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domingo, 1 de mayo de 2022

Juego de Niños - Aprendiendo a tocar las campanas como antes ,. Sábado -7- Mayo ,. / LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE - La prueba de enduro volverá al centro de la ciudad el 30 de enero ,. / EL CLUB COMEDIA - Lo que no quieren escuchar,.

             TITULO:  Juego de Niños - Aprendiendo a tocar las campanas como antes  ,. Sábado - 7- Mayo,.

Juegos de niños,.

  Sabado   - 7- Mayo a las 22:00 por La 1, foto,.

 Juego  -     Aprendiendo a tocar las campanas como antes ,.

Aprendiendo a tocar las campanas como antes ,.

«Me encantaría tocar las de San Esteban», dice Gabriel Rivera, que enseñó su manejo este domingo en Montehermoso,.



Sobre la una de la tarde del pasado jueves, sonaron las campanas de la ermita de la Virgen del Puerto de Plasencia. Las tocó a mano, como se hizo toda la vida, Gabriel Rivera, de 17 años, de los Rivera de Montehermoso, la familia que lleva cinco generaciones fabricando campanas y haciéndolas llegar a medio mundo. La que hace unas semanas, localidad, municipio o comarca, a través de un canal y utilizando el tan característico código que ahora pocos saben interpretar. Para que no se pierda la tradición, está Villavante. Esta localidad leonesa, perteneciente al municipio de Santa Marina del Rey mantiene una de las pocas escuelas de campaneros que hay en España. Y cada año, y ya van 22, celebra el tradicional Encuentro de Campaneros, donde se dan cita los mejores, aunque los que entienden aseguran que en el arte del repique, nadie es mejor que nadie, lo importante “es la fe” con la que se tocan las campanas.

Y aseguran que la tradición del campanero no va a morir, al menos de momento. Hay mucho joven que se atreve con toques ‘a fiesta’, ‘a alborada’, ‘a fuego’ o ‘a muerto’, sea mujer, hombre o niño, que dicen que es el más triste sonido que alguien puede escuchar. También para espantar la nube, un repique que hace tan sólo un año se pudo escuchar desde el campanario de Villavante, porque así quiso la climatología que fuera necesario. Porque en esta localidad leonesa aún suenan las campanas porque hay campaneros que las tocan.

Puede ser la cuna de este arte. Villavante tiene ‘cantera’ y cuenta con verdaderos maestros del repique, que con tan solo 18 años de edad, hablan de esta tradición centenaria como su la hubieran mamado. Es el caso de Jorge Juan Fernández, apenas mayor de edad, pero todo un experto. Aprendió a tocar las campanas a los cinco años y pronto fue campanero. “Me entró la curiosidad en la escuela”, asegura. Y desde entonces, tiempo tras tiempo, repique tras repique, soga tras soga matilleando el badajo contra el vaso él aprendió lo que nadie es capaz de aprender, que no es otra cosa que a tener personalidad a la hora de hacer las funciones de campanero.

“Eso es lo más importante, tener personalidad. Ningún campanero toca igual a otro aunque cuando uno toca lo haga de una forma parecida a lo que le enseñó su maestro. Pero el tiempo va haciendo que tú toques como tienes que tocar”, comenta el joven. “Los toques no se rigen por ningún canon”.Así es como se aprende. En su caso, con el maestro campanero de Villavante y después con el paso del tiempo. Y así se llega a tocar a muerte de mujer, donde se utilizan campanas pequeñas de sonios agudos que evocan la voz femenina”; o a hombre, con campanas grandes y graves; o a niño. También para hacer que la nube se vaya y no arroje la piedra sobre los cultivos de los agricultores en una zona de la provincia de León, como en la mayoría, en la que la supervivencia de la población dependía en gran parte de lo que produjera la tierra.

“Aquí hay mucho de creencias religiosas. Las campanas son de Santa Bárbara y dice que así se va la piedra, pero también la ciencia dice que las ondas al tocar las campanas hacen que la nube se vaya”, explica Jorge Juan Fernández que, además, es el portavoz de la Asociación de Campaneros de Villavante.

