TITULO: España a ras de cielo - Lorenzo Caprile ,. - PLANETA CALLEJA -Domingo - 7- Abril ,.
España a ras de cielo ,.
España a ras de cielo es un programa de televisión emitido por TVE y se estrenó el 17 de septiembre de 2013. Desde el primer programa, está presentado por Francis Lorenzo. Martes a las 22h30,.
El programa permite conocer lugar de España desconocidos y ya conocidos desde otro punto de vista., etc,.
PLANETA CALLEJA - DOMINGO - 7 - Abril ,.
Planeta Calleja es un programa de televisión de España que se emite cada domingo a las 21:30, en Cuatro de Mediaset España,. Jesús Calleja enfrentará a rostros conocidos a vivir experiencias únicas e irrepetibles fuera de su contexto habitual y en los lugares más remotos y fascinantes ., etc.
Lorenzo Caprile ,.
Lorenzo Caprile, de codearse con Basquiat en Nueva York a sentar la cabeza en Madrid: "Antes era más barrio. Hoy todo es más 'cuqui', de diseño e impersonal",.
Estudió moda en Nueva York y Florencia, y fue en Italia donde empezó a trabajar como modista hasta que regresó a Madrid para fundar su taller. Desde 2001 vive en la zona de Alonso Martínez. Ésta es su ruta más personal,.
Sangre 100% italiana mezclada con el encanto de las calles de Madrid, donde nació y transcurrió su infancia hasta que con 18 años se fue a Nueva York para estudiar moda. «Mi familia todavía no se había arruinado y me lo pudo costear», recuerda Lorenzo Caprile, el prestigioso diseñador de trajes y vestidos de boda de alta costura con el que GRAN MADRID se cita en el Viena Capellanes de la calle Génova, su «segunda casa», como la llama, desde que llegó a esta zona de la capital en el año 2001. «A este barrio lo llaman de muchas maneras: Alonso Martínez, Justicia, Chueca Alta o Chueca Baja... no tengo ni idea. Pero para mí es Alonso Martínez», explica con su renovado aspecto sin barba, su socarronería innata y su inconfundible tono de voz. «Pasé mi infancia y mi adolescencia en Puerta de Hierro. Ahí es donde vivían mis padres, en una casa espectacular que luego se vendió, y ahora mi madre vive en un pueblecito en la Sierra de Madrid. Mi colegio estaba a tomar por saco. Fui al Kostka del RACE, enfrente de Santo Domingo y Ciudalcampo. Eran finales de los 70 y los 80», recuerda.
Su cambio de look, sin barba, es porque le han tenido «que manipular la mandíbula» por cuestiones de salud, y en cuanto pueda se la volverá a dejar porque se ve «muy raro». «Parezco mis hermanas», dice divertido. Pero volvamos a Nueva York. «Yo en aquel momento era muy modosito, aunque también tuve, claro, algunas aventuras». Como cuando conoció al gran Basquiat, que se acercó a él porque, según cree, le hizo gracia por gordito, tímido y español. «Este es otro friki, debió pensar de mí». De la Gran Manzana se mudó a Florencia, donde finalizó su formación en moda, ya que el Fashion Institute of Technology había inaugurado en esa ciudad una nueva sede. «En esa época se casaron en Florencia David Bowie e Iman. Lo celebraron en un hotel espectacular que se llama Villa La Massa. Iman fue una de las grandes musas de Saint Laurent», explica Caprile, que continuamente salpica su conversación con anécdotas relacionadas con la moda. Sus programas de televisión y de radio o los libros que ha publicado son, de hecho, un fiel reflejo de su pasión. Una pasión que también ha cultivado leyendo -moda, historia y literatura van y vienen constantemente en su conversación-.
