TITULO:
Mi casa es la tuya - Ricky Rubio , Viernes -20- Noviembre,.
Mi casa es la tuya',
Este viernes -20- Noviembre a las 22.00, Telecinco emite una nueva entrega de 'Mi casa es la tuya', con Bertín Osborne charlando con Ricky Rubio , foto.
Ricky Rubio,.
Ricky Rubio regresa a los Timberwolves,.
Los Thunder traspasan al base español al equipo en el que militó entre 2011 y 2017, en la segunda operación en la que se ve involucrado el ex de los Suns esta semana,.
El mercado de la NBA está en plena ebullición y no deja de deparar sorpresas. Ricky Rubio regresa a los Minnesota Timberwolves, el equipo en el que disputó sus seis primeras temporadas en la NBA y con el que promedió 10,3 puntos, 4,2 rebotes y 8,5 asistencias en 353 partidos, tras ser traspasado por los Oklahoma City Thunder tres días después de que esta última franquicia se hiciese con sus servicios en una operación que llevó a los Phoenix Suns a Chris Paul y sacó de Arizona al base de El Masnou.
La segunda operación en la que se ha visto involucrado en una semana frenética ha deparado la vuelta del internacional español, MVP del Mundial de China 2019, a un equipo en el que dejó un gran recuerdo, tras debutar a las órdenes de Rick Adelman en 2011, dos años después de que la franquicia le escogiese como número cinco del 'draft' de la NBA de 2009.
Sumido en un proceso de reconstrucción para el que debería ser determinante también la incorporación del escolta Anthony Edwards, número 1 del sorteo universitario celebrado la noche del miércoles, los Timberwolves se antojan un ecosistema ideal para que Ricky Rubio continúe desplegando su mejor baloncesto, tras la notable campaña que completó el año pasado con los Phoenix Suns.
El base español promedió 13 puntos, 4,7 rebotes y 8,8 asistencias en los 65 partidos que disputó con la franquicia de Arizona en una temporada insólita por el estallido de la pandemia del coronavirus. No pudo alcanzar los 'playoffs', pese a que el equipo entrenado por Monty Williams fue el mejor del tramo final de la temporada regular al firmar una marca impoluta de ocho victorias y ninguna derrota en la 'burbuja' antes de que llegasen los emparejamientos por el título que finalmente se llevarían Los Angeles Lakers.
A sus 30 años, Ricky Rubio vuelve a un equipo que tiene al pívot de origen dominicano Karl-Anthony Towns como principal estrella y en el que el jugador español tendrá que repartirse los minutos en la pista con D'Angelo Russell, ex de los Lakers, los Brooklyn Nets y los Golden State Warriors. Una dura competencia por ganarse la confianza de Ryan Saunders, hijo del mítico Flip Saunders, a cuyas órdenes estuvo Ricky Rubio en la campaña 2014-2015 con los Timberwolves.
En su segunda etapa como jugador de los Timberwolves, Ricky Rubio también podría compartir vestuario con el base argentino del Barça Leandro Bolmaro, elegido con el número 23 del 'draft' por los New York Knicks pero cuyos derechos fueron traspasados a la franquicia de Minnesota.
Campazzo apunta a los Nuggets
Pero el de Ricky Rubio no fue el único movimiento significativo del mercado en una jornada que deparó la negativa, al menos por el momento, de Bogdan Bogdanovic a jugar en los Milwaukee Bucks, franquicia que había acordado su llegada con los Sacramento Kings en un 'sign and trade' que debía llevar al equipo de la capital californiana a Donte DiVincenzo, DJ Wilson y a Ersan Ilyasova a cambio del serbio y de Justin James para reforzar el perímetro de los Bucks y ofrecer un proyecto ganador a Giannis Antetokounmpo. El 'no' de Bogdanovic, que prefiere salir al mercado como agente libre restringido, supone un duro golpe para los planes de la franquicia de Wisconsin, que ató también esta semana a Jrue Holiday, procedente de los New Orleans Pelicans, y se desprendió de Eric Bledsoe, George Hill y tres primeras rondas del 'draft'.
