El lunes -24- diciembre por La 1 a las 23.45, foto.
La unificación de licencias de caza y pesca llegará en el próximo trimestre,.
La nueva ley de caza, que acaba de iniciar su tramitación en la Asamblea, elimina burocracia y rebaja el coste de las tasas,.
El Gobierno regional y el sector cinegético extremeño coinciden en que la nueva ley de caza, en tramitación en la Asamblea, servirá para mejorar el sector con una mayor simplificación administrativa y una rebaja de las tasas que se cobran actualmente, entre otros aspectos. Ese mensaje quedó claro durante el desarrollo del Consejo Asesor de Caza, cita en el que el Ejecutivo de Guillermo Fernández Vara volvió a subrayar la importancia que tiene la caza para Extremadura mientras que el sector constató que tiene el respaldo no solo de la Junta sino del conjunto de las formaciones políticas extremeñas.La consejera de Medio Ambiente y Rural, Begoña García Bernal, presidió una reunión del Consejo Asesor de Caza en el que se abordaron los avances de la Ley de Caza, que servirán para corregir y perfeccionar la vigente en un sector clave en Extremadura. Lo es porque mueve 380 millones de euros cada año y ayuda también a fijar población en las zonas rurales. Según la consejera, esta renovada normativa servirá para perfeccionar la ya vigente y eliminará burocracia.
Como avanzó HOY el 24 de noviembre, el Gobierno de Vara y el sector han logrado consensuar cambios en la Ley de Caza. El grupo parlamentario del PSOE ha sido quien ha tramitado en la Asamblea estas modificaciones. La nueva ley será aprobada en el próximo trimestre. El establecimiento de una licencia única de caza y de pesca frente a la decena de permisos existentes ahora; la fijación de tasas más reducidas; la autorización para la caza del jabalí al salto y una mayor facilidad para poder formar parte de las sociedades locales de cazadores son los puntos básicos que aparecen en la propuesta de modificación de la ley de caza y de tasas de Extremadura registrada por los socialistas.
Cambios
El presidente de la Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza), José María Gallardo, valora esas modificaciones, que suponen entre otros aspectos una bonificación del 10% en la tasa de la licencia de caza tanto para los cazadores menores de 25 años como para los cazadores que estén inscritos en Fedexcaza. En cuanto a la pesca se contemplan bonificaciones del 25% para menores de 16 años y familias numerosas.Del mismo modo, la renovada ley recogerá, por primera vez, el deber de custodia de las personas que transiten con perros por terrenos cinegéticos o zonas de seguridad.
El reconocimiento de la modalidad de caza de jabalí al salto es otro de los puntos clave de la reforma de la ley. De esta manera se cumple con una demanda unánime en el sector y se favorecerá en zonas agrícolas y ganaderas el control poblacional de esa especie cuyo censo abultado propicia la propagación de la tuberculosis bovina.
Otro cambio legal que se incluye es que la superficie mínima para constituir un coto social pasa de las 250 hectáreas de ahora a las 400, equiparando así la superficie de un coto social con la que se establece para uno privado.
Se reconoce la modalidad de jabalí al salto y la equiparación de la superficie de los cotos
De otra parte, a preguntas de los medios sobre las declaraciones de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien a título personal cuestionó la caza y las corridas de toros, José María Gallardo
indicó que son desacertadas y agradece el apoyo por parte de las
distintas formaciones políticas extremeñas que han dejado clara su
postura.En la reunión del Consejo Asesor de Caza se analizó igualmente la situación de la mixomatosis de la liebre. Además se reconoció la concienciación que existe en Extremadura ante la llegada al norte de Europa de la peste porcina africana.
TITULO: Documentos TV -Veganos contra antiveganos: así será la guerra 'gastro' de 2019 , Martes -25- Diciembre ,.
El Martes -25- diciembre por La 2 a las 23.45, foto.
Veganos contra antiveganos: así será la guerra 'gastro' de 2019,.
Tras el boom de la
comida vegana, llega el contraataque: cada vez más expertos afirman que
esta dieta es dañina para la salud. Será uno de los debates 'gastro' del
año que ahora empiezaHay que confesarlo: allá por los años
80 y 90 los cronistas gastronómicos dedicaban escasa atención a los
primeros restaurantes vegetarianos que empezaron a funcionar en Madrid:
el de la calle de Esquilache, el de Manuela Malasaña... Y es que la
clave era el término «gastronómico», y ese valor estaba bien poco
presente en aquellos templos de la sosez. Así que solíamos pasar de
largo tras una primera visita para conocer el nuevo fenómeno.
Pero, como ya saben, el movimiento vegetariano no ha dejado de crecer y de extenderse. Las fuentes bien informadas nos indican que en 2010 abrió el primer restaurante vegano en la capital española, y al año siguiente algo más radical todavía, el primer crudivegano. Es un mundo que los omnívoros tocamos poco, aunque en cuestión de sabores y de placer culinario algunos hayan dado pasos positivos, menos mal.