Pero sin duda, el sonido más bonito que puede evocar una campana al doblar es el toque ‘a fiesta’ que, a su vez, “es el más difícil” porque la rapidez en los movimientos y porque es todo el cuerpo el que debe llevar un ritmo casi incapaz de poder coordinarse para que la melodía pueda ser recibida por los oyentes. O a fuego, donde una misma persona puede llegar a tocar dos campanas a la vez, por lo que la coordinación es sumamente importante.

La Escuela de Campaneros

En el año 1986, con el objetivo de recuperar las tradiciones artísticas más destacables del pueblo de Villavante se creó la Escuela de Campaneros. Para ello se hicieron diversos estudios iniciados por el Instituto Leonés de Cultura, maestros de música y vecinos del pueblo que intentaban con diversas aportaciones e ideas la creación de una escuela en la que niños, jóvenes y adultos tuvieran plaza en ella para la pronta recuperación de antiguos repiques de campanas.

Hoy día es una escuela "única" en España, que mantiene viva la tradición entre grandes y pequeños no solo en de la localidad leonesa y del municipio en el que se encuadra, si no también atendiendo las demandas de aprendizaje de palentinos y zamoranos, o incluso de casos como el de un profesor de música de León que asistía varias horas a la semana a las clases de campanero.Los alumnos ensayan en un campanario móvil los días establecidos por la escuela para llevar a cabo las prácticas, que se realizan dependiendo del nivel de cada campanero. Y son alumnos muchos de ellos jóvenes, pero también otros que rondan los 80 años de edad, pero a que pesar de ello sienten tanta vida que quieren aportar parte de la que tienen para regalársela a una campana.            

De todas partes

Por su parte, el presidente de la Asociación de Campaneros de Villavante, Julián Villadangas, ha explicado que a la cita acuden campaneros de todas las edades de lugares como Zamora, Palencia, el Bierzo y, por su puesto, de la mayoría de lugares de la provincia de León. Incluso hay un representante de Barcelona “que ya lleva unos cuantos años viniendo”.

Y el más pequeño, un niño zamorano de 9 años, que ya participó en la edición pasada de este Encuentro de Campaneros de Villavante y que este año ha repetido con la misma profesionalidad que por aquel entonces, con la misma, prácticamente, que la que tienen los más veteranos.

Ahora solo queda esperar tres años. Será entonces cuando Villavante saque sus galas para celebrar las Bodas de Plata de este Encuentro de Campaneros. Pero para ello necesitan dinero. Desde la asociación piden a las instituciones que se involucren algo más de lo que lo hacen para poder hacer de esa fecha un punto de referencia en todo el mundo en este noble arte. Para las campanas tenga, durante mucho tiempo, por quién doblar.

 TITULO:  LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE - 

 La prueba de enduro volverá al centro de la ciudad el 30 de enero,.

 LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE -  

 La prueba de enduro volverá al centro de la ciudad el 30 de enero, fotos,.


La prueba de enduro volverá al centro de la ciudad el 30 de enero,.

Esta iniciativa se unirá a otras grandes citas deportivas que ya hay cerradas,.



La ciudad contará con diversas citas deportivas de calado en 2022. Una de ellas llegará el 30 de enero, con el regreso de la prueba ciclista de enduro. Será su VI edición y convertirá, de nuevo, la parte antigua y el centro del municipio en un circuito con descensos llamativos. Está organizada por la Asociación Ciclista Francisco Pizarro y 'CSR a dos ruedas', con el apoyo del Ayuntamiento. Se espera una participación parecida a su última edición, que tuvo lugar justo antes del inicio de la crisis sanitaria, con cerca de 120 corredores.


La prueba contará con cinco tramos cronometrados, que partirán todos ellos desde el castillo. Tres de ellos descenderán por el berrocal trujillano hasta Huertas de la Magdalena. Para ello, los organizadores llevan a cabo la limpieza y mantenimiento de callejas y caminos de la zona. Además, se contará con el tramo urbano, que irá desde la alcazaba hasta el paseo Ruiz de Mendoza, atravesando la plaza Mayor y bajando por sus escalinatas, que suele ser muy vistoso. Este recorrido se hará dos veces.


