- ¡ BUENOS DIAS JAVI Y MAR ! - CADENA 100 ,.
Lo mejor del programa ¡Buenos días, Javi y Mar! que se emite cada mañana en CADENA 100 de 06:00 a 11:00 y que presentan Javi Nieves y Mar Amate,etc.
Al rincón de pensar - Martes -1-ENERO,.
Al rincón, anteriormente conocido como Al rincón de pensar, fue un programa de televisión español en el que cada semana dos personajes de plena actualidad (cantantes, políticos, actores, deportistas) se someterán a las preguntas Risto Mejide en su particular rincón. Se emitió los martes a las 00:00 horas en Antena 3., etc.
7 DIAS CITAS , SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - CALLEJEROS - Mariano Guindal: «Ser crítico con el poder es la obligación del periodismo»,.
Mariano Guindal: «Ser crítico con el poder es la obligación del periodismo»,.
El veterano reportero, que dio la exclusiva del 'caso Rumasa', publica 'Un hombre con buena suerte', sus memorias vitales y profesionales,.
Nada parecía propicio para que el pequeño Mariano se acabara convirtiendo en uno de los periodistas españoles más respetados, pero la mezcla de talento, esfuerzo y una pizca de suerte dio fruto en este declarado marxista-leninista, «por Marx y Lennon», bromea. Huérfano temprano de padre, fue su madre la que lo dio todo para que aquel niño pudiera salir del barrio madrileño de chabolas en el que nació. «Decía Aznar que él había sido el milagro económico de España. Mentira. El milagro económico fue mi madre, que sacó adelante a mi familia fregando suelos, o la madre de Carlos Solchaga, que se dejó los ojos cosiendo para todo su pueblo. Este libro es un homenaje a esa generación de los años 50, la generación silenciosa», explica.
Universitario en el efervescente último franquismo, Mariano Guindal vivió la transición en los medios, en un momento en que la relación entre los políticos y los periodistas era tan cercana que llegaba a confundirse. Felipe González, Alfonso Guerra, los ministros de los años 80, líderes sindicales como Nicolás Redondo... Todos pasaron por la pluma de Guindal y, sin embargo, él supo guardar siempre las distancias. «Ser crítico con el poder es una obligación del periodismo, igual que el objetivo del periodismo no debe ser nunca hacer cambiar de opinión a la gente. El periodismo tiene que contar lo que sucede con contexto», apunta el reportero, que ha trabajado en la agencia Colpisa, Guadiana, Panorama, Diario 16 y La Vanguardia y ha escrito los libros 'El declive de los dioses' y 'Los días que vivimos peligrosamente'.
Con una pregunta bien hecha a Miguel Boyer destapó Guindal el 'caso Rumasa', uno de sus hitos en la profesión. Otro, ser el primer español que conoció a Bill Clinton antes de que llegara a la presidencia de Estados Unidos, cuando era gobernador de Arkansas. Y aun así, «los mejores reportajes son los que se quedan en el tintero del alma», asegura. Un alma a la que el periodismo agita, pero también consuela. «El día que enterraba a mi madre tenía una página en blanco en La Vanguardia. Me di cuenta de que mientras la escribía dejaba de sufrir», apunta Guindal, que mezcla en este libro su vida profesional con la personal, llena también de episodios intensos, como la adopción de su hijo San o la lucha contra el cáncer que libra desde 2005. «Hay que hablar del cáncer, hay que mirarlo a la cara», dice Guindal, cuya trayectoria es coherente con su frase preferida: 'carpe diem'.
TITULO: LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES -31- Diciembre - DOMINGO - 6 - ENERO - DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES - 1 - ENERO - Emily Blunt - Mary Poppins compite contra Spiderman y Aquaman en los cines,.
DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES -1 - ENERO .
El programa está conducido por la periodista catalana Susanna Griso. Cada semana visitará la casa de un personaje famoso relevante y mediante el hilo conductor de la entrevista, irá desgranando la vida de los famosos. Como novedad la periodista se instalará en las casas de los invitados durante dos días pasando una noche allí. El martes -1- ENERO a las 22:40 por antena 3, etc.
LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA - LA CHICA LUNES -31- Diciembre - DOMINGO - 6 - ENERO -Emily Blunt - Mary Poppins compite contra Spiderman y Aquaman en los cines,.
fotos / Emily Blunt - Mary Poppins compite contra Spiderman y Aquaman en los cines,.
Vea los tráilers de los estrenos de la cartelera de cine del fin de semana,.
Esta semana la cartelera llega repleta de superhéroes, ya sea por la nueva cinta animada del hombre araña, 'Spiderman: un nuevo universo', por la primera aventura de 'Aquaman', o por la secuela de la superniñera mágica más querida de la gran pantalla, 'El regreso de Mary Poppins'.La niñera más famosa y cantarina de la historia del cine, Mary Poppins, vuelve a la gran pantalla en una nueva versión dirigida por Rob Marshall, con Emily Blunt en el mítico papel que le diera a Julie Andrews su único Óscar.
Secuela de la original de Disney, ambientada 20 años después del clásico de 1964, presenta grandes novedades tecnológicas junto a una infinidad de guiños y homenajes que la convierten en una de las apuestas familiares más deseables para estas navidades.
Spiderman: un nuevo universo
Nueva aventura del hombre araña
En esta aventura, Miles deberá convertirse en el Spiderman de su universo, teniendo como maestro a un auténtico Hombre Araña de una realidad alternativa; la idea es que todas la versiones de Spiderman de los distintos universos vecinos unidos puedan luchar y derrotar un peligro que amenaza a todo el «multiverso».
Aquaman
El origen del rey de los mares
El actor hawaiano Jason Momoa (Khal Drogo en 'Juego de Tronos'), que ya debutó como superhéroe en 'Liga de la justicia', encarna al mítico personaje del Universo DC acompañado por Amber Heard y Willem Dafoe, además de Nicole Kidman como reina Atlanna.
Un asunto de familia
Nueva obra maestra de Hirozaku Kore-eda
En la película, una familia de clase baja sobrevive en la difícil ciudad de Tokio a base de robos hasta que, un día cualquiera, conocen una niña abandonada que está helada de frío. Reacios a aceptarla, la madre acabará compadeciéndose de ella sin ser consciente de la identidad que esconde.
Dantza
El arte de las danzas tradicionales vascas
Protagonizado por Amaia Irigoyen, Gari Otamendi, Ainara Ranera y Joseba Astarbe, entre otros, este filme de tono dramático llega a contar con hasta 200 danzantes en algunos planos.
Sobre ruedas
Un retrato optimista de la discapacidad
Conocido por sus diversos papeles en comedias francesas como la trilogía de 'Camping' o 'Incógnito', el actor Frank Dubosc ('Le Petit-Quevilly', 1955) ha decidido dar un salto a la dirección con 'Sobre ruedas', una comedia romántica que también protagoniza, junto a la actriz Alexandra Lamy.
Perdidos en parís
El retorno de la comedia física y burlesca
Fiona, una bibliotecaria de Canadá, llega a París con el fin de ayudar a su tía Martha, aterrorizada porque va a ser internada en una residencia de ancianos a pesar de que «solo» tiene 88 años. Al llegar a la capital, la protagonista pierde su equipaje y la pista de su abuela, dando comienzo así a una serie de cómicas situaciones que le llevarán a cruzarse con el vagabundo Tom.
TITULO: Viajeros Cuatro -Madrid celebra «agradecido» el adiós de Rosendo, uno de los suyos,.
El Miércoles-26-DICIEMBRE - a las 22:45 por La cuatro,foto,.
Madrid celebra «agradecido» el adiós de Rosendo, uno de los suyos
Al carabanchelero aún le quedan dos noches consecutivas de guitarrazos en Barcelona,.
