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domingo, 3 de marzo de 2024

LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN - Revista Grada - Construcción - San Andrés y Villabalter mejorarán sus aceras con 119.000 euros de inversión ,. / Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - Qué es el pedal del hombre muerto, el mecanismo de seguridad clave en los trenes para evitar accidentes ,./ HOY LE TOCA - El escritor de provincias ,.

 

 TITULO : LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN - Revista Grada  -   Construcción - San Andrés y Villabalter mejorarán sus aceras con 119.000 euros de inversión ,. 

 LA HORMA DE  MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN -   Revista Grada -   Construcción - San Andrés y Villabalter mejorarán sus aceras con 119.000 euros de inversión  , fotos,.

 San Andrés y Villabalter mejorarán sus aceras con 119.000 euros de inversión,.

 San Andrés y Villabalter mejorarán sus aceras con 119.000 euros de inversión

Las obras tendrán lugar en el entorno del consultorio médico de Villabalter y en la calle Párroco Gregorio Boñar de San Andrés del Rabanedo,.

MORTADELO Y FILEMON (1958, IBÁÑEZ) - Ficha de saga en Tebeosfera

San Andrés iniciará este lunes 26 de febrero las obras de mejora de accesibilidad, seguridad, funcionalidad y estética en la plaza y anexos del consultorio médico de Villabalter, así como en el tramo de acerado en la calle Párroco Gregorio Boñar, en San Andrés del Rabanedo.

 

Esta doble actuación cuenta con un presupuesto de 119.000 euros y un plazo de ejecución de tres meses.

Este proyecto se suma a otras iniciativas ya en marcha, como el arreglo de los juegos infantiles, con una inversión de 600.000 euros, y al plan de asfaltado de varias calles del municipio, que comenzará a mediados de marzo con una inversión municipal de 281.280 euros.

 

TITULO: Peter Falk, el teniente Colombo y el perro -  Qué es el pedal del hombre muerto, el mecanismo de seguridad clave en los trenes para evitar accidentes ,.


Peter Falk, el teniente Colombo y el perro -   Qué es el pedal del hombre muerto, el mecanismo de seguridad clave en los trenes para evitar accidentes ,. fotos,.

 

 

Qué es el pedal del hombre muerto, el mecanismo de seguridad clave en los trenes para evitar accidentes,.

Los conductores de los trenes deben realizar un procedimiento crítico de manera constante para garantizar el buen funcionamiento en cada viaje Un estudio científico encuentra un revolucionario uso para la orina tras un experimento: puede salvar al coche eléctrico Renfe desvela el porqué de uno de sus procedimientos más llamativos y desconocidos durante un viaje en tren,.

Un tren entrando en una estación

 Un tren entrando en una estación,.

La vida de los pasajeros de un tren pasa, indefectiblemente, por el estado de su conductor. En el momento en el que tenga un pequeño problema, una indisposición o, lo que es peor, que le ocurra algo serio cuando está en pleno servicio. Por eso, desde hace años, existe un mecanismo de seguridad cuyo nombre define muy bien su función: el pedal del hombre muerto.

 

En realidad, su comportamiento debería invitar a que se le llamara como en Argentina, el pedal del hombre vivo. Y es que es un método clave para que los trenes no se descontrolen ante la falta de un conductor. Pese a la automatización de buena parte del comportamiento de un tren en la vía, hay procesos que debe realizar el conductor de manera obligada.

Este consiste en algo tan simple de resumir como complejo de realizar: en un intervalo de tiempo definido, el conductor debe apretar y soltar un pedal que tiene debajo de los mandos del tren para confirmar que está en plenas facultades. Ese tiempo es mínimo y ronda los 30 segundos, lo que no da margen a mucho.

«Es un mecanismo para que el tren sepa en todo momento que el maquinista está consciente y operativo», resume Carlos Lambas, conductor de trenes de Renfe. Este maquinista fue el encargado de medirse en un reto con Pedro de la Rosa, expiloto de Fórmula 1, que durante el evento admitió que este 'pedal del hombre muerto' fue el proceso que más le costó.

