TITULO: Un país en la mochila -Apyme premiará a las dos primeras empresas que nazcan en 2021 en Don Benito y Villanueva,.
Apyme premiará a las dos primeras empresas que nazcan en 2021 en Don Benito y Villanueva,.
El proyecto busca impulsar la creación de nuevos negocios en la comarca con dos cheques de 400 euros como incentivo,.
La pandemia está sacudiendo de forma directa el tejido empresarial a nivel mundial, una situación que está provocando el cierre de numerosas empresas en los últimos meses. Una situación que ha llevado a la asociación Apyme Vegas Altas-La Serena a diseñar una iniciativa para premiar a las dos primeras empresas que se pongan en marcha en 2021, etc,.
TITULO: AQUI HAY TRABAJO -Trabajo regulariza a 1.817 temporales como indefinidos en sus visitas a empresas ,.
Trabajo regulariza a 1.817 temporales como indefinidos en sus visitas a empresas,.
La Inspección de Trabajo ha realizado 3.594 visitas a empresas de Extremadura en los nueve primeros meses de 2020, donde ha finalizado 10.461 expedientes que han incluido un total de 23.842 actuaciones concretas de control y supervisión.
Esta labor ha generado 1.448 propuestas de sanción con un importe de 4,4 millones de euros; y se han generado, etc,.
TITULO: 80 cm - Jorge Campillo, a trece golpes de la cabeza ,.
Jorge Campillo, a trece golpes de la cabeza,.
foto / .
Los ingleses Canter y Fitzpatrick, y el estadounidense Reed, con un
total de 205 golpes (-11), comparten el liderato del DP World Tour
Championship Dubai, que se disputa en el Jumeirah Golf Estates, tras
concluir un tercer recorrido que ve también al español Adri Arnaus a
solo un impacto y, por tanto, con grandes opciones al triunfo final. Adrian Otaegui está en el puesto 32 a nueve golpes de la cabeza mientras el cacereño Jorge Campillo se situó a trece,.
TITULO: Hacer de comer - Una cocina tradicional de frailes y pastores,.
lunes -14- a viernes -18- Diciembre a las 13:25h, en La 1 , fotos,.
Una cocina tradicional de frailes y pastores,.
Gastronomía del geoparque Villuercas-Ibores-Jara,.
Las sofisticadas recetas monacales y la pureza del aceite, el vino, la miel y el queso se unen en torno a Guadalupe,.
Los chefs extremeños de hoy son reconocidos por las grandes guías e imparten doctrina en los templos internacionales del saber culinario, pero, al fin y al cabo, no son más que el último eslabón de una cadena gastronómica formada por un árabe, un judío, un indígena americano, un pastor y un fraile. La comarca que hoy visitamos es tierra de pastores y de frailes, de mieleros, queseros, olivareros y monjes de Guadalupe.
Nos acercamos este domingo al geoparque mundial de la Unesco Villuercas-Ibores-Jara buscando su riqueza gastronómica y hacemos la primera parada en el monasterio de Guadalupe, epicentro de la alta cocina extremeña medieval y renacentista. Los recetarios de los monasterios extremeños estaban repletos de faisanes trufados, carneros verdes, perdices con foie, carbonados de cordero mechado, empanadas delicadas, pasteles de pescado, frutas de miel, confites y aguas de regaliz.
El expolio sufrido tras la invasión napoleónica provoca que de los recetarios monacales del monasterio de Guadalupe pasen a Francia platos tan populares hoy, pero tan sofisticados entonces, como la tortilla cartujana, que se convertirá en la tortilla francesa, o el consumado, sencillo y nutritivo caldo que ha pasado a la historia de la cocina con el nombre afrancesado de «consommé». Pero debe quedar claro que esas y otras joyas de la cocina tienen su origen en estas tierras tan abruptas como bellas que rodean Guadalupe.
El aceite del geoparque, de la variedad cornicabra, nos regala sensaciones suaves y dulces a fruta y a hierba
Tras los saqueos napoleónicos y la desamortización, los conventos extremeños, también el de Guadalupe, perdieron su peso en todos los ámbitos, incluido el gastronómico. Los ejércitos de Napoleón se llevaron las esencias teóricas de la alta cocina, pero no pudieron robarnos la gastronomía tradicional ni la calidad de unas materias primas que convierten el geoparque en la despensa cacereña donde se atesoran los sabores puros.
Los vinos, por ejemplo... Vinos de Cañamero y de Alía, elegantes, creativos, suaves. Bodegueros que crecen y perfeccionan sus vinos tintos y blancos en un esfuerzo por encontrar el punto óptimo en la poda, la vendimia, el coupage, la elaboración y la comercialización. Decir Cañamero y Alía es decir garantía de vinos inimitables, únicos, con carácter y personalidad.
Bodegas Carabal en Alía y Ruiz Torres, Agapita Rubio o Cañalva en Cañamero. Bodegueros pioneros como la familia Ruiz Torres, siempre innovadores sin perder de vista la calidad. En 1973, montaron la segunda línea de embotellado de Extremadura y siete años después ya estaban exportando a Rusia o Alemania. Fueron pioneros en el enoturismo con la combinación de hotel y bodega en Cañamero y la construcción de un espectacular complejo vitivinícola a mediados de la pasada década en un enclave singular. La tercera generación de la familia hereda una tradición que se remonta al siglo XIV, cuando en la vecina Guadalupe se escribe el tratado vitivinícola más antiguo que se conoce en España: 'Libro y registro de la bodega del Monasterio de Guadalupe' y los monjes jerónimos ya elaboraban siete vinos diferentes.
