LUNES -24- DICIEMBRE - EN EL PUNTO DE MIRA,.
En el punto de mira es un programa de televisión que se emite en el canal Cuatro y que se estrenó el 26 de julio de 2016.1 En este se tratan temas de actualidad y de investigación, ofreciendo como novedad en el formato, imágenes de cámaras 360° junto a grabaciones panorámicas hechas desde drones y sistemas de grabación oculta. Así, a manos de varios reporteros, profundizan en temas como la trata de animales, el negocio de las farmacéuticas o la caza ilegal. Lunes -24 - DICIEMBRE - a las 22:40h, etc.
Dos muertos y once heridos por disparos en un atentado en Estrasburgo ,.
La Fiscalía Antiterrorista de París asume la investigación mientras la policía busca al autor de los disparos, fichado por radicalización islamista,.
Los agentes desalojaron en tiempo récord la zona del mercadillo y las calles adyacentes, hicieron que los viandantes se refugiaran en los establecimientos cercanos -en las partes traseras de tiendas y restaurantes- y ordenaron que estos cerraran hasta nueva orden con sus clientes dentro. También se cerró el edificio del Parlamento Europeo, que celebra estos días sesión en Estrasburgo, y sus responsables alertaron a través de mensajes de móviles a sus trabajadores y a los eurodiputados para que no salieran de los restaurantes o los hoteles donde se encontraban.
El suceso se registró sobre las 20:00 horas en una zona muy concurrida, situada cerca de la plaza Kleber y a apenas tres minutos de la catedral, el monumento más emblemático de la ciudad francesa. El ministro del Interior, Christophe Castaner, explicó a la prensa que el autor de los disparos,que ya había sido identificado por la autoridades, tiene antecedentes por delitos de delincuencia común y una ficha de alto riesgo por antecedentes por radicalización islamista.
LAS CLAVE
Los hechos han ocurrido en las inmediaciones de un mercadillo navideño cercano a la catedral
Hospitales en emergencia El tirador estaba siendo buscado por la policía en un amplio despliegue y la Prefectura del Bajo Rhin instó en especial a los habitantes de los sectores de Neudorf y Parque de la Estrella, situados en las afueras de la ciudad, a kilómetros del lugar del tiroteo, a permanecer en sus casas mientras se desarrollaba la operación. Algunas fuentes hablaron de otro tiroteo «en el barrio donde estaría el atacante», sin precisar de qué lugar se trataba.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, dispuso el traslado de Castaner a Estrasburgo, una ciudad en máxima alerta y que desplegó en todos los hospitales el llamado 'plan blanco', destinado a situaciones de urgencia como atentados, epidemias o catástrofes naturales. Entre las personas que se vieron afectadas por el tiroteo se encontraba el eurodiputado español Carlos Iturgaiz, quien colgó un mensaje en Twitter indicando que había sido confinado junto a 50 personas en el sótano de un restaurante. «Me acaba de pillar un tiroteo en el centro de Estrasburgo. La policía ha desalojado todo el mercado de navidad y nos han metido en los sotanos de los restaurantes para asegurar la protección de toda la gente. Estoy con más de 50 personas aquí refugiado», dijo en la red social. «Expreso todo mi dolor por las victimas del ataque de Estrasburgo. Este Parlamento no se deja intimidar por los ataques terroristas o criminales. Seguimos trabajando y reaccionamos con la fuerza de la libertad y de la democracia contra el terror», apuntó, por su parte el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani.
TITULO: LUNES -24 - DICIEMBRE - Madridistas por el mundo - Javier Marías: Fomento del resentimiento ,.
Realmadrid TV emite - LUNES -24- DICIEMBRE noche, a partir de las 22:30 horas, una nueva entrega de Madridistas por el mundo, Javier Marías: Fomento del resentimiento ,.
Javier Marías: Fomento del resentimiento ,.
En demasiados lugares, políticos incendiarios y fratricidas aspiran a
que el resentimiento lo invada todo y a que cada cual le ajuste cuentas a
su vecino, fotos,.
