TITULO: España Directo - Economía - Bogas pide eliminar los topes a la inversión en redes eléctricas para atraer empresas extranjeras y centros de datos,.
Bogas pide eliminar los topes a la inversión en redes eléctricas para atraer empresas extranjeras y centros de datos,.
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El consejero delegado de Endesa ha asegurado que la actual regulación está haciendo «perder oportunidades» a España en la llegada de nuevas compañías,.
Michela Mosinni, Elisabetta Colacchia y Guillermo Alonso son las nuevas incorporaciones al consejo de Endesa, que pasa a estar formado por 14 miembros,.
El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha advertido de que es "un tema urgente" adaptar la actual regulación de las redes de distribución eléctrica, ya que se está "haciendo perder oportunidades a nivel país para atraer empresas, talento y tejido industrial".
En su discurso en la junta general de accionistas, Bogas pidió así que se debata "qué es lo que hay que hacer y, muy especialmente, que la regulación se adapte" a las necesidades para desplegar las inversiones que se necesitan en redes de distribución eléctrica, ya que se trata de un aspecto "crítico y vital" para poder alcanzar los objetivos de la transición energética.
De esta manera, el directivo aseguró que el crecimiento de la actividad industrial está encontrando "muchas dificultades" y que cada vez hay más casos de empresas que, a pesar de verse atraídas por la disponibilidad y los precios de la energía en España, ven imposible instalarse por unas limitaciones regulatorias y unos topes a la inversión que "no permiten dimensionar y adaptar la capacidad de acceso" a las redes de distribución.
A este respecto, puso el ejemplo de los centros de procesamiento de datos, una industria que ve en España, por su mano de obra cualificada e infraestructuras eléctricas y de fibra, "un lugar ideal" para crecer, pero en donde la falta de capacidad de la red no les permite llevarlo a cabo. "Un dato: mientras que en Irlanda el consumo eléctrico de los centros de datos está próximo al 20% del total de la demanda, en España supone solamente un 0,2%, dijo.
Eliminar el límite a al inversión
Asimismo, recordó que Endesa tiene capacidad para incrementar su inversión, de acuerdo con lo contemplado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) del Gobierno a 2030, pero recalcó que para ello "es necesario que la regulación de esta actividad mejore, que se eliminen los topes a la inversión y que la remuneración sea adecuada para que la inversión tenga una rentabilidad razonable".
En concreto, el grupo prevé destinar a las redes de distribución 2.800 millones en su plan estratégico 2024-2026 -que se eleva hasta un total de 8.900 millones de euros-, 200 millones de euros más que en el plan anterior.
A este respecto, el directivo afirmó que mientras que se prevén unas inversiones de 53.000 millones de euros en redes eléctricas en la década hasta 2030, los topes existentes solamente permiten unas inversiones que no llegan a 3.000 millones de euros anuales -unos 2.000 millones de euros en distribución y menos de 1.000 millones de euros en transporte-.
Por ello, apuntó que se necesita prácticamente el poder invertir el doble en redes eléctricas para alcanzar las metas del PNIEC, algo en lo que, añadió, ya están incidiendo todos los organismos internacionales. "Es una oportunidad que como país no podemos perder y es algo urgente a abordar por la administración española", manifestó.
Viernes - 3 , 10 - Mayo a las 22.00, en Telecinco, foto,.
Isabel Coixet - Balance inacabado,.
Isabel Coixet,.
Desde 1797 hasta la fecha de su muerte, el conde polaco Jan Potocki (1761-1815) escribió en francés Manuscrit Trouvé à Saragosse, una de las obras más legendarias y misteriosas de la historia de la literatura fantástica. Jan Potocki no era polaco, era europeo, escribió en francés sobre España. La obra no es ni polaca, ni francesa, ni española, es europea. La película de Has también es europea. Para todo aquel aficionado tanto al cine europeo como a la cultura europea de la modernidad (la que arranca en el siglo XVIII o de las luces) tanto la novela de Potocki como su adaptación al cine son, además de obras maestras de la literatura francesa —en un caso— y del cine polaco —en el otro—, piezas que, junto a sus autores, representan la deuda de la cultura y el arte europeas, la multiformidad de lo que constituye lo europeo, ergo: El manuscrito encontrado en Zaragoza. Parafraseando al poeta y cinéfago Pere Gimferrer, no sólo placer estético o acopio cultural, sino sabiduría respecto a nuestra propia vida nos dará esta novela y esta película.
