EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 8- Octubre ,.
Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes -8- Octubre , a las 22:30 por antena 3, etc.
EL SILENCIO POR FAVOR -
DESAYUNO - CENA - DOMINGO -LUNES -Fernando Vallejo: "La humanidad no tiene salvación",.
EL SILENCIO POR FAVOR -
DESAYUNO - CENA - DOMINGO -LUNES -Fernando Vallejo: "La humanidad no tiene salvación" ,.fotos.
Fernando Vallejo: "La humanidad no tiene salvación",.
El
escritor colombiano, una de las grandes figuras de la literatura en
español, publica 'Memorias de un hijueputa' (Alfaguara), una novela
feroz sobre el presente de su país y del mundo occidental donde casi
nada queda en pie
Fernando Vallejo
acumula una voz suave, cadenciosa, cercana. Casi inesperada. Podría ser
una voz perfecta para las cosas del alma si no contuviese una altísima
dosis de lucidez y dinamita intelectual. Articula desengaños con una
fiereza de colmillo asomado. Certezas crudas sobre el mundo
contemporáneo, sobre su país (Colombia) y sobre la especie humana.
Fernando Vallejo (Medellín, 1942) derriba con una sola frase hipocresías
de todo corte y confección. Pero es un ciudadano de educación exquisita
que cree en el fin de la especie humana y ama los perros sobre todas las cosas.
Cada
uno de sus libros literarios (también ha publicado biografías, libros
científicos y de lingüística) lleva adosada una importante carga
desestibilizadora. Es autor de piezas memorables como La virgen de los sicarios o El desbarrancadero. La familia, la religión, Colombia, la política y la injusticia son algunos de los temas en los que clava la dentellada. Después de 47 años fuera de su país natal, en marzo de 2018 dejó México para regresar a Colombia tras la muerte de su compañero, el escenógrafo David Antón, con el que convivió casi medio siglo. En absoluta soledad ha levantado su última novela publicada, Memorias de un hijoeputa, publicada por Alfaguara, una distriba contra la clase política y lo que sucede en el mundo, con todo el desacato de una escritura dotada de la mejor perturbación, de todo lo que el lenguaje puede hacer de insólito cuando queman las palabras.
- Después de tantos años fuera de Colombia, que no sin Colombia, ¿en qué le ha gustado o disgustado el regreso?
- No me quedó más remedio. Dadas las circunstancias en que vivía después del último terremoto y de la sucesiva muerte de mi amigo David, quien allá me ayudó a vivir durante 47 años, si me quedaba en México me iba a morir muy pronto y no podía dejar huérfana a nuestra perra 'Brusca', quien hoy me acompaña. Ella es la única razón que tengo para seguir viviendo. Y la falta de un revólver, que cuando llegue el día algún alma caritativa me conseguirá.
- Sus 'Memorias de un hijueputa' abunda en la tradición de la literatura contra los tiranos que tanto pesó en parte de la literatura escrita en Latinoamérica durante el siglo XX, ¿de qué manera su libro está o escapa de ese canon?
- De ninguna manera está. No está. Si yo ocupara el puesto del que dice "yo" en mi libro, mataría en un fusiladero a decenas de miles de colombianos. O a cientos de miles. Incluso a dos o tres millones. Más no porque entonces el país estaría irremediablemente perdido y yo perdiendo mi tiempo. ¡Pero para qué hablo de Colombia si la humanidad no tiene salvación!
- ¿Entonces para qué seguir escribiendo, por qué no esperar ya quieto?
- Yo no escribo para salvar a la humanidad sino para desenmascarar a los bribones. Y esos son los que no se quedan quietos: siguen con su hipocresía estafando.
- Hay algunos ajustes de cuentas, como los que perpetra contra varios presidentes de la república de Colombia, y también contra García Márquez, entre otros. ¿Quien queda en pie en este libro?
- Nadie. Y García Márquez era un mal escritor. Su libro más famoso empieza diciendo que en Macondo el mundo era tan reciente que había que nombrar las cosas señalándolas con el dedo. ¡Y lo está diciendo en una de las pocas lenguas de civilización de las que hablaba Toynbee! Justo en la del 'Quijote'. Y el libro empieza con esto: "Muchos años después el coronel Aureliano Buendía...". Si era coronel, entonces en el país de Macondo había una jerarquía militar, y para que esta apareciera en la historia de la humnidad se necesitaron milenios. Y si el coronel tenía nombre y apellido, entonces no había que señalarlo con el dedo. Gabito era un pendejo, entendida esta palabra con la carga semántica que tiene en México.
