Las ayudas para comprar un coche eléctrico alcanzarán los 6.000 euros,.
El Gobierno aprueba el nuevo Plan MOVES, con 45 millones de euros, para incentivar la adquisición de modelos alternativos e instalar puntos de recarga,.
foto / Habrá dinero público para apoyar la compra de coches eléctricos. El Consejo de Ministros dio ayer luz verde al Programa de Incentivos a la Movilidad Eficiente y Sostenible (MOVES), con el que el Ministerio de Transición Ecológica financiará la adquisición de vehículos alternativos a los de combustión. Los enchufables serán los grandes beneficiados al aplicarles un descuento de hasta 6.000 euros:5.000 euros lo aportaría el Estado, más otros 1.000 euros de cada marca.El departamento dirigido por Teresa Ribera plasma de forma económica su apuesta por la movilidad sostenible, tal y como había anunciado en las últimas semanas. El MOVES está dotado con 45 millones de euros destinado no solo al impulso de la compra de coches eléctricos, sino también a las instalaciones de recarga que precisan estos modelos, así como a la implantación de sistemas de préstamos de bicicletas eléctricas y otras medidas para fomentar los planes de transporte en los centros de trabajo.
Los importes de las ayudas de la compra van de los 700 euros para las motocicletas alternativas hasta los 15.000 para camiones y autobuses con propulsión diferente a la de la combustión, pasando por los 5.000 euros de los turismos. Si una marca no se adhiere al programa con su aportación económica de 1.000 euros en vehículos, no podrá aplicar la ayuda pública. Así, para un coche eléctrico de gama media cuyo precio supere los 30.000 euros, el descuento total rondaría el 20%.
Estas cuantías son muy superiores a las establecidas hasta ahora en los dos planes anteriores –denominados Plan Movea y Movalt– dirigidos a los coches eléctricos. El descuento oficial ascendía a 500 euros por vehículos a los que se unían otros 1.000 de los concesionarios. Esos planes contaban con partidas de entre 15 y 20 millones de euros.
Varias semanas de espera
Una de las características del nuevo plan es que, en el caso de los turismos, se excluyen las ayudas para los vehículos de gas. Así, los incentivos se limitan a los que utilicen esta tecnología siempre que sean camiones y furgonetas. El Ministerio de Transición Ecológica ha restringido esta ayuda consciente de que este tipo de vehículos no está implantado, ni siquiera mínimamente la posibilidad de usar la electricidad para su funcionamiento.El plan, incluido en un Real Decreto –sin rango de ley–, no necesitará la aprobación del Congreso de los Diputados, cuya actividad se disolverá el 5 de marzo para las elecciones generales de abril. Aunque aún habrá que esperar algún mes más hasta que se ponga en marcha. Porque las ayudas del MOVES las gestionarán directamente las comunidades autónomas, entre las que el Estado repartirá los fondos. Para determinar esas cuantías por territorios está prevista una Conferencia Sectorial de Energía, el órgano de coordinación entre la Administración Central y las regiones, que tendrá lugar «en las próximas semanas», apuntan fuentes oficiales. Después se abrirá el plazo para solicitar la ayuda al comprar el coche.
El MOVES es la denominación de unos planes desarrollados por los últimos Gobiernos en materia de fomento de la movilidad. El PIVE, que contó con ocho ediciones consecutivas desde 2012 hasta 2017, fue un programa de ayudas para evitar que la crisis económica siguiera haciendo estragos en el sector de la automoción. Los dos planes posteriores iban dirigidos a coches alternativos. Sus fondos se agotaron en apenas 24 horas desde que se abrió el plazo de inicio de las solicitudes.
Sin embargo, desde la patronal de concesionarios (Faconauto) consideran que este plan «deja de lado el principal problema de movilidad que tiene España, que es el envejecimiento del parque». La organización advierte de que el presupuesto destinado vuelve a ser «insuficiente». Y apuestan «como medida urgente» por un plan de achatarramiento de los coches más antiguos. Poqrue, según sus cálculos, la edad media del parque se situó el año pasado en 12,5 años y el 31,7% de los vehículos que circulan por las carreteras tiene más de 15 años.
En cuanto a los puntos de recarga eléctrica de vehículos (públicos y privados) y a los sistemas de préstamos de bicicletas eléctricas, las ayudas serán de un 30% o un 40% del coste, con un límite de hasta 100.000 euros. Compañías energéticas como Iberdrola como Endesa, por ejemplo, han presentado recientemente planes de implantación de este tipo de instalaciones en los próximos años por toda España.
