TITULO: Cena con mamá - Joan Coscubiela , Viernes -12- Marzo,.
Viernes -12- Marzo a las 22:00 en La 1, foto,.
Joan Coscubiela,.
Joan Coscubiela: "Valoremos lo logrado porque ¿quién lucha por una mierda?"
Abogado, sindicalista, profesor, exdiputado en Cortes y en el Parlament... Su nuevo libro, 'La pandemia del capitalismo' (Deusto) relata el último año como un síntoma del agotamiento del libre mercado y un revulsivo para la sociedad.
- Hace un año, yo pensaba que a estas alturas íbamos a tener renta básica y políticas de redistribución muy fuertes. Pero no.
- En momentos así, trágicos, siempre aparece una visión determinista y optimista: «Esto va a acabar así y será para bien». Es evidente que esas previsiones bonitas del momento igualitario no se producen luego. ¿Por qué? Entre otras cosas, porque entre las lecciones de la pandemia y nuestro conocimiento verdadero interfieren nuestros intereses.
- Entonces, esa idea de que nos dirigimos a un nuevo pacto social ¿era parloteo?
- Es una idea imprescindible. Sabemos que el capitalismo es el único sistema socioeconómico existente y que tiene mucha capacidad de resiliencia. Pero también conocemos su capacidad destructora: destrucción medioambiental, erosión de la democracia, desigualdad... La pandemia nos enseña que tenemos que resetear el sistema en forma de un nuevo pacto social. Otra cosa es que lo consigamos.
- ¿De qué dependerá?
- Dependerá de que lo podamos imaginar. Necesitamos un relato, en el sentido más noble de la palabra, porque no hay un solo momento disruptivo en la historia que no empiece con un relato que emocione, que ilusione...
- Y un sentido de pacto, ¿no? La socialdemocracia fue un pacto del obrerismo y el capitalismo y hoy nos parece el paraíso perdido.
- El pacto social tras la II Guerra Mundial se puede explicar por la fuerza del movimiento obrero y el miedo de los poderes económicos a perder sus privilegios... Pero ese pacto social se agotó hace tiempo y siempre tuvo limitaciones. Su marco era Europa y poco más e ignoraba conflictos como el ecológico o el de género. que hoy han estallado
- Hablemos de las vacunas. La sociedad ha aceptado que el accceso no se paga, que hay que esperar turno, más allá de los casos excepcionales de tal obispo o las hijas del rey.
- Es curioso, ¿verdad? En una sociedad hipermercantilizada, resulta que aparecen unas vacunas que son fruto de la cooperación público/privada y cuya distribución, al menos en los países occidentales, no se hace por las reglas del mercado... Nos quedamos con las anécdotas de los abusos de poder, pero lo importante es eso. Ahí está la batalla de un nuevo pacto social: en darle al mercado una función limitada, al margen de los derechos fundamentales. No podremos mejorar una sociedad si no destacamos lo que funciona bien. Hay un poso cultural positivo que no vemos, en parte porque estamos en un país con una tendencia autodestructiva, a flagelarse por casi todo. Como sindicalista lo he dicho: denunciemos lo que está mal pero valoremos lo que has conseguido, porque ¿quién lucha por una mierda?
- Hay una teoría que dice que los momentos de cambio tecnológico como este llegan como un drama porque mucha gente se queda fuera... Pero luego propician largos periodos de estabilidad y prosperidad.
- Comparto la premisa básica: los cambios tecnológicos provocan desequilibrios brutales que, al cabo del tiempo, se pueden convertir en repartos equitativos de las ventajas tecnológicas. Bien. Ahora estamos en la primera parte de ese camino. Lo que no tengo tan claro es la visión determinista de que nos dirijamos a una sociedad de progreso. Eso dependerá de cómo peleemos por el control de la tecnología. ¿Qué haremos con el transhumanismo, por ejemplo? Hay riesgos para los que la sociedad no está preparada éticamente.
La última pregunta
A veces, entre lo viejo que muere y lo nuevo que no nace, salen monstruos. Lo de su amigo no es anécdota: la rabia social actual expresa, sobre todo, la angustia de la clase media.
TITULO:
Imprescindibles' estrena en La 2 - Juan Marsé, autorretrato sin piedad ,.
Domingo
-14- Marzo,.
Domingo -14- Marzo a las 21:30 horas en La 2, foto,.
Juan Marsé, autorretrato sin piedad,.
Libro póstumo,.
En sus 'Notas para unas memorias que nunca escribiré', el Cervantes fustiga a sus enemigos y abomina del 'procés',.