«Ha recibido mucho cariño y me duele tener que parar, pero nos hacemos viejos», ha confesado ante más de 15.000 personas, tras ofrecer en el WiZink Center 100 minutos de eso que él venía a definir (en parte desde la modestia) como variaciones de «tres acordes» lanzadas con «mala leche y punto», plenas de conciencia de clase.
Rosendo (Madrid, 1954) se va así «ni quemado ni desvanecido, en lo más alto», según el comunicado de su despedida, como referente del rock urbano y de la música española tras 45 años de profesión en los que militó en Ñu y Leño y, tras la disolución de esta banda en 1983, con una carrera en solitario que llega al reciente 'De escalde y trinchera' (2017) y que arrancó con 'Loco por incordiar' (1985).
Especialmente importante ha sido este álbum en el repertorio de la noche, unas dos docenas de canciones que han intentado recorrer lo mejor de su carrera, obviando de manera flagrante sus discos de los años 90, de 'La tortuga' (1992) a 'A tientas y barrancas' (1998).
En total han sido 16 los discos de estudio firmados por Rosendo, que no concedió entrevistas tras el anuncio de su retirada, aunque previamente venía anticipándola. Entre otras cosas, decía que le había encontrado el sentido a «cortar el césped», que se veía «fuera de lugar» y que cada vez le resultaban más pesadas la vida pública y la carretera.
De hecho, se volvían más habituales sus retiros al pueblo burgalés del que es originaria su mujer, donde escribió su último álbum, en huida del Madrid del que tanto ha «contado y cantado» y que no hace mucho lo distinguió con la Medalla de Oro de la ciudad.
Parecía lógico que la despedida definitiva hubiese sido aquí, pero en una decisión no compartida por parte de su público, al carabanchelero aún le quedan dos noches consecutivas de guitarrazos en Barcelona a partir de este sábado.
Con todo, los numerosos incondicionales que ya en verano disfrutaron de su directo en el festival Cultura Inquieta de Getafe (Madrid) han vuelto a responder a su última llamada en la capital para agotar, hace dos meses y medio, todo el aforo del popularmente conocido como Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, en el que no recalaba desde 2015.
Veinte minutos más tarde de lo estipulado, tras el previo de su hijo, Rodrigo Mercado, lo vivido esta noche ha sido una celebración, una eucaristía de esta parroquia de fieles que han reivindicado más que a su mesías, a su vecino, para regodearse todos juntos entre saltos de guitarra e himnos colectivos de resistencia, como la inicial «Aguanta el tipo», a 100 por hora desde el primer minuto.
«¡Estamos con vosotros, colegas!», ha exclamado al público la melena plateada más famosa del rock español (con el permiso de Robe Iniesta), justo después de remachar los sonoros versos de 'Muela la muela': «¡Viva la revolución!».
En ese ritmo raudo se han sucedido las sacudidas de realidad hechas palabra, los 'El ganador', 'Deja que les diga que no' o 'Cúrame de espanto', antes de frenar ligeramente hacia una pauta más densa con 'No son gigantes' o sumergirse entre las cuerdas de su Fender en el desfiladero de 'Mala vida', una de las más coreadas («Mala vida, mala gente, poco más / y si cruzas el puente la das»).
La denuncia política de 'Vergüenza torera' ha dado pase a la seminal 'El tren' de Leño («una canción que hice de chaval», ha señalado), poniendo al respetable a saltar y dejando todo listo para uno de los clímax de la velada, 'Flojos de pantalón', una canción «más» que, según cuenta, el público hizo importante.
Con la misma fuerza desde el escenario que de la pista ha resonado este catártico tema en las paredes del Palacio («Son la musa que inspira la ambición, sueño de libertad / Noches al pie del cañón, fuerza de voluntad»), en el inicio de la traca final con 'Masculino singular', 'Pan de higo' y 'Navegando'.
«Madrid, han sido muchos años, pero todo se acaba. No me gusta hablar y no me gustan las despedidas, volveremos a vernos, aunque sea en la otra vida», ha prometido, antes de enfilar el final con los imprescindibles 'Agradecido', 'Loco por incordiar', 'Maneras de vivir' y 'Qué desilusión'.
