El viernes -29- Marzo a las 22:00 por La 1, foto.
Vicente Martínez ,.
El tiro con arco crece, nos falta una Carolina o una Lydia",.
Vicente Martínez preside la Federación Española de Tiro con Arco. Charló con As en Casa Juan sobre la actualidad de su deporte.
El tiro con arco vivió su momento mágico en España en los Juegos de Barcelona 1992, cuando Antonio Vázquez, Alfonso Menéndez y Juan Carlos Holgado
se colgaron la medalla de oro por equipos, la única de la historia
olímpica de esta disciplina. “Pasó como en muchos deportes, había
recursos, ayudas económicas y mucha motivación. Los chicos estuvieron entrenándose donde iban a competir durante seis meses.
Era su casa. En la calificatoria los vio el Rey y le dijeron: ‘Si
vienes a la final ganamos’. Y batieron a Finlandia”, recuerda Vicente
Martínez, presidente de la Federación Española de Tiro con Arco, que se
lamenta: “No hubo continuidad”.
Este profesor de Inteligencia Artificial de la Universidad Politécnica de Madrid, de 63 años, jugaba a balonmano y desembocó en el arco tras unas clases, precisamente, con el oro olímpico Holgado: “Me animó para que entrara en la gestión”. Martínez, que llevó el deporte universitario de Madrid en los 70 y los 80, fue primero presidente de la Madrileña y se presentó a la Española en 2000. “No gané, pero me empeñé en seguir”. En 2015 era presidente tras la salida de Lorenzo Miret y en 2017 salió elegido. “Me encontré una Federación saneada, aunque había que modernizar cosas: streaming, redes...”.
El dirigente, que no recibe sueldo, cuenta en su organismo con cerca de “un millón de euros de presupuesto, de los que el 45% viene de lo público y el 55% de recursos propios”. Y hay un dato que es el que hace ser más optimista, “en siete años se pasó de 6.500 licencias a 19.500”. Es decir, se han triplicado. “Ha ayudado mucho que haya arcos más asequibles de precio gracias a tiendas como Decathlon. Estamos en crecimiento en España, pero nos falta una Carolina Marín o una Lydia Valentín. Somos competitivos, pero nos faltan estrellas”, sigue Martínez.
Sin embargo, más allá del utensilio amateur, el de los élite es mucho más costoso: “Un arco bueno suele salir en torno a 2.500 euros. No sirve toda la vida a los profesionales,
porque las tecnologías cambian. Tienen elementos complicados y hay un
desarrollo. Además, hay pocas ventas. A un tirador de la Selección le
dura dos o tres temporadas. La primera revolución fue la llegada del
aluminio y después ha entrado el carbono”.
Esos arcos olímpicos son los llamados de recurvo, “los que tienen que soportar tensión en la mano”, y son los que utilizaron en los Juegos de Río 2016 Juan Ignacio Rodríguez de Liébana, Antonio Fernández y Miguel Alvariño, que formaron el trío que terminó octavo con diploma: “Estuvimos muy cerca de entrar en semifinales y quedar entre los cuatro primeros. Era una oportunidad única. Rodríguez de Liébana fue noveno individual. En chicas acudió Adriana Martín, que ha vuelto a competir”.
Porque toca mirar a Tokio 2020, donde el objetivo es clasificar a los dos equipos, el masculino y el femenino, ambos con tres tiradores. Si se consigue el pase a la prueba colectiva se asegura que también estén en el cuadro final de individual. Además, si va al menos un hombre y una mujer podrán tirar en la novedosa competición mixta: “Creo que los dos equipos deberían estar. En cuanto a resultados, prefiero no ser optimista, aunque luego puede pasar de todo. Pero los asiáticos, sobre todo los coreanos, están por encima y países como Italia son mucho más potentes a nivel económico. Tienen equipo B y a nosotros nos cuesta tener uno A”. El Mundial de Hertogenbosch (Holanda), en junio, será clave.
