TITULO: Metrópolis - Suzanne Lacy ,.
El lunes -8- Marzo , los lunes a partir de las 00:30, en La2, foto,.
Metrópolis - Suzanne Lacy,.
Esta semana dedicamos la emisión a la
artista estadounidense Suzanne Lacy (Wasco, Estados Unidos, 1945), que
ha centrado su práctica artística en la Performance, el Arte
colaborativo y el Feminismo, durante cinco décadas.
En el CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla se puede
ver: Asociaciones inevitables, una exposición retrospectiva que
sintetiza su obra, desde los años 70 hasta la actualidad.
Las instalaciones y los audiovisuales de Lacy dialogan a la perfección
con el magnético espacio de la Cartuja sevillana. Una de las
peculiaridades de esta muestra es recuperar algunos trabajos históricos
de la artista, así como presentar el proyecto inédito “Lecciones de
papá” y otro nunca más expuesto tras su realización: “Notas sobre el
cáncer”.
Suzanne nos concedió una entrevista virtual en plena pandemia, pues la
crisis sanitaria le impidió viajar a su exposición. En esta
conversación, reafirma la necesidad de hacer un arte comprometido en el
que la creación de redes entre las mujeres es fundamental.
TITULO:
Retratos con alma -Elisa Mora devuelve su esplendor a 'La condesa de Chinchón', «el mejor retrato de Goya» ,.
La periodista Isabel Gemio regresa a la televisión para presentar 'Retratos con alma', el nuevo programa producido por RTVE en colaboración,.
Lunes-8- Marzo a las 22:40 horas en La 1 / foto.
Elisa Mora devuelve su esplendor a 'La condesa de Chinchón', «el mejor retrato de Goya» ,.
Goya sentía especial predilección por la modelo cuando pintó su retrato. "La conocía desde que era pequeña y le tenía mucho cariño", dice la restauradora que acaba de dar nueva vida a la obra, Elisa Mora. Hablamos de La condesa de Chinchón, una de las pinturas del maestro aragonés más admiradas y codiciadas. La dulzura en el rostro de la retratada, su sonrisa tímida y la historia que el cuadro tiene detrás llamaron desde siempre la atención de no pocos coleccionistas y museos.
La restauración del lienzo, iniciada en enero pero interrumpida por la pandemia, se presentó este miércoles en el Prado después de unos seis meses de trabajos de estudio y reparación efectiva del lienzo, ahora tan luminoso y lleno de matices como cuando el artista lo pintó.
La dulzura de la retratada, su sonrisa tímida y la historia que el cuadro tenía detrás llamaron desde siempre la atención de no pocos coleccionistas y museos
La retratada es María Teresa de Borbón y Vallabriga (1780-1820), hija del infante don Luis Antonio de Borbón, hermano de Carlos III, y de María Teresa de Vallabriga y Rozas. A la muerte de su padre en 1785, la entonces pequeña Teresa fue enviada con su hermana al convento de San Clemente de Toledo. De allí salió en 1797 para casarse con Godoy.
El matrimonio fue decidido por decreto de Carlos IV, tras ser consultada María Teresa, que tenía dieciséis años. Ella accedió a la boda, que venía a restablecer la armonía familiar de la casa de Borbón al tiempo que elevaba la posición de Godoy -hombre de confianza de los monarcas-, al emparentarle con ellos. El Príncipe de la Paz confesaría en sus Memorias que no había deseado el matrimonio, pero posteriores testimonios de María Teresa revelaron que con el tiempo el enlace resultó feliz, al menos para ella.
Goya pintó a la condesa cuando estaba embarazada por tercera vez, después de dos abortos, pero ya confiada en que en esta ocasión todo iría bien. Como así sería. El artista iluminó especialmente el vientre de la joven y destacó el tocado de espigas verdes con el que posó: un adorno muy de la época pero también un símbolo de fertilidad.