Para la esperanza, o para el enfado, según cómo se plantee uno el propósito (comercial o no) de esta gira, el artista dejó una puerta abierta en su comunicado: «Rosendo se toma un respiro en un camino que no conoce el punto y aparte y queda en puntos suspensivos».
TITULO: Ven a cenar conmigo - -No sé nada del disco de Amaia,.
-No sé nada del disco de Amaia,.
foto / Alfred García publica '1016', su nuevo trabajo, que cuenta con la colaboración de su expareja y ganadora de 'Operación Triunfo'.
foto / Alfred contesta rápido, con frases cortas. Y no deja de sonreír. Se le ve contento. Esta semana salió a la venta su tercer disco, '1016', el primero desde que salió de la academia que le dio a conocer a todo el país. Un trabajo con una gran multinacional (Universal) en el que el cantante catalán (El Prat de Llobregat, 1997) reivindica su paso por 'Operación Triunfo'.«Estoy aquí gracias al concurso», incide, sin renegar del fenómeno social, y antes de añadir que llamar así al disco es «una manera de reivindicar los orígenes, de decir que no solo soy un número, que soy una persona, un músico». Esas vivencias se traducen en 16 canciones, de las que solo cuatro compuso fuera de los muros académicos. «Son más maduras a nivel de letra y hablan de lo que ha pasado fuera de la Academia. Allí todo era un sueño pero nadie te prepara para salir fuera», explica. Temas que conforman «un disco rico en colores», con una línea marcada que es el rock, pero con mezclas «con el pop, el soul o la electrónica de 'Wonder'». Una canción que comparte con la artista catalana, Pavvla, una artista con la que tenía muchas ganas de colaborar, al igual que con Love of Lesbian -«Hacen canciones sin techo»- y Amaia Romero. Juntos cantan en catalán 'Et vull veure'. «A Amaia le planteé la opción de cantar en catalán. Le encantó la idea. Nos fuimos una semana a Menorca, le enseñé a pronunciar bien y salió el tema», resume conciso. Sobre si le devolverá la 'visita' en el futuro trabajo de la navarra, Alfred es rotundo: «No sé nada del disco de Amaia, no he escuchado nada y no sé nada de nada».
«Me sentía raro, como un padre», dice el músico barcelonés, que solo tiene 21 años y que ya pudo paladear la experiencia de acudir a Eurovision. A pesar de las críticas que recibieron tanto él como Amaia y el mal resultado, el músico, compositor y productor -también ejerció esta función en '1016'- no descarta volver a representar a España. «¿Por qué no? A mí me encantaría».
TITULO: ¿Te lo vas a comer ? - El tiempo, la amistad y los chipirones,. . Alberto Chicote ,.
El miercoles -26-Diciembre a las 22:30 por La Sexta,fotos.
El tiempo, la amistad y los chipirones,.
Hace 30 años conocí a mi amigo Eduardo Mendicutti. Hace poco volvió a Madrid y organicé una cena para él. Desde entonces, me siento mejor,.
HACE TREINTA AÑOS, una huelga de Iberia me regaló el mejor amigo que he hecho en la literatura. Y en la vida.
Tienes que ir… Antonio López Lamadrid, el mejor editor que, a su vez, habría podido soñar, me llamó para anunciarme que no podría venir a Madrid. Hay huelga en el puente aéreo, pero debes ir a apoyar a la editorial y a conocer a Mendicutti, un escritor extraordinario que te va a caer muy bien. La presentación de Tiempos mejores era en Chicote, mi primera novela no llevaba ni dos meses publicada y, como de costumbre, Toni acertó. Aquella noche conocí a Eduardo, pero lo mejor fue que Miguel García Sánchez, distribuidor de Tusquets en funciones de editor por culpa de Iberia, me invitó a cenar con él, y me lo pasé tan bien que, al despedirnos, le di las gracias. A mí, ahora, me llegan muchas invitaciones, ¿sabes?, le dije, pero no voy nunca a ningún sitio, porque como no conozco a nadie… ¡Ah!, los ojos de Eduardo se iluminaron, a mí me pasa lo mismo, que no conozco a casi nadie, así que, si quieres, podemos ir juntos. No podría haber tenido una idea más brillante que aquella que me convirtió en su pareja de hecho en todos los saraos literarios del Madrid de los noventa, un escenario donde protagonizamos muchas noches memorables, con y sin criados filipinos.
