La hora de los Fósforos - La Cope - CARLOS HERRERA -Quesos cacereños de garaje , fotos.
Quesos cacereños de garaje
Tortas y quesos de leche cruda de Casar de Cáceres, Acehúche y los Ibores, delicadezas gastronómicas que saben como antiguamente,.
En una cochera de Navalvillar de Ibor, en plena carretera, están instaladas las dependencias de Quesos Isabel. Pedro Manuel Díaz (Madrid, 1979) dirige esta empresa fundada en los Ibores por sus padres. En diversas salas situadas en un sótano-garaje se realizan las labores propias de esta quesería artesana en la que a la leche cruda no se le echan fermentos lácticos, sales antibutíricas, ácido láctico, parafinas ni antimohos. Producen una media de 100 quesos al día que venden en un mercado meramente comarcal: 50 kilómetros a la redonda. «Es un queso que da mucho trabajo, pero es natural», avisa Pedro resumiendo en esa naturalidad la esencia de los quesos cacereños, artesanía de garaje, leche cruda y una variedad y calidad que convierten la provincia en el país de los quesos formidables.
El garaje como símbolo de la autenticidad, la excelencia y la originalidad en la música, en la cerveza, en el queso. Saltamos de los Ibores al Alagón. Otra casa de pueblo, otro bajo con cochera y, tras la puerta metálica, otra quesería de garaje. Santiago, María y Antonio recogen el suero líquido que sale de un depósito, separan la cuajada, moldean quesos de cabra. Estamos en Quesos Silva Cordero: 70.000 kilos de queso de cabra al año y la garantía de un nombre: Acehúche.
Los padres de Mario Blasco empezaron haciendo tortas en un garaje de 40 metros cuadrados
De aquel garaje de 40 metros del barrio de la Diputación casareño, la familia Blasco Rey ha saltado a una factoría moderna inaugurada en 1997 y ampliada en 2014. «Mi abuelo fue pastor y había hecho tortas. Mi padre fue emigrante en Madrid, donde trabajó en Marconi. De ahí a quesero. Era un aventurero», evoca Mario Blasco. Habría que añadir que fue un aventurero con visión que tuvo la iniciativa de convertir su quesería en la primera de Casar de Cáceres con registro sanitario, cuando todo era artesano e ilegal y cuando aparece el problema del aceite de colza, que provoca decenas de muertos y la prohibición de los productos que se vendían a granel y sin registro. Los fabricantes y vendedores de quesos casareños desaparecen y como los Blasco Rey eran los únicos con registro sanitario, se encuentran con que se les abren las puertas de todo el mercado.
«Entre 1985 y 1987, en Casar quedan tres familias haciendo quesos en casa y la torta del Casar está a punto de desaparecer, pero en el 89, presentamos nuestras tortas en Gourmet, en Madrid y en Barcelona, y con la ayuda de técnicos queseros como Mariano Sanz y Enric Canut, la torta da un salto nacional. Canut era responsable de compras de Vino Selección y la introduce en los mercados. Sanz la lleva a El Corte Inglés, donde se empezaban a interesar por los quesos artesanos», repasa Mario Blasco los primeros pasos del triunfo rotundo de las tortas casareñas.
Hoy, la empresa de Mario Blasco elabora más de 200.000 tortas cada año, además de queso fresco de vaca y de cabra y queso de cabra pimentonado o enmohecido. Son casi un millón de kilos, un 20% de oveja, con la torta Gran Casar como estrella, que en 2018 ganó el primer premio en la cata oficial de tortas del Casar que organiza la Denominación de Origen.
«No hay ningún otro pueblo en el mundo donde haya un queso de pasta blanda hecho con leche cruda de oveja. Solo en los Alpes suizos y franceses se elabora uno parecido con leche cruda de vaca, el Mont-d'Or, que también se abre por arriba», cuenta Mario, que reconoce a Enric Canut la idea de meter las tortas del Casar en un cincho o cacerolo de madera en 1990 y así poder cortarlo fácilmente por arriba, un proceso elegante y práctico que ha triunfado.