Y es que en Corea del Sur el tiro con arco es poco menos que una religión. “Es un deporte obligatorio desde el colegio y por eso son tan buenos. Tienen una liga profesional en las que meten en los estadios 60.000 personas. Así ganaron cuatro oros en Río, los dos individuales y los dos de equipos”, explica Martínez y se evoca en la mesa la historia de Im-Dong Hyung, el oro olímpico de Londres que era declarado clínicamente ciego, con sólo un 20% de visión. Un ejemplo de que el tiro con arco es un deporte con capacidad integradora.
Entre los hombres fuertes de España en la carrera olímpica a Tokio seguirá Miguel Alvariño y aparecen nuevos talentos como Daniel Castro, Pablo Acha, José Manuel Solera... En mujeres, las favoritas a formar parte de España son Alicia Marín, Adriana Martín, Paula Gutiérrez, Nerea López, Celia Castaños... y la prometedora Elia Canales, plata en los Juegos de la Juventud. Pero todo se decide con un formato ‘trials’: “Hacemos unos torneos clasificatorios en los que se puede apuntar todo el mundo y se va clasificando gente a través de bonus, hasta que al final quedan ocho y ahí se decide el equipo”.
En tiempos de cambios en el movimiento olímpico, el tiro con arco
conserva su posición de deporte fuerte: “Estamos bien colocados, tuvimos
algún momento malo, pero ahora va bien. Estar en los Juegos es una salvación para nuestro deporte, porque tenemos más ayudas y nos sirve de escaparate”.
Martínez no se esconde y ve la cara y la cruz de la disciplina que preside: “Es un deporte complicado de seguir por su naturaleza y las competiciones van a veces muy lento, lo bueno es que son pruebas integradoras en las que pueden competir juntos hombres y mujeres, también deportistas adaptados. En la Liga, la competición es mixta”. España cuenta con cerca de 600 clubes: “Son pequeñitos, pero allí es donde se inicia la gente”.
El epicentro del tiro con arco es Madrid. “Tenemos el problema de las instalaciones. Hay en el Parque Puerta de Hierro, en Plaza Elíptica y en Moratalaz. Además, de la de la Blume. En el cordón de municipios de la Comunidad hay más lugares. El que más tradición tiene es Leganés”.
Todo el que quiere iniciarse en el tiro con arco debe hacerlo con un maestro “que enseña a cómo montar un arco” y, así, los que estrenan ese arco de Decathlon necesitan dar un curso para que su monitor le firme la tarjeta deportiva, que es la que autoriza al uso de arco, que sólo se puede transportar “para competición o entrenamientos”.
A nivel de competiciones, Madrid organizó un Mundial absoluto en 2005
en el Club de Campo y este verano, en agosto, tendrá uno cadete y
júnior. Será en el campo de Cantarranas, en la Complutense, y el colofón... en el Palacio Real el 23 de agosto.
“Y aún así no encontramos patrocinadores para este evento, habrá hasta
700 chavales, es la prueba de tiro con arco que más gente mueve en el
mundo”.
Y en el tiro con arco también están las Chicas de Rosa, grupos de mujeres que sufrieron un cáncer de mama que utilizan este deporte como terapia para mantenerse bien. “Lo hacen bajo la supervisión de un oncólogo, en el Hospital Infanta Leonor han hecho estudios que demuestran que nuestro deporte tiene beneficios a nivel funcional y psicológico”. El tiro con arco, deporte olímpico, que dio la gloria en Barcelona 1992, integrador y en el que “el rival eres tu mismo”.
Desde
que su madre desapareció, José Antonio Meneses Cadenas (23 años) se ha
hecho cinco tatuajes. El último, en su pierna izquierda, es un retrato
de ella, de Francisca Cadenas Márquez, que el 9 de mayo de 2017 salió de
su casa en Hornachos para despedir a unos amigos y no regresó. «Ahora
vuelvo y te hago la cena», le dijo esa noche a José Antonio, su hijo
pequeño. 23 meses después, de ella no se sabe nada y a él, la vida se le
ha vuelto del revés.