Para evitarlo, el propio tren tiene un mecanismo en dos fases. Y es que originalmente era un simple pedal que el maquinista debía mantener apretado, pero dado que era muy sencillo de anular (bastaba con poner sobre dicho pedal un peso), se decidió hacerlo en dos fases.

La primera es la de apretar el pedal. El maquinista debe pisarlo durante un máximo de 30 segundos y levantado un mínimo de 3 segundos. «Si no cumplimos cualquiera de esas combinaciones, el tren se frena automáticamente», señala Lambas. «Se prima la seguridad: si el tren 've' que no estamos porque nos haya dado un mareo o similar, se va a parar automáticamente», relata el maquinista.

«Se prima la seguridad: si el tren 've' que no estamos porque nos haya dado un mareo o similar, se va a parar automáticamente»

¿Qué pasa si el pedal del hombre muerto no se acciona correctamente?

En caso de que este proceso no se realice correctamente, se ponen en marcha los diferentes mecanismos de seguridad pertinentes que hacen que el tren se frene inmediatamente hasta detenerse por completo. Primero, se lanzan varios avisos sonoros y visuales que van aumentando en intensidad, hasta que se activa automáticamente el sistema de frenado.

Dado que los trenes cuentan con frenos neumáticos, su recarga hace que este incidente dé un tiempo amplio para que los servicios de seguridad o emergencias puedan acudir a la cabina y comprobar qué le ha ocurrido al conductor. Si, finalmente, todo se ha quedado en un susto, la consecuente pérdida de tiempo y el retraso en los trayectos puede suponer un serio contratiempo para los viajeros. Por motivos de seguridad, pero también económicos, es crítico que los maquinistas sepan cómo se emplea de manera correcta este pedal del hombre muerto.

TITULO: HOY LE TOCA - El escritor de provincias ,.

El escritor de provincias,.

 

foto / Manuel Jabois,.

Manuel Jabois es el escritor de provincias que viene a Madrid, a los madriles, a triunfar, como diría Umbral. Solo que él no se ha olvidado de la provincia, de los territorios galaicos, que han dado tantas prosas castellanas y castellanísimas. Llegó al periodismo, que es donde principió el reino de su escritura, desde los años atrabiliarios y bulliciosos de una juventud sin encuadre, que no encontraba encarrilamiento en ninguna carrera universitaria, quizá porque existen alientos vitales que no caben en ningún bozal, que son renuentes y se revuelven a aceptar el dogal del conformismo. Jabois se define como «hijo del desarrollismo», primero, porque antes de que le definan a uno, él prefiere darse la definición a sí mismo,  y, segundo, porque proviene de una familia que saltó a vivir del turismo, el «boom» de ese momento. Como José Luis Alvite, otro olvidado, Jabois, y cuando hablamos de Jabois, hablamos de su prosa, proviene de las páginas de sucesos, de la crónica, del periodismo apremiante de la calle,  que, como subrayó Cela, otro compadre suyo, es ahí donde aguarda la lengua, la gracia y el ingenio. Lo que media entre Pontevedra y la capital no es la A-6, sino una distancia literaria, un estilo que acabó fraguando en una columna de claro personalismo, que es lo que ahora persiguen los lectores para contagiarse de su mirada, porque un escritor no es solo el sonido sincopado de la palabra que toca, sino la manera de contemplar las realidades circundantes, las municipalidades de lo inmediato. Luego vino la literatura,  esa bifurcación en mayúsculas, y que él merodeó/tanteó desde algunas instancias, géneros y páginas previas que fueron catapultando su nombre, haciéndolo frecuente en la conversa de la peña, que es el signo de que uno va a más, y arrancándolo así del encadenamiento del folio diario, ese que muere al final del día, para darle una perennidad a su escritura, una vocación de perdurabilidad, ese sueño último.

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