España a ras de cielo es un programa de televisión emitido por TVE y se estrenó el 17 de septiembre de 2013. Desde el primer programa, está presentado por Francis Lorenzo. Martes a las 22h30,.
El programa permite conocer lugar de España desconocidos y ya conocidos desde otro punto de vista. , etc.
PLANETA CALLEJA - DOMINGO -7-JULIO ,.
Planeta Calleja es un programa de televisión de España que se emite cada domingo a las 21:30, en Cuatro de Mediaset España,. Jesús Calleja enfrentará a rostros conocidos a vivir experiencias únicas e irrepetibles fuera de su contexto habitual y en los lugares más remotos y fascinantes ., etc.
Laura Castañón: «El olvido es el naufragio definitivo»,.
La autora novela sobre el poder de la amistad y la lealtad y repasa la primera mitad del siglo XX en Asturias - foto,.
Mueve a sus personajes durante varias décadas, haciendo al lector «testigo de la historia, que es un personaje más». La pasión, la culpa, el dolor, la esperanza, las traiciones y los secretos se entrelazan una historia «sobre el poder de amistad y lealtad» en la que la memoria libra un pulso con el olvido. «La ficción permite rescatar las vidas condenadas a ser ceniza, a desaparecer en el silencio», asegura.
Pone a prueba la amistad de Gregorio y Onel, amo y sirviente de diferente origen «y con existencias marcadas por el peso familiar, en un caso, y por la herida de una ausencia, en el otro». De familia acomodada el primero y de los aldeanos Forquetos, el otro, «mantendrán siempre un vínculo, a veces inexplicable, por su amistad transgresora y de límites confusos», con encuentros, desencuentros y situaciones que ponen a prueba la lealtad que se tienen desde niños.
«Hablo sobre cómo la ausencia dicta, de los temores y las ataduras, y sobre la acechante sombra del pasado, que entre secretos, acaba siempre regresando para bien o para mal», resume Castañón. Hay personajes reales (Rosario de Acuña o Buenaventura Durruti) que en apariciones fugaces y «naufragando sin remedio» se enredan con el tiempo que les tocó vivir y sumergen al lector en la historia de una época convulsa.
La cuenca minera asturiana fue el escenario de 'Dejar las cosas en sus días' (2013), primera novela de Castañón, que rescató la memoria de los desaparecidos en la guerra civil. Con 'La noche que no paró de llover' (2017), reflejaba del Gijón burgués de principios del siglo XX. Con esta precuela confronta la vida urbana con aldeana, marcad por el anarquismo, la revolución del 34, y la guerra. «Con la próxima cerraré el ciclo», dice esta gijonesa de adopción.
Jueves -4- Julio a las 22:35 por La 1, foto,.
Ingeniería alemana a su alcance,.
Los Scorpions triunfan en la primera jornada del Download Festival
Con sus más de 50 años de carrera musical, se siguen manteniendo como una referencia de ese heavy que conoció el paso del mundo 'underground' al éxito masivo de llegar al gran público. Fue en la década de los 80 del siglo pasado, cuando eclosionó como un auténtico trueno, esa forma de concebir la música basada en guitarras distorsionadas, percusiones atronadoras, y voces agarradas a la rabia y al grito. Desde los barrios periféricos de grandes ciudades industriales, como Birmingham, o Hannover pasaron a convertirse en referencia cultural para millones de jóvenes en el mundo entero.
Esa mezcla de melodía y velocidad ha sido heredada por muchísimas bandas jóvenes que siguen pisando las huellas de un heavy que ha seguido evolucionando, fusionándose, reinventándose a pesar de crisis y marginaciones. Scorpions ofrecieron un concierto repleto de temas clásicos, las baladas cargadas de emoción, de amor, de nostalgia. «Wind of Change», «No one like you», «Hurricane», «The Zoo», «The Zoo», «Bad boys runnig wild», y «Still loving you», hicieron las delicias de los asistentes. La media de edad de los allí convocados era alta. Padres, hijos, y en algún caso nietos, coreaban los archiconocidos himnos de la banda alemana. Quien tuvo retuvo, y la energía que se desprendía del escenario principal les hace reconocibles como una banda de culto que acompañó el crecimiento y la juventud que se sentía necesitada de referentes culturales que animaran su inconformismo y su rebeldía. Acompañada por todo un despliegue visual en el que en la gran pantalla se proyectaban imágenes que ponían un escenario casi cinematográfico a la música.