«Mi motor es ayudar a mi padre, y que se esclarezca el caso de mi madre. Y que todo esto sirva para que los que se vean en esta situación encuentren un apoyo». Es una de las intimidades que José Antonio Meneses le ha contado a Jaime Covarsí, doctor en Filosofía y en Filología Hispánica, escritor, autor de 'Lucharé por encontrarte. Crónica sentimental de la desaparición de Francisco Cadenas' (Apeadero Editorial, Mérida, 2019), que estará en las librerías el mes que viene. El libro -editado con la ayuda de la Diputación de Badajoz y de QSD Global Fundación europea por las personas desaparecidas, que lo eligió como mejor publicación en los IV Premios 9M- entra con pies de plomo en la trastienda emocional del drama que vive la familia Meneses Cadenas. La tragedia del marido que a veces sueña que su mujer aparece pero se ha olvidado de ellos y no les reconoce. Y la de los tres hijos, que encauzan la tristeza cada uno a su manera, con protagonismo especial para el pequeño, José Antonio, que es el hilo conductor del relato.
«Yo lo tenía claro desde el segundo día -cuenta el joven-: sabía que mi madre estaba muerta. Además, prefiero pensar así y si aparece, eso que gano». La confesión es un puñetazo de realidad teniendo en cuenta que el libro no es una novela, sino el resumen de las entrevistas que el autor mantuvo durante meses. Hechas todas para recopilar información con la que aproximarse a una realidad dura, que Covarsí maneja con tacto y que se apunta ya desde el título. 'Lucharé por encontrarte' podría ser una frase al aire, un modo más o menos poético de resumir una esperanza. Y puede que lo sea, pero es también algo concreto, prosaico.
Su nieto José Antonio, que estampó su teléfono móvil contra el suelo al enterarse de que su abuela había muerto, iba todos los días a verla a la residencia de ancianos de Villafranca de los Barros en la que pasó la última etapa de su vida. Allí la visitó un día la policía, y entonces no quedó más remedio que desvelarle el secreto, responder a las preguntas que Ana ya había hecho. «Cuando la policía fue a sacarle muestras de ADN -relata el autor-, ella se dio cuenta, porque a pesar de las batas blancas con que la abordaron para disimular, consiguió ver la pistola de uno de los agentes».
Unos meses después, la abuela falleció. «En el féretro -detalla el libro-, el cuerpo iba acompañado de algunos objetos que pertenecían a Francisca: una medalla de costalera, un coletero y un cartel de desaparecida, ese que circula por todas partes en la región: hospitales, ayuntamientos, paradas de autobús, bibliotecas... El cartel iba manuscrito por detrás, me confiesa José Antonio, y a continuación me advierte de que no puede revelarme todo lo que allí está escrito, solo que aparece la frase 'Lucharé por encontrarte'».
En este momento, la instrucción está interrumpida y el caso archivado provisionalmente. La falta de novedades va mermando las expectativas de la familia de Francis, como llamaban los más cercanos a Cadenas, «una muy buena persona, muy generosa con todos», según Ana Galán.
«Yo no pierdo la esperanza. Sigo esperando a mi Francis», dice Diego Meneses, el marido, que recuerda que al día siguiente de la desaparición fueron a Mérida a buscarla. «También estuvimos en Almendralejo, porque se empeñó este», dice señalando a su hijo José Antonio, que en un costado tiene tatuada, en números romanos, la fecha que le cambió la vida: IX-V-MMXVII. Y en su bíceps derecho, una frase en inglés: 'Neither the time or the distance can forget what the heart remember' (Ni el tiempo ni la distancia pueden hacer olvidar lo que el corazón recuerda).
El
próximo 13 de abril, a las once de la mañana, el Parador Nacional de
Turismo de Jarandilla de La Vera acogerá un acto que está marcado en
rojo en el calendario de un buen número de aficionados y profesionales
del sector cinegético no solo de Extremadura, sino también de otras
comunidades autónomas. Y es seguro que fuera de España hay más de dos
que no le pierden el ojo a esta cita. Se celebrará la subasta de los
derechos de caza sobre machos de cabra montés de la subespecie Victoriae
en la reserva La Sierra, en Gredos. Una cita anual sobre la que ya hay
una certeza: en ella se moverá cientos de miles de euros.
La normativa obliga a que la subasta se anuncie con antelación, y el texto que recoge los datos básicos se publicó hace unos días. Gracias a este documento se sabe que se podrá pujar por 53 lotes, es decir, para quedarse con los derechos sobre 53 animales. Se trata del cupo que la administración autonómica concede a los propietarios de fincas en la zona para que estos subasten las piezas, en compensación por las limitaciones de aprovechamiento de terreno que impone estar dentro de un espacio protegido.
