BLOC CULTURAL,

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sábado, 20 de septiembre de 2025

España Directo - Economía - Amancio Ortega compra el 49% de la firma británica de control de puertos PD Ports ,. / Mi casa es la vuestra - Carlos Rodríguez Braun ,. Viernes -26 - Septiembre ,. / Detrás del muro - PÁGINA DOS - Fernando Vilches - Libro - Oyendo crecer a mi hijo ,. Martes - 23 , 30 - Septiembre ,. / Cartas de amor - La voz del amor ,.

      TITULO: España Directo - Economía -  Amancio Ortega compra el 49% de la firma británica de control de puertos PD Ports ,.

Amancio Ortega compra el 49% de la firma británica de control de puertos PD Ports,.

La empresa de gestión logística cuenta con 11 instalaciones en Reino Unido y da empleo directo a más de 1.400 personas,.

 

 foto - Imagen de archivo de las grúas del puerto de Teesport, en Reino Unido,.

 El fundador y máximo accionista del gigante textil Inditex, Amancio Ortega, busca nuevos puertos para su fortuna. A través su brazo inversor, Pontegadea, Ortega ha cerrado este martes la compra del 49% de la empresa británica de gestión portuaria y logística PD Ports a Brookfield Asset Management, según ha confirmado el propio grupo PD Ports con un comunicado. Esta adquisición, cuyo importe no ha sido desvelado,.

 

TITULO: Mi casa es la vuestra - Carlos Rodríguez Braun  ,. Viernes - 26 - Septiembre,.

Viernes -  26 - Septiembre   a las 22.00, en Telecinco, foto,.

 

 Carlos Rodríguez Braun,.

 

 Carlos Rodríguez Braun

Carlos Rodríguez Braun: «Como no soy envidioso, no soy socialista, o tal vez sea al revés»,.

Experto en pensamiento y liberalismo económico, publica 'Greguerías liberales',.

El profesor Carlos Rodríguez Braun, experto en pensamiento y liberalismo económico, publica un delicioso librito titulado 'Greguerías liberales' en el que nos regala, a modo de pequeños dardos afilados, ideas breves de una precisión asombrosa y un humor mordaz. Las acompaña,.

 

TITULO: Detrás del muro - PÁGINA DOS  -  Fernando Vilches - Libro - Oyendo crecer a mi hijo  , Martes - 23 , 30  - Septiembre  ,.


PÁGINA DOS -  Fernando Vilches - Libro - Oyendo crecer a mi hijo   ,.

 

Martes -  23 , 30 - Septiembre , a las 22:00, en La2, foto,.

 

 Los libros de Fernando Vilches | Onda Cero Radio

 

Fernando Vilches,.

Aspiró aquel aire limpio y fresco y sintió como sus pulmones se hinchaban, la mirada abandonada en el inmenso horizonte donde el mar parece fundirse con el firmamento, un cielo que ya empezaba a perder su azul intenso para tornarse anaranjado por la caída del sol. Una suave brisa le rozó la cara revolviendo su pelo.

–¿Nos vamos?

Se giró sobresaltada, repentinamente arrancada de aquella desacostumbrada placidez.

Él se dio cuenta de su azoramiento.

–Lo siento, no quería asustarte.

Le miró con una mezcla de orgullo y ternura maternal.

–Tú no me asustas, hijo, cómo ibas a hacerlo si eres lo más hermoso que me ha pasado en la vida.

De nuevo miró hacia el mar y cruzó los brazos en su regazo. Cerró los ojos e intentó sonreír sin emocionarse demasiado.

El silencio se mecía entre las olas que rompían a sus pies, envolviendo en un ir y venir sus tobillos.

Al cabo, él le puso la mano en el hombro con suavidad, intentado evitar alterar aquel sosiego. Moduló la voz hasta hacerla blanda.

–Mamá, deberíamos irnos. Se nos va a hacer de noche.

Entornó un poco la cara y le miró ceñuda, con un gesto de súplica.

–Déjame un minuto más…, sólo un minuto. 

Él presionó su hombro antes de hablar.

–Claro. Esperaré en el coche.

Se dio la media vuelta y echó a andar, y su sombra, alargada y oscura, se prolongó sobre la tierra.

"La sola idea de que pudiera llegar a convertirse en un ser parecido se volvía contra ella con una fuerza que la hería."

Le observó mientras se alejaba. Los mismos andares, la misma espalda enmarcada por hombros rectos y anchos, la forma de su cabeza, no podía negarlo, era la viva imagen de su padre. Un escalofrío le recorrió la espalda. La sola idea de que pudiera llegar a convertirse en un ser parecido se volvía contra ella con una fuerza que la hería.