Pero antes de llegar al momento del éxito, hubo que pasar por mil vicisitudes como la de obtener leche de oveja de manera regular. «Había que conseguirla como fuera y donde fuera. Mi padre iba más allá de Zorita a comprar leche a un ganadero castellano que ordeñaba 750 litros diarios. En Casar, no había leche porque el término municipal es muy pequeño, sin terreno para el ganado. Hoy, el tema está muy bien organizado gracias a la cooperativa Coprado, la primera en movimiento de leche, con más de 100 ganaderos produciendo y un abastecimiento regular durante todo el año. Es una garantía de futuro», muestra su satisfacción.
Quesos de Cáceres. ¿Por qué saben como antiguamente? «El queso de Acehúche está tan rico por la leche, por los pastos, por el aire, por las manos, que saben afinar el queso, darle la vuelta, masajearlo con las manos mojadas en agua y que el queso vaya criando una corteza amarilla, anaranjada, que se puede comer por estar lavada. Ahora no se masajea tanto, pero sigue saliendo igual de bueno y eso sí, más uniforme todo el año. La gracia es que al ser leche cruda, cada queso tiene su aquel porque la leche de cada día es diferente», detallan Juan Manuel Silva Cordero (Acehúche, 1963), gerente, y Obdulia Bueso Salgado (Acehúche, 1.966), administradora de la empresa, cuya marca Silva Cordero se distribuye desde Acehúche por toda España y llega a Francia y Andorra.
En Navalvillar de Ibor, Quesos Isabel se conforma con abarcar menos. «Nuestro mercado es comarcal, vendemos entre 15.000 y 20.000 quesos al año, pero si lo hago más grande, pierdo la esencia. Estoy muy satisfecho con mi producto y me conformo. No le voy a contar milongas, soy sincero, nos gusta funcionar de esta manera, es lo que hay», confiesa Pedro Manuel, que dejó su trabajo como informático en Cáceres para volver a su pueblo y hacerse cargo de la quesería familiar. «No llevaba muy bien eso de estar encerrado en una habitación con ordenadores».
Sus padres también emigraron a Madrid, pero sus abuelos y sus bisabuelos habían sido cabreros en los Ibores. Cuando sus padres vuelven a Navalvillar, compran una ganadería de cabras, pero acaban centrándose en la elaboración de queso. «Mi hermana Ana Isabel y yo nos hemos quedado con la tradición de nuestros padres incorporando mejoras», apunta.
Las mujeres de Acehúche afinaban el queso volteándolo con sus manos húmedas
Pedro y Ana hacen queso de cabra
curado, en pimentón, en aceite y viejo. Todos ellos se llaman Isabel
como su madre. Además, elaboran un queso llamado El Colorín, que era el
apodo de su padre, con Denominación de Origen, pero se va a perder
porque para estar en la DO, la leche tiene que ser de cabras veratas o
serranas y los ganaderos de los Ibores están cambiándolas por cabras
murcianas y malagueñas, que dan más leche. Había siete ganaderías en la
comarca y quedan cinco por culpa de la tuberculosis que acaba con los
rebaños.«Me da pena dejar la DO, pero mi queso ha cogido fama con la marca Isabel, no con El Colorín», lamenta Pedro. En la DO, según la web del consejo regulador, están las marcas Berrocal, Almonte, Las Villuercas, Capribor, Isabel y La Flor de las Viguillas, pero cuando salga Isabel, solo quedará una quesería de los Ibores, la de Luis Fernández (La Flor de las Viguillas) en Navalvillar, con ganadería verata y serrana, el resto son de Trujillo, Deleitosa y Aldeacentenera.
En Acehúche, seis queserías sacan al mercado algo más de 200.000 kilos de queso. Además de Silva Cordero, están El Acehucheño, que quizás sea la más conocida, Quesería Mateos, La Carantoña, Silva Pérez y Cabriflor. Esta última está en Ceclavín. No hay un interés de las queserías por crear una Denominación de Origen, que ayudaría mucho al queso acehucheño, pero eso tiene un coste y no arranca.