Tres de esos 53 animales serán machos catalogados como A1, es decir, de más de doce años y con osamentas de al menos 235 puntos (esta cifra varía según la longitud, curvatura y perímetro de las bases de los cuernos). De 205 a 219,99 puntos se les cataloga como medallas de bronce, de 220 a 229,99 plata, y a partir de 230, oro. Es así en las zonas en las que se aplica el denominado baremo norte -también están el sur y el medio-, que incluye a la parte de la provincia de Cáceres situada del río Tajo hacia arriba.
Lo previsible es que el próximo día 13, esos tres ejemplares, los más valiosos de la puja, se adjudiquen unos cientos de euros por encima de su precio de salida, y que quien los pague sea una orgánica, o sea, una de las empresas que organizan jornadas de caza, y que cuando de cazar en Gredos se trata, encuentran sus clientes en casi cualquier parte del mundo.
Esto queda claro al comprobar la lista de cazadores que han abatido machos de cabra montés entre los años 2006 y 2010 en este espacio cinegético que gestiona la Junta de Extremadura. El último Catálogo Nacional de Trofeos de Caza Mayor, basado en los datos de la Junta Nacional de Homologación de Trofeos de Caza, está salpicado de apellidos extranjeros: Hahn, Da Silva, Lawrence, William, Kujawa, Foss... También algunos nacionales conocidos, como Juan March de la Lastra, presidente de la Banca March. Y en un volumen anterior de esta misma publicación aparece el Rey Emérito Juan Carlos I, que el día de Año Nuevo de 2002 abatió un ejemplar de 286,39 puntos, el mejor que se ha cobrado en la reserva según esta publicación oficial.
El precio de una pieza así no baja de los diez mil euros. Porque a lo que hay que pagar para quedarse con el derecho a cazarlo (a partir de 4.950 euros más IVA este año, lo mismo que el anterior) hay que sumar las tasas públicas que fija el Gobierno regional, y que varían según la puntuación de la pieza. A más valiosa, más se paga en concepto de impuestos. Por un macho de cabra montés que supere los 260 puntos hay que darle al Gobierno regional 7.742,09 euros más IVA, según figura en las tablas oficiales. Sumados los impuestos y el precio de adjudicación en la subasta, se superan los trece mil euros.
Por un macho de más de 225 puntos hay que darle a la Junta 2.123 euros. Por uno superior a 230 puntos, 2.591 euros. Más de tres mil euros costará si supera los 235 puntos. Más de cuatro mil si sobrepasa los 243 puntos. Más de cinco si es puntuado por encima de 249. Y más de seis mil cuando recibe una nota que rebasa los 255.
También se podrá pujar por 16 ejemplares de la categoría A3 (al menos nueve años pero menos de once), con un precio de salida de 1.600 euros por animal. Y por 21 machos monteses B1, a 990 como precio base para la subasta. En todos los casos son montantes sin IVA. Los adjudicatarios abatirán sus piezas entre el 1 de septiembre de este año y el 30 de abril de 2020.
Igualmente, el 13 de abril se realizará el sorteo -en este punto no hay subasta, sino adjudicación al azar- de los derechos sobre 16 machos B3 y 29 hembras, por los que habrá que pagar, en el primer caso, 180 euros más la cuota complementaria más el IVA, y en el segundo, 270 euros más IVA.
Este profesor de Inteligencia Artificial de la Universidad Politécnica de Madrid, de 63 años, jugaba a balonmano y desembocó en el arco tras unas clases, precisamente, con el oro olímpico Holgado: “Me animó para que entrara en la gestión”. Martínez, que llevó el deporte universitario de Madrid en los 70 y los 80, fue primero presidente de la Madrileña y se presentó a la Española en 2000. “No gané, pero me empeñé en seguir”. En 2015 era presidente tras la salida de Lorenzo Miret y en 2017 salió elegido. “Me encontré una Federación saneada, aunque había que modernizar cosas: streaming, redes...”.
