BLOC CULTURAL,

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miércoles, 11 de septiembre de 2019

REVISTA GIGANTES - BALONCESTO - MUNDIAL CHINA 2019 - Estados Unidos -79- Francia -89-,./ Al Rojo Vivo La Sexta - Pedro Sánchez admite que hay «riesgo cierto» de elecciones,.

TITULO:    REVISTA GIGANTES - BALONCESTO - MUNDIAL CHINA 2019 - Estados Unidos -79- Francia -89-,.
 

 Resultado Final  - Estados Unidos -79- Francia -89-, foto.



¡Estados Unidos, a la calle!

Partidazo de Francia con un  Gobert descomunal (21+16) y exhibición defensiva de Ntilikina sobre Kemba. Los galos se jugarán la final ante Argentina.


¡Estados Unidos, a la calle!
Fue en Japón, en 2006 y en las semifinales del Mundial, cuando Estados Unidos perdió por última vez un partido en un Mundial. Aquello fue una catarsis para la USA Basketball y para el baloncesto norteamericano en general. En 2008, el siguiente gran torneo que tuvieron, se apuntó todo el mundo. Una constelación de estrellas que, con mayor o menor cantidad de integrantes dependiendo de si fuese Mundial o Juegos, han ido arrasando todo lo que se han encontrado por delante. España incluida, a la que nunca llegó a arrasar, pero a la que ha privado tres veces de la gloria olímpica. 13 años después las estrellas se han vuelto a desentender del compromiso veraniego y el resultado ha sido el mismo que en Indianápolis 2002, uno de los grandes fracasos de la historia de Estados Unidos: eliminación en cuartos. Una bomba para el torneo que, no nos engañemos, nadie se llegaba a creer de verdad.
Pero esta vez se cruzó el peor rival posible. No el mejor equipo del torneo, pero sí el que tenía las mejores piezas para contrarrestar las armas estadounidenses. Y cuando llegaron los últimos minutos y se vieron por debajo, no estaba LeBron, ni Durant, ni Curry, ni Harden, ni Wade, ni Kobe, ni Carmelo... El balón acabó en las manos de Mitchell o Kemba y, con todo lo buenos que son, les falta mucho para mirar a los ojos a todas esas leyendas que han marcado los éxitos más recientes del Team USA.
La cosa empezó como un duelo entre Kemba Walker y Evan Fournier, pero duró poco. La defensa de Ntilikina, más alto que el base estadounidense, convirtió su partido en una anécdota. El que no paró fue el francés, el verdadero líder en ataque de su equipo. Pero el gran problema de Estados Unidos en la primera parte, de la que se fue al vestuario perdiendo 39-45, estaba en defensa. La mejor arma de este equipo durante todo el torneo no funcionaba. No provocaban pérdidas ni cerraban el rebote en su zona, lo que provocaba que los franceses tuviesen más oportunidades. En concreto fueron 12-21 en rechaces a favor del equipo europeo sólo al descanso, con 6 de ellos en ataque. Evidentemente hubo un factor diferencial que hizo que EE UU, el máximo reboteador del campeonato, se viese totalmente superado.
Rudy Gobert fue un muro tan alto, tan largo y tan presente que no había manera de pelear los balones debajo del aro. Además, en pocos minutos ya le había sacado dos personales a Myles Turner, el hombre fuerte de los americanos en la zona. Con el pívot de Indiana fuera del partido Gobert hizo lo que le dio la gana. No sólo rebotear (16, 7 de ellos en ataque), también anotar e incluso dirigir desde el poste los ataques. Un partido de jugador enorme. Y no me refiero al tamaño.
Al regreso del descanso la receta de EE UU era clara. Había que defender para poder atacar. Comenzaron a presionar más que nunca en el perímetro, pero Francia seguía bien plantada, con las cosas muy claras, un movimiento de balón perfecto y un Fournier (22 puntos al final del partido) que no paraba de anotar. Y Francia iba probando cada cierto tiempo una defensa en zona que desesperaba a unos jugadores americanos a los que no le entraban los triples.
Cuando la cosa estaba más negra (43-53) empezó, o más bien continuó, la exhibición de Donovan Mitchell. El de los Jazz ya estaba siendo claramente la mejor opción de los suyos, pero en el tercer cuarto explotó. Triples, mates, bandejas, tiros en suspensión (29 puntos para el escolta)... hasta colocar a los suyos por delante. Coincidió con los primeros minutos de desconcierto francés, que empezaban a perderle el paso al partido (4 pérdidas sólo en este cuarto).
Pero lo que parecía la tormenta perfecta estadounidense, la que tantas veces saca a los rivales de los partidos al no poder seguir su ritmo, ni de defensa ni de anotación, había dado con la horma de su zapato. Un equipo físico como ellos, pero con una química mucho mayor ganada a lo largo de los años. Y con las piezas de calidad suficientes como para mirar de tú a tú a estos Estados Unidos que iban no con su primer equipo, tampoco con su segundo. El tercero, muy bueno, pero ya no sobrados. Francia volvió a mover la pelota con sentido, Gobert ha dominar y Ntilikina, que no está entre las cuatro primeras opciones en ataque de su selección, a meter dos canastas monumentales desde el perímetro, una de las dos pisando, pero 5 puntos determinantes para un jugador que ha sido machacado en la NBA sistemáticamente por la prensa y el público.
Nadie duda que el año que viene en Tokio EE UU llevará todo lo que pueda y que nadie se borrará. Probablemente tampoco lo habrían hecho de haber ganado este Mundial. Pero lo que queda claro con esta derrota es que fuera del aristocracia de la NBA (formada por una veintena de jugadores más o menos) la diferencia con las grandes selecciones del resto del planeta desaparece. Francia sigue en la pelea por llevarse un título mundial que está deparando más sorpresas de las esperadas. Argentina les espera el viernes en Pekín. Los dos verdugos de los dos grandes favoritos. Una semifinal de dos equipos con mayúsculas que han demostrado que este deporte sigue siendo cosa de cinco y no sólo de uno.