En Casar de Cáceres, sin embargo, la consecución de la Denominación de Origen Torta del Casar fue celebrada como un gran triunfo por las cuatro personas que más lucharon desde 1989 por obtenerla: Juan Andrés Tovar, Isidro Fernández, Ricardo Regalado y Mario Blasco. Sabían que era la única manera de proteger la torta de las imitaciones. En 2019, se celebra el 20 aniversario de una DO en la que llegó a haber 11 queserías. Hoy son siete: Iberqués, Los Casareños, El Castúo, Doña Francisca, Quesos del Casar, Pastovelia y Quesos Artesanos Extremeños.
Aquella quesería que abrieron los padres de Mario Blasco es hoy una gran fábrica con 35 empleados. En las paredes de su sala de catas cuelgan decenas de premios prestigiosos y el reto es aumentar el mercado internacional de las tortas del Casar y de los quesos cacereños en general, que han salido del garaje para entrar en el universo de la gastronomía selecta.
La provincia de Cáceres es una gran tabla de quesos
Cáceres es la provincia de los grandes quesos artesanos. En Carbajo, los quesos de oveja y de cabra madurados y 'sudaos' de Francisco Morán son famosos por su calidad. En Malpartida de Cáceres, destaca quesos Morán con sus productos de mezcla, de cabra o de oveja. Quesos de la Vera en Madrigal, el queso Veratino de la cooperativa Coolosar de Losar es mítico y en Villanueva, en La Quesera de la Vera, se elaboran unos formidables quesos de cabra. En la comarca de la Sierra de Montánchez y Tamuja, sorprenden los quesos curados de cabra y oveja de la quesería Tamussia de Botija y son famosos los quesos artesanos Valpe y los de Hermanos Hidalgo en Valdefuentes, que rubrican la calidad indiscutible de una comarca muy quesera. Si nos vamos a Gata, nos sorprenderá el gran queso de Hoyos: es de cabra, se llama La Rozay y han conseguido un toque muy singular, muy personal. Lo mismo sucede en Zarza de Granadilla. Allí, Granadilla Quesos, un proyecto familiar nacido en 2014, recoge la tradición caprina para, aportando imaginación, sacar al mercado nueve tipos de queso: con chalotas, al pimentón, el Gran Azul, el Carbonero. Sabores deliciosos, inesperados, vanguardia gastronómica en Cáceres, la provincia que ofrece la mejor tabla de quesos de España.«No pretendo dejar un legado, sino una UEx ordenada y que funcione»,.
Antonio Hidalgo García, Rector de la Universidad de Extremadura,.
Llega con modestia, con la idea de no hacer experimentos, pero sí de modificar la inercia que, según dice, está instalada en la UEx,.
-Han pasado casi tres meses de su toma de posesión. ¿Este tiempo en el Rectorado le ha hecho cambiar la idea que tenía de la UEx antes de acceder a él?
-Muy poco. La idea que tengo ahora es prácticamente la misma que la que tenía antes. Tenga en cuenta que he sido vicerrector de Profesorado durante siete años y, aunque ya hace de eso ocho, la forma de comportarse esta institución en este tiempo no se ha modificado. Sí creo, no obstante, que en este poco tiempo que llevamos estamos superando la inercia que había antes.
-¿Qué tipo de inercia?
-Ciertos retrasos. Por ejemplo en los procedimientos de contratación del profesorado y del Personal de Administración y Servicios... Digamos que el sistema estaba en una especie de 'dejarse ir' y ya se sabe que cuando esto ocurre se tiende a la relajación. Un dato: después de dos meses y 17 días de mi toma de posesión, hoy [la entrevista tiene lugar el viernes 29 de marzo] se ha publicado el decreto de delegación de competencias de los vicerrectores. Esto ha supuesto que durante este tiempo todo papel que se ha movido en la Universidad ha pasado por mi mesa.¿Qué significa esto? Que nuestro compromiso es imprimir al funcionamiento de la institución una agilidad mayor que hasta ahora para que las cosas se hagan en tiempo y forma.