El dirigente, que no recibe sueldo, cuenta en su organismo con cerca de “un millón de euros de presupuesto, de los que el 45% viene de lo público y el 55% de recursos propios”. Y hay un dato que es el que hace ser más optimista, “en siete años se pasó de 6.500 licencias a 19.500”. Es decir, se han triplicado. “Ha ayudado mucho que haya arcos más asequibles de precio gracias a tiendas como Decathlon. Estamos en crecimiento en España, pero nos falta una Carolina Marín o una Lydia Valentín. Somos competitivos, pero nos faltan estrellas”, sigue Martínez.
"En el oro de Barcelona 1992 había recursos, ayudas y motivación"
Esos arcos olímpicos son los llamados de recurvo, “los que tienen que soportar tensión en la mano”, y son los que utilizaron en los Juegos de Río 2016 Juan Ignacio Rodríguez de Liébana, Antonio Fernández y Miguel Alvariño, que formaron el trío que terminó octavo con diploma: “Estuvimos muy cerca de entrar en semifinales y quedar entre los cuatro primeros. Era una oportunidad única. Rodríguez de Liébana fue noveno individual. En chicas acudió Adriana Martín, que ha vuelto a competir”.
Porque toca mirar a Tokio 2020, donde el objetivo es clasificar a los dos equipos, el masculino y el femenino, ambos con tres tiradores. Si se consigue el pase a la prueba colectiva se asegura que también estén en el cuadro final de individual. Además, si va al menos un hombre y una mujer podrán tirar en la novedosa competición mixta: “Creo que los dos equipos deberían estar. En cuanto a resultados, prefiero no ser optimista, aunque luego puede pasar de todo. Pero los asiáticos, sobre todo los coreanos, están por encima y países como Italia son mucho más potentes a nivel económico. Tienen equipo B y a nosotros nos cuesta tener uno A”. El Mundial de Hertogenbosch (Holanda), en junio, será clave.
Y es que en Corea del Sur el tiro con arco es poco menos que una religión. “Es un deporte obligatorio desde el colegio y por eso son tan buenos. Tienen una liga profesional en las que meten en los estadios 60.000 personas. Así ganaron cuatro oros en Río, los dos individuales y los dos de equipos”, explica Martínez y se evoca en la mesa la historia de Im-Dong Hyung, el oro olímpico de Londres que era declarado clínicamente ciego, con sólo un 20% de visión. Un ejemplo de que el tiro con arco es un deporte con capacidad integradora.
Entre los hombres fuertes de España en la carrera olímpica a Tokio seguirá Miguel Alvariño y aparecen nuevos talentos como Daniel Castro, Pablo Acha, José Manuel Solera... En mujeres, las favoritas a formar parte de España son Alicia Marín, Adriana Martín, Paula Gutiérrez, Nerea López, Celia Castaños... y la prometedora Elia Canales, plata en los Juegos de la Juventud. Pero todo se decide con un formato ‘trials’: “Hacemos unos torneos clasificatorios en los que se puede apuntar todo el mundo y se va clasificando gente a través de bonus, hasta que al final quedan ocho y ahí se decide el equipo”.
"A Tokio 2020 los dos equipos, masculino y femenino, deberían ir"
Martínez no se esconde y ve la cara y la cruz de la disciplina que preside: “Es un deporte complicado de seguir por su naturaleza y las competiciones van a veces muy lento, lo bueno es que son pruebas integradoras en las que pueden competir juntos hombres y mujeres, también deportistas adaptados. En la Liga, la competición es mixta”. España cuenta con cerca de 600 clubes: “Son pequeñitos, pero allí es donde se inicia la gente”.
El epicentro del tiro con arco es Madrid. “Tenemos el problema de las instalaciones. Hay en el Parque Puerta de Hierro, en Plaza Elíptica y en Moratalaz. Además, de la de la Blume. En el cordón de municipios de la Comunidad hay más lugares. El que más tradición tiene es Leganés”.
Todo el que quiere iniciarse en el tiro con arco debe hacerlo con un maestro “que enseña a cómo montar un arco” y, así, los que estrenan ese arco de Decathlon necesitan dar un curso para que su monitor le firme la tarjeta deportiva, que es la que autoriza al uso de arco, que sólo se puede transportar “para competición o entrenamientos”.