TITULO:   Al Rojo Vivo La Sexta -  Pedro Sánchez admite que hay «riesgo cierto» de elecciones,.


 

Pedro Sánchez admite que hay «riesgo cierto» de elecciones,.


foto / El líder socialista afronta la semana decisiva de la negociación con un emplazamiento a Unidas Podemos para que dé un «paso adelante» y lanza el guiño de la derogación de la reforma laboral,.


Pedro Sánchez reconoció este sábado por primera vez que, tal y como están las cosas, existe «un riesgo cierto» de que haya nuevas elecciones el 10 de noviembre. Hasta ahora, se había cuidado de admitir esa posibilidad, aunque todos quienes han hablado con él en privado en los últimos días sacaron la conclusión de que las urnas estaban más cerca que el acuerdo con Unidas Podemos. Esa fue la impresión que sacaron el presidente del PNV, el líder del PSC, y el presidente de Cantabria.
El líder socialista transformó la reunión del Consejo de Política Municipal de su partido reunido en Toledo en un mitin. Ante 800 alcaldes, concejales y cargos orgánicos llegados de toda España, el PSOE desplegó toda la fanfarria musical y el atrezo de los actos de campaña electoral. El tono de Sánchez estuvo a tono con esa puesta en escena, con arengas a los suyos y emplazamientos a Unidas Ciudadanos para que «dé un paso al frente» y acepte sus condiciones para alcanzar un acuerdo sobre su programa de gobierno.
El líder socialista parecía querer dar la razón a las denuncias de los dirigentes morados de que las negociaciones abiertas el pasado jueves formaban parte de la operación «de marketing» electoral que han dibujado en la Moncloa. (El PSOE juega un papel secundario en la estrategia de Sánchez). El jefe de los negociadores de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ratificó ayer esas sospechas en RNE porque a su entender no hay más que ver los movimientos de Sánchez y su partido de los últimos días para tener «toda la impresión de que el PSOE quiere repetir elecciones y por eso no hace más que buscar excusas» para no llegar a un pacto.
Aunque entre los socialistas no hay consenso aún, el presidente del Gobierno parece tener claro de que el acuerdo con los de Pablo Iglesias no será posible y, además, el calendario se aprieta. Los plazos son más exiguos por expresa voluntad de Sánchez, que ha diseñado con su equipo –su jefe de gabinete, Iván Redondo, la vicepresidenta, Carmen Calvo, el ministro José Luis Ábalos y la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra– una medida estrategia, cuyo resultado es que a falta de dos semanas para que venza el plazo del 23 de septiembre y evitar las urnas no hay acuerdo ni se atisba.
Las delegaciones negociadoras tenían previsto intercambiar papeles este fin de semana, y verse, es posible que mañana o el martes, para volver a intentar un acercamiento. La próxima semana es clave y, según reconocen tanto en el PSOE como en Unidas Podemos, si no se cierra con un pacto es improbable que se alcance después. El 16 de septiembre sería el último día útil porque permitiría que el Rey hiciera una ronda exprés con los líderes políticos para convocar a continuación del debate de investidura en el Congreso. Más tarde no habría fechas disponibles.
