El sabado -29- diciembre 2018 a las 16:00 por Telecinco , fotos,.
Rébecca Dautremer y la belleza de la normalidad,.
La ilustradora francesa recupera su particular universo infantil en «Las ricas horas de Jacominus Gainsborough», su último libro,.
La balanza interior de Rébecca Dautremer (Gap, Francia, 1971) se estaba descompensando. La gran ilustradora
francesa encontraba el equilibrio dibujando por igual para niños y para
adultos. Pero, de un tiempo a esta parte, sin saber muy bien los
motivos, los proyectos se iban acumulando en la parte destinada a los
mayores. Y sus manos esperaban impacientes a volver a crear un universo
infantil. «Las ricas horas de Jacominus Gainsborough» (Edelvives) es la recompensa.
En
esta joya ilustrada, pensada para que los adultos la compartan con los
niños, narra la vida de un pequeño conejo de apariencia frágil, pero con
una gran carga de profundidad. «Quería regresar a algo acogedor para
los niños y tenía el mundo de Beatrix Potter
en la cabeza», explica Dautremer. «En él todo es dulce y perfecto, como
en un sueño -continúa la ilustradora-. Yo no sé hacer las cosas tan
amables. Me gusta más la ambigüedad». Así que, de Potter, la artista se
quedó con el nombre para la abuela de Jacominus y con
la irresistible ternura en los personajes con el fin de atraer a
pequeños y a adultos hasta esta historia. Doce estampas que retratan,
con un encanto hipnótico plagado de jugosos detalles, los momentos clave
de la vida del conejo: su nacimiento, la muerte de un ser querido,
conocer el amor, sus hijos, su fin...
En paralelo a las
ilustraciones, el texto. «Es la primera vez que me siento implicada en
él, por eso quería que estuvieran al mismo nivel. Creo que, hasta ahora,
había escrito textos solo como pretextos para ilustrar algo que me
gustaba. Ahora escribir es un trabajo que me llama
mucho, me apetece para el futuro. Querría decir más cosas. Me gusta
pintar y dibujar, pero hace veinte años que trabajo como ilustradora y necesito un desafío nuevo», confiesa la artista.
«Siempre
me he sentido avergonzada al escribir -prosigue la autora-. Al
principio del proyecto se trataba de solo una frase para acompañar a las
ilustraciones pero, poco a poco, Jacominus comenzó a
cobrar vida por sí mismo en las páginas. Empezó a coger fuerza y me
sentí más cómoda para compartir sus ideas, sus sentimientos, su
personalidad».
La belleza de la normalidad
¿Cómo es, pues, este irresistible conejo y qué viene a decirnos? Jacominus
sufre una caída cuando es pequeño que le hace tener una «pata chula».
«El hecho de que el conejo sea frágil era importante para mí, porque con
ello quiero decir que no tenemos que ser héroes, que todas las vidas
merecen la pena ser vividas», indica Dautremer. La ilustradora
quería reivindicar la belleza de la normalidad porque «es menos
frustrante. Es mejor contar con la normalidad que con los sueños
imposibles de lograr. Es mi naturaleza. Me gusta compartir con mis hijos
un momento normal en un lugar normal y, de repente, les digo: "Ahora es
un momento particularmente increíble. Ahora. Tenemos que pensar eso
incluso si no pasa nada especial. Ahora puede ocurrir el mejor momento
de tu vida. Sin calcular nada, sin preparar nada”».
Dautremer
reviste esa normalidad de sugerencia, de sutileza, de matices y, al
mismo tiempo, no esconde la crudeza que en ocasiones depara toda
existencia. «Varias madres me han dicho que a sus hijos pequeños les ha
gustado la página del entierro. Ellas no lo podían imaginar, pero
ocurre. A veces, en los libros, no dejamos que los niños decidan si les
interesa o no. Directamente decimos: “No es para ti, es demasiado duro”.
Pero yo recuerdo cuando era una niña que me gustaba escuchar las
historias de los adultos sin entender todo. Precisamente por eso me
parecía un misterio: la muerte de alguien, problemas de dinero… No saber
ni entender todo para mí es una parte de la lectura. Ese aspecto
misterioso puede darme también una emoción. Es lo que trato de hacer en
las páginas que son como álbumes de familia. En ellas
el vínculo entre el texto y la imagen no siempre está implícito, pero
así el lector puede imaginar, adivinar. La vida son cosas que podemos
recordar y cosas que podemos olvidar, y eso es lo que quería reflejar en
ellas», narra la artista.