- El 'boom' latinoamericano dejó notables novelas sobre tiranos, ese mismo fenómeno literario (el 'boom') del que se siente tan alejado. ¿Hay reconciliación?
- Mi novela no trata de un tirano: el que en ella dice yo soy yo, un santo. ¿No ve que yo amo inmensamente a los animales? Si por mí fuera fusilaría ya a los matarifes, a los carniceros y a los restauranteros que venden carne. Acabaría con la ganadería, la industria porcina, la industria avícola, la caza y la pesca en los ríos y en el mar. Quemaría las carnicerías, los rastros y las iglesias, y de la infame religión de Cristo no dejaría ni un rescoldo. El Cristo que hoy tenemos es uno armado por la secta católica (nombre que conserva hasta ahora la Iglesia de Roma), una de las 20 sectas cristianas que había en el año 320 cuando se subió al carro del triunfo de Constantino y al poder y reprimió a las otras, y estas cada una con su Cristo, todos inexistentes, legendarios, y todas posteriores al año 100. De antes nadie puede probar que hubiera cristianismo. Y el Cristo que quedó, el que conocemos en Occidente y al que detesto, no tuvo ni una sola palabra de compasión por los animales. Insultaba como Lenin o como Fidel Castro con nombres de animales: a los fariseos los llamaba serpientes, a Herodes Antipas zorro, y decía que no había que echarles las perlas a los cerdos. Yo les tiro hostias consagradas a estos pobres animalitos, mi prójimo, mis hermanos. 'Brusca', mi perra, duerme conmigo, y gracias a que la abrazo cuando se me antoja puedo conciliar el sueño.
- 'Hijueputa', en el ámbito del español, es igual insulto que elogio...
- ¿También en España? No sabía. En Colombia sí y allá decimos, por ejemplo, para ponderar la inteligencia de alguien: "¡Qué hijueputa tan inteligente!" Los idiomas son locos. Todos. Y ni se diga el español, que nació en España. Es un loco mayor, un hiperloco, un megaloco. ¡Cómo quieren que ande yo!
- ¿Quiénes soy hoy los peores tiranos?
- Maduro, Putin, el engendro de Corea del Norte, los reyes sauditas, los ayatolas...
- ¿Las tiranías en Latinoamérica desaparecieron o sólo cambiaron la máscara?
- Nada más fíjese en la tiranía de Maduro en Venezuela y en la de Daniel Ortega en Nicaragua para que se sienta en el siglo XIX. Ahí tiene una máquina para viajar en el tiempo. Mejor que la que inventó Wells.
- ¿De qué le ha salvado la literatura, si es que salva de algo?
- De la aburrición. Y de mí mismo y del vacío de mi vida, que en buena parte he llenado con libros, ajenos o propios, y con muchachos. De los unos y de los otros no me queda sino el recuerdo.
- La ironía es parte también de este libro, ¿como ejercicio de cinismo o de escepticismo?
- La ironía pertenece no solo a la literatura, sino también al lenguaje de la vida. Una forma entre muchas de decir las cosas. Y yo no soy cínico ni escéptico: soy optimista. Ya esto se va a acabar. Y muy pronto. La vida mía y la del planeta. Por el desastre ecológico o por una guerra nuclear. ¿Cuántas es que son las ojivas nucleares que hay en el mundo? ¿Veinte mil contando las de Estados Unidos, Rusia, China, Inglaterra, Francia, Israel, Corea del Norte, Pakistán y la India? ¿Veinte mil? ¿O un poco más? Póngale veintiunmil. ¡Qué dicha! Va ser una fiesta de fuegos de artificio. Como los de Medellín el 24 de diciembre en plena noche, a las 12, cuando nacía el Niño Dios. El tal Niño ya creció y se está muriendo junto con Dios.
- La blasfemia es otro de sus 'recursos' más reconocibles. La Iglesia es una de sus dianas (recuerdo 'La puta de Babilonia'). ¿En qué momento tomó conciencia de ese rechazo?
- Cuando adquirí plenamente el uso de la razón, a los 12 años, o sea cuando mastiqué mi primera hostia: pan ázimo, insípido, bobalicón. ¡Puf! Me alejé del colmulgadero y la escupí.