Uno de los promotores, Manuel Plaza, explica que, además de los corredores adultos en las categorías de junior a master 60, se quiere seguir potenciando el deporte base en esta modalidad. Por ello, habrá una prueba para menores de 8 a 15 años, que harán el tramo urbano. Otra de las novedades es que el 'centro neurálgico' de este enduro estará situado en la plaza Mayor y no en el paseo Ruiz de Mendoza, como era habitual en ediciones anteriores.

Aportación a la ciudad

Plaza resalta también que esta prueba supone un aporte más para la ciudad, ya que puede movilizar, de forma directa, a cerca de 300 personas. Explica que la mayoría de los corredores, que suele llegar acompañados, está en la ciudad un día antes para supervisar y entrenar los tramos. Este hecho hace que deban pernoctar y comer en el municipio. Además, es una forma de acercar el deporte a la ciudadanía. Por ello, pide, además de la colaboración, que se disfrute de un espectáculo más.

Junto a esta propuesta, la Concejalía de Deportes ya tiene cerradas otras citas deportivas. Según la edil delegada, Gabriela Carvajal, la ciudad acogerá el Trofeo Diputación de Kárate. También recuerda que se tiene la intención de llevar a cabo el campeonato nacional de orientación suspendido en 2020. Asimismo, se volverá a celebrar el duatlón, así como el cross ciudad de Trujillo y la subida de ciclismo al castillo. Todo ello se unirá a la llegada de la Vuelta a España el 8 de septiembre.

  TITULO:  EL CLUB COMEDIA    - Lo que no quieren escuchar,.


 Lo que no quieren escuchar,.

José Sacristán y la memoria del amor,.

«Si hay alguien que decide que yo merezco un premio, lo celebro y lo agradezco, pero es temerario vivir pendiente de los premios».

foto / Señora de rojo sobre fondo gris (1991), de Miguel Delibes, representa, para Andrés Trapiello, la obra «de un hombre viejo». La novela de Delibes, así como su adaptación teatral, escrita e interpretada por José Sacristán, supone el largo monólogo de un hombre que sufre la pérdida de su mujer a causa de una enfermedad. La Señora de rojo, la mujer «que con su sola presencia aligeraba la pesadumbre de vivir», es, en parte, «el retrato y el homenaje a la mujer del novelista, arrancada de su lado por una muerte prematura que sumió a Delibes en el más profundo y persistente de los desconsuelos». A pesar de la mínima acción narrada, conforme avanza la trama, lector y espectador aprenden a sobrellevar la soledad, en su condición de supervivientes, tamizada por la lengua del escritor vallisoletano, áspera y clara, llena de palabras que sacian sin ostentación y que «nos sobrevivirán y hablarán de nosotros y de nuestro tiempo mejor que pudiéramos haberlo hecho nosotros, y mejor que lo hizo nuestro propio tiempo», según Trapiello.

José Sacristán es uno de los actores más grandes de la historia de nuestro cine. Su rostro y su voz forman parte de nuestra memoria colectiva, de tantos personajes inolvidables que ha interpretado con verdadera entrega y pasión. En el camino queda la nostalgia de «cómo hizo para pasar de ser desterrado de su pueblo a convertirse en hijo predilecto del mismo, de pasar hambre a comerse el mundo llenando las carteleras de la Gran Vía o de ver a su padre comunista, encarcelado y humillado, durante la dictadura franquista, a escuchar cómo un rey le pidió un abrazo», tal y como le contó al periodista Carlos del Amor, hace algunas semanas, en el programa televisivo La matemática del espejo.

Para La tinta entre tus dedos hablar con Pepe Sacristán, con motivo de su reciente representación de Señora de rojo sobre fondo gris, en el Auditorio Ciudad de León, ha supuesto encontrarnos con un cercano y excepcional conversador.

