Viernes - 4 - Octubre a las 22:10 horas en La 1, foto.
aunque gran parte
de los veranos de mi vida
los he pasado en Ayora,
un pueblo de Valencia.
Recuerdo que de pequeño me quería
quedar a vivir en el pueblo.
Mis padres salían locos.
Para mí, el pueblo
es un mundo sabio, auténtico,
pero, sobre todo, divertido.
Ahora vivo en Madrid,
pero el cuerpo me pide pueblo.
Vosotros ya me conocéis
y ahora me toca a mí
conoceros a vosotros".
(Música cabecera)
"Ya llevo dos días en Cofrentes.
Un pueblo a 103 km
al suroeste de Valencia.
Y hoy me quedo a vivir sus fiestas".
(Música)
Buenas noches,
paisanos de Cofrentes.
(Continúa la música)
Mira...
qué bienvenida tiene Cofrentes.
Qué cosa más bonita de castillo.
Bueno, ¿y cómo se vive aquí
en este pueblo?
Bien.
¿Se vive bien?
Muy bien.
Muy tranquilos y muy bien.
Porque hay mañanas que me
he levantado y la puerta abierta.
No me diga.
Toda la noche.
¿Ah, sí? Y no pasa la gente...
Nada.
Y si pasan, no se echa a ver.
-Este fin de semana tenemos
la fiesta de "la maderada".
Fiesta de "la maderada".
Sí.
A ver, es una recreación de
un antiguo oficio que teníamos aquí,
en Cofrentes, que bajaban por el río
en balsas de madera
y con los ganchos, que se les llama
los gancheros o madereros,
bajan conduciendo la madera.
-Y después, que vamos entonados
con el zurracapote,
el zurracapote es una bebida
muy especial.
Te empinas y te dicen:
"¿Cómo te llamas?".
"¡Olo!".
"¡Olo!". "¡Olo!".
Me gusta la fiesta, vivir la fiesta.
Yo colaboro en las fiestas de mayo,
en noviembre, en el "jalogüei"...
¿El "jalogüei"?
En el carnaval...
Y para "jalogüei",
¿qué es lo que hace usted?
Pues disfrazarnos de la fiesta típica
que hay de "jalogüei",
de drácula, de zombi, o sea que...
¿Se ha disfrazado usted de zombi?
Sí.
¿Cómo hace de zombi usted,
por ejemplo?
Que te como...
(RÍE)
Atención, cuando baje
a "la maderada", que lo haré,
no me tiréis al agua,
no soy un pato, me mojo,
no soy un pato, gracias.
(RÍEN)
He aprobado.
¿Has aprobado?
Toma ya. (RÍE)
Ahí.
Ojito, ¿eh?
A ver, que vas a tope, ¿eh?
Qué más da.
Para un momento, para un momento,
para el coche, para el coche.
Para el coche, Gaby.
A ver, sin que se cale.
Gaby, mira, esto se llama freno
de mano, y cuando se arranca
hay que quitarlo.
Por eso olía a quemado.
Hay que quitarlo. ¿Vale?
Yo voy al fútbol, al kárate,
a muay thai no me voy a apuntar,
y también voy a inglés
y también voy a catecismo.
Toma ya, sí que eres...
¡Catecismo!
(RÍE)
¡Catecismo!
(RÍEN)
Venga, va.
Venga.
(Banda)
Levanta la mano hacia arriba.
La mano hacia arriba. Más alta.
Y Jerónimo no para de decirme:
"La mano hacia arriba,
la mano hacia arriba".
Yo estuve a punto de decir:
"Y la mano hacia abajo.
Como los gorilas, ¡uh, uh, uh!".
(RÍEN)
(Redoble)
Ahora.
(TOCAN)
¡Muy bien!
Ahora ya suenan.
Sigue, sigue, sigue.
-Muy bien.
Ahora te pones ya derecho para allá.
(TOCAN)
(Música triunfal)
"Este es mi tercer día en Cofrentes,
y ha llegado la hora de la verdad.
Hoy voy a ser un cofrentino más,
y participaré
en mi primera 'maderada'".
Me visto. Me pongo los pantalones,
la camisa, las esparteñas,
y cuando llega la hora del fajín...
¡Madre mía con el fajín!
(Música triunfal)
(RÍEN)
(Continúa la música)
"¡No había manera!".
Me sentía más torpe
que Jesulín de Ubrique
con un cubo de Rubik.
(RÍEN)
(Continúa la música)
Buen día para caer al río, buen día.
Bueno, pues nada,
ha llegado la hora...
de encontrarme con Jesús y Polo
para ir a "la maderada".
De paso, voy a ver si me enseñan
a ponerme el fajín de cofrentino.
A ver qué nos depara el día.
(Música triunfal)
Buenos días.
Buenos días.
¿Cómo va eso?
Vamos llevándolo.
¿Has visto a Polo y a Jesús?
Míralos.
Según llegas a la plaza,
a mano izquierda los tienes.
Perdonen, ¿conocen a Jesús...?
¿A Jesús y a Polo conocen? ¿Saben?
Mira, están aquí. ¿Qué pasa?
¿Qué tal, Pablo?
¿Qué tal?
Buenos días.
Te buscaba. ¿Cómo vas?
¿Qué pasa?
¿Que no tienes ni puta idea
de ponerte el fajín?
Tú lo has dicho.
(RÍEN)
Y al primero que veo es a Jesús.
¿Qué tal? Ibas de maderero total.
Llevabas
hasta el fajín bien impuesto.
Pero me tienes que decir la verdad,
no te lo pusiste solo.
Te lo pusieron.
Me enseñaron.
¿Cuántas personas?
(RÍEN)
-Encontramos a Polo,
que es el único que lleva una vara.
-¿Lo buscamos?
Mira, ya lo veo. Ya lo veo.
¿Qué hay, Polo? Buenos días.
Buenos días.
¿Cómo va eso?
¿Bien?
Muy bien.
-Este hombre no sabe ponerse la...
-¿La faja?
-La faja.
¿Me enseñáis?
Venga, coge.
-No, tira para allá.
A ver, ¿cómo es esto?
Aquí.
-Sujeta ahí.
Vale.
Y ahora... ahí.
Venga.
¡Pero no te vengas!
Ahora sí, ahora soy cofrentino ya.
Ahora ya total.
-Ahora sí.
Ya está.
Con el fajín puesto,
Polo empieza a buscar
por aquí y por allá
botas de zurracapote.
Y a la que pilla una...
¡Va por todos!
(Música tradicional)
¿No decía
que bebía y hablaba a la vez?
¡Si me preguntan! Si no, yo trago.
Ah, bueno.
Polo, ¿cuánto son dos por dos?
¡Cuatro!
¿Tres por dos?
¡Seis!
¿Cuatro por cuatro?
¡Ocho!
(RÍE) ¿Cuatro por cuatro, ocho?
(RÍE)
La tabla del cuatro no se la sabe.
-Es que... ¡16!