- La injusticia y la estupidez son también motivo de batalla en su escritura.
- ¿Cuando media humanidad, sin contar los académicos de la lengua, se sienta a ver veintidós adultos infantiles dándole patadas un balón, lo podemos calificar de estupidez? ¿Y qué injusticia mayor que la reproducción, sacar a un ser que está en paz en la paz de la nada para traerlo al horror de la vida y al horror de la muerte?
- ¿Le interesa la literatura de intención moral?
- A mí lo único que me interesa hoy día es la moral, pero no la de las infames religiones semíticas, a saber el judaísmo, el cristianismo y el mahometismo, ni la de las otras, sino la mía, la que dice: "No te reproduzcas, que no tienes derecho; y respeta a los animales, que son tu prójimo". Y sí. Son personas como tú y como yo, individuos con recuerdos únicos, irrepetibles por más vueltas que den los mundos. En cuanto a la literatura, no tiene que ver con la moral. Y mucho menos los catecismos y los devocionarios. Mis libros sí. Y no podrá haber más moral en el mundo que la mía, la única posible. ¡Bendita sea la lengua española en que estoy hablando! Pero no pensando porque yo ya no pienso, divago arrastrado por el caos. ¿O usted cree que la del judeocristianismo es moral? Lea el Levítico y verá. Ahí encontrará a Yahvé, el que hizo el mundo en seis días, excitado por el olor de la carne asada de los animales que le sacrifican. A mí se me hace que a Yahvé no se necesitaba asarle la carne. Dada su omnipotencia Él la podía digerir cruda.
- ¿Cuál es para usted la literatura más cobarde?
- Tampoco la literatura tiene que ver con la valentía. Borges, por ejemplo, y según afirmación de él mismo, no opinión mía, era un cobarde.
- ¿La literatura es una experiencia política?
- La política es despreciable: ambiciones personales disfrazadas de altruismo. Mire a esos mequetrefes que tienen ustedes de jefes de los partidos políticos. A Pablo Iglesias, por ejemplo, quien le pone de nombre a la coalición de partidos que preside "Unidas podemos". ¿Por qué en femenino? En español "unidas", como en este caso, solo significa a las mujeres. "Unidos", en cambio, significa tanto a los hombres como a las mujeres. No puede este tontarrón violentar de semejante manera a una lengua de mil años. Que se dedique mejor a cambiar el genoma humano a ver sin en vez producir atropelladores y ambiciosos y mentirosos de la política produce gente honorable.
- ¿Se reconcilió con España?
- Cuando en una reunión de esas de burócratas de la Unión Europea pagados con millones se votó para ponernos visado a los colombianos para entrar a sus países, Mariano Rajoy, el representante de España como vicepresidente que era entonces de Aznar, se abstuvo. Nos pusieron el visado, que seis escritores y un pintor colombianos ya veíamos venir de tiempo atrás y por ello habíamos dirigido una carta al gobierno español advirtiéndole de que si permitía que nos lo pusieran no volveríamos nunca más a España. De los siete que firmamos [también Gabriel García Márquez, Álvaro Mutis, Héctor Abad Faciolince, Darío Jaramillo, William Ospina y el pintor Fernando Botero] solo yo cumplió su palabra y nunca he vuelto ni volveré. Los demás volvieron. Entre ellos el Gabito.
- ¿Cuál es el terror más insoportable para usted?
- Morirme asfixiado en un ataúd o en un avión que cae al fondo del mar, o dejar a mi perra 'Brusca' huérfana. Cuando la recogí en la calle, en México, perdida, hace cinco años, lo hice renunciando a la bendición de morirme mientras ella viviera. En esas estoy. Ahora ya ni sé cómo va a terminar esto. Dificilísimo el asunto. Otro más para el que no tengo solución. Tampoco he podido entender nunca la gravedad ni la luz. Ni el espaciotiempo del marihuano Einstein.
- ¿Y el problema más acuciante de este momento histórico?
- Con el desastre ecológico y el arsenal nuclear de que le hablado siento que estamos a un paso del final de la Historia. ¿Se imagina usted el planeta Tierra sin historiadores? ¿Tantas guerras e infamias realizadas, quién las va a contar?
- En esta sociedad cada vez más tecnologizada y robótica, ¿qué lugar ocupan el pensamiento crítico y el arte?