Se reencuentra usted con la novela de un viejo amigo, Miguel Delibes, y lo hace para poner piel y corazón a una historia desgarradora y autobiográfica. ¿Dónde radica la esencia de Señora de rojo sobre fondo gris?

La esencia se encuentra en el principio moral que alimenta casi toda la obra de Miguel Delibes. La sinceridad de la mirada sobre la condición humana proyectada sobre el amor, la muerte, la dignidad y el respeto. Una mirada singular sobre nosotros mismos que se encuentra alimentada por el propio dolor. Lo que predomina en la obra es ese minucioso cuidado de atención hacia el ser humano con palabras que son herramientas que se pueden usar para «echar una mano» al que más lo necesita, por así decirlo, ya sea económica, física o espiritualmente. Creo que esta obra es la exaltación de la memoria del amor, pues mientras somos recordados no desaparecemos. Frente a la llegada implacable de la muerte, la memoria del amor puede llevarnos a vencerla.

- ¿Con cada función teatral le brinda un homenaje a Delibes?

La obra ha tenido un recorrido particular. Coincidió que Señora de rojo sobre fondo gris se publicó mientras me preparaba para interpretar al personaje de Pacífico Pérez en Las guerras de nuestros antepasados, escrita también por Delibes. Me quedé fascinado con la novela, pero Miguel no quería dar los derechos, ni para el teatro ni para el cine, porque él no quería que nadie le pusiera cara a Nicolás, el protagonista, porque ni siquiera él le había puesto la suya. Pasaron muchos años hasta que autorizó una lectura dramatizada de un par de pasajes de la novela en un seminario que se realizó en Valladolid.

No voy a decir que este homenaje que le brindo sea en contra de su voluntad; la autorización de sus hijos ha ido acompañada de una sentida emoción. Sé que Miguel no quería que esto se contara, pero estoy convencido de que la aproximación que hemos hecho al texto y mi forma de darlo a conocer sí serían aprobados por Miguel, quien aceptaría de buen grado este homenaje que, personalmente, le hago en cada una de las representaciones.

La noche del estreno, uno de los hijos de Delibes me dijo que, en el consejo familiar, él mismo se había negado a que la novela se representara porque su padre no lo había autorizado, pero también me confesó que venía a darme las gracias porque esa noche es como si hubiera vuelto a ver a su madre. A lo largo de estos más de tres años que llevo haciendo la función, ha desfilado, como yo digo, «toda la tribu Delibes», que es muy numerosa, y todos y cada uno de ellos, al margen de la felicitación a mi trabajo como actor, celebran este homenaje que les brindo con emoción y respeto.

- ¿Cómo ha sido el proceso de adaptación de Señora de rojo sobre fondo gris? ¿Cómo se ha adaptado el texto narrativo al texto dramático?

La línea de la adaptación teatral la marcó Pepe Sámano, que, lamentablemente, falleció poco tiempo después del estreno de la obra en Barcelona. Yo tenía una versión que se la presenté a Pepe, porque él había desestimado ya este proyecto. Me llena de alegría, dentro del dolor de su muerte, el hecho de que le convencí para poner esto en marcha.

El texto teatral prescinde de muchas partes de la novela para poder realizar la adaptación. Ese saltar por encima de pasajes tan bellos y tiernos es inevitable; pero hay que tener muy presente la diferencia entre un lector y un espectador.

- Nicolás, el personaje que usted interpreta, dice: «Ninguno de los dos era sincero, pero lo fingíamos y ambos aceptábamos, de antemano, la simulación. Pero las más veces, callábamos. Nos bastaba con mirarnos y sabernos. Nada nos importaban los silencios». ¿Cuánto comunica un actor a través de los silencios o qué tipo de complicidad se establece entre ellos y el espectador?

Los silencios son formidables y en esta obra son de obligado cumplimiento. En la obra existe una musicalidad, un ritmo y una cadencia especiales. Miguel tenía un don para ordenar las palabras. Cuando yo empezaba en este oficio se decía que lo importante en el teatro no es hablar sino escuchar. Por lo tanto, callar es muy importante.