-Nada más tomar posesión dijo que a la UEx le faltaban 4 millones de euros y que para que esos desfases no se produjeran pidió que se cambiara la Ley de Financiación de la Universidad. ¿En qué sentido tendría que cambiar?
-El problema de esta ley es que no contempla ningún escenario futurible, es decir, no indica hacia dónde quiere la Junta que vaya la Universidad. Nadie ha contestado a la pregunta de si los extremeños nos gastamos mucho o poco en la UEx. Yo estoy seguro que el SES sabe cuánto le cuesta una cama hospitalaria y cuánto cuesta en el resto de España. Eso es muy útil y lo sería si lo supiéramos en la UEx con respecto al conjunto de las universidades españolas y, una vez conocido ese dato, comprometernos con un objetivo de gasto que nos sirva de referencia para todo. Para decidir los escenarios en que nos debemos mover y para exigirnos responsabilidades. Lo que se hace ahora es negociar esa cantidad año por año. Lo hacía el rector con el presidente o con los consejeros. Pero eso es lo mismo que se hacía sin que hubiera ley de financiación.
-¿Usted ha negociado el próximo presupuesto de la UEx?
-No. Para lo único que se nos ha consultado ha sido para una modificación presupuestaria sobre la homologación salarial de personal no funcionario. Las grandes cuentas se decidieron en septiembre y lo que se aprobó fue lo mismo que el año anterior.
-¿Si lo aprobado fue lo mismo que el año anterior significa que la Junta no ha sido generosa con la UEx?
-Ha contemplado la misma cantidad para el 2019 que para el 2018. Es verdad, no obstante, que en las últimas semanas hemos tenido la oportunidad de explicar el escenario económico de la Universidad. Estamos bastante esperanzados de que de esa explicación se deriven resultados, aunque no puedo avanzar nada.
-Me ha llamado la atención que en dos actos públicos con carga simbólica, su toma de posesión y el día de Santo Tomás, el patrón de la Universidad, mencionara la misma idea: la de que la UEx tiene que revisar su oferta de títulos para adaptarlos a la demanda. ¿Eso exactamente qué significa?
-Se lo explico con el ejemplo concreto del título de Topografía, del que se ha pedido su cierre porque la demanda de topógrafos se desplomó cuando quebró la obra pública. Podemos cerrarlo, como han hecho otras universidades o, previendo que en el futuro se necesitarán topógrafos porque la crisis no dura eternamente, incluir en el plan de estudios, además de las competencias propias de la topografía, todo lo relacionado con las nuevas tecnologías aplicadas a esa actividad, como los sistemas de información geográficas por vía satélite, etc. Eso es modificar el título para que el egresado sea lo más eficaz posible en un mercado laboral cambiante.
«Nadie ha contestado a la pregunta de si los extremeños gastamos mucho o poco en la UEx. Y deberíamos saberlo»
«No me niego a cerrar títulos, pero se asocia suprimir títulos con ahorro. Y es un error. No podemos despedir profesores»
«Aspiro a la seguridad, a la estabilidad. Nuestros cambios serán
siempre tranquilos y nunca de cara a la galería. No me exhibiré»
«A la región le cuesta cada universitario unos 30.000 euros. Es
dramático que ese esfuerzo no fructifique porque el alumno se vaya»
«La UEx no es quizá la Universidad que yo habría hecho, pero es la mía. Y la voy a levantar. Y si no lo consigo, lo dejo»
-Entonces, por 'revisar la oferta de títulos' no podemos entender, en ningún caso, suprimir títulos.-Yo no me niego en redondo a suprimir títulos, pero el debate sobre la supresión de títulos está la mayoría de las veces mal enfocado. Se asocia al ahorro, y no es cierto en una institución pública como esta que se rige por la ley, la cual marca que el 51% de quienes trabajan aquí tienen que tener la condición de funcionarios, a los que no se les puede despedir ni siquiera trasladarlos a otro cometido que no esté dentro de su área de conocimiento.
