TITULO : MAS QUE COCHES - Lancia toma el relevo de Citroën en los rallys,.
Lancia toma el relevo de Citroën en los rallys,.
La firma italiana, que acaba de presentar el Ypsilon Rally2 HF Integrale, será la abanderada del Grupo Stellantis en los tramos, mientras la francesa pasa a Fórmula E.
foto - Lancia toma el relevo de Citroën en los rallys,.
Se está cocinando a fuego lento, pero el regreso de Lancia a los rallys prosigue con paso firme. Tras la presentación del Ypsilon Rally2 HF Integrale, la firma italiana se va a convertir en la abanderada del Grupo Stellantis en la especialidad de los tramos cronometrados en sustitución de Citroën, que ha anunciado su paso a la Fórmula E.
Ya hace unos días se comenzaron a filtrar fotos y vídeos de los ensayos que Yoann Bonato realizó con el nuevo Ypsilon. Y la semana pasada llegó el anuncio oficial de que, tras su incursión en las categorías más asequibles, Lancia daba un paso más con su modelo de la ‘segunda división’ de los rallys. Un paso importante hacia un posible regreso a la categoría máxima de la especialidad.
“Regresar al Mundial es un sueño para mí y para los aficionados”, asegura el bicampeón del mundo Miki Biasion, embajador de Lancia. “El problema es que la FIA sigue sin decidir el reglamento y cada dos meses cambian de idea. Si se va Hyundai como se rumorea, el campeonato se quedaría con una marca. La experiencia con los híbridos fue peligrosa y muy cara. Mi opinión es que se debería poner a los Rally2, que son coches que tienen muchas marcas, y también muchos pilotos privados. Quizás un Rally2 Plus. Cuando se quitaron los Grupo B de 600 caballos y se pasó a los Grupo A de 200 el Mundial fue a más”.
Y Luca Napolitano, el máximo responsable de Lancia, que está muy involucrado en el programa deportivo de la marca, afirma que “no hay prisa por regresar al Mundial. Estamos muy contentos con el éxito que tenemos con el Ypsilon Rally4 y en el grupo no somos mil personas involucradas en competición. Necesitamos conocer los reglamentos y estamos preparados porque los rallys son una buena herramienta de marketing. Pero el propio Cesare Fiorio (que fue jefe de Lancia y Ferrari en F1) me aconsejó que fuéramos despacio, paso a paso”.
TITULO:
Para Todos La 2 - El Renacer del Espíritu de Occidente,.
El Renacer del Espíritu de Occidente ,.
Desde las costas del Mediterráneo hasta las vastas llanuras del Este, hemos construido un legado cultural inigualable,.

Nos encontramos en un momento crucial, donde el pulso de la historia nos invita no solo a recordar, sino a invocar un espíritu que, aunque ancestral, anhela renacer con la fuerza de un vendaval primaveral: el espíritu de Occidente. Nuestra cultura, historia y progreso, nuestra civilización, la llamada Occidental, es el resultado de una historia de siglos forjada con el ingenio, la pasión y el sacrificio de incontables generaciones.
Desde las costas bañadas por el Mediterráneo hasta las vastas llanuras del Este, hemos construido un legado cultural inigualable. Pensemos en la riqueza de nuestras artes, desde las imponentes catedrales hasta las vibrantes vanguardias del siglo XX; en la profundidad de nuestra literatura, que ha explorado las complejidades del alma humana a lo largo de los milenios; en la belleza de nuestra música, que ha emocionado y elevado el espíritu de millones de personas.
Este camino no ha sido solo estético. Nuestro progreso científico es una epopeya de descubrimiento y superación. Desde los visionarios astrónomos griegos hasta los padres de la física moderna y los pioneros de la medicina, la incansable búsqueda del conocimiento ha transformado nuestra comprensión del universo y ha mejorado inmensamente la vida humana.
Paralelamente, nuestro progreso económico ha pasado de economías agrarias a sistemas complejos que han generado una prosperidad sin precedentes, elevando el nivel de vida y la esperanza de muchos.
Y no menos importante es nuestro progreso moral, un camino a menudo sinuoso, pero siempre ascendente hacia una mayor empatía, justicia y reconocimiento de la dignidad inherente a cada individuo.
Atenas, Roma y la tradición cristiana, los cimientos de nuestra civilización, conforman el verdadero espíritu de Occidente, ese que nos ha traído hasta aquí. Es la filosofía griega, con su amor por la razón, la lógica y el pensamiento crítico, la que nos instó a cuestionar, a investigar, a buscar la verdad más allá de los dogmas y a sentar las bases del conocimiento. Es el derecho romano, con su énfasis en la justicia, la ley y el orden, el que nos enseñó que todos somos iguales ante la norma y que la equidad debe ser el cimiento de nuestra convivencia civilizada. Y es la tradición cristiana, con su profundo mensaje de amor al prójimo, compasión y la dignidad trascendente de la persona humana, la que ha infundido en nuestro tejido social valores éticos y morales que han modelado nuestra concepción del respeto y la solidaridad.
Estos pilares son la base de nuestra defensa irrenunciable de la libertad, no como capricho, sino como el espacio necesario para el desarrollo pleno del individuo. De la moral, como el faro que guía nuestras acciones hacia el bien común. Del respeto y la dignidad humana, entendidos como los derechos inalienables de cada ser, independientemente de su origen o condición.
Europa es la cuna y el corazón de la cultura occidental. La cultura occidental es, en esencia, la cultura europea, extendida por gran parte del mundo. Desde sus orígenes, Europa ha sido la civilizadora del mundo. No una civilización perfecta, pues ninguna lo es, pero sí una que, a través de la exploración, la expansión y, a veces, el conflicto, ha difundido sus ideas, sus leyes, sus avances científicos y sus principios de libertad y dignidad por todo el globo.
Nuestra influencia ha sido inmensa, moldeando el devenir de la humanidad de formas irreversibles. Rusia, con sus raíces bizantinas y eslavas, su inmensa contribución a la ciencia, el arte y la cultura europea –pensemos en su literatura universal, su música sublime y sus avances científicos–, y su adhesión a la tradición cristiana, es, innegablemente, una parte integral de Europa.
No es una entidad externa, sino un componente fundamental que ha contribuido a forjar el crisol de Europa y, por tanto, de Occidente. Su destino ha estado y sigue estando entrelazado con el del resto del continente.
Hoy, siento que ese espíritu bullente, latente en el corazón de nuestra civilización, clama por un renacimiento. Clama por una reafirmación de esos valores fundamentales en un mundo que parece perder el rumbo. Un mundo donde la polarización, el miedo y el olvido de nuestra herencia amenazan con desgarrar el tejido social.
Renacer el espíritu de Occidente es volver a encender la antorcha de la razón frente a la desinformación. Es fortalecer nuestras instituciones democráticas y el estado de derecho ante los desafíos que se presentan. Es abrazar la diversidad de nuestros países como una fuente de riqueza, reconociendo que nuestra fuerza reside en la unión de diferentes perspectivas bajo los mismos valores compartidos. Es volver a priorizar la educación, la investigación y la cultura como pilares de nuestro desarrollo.
Es, en definitiva, redescubrir nuestra identidad poniendo en valor nuestro pasado, como una fuerza dinámica para construir el futuro. El espíritu de Occidente quiere renacer. Debemos estar dispuestos a ser los artífices de ese renacimiento. Tomar la antorcha y llevarla con orgullo hacia el mañana.