- Ninguno. Además ya no existen. Lo poco bueno que había lo acabaron. Aquí abajo no quedó piedra sobre piedra ni va a quedar pájaro cantando.
- ¿Se considera un autor incómodo?
- ¡Pues claro! Para los que se ofenden con mi optimismo.
- ¿Sigue tocando el piano?
- Machacándolo, como decíamos en el conservatorio.
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TITULO: LUNES -7- Octubre - Imprescindibles - Muere el periodista Alfonso de Salas, fundador de El Mundo y El Economista ,.
LUNES - 7 - Octubre - Imprescindibles ,.
Imprescindibles, serie de documentales sobre los personajes más destacados de la cultura española del siglo XX cada semana en La 2, el lunes -7- Octubre a las 21:00, etc.
Muere el periodista Alfonso de Salas, fundador de El Mundo y El Economista,.
A través del Grupo 16, también coordinó el lanzamiento y desarrollo de hasta 15 cabeceras distintas, tanto semanales como mensuales, y ocho emisoras de radio,.
Con su muerte, se ha perdido «uno de los empresarios más brillantes y más queridos del mundo editorial en España», ha lamentado El Economista en una nota de prensa.
Nacido el 3 de septiembre de 1943 en Madrid, donde se licenció en Derecho en 1966, De Salas inició sus primeros contactos con el mundo de la comunicación mientras era estudiante, cuando participó en la elaboración de la revista Anales, editada por el Instituto católico de Artes e Industria.
Ya en los 80 se incorporó a la empresa editora de la revista política Cambio 16 para proceder a la creación del Grupo 16, donde coordinó el lanzamiento y desarrollo de hasta 15 cabeceras distintas, tanto semanales como mensuales, y ocho emisoras de radio.
En 1984 tomó la dirección general de la empresa editora de Diario 16, a la cual dio un fuerte impulso no sólo a través de la potenciación de la edición nacional sino también en el desarrollo de las ediciones regionales.
Allí pasó siete años, pasados los cuales fundó junto a Pedro J. Ramírez, Balbino Fraga y Juan González el diario El Mundo, que salió a la calle el 23 de octubre de 1989, el mismo día en el que Alfonso de Salas fue elegido presidente de Unidad Editorial, S. A (UNEDISA), empresa editora de este diario y de varias revistas.
De 2000 a 2001, ejerció como presidente de la Asociación de Editores de Diarios españoles (AEDE); el 15 de septiembre de 2005 anunció que dejaba la presidencia de Unedisa para poner en marcha el periódico económico El Economista, aunque siguió vinculado a la editora del diario El Mundo como presidente de la Junta de Fundadores de Unidad Editorial.
El nuevo diario económico salió a la luz el 28 de febrero de 2006, siendo De Salas ya presidente de la editorial Ecoprensa; un año después de su salida a la calle, el medio alcanzó una tirada de 39.990 números con una audiencia de 63.938 personas.
Con motivo de su décimo aniversario, el periodista aseguró en una entrevista que con la crisis todo el mundo ha aprendido sobre economía, un tema al que cree que los políticos deberían «dedicar un tiempo importante».
De Salas también presidió las bodegas de Ribera del Duero que llevan el nombre de su marquesado, Montecastro y Llanahermosa.
TITULO: ELLA & -Woody Allen: “Una vez muerto, como si tiran mis películas al mar. La posteridad me importa un pito”,.
fotos / Woody Allen: “Una vez muerto, como si tiran mis películas al mar. La posteridad me importa un pito”,.