Muy activos se están mostrando también los Philadelphia 76ers, que tras la llegada de Daryl Morey, ex de los Houston Rockets, como manager general, siguen fichando tiradores con los que rodear a Ben Simmons y Joel Embiid. Dentro de esta estrategia encaja la llegada de Seth Curry, procedente de los Dallas Mavericks. A cambio, la franquicia texana recibe a Josh Richardson y a Tyler Be, número 36 del 'draft'. Los Sixers se desprendieron también del pívot Al Horford, enviado a los Thunder junto a una elección de primera ronda y otra de segunda del 'draft', recibiendo a cambio de Danny Green, otro tirador que fue campeón el curso pasado con los Lakers. Junto a Green, los Sixers reciben también a Terrance Ferguson.
Entre las siguientes operaciones que podrían concretarse figura la llegada de Facundo Campazzo a la NBA. El agente del argentino confirmó que el base del Real Madrid jugará la próxima temporada en la mejor liga del planeta. Aunque en las semanas anteriores los Timberwolves parecían los mejor colocados, el fichaje de Ricky Rubio parece descartar a Minnesota como destino de Campazzo, que ahora suena con fuerza para los Denver Nuggets de Nikola Jokic y Jamal Murray. El mercado de agentes libres se abre el sábado y, a partir de ese momento, Campazzo, que ya empezó a pagar a plazos la cláusula de seis millones de euros que le permite liberarse del Real Madrid, podrá fichar por cualquier equipo.
TITULO: Pekín Express - Platero: «Tenemos que exigirnos más a nosotros mismos» ,.
Pekín Express ,.
Cristina Pedroche conduce 'Pekín Express: La ruta de los elefantes', una aventura en mitad del Índico, en la que 10 parejas con perfiles muy diferentes, etc.
Platero: «Tenemos que exigirnos más a nosotros mismos»,.
El mediocentro ofensivo del Cacereño cree que el encuentro ante el Olivenza ha supuesto un punto de inflexión para el equipo,.
Llegó este pasado verano al Cacereño con la intención de reivindicarse y por fin este pasado domingo frente al Olivenza brilló con luz propia no solo por su gol para rubricar el definitivo 3-1, sino también por su buen hacer en el cómputo global del partido. Pablo Platero (Usagre, 1998) se encuentra cómodo en su primer año en la carretera, etc.
TITULO: UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - ‘El Hombre invisible’.
Reparto ,. The Invisible Man. Estados Unidos, 2020 (124 minutos). Director: Leigh Whannell. Intérpretes: mElisabeth Moss, Storm Reid, Harriet Dye.
Nueva versión del clásico de terror escrito por H. G. Wells, en la que el Hombre invisible utiliza ahora su poder para seguir controlando a la mujer que lo abandonó. Esa mujer es Elisabeth Moss (El cuento de la criada), protagonista de este medido e intenso thriller en la que el centro de la trama no está en esta ocasión en el monstruo, sino en su víctima. Una interesante producción de Blumhouse, la productora más en forma en el actual cine de terror (El sótano de Ma, Déjame salir, Feliz día de tu muerte The Purge o Insidious.
- TITULO: Días de cine - Cine - Viaja a Huelva . Viernes -20- Noviembre,.
- Días de cine',.
Viernes -20- de Noviembre a las 20:35 horas en La 2 / foto,.
‘Días de cine’ - Viaja a Huelva,.