En ese sugerir entre líneas (de texto y de dibujo), en ese universo de apariencia tierna, en esa filosofía de vida,
Dautremer se mueve como pez en el agua, y piensa seguir haciéndolo: «Me
gustaría continuar con los mismos protagonistas. No para hacer los
mismos libros, pero sí para conservar el mundo, la filosofía del
personaje y el personaje mismo. Ahora estoy trabajando en un libro
troquelado en el que narraré una cita del conejo con su novia. La chica
deberá atravesar todas las páginas para encontrarse con el amor de su
vida. Y me gustaría proponer otras cosas luego, pero también estoy
preparando una edición ilustrada para adultos de la novela "De ratones y
hombres", de John Steinbeck».
En esta joya ilustrada, pensada para que los adultos la compartan con los niños, narra la vida de un pequeño conejo de apariencia frágil, pero con una gran carga de profundidad. «Quería regresar a algo acogedor para los niños y tenía el mundo de Beatrix Potter en la cabeza», explica Dautremer. «En él todo es dulce y perfecto, como en un sueño -continúa la ilustradora-. Yo no sé hacer las cosas tan amables. Me gusta más la ambigüedad». Así que, de Potter, la artista se quedó con el nombre para la abuela de Jacominus y con la irresistible ternura en los personajes con el fin de atraer a pequeños y a adultos hasta esta historia. Doce estampas que retratan, con un encanto hipnótico plagado de jugosos detalles, los momentos clave de la vida del conejo: su nacimiento, la muerte de un ser querido, conocer el amor, sus hijos, su fin...
En paralelo a las ilustraciones, el texto. «Es la primera vez que me siento implicada en él, por eso quería que estuvieran al mismo nivel. Creo que, hasta ahora, había escrito textos solo como pretextos para ilustrar algo que me gustaba. Ahora escribir es un trabajo que me llama mucho, me apetece para el futuro. Querría decir más cosas. Me gusta pintar y dibujar, pero hace veinte años que trabajo como ilustradora y necesito un desafío nuevo», confiesa la artista.
«Siempre me he sentido avergonzada al escribir -prosigue la autora-. Al principio del proyecto se trataba de solo una frase para acompañar a las ilustraciones pero, poco a poco, Jacominus comenzó a cobrar vida por sí mismo en las páginas. Empezó a coger fuerza y me sentí más cómoda para compartir sus ideas, sus sentimientos, su personalidad».
La belleza de la normalidad
¿Cómo es, pues, este irresistible conejo y qué viene a decirnos? Jacominus sufre una caída cuando es pequeño que le hace tener una «pata chula». «El hecho de que el conejo sea frágil era importante para mí, porque con ello quiero decir que no tenemos que ser héroes, que todas las vidas merecen la pena ser vividas», indica Dautremer. La ilustradora quería reivindicar la belleza de la normalidad porque «es menos frustrante. Es mejor contar con la normalidad que con los sueños imposibles de lograr. Es mi naturaleza. Me gusta compartir con mis hijos un momento normal en un lugar normal y, de repente, les digo: "Ahora es un momento particularmente increíble. Ahora. Tenemos que pensar eso incluso si no pasa nada especial. Ahora puede ocurrir el mejor momento de tu vida. Sin calcular nada, sin preparar nada”».Dautremer reviste esa normalidad de sugerencia, de sutileza, de matices y, al mismo tiempo, no esconde la crudeza que en ocasiones depara toda existencia. «Varias madres me han dicho que a sus hijos pequeños les ha gustado la página del entierro. Ellas no lo podían imaginar, pero ocurre. A veces, en los libros, no dejamos que los niños decidan si les interesa o no. Directamente decimos: “No es para ti, es demasiado duro”. Pero yo recuerdo cuando era una niña que me gustaba escuchar las historias de los adultos sin entender todo. Precisamente por eso me parecía un misterio: la muerte de alguien, problemas de dinero… No saber ni entender todo para mí es una parte de la lectura. Ese aspecto misterioso puede darme también una emoción. Es lo que trato de hacer en las páginas que son como álbumes de familia. En ellas el vínculo entre el texto y la imagen no siempre está implícito, pero así el lector puede imaginar, adivinar. La vida son cosas que podemos recordar y cosas que podemos olvidar, y eso es lo que quería reflejar en ellas», narra la artista.