Tras acabar los estudios de Florencia, Caprile se queda a trabajar allí (su padre y su madre son italianos). Primero en Roma, donde fue becario en una casa de alta costura «ya en absoluta decadencia, con el señor Lancetti, que fue un poco el rival de Valentino», y después en Turín, con el monstruo del prêt-à-porter de aquellos años, el Gruppo Finanziario Tessile. «Allí fue donde realmente aprendí la profesión. Mi maestra, que ya falleció y que me protege todos los días, fue la señora Cesarina, que había sido la interlocutora en el grupo con Ungaro. Ella fue mi maestra de la costura». Caprile se emociona al recordarla.
Más adelante, y tras sus primeras crisis de vocación -ha tenido varias a lo largo de su vida-, abrió su propio taller en el número 95 de Claudio Coello, ahora ubicado en el 20 de la misma calle. Y es en aquella época cuando comienza su relación de amor con la zona de Alonso Martínez, tras comprar una casa en la calle Campoamor que actualmente tiene alquilada. «Será mi jubilación», asegura.
Caprile se mudó a esta zona de Madrid por varias razones; tal vez la más imperiosa fueron las librerías a las que acudía desde joven. En la Librería Gaudí, por ejemplo, compró su primer libro sobre moda, «un catálogo de colección de una de las exposiciones que hizo Diana Vreeland en el Metropolitan Museum». Caprile tiene allí una «lista de bodas literaria» a la que él y su librera, Conchi, llaman «el pantano», una zona donde van poniendo los libros que le gustan para que los amigos que quieran hacerle un regalo vayan y escojan uno de los muchos que tiene reservados. Nos lo cuenta mientras hojea un libro sobre Jesús de Nazaret que, cómo no, termina en «el pantano». El modista es muy religioso y devoto, principalmente «del Jesús de Medinaceli, de San Pancracio y de San Judas Tadeo, que es el patrono de los imposibles, y que está ahí en la iglesia de la Santa Cruz, al principio de la calle Atocha. Hay que ir los miércoles. Y al Jesús de Medinaceli, los viernes».
De su fiebre por la lectura, reconoce que cada vez lee menos ficción, aunque si tuviera que elegir a sus autores favoritos se quedaría con Pérez Galdós, Leopoldo Alas Clarín, Virginia Woolf o Carmen Martín Gaite. «Cada dos o tres años me gusta releer Fortunata y Jacinta y La Regenta, porque creo que son las dos grandes novelas del XIX español. Y en el otro extremo, se queda con Virginia Woolf, «por supuesto», y Carmen Martín Gaite, a la que tuvo el privilegio de conocer y de tratar, y a la que echa muchísimo de menos. «Hay un texto, un mini ensayo de Carmiña que me encanta, titulado con una frase que ya he hecho mía: Esperando el porvenir. Así que cuando me preguntan 'Caprile, ¿qué tal vas?', respondo: 'Pues aquí, esperando el porvenir'». La casa familiar de Martín Gaite estaba en El Boalo, y es en la actualidad la sede de su Fundación, que dirige la hermana del modista, Patricia Caprile.
También influyó en la elección del barrio el hecho de que muchos amigos empezaron a vivir por la zona, y es que «está muy cerca de Chueca, eso es cierto», explica Lorenzo. «En este barrio los hombres son muy guapos», dice riendo. Ante la pregunta de cuál ha sido el más bello de la historia, responde sin dudar que «el Sean Connery maduro, el de El nombre de la rosa». En cuanto a la más elegante, se confiesa «un abanderado de Nati Abascal».
GRAN MADRID continúa hilvanando la biografía de Caprile por sus calles y rincones favoritos, como su peluquería, una ferretería «donde podemos encontrar de todo», la administración de lotería, ya que cree en la suerte «y en la serendipia esa» o el estanco. «Doña Macarena me dice que no lo diga, pero fumo, qué le vamos a hacer [Macarena Rey es la productora de Maestros de la Costura o Masterchef]. Soy muy siglo XX. Intento fumar lo menos posible, porque sé que no es bueno, pero hay vicios peores. Los míos los sabe todo el mundo».