Esta semana, y con el cineasta David Ilundai (Uno para todos) como padrino, Días de cine se acerca a la 46ª edición del Festival de Cine de Huelva, este año con presencias reducidas y prácticamente online, y se hace eco de los estrenos de títulos como el drama histórico De Gaulle o Mank, la nueva película de David Fincher. La nota nacional la pondrán títulos como Hil Kanpaiak, segunda película de Imanol Rayo, La reina de los lagartos, escrita y dirigida por Burnin’ Percebes, Nando Martínez y Juan González, el documental sobre Francisco Umbral Anatomía de un dandy, de Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, y la nueva película de Javier Fesser, Historias lamentables.
TITULO: Saber Vivir - El arte de perder con elegancia ,.
El arte de perder con elegancia,.
Nuestros padres nos enseñaron que constituye una parte esencial de nuestra educación moral, pero estos días comprobamos que se puede llegar a presidente sin dominarla,.
fotos / Lo cierto es que a nadie puede sorprenderle mucho la actitud de Donald Trump después de las elecciones. Por un lado, ya había dejado claro antes del 3 de noviembre que eso de la votación solo tenía sentido para él si se alzaba con la victoria. Por otro, su berrinche de mal perdedor es la única continuación lógica de la personalidad que ha exhibido durante su mandato: en la pandemia y en muchos otros asuntos, ha mostrado en repetidas ocasiones que la realidad era una minucia subordinada a su deseo, incluso a su capricho, y también que (pese a haber acumulado un buen ramillete de fracasos en su carrera de magnate, con ejercicios de pérdidas cuantiosas y media docena de hoteles y casinos en bancarrota) siempre ha visto la derrota como una cosa vergonzosa que les ocurre a otros. Es imposible llevar la cuenta de la gente a la que se ha referido como 'loser' (perdedor), pero resulta fácil escoger el empleo más lamentable que ha hecho de esa palabra que considera el insulto definitivo: «¿Por qué debería ir? Está lleno de perdedores», soltó en 2018 al cancelar la visita a un cementerio de la Primera Guerra Mundial, junto al campo de batalla en el que cayeron 1.800 soldados estadounidenses.
Lo de perder con cierta elegancia es una de esas enseñanzas morales que constituyen el núcleo de nuestra educación durante la infancia. Incluso podríamos decir que se encuentra en el corazón de nuestra cultura. El niño suele ser un mal perdedor, que no admite que los acontecimientos le lleven la contraria, pero la mayoría de los padres se esfuerzan con ahínco en corregir esa tendencia a la pataleta bochornosa: no solo por respeto a los contrincantes, sino también porque saber perder resulta muy conveniente de cara a la serenidad del ánimo y al encaje saludable en la sociedad, ya que la vida nos tiene reservada a todos una buena provisión de derrotas. Todos conocemos a algún adulto que no aprovechó debidamente aquel adiestramiento de la niñez y que pierde de forma lamentable y mezquina, pero Trump, al hacerlo además de manera pública y universal, se ha convertido (también en esto) en un ejemplo ético de lo que no hay que hacer. Parece que ya lo era para sus allegados: «No es un buen perdedor», ha salido a aclarar su exmujer, Ivana.
«Son personas que necesitan validación externa y que basan su identidad en lo que tienen o lo que consiguen» Elisa Sánchez
¿Qué rasgos de personalidad se ocultan detrás de esa etiqueta tan poco favorecedora? «Algunos en sí no son negativos, pero, cuando se juntan con otros en un cóctel, dan como resultado la condición de mal perdedor. Suele tratarse de personas orientadas a los logros, al resultado, y esto no es malo hasta que se suma la falta de tolerancia a la frustración. Muchas veces son personas que necesitan valoración externa: dependen del refuerzo de los demás, de que otros les digan que lo están haciendo bien o que son buenos. Su identidad se basa en lo que tienen o lo que consiguen, está supeditada al rol que han conseguido desempeñar. Si yo soy la campeona de España de mus y me identifico de manera exagerada con ese rol, al perderlo estaré perdiendo también parte de mi identidad. La cuestión no es ya que haya otra persona que juega mejor al mus que yo, sino que eso me convierte en una perdedora a ojos de los demás», analiza la psicóloga Elisa Sánchez, directora de la consultora Idein.