Durante años Juan Marsé (Barcelona, 1933-2020) lo apuntó casi todo. Llevó un dietario para unas memorias que jamás abordaría, y cuyas anotaciones llegan ahora sin filtros al lector. 'Notas para unas memorias que nunca escribiré' (Lumen) descubre todos perfiles del escritor y premio Cervantes en 2008. Marsé ante su espejo, a calzón quitado y sin piedad. Mordaz o tierno, sulfúrico con sus enemigos y generoso con sus amigos, alegre o deprimido, condena la deriva secesionista del 'procés' y cualquier patriotismo. Expresa su hastío de la novela negra, vierte ácidos juicios sobre el periodismo, el cine, la política y muchos colegas, o declara su admiración por el trasero de Jennifer López.
«Es el más íntimo y despiadado autorretrato del escritor», dice Ignacio Echevarría que prologa y anota las más de 400 páginas que recrean el diario que Marsé llevó con rigor a lo largo de 2004 y las libretas que anotó más caóticamente entre 2006 y 2019. Marsé se las entregó de mala gana a la editora María Fasce, pero revisó las galeradas en sus últimos meses de vida. Las dejó «listas para ser publicadas». Quiso hacerlo en vida, pero aparecen antes de que se cumpla un año de su muerte.
Marsé se impuso rellenar a diario la columna de una agenda, y cumplió su propósito cada día de 2004. En las libretas posteriores alternó con dibujos eróticos, caricaturas o collages sus opiniones sobre lo que le irritaba o sobre sí mismo. Se reconoce «desinteresado, perezoso e inculto, sin fe en mí, desmemoriado y falto de verbosidad, ingenio o y agudeza».
Cela y Umbral
Sin pelos en la lengua ni en la pluma, fustiga a colegas como Javier Marías, dueño de «una inteligencia descapotable y un ego a piñón fijo» o Luis Goytisolo, que usa «demasiadas palabras para decir muy poco». Bajo el título 'Prosistas' adjetiva con sorna la prosa de otros escritores: «campanuda» la de Camilo José Cela; «sonajero» la de Francisco Umbral; «pringada» la de Javier Marías; «resabiada» la de Javier Cercas; «insolvente» la de Carlos Ruiz Zafón; «ensotanada» la de Juan Manuel de Prada o «tricotosa» la de Marguerite Duras.
Se sentía «ninguneado en Cataluña por escribir en castellano» y «no querido en el Reino Unido por ser catalán», según escribe en enero de 2004, mucho antes del frenesí secesionista que demonizó. «No soy nacionalista, no soy patriota, no soy catalanista ni españolista, no soy nada de eso. Solo soy -para entendernos- un rendido admirador del trasero de Jennifer López», anota el 14 de octubre de 2014.
«No soy ni nacionalista ni patriota, solo un rendido admirador del trasero de Jennifer López», escribió el premio Cervantes
«A veces tengo dudas acerca de si la independencia de Cataluña, que nunca he deseado ni apoyado, sería tal vez conveniente, deseable y justa. De lo que no tengo duda es de que los patriotas catalanes que la promueven hoy son unos perfectos carcamales y no me merecen el menor respeto». Ir de frente y por derecho le costó enemistades y palos. Dejó el jurado del Premio Planeta tras afirmar que la calidad de los originales era «subterránea» el año que ganó María de la Pau Janer (2005). Un año antes se negó a votar a las finalistas, entre ellas «la infame novela de Lucía Etxebarría».
De fútbol también opinó: «Es más que un club, por supuesto: es un antro, una mafia presidida por Bartomeu», dijo del Barça. «Cada vez me siento menos mediático, y me interesa menos eso que llamamos la vida pública, que en España está llena de intolerancia, exasperación y estupidez. Jamás entraré en las redes sociales, ni móvil tengo», confesó en 2016.
Como a su amigo Jaime Gil de Biedma, a Marsé le importaban «el amor, la amistad, el sexo, la escritura y el paso del tiempo», y le mortificaba saber que tenía «los días contados». «Empiezo a sentirme desleído, desencuadernado y descatalogado», anotó en otoño de 2018. Se sentía agotado por la diálisis y el declive físico. No podía tirar del hilo de los 'aventis', esas imágenes e ideas seminales que fueron el motor de sus novelas. Sin desafíos narrativos, se refugió en las libretas y en ellas anticipó un posible epitafio. «Por fin soy el escritor invisible que siempre quise ser».
TITULO:
De seda y hierro - Utilizan la covid-19 como herramienta educativa , .
Domingo -14- Marzo ,.
El Domingo -14- Marzo a las 20:20 por La 2, foto,.
Utilizan la covid-19 como herramienta educativa,.
Que
la realidad de la calle sirva como herramienta educativa para los
alumnos es el objetivo del proyecto que han puesto en marcha en el
instituto Jaranda, de Jarandilla de la Vera. Para ello se están valiendo
de la covid-19, estando entre las actividades un estudio de
seroprevalencia entre toda la comunidad educativa., etc,.