(RÍEN)
¿Dos por dos?
Y él: "¡Cuatro!".
¿Tres por dos?
(RÍE) "¡Seis!".
¿Cuatro por cuatro?
"¡Ocho".
Que digo: "Vamos a ver...".
O sea, Polo, beber y hablar vale,
pero la tabla del cuatro,
ni puta idea tienes.
(RÍEN)
(APLAUDEN)
Bueno, ¿ahora qué faltaría?
Pues ahora falta
que nos reunamos todos,
acompañados
con el atabal y la dulzaina,
y bajamos en romería hasta el río.
(Música tradicional)
Oye, ¿por qué vamos los primeros?
Porque somos los más guapos.
(RÍEN)
-Porque somos los anfitriones.
(RÍEN)
Y empieza la romería
y miro que vamos los primeros,
y pienso: "Mierda, voy a ser
el primero en caer al agua".
(RÍEN)
Lo tenía claro.
Se lo pregunto a Jesús y me dice:
"Vamos los primeros
porque somos los más guapos".
(RÍEN)
-Pregúntale a mi madre, joder.
(RÍEN)
(APLAUDEN)
Jesús,
eres muy buena persona,
pero contando mentiras
se te ve el fajín, ¿eh?
(RÍEN)
(CANTAN EN VALENCIANO)
¿Qué dice esta letra?
(HABLA EN VALENCIANO)
O algo así, en valenciano.
"La manta en el cuello...
y el 'tabalet'", que es el tambor...
(ASIENTE)
"Y se irán de fiesta", o algo así.
(ASIENTE)
¿Vale?
(CANTAN EN VALENCIANO)
Vamos en romería cantando,
todos felices,
y al final llegamos al río
y nos vamos a desayunar.
A ver...
Tres almuerzos.
Tres almuerzos.
Tres tortas.
¡Toma ya!
Venga. Vamos para allá.
Venga.
Te cambio del almuerzo por la bota.
-Venga.
A ver si eres capaz
de cantar la jota bebiendo.
-¡Vamos allá!
-Pero la jota cofrentina, ¿eh?
(CANTA) "¡Ay, ay,
cuánto me gusta la gente...!".
(RÍEN)
Voy a probar yo.
Vale.
¡Pues viva Cofrentes!
(CANTA) "¡Ay, ay...!".
(HACE GÁRGARAS)
(RÍEN)
-¡Muy bueno!
Coge la bota y empieza a cantar...
(CANTA) "¡Ay, ay,
cómo me gusta la gente...!".
Y yo, que lo intento,
que casi me ahogo. Normal.
Polo, hay que ver
cómo le das al zurracapote, ¿eh?
Que digo:
"Como no pare, 'la maderada'
se convertirá
en la gran desmadrada".
(RÍEN)
-Vamos a la... Vamos a la balsa.
Vamos allá.
A ver.
-Te vas a mojar.
Y llega la hora de tirar
las balsas al río, nos acercamos,
y veo que hay un montón de gente...
¿Primero echan la balsa
y después vamos nosotros?
Claro.
Vamos a ayudar, Pablo.
Venga, vamos.
¡Bueno, bueno!
(RÍE) Ha caído uno.
(RÍE)
Venga, va, esta.
Venga.
¡Vamos!
¡Cuidado, cuidado aquí!
(A LA VEZ) ¡Vamos!
(RÍE) ¡Al agua...!
¡Eh!
-¡Eh, vamos!
El corazón
se me pone a mil por hora,
y en estas sale nuestra balsa...
¡Venga, Polo!
Dale.
¡Vamos!
(Música)
Bueno, nos vamos al agua.
Mira, Jesús ya ha subido.
Polo también.
Un palo también.
(VITOREAN)
¡Un palo, un palo!
¡Pablo, Pablo!
(VITOREAN)
-¡Vamos!
-¡Venga!
-¡Al agua los tres!
(VITOREAN)
"Y salimos al agua y, oye,
la mar de bien
que estábamos los tres".
Ahí, sin hundirnos, en calma...
Vamos, que íbamos tan tranquilos
que parecíamos Los Panchos.
(RÍEN)
Íbamos fenomenal.
Y como no nos caíamos,
veo que se acerca otra balsa,
y de golpe... ¡pam!,
uno nos salta encima...
(Música)
(Gritos)
"Al abordaje.
Nos empieza a tambalear".
Pero ahí resistimos los tres,
fuertes, sin caernos todavía.
(Música épica)
"Y veo que otro
se lanza por el agua,
viene, me engancha por detrás,
otro por delante...
O sea, me empiezan a mover...".
(Música épica)
(Gritos y risas)
(RÍEN)
(APLAUDEN)
Total,
que al final nos volcasteis.
(RÍEN)
Yo digo: "Madre mía,
a mí me habían dicho
que esto era bajar el río
sobre una balsa.
A mí no me habían dicho
que esto era el abordaje.
Si lo llego a saber,
me pego con Loctite".
(RÍEN)
Por cierto,
¿ha venido
el tío que me tiró la balsa?
Sí, está ahí.
-Ahí está.
¿Qué? Estarás contento, ¿no?
(RÍEN)
¿Te quieres venir
a las fiestas de Albacete un día?
(RÍEN)
Sí, hombre, estás invitado.
Te voy a poner de miguelitos
hasta aquí.
(RÍEN)
(Música animada)
Bueno, Polo, ¿cómo ha ido?
A mí, de categoría. ¿Y a ti?
A mí, fenomenal, la verdad.
Ha habido un momento
que no estabas. ¿Dónde te has ido?
A la barca me han subido,
si no, me ahogada.
(RÍEN)
Mucho zurracapote, ¿o qué?
No, pero está bien, ¿eh?
Ya puedo repetir un traguito.
Al final cumplisteis,
me tirasteis al agua,
caímos abrazados...
Muchas gracias, Pablo.
Has bebido zurracapote...
Ya sabes...
Fantástico. Me lo he pasado... ¡mua!
(Música animada)
(RÍEN)
Como veis,
todavía está llegando gente.
No se ha salvado ninguno,
ha caído todo el mundo al agua.
Pero bueno, estaba buenísima,
he disfrutado como un enano...
Sobre todo, hay una cosa,
me tirado al agua abrazado de Jesús.
Nuestra primera "maderada",
y los dos abrazados al agua.
Eso ha sido muy bonito.
Cofrentes, os quiero de verdad.
Me lo he pasado teta. ¡Teta!
(Música)
"'Maderada' superada,
pero esto solo acaba de empezar.
Cofrentes está de fiestas,
y yo con las pilas a tope.
Hoy no me pierdo ni una".
Salí de casa
con la sonrisa puesta.
Hoy me he levantado
contento de verdad.
El sol de la mañana...
Pero vamos a ver. A ver, de verdad.
O sea, esto no es posible.
¿Qué pasa en este pueblo? De verdad.
Pero...
¿Qué es esto?
¿Qué es esto en medio de la calle?