En ese sugerir entre líneas (de texto y de dibujo), en ese universo de apariencia tierna, en esa filosofía de vida, Dautremer se mueve como pez en el agua, y piensa seguir haciéndolo: «Me gustaría continuar con los mismos protagonistas. No para hacer los mismos libros, pero sí para conservar el mundo, la filosofía del personaje y el personaje mismo. Ahora estoy trabajando en un libro troquelado en el que narraré una cita del conejo con su novia. La chica deberá atravesar todas las páginas para encontrarse con el amor de su vida. Y me gustaría proponer otras cosas luego, pero también estoy preparando una edición ilustrada para adultos de la novela "De ratones y hombres", de John Steinbeck».
TITULO: VIVA LA VIDA -La reacción de Serrat, medicina contra la intolerancia,. DOMINGO -30- DICIEMBRE ,.
El domingo -30- diciembre 2018 a las 16:00 por Telecinco , foto,.
La reacción de Serrat, medicina contra la intolerancia,.
Miles
de personas, entre ellas figuras políticas, de la cultura y el
periodismo, han compartido y comentado el vídeo en el que el intérprete
interrumpe su concierto en Barcelona para reprender a un individuo del
público,.
Si, según la última actualización del Diccionario de la Real Academia Española
(RAE), un viral es «un mensaje o contenido que se difunde con gran
rapidez en las redes sociales a través de internet», ya podemos afirmar,
sin miedo a equivocarnos, que Joan Manuel Serrat protagoniza el de esta Navidad.
El vídeo del momento en el que el intérprete interrumpió el concierto
que estaba ofreciendo, el pasado viernes, 22 de diciembre, en el
Auditori de Barcelona, para reprender a un espectador que le exigió, a
gritos, que cantara en catalán, ha sido uno de los más comentados, en
las últimas horas, en Twitter, hasta el punto de convertirse en «trending topic» (TT) durante la mayor parte del domingo.
[Serrat interrumpe un concierto en Barcelona para reprender a un espectador que le pidió cantar en catalán]
El «altercado», del que ABC fue uno de los primeros medios en dar cuenta
-primero en la web y, horas después, en su edición en papel-, a través
del periodista Javier Torres, que estaba en la actuación de la Ciudad Condal,
llamó la atención de cuantos internautas se toparon con él, indignados
con la actitud del fan, que pretendía añadir gasolina a un fuego que
lleva demasiado tiempo encendido. De hecho, las reacciones en la red
social del pajarito no se hicieron esperar, y fueron de todo color y
condición política.
Uno de los primeros fue el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera,
quien escribió: «Hablar, escribir o cantar en catalán y en castellano
es un orgullo y una suerte, no un problema. Que nunca nos obliguen a
renunciar a una de nuestras lenguas ni a la libertad. La cultura es
universal, Serrat es un barcelonés universal. Genial». En la misma línea
se manifestó la escritora y diputada
Marta Rivera de la Cruz,
responsable de Cultura del partido naranja, que aseguró, en respuesta a
un tuit del también diputado
Toni Cantó
(«El zasca de Serrat a un cateto»): «Al cateto que exigió a Serrat que
cantase en catalán habría que contarle que Serrat cantaba en catalán
cuando cantar en catalán era jugarse los cuartos».
Entre los comentarios más llamativos, el del diputado de ERC Gabriel Rufián,
que afirmó: «Interrumpir un concierto de Serrat por el idioma en el que
canta es como criticar un Picasso por el marco con el que lo cuelgan. Y
hasta aquí mi opinión sobre esto».
También se manifestaron, tuits mediante, los periodistas Jordi Évole («Dos minutos de Serrat. Tomar cada 8 horas para combatir la intolerancia. Venga de donde venga»), Edu Galán («Cuando un idiota se ve tan orgulloso de su idiotez como para gritar en un concierto de Serrat, algo va mal») y Maruja Torres
(«Abril 1967, primer concierto estelar de Serrat en el Palau; entre los
teloneros, la francesa Jocelyne Jocya: alguien del público le arrojó
calderilla e interpeló por cantar en francés y no en catalán. El Nano la
defendió con gallardía cuando salió. Some things never change»).