Además, el MOVES fija un límite de 200.000 euros de ayuda por beneficiario para la implantación de Planes de Transporte a los Centros de Trabajo con una ayuda del 50% del coste subvencionable.
TITULO: Gigantes de La 2 - . Leila Guerriero - Despierta,. . ,. - Jueves -11- Abril ,.
Gigantes de La 2 - Programa de entrevistas, de cincuenta minutos de duración y emisión semanal, para La 2 Jueves - 11- Abril ,. - 23:50 de Televisión Española. Presentado por Mari Cruz Soriano,.
Leila Guerriero - Despierta,.
Un vendedor callejero lanzó al aire uno de esos artefactos que giran sobre sí mismos y sentí que ese objeto, con toda su banalidad, era la primera cosa real que veía en días de estar fuera del mundo,.
TITULO: ¡ Atención obras ! -Muere Javier Muguerza, una de las grandes figuras de la filosofía española,.
Muere Javier Muguerza, una de las grandes figuras de la filosofía española,.
Pasará a la historia del pensamiento español tanto por su obra como por ser uno de los introductores del llamado pensamiento analítico,.
Se ha ido definitivamente Javier Muguerza, una de las figuras más descollantes de la filosofía española de las últimas décadas.
Nacido en Coín (Málaga) en 1936, se afincó definitivamente en Madrid,
donde fue catedrático de Ética en la UNED hasta su jubilación, quedando
luego como emérito. Antes había dejado ya su huella en las universidades
de La Laguna y Autónoma de Barcelona.
Al dejar la docencia por cumplir los 70 años se le dedicó un libro homenaje cuyo título Disenso e incertidumbre, es ya una síntesis de sus posiciones teóricas y prácticas. Años más tarde, cuando cumplió los 80, se editó un segundo volumen titulado genéricamente Diálogos con Javier Muguerza. El volumen dispone de edición en papel (más de 750 páginas) y también de una electrónica gratuita a través de la web de la revista Isegoría, en la que participó activamente hasta que no pudo ya hacerlo.
Quien acuda a consultar estos textos se encontrará con un panorama general del pensamiento que se ha hecho en España en particular, y en el mundo en general, en los últimos años. Tanto por los colaboradores como por los asuntos tratados.
Javier Muguerza pasará a la historia del pensamiento español tanto
por su obra como por ser uno de los introductores del llamado
pensamiento analítico. Entre sus obras destacan dos: La razón sin esperanza y Desde la perplejidad,
lo que no significa que haya que dejar de lado ni los artículos que
publicó en diversos medios ni algunos otros títulos que hayan tenido
menor repercusión.
Pero la obra de Muguerza no se agota en sus relaciones con los analíticos: frecuentó también de modo fructífero a los herederos del marxismo, en especial la Escuela de Francfort y Ernst Bloch, y sobre todo, retomó la figura de Kant, en coincidencia con otros autores españoles (Adela Cortina) o extranjeros (Axel Honeth). Con todos ellos participaba del convencimiento de que la filosofía no puede vivir en una torre de marfil sino que tiene como función principal la organización de la convivencia. Si se prefiere decirlo en términos más académicos: que debe haber una relación directa entre teoría y praxis.
Coincide en esto con otros pensadores contemporáneos suyos: Manuel Sacristán (a quien dedicó La razón sin esperanza), Victoria Camps, Fernando Savater, Adela Cortina, por citar sólo a algunos.
En una de sus últimas visitas a la Universidad de La Laguna aprovechó
para enlazar ambos campos al hilo de la crisis y de la aparición de los
movimientos de protesta conocidos como 15-M. Estaba, decía, a favor del
diálogo que iniciaban, del derecho a la disidencia, y les animaba a
“romper con el pensamiento hegemónico”, a condición de que no
pretendieran encumbrar otro. Pero les alertaba contra un “no nos
representan demasiado rotundo” porque “con arreglo a ciertas reglas, sí
nos representan”.
También se manifestaba, enlazando con Pi i Margall y Saramago, como convencido confederalista, sugiriendo que la solución confederal era la adecuada para el conjunto de la Península Ibérica. Y aprovechaba para evocar un poema de Jaime Gil de Biedma en el que el poeta aseguraba que la historia de España es la más triste de todas porque acaba mal, para añadir que pese a todo, pese a que “España es un país hecho de retales”, él preferiría que siguiera unido, sumando a los portugueses, un sector de cuya izquierda ha sido tradicionalmente iberista.