Mira, por favor.
(RÍE) Un dromedario en Cofrentes.
Que pensé: "Vaya resaca mala
que tiene el zurracapote".
(RÍEN)
"¡Salta! Salta conmigo".
Digo: "¡Salta!...".
Esto es increíble.
¿Cómo te llamas?
Curro.
Curro, vaya mascota, ¿no?
Sí, ¿has visto?
(RÍEN)
¿Qué pasa en Cofrentes,
que pasan cosas rarísimas?
¿Hace dos días no había nada,
y ahora encuentro
dromedarios por la calle?
Sí.
¿Y eso cómo puede ser? ¿Qué es esto?
Mira, un mercado medieval.
¿Hay alguien con quien pueda hablar
que esté encargado del asunto?
Pues creo que sí, Vicente,
que estará por...
Vicente.
Sí.
Vicente.
Hay que encontrar a Vicente.
¿Cómo se llama?
Aladdín.
¿Aladdín?
Aladdín.
¿Aguantaría mi peso?
Yo creo que... que sí.
¿Sí?
Sí.
¿Por dónde se sube?
Porque es alto...
Sí, ahora lo tiramos al suelo y...
¡Ah, él se agacha!
Se agacha para que montes.
¡No me digas!
Sí, claro.
Aladdín, ¿me dejas montarte?
Sí. Te está diciendo que sí.
Te ha mirado así... Mira los ojos.
Ay, ay, ay,
me he enamorado de Aladdín.
Qué guapo.
¿Cuántas ferias llevas, Aladdín?
Unas cuantas ya, ¿eh?
(BERREA)
¿Desde cuando eres medieval?
¡Uhm!
¿Qué te parece Cofrentes? ¿Bien?
¿Cuántos años tienes?
Nada, es tímido.
Curro, ¿dónde estás?
Hola, Curro, ¿qué tal?
¿Qué? ¿Te has traído a Aladdín?
No.
No, ¿no?
¿Qué tal está?
¿Está ya más parlanchín?
Porque vaya eh...
Que Yo le hice unas preguntas
y no me dijo ni mu.
(RÍEN)
También te digo que si me llega
a decir mu, lo ordeño.
(RÍEN)
(APLAUDEN)
-Te subes y haces tres movimientos
para subir, ¿vale?
Te coges bien atrás,
te echas bien atrás
y te da la sensación
de que te vas a caer.
Pero no te vas a caer.
Vale, vale.
Y entonces me subo al dromedario
y madre mía vaya subida.
Entonces dices que me suba y...
Te echas para atrás.
(RÍEN)
Vas a subir despacio,
vas a subir tranquilo,
vas a notar como un balanceo...
Joder, un balanceo, macho.
Casi acabo con la cabeza
metida en el culo.
(Música)
A ver si veo a Vicente desde aquí
aunque no lo conozca.
(Música)
Y la bajada de Aladdín es verdad
que fue bastante más tranquila,
se nota que ya me había
cogido cariño,
así que bajo del dromedario
y me pongo a buscar a Vicente.
(Música)
Madre mía, ¡qué barbaridad!
¿Qué ha pasado aquí de repente?
Ven.
¿Qué tal, caballero?
Pues ahí vamos.
¿Sabe dónde está Vicente?
Le he visto pasar, pero no te puedo
decir por dónde anda.
Va con su traje bonito y todo.
Le vi pasar para allí arriba.
Gracias.
Iba preguntando y me decían:
"A Vicente lo puedes encontrar
por aquí".
¡Vicente! ¡Vicente!
"Lo puedes encontrar por allí
o por allí arriba".
Pero vamos a ver,
¿qué pasa en este pueblo?
Hola, buenas.
Hola.
Perdona, ¿ha visto a Vicente?
¿A Vicente?
Pues creo que iba por ahí, ¿eh?
¿Qué tal estás? ¿Estás cómoda?
Claro, muy cómoda.
¿Te queda sangre en los pies?
Algo.
Venga, gracias.
Adiós.
Llegué a preguntarle a una chica
que estaba boca abajo,
a ver si tenía
una perspectiva diferente.
(RÍEN)
Perdonad, ¿habéis visto a Vicente?
¡Sí!
¿Dónde está?
Está en el castillo.
Está en el castillo.
Sí, creo que lleva una túnica verde.
Gracias. Voy a ver si lo encuentro.
Oye, ¿dónde está Vicente?
Hombre. ¿Tú eres Vicente?
Yo soy Vicente.
Pablo. Encantado.
¿Qué tal todo?
Te llevo buscando todo el día.
Ya me habían dicho
que ibas guapo y verde.
Guapo y verde.
Sí.
Oye, ¿y ahora a dónde ibas?
Ahora íbamos a hacer la inauguración,
el pregón inaugural.
Lo que pasa que...
Necesitaríamos un buen caballero
para hacer el pregón inaugural
y viéndote, si te atreves, yo creo
que podríamos ponerte un trajecillo
y lanzarlo, ¿no?
¿Sí?
¿Te animas o qué?
Me animo.
Pues venga.
Vamos, vamos.
¿Dónde está Vicente?
¿Qué tal, caballero?
A ti te puedo decir: "Qué tal,
caballero" sin ningún problema.
¿Qué pasa, Vicente?
¿Qué pasa?
¿Qué me viste? ¿Porte medieval?
¿Elegancia de la época?
¿O cara de tonto directamente?
(RÍEN)
Si quieres prepararse
para la inauguración,
lo que tenemos que hacer
como hacíamos en aquella época
es pasear dentro
de una de las tiendas de tropa
y vestirte.
Vamos para allá, claro que sí.
(Música medieval)
Ahora vengo, ¿vale?
(Música medieval)
Pablo, no hay moros en la costa.
Vamos.
(Música medieval)
Buenas gentes
venidas de todos los rincones
del reino,
se le concede a esta localidad
permiso para realizar
feria y mercado
en el que los artesanos venidos
de todos los rincones del reino
puedan mostrar su quehacer
de manera perpetua
y de año en año.
¡Viva la Plaza
de Armas de Cofrentes!
(TODOS) ¡Viva!
¡Y viva las fiestas de la maderara!
(TODOS) ¡Viva!
(APLAUDEN)
Doy el pregón y va Vicente
y me pone un halcón en mi brazo.
Y yo: "¡Qué pasada, qué nobleza!"
Con él nos vamos a dar
un paseo por el mercado medieval.
(Música)
Primero de ganchero por el río,
ahora de caballero medieval.
A este paso, voy a parecer
el Mortadelo de Cofrentes.
(Música)
Pero ya que estamos,
que no pare la fiesta.
(Música)
Pues nada, a grosso modo,
aquí tienes lo que es el evento,
la recreación. Luego, si quieres,
vemos un poco los artesanos y demás,
pero...
Mira, te llaman.
Muy buenas.
Vamos a ver la mascletà, tío.
Ahora mascletà.
Esto va a ser la bomba, ya verás.