No, se decía en un susurro mirando de nuevo al inmenso océano, él no es así, nunca podrá ser como él porque su hijo es un buen hombre. En ese instante la voz meliflua de su suegra pareció retumbar en su cabeza, como filtrada en el vacío de su memoria, “Mi hijo es un buen hombre, lo que pasa es que tiene un pronto muy fuerte, pero no es malo, él te adora, sin ti no es nadie, y tú lo sabes; tienes que perdonarlo, no se lo tengas en cuenta”. 

Y lo había hecho, le había perdonado una y otra vez, y otra, y otra, porque le amaba, lo amó tanto como para justificarlo todo, para no tener en cuenta sus gritos, su furia, para olvidar tanto desprecio, porque la convencieron de que en eso consistía el amor, creyó que amar significaba perdonarlo todo, ceder siempre, ser generoso con el carácter y la manera de ser del otro, aguantar, soportar, sufrir…, en eso, le decían, consistía el amor.

Hasta que un día al mirarse al espejo descubrió el reflejo desfigurado de la mujer que un día fue, devastada la persona que creyó ser, una pobre mujer asustada, exhausta, agotada, vencida, sin fuerza para continuar.

En quién te has convertido, se preguntó sin dejar de mirar el esperpento que le devolvía el cristal. Fue entonces cuando decidió perdonar por amor, pero no por amor al hombre que le había arrasado la vida durante más de treinta años, sino por amor a sí misma, por pura generosidad para ella, esa generosidad y ese amor que se había negado una y otra vez en aras a un amor equivocado, torturado y tortuoso, un amor que nunca lo fue, convertido en destrucción, enmascarado en sometimiento, manifestado a base de humillación, una resignación insana que le había robado todo lo que era ella, todo lo que había sido, tantos proyectos enterrados bajo los escombros del llanto.

Aquel día no lo dudó, cogió el teléfono y marcó el número de su hijo que hacía tiempo se había marchado, harto de ser testigo de tanto desamor y tanto sufrimiento, incapaz de abrir los ojos de su madre, impotente ante la imposibilidad de arrancarla de los brazos del que era su progenitor, al que sólo se parecía físicamente. Lo llamó y le dijo que estaba rota, que no podía más, que viniera a salvarla, que se la llevase lejos, muy lejos…

"En tan sólo unas horas, había recogido toda su vida en un par de maletas."

Quiero vivir, quiero volver a sentir el aire puro, quiero abrir los ojos y mirar sin miedo todo lo que me rodea, quiero volver a reír, necesito volver a emocionarme.

En tan sólo unas horas, había recogido toda su vida en un par de maletas. Se marchó dispuesta a no regresar jamás.

Se giró hacia el coche donde ya le esperaban su hijo, su nuera y su pequeño nieto.

–Vámonos –dijo al montarse.

Desde atrás percibió una mirada cómplice entre su nuera y él, ella le tocó la mejilla cariñosamente y se giró hacia el asiento de atrás para mirarla.

–¿Estás bien? –le preguntó.

Ella miró a su nieto, le cogió la mano, tan pequeña y tan mórbida. Se la besó y el niño le regaló una sonrisa.

–Hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien.

TITULO:  Cartas de amor - La voz del amor ,.

La voz del amor ,.

Antonio Colinas celebra el medio siglo de su gran obra: «Fue la confirmación de mi voz»,.

El literato bañezano escribió en 1975 'Sepulcro en Tarquinia', uno de los grandes poemarios de la literatura española contemporánea, que supuso la confirmación de su voz desde un afán rupturista y que resiste con vigor al paso del tiempo,.

 Antonio Colinas

foto - Antonio Colinas ,.

Corría la primavera de 1972. Salpicada por el mar de Tirreno, en plena Liguria italiana, la localidad de Monterosso al Mare alumbra uno de los grandes poemarios de la literatura española contemporánea. Bajo el título de 'Sepulcro en Tarquinia', vería la luz tres años más tarde, en 1975. Justo el momento en el que otro ilustre residente de éste, el municipio más occidental de la bucólica región de las Cinque Terre, un tal Eugenio Montale, genovés, recibe el Premio Nobel de Literatura. En ese tiempo y en ese lugar, al borboteo de ese caldo de cultivo, tan fértil, brota de la pluma de Antonio Colinas, leonés de paso en Italia, un géiser de casi medio millar de versos.

«Fue la confirmación de mi voz», reconoce con firmeza. Una voz, la del poeta, narrador, ensayista y traductor bañezano, ahora afincado en Salamanca, que en ese libro, editado entonces por Siruela, emerge como «una voz nueva, rupturista» a través de un texto «muy misterioso» que ya cuenta con varias generaciones de lectores. Por esta obra, obtuvo el Premio Nacional de la Crítica en 1976. «Por una u otra razón, después se ha destacado también como mi libro más brillante, aunque yo, como se dice de los hijos, los prefiero a todos», explica.