A la condición de genio de la historia del cine, Allan Stewart Königsberg (Brooklyn, 1935) ha sumado a su pesar la de controversia andante. Su nueva película, la comedia romántica Día de lluvia en Nueva York, llegará el 11 de octubre a España y a otros países, pero no a Estados Unidos: Woody Allen y la productora Amazon están en guerra, con las acusaciones por abusos sexuales y el movimiento #MeToo como trasfondo. Entretanto, el cineasta acaba de terminar en San Sebastián el rodaje de otra cinta más, Rifkin’s Festival
COMO LA climatología es así de caprichosa, el día elegido para charlar con Woody Allen sobre Día de lluvia en Nueva York (50ª película en su filmografía) fue un día de aguacero en San Sebastián. Allí ultimaba el rodaje de otro largo, provisionalmente titulado Rifkin’s Festival. El cine, la vida, la muerte, el fracaso, el sexo, la nostalgia, Bergman, Shakespeare, Trump…, de todo ello se habló durante casi una hora. De las cuestiones más espinosas apenas se pudo. Su publicista personal había avisado: nada de preguntas sobre el contencioso legal entre Allen y Amazon. El director tiene interpuesta una demanda por 68 millones de dólares (unos 60 millones de euros) contra la productora de Día de lluvia… por no estrenar la película en EE UU tras unas declaraciones suyas sobre el movimiento #MeToo. No se mostró muy locuaz el autor de Annie Hall cuando se le preguntó por su estado de ánimo tras las reiteradas acusaciones de abusos sexuales lanzadas contra él por Dylan Farrow, hija adoptiva suya y de su expareja Mia Farrow. Los supuestos hechos se remontan a 1993, cuando Dylan Farrow tenía siete años. Allen fue objeto de una larga investigación y finalmente exonerado. Nunca ha sido condenado por este asunto.
¿Por qué adora los días de lluvia? ¿Por qué mejor los cielos plomizos que el sol? Porque la luz es más bonita. Y porque creo que en esos días las personas piensan más desde su interior, desde su alma. La mía es un poco triste… y si abro la ventana por la mañana y hace sol, me resulta desagradable. En cambio, encuentro que las ciudades son hermosas bajo la lluvia. París, Londres, Nueva York, San Sebastián son muy bonitas…, pero si llueve son mágicas. En San Sebastián, por ejemplo, el clima es una bendición, el verano parece primavera. Y llueve. En mis películas lo importante sucede casi siempre cuando llueve. Pero quienes invierten en ellas se quejan de que es caro rodar con lluvia. Sobre todo porque, cuando quiero rodar con lluvia, casi nunca llueve y tenemos que fabricarla y usar cisternas. Yo a veces llamo a Dios para que haga algo, pero nada, ni una nube.
La nostalgia, ese monstruo…, ¿o la nostalgia, ese bálsamo? La nostalgia, esa trampa. Camus habla de ella como una trampa seductora, y yo caigo en ella constantemente, sobre todo cuando hablo de Nueva York. De niño, era una gran ciudad. Yo diría que lo fue hasta finales de los años cincuenta. Entonces empezó a modernizarse de un modo que no me gusta mucho, ya sabe, lugares nuevos y feos ocupando el sitio de lugares antiguos y deliciosos, tiendas de caramelos que desaparecían, el tráfico que empezó a empeorar… y al cabo de cierto tiempo, mucha delincuencia. ¡Y hoy la plaga son las bicicletas! Van por la acera, te asaltan, se saltan el semáforo en rojo, es una locura. En fin, que Nueva York no es lo que era.
En este filme tenemos a un director que no quiere acabar su película, a un estudiante que no quiere seguir en la universidad y a un joven que no se quiere casar… Parece una película habitada por el Bartleby de Melville: “Preferiría no hacerlo”. Es verdad, es así, qué curioso, no lo había pensado. El protagonista, Gatsby, quiere hacer lo que él quiere hacer, no lo que le piden sus padres que haga, estudiar y ser elegante y todo eso. O sea que, en efecto, “prefiere no hacerlo”. Prefiere ser un jugador, o tocar el piano de noche en bares llenos de humo.
En EE UU no hay tolerancia frente al fracaso. Y es terrible enseñar eso a los niños. Tienes que estar siempre dispuesto a fracasar.
Si no, te secarás como ser humano
Por ejemplo, ¿gente con dudas angustiada en medio de un mundo de certezas? Ciertamente.
¿Por qué cree que la duda —no digamos ya el error— carece de todo prestigio? ¿No cree que eso tiene un impacto negativo en la educación de nuestros niños? Seguro, y eso sí que lo conozco bien. Es más, hoy estamos asistiendo a la muerte del artista. Eso es triste. El artista hoy tiene miedo de arriesgarse en lo que hace y en lo que dice porque tiene miedo de las consecuencias. Lamentablemente, en mi país, si fracasas, no hay mucho margen. En Estados Unidos no hay tolerancia frente al fracaso. Y es terrible enseñarles eso a los niños. Hay que estar dispuesto a fracasar, y más en mi profesión. Te secarás como ser humano si vives toda tu vida temeroso de fracasar. Esa es una manera terrible de vivir.
