BLOC CULTURAL,

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domingo, 17 de abril de 2022

Un país en la mochila - Laura González, la interiorista que resucita el alma de los espacios . / AQUI HAY TRABAJO - El Reino Unido multa a Facebook por violar las reglas de competencia,. / 80 cm - De Oriente Próximo a México, la gastronomía como nexo entre culturas,.

            TITULO: Un país en la mochila - Laura González, la interiorista que resucita el alma de los espacios,.

Laura González, la interiorista que resucita el alma de los espacios,.

Restaurantes, hoteles, tiendas de firmas de lujo internacional o residencias de particulares, el nuevo chic francés tiene el sello de Laura González.

foto / Laura González (París, 1983) intuye que todo empezó en la habitación de su niñez. Tenía las paredes tapizadas con telas de flores de la firma francesa Pierre Frey y, cuando no podía dormir, contaba los enormes pétalos de colores y las abejas dibujadas en ellas. “Cuando Pierre Frey me llamó para crear el interiorismo de su showroom en la feria Paris Déco Off, le conté que todos los sueños de mi infancia los había tenido con su tejido. ¡Todo comenzó ahí!”, asegura a través de videoconferencia desde su casa parisiense. Pero también influyó en ella la educación que recibió de sus padres, una gallega y un pied noir argelino de origen español e italiano que se conocieron en el Bus Palladium, mítico club nocturno de París que años más tarde catapultaría a la fama a su única hija.

González ha resucitado el alma de varios restaurantes emblemáticos parisienses, como Lapérouse, del año 1766, y de espacios legendarios de la altura del hotel Saint James, de 1892, el château de lujo que reabrió sus puertas en el distrito 16 de la capital francesa en julio de 2021. También ha dado vida a tiendas de Cartier en Nueva York o Dubái. Ha creado residencias de particulares y desde hace unos años da rienda suelta a su creatividad con su exitosa línea de mobiliario. En 2019 fue nombrada diseñadora del año en el prestigioso salón internacional Maison & Objet.

Su primer trabajo lo consiguió cuando aún estudiaba quinto en la Escuela Nacional Superior de Arquitectura París-Malaquais. Un amigo le ofreció la reforma de una tienda. “Tenía 23 años, me pagó con un ipod y yo tan contenta”, recuerda. Después, otros amigos le confiaron la decoración de sus apartamentos y, antes de terminar la licenciatura, tenía tres proyectos encima de la mesa y otra persona trabajando con ella.

A los 26 reformó el Bus Palladium, el local donde comenzó la historia de sus padres y la suya como interiorista de renombre. “Fue un éxito. Era un proyecto muy grande para mí. Tenía 700 metros y había noches que me quedaba tumbada en sus sofás dibujando, averiguando la estructura del espacio. Tuve poco tiempo, pero aproveché la oportunidad para expresarme con muchos tejidos y colores. Ahí empecé a desarrollar mi estilo”, recuerda. De esto han transcurrido 13 años, en los que ha llevado a cabo más de 300 proyectos. En el último lustro ha pasado de 10 a 30 trabajadores en su estudio. Ahora tiene 15 reformas entre manos y acaba de inaugurar una galería en París (3 Rue de Lille, Laura González, La Galerie) en la que se exhiben sus muebles y en cuyo proyecto ha colaborado con la prestigiosa firma de tejidos Schumacher.

González habla rápido en español, introduce palabras en francés e inglés, y, cuando mueve las manos, un puñado de pulseras bailan alrededor de sus muñecas. “Siempre he llevado muchas pulseras y collares. De niña, cuando me metía en el mar, mi padre me decía que me iba a hundir con todo lo que llevaba encima”, cuenta entre risas. De su infancia en el sur de Francia recuerda el mar, las visitas con sus padres a los anticuarios, a las galerías de arte, y cómo le inculcaron el amor por la belleza, algo que procura replicar con sus hijos (tiene tres). “Voy todas las semanas con ellos a los mercadillos. Me gusta encontrar tesoros. No tienen por qué ser caros, a veces compro objetos de cinco euros. Mis hijos nunca quieren acompañarme, pero una vez allí siempre encuentran algo. Se lo compro antes que un juguete de plástico. Al juguete dejan de prestarle atención al rato, mientras que su hallazgo lo meten en una cajita y lo miran como un tesoro”, cuenta.