-La pregunta pertinente en este caso es si es positivo socialmente que haya esa rigidez.
-Probablemente no lo sea, pero eso escapa a mis competencias.
-Han pasado alrededor de 25 años del 'Proyecto UEx', que fue el mayor plan estratégico de la Universidad desde su creación. ¿Ha llegado el momento de hacer un nuevo plan estratégico en la UEx? ¿Necesita un giro la institución?
-Como aquel, no. Porque además entonces multiplicó el número de carreras. El objetivo del 'Proyecto UEx' era crecer. Acertada o desacertadamente, pero bien es cierto que 25 años después muy pocos de los títulos que se implantaron se han cuestionado. Y los que se han cuestionado lo han sido ahora, cuando ha bajado la matrícula. Otra hipótesis es crecer más, pero no sería acertado. Por otro lado, no creo que sea bueno que la decisión sobre suprimir o crear un título dependa de la Universidad. Esa responsabilidad no la quiero. Nosotros tenemos la obligación de diseñar un titulo competitivo y de calidad, pero crear y suprimir títulos es potestad de la Comunidad Autónoma.
-¿Por qué lo dice?
-Porque muchas veces se argumenta poner un título en que hay extremeños que se van fuera y hay que tener muy claro que ningún título se sufraga con las matrículas. En todos los casos la sociedad tiene que desembolsar, más o menos según la ocupación de las plazas ofertadas. Medicina está hasta los topes y lo seguiría estando con el doble de alumnos, pero ni de lejos se sufragaría con su matrícula.
-Menciona Medicina. Me recuerda que en su toma de posesión dijo que una de las obligaciones de la UEx es retener el talento. Podría retener el talento de muchos médicos, pero esa Facultad tiene un problema de profesorado muy severo porque lo que más abunda son profesores asociados.
-Vamos por partes. La Universidad no puede retener todo el talento que genera. Todos los años en todos los títulos hay, al menos, un alumno brillante. Tendríamos que incorporar cada año 75 profesores. La vida de un profesor son 40 años. Eche cuentas: 3.000. Ahora tenemos 2.000 profesores y estamos en la media nacional de un profesor por 14 alumnos. Seríamos una fábrica que hace coches para sus propios empleados. Lo que sí es un verdadero drama es que el esfuerzo de alrededor de 30.000 euros que hace la región por cada alumno que se gradúa no tenga frutos porque ese graduado se vaya fuera cuando empieza a generar beneficios. Pero eso se refiere a falta de tejido industrial en la región, que no compete a esta casa.
-No es realista pensar que la UEx retuviera a los 75 alumnos brillantes que se gradúan cada año. La pregunta es si la UEx es suficientemente atractiva para retener a los que, necesitándolos, quieran quedarse aquí.
-La respuesta a esa pregunta es sí. La UEx es tan competitiva como cualquiera y ofrece condiciones como otras, aunque no vamos a construir laboratorios 'superguais'. El problema es de otra índole. Es de la carrera profesional. ¿Por qué tenemos médicos como profesores asociados, de los que antes hablábamos? Sencillamente porque la carrera profesional de un médico profesor de la Facultad es una carrera, sobre todo, de obstáculos tan difícil y de resultados tan escasos comparada con la de los médicos especialistas MIR que nadie está dispuesto a seguirla porque en la práctica ambas carreras profesionales son incompatibles. Para más 'inri' el médico profesor es solo profesor, no es especialista y no tiene experiencia asistencial. ¿Qué podemos hacer ante esta situación endiablada? Preguntarles a aquellos médicos especialistas que, además han hecho el doctorado académico, si se quieren venir a dar clase a la Facultad y ofrecerles un contrato de asociado y, si además del doctorado tiene publicaciones científicas, un contrato de profesor vinculado, que es una figura intermedia entre los dos sistemas. Ahora estamos en el trámite de sacar siete plazas de vinculados nuevos y recuperar 25 vinculados, que es el número que en su día tuvo Medicina.