¿Considera que esa situación es aún peor en Estados Unidos ahora que el país lo dirige un tiburón de los negocios? Está claro que al presidente no le gusta fracasar ni reconocer sus fracasos. Pero en general este es un síntoma claro de la cultura de estos tiempos. Nadie quiere decir algo así como “Vaya, tuve una idea, pero no fue una buena idea”. Y eso no ayuda ni al hombre cotidiano, ni a los artistas, ni a los niños, ni al presidente. El fracaso es degradante, y eso es una lástima.
Por cierto, usted incluyó a Donald Trump en una escena de su película Celebrity. ¿Volvería a hacerlo? Pues he de decir que fue un buen actor. Vino, se sabía el diálogo, sabía cómo andar, fue muy teatral, nada tímido. Como actor, muy bueno. Como presidente, digamos que la situación es algo distinta. Un país no es un teatro. Eso sí, ¡me gusta tanto pensar que lo tuve como empleado!
Una vez muerto, como
si tiran mis películas al mar. La posteridad me importa un pito. Y estoy seguro de que lo mismo
le pasaba a Shakespeare
¿No cree que ese punto de vista puede perjudicar al contenido de algunas de sus películas? Ya sabe: “¡Ya está aquí otra vez el cenizo de Woody Allen!”, y cosas así. Lo creo. Cuando hice La rosa púrpura de El Cairo me llamaron los productores y me dijeron: “Oye, la hemos proyectado en un pase en Boston y a todo el mundo le ha encantado. Pero, si cambiaras el final para que fuera un poco más feliz, ganaríamos mucho más dinero con ella”. Y, claro, no lo hice, porque esa era la idea de la película, precisamente aquel final.
La ironía es una de las armas más poderosas en su cine. Pero ¿no cree que está en desuso o, al menos, amenazada por la corrección política y cada vez peor entendida? Hay una gran parte del público que quiere mensajes muy claros: a qué te refieres, qué es lo que defiendes…, pero hay otra parte —más reducida— que es muy sofisticada y que no espera que abandones la ironía. Grandes cineastas a lo largo de las generaciones, como Buñuel o Bergman, han tenido buen público, no muy grande, pero sí bueno, a pesar de que sus películas son complejas y muy abstractas.
Me preguntaba, viendo Día de lluvia en Nueva York, cómo se las ingenia usted para hacer películas tan aparentemente sencillas de trama y factura pero de fondo tan complejo. Cuando escribe y cuando rueda…, ¿le es más difícil poner o quitar? Me es más difícil poner. Es que crear algo es muy difícil. Bueno, si estás acostumbrado, no tanto. Hay personas que saben dibujar genial, te hacen un dibujo perfecto de un caballo. Yo soy incapaz. Pero ellos te dicen: “¡Si es muy fácil!”. Pues a mí me pasa lo mismo con las películas: puedo hacerlas. Y la gente las ve y piensa: “¡Qué difícil debe de ser!”. Pero, si te dedicas a ello, no lo es, o no lo es tanto.
La realidad no ha sido especialmente cómoda con usted en los últimos tiempos… [Woody Allen mira a su interlocutor con esos inconfundibles ojillos entre confundidos y asustados parapetados tras unas gafas de pasta negra e inmortalizados desde hace décadas en imágenes, carteles, camisetas, libros y figurillas de coleccionista].
Me refiero a las acusaciones de abusos sexuales lanzadas contra usted. Me gustaría saber qué impacto ha tenido todo este asunto en su estado de ánimo. Cuando haga balance de su vida, ¿cúanto y cómo cree que pesará todo esto? [Caroline Turner, la publicista personal de Allen, empieza a resoplar desde el fondo de la suite]. Mire, echo la vista atrás, recuerdo mi vida y me siento como alguien tremendamente afortunado. Lo he sido siempre. He tenido buena salud. Tengo una mujer maravillosa. Hijos. Trabajo en algo que me encanta, adoro hacer películas y obras de teatro. Toco con mi banda de jazz por todo el mundo. Soy un afortunado y nada ha obstaculizado esa fortuna; tampoco todo esto que ha pasado, que es un error y una injusticia. Es una situación que está fuera de mi alcance, así que procuro concentrarme en mi trabajo y en mi familia. Pero eso no me impide pensar que la vida es una experiencia triste.