Y ya que estamos en Guadalupe, no podemos marcharnos sin probar su deliciosa morcilla tradicional, una de las más famosas y sabrosas de Extremadura. Tiene la carne muy picadita y un gusto suave, con su puntín picante que le da personalidad y la convierte en un embutido único. En Guadalupe hay tres carnicerías donde preparan la auténtica morcilla guadalupense. Una es la de Marce, otra la de Manolo y la tercera es la de José, carniceros honrados que preparan la morcilla de toda la vida, la que sirven en los buenos restaurante y bares de la Puebla.
En Guadalupe se inventan la tortilla cartujana, hoy tortilla francesa, y el consumado, o sea, el francés consommé
El geoparque Villuercas-Ibores-Jara está a 75 minutos de Cáceres y a dos horas de Badajoz por la autovía de Madrid y por unas carreteras autonómicas flamantes, bien trazadas y mejor asfaltadas. El 17 de septiembre de 2011 estas tierras se convirtieron en uno de los 15 geoparques que existen España, uno de los 120 que hay en el mundo. En los 19 municipios del geoparque viven 15.000 personas. Son cinco habitantes por kilómetros cuadrado. Es decir, ninguna presión demográfica, algunos pueblos abandonados (Avellaneda, Almansa), 12 ríos, siete presas y embalses, cuatro cadenas montañosas con sus valles. Minas y minerales, fósiles, geología para admirar, cuevas, vegetación, fauna, historia, prehistoria... Y gastronomía.
Dejamos Guadalupe y a medida que nos adentramos en el geoparque, se suceden los olivares de montaña. Aceite de Villuercas-Ibores-Jara, variedad cornicabra. La catamos en una copita normalizada de color azul porque el color del aceite, por ahora, no importa a la hora de la cata. Sobre ella, una tapadera de vidrio de reloj. Deben echarse 15 mililitros de aceite a 28 grados. No hay fase visual como en el vino. Se comienza oliendo. Después, se prueba. Es positivo que sintamos fruta y picor y amargor sin pasarse. La cornicabra del geoparque nos regala sensaciones frutadas, suaves, hierba y dulce.
«Hace 150 años, mi tatarabuelo ya comercializaba la miel de sus 200 colmenas. En agosto, cogía las aguaderas y el mulo y se iba a vender miel y patatas a Torrecillas de la Tiesa. Mis padres también se dedicaban a la miel y yo mismo he estado metido en muchas cosas, pero nunca he dejado de estar con las abejas. Para mí, la vida sin la apicultura no tendría sentido», explica José Sánchez Pulido (Navezuelas, 1951) frente a su empresa de miel, en Navezuelas, a un paseo del valle del Vieja, donde están instaladas sus colmenas.
«Yo tengo más pedidos que miel. Hace años me propuse que quien probara mi miel no la cambiaría jamás por nada. Lo he conseguido ya, pero cuando se acaba, se acabó, no compro por ahí y la vendo como si fuera mía. La miel de los Ibores es de aquí y las demás son de donde son. Nuestras colmenas no hacen trashumancia y por eso no somos uno más en el mercado, somos distintos», anuncia José.
Las colmenas de Villuercas-Ibores se fabricaban con troncos secos de roble o castaño. En la Edad Media, en las Villuercas, había una hermandad de colmeneros que perseguía a los ladrones de la miel. Hoy, las colmenas no son tan rústicas, pero perviven las labores basadas en la memoria y en la artesanía, aunque en el proceso de elaboración se someta a estrictos controles de calidad.
Dejamos Navezuelas, seguimos viaje y nos encontramos con Pedro Manuel, que dejó su trabajo como informático en Cáceres para volver a su pueblo, Navalvillar de Ibor, y hacerse cargo de la quesería familiar. «No llevaba muy bien eso de estar encerrado en una habitación con ordenadores». Sus padres también emigraron a Madrid, pero sus abuelos y sus bisabuelos habían sido cabreros en los Ibores. Cuando sus padres regresaron a Navalvillar, compraron una ganadería de cabras y acabaron centrándose en la elaboración de queso. «Mi hermana Ana Isabel y yo nos hemos quedado con la tradición de nuestros padres y hemos incorporado mejoras», apunta.
Pedro y Ana hacen queso de cabra curado, en pimentón, en aceite y viejo. A la quesería llega cada día la leche de las cabras de ganaderos de la zona. «Con esa leche cruda, cuajo, sal y pimentón de la Vera o aceite de oliva virgen extra de Castañar de Ibor hacemos los quesos, que no son homogéneos, nunca salen igual, pero lo que más me gusta es que la gente dice que saben como antiguamente», cuenta Pedro en Navalvillar. En diversas salas se realizan las labores propias de esta quesería artesana en la que a la leche cruda no se le echan fermentos lácticos, sales antibutíricas, ácido láctico, parafinas ni antimohos. Producen una media de 100 quesos al día que venden en un mercado meramente comarcal: 50 kilómetros a la redonda. «Es un queso que da mucho trabajo, pero es natural», avisa Pedro resumiendo en esa naturalidad el valor de la gastronomía del geoparque, una comarca donde se sustancian los valores de una cocina cacereña basada en la autenticidad y en la tradición, en la sofisticación monacal y en la sencillez pastoril.
Las 26.000 colmenas del geoparque Villuercas-Ibores-Jara,.
En Villuercas-Ibores, hay unas 26.000 colmenas. La Denominación de Origen Protegida (DOP) abarca 400.000 hectáreas y una treintena de municipios desde que se estableció en los años 90. En España, las mieles con DOP son las de Granada, La Alcarria, Liébana, Tenerife y esta de Villuercas-Ibores. La gracia de la DOP extremeña es la variedad multifloral y sus propiedades relajantes, energéticas y diuréticas, efectos tónicos-cardiacos y estimulantes de la circulación sanguínea y combate la tos y las infecciones respiratorias.
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