Hace 15 años, hice chipirones en su tinta para Eduardo, porque sabía que eran su plato favorito.
En aquella época, ya no solíamos ir a muchas presentaciones, ni juntos, ni por separado. Los dos nos habíamos cansado al mismo ritmo de la egomaniaca purpurina de la sociedad literaria, y yo, además, tenía una hija pequeña, pero, a cambio, organizaba muchas cenas y fiestas en mi casa. Él, que siempre ha encabezado la lista de los invitados imprescindibles, sonrió al ver la fuente repleta de bultos impregnados en salsa negra y comentó que las únicas personas que le hacían chipirones éramos su madre y yo. Y siguió pasando el tiempo, las fiestas, las cenas, los libros, la vida compartida, las presentaciones que ya no eran de otros, sino nuestras, porque he presentado muchas novelas de ese extraordinario escritor que es Eduardo Mendicutti, porque Eduardo ha sido el inmejorable presentador de muchas novelas mías y, sobre todo, porque los dos nos lo hemos seguido pasando igual de bien que la primera noche.
Hace unos cinco años, en otra cena, en la misma mesa, ante una fuente parecida, dijo algo que me impresionó.
Ahora, ya, la única que me hace chipirones eres tú, porque mi madre está muy mayor, pobrecita… Aquella frase resonó en el comedor de mi casa como un mandato moral, y en aquel momento todos los demás amigos comprendieron que estaban abocados a los chipirones, entre otras cosas, cada vez que les invitara a mi casa a cenar. El plato favorito de Eduardo se convirtió en una segunda versión de las croquetas o las tortillas de patatas que hago siempre para que mi marido, en guerra perpetua con los exotismos gastronómicos, pueda cenar algo cuando tenemos invitados. Como siempre me apetece cocinar otras cosas para los demás, los caprichos de los dos hombres de mi vida me complican mucho el menú, pero no me importa. Los chipirones en su tinta han jalonado la última etapa de mi larga amistad con Eduardo Mendicutti, pero en los últimos tiempos han cobrado una importancia capital para mi equilibrio sentimental.
Porque el verano pasado, Eduardo cerró su casa de Madrid y se instaló en Sanlúcar de Barrameda.
Intenté disuadirle con tan poco éxito como el que suelen cosechar mis consejos sobre su vida amorosa, hasta que me di cuenta de que no me impulsaba su interés, sino el mío. Perder a mi amigo más antiguo me daba pánico, aunque supiera que le vería en Madrid cada dos por tres, que en verano apenas nos separarían unos pocos kilómetros, que tenerle allí me animaría a ir a Cádiz con más frecuencia en invierno. Comprendí que el paso del tiempo me daba más vértigo que la distancia, pero el conocimiento no mejoró mi estado de ánimo. Regresar a Madrid sin él me produjo una tristeza mayor de la que yo misma habría podido calcular.
Pero antes de que empezara octubre, Eduardo volvió a Madrid, organicé una cena para él, volví a cocinar chipirones en su tinta. Desde entonces, me siento mucho mejor.