-El presidente de la Junta le ha invitado «a meterse en líos». ¿Qué es meterse en líos para usted?
-Hacerte rector. Eso sí que es meterse en líos [risas].
-¿La UEx debe meterse en líos?
-No, no, no. La UEx no debe meterse en líos. Las apuestas, con gaseosa. Soy una persona precavida.
-Vuelvo a la pregunta: ¿qué sería meterse en líos para la UEx?
-Sería decir: 'vamos a duplicar el tamaño de la UEx'. No es posible. Crecer un 25% de aquí a cinco años sería ya una apuesta arriesgada. Meterse en líos es una ventolera. Otra cosa es hacer las correcciones suficientes en un sistema que es reacio al cambio. Eso no es meterse en un lío y a eso me apunto siempre. Mire: yo creo que a mí me eligieron rector porque entendieron que conozco la UEx, que soy una persona que toma decisiones después de conocer las cosas, no antes. Como digo, soy precavido. Pero, ojo, también obstinado.
-Me da la sensación de que usted no se propone acometer muchos cambios.
-Aspiro a la seguridad, a la estabilidad. Creo que Segundo Píriz tomaba algunas decisiones por visibilidad. Yo no soy así. Nuestros cambios serán siempre tranquilos, sosegados y nunca de cara a la galería. No busco mi exhibición personal. Soy muy reservado.
-¿Cuál sería ese cambio tranquilo, sosegado, que acometería y del que al final de su mandato diría: 'ha merecido la pena'?
-Desde el punto de vista administrativo, mi cambio sería conseguir una UEx ágil, sin papeles, en la que todas las gestiones se resolvieran con procedimientos telemáticos. En cuanto a profesorado, conseguir que todos los profesores estuvieran al día en el manejo de las herramientas más actuales. Sinceramente, no pretendo dejar un legado, sino una UEx ordenada y que funcione. Creo que es lo que hicimos en la etapa de rector de Paco Duque. La UEx no es quizás la Universidad que yo habría hecho, pero esta es mi Universidad. Y yo esta Universidad la voy a levantar. Y si no lo consigo, lo dejo.
-¿Quiere decir que está caída?
-No, no está caída, pero no funciona como yo quiero. En ciertas áreas de conocimiento nuestro profesorado está al borde de su capacidad. Humanamente, no hay cosa más perversa que el agravio comparativo. Si ves que el de al lado tiene mejores condiciones que tú tiendes al desánimo. Hay que homogeneizar. Por ejemplo, tenemos aulas en Educación y en Formación del Profesorado donde hay 80 estudiantes. Eso no es viable. Tenemos que lograr trabajar con grupos más pequeños porque al lado hay centros con aulas de 30 alumnos. Eso significa más profesorado, pero para eso se necesita dinero. Estos problemas, que exigen la gestión del día a día, es lo que yo quiero arreglar.
-En la última fiesta de Santo Tomás de Aquino, la consejera de Educación dijo: «Definamos lo que se espera de la UEx». ¿Todavía está por definir lo que la región quiere de su universidad?
-Imagino que la consejera se refiere a las últimas orientaciones. Estoy seguro que en un 80% de nuestros títulos no hay duda. La UEx provee de los profesores, médicos, enfermeros, ingenieros, informáticos, economistas... necesarios para la comunidad y mucho más allá. Cumplimos con creces. Quizás me meto en un jardín si digo que cuando hay quejas de que los químicos no encuentran trabajo salvo como profesores, recuerdo que aquí hubo un proyecto de refinería. ¿Cuántos químicos de la UEx se hubieran colocado en esa refinería? ¿300, 400? Las promociones de entre cinco y diez años. Luego se rechazó la refinería, pero la UEx hubiera aportado a ese proyecto químicos formados.
«Salamanca hace una política agresiva de captación de alumnos»,.