Los suecos Sabaton, en el segundo escenario con su metal bélico, atronadores, como el sonido de un Panzer por las destruidas calles de Berlín, así estaba decorado el escenario, con un tanque, nos introducían en un paisaje histórico que hace de las grandes batallas y acontecimientos referentes a las guerras, el motivo de la inspiración de sus canciones. La Guerra ha acompañado a la humanidad desde sus orígenes, confrontaciones por tierras, poder, amor, justicia, han manchado de sangre las blancas páginas de la historia. Ataviados con sus uniformes preparados para la batalla interpretaron los temas clásicos de su repertorio presentaron su último trabajo «Bismarck». Con profusión de elementos pirotécnicos hicieron más creíble el ambiente de guerra de su música.
Para los que piensa que Scorpions eran muy blanditos, pudieron saciar su hambre y sed de metal bruto y gutural con los nacionales Vita Imana, y su Groove Metal lleno de matices, presentaron su último trabajo «Bosa», en el que se estrena su nuevo vocalista Mero Mero antiguo vocalista de Cuernos de chivo. Ocuparon el escenario principal cuando el sol todavía apretaba, menos mal que desde la organización regaron al público con una manguera de agua a presión, que como si de un bautismo se tratara, refrescaron el caluroso ambiente de la tarde madrileña.
Otros grandes atractivos de esta primera jornada del Download eran los californianos Papa Roach. El líder, Jacoby Shaddix, dijo lo siguiente: «somos una banda que trata de andar esa línea entre el metal, hardcore, punk y el pop, e intentamos hacer que suene cool». Con un público entregado fueron descargando los diferentes temas que los encumbraron en la década de los 90 con su Nu Metal y su Rap Metal.
Casi 20 bandas completaban el cartel, con Children of Bodom desde Finlandia, los suecos Turbonegro con su estilo descrito por la banda misma como «deathpunk», como máximo atractivo. Hay presencia en el cartel de bandas jóvenes, emergentes, que garantizan un relevo generacional a este estilo musical. Promete esta edición del festival muchas emociones para los siguientes días y seguro que logra convocar a las hordas de rockeros, metaleros, heavys, punks, y amigos de sonidos cavernosos y saturados.
TITULO: Cómo nos reímos - Déjà vu’,.
El domingo -30 - Junio a las 21:30 por La2, foto,.
‘Déjà vu’,.
Sergi Belbel recupera la última pieza de la ‘Trilogía del tiempo’ de Priestley, con estupendo reparto
Me faltaba una pieza para completar la Trilogía del tiempo de Priestley: I Have Been Here Before, que Belbel acaba de presentar en versión catalana (Això ja ho he viscut) de Martí Gallén, cerrando la temporada del Teatro de la Biblioteca de Cataluña. En mi infancia se daban mucho en montajes de aficionados las dos primeras entregas: Esquina peligrosa (Dangerous Corner, 1932), y el éxito de El tiempo y los Conway (retitulada La herida del tiempo por Luis Escobar en el María Guerrero). El año 1937 parecía bueno para Priestley: en agosto se estrenó en Londres Time and the Conways, y un mes más tarde, I Have Been Here Before. Nunca la vi en escena. En nuestra televisión (Estudio 1) la pasaron varias veces (Yo estuve aquí una vez), pero no tuve sensación de déjà vu como sus personajes: siempre se me escapaba. La otra noche tuve un déjà vu lateral aunque poderoso: el montaje de Belbel me teletransportó (nunca mejor dicho) a una Sesión de tarde (oscura, invernal) en la que vi Al morir la noche (Dead of Night, 1945), la formidable película de episodios de la Ealing, en la que un hombre llegaba a una casa de campo en el condado de Kent y comenzaba a mezclar sueños y premoniciones. La historia de Priestley no se desliza hacia el horror, pero su atmósfera, el clima apasionado e inquietante, bien pudieron haber influido en aquella película.