Otra de las cosas que más disfruta es el proceso de documentación. “Antes de dibujar los espacios, buscamos lo que ocurrió en ese lugar, estudiamos la arquitectura del edificio e investigamos hasta tener una historia que contar”, explica. “Debo tener ese trabajo previo hasta sentir el alma del proyecto, tirar del hilo y lograr hacer algo diferente. Nunca repito nada”, admite. El mejor ejemplo es la reforma del hotel Saint James. “Me costó darme cuenta de que la clave era su arquitectura. Pero encontramos los planos antiguos y detalles que no se veían, como el suelo de inspiración griega. Dejamos el protagonismo al lugar. Ahora entras en el lobby y alucinas con su altura de 20 metros, eclipsada antes por su intensa decoración”, describe. “Lo que me gusta es coger lugares antiguos que tuvieron mucha vida y devolvérsela”. Y para lograrlo, ella y su equipo colaboran con artesanos del lugar. “Son la originalidad y la creatividad. En Francia valoramos mucho a nuestros artesanos”, afirma. Cuando aborda un proyecto internacional, también busca a los mejores del lugar. “Antes las grandes firmas jugaban con un concepto y lo repetían en todas sus tiendas. Era la globalización del lujo. Ahora, por ejemplo, en Cartier quieren que cada tienda se identifique con la cultura del país. Ser único es el verdadero lujo y para ello hay que contar con artesanos. Hemos pasado de la ostentación a poner en valor la mano experta”.

González reconoce que construir no está entre sus prioridades, aunque el primer paso en esa dirección ya lo ha dado. En la Expo 2020 de Dubái diseñó la fachada del Pabellón de la Mujer de Cartier. “Es una reflexión sobre el papel de las mujeres que impulsan el cambio en el mundo”, afirma con pasión la interiorista del momento, la misma que no repite fórmu­las y la que está deseando que su abuela gallega lea esta entrevista. “Tiene 95 años y está súper en forma. Cuida su jardín, viaja…”, dice. Está claro de dónde le viene a Laura la energía.


TITULO:  AQUI HAY TRABAJO - El Reino Unido multa a Facebook por violar las reglas de competencia,.


El Reino Unido multa a Facebook por violar las reglas de competencia,.

El Reino Unido multa a Facebook con casi 60 millones de euros por incumplir las reglas de competencia en la compra de Giphy,.

El regulador considera que la red social violó una orden que le impedía integrar la herramienta de ‘gifs’ hasta que terminara una investigación sobre la adquisición de la compañía, foto.

La Autoridad de Competencia y de Mercados del Reino Unido (CMA, por sus siglas en inglés) ha multado este miércoles a la red social Facebook con 50,5 millones de libras (59,7 millones de euros) por incumplir una orden impuesta por el regulador de competencia británico durante su investigación sobre la compra de Giphy, la herramienta más conocida de creación de gifs —vídeos cortos que se repiten en bucle—, según ha avanzado el diario The Guardian.

La CMA inició una investigación en profundidad el pasado mes de abril sobre la adquisición de Giphy por parte de Facebook por valor de 344 millones de euros a principios de este año. El regulador británico temía que la compra de la herramienta de gifs por parte de la compañía de Mark Zuckerberg pudiera llevar a una reducción en el suministro de estos vídeos a otras redes sociales que no forman parte de Facebook, como son Snapchat, TikTok y Gorjeo.

Según la CMA, el gigante tecnológico se negó “de forma deliberada” a proporcionar información durante la investigación que demostrara que estaba incumpliendo una orden de ejecución inicial (IEO, en sus siglas en inglés) por la cual cualquier empresa debe detener la integración de un negocio que ha sido adquirido —en este caso Giphy— y permitirle competir como lo estaba haciendo antes de la fusión hasta que el regulador termine la investigación. “Esto debe servir como una advertencia para cualquier empresa que piense que está por encima de la ley”, ha dicho Joel Bamford, director de fusiones de la Autoridad de Competencia y de Mercados del Reino Unido. “Advertimos a Facebook de que su negativa a proporcionarnos información importante era un incumplimiento de la orden, pero, incluso después de perder su apelación en dos tribunales separados, Facebook siguió ignorando sus obligaciones legales”, ha añadido Bamford, informa The Guardian.

La multa de la CMA llega en un momento complicado para la reputación de Facebook y cuando la red social planea cambiar la marca de la empresa con un nuevo nombre la próxima semana, según el medio especializado The Verge, que cita una fuente con conocimiento directo del asunto. La compañía se encuentra bajo el escrutinio de los reguladores por sus prácticas de moderación de contenidos y los daños asociados a la red social después de que una extrabajadora mostrara miles de documentos internos que reflejan que Facebook trabaja con algoritmos que alientan una discordia que a veces cuesta vidas, que sus herramientas están diseñadas para crear dependencia y aumentar el consumo o que la empresa no trata por igual a sus más de 3.000 millones de usuarios.