Otra parada obligatoria en el peregrinaje por su barrio es la Galería Gurriarán, en la que se expone la pintura que le gusta. «Mi sueño es poderme comprar algún cuadro de Alessandro Taiana, que pinta paisajes de la Sierra de Guadarrama, ya que también son parte de mi vida, de mi infancia, e incluso de ahora, pues mi madre vive en un pueblecito de la sierra, a los pies de La Pedriza».
Entre sus bares y restaurantes preferidos se queda con la Taberna de Argensola, «uno de los pocos bares de barrio que ha quedado», y a los restaurantes Bogotá, «donde venía siempre a comer Juana de Aizpuru y ahora le llevan la comida a casa, porque está muy mayor, y donde he venido mucho con mi jefa Macarena, que no lo conocía y ahora le encanta», o al Ocafú, «una taberna gallega cuya especialidad es la tortilla de Betanzos. Es una cadena y hay varios, pero yo suelo venir al de Sagasta».
LA VIDA EN UN HOTEL
Mientras pasamos por la floristería de Andrés, donde compra las plantas de su casa y los claveles rojos que envía a sus amistades, Caprile cuenta por qué estuvo varios años viviendo en la habitación de un hotel. De dos, para ser exactos. «En un momento dado reformé el piso de Campoamor y busqué un hotel en el barrio, un NH, y cuando terminaron la reforma estaba tan a gusto que alquilé el piso y me instalé permanentemente allí». Caprile reconoce que fueron años muy felices. El antiguo NH lo dejó a finales del 2021, y en el Hotel Sardinero estuvo viviendo durante 2022, hasta que se fue a un piso de la calle Sagasta que comparte con un amigo al que considera su «hermano pequeño».
Sobre las diferencias de aquel barrio que conoció hace 22 años con el de la actualidad, el diseñador de moda lo tiene claro: «Antes era mucho más barrio, como sucede en todo Madrid. Había muchísimas tiendas que han ido cerrando. Ahora es todo más cuqui, todo mucho más de diseño, más impersonal. Había dos agencias de viajes que ya no existen». Lo dice alguien que ni siquiera ha sucumbido a la fiebre de los teléfonos inteligentes. De hecho, el suyo no tiene ni WhatsApp, porque así vive «muy tranquilo», asegura. Cree que «son adictivos y roban tiempo para hacer actividades más interesantes. Y añade: «Cosas buenas tienen muy poquitas, como el Google Maps cuando viajas».
-¿Qué le diría al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida?
-Pues mira, precisamente hace poco tenía una audiencia con él y le di plantón por melodramas del taller, ya que mi trabajo es a menudo la crónica de un imprevisto anunciado. Desde aquí, señor Almeida, mil disculpas.
-¿Y qué le hubiera dicho?
-Pues eso, que es una auténtica pena que los locales históricos no se conserven.
Cuestionario castizo
1. Su rincón favorito. Realmente son tres:el Rastro, Las Vistillas y el Museo del Traje.
2. Una comida. La tortilla de patatas, que desgraciadamente ya en pocos bares la hacen de verdad. La mayoría usan huevina, que es un engrudo incomible. En algunos bares te guiñan el ojo y te la dan como se tiene que hacer. Con su huevo y con su patata. Con o sin cebolla, no voy a abrir ese melón. En el Ocafú la hacen de maravilla.
3. Un personaje. No nació en Madrid, pero más madrileño no puede ser: Pérez Galdós.
4. Un recuerdo. Cuando vivíamos en Santiago Bernabéu, 5, aquello era un poco Melrose Place. Ese edificio lo describe muy bien Carmen Posadas en un libro divertidísimo que se llama Hoy caviar, mañana sardinas. Nos subíamos a la azotea a ver los partidos de fútbol del Bernabéu, cuando no era el monstruo que es ahora.
5. Un plan de domingo. Ver una exposición, antes o después del Rastro, y luego latinear.
6. ¿Y por la noche? Antes era muy muy búho y ahora soy cada vez más alondra. Como mucho, cenar en algún restaurante como Casa Lucio.
TITULO: Centenarios - Paola Trucchi,.
