Lunes -17- de junio a las 22:40 horas en La 1 / foto,.
Se analiza la presencia de la mujer en el cine, la literatura, la música y las artes plásticas a lo largo de los siglos. Cineastas, actrices, escritoras, músicas, galeristas y pintoras cuentan cómo las mujeres han abandonado el tradicional papel de musas de las artes para ser creadoras e impulsoras de la creatividad artística, pero… ¿siguen haciendo falta más mujeres en el arte?
Isabel Gemio hablará de todos estos aspectos con la actriz Aitana Sánchez-Gijón. El programa cuenta además con las intervenciones de Juan Ramón Lucas, Isabel Coixet, Soledad Puértolas, Ana Torroja, Ouka Leele, Rosario Pardo, Soledad Lorenzo, Jesús Vidal y Cristina Castaño.
TITULO: DIAS DE TOROS - A hombros Paco Ureña,.
A hombros Paco Ureña,.
Afortunado en el sorteo, aupado por un fervor incondicional, entregado y hasta roto, el torero de Lorca encuentra recompensa generosa,.
Después del batacazo, volvió Ureña al toro con ánimo crecido y, en loor de multitud, puesto por la mano izquierda, de perfil y a pies juntos, expuso y se embraguetó con el toro. Uno a uno, los naturales de entonces fueron recalentando una faena que se venía celebrando incondicionalmente desde el arranque mismo. A pesar de que el toro se había pegado en banderillas un trastazo formidable contra el burladero de los monosabios, Ureña abrió faena sentado en el estribo. Mandó el toro contra las tablas en un estrellón menor pero rectificó a tiempo, se salió a la raya primera y ahí cosió el natural con una trinchera enroscada. Se subrayó el acierto.
FICHA DEL FESTEJO
- uToros
- Seis toros de Victoriano del Río.
- uToreros
- Sebastián Castella, silencio tras un aviso y silencio. Paco Ureña, vuelta al ruedo y dos orejas tras aviso. Roca Rey, silencio tras aviso y silencio. Pedro Iturralde picó perfecto al sexto.
- uPlaza
- Madrid. 33ª de San Isidro. Corrida de la Cultura. Primaveral. No hay billetes. 23.640 almas. Dos horas y veinte minutos de función. Se intercambió el turno de salida de quinto y sexto por estar siendo Ureña atendido en la enfermería.
Mucho más caro fue todavía el son del que completó lote. Un toro Empanado que, después de meter a modo los riñones en una primera vara, se salió suelto pero volvió para cobrar casi al relance un segundo puyazo certero y medido de Pedro Iturralde. Rico galope en banderillas y, en la misma apertura de faena, un derroche de calidad y temple. El inicio de faena fue de órdago. Cuatro estatuarios en tablas -los cuatro ligeramente mecidos por delante, y eso hizo de ellos muletazos a suerte cargada-, un ayudado por alto y una espléndida coda cosida de un natural, la trinchera, el del desdén y uno de pecho impecable. Fue la joya de la faena, y la que la dejó embalada, aunque ni el ritmo ni el compás de cuanto vino luego se acercó en calidades ni logros al rutilante comienzo.
Ureña lleva tiempo sintiendo en Madrid un amparo sin condiciones ni mayores exigencias, que, tras su infortunio del pasado septiembre en Albacete -pérdida del ojo izquierdo en una cornada-, se ha multiplicado. La prueba del amparo fueron los subrayados de la faena sin reparar en detalles. Dos parones por descolocado al torear con la zurda, la falta de ligazón. No importó. Por encima de todo contaron la entrega, la sinceridad y, sello de Ureña, el ajuste. Fue faena más corta que breve. Los naturales enroscado de su segunda mitad fueron soberbios, pero pocos. Desde casi los medios pidió Ureña la espada de acero. La muerte del toro, estocada trasera, en tablas fue lentísima. Y de bravo. Un aviso. Dos orejas. Omisión injustificable: se quedó sin premio el toro, uno de los más completos de la feria.
La corrida de Victoriano del Río repartió a capricho la suerte. Para Roca Rey, el lote más ingrato, con un sexto de sorteo armado con dos guadañas disparatadas y un tercero, cinqueño, que huyó de su sombra. Para Castella, dos toros de mucha bondad: un primero que tuvo una mano izquierda notable y un cuarto de soltarse pero dócil. Roca Rey -su tercer no hay billetes de la feria- se sintió medido y no reconocido.
Ni en los momentos en que sujetó las huidas del tercero, de cuyas embestidas inciertas o acostadas y revueltas hubo de librarse en pura esgrima. Esa primera faena se vivió con tensión, la más notoria de la tarde. El final, en tablas, fue de torero capaz, por encima de las circunstancias.
Victima de lidia deficiente, el de las dos guadañas se aculó en tablas varias veces y Roca resolvió el trámite. Al tercer viaje cobró una excelente estocada. Castella, que ha echado su más oscura feria en muchos años, no se acopló con el buen cuarto y no se entendió con el primero hasta muy al final.
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