Uno de los más grandes enigmas de la literatura universal y de la historiografía bibliográfica es, sin ningún género de duda, Manuscrit Trouvé à Saragosse, multiforme, batrácica, críptica, e inabarcable novela escrita por Jan Potocki al modo de los clásicos decamerones (decamerón: cosa-de-diez-partes), de la cual surgirá, siglo y medio más tarde, una de las películas más extrañas, polimorfas y retorcidas jamás concebidas por el hombre. La novela fue calificada por el intelectual Roger Callois de “obra maestra de la literatura fantástica de todos los tiempos”. Al respecto del mítico libro escribe Mauro Armiño (traductor, entre otros, de Molière, Corneille, Voltaire, Potocki, Mérimée, Flaubert, Verne, Dumas, Proust, Gracq… así como escritores en lengua inglesa —Lord Byron, Poe— o incluso de Rosalía de Castro): “Ni el mismo Jorge Luis Borges podía haber maquinado un laberinto tan intrincado para la publicación de una novela como el que el azar diseñó para Manuscrito encontrado en Zaragoza, hasta el punto de haberse convertido la búsqueda y reconstrucción de la narración completa en el destino de una vida. Un anticuario francés de libros, Serge Plantureux, encontró, en su búsqueda de lo absoluto, un libro como meta de su destino, el más sorprendente, «el libro que no existe. Y para mí lo era esa edición llamada de San Petersburgo de Manuscrito encontrado en Zaragoza». No era el primero en perseguir las farragosas pistas de un texto que las prensas de varios países y distintas lenguas habían ido dando a luz fragmentando de forma totalmente arbitraria: Roger Caillois y varios investigadores más se habían «roto los dientes» en esa tarea.” [1] Veamos cronológicamente los distintos avatares del libro y de su autor, al fin de desentrañar, superficialmente, la génesis, evolución, edición y divulgación de los mismos.
El conde Jan Nepomucen Potocki de Pilawa es de esos raros e infrecuentes escritores que entran en el postrer olimpo de la Historia de la literatura con una única obra de ficción (al menos publicada, pues se ignora si escribió otros textos narrativos de ficción que pudieran estar perdidos y que, a día de hoy, no han visto la luz). Potocki viene al mundo el 8 de marzo de 1761 en el castillo de Pikow, situado en la región de Podolia (que por aquel entonces era territorio polaco pero que en la actualidad pertenece al reciente estado de Ucrania). Su padre era un aristócrata austriaco y su madre pertenecía a la rica nobleza polaca más elitista. Como todos los niños de su edad pertenecientes a las altas esferas sociales, es educado en francés, la considerada unánimemente lengua culta en la Europa del siglo XVIII (y también en la del XIX). Entre 1774 y 1778 es enviado, junto a su hermano Severin, a estudiar a los más refinados colegios de Ginebra, Lausana y París, al albur de los dignos ideales ilustrados de la época. Su solidez como humanista y conocedor de la Historia, la Literatura y la Filología proviene de esa esmerada educación, tan propia y necesaria entre quienes aspiraban a moverse entre lo más granado de las cortes europeas. Al concluir sus estudios ingresa en la Academia Militar de Viena y, tras finalizar su formación, se alista en el ejército del Imperio Austro-húngaro, participando en la guerra de sucesión que asolará el estado de Baviera, para servir con posterioridad en una guarnición próxima a Budapest. Su primer viaje importante por los países ribereños del Mediterráneo es producto de su vida como soldado en el ejército austro-húngaro, combatiendo contra los piratas berberiscos. De ahí nace su enorme afán viajero.
TITULO: Detrás del muro - PÁGINA DOS - Reyes Monforte , Martes - 7 , 14 - Mayo ,.
PÁGINA DOS - Reyes Monforte ,.
Martes - 7 , 14 - Mayo , a las 22:00, en La2, foto,.
Reyes Monforte,.