Y entonces llega por detrás Jesús,
y me dice:
"Pablo, Pablo,
que vamos a la mascletà".
Macho, me volviste al siglo XXI
de un plumazo.
(RÍEN)
De un plumazo de halcón,
concretamente.
(Música medieval)
Bueno, Jesús, ¿qué pasa?
Pues nada.
¿Llegamos a tiempo?
Llegamos. Vamos por aquí.
Por aquí.
Vamos.
Vamos a la mascletà.
Parece ser
que me van a dejar encenderla,
no lo sé si voy a llegar a tiempo.
Vamos.
Vamos.
(Música)
¿Qué se enciende, desde aquí?
Sí, con un botón.
Que es un botón,
yo creía que era mechero.
No, no, no.
¿Cómo os llamáis?
Yo me llamo Boro Armengol.
Boro, y eres el encargado
de la mascletà.
Exactamente, soy,
aparte del encargado, el propietario.
Y vamos a hacer aquí una mascletà
de estas de poncho y sierra.
¿Va a ser buena o qué?
Va a ser buena, no, buenísima.
Bueno, a ver,
¿dónde está la mascletà?
Aquí tenemos la mascletà
y empezará con una sección aérea,
muy bonita,
que será a base de descargas
de truenos zumbadoras.
Luego pasará una volcanada
que hará la bandera, la señera,
de aquí, de Valencia,
y luego ya pasará directamente
a la mascletà.
La mascletà es una mascletà
de cinco retenciones mecanizadas
con un final de terremoto doble
y luego ya lleva
lo nuestro de siempre...
Final de terremoto doble.
Doble, exactamente.
Y luego, el final aéreo será el doble
que lo que hay en el terremoto,
que es el final extremo.
Va a ser una mascletà
muy buena, muy buena.
Aparte, van acompañada
todas las secciones
por trueno y silbatos.
Lleva la melodía normal, más aparte
la melodía que lleva aéreamente.
Usted es como un compositor,
como quien dice.
Compositor de petardos.
Exactamente.
Boro, ¿qué tal?
Bien.
Buenas noches.
Zumbadoras, volcanada, terremoto.
Doble final extremo.
Todo esto irá acompañado
de truenos y silbidos,
truenos de aviso, traca doble,
terremoto extremo,
doble extremo,
final extremo.
Bueno, que estabas ahí que digo:
"Este está preparando aquí
la Tercera Guerra Mundial, macho".
Lo que es la mascletà
es como si fuera música al compás,
porque hace todo de menos a más
y luego hay veces
que podemos ponerle
que haga música también.
¿Pero usted a llegado a bailar
a base de petardazos?
Claro, en cuanto ponemos,
toda la gente, todo el público baila.
Te lo cuento aquí, bailas tú también.
¿De verdad que haces música
con los petardos?
Toma ya, que eres el Luis Cobos
de los petardos.
Me dijiste que has llegado a bailar
con tus petardazos.
(RÍEN)
La verdad, ahora que lo pienso,
no es tan raro.
Ya lo hacen en "Mira Quién Baila"
y no pasa nada.
(RÍEN)
Pues vamos a verlo, a ver
cómo funciona. Cómo arranca esto.
Apretarás el número uno
y te saldrá un trueno de aviso,
que en Valencia es
para empezar la mascletà.
Se tiran tres truenos de aviso.
Uno, dos y tres.
Y luego te pondré el cuatro
que ya empieza toda la mascletà.
Con el cuatro, ya arranca todo.
El cuatro es una traca clásica doble.
Empezará pum, pum, pum
y ahí ya la mascletà va sola.
Este sería...
(IMITA UN COHETE)
El número cuatro. Sin silbato.
¿El uno cómo es?
El uno es un trueno de aviso.
¿Qué ruido hace?
Bum.
¿El dos?
El dos, bum.
¿El tres?
Bum.
¿Y el cuatro?
Y el cuatro empieza, tacata tacata.
Bueno, cuando queráis empezamos.
Vamos a ponerlo ya en marcha.
Entonces,
vamos a disparar la mascletà
y qué emoción, qué poder,
nunca había sentido tanto poder
en un solo dedo.
Ahora sé cómo se siente Donald
Trump, de verdad,
con el botón nuclear.
(RÍEN)
Aquí pone prueba y disparo.
Vamos a poner disparo.
Uy, uy, uy,
que esto arranca.
Vale.
¿Le doy?
Dale al uno.
(Petardo)
Esto es increíble, que subidón.
Ahora vas a apretar el dos,
que te va a hacer otra vez pum.
¿Le doy?
Vale, dale al dos.
(Petardo)
¡Vamos!
Ahora vas a dar al tres.
¡Tres!
Va a hacer pum otra vez.
(Petardo)
¡Toma!
Ahora es una día el cuatro que es...
Empezará tacatá tacatá.
Ahí empezará zumbadora,
trueno y color.
El ruido con silbato
y con descargas de trueno.
Maravillosamente, lo vas a ver,
que te va a gustar mucho.
(HABLA EN CATALÁN)
(Mascletà)
Estas son las de color, ¿no?
Exactamente,
está haciendo la señera.
(Mascletà)
¡Vamos!
(Continúa la mascletà)
(Música)
¿Cómo te has quedado?
¿Qué
¿Cómo te has quedado?
¿Eh?
Que no oyes. ¿Cómo ha quedado esto?
¿Te ha gustado o no?
Esto... Me he quedado sordo.
Yo también.
Pero es una cosa normal aquí,
en Valencia.
¿A usted le queda oído?
A mí me queda poco ya.
Ha sido impactante, ¿no?
Ha sido impresionante.
Oye, muy contento yo que hayas venido
y hayas visto la mascletà,
una de las mejores que has visto.
En mi vida. Gracias, ¿eh?
Perdona si el grito, pero me he
quedado un poco tenient.
Es normal, es normal, porque ha sido
una mascletà mucha caña.
Me he quedado absolutamente
Beethoven.
Muy bien, hasta la próxima.
Venga, vale, gracias.
Boro, qué pasada vivir la mascletà
en primera línea contigo.
Eso sí, al lado de la mascletà
el heavy metal es como...
Como una balada de Alejandro Sanz,
¿no?
(RÍEN)
¿Cuando recogiste aquello
no encontraste por ahí mi oído?
No te oigo.
No, no me oyes.
(RÍEN)
Es el mejor chiste de la noche.
(APLAUDEN)
(Música)
"No hay nada como las fiestas.
Vivir las de Cofrentes
me ha transportado
a esos veranos de mi adolescencia
en que esperaba las de mi pueblo
y cuando llegaban,
eran lo mejor.
Si habéis vivido alguna,
ya sabéis de lo que os hablo".
(Música)
"El pueblo lentamente
vuelve a la normalidad,
y yo necesito un café
y parar un ratito
para así continuar".
(Música)
Un cortadito puede ser.
Ahora mismo.
-Hola.
Hola.
¿Qué tal?