Goya pintó a la condesa cuando estaba embarazada por tercera vez, después de dos abortos, pero confiada en que en esta ocasión todo iría bien, como así fue
La restauración a cargo de Elisa Mora recupera el colorido, los matices "y sobre todo la profundidad" del cuadro gracias a la mayor visibilidad del fondo oscuro en el que Goya situó a la condesa. Lo más importante fue la limpieza del lienzo, explica la restauradora a La Vanguardia.
"La obra estaba bien conservada, pero acumulaba suciedad y restos de oxidación de barnices de los que se confeccionaban a base de resinas naturales", añade Mora. Esas impurezas impedían ver bien las calidades de la pintura, en particular "en las transparencia y los grises", así como en el tocado.
La obra presentaba un buen estado de conservación pero acumulaba suciedad y restos de oxidación de barnices naturales
Menos complicada fue la reparación de la tela y su soporte, ambos en buen estado general, con unas pocas salvedades: en primer lugar, hubo que actuar sobre tres parches que se habían aplicado en la parte de atrás para coser otros tantos pequeños rotos, parches que Mora remplazó mediante una técnica que combina el uso de hilo y pegamentos naturales; por otra parte, la restauradora hubo de tapar algunas pequeñas grietas con una cola especial que se hace penetrar en las fisuras a base de calor, para así taparlas; por último, la especialista arregló ciertos daños observados en las esquinas del cuadro por el empleo de cuñas de las que se utilizan para tensar los lienzos.
El Prado atesora esta pieza desde hace sólo veinte años. Pues fue en el 2000 cuando el Estado se hizo con ella, por 4.000 millones de pesetas (24 millones de euros). Gracias al carácter de "inexportable" que la pintura tenía en tanto que Bien de Interés Cultural, el Gobierno pudo ejercer su derecho preferente de compra cuando el coleccionista y empresario Juan Abelló, trataba de adquirir el óleo -por ese mismo precio-, a sus propietarios desde tiempos inmemoriales, los duques de Sueca, que lo tenían por herencia familiar.
Antes, habían sido numerosos y diversos los intentos de comprar el cuadro. El Prado se interesó por él desde poco después de la Guerra Civil, contienda durante la cual había sido trasladado a Ginebra (Suiza) junto con otra muchas obras de ese y otros museos españoles. Por aquellos años, el retrato también atrajo a al magnate armenio Calouste Gulbenkian, gran coleccionista a quien se debe el museo que lleva su nombre en Portugal.
El Prado adquirió la obra en el año 2000, por 24 millones, al ejercer su derecho preferente de compra cuando Juan Abelló trataba de hacerse con él
Más tarde se sucedieron ofertas de distintas instituciones, como se dijo que fue el caso del Museo J. Paul Getty de California -que habría ofrecido el equivalente a 36 millones de euros-, así como de la Academia de San Fernando de Madrid y la entidad bancaria Ibercaja. Ninguna de las propuestas tuvo éxito, afortunadamente para el Prado y por tanto para el público en general.
La reparación del lienzo sirve de colofón a la destacada carrera de Elisa Mora, autora de importantes restauración y ahora a punto de retirarse
La restauración de este lienzo de Goya es el último trabajo y colofón de la destacada carrera de Elisa Mora, responsable asimismo de la puesta a punto de obras como La carga de los Mamelucos y La familia de Carlos IV, también de Goya, o de El vino de la fiesta de San Martín, de Brueghel el Viejo. Mora, ganadora del Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales 2019 junto con sus compañeras Almudena Sánchez y Gemma García. se jubila el mes que viene- Y su trabajo en La condesa de Chinchón le ha proporcionado "una gran satisfacción", no sólo por marcar el fin de su trayectoria y el inicio de su descanso sino por tratarse de un retrato por el que siempre sintió "una inmensa admiración".