TITULO: 80 cm -De Oriente Próximo a México, la gastronomía como nexo entre culturas,. 


De Oriente Próximo a México, la gastronomía como nexo entre culturas,. 


foto / A simple vista se muestra como una cordillera abrupta dominada por vertientes escarpadas y vencida en algunas zonas por angostas pistas y carreteras. Un inventario de colores verdes de monte bajo y árboles entre rasgos propios del relieve alpino dibuja un paisaje que acoge algo de nieve. Se distinguen abetos, hayas y robles, en un paraje de montaña que podría hacernos pensar que estamos en algún punto de los Pirineos o los Alpes si no fuese porque la silueta de unos cedros nos revela que nos encontramos en Monte Líbano, refugio de los maronitas, una de las minorías cristianas del puzle libanés. Poca gente asocia este país con cumbres accidentadas cubiertas de nieve, a pesar de que su geografía cuenta con una cordillera montañosa que atraviesa de noreste a sudeste. Y si esto sucede con Oriente Próximo, ni que decir tiene que vincular un Estado del centro de México con cerros nevados parece igualmente difícil.

La vista de Puebla la ocupan cañadas y serranías. Pese a ello, en el parque nacional Izta-Popo Zoquiapan, entre espléndidos bosques de pino, encino y oyamel, se alzan los volcanes Popocatépetl y Iztaccíhuatl, en cuyas cumbres habitan glaciares perennes. Cerca de ahí está Puebla. Pasear por su centro histórico es un viaje en el tiempo. La cocina poblana cuenta con varias recetas consideradas platos nacionales: chiles en nogada, mole poblano o mole de caderas, aun cuando la cotidianidad se resuelve en la calle con las celebradas chalupas y cemitas o los populares tacos al pastor. Si el patriotismo es el amor por las buenas cosas que comimos en la niñez, sostenía el escritor chino Lin Yutang, junto a banderas e himnos, el sentido de pertenencia de los pueblos se resuelve en el paladar. Saborear unos tacos al pastor es percibir la idiosincrasia mexicana, un indicio de la fructífera historia de un país que no solo se reconoce en la expresión de sus 68 pueblos indígenas, sino en las aportaciones que distintas culturas han ido proporcionándole. En innumerables ocasiones, la comida hermana lo que la política o la religión distancian.

Los enfrentamientos confesionales, las purgas étnicas y las persecuciones ideológicas provocaron la llegada a Latinoamérica de oleadas de refugiados libaneses y sirios desde mediados del siglo XIX. Durante la etapa de dominio del Imperio otomano, antes de que este fuera derrocado tras la I Guerra Mundial, los cristianos maronitas libaneses de Monte Líbano fueron azotados con una hambruna tras un aislamiento por parte del Ejército turco. Muchos de los que pudieron escapar se establecieron en la península de Yucatán, en los puertos de Veracruz y Tampico. Desde entonces, los flujos migratorios prosiguieron coincidiendo con las distintas crisis, tensiones y oportunidades sobrevenidas en la región, atraídos por las iniciativas de desarrollo de Porfirio Díaz, que promovía la inmigración extranjera. En los años treinta, la afluencia libanesa se repartió adicionalmente por otras zonas de México, entre ellas, Puebla.

Es en esta ciudad donde el shawarma árabe mutó a una fórmula más acorde con el gusto mexicano. La carne de cordero se intercambió por la de cerdo; el pan de pita, por tortillas de maíz; el vinagre, por limón, y las exuberantes especias que componen el baharat, por chile y achiote. Probablemente, en el momento en que la gente hace suya una receta y esta coexiste en la rutina de varias generaciones se acaba filtrando en el territorio de lo cotidiano y, luego, en la tradición. Hoy día el rollo de carne prensada dando vueltas en un asador vertical es una de las estampas más célebres de las calles poblanas, al igual que las capillas y parroquias. A Puebla se la conoce como la ciudad de las iglesias. Dos elementos, una creencia y una elaboración de Oriente Próximo, se han transformado con el tiempo en manifestaciones de la mexicanidad. En los alimentos, como en la muerte, sentimos la esencial fraternidad de la humanidad, afirmaba Lin Yutang. Pues eso.

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