Yo nada, aquí tomándome un café.
¿Cómo te llamas?
Maika.
Hola, Maika.
Soy Pablo.
¿Eres de aquí, del pueblo?
Sí, soy de aquí, del pueblo.
¿Nacida aquí?
No nací aquí,
nací en Barcelona.
Nací y viví un poquito allí,
en Barcelona,
pero mis padres son de aquí
de toda la vida.
Son de aquí ellos.
De aquí, de aquí.
¿A qué te dedicas?
Pues trabajo en la oficina de turismo
y hago un poquito de todo.
Si yo vengo a Cofrentes
para disfrutar de todo,
¿cuánto tiempo me tendría
que quedar aquí?
Por lo menos un par de semanas
conmigo y te lo enseñaría todo.
Un par de semanitas contigo.
Sí.
¿Qué tal, Maika?
Guapa.
Así que necesito dos semanas contigo
para conocer bien el pueblo, ¿no?
Alguna más.
Algunas más, ostras, Maika.
Si en tres días he hecho más cosas
que en un campamento de verano.
(RÍEN)
Por cierto, llevo aquí un rato ya,
en este pueblo,
y eres la más moderna en cuanto
a pelo que lo que he visto.
A ver, cuando yo llegué aquí, a
Cofrentes, te cuento una historia.
Yo cuando llegué aquí, a Cofrentes,
todavía el pueblo
no estaba tan avanzado
y yo llevaba lo que era una cresta
y llevaba una tabla de ajedrez.
Yo era modelo de peluquería.
¿Cómo? ¿Qué es...?
Tabla de ajedrez.
¿Qué es eso?
Tintada.
¿Aquí?
Sí.
Y arriba pelo largo.
Una cresta.
¡Una cresta!
Una cresta, era punky.
Eras punky, no me digas.
De hecho, yo me acuerdo,
que cuando llegue aquí, a Cofrentes,
una vez a mi madre,
cuando llegó a la panadería,
llegó a decir: "Tenemos que cerrar
las puertas de la casa,
porque llegado un personaje
un poco extraño".
Dice: "Perdona, nena,
que es mi hija".
No me digas, no me digas.
Fuiste la primera punky, toma ya.
La primera punky del pueblo
que la gente te veía y decía:
"Uy, uy, uy,
tenemos que cerrar las puertas".
(RÍEN)
Bueno, tú no te preocupes,
que la de Justi y Jesús
siempre está abierta.
¿Y cómo?
He sido buena estudiante,
lo que pasa es que a mí me han matado
un poco las pintas,
pero ha sido una manera, a lo mejor,
de escudo.
Ha sido escudo hacia...
Sí.
¿Hacia qué?
A los que ahora es bullying,
se llama.
¿Ah sí?
Sí.
¿Porque lo has llegado a sufrir?
Sí, claro.
¿Sí?
Sí.
Tímida, tímida, sí,
pequeñita, gordita.
Entonces, era una manera
de que se metieran conmigo.
Entonces, llegó un momento,
que cuando tuve el desarrollo,
me explayé e hice ese cambio.
¿En aquel momento eras consciente
de que todo eso
era una especie de táctica tuya
para afrontar la vida?
Sí, causando miedo,
por lo menos no se acercarían.
Y me llegó a gustar.
Lo hiciste de forma consciente.
Sí.
¿Y se acabó el bullying?
Siempre está, pero llega un momento
que tu personalidad es tan fuerte
que te da lo mismo todo.
Tú te hiciste fuerte gracias a eso.
(AFIRMA)
¿Qué has aprendido
del tema este del bullying?
¿Qué le dirías alguien
que lo está sufriendo
que en este momento, por ejemplo?
Pues que tiene que ser más fuerte,
que el bullying ha existido, existirá
y no hay que darle ya
tanta importancia
como se está dando.
Que tienes que tirar para adelante
y que son el día a día, simplemente.
El día a día,
que eso te hace más fuerte.
No hay que achantarse para atrás.
Sé que es difícil,
porque sé que es difícil,
pero si hace falta ponerte
una chupa de cuero
o montar a caballo
o a hacer una actividad o jardinería,
te tiene que dar lo mismo,
tienes que ser ante todo tú mismo.
Es complicado,
pero te tienes que buscar,
si no puedes tú, buscarte aliados.
Oye, ha sido un placer
hablar contigo.
Se me ha enfriado el café, ¿eh?
(RÍE)
Maika me contaste
que contra el bullying
lo más importante es ser uno mismo
y tirar para adelante
y conseguir que tu personalidad
valga más
que todas las tonterías
y todas las memedeces
que te dicen los demás.
Maika, de verdad, muchísimas gracias
por contármelo
y deseo que nadie en el mundo jamás
tenga que pasar
por los que sufriste tú. Muchísimas
gracias, Maika, de verdad.
(APLAUDEN)
(Canción en inglés)
"Maika se ha sincerado
y se lo agradezco mucho.
Me ha dicho algo
que parece muy evidente,
pero de lo que muchas veces
nos olvidamos.
En la vida se trata de aceptarnos,
querernos y ser siempre,
aunque a veces cueste,
nosotros mismos".
(Música)
Un hombre
con un árbol en la mano.
¿Qué tal?
Hola, qué hay.
Buenas tardes.
Antonio García, encantado.
Antonio García.
Sí.
Yo soy Pablo, encantado.
Encantado, Pablo.
Es un bonsái que has hecho tú
¿o como?
Normalmente se compran
menos evolucionados
y con el tiempo y con la aplicación
de las técnicas de bonsái,
lo vas evolucionando, ramificando.
¿Por qué te ha dado por los bonsái?
Una afición que tengo ya
desde hace 30 años.
Yo me voy a mi umbráculo,
aquí tengo un montón.
¿Qué es un umbráculo?
En este caso es una construcción
que tienen los laterales libres.
Son de mallas torremidal
y el techo de malla de sombrero.
Qué curioso.
¿Te puedo acompañar para verlo?
No.
¿No?
(RÍEN)
¿Y eso?
No, no, porque eso es un sitio mío
íntimo, medio secreto.
Si te enteras dónde está,
tendré que matarte.
Así es que o te vendo los ojos
o no hay trato.
Prefiero vivir e ir
con los ojos vendados, desde luego.
Desactiva la ubicación del móvil.
Vale, vale, ok.
(RÍEN)
Antonio, buenas noches,
¿donde estás?
Antonio, Antonio,
que te visto por ahí.
Ahí, ¿qué tal, Antonio?
Me tenías que llevar
con los ojos vendados
y con la ubicación del móvil
apagada.
Porque si no tendrías que matarme.
(RÍEN)
Yo no sabía si estaba en Cofrentes
o en un capítulo de "Narcos".
(Música suspense)
Venga, vamos.
Aquí.
Ahí iba yo con los ojos vendados,
el teléfono en modo avión,
y con el culo en modo apretado.
(RÍEN)
-Bueno, ahora estamos a unos 300 m,
el último tramo lo vamos hacer a pie.