Está claro que quiere volver usted al tema. El pesimismo y el realismo. Es que todos acabaremos en el mismo sitio, y eso es horrible. En mi película Stardust Memories todos los trenes tenían el mismo destino. Era trágico. Pero prefiero pensar que he sido un afortunado. He hecho lo que me ha gustado y encima me han pagado por ello.
¿Qué le ha faltado para la felicidad completa? ¿Felicidad? Mire, le diré algo. Nadie de nosotros entiende las circunstancias en que venimos a este mundo. La vida carece de sentido. Sabes que vas a morir. Que la gente que quieres va a morir. No me gusta. Así que la felicidad…
¿No cree que estamos en una sociedad en la que, como ya apuntó Kafka, empieza a parecer obligatorio demostrar la inocencia en vez de la culpabilidad? Y no lo digo especialmente en relación con su caso… [Nuevo silencio.]
Pues cambiemos de tema. Le dijo una vez a Richard Schickel, para su libro Woody Allen. A Life in Film (Woody Allen por sí mismo), que no tenía aprecio ninguno por sus películas. No es fácil creerle. Puede usted creerme. Cuando estoy en mi casa yo solo, escribiendo el guion, tengo imágenes fantásticas sobre lo que será la película. Después la hago y todo sale mal. No puedo tener a los actores que quería. Las localizaciones que había elegido, tampoco. No hay suficiente dinero. Cometo errores. Y cuando por fin acaba todo me digo: “En fin, vale, es como el 20% de lo que me había propuesto hacer”. A veces pasas de creer que has hecho El ladrón de bicicletas a desear no haber hecho el ridículo. En cambio, otras veces aciertas más. Cuando acabé Match Point me dije: “Esto está bastante cerca de mis intenciones, es lo que quería”.
¿Y eso suele coincidir con la apreciación del público? No, muchas veces sucede al revés. A veces veo una película acabada y digo: “Ufff, qué mal”. Me pasó con Manhattan. Pero dio igual, resulta que al público le gustó. Y otras veces logro hacer lo que de verdad quería hacer y a la gente no le interesa nada. Cosas que pasan. Es mejor no pensar en ello. Haces la película, la sacas y a por la siguiente.
¿Qué le provocan palabras como “posteridad”, “legado”, “huella” o “memoria”? No me interesa mi legado, no me interesa lo que hagan con mis películas cuando ya no esté, como si las tiran al mar. Una vez que estás muerto, estás muerto. Se acabó. ¿Usted cree que cuando haya cerrado los ojos me importará si la gente ve mis películas o no? Lo sé, hay gente a la que sí le importa la posteridad. A mí me importa un pito. Y estoy seguro de que lo mismo le pasaba a Shakespeare.
Su insistencia en seguir escribiendo y rodando películas, ¿encierra motivaciones terapéuticas o simplemente se aburre si no lo hace? ¡Nunca me aburro! Las hago porque hay gente que paga por ellas, que las financia. Y siempre que haya alguien dispuesto a financiarme, haré películas. Y cuando me digan que son terribles y que ya no me las financian, me dedicaré a escribir solo obras de teatro. Y si eso no funciona, escribiré libros.
En su nueva película, una estudiante de periodismo le echa este piropo a un célebre director de cine: “Usted nunca ha hecho una concesión comercial”. ¿Es usted ese director? ¿Nunca ha hecho concesiones comerciales? He intentado no hacerlas. No pienso desde una perspectiva comercial, solo pienso en lo que es bueno para la película. Nunca hago cine pensando en complacer al público. Me gusta cuando está contento, eso sí.
¿Cómo hace para tratar tanto y tan intensamente el tema del sexo sin mostrar escenas de sexo? No hace falta mostrar sexo para hablar de sexo, como no hace falta mostrar violencia para hablar de la violencia. La violencia puede ser artística y dramática, maravillosa, fíjese en Bonnie & Clyde. El problema es que directores sin talento la sacan a pasear una y otra vez y se piensan que son Scorsese, pero no, no son Scorsese. Lo mismo pasa con el sexo. Si lo exhibes, deja de ser dramático. Yo no quiero infravalorar la inteligencia del público, asumo que estoy hablando de sexo a gente inteligente.
Se diría que es más difícil trasladar mensajes profundos utilizando la comedia que el drama. ¿Lo cree así? Es difícil trasladar mensajes, punto. Pero sí, es aún más difícil con la comedia. Muchas veces, al estrenar una película, me pregunto: “Pero ¿por qué no he logrado hacer llegar el mensaje?”. No hay respuesta, y quizá he hecho un filme interesante y divertido, pero no he trasladado el mensaje al público. Y siempre es mi culpa, no la suya. Entretener y hacer pasar el mensaje a la vez solo está a la altura de los grandes. Bergman, por ejemplo.