Reflexiones sobre el presente a las que llegaba por la vía kantiana: el individuo como base de la moral, pero un individuo de raíz universal, cosmopolita. Expresión tomada del propio Kant.
Se puede aceptar la propuesta habermasiana del consenso como objetivo, pero ese consenso se obtiene a través de las reglas de las mayorías y la decisión moral última, en la medida en que es autónoma, es necesariamente individual. Se acepta pues el consenso, pero se retiene el derecho al disenso.
Otro asunto, que él apuntó reiteradamente en artículos y conferencias pero no desarrolló de modo sistemático, es la base metafísica de ese individualismo ético. Francisco Álvarez y Carlos Gómez recordaban, con motivo de la aparición del libro de homenaje a sus 80 años, que la idea kantiana del hombre como fin en sí mismo no es empírica y que tal vez necesite de una justificación que Muguerza no acabó de desarrollar. Pero seguramente eso es lo que hacen los grandes: abrir caminos con la propia obra y señalar que quedan amplios derroteros que explorar para quienes llegan más tarde “dulcemente empujando”.
Al dejar la docencia por cumplir los 70 años se le dedicó un libro homenaje cuyo título Disenso e incertidumbre, es ya una síntesis de sus posiciones teóricas y prácticas. Años más tarde, cuando cumplió los 80, se editó un segundo volumen titulado genéricamente Diálogos con Javier Muguerza. El volumen dispone de edición en papel (más de 750 páginas) y también de una electrónica gratuita a través de la web de la revista Isegoría, en la que participó activamente hasta que no pudo ya hacerlo.
Quien acuda a consultar estos textos se encontrará con un panorama general del pensamiento que se ha hecho en España en particular, y en el mundo en general, en los últimos años. Tanto por los colaboradores como por los asuntos tratados.
Pero la obra de Muguerza no se agota en sus relaciones con los analíticos: frecuentó también de modo fructífero a los herederos del marxismo, en especial la Escuela de Francfort y Ernst Bloch, y sobre todo, retomó la figura de Kant, en coincidencia con otros autores españoles (Adela Cortina) o extranjeros (Axel Honeth). Con todos ellos participaba del convencimiento de que la filosofía no puede vivir en una torre de marfil sino que tiene como función principal la organización de la convivencia. Si se prefiere decirlo en términos más académicos: que debe haber una relación directa entre teoría y praxis.
Coincide en esto con otros pensadores contemporáneos suyos: Manuel Sacristán (a quien dedicó La razón sin esperanza), Victoria Camps, Fernando Savater, Adela Cortina, por citar sólo a algunos.
Participaba del convencimiento de que la filosofía no puede vivir en una torre de marfil
También se manifestaba, enlazando con Pi i Margall y Saramago, como convencido confederalista, sugiriendo que la solución confederal era la adecuada para el conjunto de la Península Ibérica. Y aprovechaba para evocar un poema de Jaime Gil de Biedma en el que el poeta aseguraba que la historia de España es la más triste de todas porque acaba mal, para añadir que pese a todo, pese a que “España es un país hecho de retales”, él preferiría que siguiera unido, sumando a los portugueses, un sector de cuya izquierda ha sido tradicionalmente iberista.
Reflexiones sobre el presente a las que llegaba por la vía kantiana: el individuo como base de la moral, pero un individuo de raíz universal, cosmopolita. Expresión tomada del propio Kant.
Se puede aceptar la propuesta habermasiana del consenso como objetivo, pero ese consenso se obtiene a través de las reglas de las mayorías y la decisión moral última, en la medida en que es autónoma, es necesariamente individual. Se acepta pues el consenso, pero se retiene el derecho al disenso.
Otro asunto, que él apuntó reiteradamente en artículos y conferencias pero no desarrolló de modo sistemático, es la base metafísica de ese individualismo ético. Francisco Álvarez y Carlos Gómez recordaban, con motivo de la aparición del libro de homenaje a sus 80 años, que la idea kantiana del hombre como fin en sí mismo no es empírica y que tal vez necesite de una justificación que Muguerza no acabó de desarrollar. Pero seguramente eso es lo que hacen los grandes: abrir caminos con la propia obra y señalar que quedan amplios derroteros que explorar para quienes llegan más tarde “dulcemente empujando”.
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