Goya
pintó este cuadro sobre el mismo lienzo en el que había retratado a
Godoy y a José Álvarez de Toledo, marqués de Villafranca y duque de Alba
consorte. Tal como se puso de manifiesto en la reflectografía
infrarroja efectuada hace años, después de la compra, el artista desechó
esos otros retratos, dio la vuelta al lienzo y entonces pintó a su
querida María Teresa de Borbón.
TITULO: DIAS DE TOROS - La plaza de toros de Almería ya es BIC ,.
La plaza de toros de Almería ya es BIC,.
La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico ha informado de su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz en la tipología de Monumento,.
fotos / La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico ha informado públicamente de la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA), como Bien de Interés Cultural (BIC) y con la tipología de Monumento, de la Plaza de Toros de Almería, según recoge el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía de este miércoles, 20 de enero de 2021.
Construido entre 1887 y 1888, el coso almeriense posee un valor artístico digno de protección, a través de la Dirección General de Patrimonio Histórico y Documental, «dada la variedad de estilos arquitectónicos empleados en su construcción, que lo dotan de una gran originalidad y un eclecticismo que se sale de la norma en este tipo de construcciones del mismo periodo, que responderían en su mayoría a la tradición neomudéjar de la arquitectura española del momento», ha destacado la Junta de Andalucía en una nota. Resalta igualmente la calidad de los materiales empleados y su procedencia almeriense, además del hecho de que «el uso destacado del hierro como nuevo material constructivo a finales del siglo XIX distinguen la peculiaridad del proyecto».
Obra del trabajo en común de dos grandes arquitectos del siglo XIX en Almería, Trinidad Cuartara y Enrique López Rull, su estilo expone con claridad dos peculiaridades: el lenguaje clasicista en su arquitectura, como ejemplifican la cantería visible, los arcos de medio punto, entablamentos, frontones y óculos; y la preocupación por lo decorativo que se demuestra en los paramentos que se adornan con franjas incisas horizontales, los paneles en resalto coloreados, las rafas de sillares en ángulo o las cadenas de ladrillo.
El expediente de la Dirección General de Patrimonio Histórico y Documental destaca la cabeza de un toro sobre elementos característicos de la lidia, «orlado con la leyenda 'Veragüa, Patilla y Miura' (míticas ganaderías que fueron estoqueadas en las primeras corridas), edificada sobre la clave del arco de la entrada principal como ejemplo de su eclecticismo, donde se conjugan elementos arquitectónicos muy dispares con elementos simbólicos».
Inaugurado en 1888 con una corrida de toros de Rafael Molina 'Lagartijo' y Luis Mazzantini, durante las fiestas de la Virgen del Mar, el edificio almeriense es, valoran desde la Administración andaluza, «una pieza clave del ensanche decimonónico de la ciudad y un elemento representativo conectado a través de tres grandes ejes almerienses relacionados con las tres portadas principales del coso taurino».
Su entorno
La calle Restoy, como gran arteria transversal de la trama ortogonal del ensanche obrero, permite el acceso a la puerta de sombra y le otorga una magnífica profundidad visual como cierre perspectivo. La avenida de Vilches, sólo completada y conectada con la calle Granada a mediados del siglo pasado, es un gran escenario de acceso a la portada principal. Por su parte, la portada de sol nunca tuvo una arteria importante de acceso por no urbanizarse la zona plenamente hasta la construcción en 1955 de unas viviendas sindicales y por la cercanía del Asilo de las Siervas de María, hoy desaparecido.
El edificio, que entra a formar parte del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz con la máxima figura de protección, ha servido, además, como escenario de espectáculos a lo largo de su historia, que lo configuran como lugar emblemático de la ciudad.
Las actividades alternativas que se han celebrado en la plaza de toros de Almería han sido diversas: circos ecuestres, compañías gimnásticas, concentración de bandas de música y conciertos, cinematógrafo público (durante la Guerra Civil funcionó como cine Katiuska) e, incluso, como refugio improvisado para los huidos de la ocupación de Málaga por las tropas franquistas, en enero de 1937.
No hay comentarios:
Publicar un comentario