Sigues siendo tú, ¿no?
¿Te puedo tocar?
Vamos llegando, 5 m.
Parecemos Gala y Dalí, ¿no?
Bueno, sí. ¿Quién es quién?
Tengo que decirte una cosa,
estar con los ojos cerrados
se potencia el oído
y, por ejemplo,
este ruido me acojona.
Oigo cadenas, oigo una llave,
veo que no hay nadie alrededor.
Entonces, empieza
un ruido como de cadenas
y digo: "Ojo, cadenas,
estos son cadenas,
aquí es cuando la cosa se convierte
en las
"Cincuenta sombras del bonsái".
(RÍEN)
-Ahora, un murete.
Oh, qué frescor se nota aquí.
Lo que vas a ver ahora,
no es nada del otro mundo,
pero son mis árboles
y les tengo mucho aprecio.
Entonces, esto no se lo enseño
a todo el mundo.
¡Guau!
Ha merecido la pena.
¿Sí?
Qué pasada, qué pasada.
O sea, pero bueno.
Estos son más que bonsáis. ¿Cuál es
al que más cariño le tienes?
Este olmo, por ejemplo,
este lleva casi 20 años conmigo.
Cada poco hay que ir pinzándolo.
De hecho, aquí, mira, esta tiene
unas zonas verdes definidas
y hay brotes, brotes de este año,
ves que se salen de fondo.
Lo que hay que hacer
con este tipo de brotes
es que se le hace un pinzado.
Entonces, imagínate,
con todo lo que hay aquí,
el tiempo que tienes que invertir.
Además, cada dos semanas
tienes que hacerlo,
porque crecen con locura.
Pero sí que es verdad que tiene
un punto relajante, ¿no?
Estás tú aquí solo...
Ahora, si nos quedamos en silencio,
lo único que oyes
es los pajarillos cantando
y el agua de la acequia.
Entonces, aquí vienes y te relajas.
No sé, una forma de pasar el tiempo.
Ha sido un placer conocerte.
Encantado, Pablo.
Muchísimas gracias.
Venga, hasta luego.
Oye, Pablo.
¿Qué?
Ven aquí. Has venido
con los ojos vendados
y te tienes que ir
con ojos vendados.
Vaya por Dios.
Entonces, ¿qué gracia tiene?
(Música)
Me acercarás al pueblo,
por lo menos.
Te voy a poner en el camino
y luego ya hablaremos.
Espera que me despida.
Adiós, amigos bonsáis, adiós.
Este es el camino de tierra
por el que hemos venido.
A unos 800 m tienes la carretera
y a unos 2 km el pueblo, ¿vale?
(RÍE)
Venga, campeón,
que te vaya bien, tío.
Muchas gracias por todo,
eres un tío cojonudo.
No te quites la venda.
No, hombre, no.
Te estaré vigilando.
Vale.
Antonio, muy guay los bonsáis...
Pero eres un poco cabrón.
Las cosas como son, que me hiciste
volver al pueblo a ciegas,
que eso con los ojos vendados,
qué mal rato pasé,
que fue como jugar
a la gallinita ciega mucho rato
sin pillar a nadie.
(RÍEN)
(Música)
Oigo agua, voy a seguir el agua,
que seguro que va hacia el pueblo.
(Música)
Vaya, no sé si para ir al pueblo
era por aquí...
Menos mal que me gustan
los bonsáis y ha merecido la pena,
porque esto está siendo
un poco incómodo, la verdad.
Vale.
Por aquí no es.
(Música)
No sé ni por dónde pasé,
pero crucé campos,
vagué por carreteras,
me arrastré por montañas.
(Música)
Asfalto. Civilización.
Cofrentes.
A suertes.
(Música)
E, N, T.
Dime que es una E,
dime que es una S,
dime que es una S.
Cofrentes.
(Música)
Cofrentes, Cofrentes.
¡Bien! ¡He llegado!
(RÍEN)
Había llegado a Cofrentes,
qué maravilla, Antonio.
Mira, te voy a devolver la venda.
Te voy a devolver la venda,
así, cuando vayas a Madrid,
te voy a enseñar yo una colección
de orquídeas enanas que tengo.
(APLAUDEN)
(Música)
Vaya con Cofrentes.
Esta mañana sol, agua
y esta tarde más agua.
Menos mal que soy un pato
y no un gato.
(Canción en inglés)
Más adelante voy andando
y veo a un hombre
tocando los platillos.
(Platillos)
Me paro y conozco a Felipe.
Hola.
Hola, buenas tardes.
¿Qué estaba tocando entonces?
Un acompañamiento para el rock.
¿Y en concreto este rock como es?
Este rock es el rock del Barrancazo.
El rock del Barrancazo,
vale.
Esto nació en el Barrancazo,
que es un sitio
que dicen El Barrancazo.
Entonces, he puesto un poco
del perro, de la oveja...
Todo esto eran ruidos de animales.
Sí.
A ver, entonces, ¿esto qué es?
Este es un picote que...
Lo mismo lo puede llevar
una oveja que una cabra.
Yo voy caminando...
(BALA)
Yo, por ejemplo,
si quiero atraer los gatos...
(MAÚLLA)
¿El perro cómo?
El perro grande hace...
(LADRA)
Luego viene el otro más pequeñín
que hace...
(LADRA)
(RÍEN)
Felipe, buenas noches.
Usted sabe imitar el sonido
de todos los animales
habidos y por haber.
Felipe, tiene usted un zoo
metido en su cabeza.
A usted le dejan solo
y en un rato se monta solito
toda la granja de Playmobil.
(RÍEN)
-¿Ves? Por ahí van dos perritos.
A ver, a ver.
(LADRA)
Le he hecho el gato
y ya se ha ido.
(RÍEN)
En plena conversación
vemos que pasan dos perritos
y al principio el perro se paró
y le prestó atención.
Algo increíble.
Yo me quedé flipado.
Digo: "No, si va a ser verdad
que habla con ellos".
(RÍEN)
Y ahí ladrando
y el perro atendiendo.
Va usted y me dice: "¿Lo ve?
Le he hecho el gato y se ha ido".
(RÍEN)
(APLAUDEN)
Felipe, es usted más impredecible
que Boro detonando una mascletà.
Oiga, ¿terminamos con el rock
este que me dijo que sabía?
Primero...
Espere, espere un momento,
que voy a...
(HACE SONIDOS DE ANIMALES)
(LE IMITA)
Felipe, usted tiene
que respirar de miedo,
porque tiene, de verdad,
tiene una nariz
que tiene ahí dos trompetas más
grandes que las de Louis Armstrong.
Ha creado escuela,
se lo he copiado.
Yo llevo el fin de semana entero....
(HACE SONIDOS DE ANIMALES)
(HACE SONIDOS DE ANIMALES)
(APLAUDEN)
Al final, para rematar,
el colofón final,
por fin llegamos al rock.
Y qué rock.
