DESAYUNO CENA - MARTES - MIERCOLES - JUEVES - VIERNES - Iberocio espera a 40.000 visitantes . , fotos.
Iberocio espera a 40.000 visitantes .
Un edificio de Ifeba se destina a niños pequeños con hinchables o atracciones y el otro, a adolescentes con videojuegos y tirolinas,.
En Iberocio se montan tirolinas, hinchables, videojuegos y karting, pero la cocina entusiasma. En los diez mil metros cuadrado de Ifeba resulta imposible aburrirse. Plan recomendable para familias con niños pequeños de la ciudad, del Alentejo y de los pueblos hasta el próximo domingo. Funciona en doble sesión. De diez a dos por la mañana y de cinco a nueve por la tarde. A dos euros la entrada, aunque hay bonos de 10 pases por 12 euros. La institución ferial de Badajoz estima que pasarán por allí 40.000 visitantes.
Las previsiones las respaldan en la variada oferta. Hay más de un centenar de posibilidades encerradas en los tres pabellones. En el primer edificio se han montado los espacios para mayores de diez años; en el segundo, los de los más pequeños; y la planta baja la ocupan los militares del Ejército de Tierra. Academias de bailes, clubes deportivos o empresas de animación que ofertan extraescolares durante el curso encuentran también su hueco.
Para los aficionados a los videojegos hay una pantalla de cinco metros de largo por tres de ancho en la que se disputa un torneo del popular FIFA 2019. Según van pasando ronda, se les cita el domingo para las fases finales. En esta zona 'gamers' hay quien opta por esperar su turno para subirse a los simuladores de realidad virtual. Triunfa la montaña rusa. Incluso entre los padres.
Para los más atrevidos hay una tirolina a la que escalan por un rocódromo de casi ocho metros de altura y un rincón de parkour para saltar sobre tapias y un potro.
En el exterior pueden subirse a los coches del circuito de karting o jugar a torneos de minifútbol. En el escenario central se suceden los conciertos en directo de grupos que cantan con canciones infantiles y detrás de un biombo los monitores enseñan bailes urbanos y a deslizarse sobre una barra vertical. Pole dance le llaman.
Los padres
Los padres encuentran su respiro en una habitación en la que cada poco tiempo dan trucos para manejar mejor el móvil, la réflex o la thermomix. A veces se llena la sala.En el salón de los militares, los niños pueden tirarse desde la tirolina que parte de la galería y acaba sobre un tanque de obús. Los soldados les enseñan el interior de un carro de combate Leopardo, les prestan sus cascos o sus chalecos y les explican el desenterramiento de las minas anticarros.
La Brigada Extremadura XI aprovecha también para promocionar el Desafío San Fernando, la prueba deportiva que combina ruta a pie y en bici cada primer domingo de abril en las instalaciones de la base. Iberocio supone también un dinero extra para los 170 monitores contratados que se encargan de poner orden. Algunos se trasladan hoy al Materno Infantil para jugar con los niños ingresados en el hospital.
En la inauguración de ayer, el alcalde Fragoso destacó que con Iberocio no buscan solo entretener, también se preocupan de promocionar el arte, la cultura y la ciencia. Aunque pasa más desapercibido, hay mesas con expertos en robótica, biología y geología. No todo va a ser jugar.
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Realmadrid TV el jueves -3- ENERO , a partir de las 22:30 h, una nueva entrega de Campo de estrellas. En esta ocasión el protagonista será , Real Madrid: Como el Madrid de Di Stéfano ,.
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Llega La Saeta
odo cambió con la llegada al Madrid de Di Stéfano. El equipo tomó el mando primero en España, aunque fue sobre todo el nacimiento de la Copa de Europa (otro empeño de un Bernabéu que siempre soñaba en grande) lo que le situó en otra dimensión. Mientras en la Liga el Madrid hacía frente al poder de los Barcelona, Athletic de Bilbao o Atlético de Madrid, el Madrid se embarcaba en la primera singladura de la Copa de Europa (temporada 1955-56), sin saber muy bien en qué puerto amarraría esa nave. Siete décadas después, se puede decir que la Copa de Europa, ahora la Champions, es el torneo que da sentido a la existencia del Madrid como club. Y el germen de esa evidencia hay que buscarlo en el glorioso segundo lustro de la década de los 50, en el que el Madrid ganó cinco Copas de Europa consecutivas (Stade de Reims, dos veces, Fiorentina, AC Milan y Eintracht de Frankfurt) para convertirse en el referente mundial de un deporte que , definitivamente, había llegado para quedarse. La cima de aquel equipo llegó en 1960, cuando aplastó a los alemanes por 7-3 en la final de Hampden Park y, unos meses después, pulverizó al Peñarol para hacerse con la primera Intercontinental de la historia.
Luego llegó la travesía del desierto, con ese oasis que supuso La Sexta del equipo Ye-yé... Y después, 32 años de nada, de frustraciones, de sueños rotos, de bestias negras. Mucho tiempo pasó hasta que el Madrid restañó un prestigio hecho jirones en Ámsterdam, el 20 mayo de 1998. El gol de Mijatovic, uno de los más celebrados en la historia del club, devolvió al Madrid el calor de un gloria que se supo conservar en la bisagra entre los siglos XX y XXI. Tras la Séptima, llegaron dos Champions más, tres en cinco años, que marcan el inicio de la era moderna del club. Los Raúl, Hierro, Redondo, Sanchís, Zidane o Guti también merecen un capítulo en cualquier repaso de la historia madridista.
La explosión
Pero sus conquistas, tan importantes como reconocidas, palidecen al lado de las del Madrid actual, el que arranca en 2009 con Florentino y Cristiano como estandartes. Aunque fue un proceso de cocción lenta. Todo empezó con gol, como tantas cosas en el fútbol. En esta ocasión fue Sergio Ramos el que desbocó el corazón de los madridistas con el tanto que abrió de par en par las puertas de la Décima. Cierto que no fue el gol de la victoria, pero también que el triunfo parecía imposible hasta que llegó aquel testarazo racial del ahora capitán blanco.
Desde entonces, sólo la Juventus de Morata ha podido con el Madrid en Europa. Todo lo demás han sido conquistas de los blancos: la Undécima en Milán, de nuevo agónica ante el Atlético; la Duodécima en el baile de Cardiff a la Juventus: y la Decimotercera de la chilena de Bale al Liverpool en Kiev. Cada una de las cuatro ha llevado aparejada la conquista de su correspondiente Mundial de Clubes (San Lorenzo, Kashima, Gremio y Al Ain), y en tres de cuatro posibilidades ha caído esa pedrea, a la que no tenía acceso el Madrid de los pioneros, de la Supercopa de Europa. Dos Ligas y dos Copas completan la cosecha de esta década prodigiosa 2009-2018, y sitúan al Madrid actual a la altura de su leyenda. Un camino que se empezó a transitar en París en la final de la Primera y que el domingo llevó a los blancos hasta Abu Dabi. Continuará.
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