Sin embargo, la obra fue la menos exitosa de la trilogía. Tardó más de sesenta años en volver a representarse: desde 1937 hasta 1996, cuando la programaron en el Manchester Exchange. En 2007 tuvo otro revival en el Nottingham Playhouse, y en 2016 llegó al Jermyn Street Theatre de Londres.
Això ja ho he viscut quizás sea la más “teórica” de las tres. Fue tildada de poco teatral, aunque su historia de amor y desamor es muy hermosa, y uno de sus mejores momentos brota en el debate final, filosófico y un tanto pirandelliano, entre el doctor y el magnate. A ratos es confusa y a ratos, tediosa, por exceso de texto. Aun con podas e intermedio, la función se pone en 2,5 horas. Puestos a comparar, la más redonda, la que te parte el alma con más sencillez y concisión (a Priestley le bastó con cambiar el orden de los actos) sea El tiempo y los Conway. Es posible que Esquina peligrosa caiga un poco en el artificio, aunque tiene un delicioso recurso narrativo: al señor Saki le hubiera complacido el escamoteo radiofónico que justifica su título. En Això ja ho he viscut, un presunto azar hace que seis personajes misteriosamente interrelacionados compartan, durante un fin de semana, su estancia en el Black Bull Inn, un hostal del norte de Yorkshire. Por ritmo, clima e interpretaciones, la puesta me recordó a El criptograma de Mamet, uno de los mejores montajes de Belbel, en 1999. El director ha repartido muy bien la función. Me ha alegrado mucho reencontrar a Lluís Soler, una de las mejores voces de nuestro teatro, soberbio en el rol del acaudalado y atormentado Walter, en plena crisis matrimonial. La relación de amor e infelicidad de los Ormund es conmovedora: a David Lean le hubiera gustado. Janet, la esposa, es Silvia Bel, que acaba de salir, como quien dice, de la violenta y sarcástica Com els grecs, de Steven Berkoff, y aquí es un alma trémula y demolida. La difícil relación entre la pareja (y el joven profesor Farrant) me hizo pensar en una novela de Graham Greene o una pieza de Terence Rattigan: a ambos también pudo influirles. Otro estupendo intérprete es Carles Martínez, el doctor Görtler, un refugiado con el corazón roto que intenta evitar una nueva tragedia. Görtler es el portavoz de la peculiar pero sugestiva teoría de Ouspensky: el tiempo gira en continua repetición, pero la voluntad puede cambiarlo en su retorno.
Jordi Banacolocha, veteranísimo de la escudería Belbel, feroz en Que reventin els actors, de Gabriel Calderón, es aquí el afable y comprensivo Sam Shipley, encargado del lugar, el personaje más feliz de la historia. Míriam Alamany, cada vez mejor y más sutil (Sopa de pollastre amb ordi, La bona persona de Sezuan), es la depresiva Sally Pratt, la hija de Sam: una viuda de guerra empeñada en que su hijo, ausente en la obra, pueda abrirse paso en la vida. Roc Esquius es el profesor Farrant, asalariado de Walter Ormund y algo más. Buen trabajo, con fuerza, pero creo que le faltan matices. Tiene su mejor momento en la intensa escena del encuentro.
Belbel recurre a algún efecto innecesario, como el zambombazo de pólvora, o los toques musicales que anticipan inquietud, subrayándola. Impecable el interior del Black Bull Inn, minuciosamente levantado por Max Glaenzel. Todo encaja, hasta las paredes góticas de la biblioteca. Y precioso vestuario de Nina Pawlowsky: puro aire de los años treinta.
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