Ataques independentistas
Lo cierto es que la relación entre el «El noi de Poble Sec» y el independentismo
lleva tiempo tensándose. De hecho, Serrat ha tenido que aguantar
soflamas, insultos y amenazas de los más ultras defensores del «procés»,
que han llegado a calificarle de «traidor». Y todo por declaraciones
como la que Serrat hizo en tierras chilenas, hasta donde le había
llevado una extensa gira: «Cuando se produjo la declaración unilateral de independencia
de Cataluña, que por cierto duró ocho segundos, que como tiempo no es
mucho, yo no era partidario de que se produjera porque pensaba que no
nos llevaba a los catalanes ni a Cataluña a ningún lado que nos hiciera
avanzar positivamente como ciudadanos. Sigo pensando lo mismo».
A principios de este año, los independentistas incluso iniciaron una campaña en las redes sociales para boicotear
la emisión del documental «Serrat, el noi del Poble Sec», espacio
especial sobre la vida del cantautor. Finalmente, el programa pudo verse
en TV3, donde superó en un 11,5% los registros que normalmente tiene el formato «Sense Ficció» de la cadena pública catalana.
TITULO: VIVA LA VIDA -La reacción de Serrat, medicina contra la intolerancia,. DOMINGO -30- DICIEMBRE ,.
El domingo -30- diciembre 2018 a las 16:00 por Telecinco , foto,.
La reacción de Serrat, medicina contra la intolerancia,.
Miles
de personas, entre ellas figuras políticas, de la cultura y el
periodismo, han compartido y comentado el vídeo en el que el intérprete
interrumpe su concierto en Barcelona para reprender a un individuo del
público,.
Si, según la última actualización del Diccionario de la Real Academia Española
(RAE), un viral es «un mensaje o contenido que se difunde con gran
rapidez en las redes sociales a través de internet», ya podemos afirmar,
sin miedo a equivocarnos, que Joan Manuel Serrat protagoniza el de esta Navidad.
El vídeo del momento en el que el intérprete interrumpió el concierto
que estaba ofreciendo, el pasado viernes, 22 de diciembre, en el
Auditori de Barcelona, para reprender a un espectador que le exigió, a
gritos, que cantara en catalán, ha sido uno de los más comentados, en
las últimas horas, en Twitter, hasta el punto de convertirse en «trending topic» (TT) durante la mayor parte del domingo.
[Serrat interrumpe un concierto en Barcelona para reprender a un espectador que le pidió cantar en catalán]
El «altercado», del que ABC fue uno de los primeros medios en dar cuenta
-primero en la web y, horas después, en su edición en papel-, a través
del periodista Javier Torres, que estaba en la actuación de la Ciudad Condal,
llamó la atención de cuantos internautas se toparon con él, indignados
con la actitud del fan, que pretendía añadir gasolina a un fuego que
lleva demasiado tiempo encendido. De hecho, las reacciones en la red
social del pajarito no se hicieron esperar, y fueron de todo color y
condición política.
Uno de los primeros fue el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera,
quien escribió: «Hablar, escribir o cantar en catalán y en castellano
es un orgullo y una suerte, no un problema. Que nunca nos obliguen a
renunciar a una de nuestras lenguas ni a la libertad. La cultura es
universal, Serrat es un barcelonés universal. Genial». En la misma línea
se manifestó la escritora y diputada
Marta Rivera de la Cruz,
responsable de Cultura del partido naranja, que aseguró, en respuesta a
un tuit del también diputado
Toni Cantó
(«El zasca de Serrat a un cateto»): «Al cateto que exigió a Serrat que
cantase en catalán habría que contarle que Serrat cantaba en catalán
cuando cantar en catalán era jugarse los cuartos».
Entre los comentarios más llamativos, el del diputado de ERC Gabriel Rufián,
que afirmó: «Interrumpir un concierto de Serrat por el idioma en el que
canta es como criticar un Picasso por el marco con el que lo cuelgan. Y
hasta aquí mi opinión sobre esto».
También se manifestaron, tuits mediante, los periodistas Jordi Évole («Dos minutos de Serrat. Tomar cada 8 horas para combatir la intolerancia. Venga de donde venga»), Edu Galán («Cuando un idiota se ve tan orgulloso de su idiotez como para gritar en un concierto de Serrat, algo va mal») y Maruja Torres
(«Abril 1967, primer concierto estelar de Serrat en el Palau; entre los
teloneros, la francesa Jocelyne Jocya: alguien del público le arrojó
calderilla e interpeló por cantar en francés y no en catalán. El Nano la
defendió con gallardía cuando salió. Some things never change»).