Solo una oferta de último minuto de uno u otro podría evitar que haya elecciones generales el 10 de noviembre. La negociación sobre las bases actuales está condenada al fracaso, y Sánchez e Iglesias lo saben. Pero ambos están dispuestos, según aseguran en sus respectivos equipos, a tensar la cuerda hasta el final para sea el otro el que sienta el vértigo y afloje las piernas con una propuesta aceptable.
Sánchez tiene esta composición de lugar en su cabeza y en el acto de Toledo intentó arrinconar en las cuerdas a Iglesias. «Si con 151 escaños fuimos capaces de hacer lo que hicimos en doce meses, con 165 qué no podemos hacer en cuatro años», emplazó al líder de Unidas Podemos. Recordó que con los 84 diputados socialistas y los 67 morados de la pasada legislatura pactaron la subida del salario mínimo a 900 euros, medidas en materia de igualdad y de lucha contra la violencia machista, y sellaron un acuerdo presupuestario. Ahora, el PSOE tiene 123 y Unidas Podemos, 42, a once de la mayoría absoluta, pero suficientes, a ojos de Sánchez, para gobernar porque en sus números cuenta con el PNV, Compromís, el PRC cántabro y las ocasionales ayudas de los soberanistas. «Tenemos los votos, los escaños, el programa común y lo único que necesitamos es que Unidas Podemos dé un paso al frente», reclamó el líder socialista.

Inestabilidad

Se permitió además un guiño reclamado por los de Iglesias pero que se negaba a dar y planteó acabar con la reforma laboral de 2012 que lleva la firma de Mariano Rajoy. «Le digo a Unidas Podemos que los españoles nos vean el 10 de noviembre trabajando por derogar la reforma electoral» en vez de ir a votar. Esta medida no figura en el paquete de 370 que forman el programa de gobierno que han ofrecido al partido morado, y su ausencia, junto a otras, agrandaba las distancias entre ambas formaciones.
Pero en Unidas Podemos no están por dejarse impresionar. Su negociador en jefe volvió ayer a la carga con el Gobierno de coalición porque de no ser así puede haber investidura de Sánchez, pero lo que no habrá será una legislatura tranquila. Echenique auguró «inestabilidad» parlamentaria, y eso «no es sensato» cuando es posible evitarlo. Una forma de volver a poner sobre la mesa la amenaza de apoyar la investidura y a continuación dejar caer a Sánchez.
Además se rebeló contra el juego de buscar fisuras dentro de su equipo, como hizo la portavoz del Gobierno el pasado viernes. Isabel Celaá apuntó que en la reunión mantenida el día anterior los negociadores de las confluencias «oyeron por primera vez» por boca del PSOE detalles de la negociación que ignoraban porque desde Podemos no se los habían dado. «¿Buscar grietas en los que llamas tus 'socios preferentes' para que acepten por la fuerza que lo propuesto hace un mes caducaba como un yogur y que te quedas con todo el gobierno como si tuvieras mayoría absoluta es negociar de buena fe?», escribió Echenique en Twitter. «Por cierto –apostillió– (las diferencias) no las van a encontrar».

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