Para bailar el rock,
el rock del Barrancazo.
Te pega un tropezón,
te caes de un porrazo,
te pinchas en una liana,
te la quitas de un zarpazo.
Y así se baila el rock,
el rock, el rock del Barrancazo.
(IMITA SONIDOS DE ANIMALES)
Y al llegar a la solana,
baila en pantalones y la tozana,
el rock, el rock,
el rock, el rock del Barrancazo.
(RÍEN)
Dígame usted la verdad.
¿Cuántos litros de zurracapote
le hicieron falta
para escribir esa letra?
Menos mal que Elvis
ya no vive, madre mía.
Porque llega a oír su versión
y de un golpe de cadera
se va de nuevo a la tumba.
(RÍEN)
Por cierto,
¿cómo sería adiós en ovejo?
(BALA)
(RÍEN)
(Canción en inglés)
Hombre, Polo, ¿qué tal?
Bien, dando un paseo.
Ya estás seco por lo que veo.
Ya me he secado.
Seco y bien guapo.
Yo me voy ya,
que me habéis destrozado.
Vaya con el pueblo.
¿Destrozado?
Entre "la maderara", entre
la piragua, entre el pregón...
El año que viene tú aquí, ¿eh?
El año que viene yo aquí,
claro que sí.
Oye, ¿nos damos un abrazo de zombis?
(Canción en inglés)
"Después de estos días tan intensos,
voy a echar de menos a Cofrentes.
Sus fiestas y, sobre todo,
a sus paisanos.
Polo me ha dicho que me espera
en la maderara del año que viene.
Seguro que volveré,
tengo todo un año para recuperarme.
(Música)
Paisanos de Cofrentes,
he pasado con vosotros
tres días y me lo he pasado genial.
Así que, de verdad,
y es muy sincero,
ya puedo decir
que me siento vuestro paisano.
Paisanos de Cofrentes,
sois muy buena gente.
(APLAUDEN Y VITOREAN)
¿Te vas a venir a ver
mis orquídeas enanas entonces?
Me lo voy a pensar,
porque yo soy más de...
De árboles que de plantas y flores,
pero bueno.
El momento batuta ha sido increíble.
¿En casa también la llevas?
¿En casa? A medias.
(RÍEN)
El rock, el rock del Barrancazo,
te pega un tropezón,
te caes con un porrazo,
te pinchan una liana,
te la quitas de un zarpazo
y así se baila el rock,
el rock del Barrancazo.
Así cierra el rock del Barrancazo.
Muchas gracias.
Un momento que perdiste
el fajín y todo.
Bueno.
Tú eres tan cofrentino
que hasta sin fajín
se nota que eres cofrentino.
De pura cepa.
De pura cepa, ¿eh?
¿Qué catapum papum,
haríamos para cerrar el programa?
Haríamos un final
muy extremo.
Muy extremo, ¿que sería cómo?
Sería lo que viste, pero doble.
El doble. ¿Puedo hacer yo
unos ruidos y tú otros?
A ver si combinando
hacemos algo chulo.
(HACEN RUIDOS)
(Canción en inglés)
Cómo te gusta una fiesta, ¿eh?
Yo, lo que más me gusta,
hay que vivirla.
Hay que disfrutarla
y hay que animar a la gente.
Vamos a acercarnos a la cámara
los dos, si quieres, si te parece,
diciendo: "El paisano"
en plan zombie.
(AMBOS) El Paisano.
TITULO: VACACIONES - EUROPA DE PELICULA -La revolución de las fresas,.
La revolución de las fresas,.
foto / El viento de la libertad nace de un sentimiento íntimo: uno hace lo
que cree que tiene que hacer, así en el campo como en la bodega.
TITULO: Lazos de sangre - La saga Preysler ,.
El miercoles -2- Octubre a las 21:30 por La 1, foto,.
¿Cómo es de puertas para adentro Isabel
Preysler? ¿Cuáles han sido las grandes alegrías y tristezas en la vida
de la mujer que más portadas ha protagonizado en los últimos años? Sus
hijos, Tamara Falcó y Julio Iglesias Jr., cuentan para Lazos de sangre lo
que no se ve de su madre en las exclusivas de las revistas y descubren a
una mujer enigmática que también ha vivido momentos delicados.
TITULO: VUELTA AL COLE - Una noche en la ópera.
Una noche en la ópera.
Es la del camarote, la de la parte contratante… Cada espectador tiene su gag favorito entre los 175 de este clásico de los Marx, foto,.
Es la del camarote, la de la parte contratante de la segunda parte,
la de los dos huevos duros… Y así podríamos seguir y seguir porque cada
espectador tiene su gag favorito entre los 175 que atesora. Eso sí,
pocos aficionados se resisten a identificarla también como la mejor
película de los hermanos Marx.
Con Una noche en la ópera los hermanos Marx, que eran hasta entonces un cuarteto, se convirtieron en trío después de que Zeppo dejara el grupo. No fue el único cambio. Por primera vez trabajaban para la Metro y por primera vez alguien ponía un poco de orden en la anarquía creativa de aquella familia. “Supongo que por entonces existiría cierto número de genios, pero yo sólo conocí a uno, su nombre era Irvin Thalberg”, diría años después Groucho refiriéndose al mítico productor. En sus películas los hermanos Marx se habían dedicado hasta entonces a atacar y mofarse de cuanto personaje tuviera la mala suerte de toparse en su camino. Esto –decía Thalberg– podía hacerles antipáticos a ojos de buena parte del público. Nadie dudaba de la genialidad de aquellos chicos pero, al fin y al cabo, las tramas de sus películas no habían sido hasta entonces más que meras excusas para encadenar una sucesión de gags. Una noche en la ópera, en cambio, tenía que ser diferente: el ritmo más medido, la historia más coherente. Partiendo de las ideas de los protagonistas, el guion lo escribieron George S. Kaufman y Morries Ryskind con el apoyo de algunos colaboradores de la Metro, entre los que figuraba nada menos que Buster Keaton. Pero todo eso no era garantía suficiente para Thalberg que, antes de empezar a rodar, embarcó a los hermanos en una gira teatral con la que, atendiendo a las reacciones del público, pretendía afinar al milímetro cada situación, cada chiste y diálogo. A pesar de todo, cuando una vez terminada la película hicieron un preestreno, la respuesta de los espectadores fue demoledora: nadie se rió. Thalberg se encerró durante varios días con un guionista en la sala de edición, remontaron toda la cinta y consiguieron darle el ritmo que la ha hecho célebre.
Una noche en la ópera fue un gran éxito. El tiempo la convirtió en una referencia, hasta el punto que esta obra cumbre de la iconoclasia fuera elegida en 1993 para ser preservada en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos como “película cultural, histórica o estéticamente significativa”. Pero, por encima de eso, lo más importante es que casi 80 años después sigue siendo una deliciosa gamberrada que recoge algunas de las mejores de escenas de la Historia de la Comedia: la del camarote, la de la parte contratante… En definitiva, la que prefiera cada espectador.