Prácticamente no hay comedias en los grandes festivales, ni en los Oscar. ¿Por qué? Pocos autores pueden hacer bien la comedia. Es un talento que escasea. Hay mucha más gente capaz de hacer cosas serias que comedias. Y sin embargo parece como que el drama o la tragedia son más sustanciales que la comedia. Como hacen reír, para muchos es difícil otorgarles seriedad y prestigio.
TITULO: EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -PESADILLA EN LA COCINA - JUEVES - 10 - Octubre - Cocina -Bica de Trives ,.
PESADILLA EN LA COCINA - JUEVES - 10 - Octubre ,.
Pesadilla en la Cocina es un programa de televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La Sexta.
Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO - LUNES -Bica de Trives.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO - LUNES - COCINA - Bica de Trives. ,fotos.
Bica de Trives.
Molde rectangular de 30 x 22 cmFrabisa: FrabisaCocina: GallegaIngredientes- Prefermento:
- 200 g. de harina de fuerza
- 135 ml. de agua templada
- 5 g. de levadura fresca de panadería
- Masa final
- El prefermento resultante de la mezcla anterior
- 250 g. de harina (mejor de repostería)
- Pizca de sal.
- 6 huevos (si son grandes pueden ser 5)
- 400 g. de azúcar + 60 g. para la cobertura
- Canela molida
- Ralladura de medio limón.
- 250 g. de manteca de vaca
- Prefermento
- Mezcla los ingredientes del prefermento en un bol, no es necesario que utilices ningún robot, no merece la pena ni manchar nada, mezclas a mano, amasas un poco y será suficiente. Deberás dejar fermentar cubierto de un paño o film transparen, o bien toda la noche en la nevera, si es invierno déjala fuera de la nevera, o te cuento un truco para que sea menos tiempo, pones un vaso de agua en el microondas y programas 3 minutos, a continuación, sacas el vaso e introduces el bol con el prefermento y cierras la puerta del microondas. Todo el vapor generado por el agua y ese calorcillo del interior del microondas será un abrigo maravilloso para que el prefermento se multiplique, con esta fórmula en menos de dos horas lo tendrás perfecto y burbujeante.
- Masa final
- Enciende el horno a 180º calor arriba-abajo para precalentarlo.
- Forra un molde cuadrado (el mío de 25 cm x 25 cm) o rectangular con papel vegetal, pon un poco de mantequilla para que el papel se pegue bien a las paredes y el fondo del molde. Reserva.
- Puedes utilizar un robot de cocina o hacerlo a mano con unas varillas, yo te explico la receta y tú lo adaptas a lo que vayas a utilizar.
- Derrite la manteca de vaca, puedes ponerla en el microondas en función "descongelar" unos segundos y vas revolviendo hasta que esté casi líquida (ojo, no tiene que hervir) o lo pones a baño María a fuego suave y cuando veas que ya ha fundido casi todo, lo retiras.
- Vierte en un bol o en el vaso de tu robot la mantequilla fundida, añade el azúcar y bate durante unos minutos hasta obtener una mezcla blanquecina.
- Incorpora los huevos uno a uno, no añadiendo el siguiente hasta que el anterior se haya mezclado totalmente.
- Añade la ralladura de medio limón o menos, no queremos que el sabor de limón empañe el de la canela.
- Agrega el prefermento a cucharadas y continúa batiendo hasta que se haya integrado totalmente en la mezcla semiliquida que tendrás de momento.
- Ahora es el momento de empezar a incorporar la harina que habrás tamizado con la pizca de sal y la canela (la cantidad de canela dependerá de tu gusto) lo harás poco a poco, primero dos o tres cucharadas, continuarás batiendo y así hasta acabar.
- Vierte la mezcla en el molde y cubre con los 60 gr de azúcar restantes mezclados con un poco de canela.
- Hornea entre 40 y 50 minutos o hasta que pinchando con una brocheta ésta salga límpia, sino fuese así, hornea unos minutos más. Controla el horneado a los 30 minutos para comprobar que la superficie no se dora demasiado, si fuese el caso, cubre con papel de aluminio y continúa el horneado.
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