Sin embargo, la reacción opuesta también se manifiesta hoy con más fuerza, a partir de países como Estados Unidos donde el vegetarianismo y el veganismo se extendieron mucho antes. Y la polémica entre omnívoros y veganos, que marcha en paralelo a toda la polémica sobre el animalismo que tantas manifestaciones está teniendo en España, va sin duda a crecer en 2019.
Y aquí la cuestión no es si las alcachofas son más o menos sabrosas -y lo son, y mucho-, sino si tan sólo con una dieta vegetal se preserva la salud. Y sin salud el gastronomadismo que en esta página se defiende pierde todo su sentido...
Recientemente, el nutricionista Juan Revenga reaccionaba con impaciencia y rechazo ante la publicación en España -con nueve años de retraso- de la obra de la norteamericana Lierre Keith, El mito vegetariano (Capitán Swing), que en su día causó polémica en Estados Unidos con su denuncia frontal de las dietas vegetarianas y veganas que la autora había seguido en su juventud. Revenga estigmatizaba la falta de base científica en la argumentación de Keith, la definía como «metafísica de parvulario disfrazada de nutrición» y respondía: «Con los motivos adecuados, con una suficiente objetividad y con dos dedos de frente se puede ser tanto un buen vegetariano como un buen omnívoro. Sin esos ingredientes podemos encontrarnos con discursos como los del libro El mito vegetariano que flaco servicio hace a cualquier seguidor de cualquiera de las opciones alimentarias».
Otra visión más radical y algo truculenta expresaba en La Verdad de Murcia Salvador Zamora, catedrático emérito de Fisiología de la universidad murciana, denunciando la impostura de la dieta vegana: «No solamente no es saludable sino que no se puede seguir. No hay ninguna persona en el mundo que siga una dieta vegana estricta porque es incompatible con la vida. ¿Entonces, por qué no están muertos? Porque toman complementos químicos -que tanto critican- o de síntesis, o extraídos de productos naturales. Si un señor me dice que es vegano, yo le respondo: 'Te estoy mirando y no eres vegano'. Le estoy mirando el color de la piel, las mucosas, el brillo de los ojos, los labios, y eso me está diciendo que está tomando cosas que no proceden de alimentos vegetales, porque no aportan ácidos grasos poliinsaturados en cantidad suficiente, ni algunos aminoácidos, algunas vitaminas ni hierro en cantidad suficiente. Sin todo esto se desarrollan enfermedades importantes, tan importantes que si se prolongan en el tiempo producen la muerte. Hablamos de la anemia megaloblástica, la anemia perniciosa, etcétera».
De hecho, incluso una dietista vegana como Lucía Martínez, codirectora del Centro de Nutrición Aleris de Madrid, entrevistada en La Vanguardia, reconocía, por una parte, que «alrededor del 90% de los nuevos productos veganos son insalubres» por tratarse de alimentos altamente procesados industrialmente y que contienen ingredientes de dudosa calidad, y, por otra parte, recordaba que incluso con la más natural y sana dieta vegana es imprescindible suplementarla de manera permanente con vitamina B12. Su falta es justamente la que provoca anemia megaloblástica.
Esta pasada semana llegaban noticias más precisas y más inquietantes: en el conjunto de Europa y en los grupos de edad más jóvenes, que son los que con más entusiasmo están pasándose a la alimentación vegetal, ya se está observando un incremento de los problemas de salud.
La inquietud no es, en efecto, una exclusiva de España. Lean a la Doctora Miriam Stoppard, popular en Gran Bretaña por sus libros y sus programas de televisión, comentar la actual extensión de las deficiencias en hierro: «Es un signo de los tiempos. Las dietas que excluyen grupos enteros de alimentos, las modas alimentarias poco sanas, las dietas veganas que excluyen la mejor fuente de hierro, que es la carne, todo ello contribuye. Sí, en parte se puede culpar al incremento de dietas vegetarianas y veganas. El tipo de hierro que sólo se encuentra en la carne se absorbe mucho más fácilmente que el que hay en algunas plantas».
Veremos en los próximos meses si de este choque de trenes pueden derivarse soluciones intermedias que beneficien la salud y, de paso, la satisfacción con la comida. Por ejemplo, existe una escuela que propugna una alternancia: dieta vegetariana, pero con pequeños respiros, más o menos espaciados en el tiempo, para comer un día carne o pescado.
La mesura, la moderación, parecen actitudes sensatas que merecen más seguimiento. Pero reconozcamos que, en alimentación como en lo demás, los tiempos son más de extremismo y confrontación. Así que, literalmente, ¡apriétense los cinturones en 2019!,.