TITULO:
Noche Sexo - Monica y el sexo - Un tercio de los chicos españoles se inspira en el porno como escuela de sexualidad.
El viernes -12- Marzo 0.40 / Cuatro, foto,.
Un tercio de los chicos españoles se inspira en el porno como escuela de sexualidad.
La lucha contra el cambio climático y por la igualdad de género son las dos banderas generacionales de la juventud.
La lucha contra el cambio climático y por la igualdad de género son las dos banderas generacionales de la juventud.
El Instituto de la Juventud ha lanzado una alerta de calado. Cada vez son más los chicos que usan el porno como escuela de sexualidad y como espejo en el que mirarse. Un tercio de los españoles de entre 15 y 29 años y un 24% de las chicas confiesan "inspirarse" mucho o bastante en estos productos a la hora de mantener sus relaciones sexuales. Es uno de los resultados más preocupantes de la radiografía de esta generación realizada por el Injuve con dos encuestas (2019 y 2020) a 6.500 jóvenes de todas las autonomías.
El peso del porno entre los jóvenes no debe extrañar si se tiene en cuenta que su consumo es generalizado. Hasta el 85% de los varones han accedido a estos productos alguna vez en su vida -por el 50% de la mujeres- y más de la mitad de ellos ve vídeos cada semana (el 10% de ellas). El estudio también refleja que tanto el consumo como la influencia de la industria del sexo es muy superior entre los jóvenes con menor nivel de estudios.
El mismo documento aporta dos datos que apuntan a que el fenómeno no es inocuo. La edad media de inicio sexual en España es cada vez más temprana. El año pasado se situó en los 16,2 años, un año menos que hace solo tres ejercicios. En 2017 la iniciación se producía a los 17 años. Y, lo que es más inquietante, recoge que el 10% de las relaciones sexuales de los jóvenes españoles fueron no consentidas -o no las querían o llegaron más lejos de lo deseado-, con un claro sesgo de género y de identidad sexual. El no consentimiento alcanza al 11% de las chicas -por el 5,4% entre ellos- y sube al 17% entre los no heterosexuales (frente al 6,1% de los 'heteros').
El 11% recurrió a prostitutas,.
El capítulo de sexualidad revela que el 25% de adolescentes y jóvenes no se identifica con las categorías de femenino y masculino y que el 16% no es heterosexual. También aporta otro dato llamativo. El 11% de los varones de estas edades ha hecho uso de la prostitución, por solo el1% de las chicas. El pago por servicios sexuales aumenta con la edad, pero también entre los que se declaran creyentes.
El estudio deja claro que la lucha contra el cambio climático y por la igualdad de género son las banderas generacionales de la juventud española. Este grupo de edad coloca ambos temas en la cúspide de su ranquin de importancia, junto al trabajo y la vivienda. De hecho, cuando dicen por qué asuntos se han movilizado (protestas, huelgas), el 38% de las veces fue por la igualdad entre hombres y mujeres, el 15,5% por la educación, y el 14,9% contra el cambio climático.
Ocho de cada diez creen que desterrar la violencia de género es uno de los asuntos más relevantes, apoyan las políticas contra la brecha salarial y los techos de cristal, y entre el 70% y el 90% (con las chicas en la zona alta) rechazan actos de control sobre la pareja, como criticar su ropa, mirar su móvil o tener celos. De igual manera, cuatro de cada cinco jóvenes apuestan por mejorar el medio ambiente y para la mitad es su "preocupación máxima", el triple que para los adultos. El grupo más activista son la 'generación Greta', los de 14 a 19 años.
Un tercer aspecto que subraya la radiografía es que el 66% de los jóvenes están convenidos de que van a tener una vida más dura que sus padres. Su tasa de temporalidad laboral es 30 puntos más alta que la general y el 40% ve poco probable encontrar trabajo en un año. La recesión desatada por la covid ha consolidado la 'década perdida' -las dos crisis encadenadas- y ha tenido otra consecuencia directa en la juventud. Ha hundido los proyectos de emancipación. El porcentaje de quienes aún viviendo con sus padres preveían volar pronto del nido cayó 15 puntos con la pandemia. En 2019 eran el 48% y el verano pasado bajaron al 32,8%. La tendencia agrava una de las características definitorias de la juventud española, como es su tardía edad de emancipación. Está a la cola de Europa. Poco más de 26 años en la UE, 29,5 años de media en España.
Entre los muchos aspectos captados por el sondeo está también que seis de cada diez estudiantes creen que la proliferación de la enseñanza telemática obligada por la covid ha "mermado significativamente" su aprovechamiento académico y el 11,2% piensa que ha aprendido menos de la mitad que otros cursos.
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