadido». El ejecutivo considera que la tendencia pasa por «reagrupar oficinas más grandes porque el servicio es cada vez menos tendente a ingresar un cheque o sacar efectivo, sino a pedir asesoramiento».
El cliente ve ahora más obsoleta la oficina de toda la vida y por ello las nuevas sucursales se han configurado como grandes centros de negocio en los que, incluso, se puede tomar un café. Los bancos han desarrollado el concepto de cercanía y empatía para que el cliente no tenga precisamente la sensación de que se encuentra en un lugar hostil, sino todo lo contrario.
Las nuevas oficinas son más grandes, porque, además, incorporan a un mayor número de empleados, que en la mayoría de los casos realizan funciones de asesoramiento. Todas las operaciones transaccionales de caja (ingresos, reintegros, trasnferencias, etc.) se habilitan casi siempre a través de los cajeros automáticos.

Insolvencias millonarias

Por otra parte, los seis bancos que cotizan en el Ibex-35 han vuelto a sacrificar sus ganancias en el primer semestre de 2020, incurriendo en pérdidas históricas en algunos casos, para blindar su balance ante el aumento del riesgo derivado de la crisis económica que han ocasionado las medidas de contingencia implementadas para mitigar la expansión del coronavirus.
Esta situación ha llevado a la gran banca a protegerse ante potenciales insolvencias adoptando una postura de prudencia y realizando provisiones de forma agregada por importe de unos 11.900 millones de euros, en vistas de que el escenario continuará deteriorándose y que el coste de riesgo ha aumentado considerablemente.
Banco Santander ha dotado 7.030 millones por el coronavirus. En su caso, también ha impactado una actualización de los fondos de comercio de sus inversiones. En BBVA el importe de las dotaciones ha sido de 2.104 millones.
Por su parte, CaixaBank ha realizado una provisión de 400 millones en los tres primeros meses del ejercicio actual, a los que se han sumado otros 755 millones en este segundo trimestre. Asimismo, Bankia ha efectuado una dotación de 185 millones que, sumados a los 125 del primer trimestre, alcanzan los 310 millones. Sabadell ha provisionado 1.089 millones. YBankinter ha realizado provisiones extraordinarias por casi 200 millones.

Ajustes temporales

En algunas entidades financieras su política pasa por cerrar la actividad de una parte de sus oficinas en verano. Es lo que ocurre en Kutxabank, donde tienen 488 sucursales activas, un 93% del total. Aunque desde la firma aclaran que se trata de cierres temporales por la etapa estival.
En el caso de Ibercaja, también tiene abiertas la totalidad de las oficinas que cerró durante el confinamiento, aunque al mismo tiempo ha ido materializando cierres ya previstos que le han hecho cerrar el semestre con 1.068 sucursales, casi una veintena menos que a principios de año.
Y Liberbank también ha visto recortada su red, de forma estructural aunque ya tiene abiertas todas las oficinas tras la crisis, hasta cerrar el semestre en las 579, casi un 8% menos que cuando comenzaba 2020.
Será en este segundo semestre cuando el sector compruebe el estado de salud de sus oficinas. Los últimos datos del Banco de España reflejan que el primer trimestre las entidades tenían 23.910 oficinas a pie de calle; unas 300 menos que a finales de 2019. Hace apenas cinco años había más de 27.000, en un momento ya de reducción. Y en el inicio de la anterior crisis económica llegaron a convivir más de 45.000 oficinas. Una realidad que ya no volverá.

 

 

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Me acuerdo,.

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Arthur.
Me acuerdo de cuando Arthur llegó al Barça con la etiqueta del nuevo Xavi, y que poco después ficharon también a Arturo Vidal, en el verano del 2018. Arthur o Arturo, el trabalenguas empezaba a formarse en la cabeza de Ernesto Valverde. Me acuerdo de que poco después Leo Messi habló en Catalunya Ràdio y, preguntado sobre Arthur, dijo que le recordaba a Xavi "por querer siempre la pelota, jugar cortito, no perderla". Y me acuerdo de que habló también de Arturo Vidal: "El aficionado del Barça quiere jugadores de buen pie", dijo, "nosotros estamos acostumbrados a defendernos con la pelota e intentar tener la mayor posesión, pero jugadores como él es importante tenerlos".
Me acuerdo de que Iniesta acababa de irse al fútbol japonés y los aficionados aun creíamos, con Messi, que seguiríamos jugando de la misma forma: Arthur era a la vez una apuesta nostálgica y de futuro. Me acuerdo de que, siempre que salía de titular, era el jugador con más toques del partido, pero Valverde prefería a otros en el centro del campo y fue sustituyendo la confianza en un estilo por "la necesidad de competir". Me acuerdo de que Arthur hizo más de un partido memorable, pero su presencia se fue diluyendo entre suplencias y lesiones.
¿Cuándo empezó a sonar que Arthur era transferible? No me acuerdo, pero sí me acuerdo de que él no quería irse, y de que al principio Setién contaba con él. Me acuerdo de que de repente un día, tras el parón por la pandemia, Arthur parecía el culpable de todo y había quien le achacaba falta de compromiso, y de que le traspasaron por mucho dinero, algo que convenía a Bartomeu para cuadrar las cuentas de la temporada. Me acuerdo de que entonces, durante en un partido que no iba a jugar, las cámaras le pillaron bostezando (yo también bostezaba) y esa imagen sirvió para criticarle más, sin dar contexto a su situación. Me pregunto, ahora, si dentro de unos meses nos acordaremos de Arthur y expiaremos el error de dejarle marchar —en realidad de echarle— viendo como dirige el juego del Juventus.
 
 
 

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