Con motivo de su 50 aniversario, Siruela sacó esta semana al mercado literario una nueva edición de 'Sepulcro en Tarquinia' acompañada por los comentarios de dos prestigiosos hispanistas, un artículo crítico del especialista en el mundo clásico Vicenç Beltran y una instrucción a cargo de la catedrática de la Universidad de Roma Isabella Tomassetti. El libro incluye un código QR que enlaza con la grabación del concierto 'Poema Sinfónico sobre Sepulcro en Tarquinia', obra del compositor Juan Carlos Ramos, basada en el libro homónimo del poeta leonés que se estrenó el 30 de agosto de 2023 en el Teatro Municipal de La Bañeza.

Afán de ruptura

Preparando la edición, el escritor admira cómo resiste el paso del tiempo, aunque reconoce en sus páginas una estética «muy de aquella época» y que, según explica, «nació contra las corrientes dominantes». Por un lado, la poesía neoclásica y, por otro, la poesía social. «La aportación del libro es un nuevo lenguaje, una nueva sensibilidad poética», reflexiona el autor, sobre una obra que recoge la «lucha» entre lo que él llama «el mundo italiano», allí donde reside, ese evocador Monterroso al Mare de La Spezia, y «el origen», Castilla y León, donde esta voz que vino a confirmar hunde sus raíces.

El afán rupturista, por tanto, anida en la motivación para renovar la poesía de la época. «Me pasó algo muy extraño con este libro. A medida que lo escribía, me parecía que el poema me rebosaba en la página. Quería que el poema fuera, en fin, aroma. Y ello me llevó a tener que, incluso en algunos momentos, prescindir de la puntuación. Hay, sobre todo en el poema central, una carga irracionalista muy fuerte, de tal manera que toda la realidad se atomiza, se deshace. Así que el poema buscaba eso, la novedad, sobre todo, la novedad», reflexiona, quien fuera nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca en junio de 2023.

No obstante, el escritor conserva una anclaje con el entorno social que le rodea y del que bebe irrenunciablemente. «Hay esa base también más cercana a lo que fue mi generación, que es la base cultural, pero como yo digo siempre, una cultura asumida, una cultura no gratuita o ligera, sino la cultura detrás de la cual está la vida», matiza. Así sucede, por ejemplo, con la descripción de algunos personajes que, según matiza el poeta, «no son meros retratos, sino alusiones a otros temas, como los ideales de belleza, de verdad, temas más graves como la muerte».

Cambio de paradigma

Lo cierto es que, en cierto modo, esta obra cambió su relación con la poesía. «A lo largo del tiempo, de una manera aparente o subterránea, mi voz siempre ha estado ahí, que es una voz emotiva, cercana a la emoción, a la intensidad, a cierto grado de pureza formal. Pero qué duda cabe que en este libro, como ya sucedía con el anterior, 'Truenos y flautas en un templo', había ese afán de ruptura», añade. A partir de ahí, sobre todo desde 'Noche más allá de la noche', su poesía «fue evolucionando hacia el pensamiento, hacia la reflexión, hacia lo metafísico, hacia la meditación, una evolución que se ha acusado incluso más en los últimos libros».

Con esta revisión, este nuevo acercamiento a 'Sepulcro en Tarquinia', Colinas abraza el sedimento que permanece incólume al paso del tiempo, pero suelta los más fugaz, aquello inherente a un momento concreto de su vida y su trayectoria como escritor. «Esa realidad atomizada y de esencia que aparece en este libro ha quedado atrás. Ha quedado atrás porque va muy unido, a la vez, a las vivencias, a aquella estancia mía en Italia y a aquellos veranos en los cuales trabajé en los poemas de las dos últimas partes. Por tanto, queda el libro, todo lo que hay en él. Y de vida pues ha desaparecido, queda el pasado», admite con naturalidad.

Reconoce que aunque «asusta un poco» alumbrar una redición por un 50 aniversario, celebra, en este caso, las aportaciones de Isabella Tomasetti y, particularmente, de Vicenç Beltran, quien, desde su punto de vista, es capaz de desentrañar en un largo ensayo la verdadera esencia del poema central. «Se habla a veces tópicamente a la ligera de que es una historia o una historia de amor. No, no es tan sencillo el tema. Él ha indagado en el poema, en el texto, y se ha acercado bastante hacia esa presencia, a ese lado del misterio, en buena parte, que tiene el poema, que a través de la figura de la mujer, un símbolo poderoso y constante en mi obra, ha ido dando con la verdad de este texto, que es una historia de historias y es un poema de poemas», concluye.

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