Ataques independentistas
Lo cierto es que la relación entre el «El noi de Poble Sec» y el independentismo
lleva tiempo tensándose. De hecho, Serrat ha tenido que aguantar
soflamas, insultos y amenazas de los más ultras defensores del «procés»,
que han llegado a calificarle de «traidor». Y todo por declaraciones
como la que Serrat hizo en tierras chilenas, hasta donde le había
llevado una extensa gira: «Cuando se produjo la declaración unilateral de independencia
de Cataluña, que por cierto duró ocho segundos, que como tiempo no es
mucho, yo no era partidario de que se produjera porque pensaba que no
nos llevaba a los catalanes ni a Cataluña a ningún lado que nos hiciera
avanzar positivamente como ciudadanos. Sigo pensando lo mismo».
A principios de este año, los independentistas incluso iniciaron una campaña en las redes sociales para boicotear
la emisión del documental «Serrat, el noi del Poble Sec», espacio
especial sobre la vida del cantautor. Finalmente, el programa pudo verse
en TV3, donde superó en un 11,5% los registros que normalmente tiene el formato «Sense Ficció» de la cadena pública catalana.
[Serrat interrumpe un concierto en Barcelona para reprender a un espectador que le pidió cantar en catalán]
El «altercado», del que ABC fue uno de los primeros medios en dar cuenta -primero en la web y, horas después, en su edición en papel-, a través del periodista Javier Torres, que estaba en la actuación de la Ciudad Condal, llamó la atención de cuantos internautas se toparon con él, indignados con la actitud del fan, que pretendía añadir gasolina a un fuego que lleva demasiado tiempo encendido. De hecho, las reacciones en la red social del pajarito no se hicieron esperar, y fueron de todo color y condición política.
Uno de los primeros fue el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, quien escribió: «Hablar, escribir o cantar en catalán y en castellano es un orgullo y una suerte, no un problema. Que nunca nos obliguen a renunciar a una de nuestras lenguas ni a la libertad. La cultura es universal, Serrat es un barcelonés universal. Genial». En la misma línea se manifestó la escritora y diputada Marta Rivera de la Cruz, responsable de Cultura del partido naranja, que aseguró, en respuesta a un tuit del también diputado Toni Cantó («El zasca de Serrat a un cateto»): «Al cateto que exigió a Serrat que cantase en catalán habría que contarle que Serrat cantaba en catalán cuando cantar en catalán era jugarse los cuartos».
Entre los comentarios más llamativos, el del diputado de ERC Gabriel Rufián, que afirmó: «Interrumpir un concierto de Serrat por el idioma en el que canta es como criticar un Picasso por el marco con el que lo cuelgan. Y hasta aquí mi opinión sobre esto».
También se manifestaron, tuits mediante, los periodistas Jordi Évole («Dos minutos de Serrat. Tomar cada 8 horas para combatir la intolerancia. Venga de donde venga»), Edu Galán («Cuando un idiota se ve tan orgulloso de su idiotez como para gritar en un concierto de Serrat, algo va mal») y Maruja Torres («Abril 1967, primer concierto estelar de Serrat en el Palau; entre los teloneros, la francesa Jocelyne Jocya: alguien del público le arrojó calderilla e interpeló por cantar en francés y no en catalán. El Nano la defendió con gallardía cuando salió. Some things never change»).
Ataques independentistas
Lo cierto es que la relación entre el «El noi de Poble Sec» y el independentismo lleva tiempo tensándose. De hecho, Serrat ha tenido que aguantar soflamas, insultos y amenazas de los más ultras defensores del «procés», que han llegado a calificarle de «traidor». Y todo por declaraciones como la que Serrat hizo en tierras chilenas, hasta donde le había llevado una extensa gira: «Cuando se produjo la declaración unilateral de independencia de Cataluña, que por cierto duró ocho segundos, que como tiempo no es mucho, yo no era partidario de que se produjera porque pensaba que no nos llevaba a los catalanes ni a Cataluña a ningún lado que nos hiciera avanzar positivamente como ciudadanos. Sigo pensando lo mismo».A principios de este año, los independentistas incluso iniciaron una campaña en las redes sociales para boicotear la emisión del documental «Serrat, el noi del Poble Sec», espacio especial sobre la vida del cantautor. Finalmente, el programa pudo verse en TV3, donde superó en un 11,5% los registros que normalmente tiene el formato «Sense Ficció» de la cadena pública catalana.
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