LAS HUCHAS DE LAS MONEDAS - El déficit público se multiplica por cinco y escala hasta el 7,1% del PIB ,. / LOS 50€ BILLETES - BILLETE 1.000 PESETAS - LOS ARBOLES PERDIDOS - BREXMAS ,. / LOS LIMONES - EL BOMBON DE HELADO - PAPELES QUEMADOS - Chimenea - Cuidar a quienes nos cuidan,.

 

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 LAS HUCHAS DE LAS MONEDAS - El déficit público se multiplica por cinco y escala hasta el 7,1% del PIB ,.  , fotos,.

 

El déficit público se multiplica por cinco y escala hasta el 7,1% del PIB,.

El agujero de la Seguridad Social, en cambio, se reduce al 0,29% del PIB debido a las transferencias realizadas por el Estado,.

El déficit del conjunto de las administraciones públicas –sin contar corporaciones locales– ascendió hasta los 78.952 millones de euros hasta octubre, lo que equivale al 7,14% del PIB, según los datos publicados hoy por el Ministerio de Hacienda. La pandemia ha contribuido a que el saldo negativo se haya multiplicado por cinco respecto al registrado un año antes, cuando se situó en el -1,35%.

 

 

Este fuerte repunte se produce en un contexto de fuerte aumento del gasto y de disminución de los ingresos por las medidas adoptadas para hacer frente a la covid-19, cuyo impacto ha sido absorbido fundamentalmente por la Administración Central, con un déficit hasta octubre del 5,27% del PIB.

Para el conjunto de 2020 el Gobierno ha previsto que el déficit público se eleve al 11,3% del PIB, aunque el Banco de España en sus últimas proyecciones ha calculado que quedará casi un punto por debajo, en el 10,5%.

Hacienda ha avanzado también el déficit del Estado hasta noviembre, que ha alcanzado el 6,54% del PIB. Esta evolución obedece, por un lado, al descenso de los recursos un 12,8%, que modera la caída respecto al mes anterior. Por otro lado, los gastos crecen un 19,1%, hasta los 234.634 millones, correspondiendo casi el 90% del incremento registrado a gastos relacionados con la pandemia.

Por el contrario, las comunidades autónomas registraron hasta octubre un superávit del 0,10% del PIB (1.084 millones), frente al déficit del 0,36% de un año antes, con lo que mantienen la tendencia de los meses previos por la financiación procedente del Estado para garantizar su liquidez frente a la emergencia sanitaria.

Por su parte, el déficit de la Seguridad Social se reduce un 43% respecto al año pasado hasta los 3.209 millones de euros hasta noviembre, el equivalente a un 0,29% del PIB, aunque se trata de una distorsión estadística ya que aquí se reflejan los ingresos de las transferencias realizadas por el Estado para equilibrar el impacto de la pandemia. La cifra es la diferencia entre unos ingresos de 151.047 millones, con un alza del 12,5%, y de unos gastos de 154.256 millones, que crecen un 10,2% interanual.

Los aumentos de gasto más destacados se han producido en las transferencias a la Seguridad Social y a las CC AA, según explica Hacienda. En concreto, 18.003 millones corresponden a la transferencia realizada al Sistema de Seguridad Social para equilibrar el impacto económico de la pandemia en sus cuentas, 2.300 millones a la transferencia al presupuesto de SEPE para financiar prestaciones contributivas y cuotas de subsidios desempleo y 11.000 millones a los tres primeros tramos del fondo covid-19 (en total los cuatro tramos serán 16.000 millones) distribuido a las Comunidades Autónomas y a las Corporaciones Locales para financiar costes sanitarios y gastos educativos.

 

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 BREXMAS,.

 

Desde que el 23 de junio de 2016 los británicos aprobasen en referéndum salir de la Unión Europea, los mercados han vivido con el corazón en un puño. Las consecuencias económicas de una salida abrupta del Reino Unido de la UE se antojaban, unánimemente, como dramáticas. Todos eran conscientes que solo un buen acuerdo podría minimizar los efectos que el referéndum convocado por un temerario e insensato David Cameron, causaría en unas economías que aún no se habían recuperado de la crisis financiera que se desató a raíz de la quiebra de Lehman Brothers y que para mayor dificultad, han tenido que cerrar el acuerdo en medio de una devastadora crisis sanitaria.