Página Dos viaja a Venecia siguiendo el asesinato en que se vio involucrada La condesa maldita, la novela de Reyes Monforte. Conmemoramos el centenario del fallecimiento de Franz Kafka. Y además, una ruta sobre el comisario Guido Brunetti, protagonista de las novelas de Donna Leon, por la ciudad de los canales.
TITULO: Cartas de amor - Querido Joan, no tiraremos tus cartas de amor,.
Querido Joan, no tiraremos tus cartas de amor,.
fotos / Joan,.
Escribimos cartas de amor, de felicitación y de despedida, aunque rara vez escribimos una carta de agradecimiento. Estas palabras son para ti, Joan, porque me demostraste que se puede ser tierno y firme al mismo tiempo, que para defender la libertad y la memoria no hace falta gritar, sino escoger las palabras adecuadas.
Recuerdo la primera vez que leí un poema tuyo. Yo tenía dieciséis años y mi hermana me regaló el libro Amar es dónde. La pobre no se imaginaba por entonces que yo escribiría estas líneas hoy, mucho menos podría haber supuesto que aquel autor que nos acompañó con sus versos en tantas noches tristes caminaría junto a mí por una calle de Granada mientras los árboles, mecidos suavemente por el viento, parecían susurrar un secreto, la promesa de ser felices, al menos durante unas horas, y olvidar lo inhóspito del mundo. La misma promesa que esconde tu obra entera.
Recuerdo el sonido del agua cayendo de una fuente clara, como tus ojos aquella tarde y también tu mano sobre mi hombro, acompañándome, antes de preguntarme, como en aquellas tardes perdidas de la adolescencia, por las cosas más sencillas de la vida, las más importantes desde luego, aquellas que a menudo olvidamos y que tú te encargabas de recordarnos.
Te escribo, Joan, porque recuerdo esa tarde de primavera, aquel paseo junto a otros poetas jóvenes, tratándolos como iguales, con el cariño y la humildad que desprenden todos los que merecen ser llamados referentes. “Barcelona ja no es bona”, decía Gil de Biedma, y ahora lo será todavía un poco menos tras tu marcha hacia ese asombroso invierno del que nos hablaste.
Lo cierto es que no acostumbro a rendir homenajes, no me gusta sumarme a las tendencias del momento ni hacer gala de la común tendencia a la prostitución emocional, que tan de moda está en estos días, pero cuando recibí la noticia de tu muerte no pude evitar derramar una lágrima y sentirme, como muchos otros, un poco más huérfano. Nadie como tú ha representado mejor el amor por la pluralidad lingüística de nuestro país al margen de las banderas y eres culpable, Joan. Sí, culpable de que decidiera empezar a escribir tras descubrir que la poesía se escondía en los rincones más sencillos e insospechados, tras aprender que de la pérdida más dolorosa podía surgir una imagen bella, que una herida es un lugar donde se puede vivir y que la libertad también es una forma de amar.
Reconozco que nunca se me han dado bien las despedidas, es más, puedo asegurar que las odio; no sé escoger el momento en el que decir adiós, o quizá nunca exista un buen momento; porque creo que marcharse no es sinónimo de desaparecer, y por eso la mejor manera de rendirte homenaje es decirte que nunca tiraré las cartas de amor en forma de poema que nos escribiste, y que cuando pasen los años, me cansen los libros y el ruido de la ciudad en los cristales acabe siendo la única música posible, cuando el cielo esté plomizo, sean las cinco de la mañana y llueva en las ventanas y en los ojos, volveré a ellas para hablar contigo y confesarte que tenías razón, que guardé todas bajo la almohada y que las leo y releo cuando todo está oscuro y siento que el tren en el que viajo está vacío. Tú me enseñaste que el amor no entiende de sujetos, sino de lugares que perduran al final de todo, los espacios de los que venimos y donde va quedando la vida.
Tus poemas serán nuestra última literatura.
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No tires las cartas de amor
No tires las cartas de amor.
Ellas no te abandonarán.
El tiempo pasará, se borrará el deseo
−esta flecha de sombra−
y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,
se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.
Caerán los años. Te cansarán los libros.
Descenderás aún más
e, incluso, perderás la poesía.
El ruido de ciudad en los cristales
acabará por ser tu única música,
y las cartas de amor que habrás guardado
serán tu última literatura.
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