"Para el tiro con arco ser olímpico es una salvación"
Y en el tiro con arco también están las Chicas de Rosa, grupos de mujeres que sufrieron un cáncer de mama que utilizan este deporte como terapia para mantenerse bien. “Lo hacen bajo la supervisión de un oncólogo, en el Hospital Infanta Leonor han hecho estudios que demuestran que nuestro deporte tiene beneficios a nivel funcional y psicológico”. El tiro con arco, deporte olímpico, que dio la gloria en Barcelona 1992, integrador y en el que “el rival eres tu mismo”.
TITULO: PUERTA CON PUERTA CANAL EXTREMADURA -El drama de la familia de Francisca Cadenas,.
El drama de la familia de Francisca Cadenas,.
Un libro describe el día a día emocional de los familiares de la extremeña desaparecida hace 23 meses,.
«Mi motor es ayudar a mi padre, y que se esclarezca el caso de mi madre. Y que todo esto sirva para que los que se vean en esta situación encuentren un apoyo». Es una de las intimidades que José Antonio Meneses le ha contado a Jaime Covarsí, doctor en Filosofía y en Filología Hispánica, escritor, autor de 'Lucharé por encontrarte. Crónica sentimental de la desaparición de Francisco Cadenas' (Apeadero Editorial, Mérida, 2019), que estará en las librerías el mes que viene. El libro -editado con la ayuda de la Diputación de Badajoz y de QSD Global Fundación europea por las personas desaparecidas, que lo eligió como mejor publicación en los IV Premios 9M- entra con pies de plomo en la trastienda emocional del drama que vive la familia Meneses Cadenas. La tragedia del marido que a veces sueña que su mujer aparece pero se ha olvidado de ellos y no les reconoce. Y la de los tres hijos, que encauzan la tristeza cada uno a su manera, con protagonismo especial para el pequeño, José Antonio, que es el hilo conductor del relato.
«Yo lo tenía claro desde el segundo día -cuenta el joven-: sabía que mi madre estaba muerta. Además, prefiero pensar así y si aparece, eso que gano». La confesión es un puñetazo de realidad teniendo en cuenta que el libro no es una novela, sino el resumen de las entrevistas que el autor mantuvo durante meses. Hechas todas para recopilar información con la que aproximarse a una realidad dura, que Covarsí maneja con tacto y que se apunta ya desde el título. 'Lucharé por encontrarte' podría ser una frase al aire, un modo más o menos poético de resumir una esperanza. Y puede que lo sea, pero es también algo concreto, prosaico.
«Yo lo tenía claro desde el segundo día: sabía que mi madre estaba
muerta», confiesa José Antonio, el pequeño de los tres hijos '
La madre y la abuela
Ese título conecta con Ana Márquez Fernández, fallecida a los 91 años cuando solo faltaban seis días para que se cumpliera el primer aniversario de la desaparición de su hija. Un final triste a una vida marcada por la fatalidad. La madre de Francisca perdió a su marido, a un hijo en un accidente de tractor y a una hija tras una enfermedad larga.Su nieto José Antonio, que estampó su teléfono móvil contra el suelo al enterarse de que su abuela había muerto, iba todos los días a verla a la residencia de ancianos de Villafranca de los Barros en la que pasó la última etapa de su vida. Allí la visitó un día la policía, y entonces no quedó más remedio que desvelarle el secreto, responder a las preguntas que Ana ya había hecho. «Cuando la policía fue a sacarle muestras de ADN -relata el autor-, ella se dio cuenta, porque a pesar de las batas blancas con que la abordaron para disimular, consiguió ver la pistola de uno de los agentes».
Unos meses después, la abuela falleció. «En el féretro -detalla el libro-, el cuerpo iba acompañado de algunos objetos que pertenecían a Francisca: una medalla de costalera, un coletero y un cartel de desaparecida, ese que circula por todas partes en la región: hospitales, ayuntamientos, paradas de autobús, bibliotecas... El cartel iba manuscrito por detrás, me confiesa José Antonio, y a continuación me advierte de que no puede revelarme todo lo que allí está escrito, solo que aparece la frase 'Lucharé por encontrarte'».