Pero, como ya saben, el movimiento vegetariano no ha dejado de crecer y de extenderse. Las fuentes bien informadas nos indican que en 2010 abrió el primer restaurante vegano en la capital española, y al año siguiente algo más radical todavía, el primer crudivegano. Es un mundo que los omnívoros tocamos poco, aunque en cuestión de sabores y de placer culinario algunos hayan dado pasos positivos, menos mal.
Sin embargo, la reacción opuesta también se manifiesta hoy con más fuerza, a partir de países como Estados Unidos donde el vegetarianismo y el veganismo se extendieron mucho antes. Y la polémica entre omnívoros y veganos, que marcha en paralelo a toda la polémica sobre el animalismo que tantas manifestaciones está teniendo en España, va sin duda a crecer en 2019.
Y aquí la cuestión no es si las alcachofas son más o menos sabrosas -y lo son, y mucho-, sino si tan sólo con una dieta vegetal se preserva la salud. Y sin salud el gastronomadismo que en esta página se defiende pierde todo su sentido...
Recientemente, el nutricionista Juan Revenga reaccionaba con impaciencia y rechazo ante la publicación en España -con nueve años de retraso- de la obra de la norteamericana Lierre Keith, El mito vegetariano (Capitán Swing), que en su día causó polémica en Estados Unidos con su denuncia frontal de las dietas vegetarianas y veganas que la autora había seguido en su juventud. Revenga estigmatizaba la falta de base científica en la argumentación de Keith, la definía como «metafísica de parvulario disfrazada de nutrición» y respondía: «Con los motivos adecuados, con una suficiente objetividad y con dos dedos de frente se puede ser tanto un buen vegetariano como un buen omnívoro. Sin esos ingredientes podemos encontrarnos con discursos como los del libro El mito vegetariano que flaco servicio hace a cualquier seguidor de cualquiera de las opciones alimentarias».
Otra visión más radical y algo truculenta expresaba en La Verdad de Murcia Salvador Zamora, catedrático emérito de Fisiología de la universidad murciana, denunciando la impostura de la dieta vegana: «No solamente no es saludable sino que no se puede seguir. No hay ninguna persona en el mundo que siga una dieta vegana estricta porque es incompatible con la vida. ¿Entonces, por qué no están muertos? Porque toman complementos químicos -que tanto critican- o de síntesis, o extraídos de productos naturales. Si un señor me dice que es vegano, yo le respondo: 'Te estoy mirando y no eres vegano'. Le estoy mirando el color de la piel, las mucosas, el brillo de los ojos, los labios, y eso me está diciendo que está tomando cosas que no proceden de alimentos vegetales, porque no aportan ácidos grasos poliinsaturados en cantidad suficiente, ni algunos aminoácidos, algunas vitaminas ni hierro en cantidad suficiente. Sin todo esto se desarrollan enfermedades importantes, tan importantes que si se prolongan en el tiempo producen la muerte. Hablamos de la anemia megaloblástica, la anemia perniciosa, etcétera».
De hecho, incluso una dietista vegana como Lucía Martínez, codirectora del Centro de Nutrición Aleris de Madrid, entrevistada en La Vanguardia, reconocía, por una parte, que «alrededor del 90% de los nuevos productos veganos son insalubres» por tratarse de alimentos altamente procesados industrialmente y que contienen ingredientes de dudosa calidad, y, por otra parte, recordaba que incluso con la más natural y sana dieta vegana es imprescindible suplementarla de manera permanente con vitamina B12. Su falta es justamente la que provoca anemia megaloblástica.
Esta pasada semana llegaban noticias más precisas y más inquietantes: en el conjunto de Europa y en los grupos de edad más jóvenes, que son los que con más entusiasmo están pasándose a la alimentación vegetal, ya se está observando un incremento de los problemas de salud.
La inquietud no es, en efecto, una exclusiva de España. Lean a la Doctora Miriam Stoppard, popular en Gran Bretaña por sus libros y sus programas de televisión, comentar la actual extensión de las deficiencias en hierro: «Es un signo de los tiempos. Las dietas que excluyen grupos enteros de alimentos, las modas alimentarias poco sanas, las dietas veganas que excluyen la mejor fuente de hierro, que es la carne, todo ello contribuye. Sí, en parte se puede culpar al incremento de dietas vegetarianas y veganas. El tipo de hierro que sólo se encuentra en la carne se absorbe mucho más fácilmente que el que hay en algunas plantas».
Veremos en los próximos meses si de este choque de trenes pueden derivarse soluciones intermedias que beneficien la salud y, de paso, la satisfacción con la comida. Por ejemplo, existe una escuela que propugna una alternancia: dieta vegetariana, pero con pequeños respiros, más o menos espaciados en el tiempo, para comer un día carne o pescado.
La mesura, la moderación, parecen actitudes sensatas que merecen más seguimiento. Pero reconozcamos que, en alimentación como en lo demás, los tiempos son más de extremismo y confrontación. Así que, literalmente, ¡apriétense los cinturones en 2019!,.
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