Paola Trucchi,.
foto / Lorenzo con su madre, Paola Trucchi.
Mi madre, Paola Trucchi, celebró su 90 cumpleaños... ¡¡Felicidades Mamá!! mil gracias por tanto.
TITULO: Tramoyista - "El padre" y "La madre": El autor del momento por partida doble,.
"El padre" y "La madre": El autor del momento por partida doble,.
Las dos producciones cuentan con un gran elenco y una gran estrella encabezándolo: Josep Maria Pou y Aitana Sánchez-Gijón,.
El padre; Autor: Florian Zeller. Director: Josep Maria Mestres. Intérpretes: Josep Maria Pou, Cecilia Solaparen, Elvira Cuadrupani, Jorge Kent, Alberto Iglesias y Lara Grube. Teatro Bellas Artes, Madrid. Hasta el 28 de abril.
La madre; Autor: Florian Zeller. Director: Juan Carlos Fisher. Intérpretes: Aitana Sánchez-Gijón, Juan Carlos Vellido, Álex Villazán y Júlia Roch. Teatro Pavón, Madrid. Hasta el 12 de mayo.
Dos obras del exitoso autor francés Florian Zeller –ganador entre otros muchos premios de un Oscar- coinciden estos días en la cartelera madrileña. Aunque hayan sido llevadas a escena en sendos montajes que no guardan relación entre sí, El padre y La madre –que forman junto con El hijo la llamada Trilogía familiar– tienen, ya en su esencia literaria y dramatúrgica, muchos elementos en común. Por otra parte, ambas producciones españolas cuentan con un gran elenco y una gran estrella encabezándolo: Josep Maria Pou, en el caso de El padre, y Aitana Sánchez-Gijón, en el caso de La madre.
Las dos funciones tienen un argumento sencillo; diría que ‘demasiado' sencillo, y ese es el principal problema, ya que, por lo demás, están resueltas con intachable corrección. El padre tiene como tema central el deterioro cognitivo de un hombre mayor que sufre Alzheimer; y La madre, el delirio de una mujer que se ha atiborrado de pastillas. El interés y la dificultad de las dos obras reside, sobre todo, en los aspectos formales de su dramaturgia, ya que, en su escritura, Zeller optó por soslayar la narratividad de la historia y se centró en la plasmación del mundo interior –fracturado y confuso– del protagonista. De manera que, en ambos casos, lo que ocurre en escena es una visión distorsionada de la posible realidad escénica de la trama; una visión que el protagonista de cada una de las obras está generando en su mente. Merced a la labor de dirección que han hecho Josep Maria Mestres en El padre y Juan Carlos Fisher en La madre, el espectador no tendrá ningún obstáculo para darse cuenta, a los pocos minutos, de que todo cuanto está viendo representado es el mundo alterado de esos protagonistas, que nada tiene que ver con el mundo racional y presumiblemente real del resto de personajes.
Mestres ha manejado muy bien la entrada y salida de los personajes secundarios, encarnados por actores diferentes en cada escena, para clarificar el desorden, valga la paradoja, que hay en la percepción del hombre que sufre Alzheimer, un anciano –interpretado por un Pou sobrado de oficio y talento– que trata de hilvanar sin éxito sus recuerdos, cada vez más difusos, para poder afirmarse en su presente y darle algún sentido. Le acompaña un reparto de excelentes profesionales que cumple su cometido sin dificultad: Cecilia Solaparen, Elvira Cuadrupani, Jorge Kent, Alberto Iglesias y Lara Grube.
Por su parte, Fisher ha jugado muy bien –de acuerdo a lo que Zeller propone en La madre– con la repetición de las escenas cambiando algunos matices que obligan al espectador a pensar que hay algo deformado, ilusorio, en ellas. La función se construye como una suerte de variaciones sobre unas pocas situaciones o escenas. Y Aitana Sánchez-Gijón está estupenda mostrando ese sufrimiento que en verdad ocasiona un estado alucinatorio como el de la mujer protagonista que está creando y viviendo esas situaciones. La acompañan en el reparto, haciendo todos ellos un buen trabajo, Juan Carlos Vellido, Álex Villazán y Júlia Roch.