Lucharé por encontrarte' pretende ayudar a quienes estén en una
situación parecida y que no se olvide el caso, aún sin resolver
Esta pelea se mantiene a día de hoy, pese a
la falta de noticias. La investigación policial no ha dado los
resultados esperados, una evidencia que ha generado malestar entre los
familiares. De forma contenida, José Antonio aludía a ello en el
discurso que tenía pensado leer en una concentración celebrada el año
pasado en Monesterio, de donde es Manuela Chavero, desaparecida desde el
4 de julio de 2016. Unos minutos antes de subir al estrado, el joven
habló con un mando de la Guardia Civil que trabajaba en el caso de su
madre. «Los términos de aquel breve parlamento -se explica- provocaron
una desazón en su ánimo que atenazó las pocas energías con las que
contaba para leer en público su breve comunicado solidario». Pero unas
semanas más tarde, el hijo pequeño encontró fuerzas para retocarlo y
publicarlo en su muro de Facebook. En uno de los párrafos, escribió: «Te
invaden los recuerdos de una desaparición que hasta a las propias
autoridades les está quedando grande. No me quiero ni imaginar cómo
deberán sentirse estos investigadores que dicen estar trabajando 24
horas los 365 días del año y no obtienen resultados. Es duro, pero más
duro es para nosotros».Fallos desde el principio
También Ana Galán, amiga de Francisca Cadenas que ejerce como abogada de la familia, es crítica en este sentido. «Creo que los investigadores no supieron llevar el caso desde el principio -se sincera con Covarsí-. Esa es mi opinión. Pero tampoco la primera jueza. ¡Incluso yo misma! Piensa: ¿cuántos casos de este tipo se dan en Extremadura al año, casos que requieran una verdadera investigación? Ninguno. Aquí, la criminalidad es baja, y lo que hay no tiene nada que ver con la muerte de personas. Si acaso, violencia de género, pero ahí no hay apenas nada que investigar. La inexperiencia ha jugado en contra de Francisca, e incluso de Manuela Chavero. Aquí nadie estaba preparado para asumir desapariciones de este tipo». Unas líneas después, la letrada se refiere a la situación actual. «La nueva jueza puedo asegurarte que está pendiente -dice-. La conozco desde hace años y sé que está encima. Aquí lo que ocurre es que no encuentran de dónde ir tirando. Al menos, eso es lo que yo creo, aunque no puedo afirmarlo a ciencia cierta, dado que está decretado el secreto de sumario y no nos enseñan nada».En este momento, la instrucción está interrumpida y el caso archivado provisionalmente. La falta de novedades va mermando las expectativas de la familia de Francis, como llamaban los más cercanos a Cadenas, «una muy buena persona, muy generosa con todos», según Ana Galán.
«Yo no pierdo la esperanza. Sigo esperando a mi Francis», dice Diego Meneses, el marido, que recuerda que al día siguiente de la desaparición fueron a Mérida a buscarla. «También estuvimos en Almendralejo, porque se empeñó este», dice señalando a su hijo José Antonio, que en un costado tiene tatuada, en números romanos, la fecha que le cambió la vida: IX-V-MMXVII. Y en su bíceps derecho, una frase en inglés: 'Neither the time or the distance can forget what the heart remember' (Ni el tiempo ni la distancia pueden hacer olvidar lo que el corazón recuerda).
TITULO: Trastos y tesoros - CANAL EXTREMADURA - Machos monteses a 11.000 euros la pieza ,.
Machos monteses a 11.000 euros la pieza,.
La reserva cinegética La Sierra sacará a subasta este año los derechos de caza sobre 53 ejempares,.
La normativa obliga a que la subasta se anuncie con antelación, y el texto que recoge los datos básicos se publicó hace unos días. Gracias a este documento se sabe que se podrá pujar por 53 lotes, es decir, para quedarse con los derechos sobre 53 animales. Se trata del cupo que la administración autonómica concede a los propietarios de fincas en la zona para que estos subasten las piezas, en compensación por las limitaciones de aprovechamiento de terreno que impone estar dentro de un espacio protegido.