-Por tres factores. Porque hace una década el promedio de duración de los títulos eran 5 años y ahora son 4; porque hace dos décadas la natalidad era baja y se refleja ahora y porque, además, hay un sentimiento creciente entre los jóvenes de salir a estudiar fuera de casa.
-¿En ningún caso ese descenso es responsabilidad de la UEx?
-No. Es un fenómeno que pasa en todos los sitios. Los jóvenes estudiantes extremeños no se van de la UEx, se van de la región, y los andaluces de Andalucía, y los gallegos de Galicia, no de sus universidades. En los pasillos de la Facultad de Ciencias se oye hablar gallego porque hay un grupo de alumnos de esa comunidad que estudian aquí Matemáticas. Nosotros podemos presumir de calidad. Tenemos dos alumnas con el premio Princesa de Girona, Guadalupe Sabio y María Escudero, dos celebridades de la ciencia española de categoría internacional que se han formado aquí. No hay razones objetivas para pensar que el descenso de la matrícula se debe a que los alumnos no quieren estudiar en la UEx por sus condiciones docentes e investigadoras.
-La Junta ha aprobado la práctica gratuidad de la matrícula si el alumno aprueba las asignaturas en las convocatorias ordinarias. ¿Por lo que dice, cree que la Junta ha errado el tiro y que la matrícula gratuita no los va a retener?
-Creo que esa idea está pensada sobre todo para que los padres tengan un argumento más ante sus hijos en su intento de que no se vayan. Otra cosa es que lo consigan.
-¿Qué le parece ese abaratamiento de la matrícula? ¿No cree que una medida así, además de ser socialmente costosa, devalúa a la propia Universidad? Parece que si es gratis es porque no vale nada.
-No estoy de acuerdo con la apreciación que hace. No censuro esa idea aunque no me gusta que sea indiscriminada. Pero esto es una opinión personal, no como rector.
-Los estudiantes extremeños son los que mejores notas sacan en Selectividad, lo cual ha dado alas a la idea de que aquí los exámenes de acceso son más fáciles que en el conjunto de España. ¿Esa sospecha tiene fundamento?
-Todo este asunto viene exclusivamente por la presión para entrar en carreras bio-sanitarias. Esa acusación no se sostiene y si se difunde es porque enmascara otras cuestiones. La Universidad de Salamanca hace una política agresiva de captación de alumnos en los institutos del norte de Extremadura. Les pone un autobús y se los lleva a enseñarles la Facultad de Medicina y la ciudad. En cada instituto hay alumnos brillantes, con magníficas notas en Bachillerato y en la prueba de acceso. Muchos de ellos se matriculan en Salamanca, desplazando a alumnos de la ciudad o de la provincia. Y ahí es donde viene el conflicto porque el padre del alumno salmantino que se ha quedado fuera interpreta, aunque sea erróneamente porque hay distrito único, que se debe a que la plaza 'se la ha quitado' un alumno extremeño. Eso molesta, aunque la pregunta debería ser por qué viene la Universidad de Salamanca a captar alumnos al norte de Cáceres. El resultado es que recibimos las críticas de aquí, porque nos dejamos 'robar' el alumnado; y de allí, porque los extremeños 'ocupan' plazas que los salmantinos consideran suyas. Lo que tenían que hacer los perjudicados es criticar a la Universidad de Salamanca por captar alumnos en Extremadura. Hemos logrado que, a partir de ahora, los institutos del norte extremeño no dejen salir a sus alumnos para esas visitas organizadas por la Universidad de Salamanca.
-Usted ganó con holgura las elecciones entre el profesorado y el Personal de Administración y Servicios, pero le molestó no ser el más votado entre los alumnos. ¿Ha restañado ya esa herida?
-Estamos en ello, pero no me molesté porque no me votaran, sino porque creo que se difundió una imagen de mí que no es la que me corresponde. Me he reunido con ellos y se lo he dicho.
-¿Está queriendo decir que la campaña electoral fue cruda?
-No. Sí tuvo sus más y sus menos. Jugaron la pieza del alumnado.
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