El problema, tanto en El padre como en La madre, es que una vez que descubrimos, e incluso admiramos, los mecanismos formales de la dramaturgia, la acción es muy escasa y la historia solo avanza chocando una y otra vez contra sí misma. El intento de explorar las emociones en la primera y la búsqueda de una atmósfera de thriller en la segunda, por parte de los respectivos directores, dan para lo que dan. Ninguno de los dos textos permite mucho más; falta en ellos sustancia argumental e intelectual; eso limita la complejidad de los personajes protagónicos e impide que sus respectivos intérpretes puedan hacer, estando tan bien como están, unos trabajos que vayan a recordarse especialmente el día de mañana.
TITULO: Aquí la tierra - El Ayuntamiento y la Junta de Cofradías ya tienen un convenio de colaboración,.
El Ayuntamiento y la Junta de Cofradías ya tienen un convenio de colaboración,.
Está dotado con 10.000 euros para poder sufragar los gastos de los actos de la Semana Santa,.
La Junta de Cofradías y Hermandades Penitenciales ya demandó, hace unas semanas, el habitual acuerdo con el Ayuntamiento para el desarrollo de la programación de Semana Santa. Ese convenio de colaboración, dotado con 10.000 euros, ya tiene vía libre. Fue aprobado en la última sesión plenaria y firmado ayer por el presidente de la entidad, Manuel Quesada. Ahora tiene que pasar por la Junta de Gobierno para poder disponer de esa cuantía.
La concejala de Cultura, Turismo y Deporte, Consuelo Soriano, detalla que, con este dinero, se podrán sufragar diferentes acciones para la organización de esa Semana de Pasión. Entre ellas, están los carteles editados para los diferentes actos, así como el programa. También incluyen los costes de celebración del pregón de Semana Santa, que tendrá lugar el 16 de marzo. Todo ello se unirá a los adornos florales de los pasos, así como a la vigilancia privada para el Jueves y Viernes Santo.
Este convenio además recoge determinas medidas encaminadas a conseguir que la Semana Santa trujillana sea fiesta de Interés Turístico Regional. Uno de los requisitos es contar con una web propia oficial de esta fiesta, así como su posicionamiento. Con ese fin, «será necesaria la intervención de un técnico que asesore y la adquisición tanto del dominio como de la propia web», remarca la edil, quien detalla que estas medidas también son subvencionables con este convenio. Una de las obligaciones del acuerdo es que se tiene que justificar todo, como muy tarde, el 31 de mayo.
Edificio
Manuel Quesada agradece la colaboración del Ayuntamiento para la puesta en marcha de este necesario convenio. No obstante, echa de menos que no se puedan recoger gastos de mantenimiento del edificio de la sede de la Junta de Cofradías. Quesada recuerda que la Administración local tiene cedida instalaciones municipales a diferentes entidades sociales y deportivas. «Ahí, no tienen que pagar gastos, como por ejemplo, de luz y agua». Por ello, se había pedido que se tuviera en cuenta este hecho en la sede, además de que «damos cobijo a siete colectivos en el edificio», remarca. Sin embargo, no se ha concedido.
Este dirigente recuerda, igualmente, que al dinero concedido por el Ayuntamiento hay que sumar la cuantía conseguida a través de las colaboraciones de empresas, así como otro tipo de aportaciones. Detalla que se tiene un presupuesto que se acerca a los 20.000 euros para poder sufragar todos los gastos de la Semana Santa trujillana de este año. .
El PSOE, en la última sesión plenaria, criticó que este convenio se firmase tan tarde, puesto que se está a las puertas de la Semana Santa. Además, echó de menos que el dinero concedido no sirviera para sufragar los gastos del edificio de la Junta de Cofradías, como había pedido la entidad y así se ha hecho en ediciones pasadas. Para ello, habría que justificar el dinero a 31 de diciembre y no en mayo.
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