Tres de esos 53 animales serán machos catalogados como A1, es decir, de más de doce años y con osamentas de al menos 235 puntos (esta cifra varía según la longitud, curvatura y perímetro de las bases de los cuernos). De 205 a 219,99 puntos se les cataloga como medallas de bronce, de 220 a 229,99 plata, y a partir de 230, oro. Es así en las zonas en las que se aplica el denominado baremo norte -también están el sur y el medio-, que incluye a la parte de la provincia de Cáceres situada del río Tajo hacia arriba.
Para la puja, el precio de salida de los A1, que son los más preciados, es de 4.950 euros más IVA
En concreto, son Tornavacas, Guijo de Santa
Bárbara, Jarandilla de la Vera, Losar de la Vera y Viandar de la Vera
los términos municipales que forman parte de la reserva de caza regional
La Sierra, que este año sacará a subasta esos tres ejemplares de machos
de cabra montés con un precio de salida de 4.950 euros, al que hay que
añadir el IVA. Y otros conceptos, porque hay que sumar varias tasas
públicas hasta alcanzar el precio de la pieza abatida.Lo previsible es que el próximo día 13, esos tres ejemplares, los más valiosos de la puja, se adjudiquen unos cientos de euros por encima de su precio de salida, y que quien los pague sea una orgánica, o sea, una de las empresas que organizan jornadas de caza, y que cuando de cazar en Gredos se trata, encuentran sus clientes en casi cualquier parte del mundo.
Esto queda claro al comprobar la lista de cazadores que han abatido machos de cabra montés entre los años 2006 y 2010 en este espacio cinegético que gestiona la Junta de Extremadura. El último Catálogo Nacional de Trofeos de Caza Mayor, basado en los datos de la Junta Nacional de Homologación de Trofeos de Caza, está salpicado de apellidos extranjeros: Hahn, Da Silva, Lawrence, William, Kujawa, Foss... También algunos nacionales conocidos, como Juan March de la Lastra, presidente de la Banca March. Y en un volumen anterior de esta misma publicación aparece el Rey Emérito Juan Carlos I, que el día de Año Nuevo de 2002 abatió un ejemplar de 286,39 puntos, el mejor que se ha cobrado en la reserva según esta publicación oficial.
El precio de una pieza así no baja de los diez mil euros. Porque a lo que hay que pagar para quedarse con el derecho a cazarlo (a partir de 4.950 euros más IVA este año, lo mismo que el anterior) hay que sumar las tasas públicas que fija el Gobierno regional, y que varían según la puntuación de la pieza. A más valiosa, más se paga en concepto de impuestos. Por un macho de cabra montés que supere los 260 puntos hay que darle al Gobierno regional 7.742,09 euros más IVA, según figura en las tablas oficiales. Sumados los impuestos y el precio de adjudicación en la subasta, se superan los trece mil euros.
Por un macho de más de 225 puntos hay que darle a la Junta 2.123 euros. Por uno superior a 230 puntos, 2.591 euros. Más de tres mil euros costará si supera los 235 puntos. Más de cuatro mil si sobrepasa los 243 puntos. Más de cinco si es puntuado por encima de 249. Y más de seis mil cuando recibe una nota que rebasa los 255.
El resto
Además de los tres ejemplares A1, el mes que viene en Jarandilla se subastarán también 13 machos A2, que son aquellos de al menos once años de edad y/o con un desarrollo de medio a bajo para su edad, puntuados con entre 215 y 235 puntos. Su precio de inicio será de 3.200 euros, que son 300 más que en la convocatoria pública de hace un año.También se podrá pujar por 16 ejemplares de la categoría A3 (al menos nueve años pero menos de once), con un precio de salida de 1.600 euros por animal. Y por 21 machos monteses B1, a 990 como precio base para la subasta. En todos los casos son montantes sin IVA. Los adjudicatarios abatirán sus piezas entre el 1 de septiembre de este año y el 30 de abril de 2020.
Igualmente, el 13 de abril se realizará el sorteo -en este punto no hay subasta, sino adjudicación al azar- de los derechos sobre 16 machos B3 y 29 hembras, por los que habrá que pagar, en el primer caso, 180 euros más la cuota complementaria más el IVA, y en el segundo, 270 euros más IVA.
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