Con Una noche en la ópera los hermanos Marx, que eran hasta entonces un cuarteto, se convirtieron en trío después de que Zeppo dejara el grupo. No fue el único cambio. Por primera vez trabajaban para la Metro y por primera vez alguien ponía un poco de orden en la anarquía creativa de aquella familia. “Supongo que por entonces existiría cierto número de genios, pero yo sólo conocí a uno, su nombre era Irvin Thalberg”, diría años después Groucho refiriéndose al mítico productor. En sus películas los hermanos Marx se habían dedicado hasta entonces a atacar y mofarse de cuanto personaje tuviera la mala suerte de toparse en su camino. Esto –decía Thalberg– podía hacerles antipáticos a ojos de buena parte del público. Nadie dudaba de la genialidad de aquellos chicos pero, al fin y al cabo, las tramas de sus películas no habían sido hasta entonces más que meras excusas para encadenar una sucesión de gags. Una noche en la ópera, en cambio, tenía que ser diferente: el ritmo más medido, la historia más coherente. Partiendo de las ideas de los protagonistas, el guion lo escribieron George S. Kaufman y Morries Ryskind con el apoyo de algunos colaboradores de la Metro, entre los que figuraba nada menos que Buster Keaton. Pero todo eso no era garantía suficiente para Thalberg que, antes de empezar a rodar, embarcó a los hermanos en una gira teatral con la que, atendiendo a las reacciones del público, pretendía afinar al milímetro cada situación, cada chiste y diálogo. A pesar de todo, cuando una vez terminada la película hicieron un preestreno, la respuesta de los espectadores fue demoledora: nadie se rió. Thalberg se encerró durante varios días con un guionista en la sala de edición, remontaron toda la cinta y consiguieron darle el ritmo que la ha hecho célebre.
Una noche en la ópera fue un gran éxito. El tiempo la convirtió en una referencia, hasta el punto que esta obra cumbre de la iconoclasia fuera elegida en 1993 para ser preservada en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos como “película cultural, histórica o estéticamente significativa”. Pero, por encima de eso, lo más importante es que casi 80 años después sigue siendo una deliciosa gamberrada que recoge algunas de las mejores de escenas de la Historia de la Comedia: la del camarote, la de la parte contratante… En definitiva, la que prefiera cada espectador.
En la tuya o en la mía - Miercoles -9 - Octubre,.
En la tuya o en la mía', presentado por Bertín
Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de
personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una
hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al
invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles - 9 - Octubre,, etc.
EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - Dolores Redondo,.
Dolores Redondo,.
Dolores Redondo - foto,. | ||
---|---|---|
Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Dolores Redondo Meira | |
Nacimiento |
1969 San Sebastián (España) | |
Nacionalidad | Española | |
Educación | ||
Educada en | ||
Información profesional | ||
Ocupación | Escritora | |
Género | Novela negra | |
Distinciones |
| |
Web | ||
Sitio web | ||
Biografía
Comenzó en la literatura escribiendo relatos cortos y cuentos infantiles. En 2009 publicó su primera novela, Los privilegios del ángel, y en enero de 2013 publicó El guardián invisible, primer volumen de la Trilogía del Baztán, seguido en noviembre del mismo año por la segunda parte, titulada Legado en los huesos, y terminada en noviembre de 2014 con Ofrenda a la tormenta. La trilogía ha conseguido vender más de 700.000 copias y ha sido traducida a más de quince idiomas.4
El productor alemán Peter Nadermann, responsable de las películas de la Saga Millennium de Stieg Larsson, adquirió los derechos para su adaptación al cine casi inmediatamente después de publicarse la primera novela. En 2017 se estrenó la película El guardián invisible, basada en la primera de las novelas de la trilogía, dirigida por Fernando González Molina.56
Es ganadora del Premio Planeta 2016 por el manuscrito de Todo esto te daré, presentado a concurso bajo el seudónimo de Jim Hawkins y bajo el título falso de Sol de Tebas.7 En 2018, en Pontremoli, es ganadora del 66.° Premio Bancarella por la edición italiana Tutto questo ti darò.
Obras
Trilogía del Baztán
El guardián invisible
Es el primer título de la trilogía.8 Se inicia con el descubrimiento, en los márgenes del río Baztán (Bidasoa), del cuerpo desnudo de una adolescente (Ainhoa Elizasu). La inspectora de homicidios de la Policía Foral de Navarra Amaia Salazar será la encargada de dirigir la investigación que le llevará a regresar a Elizondo, el lugar donde nació y del que siempre quiso huir.Legado en los huesos
Aunque el primer volumen cerró la trama de la investigación, la segunda entrega comienza con el juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez. Amaia es reclamada por la policía, ya que el acusado acaba de suicidarse en los baños del juzgado y ha dejado una nota dirigida a la inspectora, una nota con un solo mensaje: «Tarttalo». Amaia Salazar deberá descubrir su significado y al mismo tiempo conoceremos detalles inquietantes de su pasado.Ofrenda a la tormenta
Es la última entrega de la trilogía. Se presentó al público el 25 de noviembre de 2014.10La autora adelantó que, durante la presentación, confesaría el germen que inspiró toda la historia para que los lectores comprendieran que por más elementos mágicos que puedan aparecer, la novela es muy real y muy actual.
Todo esto te daré
En el escenario majestuoso de la Ribeira Sacra, Álvaro sufre un accidente que acabará con su vida. Cuando Manuel, su marido, llega a Galicia para reconocer el cadáver, descubre que la investigación sobre el caso se ha cerrado con demasiada rapidez. El rechazo de su poderosa familia política, los Muñiz de Dávila, le impulsa a huir pero le retiene el alegato contra la impunidad que Nogueira, un guardia civil jubilado, esgrime contra la familia de Álvaro, nobles mecidos en sus privilegios, y la sospecha de que esa no es la primera muerte de su entorno que se ha enmascarado como accidental. Lucas, un sacerdote amigo de la infancia de Álvaro, se une a Manuel y a Nogueira en la reconstrucción de la vida secreta de quien creían conocer bien.La inesperada amistad de estos tres hombres sin ninguna afinidad aparente ayuda a Manuel a navegar entre el amor por quien fue su marido y el tormento de haber vivido de espaldas a la realidad, blindado tras la quimera de su mundo de escritor. Empezará así la búsqueda de la verdad, en un lugar de fuertes creencias y arraigadas costumbres en el que la lógica nunca termina de atar todos los cabos.
Tortas de txantxigorri
Una de las peculiaridades de las novelas de Dolores Redondo es que en ellas aparece un postre típico navarro, las tortas de txantxigorri (la autora escribe txatxingorri), muy popular en Navarra, y que estas novelas han dado a conocer fuera del territorio foral., etc.TITULO: EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - VIERNES - 11- Octubre -«Los rojos no usaban sombrero» ,.
acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco a las 22:00, el viernes - 11- Octubre , etc.
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