Tienes que ir… Antonio López Lamadrid, el mejor editor que, a su vez, habría podido soñar, me llamó para anunciarme que no podría venir a Madrid. Hay huelga en el puente aéreo, pero debes ir a apoyar a la editorial y a conocer a Mendicutti, un escritor extraordinario que te va a caer muy bien. La presentación de Tiempos mejores era en Chicote, mi primera novela no llevaba ni dos meses publicada y, como de costumbre, Toni acertó. Aquella noche conocí a Eduardo, pero lo mejor fue que Miguel García Sánchez, distribuidor de Tusquets en funciones de editor por culpa de Iberia, me invitó a cenar con él, y me lo pasé tan bien que, al despedirnos, le di las gracias. A mí, ahora, me llegan muchas invitaciones, ¿sabes?, le dije, pero no voy nunca a ningún sitio, porque como no conozco a nadie… ¡Ah!, los ojos de Eduardo se iluminaron, a mí me pasa lo mismo, que no conozco a casi nadie, así que, si quieres, podemos ir juntos. No podría haber tenido una idea más brillante que aquella que me convirtió en su pareja de hecho en todos los saraos literarios del Madrid de los noventa, un escenario donde protagonizamos muchas noches memorables, con y sin criados filipinos.
Hace 15 años, hice chipirones en su tinta para Eduardo, porque sabía que eran su plato favorito.
En aquella época, ya no solíamos ir a muchas presentaciones, ni juntos, ni por separado. Los dos nos habíamos cansado al mismo ritmo de la egomaniaca purpurina de la sociedad literaria, y yo, además, tenía una hija pequeña, pero, a cambio, organizaba muchas cenas y fiestas en mi casa. Él, que siempre ha encabezado la lista de los invitados imprescindibles, sonrió al ver la fuente repleta de bultos impregnados en salsa negra y comentó que las únicas personas que le hacían chipirones éramos su madre y yo. Y siguió pasando el tiempo, las fiestas, las cenas, los libros, la vida compartida, las presentaciones que ya no eran de otros, sino nuestras, porque he presentado muchas novelas de ese extraordinario escritor que es Eduardo Mendicutti, porque Eduardo ha sido el inmejorable presentador de muchas novelas mías y, sobre todo, porque los dos nos lo hemos seguido pasando igual de bien que la primera noche.
Hace unos cinco años, en otra cena, en la misma mesa, ante una fuente parecida, dijo algo que me impresionó.
Ahora, ya, la única que me hace chipirones eres tú, porque mi madre está muy mayor, pobrecita… Aquella frase resonó en el comedor de mi casa como un mandato moral, y en aquel momento todos los demás amigos comprendieron que estaban abocados a los chipirones, entre otras cosas, cada vez que les invitara a mi casa a cenar. El plato favorito de Eduardo se convirtió en una segunda versión de las croquetas o las tortillas de patatas que hago siempre para que mi marido, en guerra perpetua con los exotismos gastronómicos, pueda cenar algo cuando tenemos invitados. Como siempre me apetece cocinar otras cosas para los demás, los caprichos de los dos hombres de mi vida me complican mucho el menú, pero no me importa. Los chipirones en su tinta han jalonado la última etapa de mi larga amistad con Eduardo Mendicutti, pero en los últimos tiempos han cobrado una importancia capital para mi equilibrio sentimental.
Porque el verano pasado, Eduardo cerró su casa de Madrid y se instaló en Sanlúcar de Barrameda.
Intenté disuadirle con tan poco éxito como el que suelen cosechar mis consejos sobre su vida amorosa, hasta que me di cuenta de que no me impulsaba su interés, sino el mío. Perder a mi amigo más antiguo me daba pánico, aunque supiera que le vería en Madrid cada dos por tres, que en verano apenas nos separarían unos pocos kilómetros, que tenerle allí me animaría a ir a Cádiz con más frecuencia en invierno. Comprendí que el paso del tiempo me daba más vértigo que la distancia, pero el conocimiento no mejoró mi estado de ánimo. Regresar a Madrid sin él me produjo una tristeza mayor de la que yo misma habría podido calcular.
Pero antes de que empezara octubre, Eduardo volvió a Madrid, organicé una cena para él, volví a cocinar chipirones en su tinta. Desde entonces, me siento mucho mejor.
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