El mal perdedor quizá tenga parte de la materia prima que se espera de un líder, como la ambición y la competitividad. Aquí se puede recordar lo que respondió Winston Churchill cuando le preguntaron si Charles de Gaulle era un gran hombre: «¿Un gran hombre? Es arrogante, un egoísta, se cree el centro del universo. Sí, es un gran hombre». El problema es llevar al extremo lo que significan la victoria y la derrota y convertirlas en rasgos de carácter: se traza una frontera y uno queda como un triunfador o como un fracasado. «Recordemos cómo, en aquel programa de televisión que tenía, Trump se dedicaba a despedir a la gente. Es prepotente, competitivo en el sentido de que lo importante es que el otro pierda», añade Sánchez.
–Un mal perdedor es también un mal ganador, ¿no?
–Si consideras que ganar te hace superior a los otros y que puedes humillarles, eres un mal ganador. Todo es una cuestión de competitividad sana o insana. Eso se ve en muchos ámbitos. En política, hay ganadores que miran a la oposición con talante más colaborativo, y en el deporte la esencia es aquello de 'lo importante no es ganar, es participar'. La deportividad supone valorar que lo importante es lo que has aprendido en el proceso, saber que se aprende de los errores y las derrotas. Es, de hecho, cuando más aprendemos, porque nos enseña qué podemos mejorar, mientras que el que gana se queda muchas veces en la autocomplacencia.
La madre de todas las virtudes
La psicóloga alerta de que insistir a los niños en que son «unos campeones» o «los mejores», aunque sea con la mejor intención, no constituye una buena estrategia pedagógica. A Trump, de hecho, lo han descrito en repetidas ocasiones como un ejemplo extrañamente perfecto de 'puer aeternus' (niño eterno en latín), es decir, un adulto cuya vida emocional sigue siendo inmadura, a un nivel propio de un crío o un adolescente. El mal perder que airea estos días se suma a otros rasgos que el psicólogo estadounidense Scott T. Allison ha desgranado en un estudio: desde sus insultos y sus mentiras hasta su costumbre de eludir los preparativos de las citas importantes, pasando por su vocabulario limitado o su idea poco refinada de la aproximación sexual a las mujeres.
Hace unos días, Allison publicó un artículo titulado 'Diez lecciones vitales que podemos aprender de Donald Trump', donde el presidente en funciones le sirve de 'antimodelo' moral. La primera de esas enseñanzas era la importancia de la humildad: «Conocida como la madre de todas las virtudes, la humildad es el antídoto del orgullo y el narcisismo. Aunque muchas figuras públicas son narcisistas, Donald Trump era un caso extremo. Tenía un sentido grandioso de la propia importancia, buscaba el elogio y la admiración, hostigaba e intimidaba a otros y creía que muchas reglas básicas de la vida no se aplicaban a él. Como resultado, estaba en constantes problemas legales y tenía un largo historial de relaciones rotas e inestables. La lección está clara: la humildad juega un papel crucial en una vida sana y feliz», plantea el psicólogo, que prefiere referirse al político en pasado. Es la misma noción que transmiten los padres juiciosos: dominar el arte de saber perder nos brindará un porvenir más equilibrado. Salvando las distancias, por cierto, también a Adolf Hitler lo han tachado de 'puer aeternus', bloqueado en las frustraciones y los juicios tajantes de la niñez: «Era un Peter Pan donde los haya», escribió de él Aldous Huxley.