- En 2020, durante la presentación de Señora de rojo sobre fondo gris, anunció que esta sería su gira de despedida de los escenarios…

En realidad, lo que dije fue que iba a ser muy difícil encontrar otro texto como el de Delibes y que lo más sensato sería ir pensando en quedarme más tiempo en mi casa, aunque no quiere decir que la representación de esta obra suponga mi retirada profesional, mientras la edad y la salud me permitan seguir jugando a esto.

- ¿Qué tiene de especial un escenario de teatro frente a un set de rodaje?

Son diferentes, pero no establezco jerarquías. El escenario tiene la ventaja de la continuidad de la acción. En el teatro no se puede parar una representación porque delante tienes sentados a los espectadores. No obstante, le tengo gran respeto a una cámara. Con una buena historia, un buen personaje y unos buenos compañeros, el medio y el género me son indiferentes.

- Como docentes que intentamos insuflar a nuestros alumnos el hábito de la lectura, pero también la afición por el teatro, ¿qué consejo nos daría para poder atraer al público joven hacia el teatro?

Es muy difícil aconsejar en este tema. Depende de la voluntad de cada uno. Lamentablemente, la educación, en general, en nuestro país no goza de buena salud. Ojalá la música, el cine, el teatro, la literatura… formaran parte de asignaturas que familiarizaran a los estudiantes con estos actos culturales. Quiero daros a todos los docentes un abrazo solidario por vuestro esfuerzo sobrehumano. No me atrevo a aconsejar, pero sí que recomendaría que no hay que precipitar el momento de descubrir el teatro a los más jóvenes.

- Además del Premio Goya de Honor que recibe este sábado, ha recibido el Premio Cóndor de Plata al mejor actor de reparto en 1993, ha sido en dos ocasiones Concha de Plata al mejor actor, en 1978 y 2012, ha recibido la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes en 2001, el Premio Goya al mejor actor protagonista en 2012, el Premio Feroz de Honor en 2014, el Premio Nacional de Cinematografía en 2021…, ¿cómo valora un actor como usted el universo de los Premios?

Sé que me dedico a algo que no es competitivo. Si hay alguien que decide que yo merezco un premio, lo celebro y lo agradezco, pero es temerario vivir pendiente de los premios. Aprendí de mi maestro y amigo Fernán Gómez que la mayor medida del éxito, en un oficio como este, en un país como este, es la continuidad en el trabajo. Tengo otros premios, como el Demetrio Pisondera, que recibí en Torrelavega, o la Rosa del Azafrán de La Solana, que también recuerdo y guardo con gran cariño, al igual que los que me habéis mencionado, independientemente de que sean más o menos conocidos.

- El filósofo Fernando Savater, cuando falleció su mujer, Sara Torres, dijo que «la alegría se reconoce por el sonido que hace al marcharse». ¿Cree usted que los espectadores entendemos mejor la vida cuando salimos de la función?

(Risas). No me atrevo a afirmarlo de manera rotunda. Con otras obras de contenido similar o que encierran algún tipo de consejo –no me atrevo a decir «mensaje», porque no me gusta convertir el escenario en una tribuna o en un púlpito−, sí que me gusta pensar en el poder transformador del teatro. Si la cultura, el arte y la belleza pudiesen de verdad transformar el mundo, no estaríamos como estamos, pero, lamentablemente, parafraseando a Albert Camus, «hay quien hace la historia y hay quien la padece». De cualquier manera, esa pequeña parcela de hacer meditar o reflexionar, de poner transformar a alguien, durante el tiempo que dura la función, lo celebro. Lo que reivindico, por encima de todo, es que debemos jugar un rato a hacer que somos lo que no somos, y que de esta peripecia saquemos alguna enseñanza, conclusión o diversión, en función de la comunión aceptada previamente entre el actor y el espectador. Ese juego es esencial para quien simula ser quien no es sobre las tablas de un escenario.

- Muchas gracias, José, nos volveremos a ver en el teatro, siempre en el teatro…

A vosotras. Agradezco mucho la entrevista que acabáis de realizarme.




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