 

 

 

Así las cosas cerrar un acuerdo era, más que importante, vital. Han sido cuatro años de durísima negociación, en la que nadie quería ceder ni un ápice. Años repletos de episodios de tensión que hicieron temer-en varias ocasiones- que la negociación podía saltar por los aires. “In extremis” pero hubo acuerdo, bautizado como BREXMAS, acrónimo de Brexit y Christmas. Un buen acuerdo. Posiblemente el mejor que se podía conseguir en una circunstancias tan adversas como las actuales y sin duda, aliviará de tensiones a unos inversores que, aunque venían semanas descontando que al final se alcanzaría una fórmula de consenso, sabían  también que la burocracia de Bruselas hace muchas veces impredecible la resolución  cualquier negociación hasta su firma, máxime si es de la complejidad de ésta.

 

 

Aunque la confirmación no llegó hasta el día de Navidad, la bolsa cerró el 24 -último día hábil- en los 8.111 enteros, tras subir en la semana un 1%. En esta mejora fueron decisivos los avances de IAG (5’90%) y Gamesa (7´36%). El valor más castigado del parqué fue PharmaMar, que se desplomó un 8%.

 

 

Pocos cambios en las principales plazas bursátiles foráneas, volviendo a acerarse a máximos históricos los índices de referencia tanto estadounidenses, como europeos y asiáticos

Estabilidad en los mercados de crudo, divisas y deuda. En los primeros, el barril de Brent bajó hasta los 51 dólares, frente a los 52 del viernes anterior; en los cambiarios, euro y dólar se cruzaron en las 1’22 unidades y finalmente  en los de renta fija, el bono a 10 años terminó ofreciendo una rentabilidad del 0’07%, encaminándose a cerrar el año en su nivel histórico más bajo.

Respondan como respondan el lunes los mercados al “Brexmas”, es una magnífica noticia para cerrar un año horrible. Horrible en todos los sentidos.

 

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  LOS LIMONES - EL BOMBON DE HELADO - PAPELES QUEMADOS - Chimenea -Cuidar a quienes nos cuidan,.  ,. , fotos. 

 

 

Cuidar a quienes nos cuidan,.

Si algo que define, para mí, este fatídico 2020 es el enorme protagonismo que han tenido las personas que nos cuidan. Ya sé que para usted, muy probablemente, este habrá sido el año de la covid, del confinamiento, de la curva que hay que doblegar, de la pandemia y la mascarilla. Pero para quienes tenemos padres y suegros frisando los noventa,. Ellos no quieren ser mártires. Aunque lo sean. Quieren ser profesionales que cumplen con su tarea dando lo mejor de sí. Eso es lo que reivindicaban los 

 

 

médicos que se concentraron este fin de semana ante el Palau de la Generalitat para pedir a las autoridades que los aplausos se concreten en medios, condiciones y protección. Nunca han querido ser mártires pero los ha habido en esta pandemia en la que el juramento hipocrático ha sido nuestro mejor seguro de vida. De no ser por una entrega hasta la extenuación y mucho más allá de lo que marca el sentido común, que invita a replegarse y no actuar hasta tener asegurada la propia integridad, las cifras aún serían peores. Estamos en deuda con los que se han ido, con sus familias y con quienes han arriesgado su vida y la de los suyos. Si en términos religiosos, el martirio es dar la vida por la fe, entre los sanitarios valencianos ha habido esa entrega por el prójimo hasta el último aliento. Martirio civil y, en algunos casos, también religioso, por convicciones íntimas a favor del otro por encima de la propia vida.

 

 

 

Es cierto que, políticamente, no conviene actuar en caliente ni legislar a punta de lágrima, pero lo vivido exige cuidar a quienes nos cuidan, incluyendo a quienes lo hacen en casa sin tener ni siquiera derecho a paro. También ellas -porque mayoritariamente son ellas- han estado arriesgando la vida por los adultos mayores a su cargo. Por esos que no estaban en residencias sino en su propia casa, pero corrían los mismos riesgos que los demás, lo que acarreaba, por tanto, una presión enorme sobre sus cuidadoras.

 

 

La escucha es la primera obligación del gobierno del Botánico que se jactó desde sus inicios de ser dialogante, abrir sus puertas a los olvidados y rescatar a las personas. Es momento, pues, de interesarse por las reivindicaciones de los profesionales de la salud y atender sus peticiones o, al menos, sentar las bases para que se puedan ir cumpliendo. Es verdad que la infrafinanciación de la Comunidad 

 

 

 

 

 

Valenciana da escaso margen al Govern, pero eso obliga más si cabe a sentarse, establecer plazos y prioridades, ver qué opciones hay y explicar las limitaciones. Sin campanillas, sin fotos, sin alharacas. El impacto electoral de la gestión de la pandemia, sea bueno o malo, ya está en la mente de los votantes. El de la anticipación adecuada ante próximas oleadas, no. En cualquier caso, la situación de la Sanidad no debería ser arma arrojadiza ni factor de marketing político como recordaban los manifestantes. Nos va la vida en ello a todos, no la poltrona.