ME IMPRESIONÓ, y luego me dejó pensativo, un artículo de Eliane Brum publicado en este diario hace unas semanas. Se titulaba “Brasil, la venganza de los resentidos”, y en él la autora relataba episodios de la vida cotidiana de su país tras el triunfo del tenebroso Bolsonaro. Algunas de las cosas que contaba (y eso que en el Brasil aún no ha empezado la violencia institucionalizada desatada) me recordaron inevitablemente a historias y anécdotas, oídas de primera mano, de nuestra Guerra Civil. Muy de primera, porque uno de mis abuelos y uno de mis tíos se pasaron la contienda escondidos, en embajadas o no se sabe dónde. A otro tío lo mataron, como he evocado aquí alguna vez, tras llevarlo a la cheka de Fomento con una compañera, los dos tenían dieciocho años. A mi padre, también es sabido, lo detuvo la policía franquista nada más consumarse la derrota de la República, pasó meses en la cárcel y luego fue represaliado hasta mediados de los años cincuenta para unas cosas, para otras hasta el final. La casa de su progenitor, mi otro abuelo, quedó medio destrozada por un obús. La de mi madre, llena de niños, tenía que ser evacuada cada poco, por los bombardeos “nacionales”. Mis padres tenían unos veintidós años en 1936, así que vieron y oyeron mucho, ya adultos y enterándose bien. Les oí contar atrocidades cometidas por ambos bandos, aunque, al vivir en Madrid, fueron más testigos de las de los milicianos republicanos.
Aparte de las cuestiones políticas, lo que resulta evidente es que la Guerra, por así decir, “dio permiso” a la gente para liberar sus resentimientos y dar rienda suelta a sus odios. No sólo a los de clase, también a los personales. Si bien se mira —o si uno no se engaña—, todo el mundo puede estar resentido por algo, incluso los más privilegiados. Éstos basta con que consideren que se les ha faltado al respeto o no se les ha hecho suficiente justicia en algún aspecto. Las razones de los desfavorecidos pueden ser infinitas, claro está. “Aquel amigo de la infancia de quien se guardaba un buen recuerdo”, explicaba Brum, “escribe en Facebook que ha llegado el momento de confesar cuánto te odiaba en secreto y que te exterminará junto a tu familia de ‘comunistas’. Aquel conocido que siempre has creído que se merecía más éxito y reconocimiento de los que tiene, ahora desparrama la barriga en el sofá y vocifera su odio contra casi todos. Otro, que siempre se ha sentido ofendido por la inteligencia ajena, se siente autorizado a exhibir su ignorancia como si fuera una cualidad”. Y, en efecto, por lo general ignoramos qué se oculta en el corazón de cada conocido o vecino, amigo o familiar. Alguien se puede pasar media vida sonriéndote y mostrándose cordial, y detestarte sin disimulo en cuanto se le brinda la oportunidad o, como he dicho, se le da “licencia”. Al parecer es lo que ha conseguido, en primera instancia, la victoria de Bolsonaro. Vuelvo al texto de Brum: “A las mujeres que visten de rojo, color asociado al partido de Lula, las insultan los conductores al pasar, a los gays los amenazan con darles una paliza, a los negros les avisan de que tienen que volver al barracón, a las madres que dan el pecho las inducen a esconderlo en nombre de la ‘decencia”. Eso en un país que todos creíamos abierto y liberal, casi hedonista, poco o nada racista, tolerante y permisivo.
La lucha por el poder es legítima, tanto como la aspiración a mejorar y progresar, a acabar con las desigualdades feroces y no digamos con la pobreza extrema. Pero se están abriendo paso, en demasiados lugares, políticos que más bien buscan fomentar el resentimiento de cualquier capa de la población. Trump, un oligarca al servicio de sus pares, ha convencido a un amplio sector de personas bastante afortunadas de que los desfavorecidos se están aprovechando de ellas, y les ha inoculado la fobia a los desheredados. Lo mismo hacen Le Pen en Francia y Salvini en Italia (el desprecio por los meridionales es el germen de su partido, Lega Nord). Torra y los suyos abominan de los “españoles” y catalanes impuros, según consta en sus escritos. Otro tanto la CUP. Podemos ha basado su éxito inicial en sus diatribas contra algo tan vago y etéreo como la “casta”, en la cual es susceptible de caer cualquiera que le caiga mal: por clase social, por edad, y desde luego por ser crítico o desenmascarar a ese partido como no de izquierda, sino próximo al de su venerado Perón (dictador cobijado por Franco) y a los de Le Pen y Salvini, elogiado este último por el gran mentor Anguita. El mundo está recorrido por políticos que quieren fomentar y dar rienda suelta al resentimiento subjetivo y personal, el cual anida en todo individuo con motivo o sin él, hasta en los multimillonarios y en las huestes aznaritas de Casado, dedicado a la misma labor pirómana. Las personas civilizadas aprenden a mantenerlo a raya, a relativizarlo, a no cederle el protagonismo, a guardarlo en un rincón. A lo que esos políticos aspiran —y a Bolsonaro le ha servido— es a que el resentimiento se adueñe del escenario y lo invada todo, a darle vía libre y a que cada cual le ajuste cuentas a su vecino. Son políticos incendiarios y fratricidas. A menos que sean también como ellos, no se dejen embaucar ni arrastrar.
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