«El buen ganador por excelencia es Rafa Nadal. Y un ejemplo clarísimo de buenos perdedores son los candidatos al Oscar» Marina Fernández
Hay malos perdedores en el deporte y en el amor, en los concursos y en el juego, ¡hasta el Monopoly ha lanzado una edición especial dedicada a ellos!, pero quizá en política se les pueda encontrar una trascendencia añadida. «Una actitud como la de Trump es más importante de lo que parece. No se trata solo de que a él le esté costando aceptar la derrota, sino también del daño que eso puede causar a la imagen del partido republicano. Claro, él se va de la Casa Blanca, pero el partido tiene que seguir y buscar otro candidato. En Estados Unidos, se esperan ciertas actitudes: se está saltando las reglas no escritas del juego democrático, que se encuentra en la base del sistema de valores norteamericano. La democracia es precisamente aceptar la voluntad del pueblo», reflexiona la politóloga Marina Fernández, directora de comunicación del Grupo EIP, a quien se le ocurren unos cuantos ejemplos de buenos ganadores y buenos perdedores en distintos ámbitos: son personas que saben hacer de tripas corazón y asumen la derrota de manera civilizada, incluso con ese rizo de sofisticación que aporta el humor.
«Yo creo que el buen ganador por excelencia es Rafa Nadal –apunta–. Y un ejemplo clarísimo de buenos perdedores son los candidatos a los Oscar. En el momento que van a anunciar el ganador, la pantalla se divide y aparecen las caras de los nominados. Se abre el sobre y los que no ganan se quedan con una sonrisa medio congelada, con cara de 'ah, sí, se lo merece', y aplauden, aunque podemos imaginar lo que están pensando por dentro. Porque a nadie le gusta perder, y menos con tu cara en primer plano ante millones de personas de todo el mundo. También me gusta mucho lo del rugby, cuando el equipo que pierde se va de cervezas con el ganador, en el famoso tercer tiempo». Marina Fernández propone un último ejemplo que resulta particularmente oportuno, por tratarse de un candidato del partido republicano: «Cuando John McCain perdió las elecciones contra Obama, en 2008, lo invitaron semanas después a un 'late night show'. Le preguntaron cómo dormía por las noches después de haber perdido. Y contestó: '¡Como un bebé!'. El presentador, sorprendido, le dio unos segundos y McCain siguió: 'Duermo igual que un bebé, me despierto cada dos horas llorando'».
La gimnasta McKayla Maroney hace con Obama el gesto que la hizo tan popular. De un mohín en el podio a un tiro por la espalda
Los malos perdedores dan lugar a veces a situaciones cómicas, incluso disparatadas. Todo el mundo recuerda los mosqueos del tenista John McEnroe, que tanto sufrían sus raquetas, pero en el terreno deportivo ha habido situaciones más absurdas. En los Juegos Olímpicos de 1988, el boxeador coreano Jung-il Byun se negó a aceptar una derrota a los puntos y protagonizó una ridícula sentada en el ring, que obligó a suspender el siguiente combate: cuando apagaron las luces del pabellón, el hombre seguía allí, empecinado en su protesta. En el Mundial de fútbol del 82, en Valladolid, se alcanzó el esperpento cuando el jeque Fahid Al-Ahmad, presidente de la federación kuwaití, bajó al campo para exigir que anulasen un gol al equipo rival, Francia (¡y lo consiguió!). También son inolvidables los plantones de José Mourinho o aquel mohín de disgusto de la gimnasta McKayla Maroney en pleno podio, tras ganar una medalla de plata en las Olimpiadas de 2012. Su gesto dio lugar a un meme de gran éxito («McKayla no está impresionada») y la deportista acabó incluso posando con Obama, los dos haciendo la misma mueca.
Claro que, si buscamos consecuencias más serias, ahí tenemos la muerte de Wild Bill Hickok, el héroe del Viejo Oeste. En 1876, estaba jugando al póker en un 'saloon' de Deadwood y se sumó a la partida un borracho que acabó perdiendo de manera estrepitosa. Hickok le dio algo de dinero para que pudiera pagarse el desayuno, pero al día siguiente el tipo volvió y lo mató de un tiro en la nuca.
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